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CIUDADANOS Y CIUDADANAS

(De los límites de la originalidad)

P o r E u g en io H e r n á n d e z -B r eto n

INTRODUCCIÓN

Es una tradición constitucional venezolana referirse oficialmente a las


personas con la expresión “ciudadano”, ya sea en forma escrita o verbal. Dicha
tradición se remonta a la Constitución de 1811. En tal sentido, el artículo 226 de
esa Constitución establecía: “Nadie tendrá en la Confederación de Venezuela
otro título ni tratamiento público que el de ciudadano, única denominación de
todos los hombres libres que componen la Nación, pero a las Cámaras
representativas, al Poder Ejecutivo y a la Suprema Corte de Justicia se dará
por todos los ciudadanos el mismo tratamiento con la adición de honorable
para las primeras, respetable para el segundo y recto para la tercera”. La
orientación revolucionaria y los valores igualitarios que inspiraron dicha
Constitución, particularmente las ideas de la Revolución Francesa y de la
Revolución Norteamericana, justifican de sobra tal formulación. Prueba de lo
anterior la hallamos en otras disposiciones de la misma Constitución de 1811.1

1. El texto de las Constituciones venezolanas dictadas entre 1811 y 1961 puede consultarse en
Luis Marifias Otero, Las Constituciones de Venezuela, Madrid, Ediciones Cultura Hispana
(1965) y en Las Constituciones de Venezuela. Estudio preliminar de Alian R. Brewer-
Carías, San Cristóbal: Ediciones de la Universidad Católica del Táchira, Madrid: Instituto de
Estudios de Administración Local, Centro de Estudios Constitucionales (1985). Constitución
de 1811, artículo 147. Todos los ciudadanos tienen derecho indistintamente a los empleos
públicos del modo, en las formas y con las condiciones prescritas por la ley, no siendo
aquellos la propiedad exclusiva de alguna clase de hombres en particular, y ningún hombre,
Corporación o Asociación de hombres tendrá otro título para obtener ventajas y

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Desde la Constitución de 1864 (artículo 14.15.3) y hasta la de 1909


(artículo 23.15.3), inclusive, la previsión constitucional establecía que “No se
dará otro tratamiento oficial a los empleados y corporaciones que el de
Ciudadano y Usted." A partir de la Constitución de 1914 se impone la fórmula
oficial de “Ciudadano” pero solo para los venezolanos (artículo 22.15.3). Con
la Constitución de 1945 es que el trato de “Ciudadano” se extiende a todos los
habitantes de la Nación (artículo 46.d). La Constitución de 30.12.1999, en un
alarde de igualdad de los sexos, también admite y establece el término
“ciudadana”, a los fines del trato oficial, para indicar el género femenino del
ciudadano (artículo 21.3).

consideraciones particulares distintas de las de los otros en la opción a los empleos que forman
una carrera pública, sino el que proviene de los servicios hechos al Estado.
Artículo 148. No siendo estos títulos ni servicios en manera alguna hereditarios por la
naturaleza, ni transmisibles a los hijos, descendientes u otras relaciones de sangre, la idea
de un hombre nacido magistrado, legislador, juez, militar o empleado de cualquier suerte es
absurda y contraria a la naturaleza.
Artículo 154. La igualdad consiste en que la ley sea una misma para todos los ciudadanos, sea
que castigue o que proteja. Ella no reconoce distinción de nacimiento ni herencia de poderes.
Artículo 169. Todos los extranjeros, de cualquier nación que sean, se recibirán en el
Estado. Sus personas y propiedades gozarán de la misma seguridad que las de los demás
ciudadanos, siempre que respeten la Religión Católica, única del país, y que reconozcan la
independencia de estos pueblos, su soberanía y las autoridades constituidas por la voluntad
general de sus habitantes.
Artículo 200. Como la parte de ciudadanos que hasta hoy se ha denominado indios no
ha conseguido el fruto apreciable de algunas leyes que la monarquía española dictó a
favor, porque los encargados del Gobierno en estos países tenían olvidada su ejecución,
y como las bases del sistema de Gobierno que en esta Constitución ha adoptado
Venezuela no son otras que las de la justicia y la igualdad, encarga muy particularmente
a los Gobiernos provinciales que así como han de aplicar sus fatigas y cuidados para
conseguir la ilustración de todos los habitantes del Estado, proporcionarles escuelas,
academias y colegios en donde aprendan todos los que quieran los principios de
Religión, de la sana moral, de la política, de las ciencias y artes útiles y necesarias para
el sostenimiento y prosperidad de los pueblos, procuren por todos los medios posibles
atraer a los referidos ciudadanos naturales a estas casas de ilustración y enseñanza,
hacerles comprender la íntima unión que tienen con todos los demás ciudadanos, las
consideraciones que como aquellos merecen del Gobierno y los derechos de que gozan
por sólo el hecho de ser hombres iguales a todos los de su especie, a fin de conseguir
por este medio sacarlos del abatimiento y rusticidad en que los ha mantenido el
antiguo estado de las cosas y que no permanezcan por más tiempo aislados y aun
temerosos de tratar a los demás hombres, prohibiendo desde ahora que puedan aplicarse
involuntariamente a prestar sus servicios a los Tenientes o Curas de sus parroquias, ni
a otra persona alguna, y permitiéndoles el reparto en propiedad de las tierras que les
estaban concedidas y de que están en posesión para que a proporción entre los padres
de familia de cada pueblo las dividan y dispongan de ellas como verdaderos señores,
según los términos y reglamentos que formen los gobiernos provinciales.

