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Introduccion:

En este trabajo se demostrara la elaboración de cristales usando utensilios que se


pueden conseguir fácilmente (azúcar, sal y alubre) mezclados con agua, cada uno
con un procedimiento un algo distinto. Se pensó en la elaboración de este
experimento para poder observar el procedimiento que se lleva el lograr obtener
cristales y comprender mejor el efecto de las condiciones más de cerca sobre los
materiales, además de que también se buscaba el reflexionar acerca de los
factores que influyen en sus formas y propiedades.
Estructuras cristalinas
La estructura cristalina es uno de los estados sólidos que pueden adoptar en la
naturaleza los átomos, iones o moléculas, el cual se caracteriza por poseer un alto
ordenamiento espacial. En otras palabras, esta es una evidencia de la
“arquitectura corpuscular” que define muchos cuerpos con apariencias vítreas y
brillantes.
Estructura
En la imagen superior se ilustran unas gemas de esmeraldas.
Así como estas, muchos otros minerales, sales, metales,
aleaciones y diamantes exhiben una estructura cristalina.
Si a un cristal, cuyas partículas pudieran ser observadas a
simple vista, se le aplica operaciones de simetría (invertirlo,
rotarlo a distintos ángulos, reflejarlo en un plano, etc.), entonces
se encontrará que permanece intacto en todas las dimensiones
del espacio.
Lo contrario ocurre para un sólido amorfo, a partir del que se
obtienen diferentes ordenamientos al someterlo a una operación
de simetría. Además, este carece de patrones de repetición
estructural, lo que demuestra la aleatoriedad en la distribución
de sus partículas.
En la imagen superior el sólido cristalino es simétrico en el
espacio, mientras que el amorfo no lo es.
Si se dibujaran unos cuadrados que encerrasen unas esferas
naranjas y se les aplicara las operaciones de simetría, se encontraría que generan
otras partes del cristal.
Lo anterior se repite con cuadrados más y más pequeños, hasta dar con aquel que
sea asimétrico; el que le antecede en tamaño es, por definición, la celda unitaria.
Celda unitaria
La celda unitaria es la mínima expresión estructural que
permite la reproducción completa del sólido cristalino. A
partir de esta es posible armar el cristal, trasladándola en
todas las direcciones del espacio.
Puede considerarse como un cajón pequeño donde las
partículas, representadas por esferas, se colocan
siguiendo un patrón de llenado. Las dimensiones y
geometrías de este cajón dependen de las longitudes de
sus ejes (a, b y c), así como de los ángulos entre estos
(α, β y γ).
La más simple de todas las celdas unitarias es la de la
estructura cúbica simple (imagen superior (1)). En esta el
centro de las esferas ocupa las esquinas del cubo,
ubicándose cuatro en su base y cuatro en el techo.
En este arreglo, las esferas apenas ocupan el 52 % del volumen total del cubo, y
dado que la naturaleza aborrece el vacío, no son muchos los compuestos o
elementos que adoptan esta estructura.
Sin embargo, si al mismo cubo se le disponen las esferas de tal manera que una
ocupe el centro (cúbica centrada en el cuerpo, bcc), entonces se tendrá un
empaquetamiento más compacto y eficiente (2). Ahora las esferas ocupan el 68 %
del volumen total.
Por otra parte, en (3) ninguna esfera ocupa el centro del cubo, pero sí el centro de
sus caras, y todas ocupan hasta el 74 % del volumen total (cúbica centrada en las
caras, ccp).
Así, puede apreciarse que para el mismo cubo pueden obtenerse otros arreglos,
variando el modo de cómo se empaquetan las esferas (iones, moléculas, átomos,
etc.).
Tipos
Las estructuras cristalinas pueden clasificarse en función de sus sistemas
cristalinos o de la naturaleza química de sus partículas.
Por ejemplo, el sistema cúbico es el más común de todos y muchos sólidos
cristalinos se rigen a partir de este; sin embargo, este mismo sistema aplica tanto
para cristales iónicos como para cristales metálicos.
Según su sistema cristalino
En la imagen anterior se representan los siete sistemas cristalinos principales.
Puede notarse que en realidad hay catorce de estos, los cuales son producto de
otras formas de empaquetamientos para los mismos sistemas y conforman las
redes de Bravais.
De (1) a (3) son los cristales con sistemas cristalinos cúbicos. En (2) se observa
(por las franjas azules) que la esfera del centro y la de las esquinas interactúan
con ocho vecinos, por lo que las esferas tienen un número de coordinación de 8. Y
en (3) el número de coordinación es 12 (para verlo es necesario duplicar el cubo
en cualquier dirección).
Los elementos (4) y (5) corresponden a los sistemas tetragonales simple y
centrado en las caras. A diferencia del cúbico, su eje c es más largo que los ejes a
y b.
De (6) a (9) son los sistemas ortorrómbicos: desde el simple y el centrado en las
bases (7), hasta los centrados en el cuerpo y en las caras. En estos α, β y γ son
de 90º, pero todos los lados son de diferentes longitudes.
Las figuras (10) y (11) son los cristales monoclínicos y la (12) es el triclínico,
presentando las últimas desigualdades en todos sus ángulos y ejes.
El elemento (13) es el sistema rombohedral, análogo al cúbico pero con un ángulo
γ distinto a 90º. Finalmente están los cristales hexagonales
Los desplazamientos de los elementos (14) originan el prisma hexagonal trazados
por las líneas punteadas de verde.
Según su naturaleza química
– Si los cristales están formados por iones, entonces son cristales iónicos
presentes en las sales (NaCl, CaSO4, CuCl2, KBr, etc.)
– Las moléculas como la glucosa forman (siempre que puedan) cristales
moleculares; en este caso, los famosos cristales de azúcar.
– Los átomos cuyos enlaces son esencialmente covalentes forman cristales
covalentes. Tales son los casos del diamante o del carburo de silicio.
– Asimismo, los metales como el oro forman estructuras cúbicas compactas, las
cuales constituyen los cristales metálicos.
Ejemplos.

K2Cr2O7 (sistema triclínico) NaCl (sistema cúbico)







ZnS (wurtzita, sistema hexagonal) CuO (sistema monoclínico)


Índices de Miller.
Para conocer a los planos cristalinos en una red cristalina se utiliza el sistema
Miller, que se conoce como el recíproco de las fracciones de intersección (con
fracciones simplificadas) que el plano presenta en los átomos de las tres aristas no
paralelas a la celda unitaria.
PROCEDIMIENTOS PARA DETERMINAR LOS ÍNDICES:
1. Se elige un plano que no pase por el origen de las coordenadas (0,0,0).
2. Se determinan las intersecciones del plano de la función de los ejes
cristalográficos para un cubo unidad. Estas intersecciones pueden ser
fraccionarias.
3. Se obtiene el recíproco de las intersecciones.
4. Se simplifican las fracciones y se determina el conjunto más pequeño de
números enteros que existen en las mismas proporciones que las intersecciones.
La notación (h,k,l) se utiliza para indicar los índices de Miller en un sentido
general.
PROCEDIMIENTOS PARA DETERMINAR LA DIRECCIÓN:
1. Determinar las coordenadas inicial y final.
2. Restar final menos inicial.
3. Reducir a enteros mínimos.
4. Representar los resultados entre [ ] y usando un guion sobre aquel número que
resulte negativo.

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