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SENTENCIA PLESSY V.

FERGUSON

A finales de los años noventa del siglo XIX, en los Estados Unidos la población de color había
alcanzado cierto estatus. Sin llegar a una igualdad plena, había logrado superar obstáculos en aras
de lograr una integración total, sin embargo, en el sur de Estados Unidos, la población blanca
continuaba percibiendo a las personas de color como seres inferiores y anclados a principios que
intentaban mantener distancias no solo a nivel social, sino jurídico.

Es así, que el 10 de julio de 1890 el estado de Luisiana aprobó una norma que imponía a las
compañías ferroviarias ofrecer el mismo trato a la población blanca y de color, pero a su vez
imponía una segregación efectiva al exigir a los miembros de ambas razas en vagones separados o
en bloques de asientos claramente diferenciados. Es así, como el señor Plessy adquirió un billete
de tren que circulaba en los limites estatales, durante el viaje él se negó a ir en el vagón para
personas de color siendo arrestado por ello.

Ante el juez del distrito Plessy expuso que Ferrocarriles de Luisiana le denegó sus derechos de la
Decimotercera y Decimocuarta enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. No obstante,
el juez que presidía el caso, John Howard Ferguson, ordenó que Luisiana regulara los derechos en
las compañías férreas que operaran dentro de las fronteras del Estado.

El recurrente fundamenta su inconstitucionalidad en la 13ª enmienda que prohíbe la esclavitud y la


14ª que impide a los Estados adoptar medidas restrictivas de derecho. Resulta evidente que la ley
impugnada no atenta contra la 13ª enmienda que abolió la esclavitud.

Aunque en la 14ª enmienda se prohibiere la restricción de los derechos y en armonía con la


sentencia Slaughter house cases (1873), buscaban establecer una absoluta igualdad entre las dos
razas, sin embargo, dicha interpretación de las leyes no esperaba que se eliminara su distinción,
toda vez que si se llegara a tratar como similares se apeligraba que se diera una igualdad social
como política con lo cual no se vería satisfecha ninguna de las dos. Ahora bien, debemos de
pronunciarnos de la constitucionalidad de la ley de la compañía de los ferroviarios, toda vez que se
debe de realizar un análisis desde la finalidad de las leyes las cuales buscan un interés general,
buena fe y no reprimir u ofender a minorías.

Para llegar a determinar la violación de 14 enmienda, es necesario saber si la Ley de Lousiana es o


no razonable. Desde este punto de vista, el legislador dispuso establecer un amplio margen de
discrecionalidad. Al considerar que es razonable, la cámara es libre de tomar como referencia
costumbres y tradiciones establecidas con el fin de promover el bienestar de la población.
Conforme a lo anterior una ley que autorice o que llegue a imponer una separación racial no puede
ser calificada de irrazonable tomando como referencia las leyes federales que se establece en el
Distrito de Columbia que instauran escuelas separadas para blancos y negros. Lo anterior se
consideró erróneo ya que el supuesto de la separación obligatoria de las razas implica por sí
misma que las personas de color son inferiores.

Aunque la postura del juez Harlan, menciona que la ley no está violando ningún principio
constitucional, puesto que establece una regla la cual se debe de estar por igual toda vez que cada
una de las razas cuenta con un vagón, además de que si no lo quisieren así alguna de las razas ellos
pudieron escoger el no viajar por ese medio toda vez que no se les estaba obligando. Además, que
a la luz de la constitución no hay una raza superior o que goce con más derechos que otra.

Por esta razón, se estimo la alta jurisdicción quien es el intérprete superior de la época, lleg a la
conclusión de que de que cada estado puede regular válidamente los derechos civiles sin que estos
sean contrarios a la 14ª enmienda y a la constitución.

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