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Por otra parte, tradicionalmente la expresión ciudadano ha estado


íntimamente vinculada a la titularidad y ejercicio de los derechos políticos. Dichos
derechos, igualmente según la tradición venezolana, han estado reservados a
los venezolanos. Así, desde la Constitución de 1811 ha sido común la utilización
de la expresión ciudadano. No obstante, en ciertos casos la expresión ciudadano
im plicaba referencia a la nacionalidad venezolana de la persona.2 La
Constitución de 1819 ya incluía una expresa regulación acerca de los
“ciudadanos”. A tal efecto, distinguía entre ciudadanos activos y pasivos (Título
3o, Sección Primera, artículo 1°). En ambos casos la vinculación con la titularidad
y ejercicio de los derechos políticos era manifiesta.3A la vez, no regulaba la

2. Artículo 15. Nadie podrá ser elegido antes de la edad de veinticinco afios, si no ha sido por
cinco, inmediatamente antes de la elección, ciudadano de la Confederación de Venezuela y
si no goza en ella de una propiedad de cualquier clase.
Artículo 26. Todo hombre tendrá derecho de sufragio en las Congregaciones Parroquiales,
si a esta calidad añade la de ser ciudadano de Venezuela, residente en la Parroquia o Pueblo
donde sufraga; si fuera mayor de veintiún años, siendo soltero, o menor siendo casado, y
velado, y si poseyere un caudal libre del valor de seiscientos pesos en las Capitales de
Providencia, siendo soltero, y de cuatrocientos, siendo casado, aunque pertenezcan a la
mujer, o de cuatrocientos en las demás poblaciones en el primer caso, y doscientos en el
segundo, o si fuere propietario o arrendador de tierras para sementeras o ganado con tal
que sus productos sean los asignados para los respectivos casos de soltero o casado.
Articulo 49. Para ser Senador ha de tener el elegido treinta años de edad, diez años de ciudadano
avecinado en el territorio de Venezuela inmediatamente antes de la elección con las excepciones
comprendidas en el párrafo dieciséis, y ha de gozar en él una propiedad de seis mil pesos.
Artículo 222. Mientras el Congreso no determinare una fórmula permanente de
naturalización para los extranjeros, adquirirán éstos el derecho de ciudadanos y aptitud
para votar, elegir y tomar asiento en la Representación nacional si, habiendo declarado su
intención de establecerse en el país ante una Municipalidad, héchose inscribir en el Registro
civil de ella y renunciando al derecho de ciudadano en su patria adquieren un domicilio y
residencia en el territorio del Estado, por el tiempo de siete años, y llenaren las demás
condiciones prescriptas en la Constitución, para ejercer las funciones referidas.
3. Título 3o, Sección Primera, Artículo 2. Es ciudadano activo el que goza el derecho de
sufragio y ejerce por medio de él la soberanía nacional, nombrando sus representantes.
Título 3°, Sección Primera, Artículo 3. Ciudadano pasivo se llama aquel que, estando bajo
la protección de la ley, no tiene parte en su formación, no ejerce la soberanía nacional ni
goza del derecho de sufragio.
Título 3o, Sección Primera, Artículo 4. Para ser ciudadano activo y gozar de sus derechos
se necesita:
Primero. Haber nacido en el territorio de la República y tener domicilio o vecindario en
cualquier parroquia.
Segundo. Ser casado o mayor de veintiún años.
Tercero. Saber leer y escribir, pero esta condición no tendrá lugar hasta el año 1830.
Cuarto. Poseer una propiedad raíz de valor de quinientos pesos en cualquier parte de
Venezuela. Suplirá la falta de esta propiedad el tener algún grado o aprobación pública en

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nacionalidad venezolana, la cual fue regulada expresamente por primera vez


en la Constitución de 1830. Anteriormente, tan solo la Constitución de 1821
reguló lo relativo a la nacionalidad “colombiana” en atención a la pertenencia
de Venezuela a la Gran Colombia (artículos 9 y ss.). La Constitución de 1857
dedica por primera vez en la historia nacional disposiciones agrupadas bajo el
epígrafe “De la ciudadanía” (artículos 11 y ss). La vinculación de las mismas
con la materia de los derechos políticos es expresa y patente.4Adicionalmente,
la Constitución de 1857 también regulaba la materia de la nacionalidad
venezolana de forma expresa (artículos 7 y ss.).

La Constitución de 1999, mas de 140 años después, retoma la idea de


una regulación autónoma y simultánea de la nacionalidad y la ciudadanía. El

una ciencia o arte liberal o mecánica; el gozar de un grado militar vivo y efectivo o de algún
empleo con renta de trescientos pesos por año.
Título 3o, Sección Primera, Artículo 5. Los extranjeros que hayan alcanzado carta de
naturaleza en recompensa del algún servicio importante hecho a la República, serán también
ciudadanos activos, si tuvieren la edad exigida a los naturales y si supieran leer y escribir.
Título 3o, Sección Primera, Articulo 6. Sin la carta de naturaleza gozarán del mismo
derecho los extranjeros:
Primero. Que teniendo veintiún años cumplidos sepan leer y escribir.
Segundo. Que hayan residido en el territorio de la República un año continuo y estén
domiciliados en alguna parroquia.
Tercero. Que hayan manifestado su intención de establecerse en la República, casándose
con una venezolana o trayendo su familia a Venezuela.
Cuarto. Y que posean una propiedad raíz de valor de quinientos pesos o ejerzan alguna
ciencia, arte liberal o mecánica.
Título 3o, Sección Primera, Articulo 7. Los militares, sean naturales o extranjeros, que han
combatido por la libertad e independencia de la patria en la presente guerra, gozarán del
derecho de ciudadanos activos, aun cuando no tengan las cualidades exigidas en los artículos
4o, 5° y 6o de este título.
4. Artículo 11. Todos los venezolanos que están en el goce de los derechos de ciudadano
pueden elegir y ser elegidos para desempeñar los destinos públicos siempre que tengan las
cualidades requeridas por la Constitución.
Artículo 12. Para gozar de los derechos de ciudadano se necesita;
1° Ser venezolano.
2° Ser casado o mayor de dieciocho años.
3° Saber leer y escribir, pero esta condición no será obligatoria hasta el año de 1880.
Artículo 15. Para que un ciudadano pueda ser nombrado elector se requiere:
1° Que sea mayor de veinticinco años.
2o Que sepa leer y escribir
3o Que tenga una propiedad raíz que valga mil pesos por lo menos o una renta o sueldo que
le produzca cuatrocientos pesos o más.

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objeto de esta comunicación es ofrecer unas apreciaciones en cuanto a la


regulación de la ciudadanía y la consistencia terminológica-constitucional en el
manejo de las consecuencias jurídicas de la regulación de dicha institución.
Sirva la misma para honrar la memoria de un gran docente universitario y
cumplidor de sus deberes ciudadanos, en el más amplio sentido de las palabras:
el Profesor Tomás Polanco Alcántara.

I. N O C IÓ N

Ante todo, existe el convencimiento popular de que ciudadanía y


nacionalidad denotan exactamente la misma realidad. Debe señalarse, no
obstante, que ciudadanía y nacionalidad no son términos sinónimos. Se trata de
términos que identifican diferentes realidades. Por una parte, la doctrina nacional
había expresado que mientras que la nacionalidad indica la pertenencia de una
persona a la sociedad civil de un Estado, la ciudadanía indica la pertenencia a
la sociedad política de un Estado. “Son diversos aspectos de la misma cosa,
Estado el aspecto abstracto y Nación el aspecto concreto.”5 Así, resulta un
pleonasmo hablar de “ciudadanos venezolanos”, tal como a menudo sucede
entre nosotros. Prueba de ello es el artículo 130.1 de la Ley General de Marinas
y Actividades Conexas de 14.11.2002, cuando establece:

“P odrán inscribirse en el registro N aval V enezolano los buq u es que


sean de: 1. P ropiedad de ciudadanos v enezolan o s.”

La Exposición de Motivos de la Constitución de 1999 señala que al tratar


el aspecto de la ciudadanía, la Constitución “expresa la condición jurídica o
vínculo de una persona con el Estado (venezolano), que le permite el ejercicio
de los derechos políticos.”6 El artículo 39 de la Constitución de 1999 permitiría
formular la noción de ciudadanía como la titularidad de derechos y deberes
políticos de acuerdo con la Constitución que le corresponde a los venezolanos
y venezolanas no sujetos a inhabilitación política ni a interdicción civil, y en las
condiciones de edad previstas en la propia Constitución. No obstante, como
discutiremos más adelante, durante las sesiones de la Asamblea Nacional
Constituyente se evidenció la confusión en tomo a la noción de ciudadanía.

5. Ernesto Wolf, Tratado de Derecho Constitucional Venezolano. Caracas: Tipografía


Americana, p.173 (1945).
6. Ver además Informe de la Comisión de Nacionalidad y Ciudadanía. Exposición de Motivos
y Proyecto de articulado del Título relativo a la Nacionalidad y Ciudadanía, en A.R.
Brewer-Carías, Debate Constituyente, Tomo I I . Caracas: Editorial Jurídica Venezolana,
pp.45 y ss. (1999); del mismo autor, El régimen jurídico-administrativo de la nacionalidad
y ciudadanía venezolanas. Caracas: UCV, pp. 59 y ss. (1965).

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n. SEDES MATERIALES

La Sección Segunda del capítulo Segundo del Título III “de la Ciudadanía”,
artículos 39 al 42 de la Constitución de 1999 regula la ciudadanía. En todo caso,
estas últimas disposiciones deben examinarse en concordancia con lo dispuesto
en el Capítulo IV del mismo Título relativo a los Derechos Políticos y el Referendum
Popular, Sección I: de los Derechos Políticos, artículos 62 al 70.

m. ADQUISICIÓN

La ciudadanía corresponde a los venezolanos y venezolanas que no estén


sujetos o sujetas a inhabilitación política ni interdicción civil, y en las condiciones
de edad previstas en la Constitución (artículo 39 de la Constitución de 1999). La
edad requerida para el ejercicio de la ciudadanía varía según expresas disposiciones
constitucionales. Así, por ejemplo, para ser elector o electora se exige la edad de
18 años de edad. Sin embargo, para el ejercicio de otros cargos se requieren
diferentes edades. Así, para ejercer el cargo de Gobernador de Estado se requiere
ser mayor de 25 años (artículo 160); para ser Alcalde o Alcaldesa se requiere ser
mayor de 25 años (artículo 174); para ser integrante del Consejo Legislativo
(artículo 162); Diputado o Diputada a la Asamblea Nacional se requiere ser
mayor de 21 años (artículo 188); para ser Presidente o Presidenta de la República
se requiere ser mayor de 30 años (artículo 227). Igual edad se exige para ser
Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva (artículo 238). Para ser
Ministro o Ministra se requiere ser mayor de 25 años (artículo 244).

Resulta, entonces, que los ciudadanos y ciudadanas, como titulares de


derechos y deberes políticos, son solo los venezolanos y venezolanas. Pero no
todos los venezolanos o venezolanas son ciudadanos o ciudadanas, pues solo
los mayores de 18 años de edad lo serían propiamente, siempre que no estén
sometidos a interdicción civil7o a inhabilitación política.8Es un error conceptual,

7. Artículos 393 y ss. del Código Civil; artículos 733 y ss. del Código de Procedimiento
Civil. Al respecto ver Hanna Binstock, La protección civil del enfermo mental. Caracas:
Editorial Jurídica Venezolana (1980);J.L. Aguilar Gorrondona, Derecho Civil. Personas.
12*. Edición. Caracas: UCAB, pp. 30 y ss. (1995); María Candelaria Domínguez Guillén,
El procedimiento de incapacitación, en Ensayos sobre Capacidad y otros Temas de Derecho
Civil. Caracas: Tribunal Supremo de Justicia, pp. 225 y ss. (2001).
8. Artículos 13.1,13.2 y 16.1 del Código Penal. Al respecto ver Instituto de Ciencias Penales
y Criminológicas, Código Penal de Venezuela. Vol.I, Artículos 1 al 67. Caracas: UCV, pp. 171
y ss., 193 y ss. (1981). Un supuesto especial de inhabilitación política está establecido en el
artículo 65 de la Constitución de 1999 cuando establece que quienes hayan sido condenados
por delitos cometidos durante el ejercicio de sus funciones y otros que afecten el patrimonio
público no podrán optar a cargo alguno de elección popular, dentro del tiempo que fije la ley,
a partir del cumplimiento de la condena y de acuerdo con la gravedad del delito.

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por tanto, dirigirse a cualquier persona, nacional o extranjera, con la expresión


ciudadano o ciudadana, sin previamente verificar los presupuestos de
nacionalidad, edad y condición civil política antes mencionados.

IV. EJERCICIO

Los ciudadanos son titulares de los derechos y deberes políticos de


acuerdo con lo establecido en la Constitución (artículo 39). Los derechos políticos
son privativos de los venezolanos y venezolanas salvo las excepciones
establecidas en la Constitución (artículo 40). En este sentido, el voto para las
elecciones municipales, parroquiales y estadales será extensivo a los extranjeros
y extranjeras que hayan cumplido 18 años de edad con más de 10 años de
residencia en el país, con las limitaciones establecidas en la Constitución y en
la ley, siempre que no estén sujetos a interdicción civil o inhabilitación política
(artículo 64 de la Constitución de 1999).

1. C aso p a r t ic u l a r d e l a r t íc u l o 41 de la C o n s t it u c ió n

El ejercicio de los cargos de Presidente o Presidenta de la República,


Vicepresidente Ejecutivo, o Vicepresidenta Ejecutiva, Presidenta y Presidentes
o Vicepresidentas de la Asamblea Nacional, Magistrados o Magistradas del
Tribunal Supremo de Justicia, Presidente o Presidenta del Consejo Nacional
Electoral, Procurador o Procuradora General de la República, Contralor o
Contralora General de la República, Fiscal o Fiscala General de la República,
Defensor o Defensora del Pueblo, Ministro o Ministras de los despachos
relacionados con la seguridad de la Nación, finanzas, energía y minas, educación;
Gobernadores o Gobernadoras y Alcaldes o Alcaldesas de los Estados y
Municipios fronterizos y aquellos contemplados en la Ley Orgánica de la Fuerza
Armada Nacional, queda reservado a los venezolanos y venezolanas por
nacimiento y sin otra nacionalidad. De esta manera, la doble o múltiple
nacionalidad excluye la posibilidad de que esos venezolanos ocupen dichos
cargos. En consecuencia de lo anterior, aquellos venezolanos o venezolanas
por nacimiento y que simultáneamente detenten otra nacionalidad deberán perder
la nacionalidad extranjera de conformidad con las disposiciones de esa legislación
extranjera para poder ejercer los cargos antes referidos. En caso de que según
ese derecho extranjero esa nacionalidad extranjera no pueda ser perdida quedará
imposibilitado el venezolano o venezolana para ejercer los cargos en cuestión9.
Además, para ejercer los cargos de Diputados o Diputada a la Asamblea

9. Este parecería ser el caso de los uruguayos, quienes de conformidad con el artículo 81 de la
Constitución de ese país no pierden dicha nacionalidad “ni aun por naturalizarse en otro país.”.

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Nacional, Ministras o Ministros, Gobernadores o Gobernadoras y


Alcaldes y Alcaldesas de Estados o Municipios no fronterizos, los venezolanos
y venezolanas por naturalización deben tener domicilio con residencia
ininterrumpida en Venezuela no menor de 15 años y cumplir los requisitos
de aptitud previstos en la Ley. Las disposiciones anteriores son de carácter
general y, por tanto, deben entenderse como incorporadas en todas aquellas
disposiciones que de manera especial fijen los requisitos particulares para
el ejercicio de los cargos antes enunciados. Cabe destacar que en atención
a lo dispuesto en el aparte único del artículo 40 de la Constitución los
venezolanos y venezolanas por naturalización que hubieren ingresado al
país antes de cumplir los siete años de edad y residido en él permanentemente
hasta alcanzar la m ayoridad gozan de los mismos derechos que los
venezolanos y venezolanas por nacimiento. De tal manera, la exigencia de
domicilio con residencia hecha para los venezolanos por naturalización en
el artículo 41 en comentario no resulta aplicable a aquellos cuya condición
jurídica se equipare a la de los venezolanos y venezolanas por nacimiento
ex-artículo 40 constitucional.

V. SUSPENSIÓN

Según el artículo 42 de la Constitución de 1999, el ejercicio de la ciudadanía


o de alguno de los derechos políticos solo puede ser suspendido por sentencia
judicial firme en los casos que determine la Ley. El legislador venezolano deberá
dictar las disposiciones correspondientes dentro del lapso de dos años contados
a partir de la entrada en vigencia de la Constitución de 1999, previsto en la
Disposición Transitoria Sexta.

VI. PÉRDIDA

La pérdida o renuncia a la nacionalidad determina la pérdida de la


ciudadanía (artículo 42 de la Constitución de 1999). La pérdida de la nacionalidad
venezolana está regulada en el artículo 35 de la Constitución de 1999.

1. O r ig in a r ia

Si bien los venezolanos y venezolanas por nacimiento no pueden ser


privados o privadas de su nacionalidad, ellos pueden renunciar a la misma
(artículos 35 y 36 de la Constitución de 1999). La renuncia a la nacionalidad
venezolana, originaria o derivada, es una novedad de la Constitución de 1999.
Aparentemente, ella requiere una manifestación de voluntad del interesado.

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2. D erivada

El artículo 35 de la Constitución de 1999 prevé que la nacionalidad


venezolana por naturalización solo podrá ser revocada mediante sentenciajudicial,
de acuerdo con la ley. De conformidad con lo anteriormente señalado en cuanto
a la vigencia temporal del ordenamiento jurídico preexistente, la revocatoria de la
nacionalidad venezolana por naturalización se debe efectuar según lo establecido
en la Ley de Naturalización de 195510. El Tribunal competente para conocer de
la materia será, de conformidad con el artículo 185 (7) de la Ley Orgánica de la
Corte Suprema de Justicia, la Corte Primera de lo Contencioso-Administrativo.
La vigencia de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, en atención a la
derogación de la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución de 1961, hizo
innecesario la fijación de un régimen relativo al lapso para interponer el respectivo
recurso y la cuestión del tribunal competente en materia de nacionalidad11.
Adicionalmente, aun cuando la Constitución no lo menciona expresamente, la
ciudadanía se pierde si la persona está incursa en interdicción civil o inhabilitación
política en virtud de declaración judicial o por condena penal a presidio o prisión
que tenga aparejada la pena accesoria de interdicción civil o inhabilitación política.
Esto es consecuencia de que el no estar incurso en dichos supuestos es
presupuesto para detentar la ciudadanía ex-artículo 39 de la Constitución.

VH. RECUPERACIÓN
La recuperación de la nacionalidad venezolana de conformidad con el
artículo 36 de la Constitución de 1999 determinaría la recuperación de la ciudadanía.

En caso de pérdida de la nacionalidad venezolana por nacimiento


mediante renuncia es posible que el interesado la recupere si se domicilia en el
territorio de la República por un lapso no menor de dos (2) años y manifiesta su
voluntad de recuperarla. En este sentido, el aparte único de la Disposición
Transitoria Segunda de la Constitución indica, entre otras cosas, que las
declaraciones de voluntad previstas en el artículo 36 constitucional se harán en
forma auténtica por la persona interesada cuando sea mayor de edad, o por su
representante legal si no ha cumplido 21 años. Se trata de una disposición que
se aplica independientemente del derecho que resulte aplicable al caso concreto
ex-artículo 16 de la Ley de Derecho Internacional Privado y de que la mayoridad
se adquiera en Venezuela a los 18 años (artículo 18 del Código Civil).
10. Gaceta Oficial N° 24801 del 21 de julio de 1955 y su Reglamento publicado en Gaceta
Oficial N° 30421 del 11 de junio de 1974.
11. Para el régimen preexistente, ver Gonzalo Parra-Aranguren La Pérdida de la Nacionalidad
Venezolana por Naturalización: Aspectos Procesales, en La Nacionalidad Venezolana II:
Problemas Actuales. Caracas: UCV, pp. 307 ss.(1983).

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Para el caso de la renuncia a la nacionalidad venezolana derivada, la


recuperación exige cumplir con los requisitos fijados en el artículo 33 de la
Constitución de 1999 relativos a la obtención de la nacionalidad venezolana por
naturalización. Técnicamente, en este último caso resultaba más apropiado
señalar que la nacionalidad venezolana por naturalización perdida es
irrecuperable, sin perjuicio de que el interesado pueda solicitarla nuevamente
dando cumplimiento a las disposiciones aplicables.

VIH. INCORPORACIÓN PROGRESIVAA LA CIUDADANÍA ACTIVA

El artículo 78 de la Constitución de 1999 contiene una disposición en


m ateria de ciudadanía sin precedentes en la historia constitucional
venezolana. La disposición en cuestión establece que el Estado promoverá
la incorporación progresiva de los niños, niñas y adolescentes a la ciudadanía
activa.12Aun cuando ya fue expresado en el seno de la Asamblea Nacional
Constituyente, el artículo en comentario es el producto de una profunda y
densa confusión en tomo a la noción de ciudadanía. Se trató de imponer
una “noción ampliada de ciudadanía”, cuando en realidad lo que se pretendía
era reformular la noción de ciudadanía. Es decir, el objetivo era de no limitar
la noción de ciudadanía a la titularidad de derechos políticos, sino extenderla
a la titularidad de derechos y deberes de todo tipo y naturaleza, y sin límite
de edad.13

12. El texto íntegro de la artículo 78 de la Constitución de 1999 es el siguiente: Los niños, niñas
y adolescentes son sujetos plenos de derecho y estarán protegidos por la legislación, órganos
y tribunales especializados, los cuales respetarán, garantizarán y desarrollarán los contenidos
de esta Constitución, la Convención sobre los Derechos del Niño y demás tratados
internacionales que en esta materia haya suscrito y ratificado la República. El Estado, las
familias y la sociedad asegurarán, con prioridad absoluta, protección integral, para lo cual se
tomará en cuenta su interés superior en las decisiones y acciones que les conciernan. El
Estado promoverá su incorporación progresiva a la ciudadanía activa, y un ente rector
nacional dirigirá las políticas para la protección integral de los niños, niñas y adolescentes.
13. Los textos que a continuación se transcriben han sido tomados de la Gaceta Constituyente
(Diario de Debates) Octubre-Noviembre de 1999, Asamblea Nacional Constituyente.
Caracas: Imprenta del Congreso de la República (s/f). Sesión del 22.10.1999, pp. 4-5:
“CONSTITUYENTE PORTOCARRERO (BLANCANIEVE).-
Ciudadano Presidente, colegas constituyentes. Percibo que aquí empieza a verse una
concepción bien restrictiva de la ciudadanía.
Primero: Sobre la edad; segundo: está limitada los derechos políticos. Una concepción
ciudadana es mucho más que eso.
Recuérdense que estamos incursionando en un espacio diferente y por eso es
importante llamar la atención. No se puede seguir tratando y trabajando una ciudadanía
sólo para un derecho político.

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IX. IMPRECISIÓN CONCEPTUAL

Con la Constitución de 1999 se retoma el cauce de la regulación autónoma


y simultánea de la materia nacionalidad y ciudadanía ya iniciado en 1857. Sin

Estamos transitando la concepción progresiva del derecho y llamando ciudadanos a los


niños, y niñas, en el uso progresivo de su ciudadanía. Los estamos llamando sujetos
plenos de derechos, deberes y responsabilidades.
Entonces creo, que este artículo 39 debe decir simplemente: “Los venezolanos y
venezolanas ejercen la ciudadanía y, en consecuencia, son titulares de derechos y deberes,
de conformidad con lo que establece esta Constitución”.
Es decir, declarar la condición ciudadana y su ejercicio, y luego, en artículos posteriores o
en una ley de los derechos políticos, se darán las limitaciones a la ciudadanía; pero tiene
que haber un artículo general de la ciudadanía, porque limitarlo me parece, es una concepción
restrictiva que va a entrar en contradicción con la concepción participativa y protagónica
con la que estamos comprometidos en esta Constitución.”
Sesión del 22.10.1999, pp.5-6: “CONSTITUYENTE ARISTÓBULO (ISTÚR1Z).-
Ciudadano Presidente, colegas constituyentes. Es muy acertada la aclaratoria del
constituyente Alian Brewer Carias, porque allí es donde está la diferencia.
La Constituyente Blancanieve Portocarrero hizo un planteamiento que me parece muy
serio y debemos tomar en cuenta. Una de las líneas fundamentales que se plantean en la
orientación de este texto constitucional es la característica de la progresividad.
Si limitamos a lo que la constituyente Blancanieve Portocarrero ha llamado un concepto
restringido de la ciudadanía, es limitar la ciudadanía al ejercicio exclusivo de los derechos
políticos. Y un ciudadano es quien asume deberes y derechos.
No se trata exclusivamente de ver si es el extranjero o si es el nacional, de lo que trata la
diferencia es de limitar la ciudadanía al ejercicio exclusivo del derecho político ¿Es qué la
responsabilidad de otros derechos más allá de los derechos políticos no deben estar
incluidos en el contexto de ciudadanía? ¿ Cuándo se asumen deberes no se está ejerciendo
la ciudadanía? El debate dado por los niños, niñas y adolescentes que hicieron durante
todo este año lo que se llama la Constituyente Infantil. ¡Ese fue el gran debate! Ese fue el
gran debate que dieron las Organizaciones No Gubernamentales, las organizaciones que
defienden los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes.(sigue...)
El planteamiento que hacen en esta Constitución y lo contiene el texto es que exigen el
derecho de ser ciudadanos los niños, niñas y adolescentes. Y nosotros tenemos la obligación
de ver cuáles son los derechos de esos niños, cuáles son los deberes que tienen los niños y
las niñas y que tienen nuestros adolescentes.
¿Pueden o no pueden ser ciudadanos nuestros adolescentes porque no tienen la edad que
establece esta Constitución y las leyes? Ese es el planteamiento y el planteamiento que
trae esta Constitución y que trae la Comisión y lo que está planteado en este momento, es
ampliar el concepto de ciudadanía más allá del límite que le establezca una edad, y más allá
del límite de concebir la ciudadanía sólo en el terreno del ejercicio de los derechos políticos.
Voy a apoyar y a respaldar el planteamiento de la constituyente Blancanieve Portocarrero,
de que nuestros niños, niñas y adolescentes, a lo mejor no pueden votar, pero tienen el
derecho a opinar, derecho a tomar decisiones, tienen responsabilidad con su escuela, con
su hogar, tienen derechos, los derechos de los niños y niñas están establecidos

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CIUDADANOS Y CIUDADANAS
(DE LOS LÍMITES DE LA ORIGINALIDAD)

embargo, al igual que en el pasado, resabios históricos que encuentran su raíz


en la primera Constitución republicana, han mantenido en sede constitucional
como expresión del principio constitucional de igualdad ante la ley la fórmula
oñcial según la cual el único trato que se le dará a las personas será el de
ciudadano o ciudadana. Lo anterior, además, es impuesto con independencia
de la nacionalidad, venezolana o extranjera, de los destinatarios de la fórmula,
de su condición civil o política, e inclusive de su edad. En suma, el trato oficial
de ciudadano o ciudadana con independencia de que la persona reúna o no los
presupuestos que señalan los artículos 39 y ss. de la Constitución de 1999
desvirtúa el mérito de la Sección Segunda del Capítulo II, Título III de esa
Constitución en materia de ciudadanía.

Ya se indicaba que la “tarea primordial de toda ciencia es la de fijar de


manera inequívoca el sentido auténtico de las palabras de que se sirve para
forjar los contenidos conceptuales de la realidad en forma inteligible”. Porque,
“como decía Don Andrés Bello, no hay semilla más fecunda en errores que la
costumbre de pegamos de palabras y definiciones que no entendemos.”14

umversalmente. Entonces, nosotros que vamos a formar una nueva República, sostengo
que debemos ampliar el concepto de ciudadano más allá de los derechos políticos. Los
Límites los establece la Constitución: Si es para votar, una edad, pero el votar no puede
definir la condición del ciudadano. ¡Ojo¡.”
Sesión del 30.10.1999, p.13: “CONSTITUYENTE BREWER CARIAS (ALLAN).-
...se asigna al Estado la obligación de promover la incorporación de los niños en forma
progresiva “a la ciudadanía activa”, con lo cual se confunde de nuevo el concepto de ciudadanía
que es el vínculo político que une a una persona con el Estado. Quizás se quiso señalar que
se promoverá incorporar progresivamente al niño al ejercicio pleno de sus derechos.”
14. Luis Loreto, ¿Cuándo comienza el juicio?, en Ensayos Jurídicos. Caracas: Editorial Jurídica
Venezolana, pp. 47, 60 (1987).

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