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INTRODUCCIÓN

El presente trabajo tiene la finalidad de estudiar los aspectos esenciales de la teoría clásica de la
utilidad esperada recogiendo los aportes más relevantes de los principales autores que han escrito
al respecto y realizando un análisis de los conceptos fundamentales que plantean,
complementando el análisis con la evidencia experimental. El objetivo de este teorema será
corroborar la existencia de una función de utilidad que esté definida sobre premios finales que
son cantidades ciertas y que permite ordenar las elecciones individuales en condiciones de riesgo
o incertidumbre.
Los seres humanos nos vemos forzados a tomar constantemente decisiones que conllevan riesgo.
En estas situaciones, los individuos tratamos de analizar las posibilidades de las alternativas
posibles para, posteriormente, seleccionar aquellas que esperamos que nos reporten más
beneficio. Desde principios del siglo XVII ya se conocía matemáticamente la idea de
probabilidad. No obstante, la introducción al estudio de las decisiones con incertidumbre no
comenzó hasta aproximadamente un siglo después, a principios del siglo XVIII, y estuvo
asociado a la polémica que surgió en torno a la conocida como Paradoja de San Petersburgo.
Algunos autores de la época, como Daniel Bernoulli y Gabriel Cramer, postularon la idea de
Utilidad Esperada, que ha sido un aspecto fundamental en el tratamiento teórico del estudio de
las elecciones con incertidumbre.
En este sentido, el objetivo central de este trabajo es efectuar una revisión histórica de la génesis,
evolución y problemas que plantea la hipótesis de la Utilidad Esperada. Para ello, el trabajo se ha
estructurado de la siguiente forma:
En el primer capítulo del trabajo veremos cuál fue el origen de la utilidad esperada, la Paradoja
de San Petersburgo. Estudiaremos de forma breve los antecedentes, el planteamiento formal y las
soluciones más conocidas (las de Cramer y Bernoulli) de esta paradoja.
En el segundo capítulo se analiza los conceptos fundamentales, enfoque axiomático para esta
teoría.
Tercer capítulo punto, daremos cuenta de una serie de críticas realizadas al cumplimiento de los
axiomas de la Teoría de la Utilidad Esperada.
En el último capítulo basándonos en los axiomas que hemos expuesto previamente, mostraremos
su aplicación y sus evidencias.
Finalmente mostraremos las conclusiones a las que hemos llegado. El objetivo de este teorema
será corroborar la existencia de una función de utilidad que esté definida sobre premios finales
que son cantidades ciertas y que permite ordenar las elecciones individuales en condiciones de
riesgo o incertidumbre.
OBJETIVOS
- Determinar los aspectos esenciales del nacimiento de la teoría de la utilidad esperada
- Analizar los conceptos, enfoques fundamentales y Axiomas que plantea la Teoría de la
Utilidad Esperada
- Estudiar las críticas a los axiomas a la Teoría de la Utilidad Esperada
- Mostrar aplicaciones y evidencias de la Teoría de la utilidad Esperada

CAPITULO I: NACIMIENTO DE LA UTILIDAD ESPERADA


Esta teoría tiene su origen en la corriente utilitarista del siglo XVIII donde se desarrolla el
concepto de utilidad. La utilidad es una medida creada para definir un nivel de satisfacción,
felicidad o placer creado por el consumo de cualquier bien. Se asume que los individuos tienen
una función de utilidad generada por un conjunto de opciones completamente conocido por estos
y que se conduce maximizando esta utilidad.
La teoría de la utilidad esperada es un modelo de elección racional donde los individuos toman
decisiones con incertidumbre (resultados inciertos). Cada resultado posible puede cuantificarse
en términos de útiles, y representarse a través de la función de utilidad. La elección preferida,
según la teoría, será aquella cuya utilidad esperada sea la más alta; es decir, aquella utilidad que,
estando ponderada por su probabilidad, sigue siendo mayor que el resto.
La hipótesis fue inicialmente planteada por Daniel Bernoulli en 1738 a través del concepto de
esperanza moral. Más adelante, el teorema de la utilidad de Von Neumann-Morgenstern
determinó las condiciones necesarias y suficientes para que la teoría de la utilidad esperada se
cumpliese. A pesar de las discrepancias que existen, hoy esas condiciones se consideran
supuestos que definen una elección racional.
1.1 La Paradoja de San Petersburgo.

1.1.1 Antecedentes.

Antes de hablar del problema formulado por Nicholas Bernoulli conocido como la paradoja de
San Petersburgo, hay que conocer los antecedentes que llevaron a Bernoulli a plantearse ese
problema. A principios del siglo XVII se desarrolla la teoría moderna de la probabilidad donde
matemáticos como Blaise Pascal o Pierre Fermat se plantean, a través de calcular el valor
esperado, cómo de atractivo resulta un determinado juego.
El cálculo del valor esperado de un juego consiste en la suma de los productos resultantes de
multiplicar los premios que se obtendrían en un determinado juego por sus respectivas
probabilidades. Una vez calculado el valor esperado de ese juego, podemos analizar lo
interesante o atractiva que resultaría para los posibles jugadores participar en ese juego a través
del denominado criterio del juego justo, el cual nos dice que un juego es justo cuando el pago
por participar en él coincida con su esperanza matemática o valor esperado. Si el precio del
juego fuese mayor que su valor esperado estaríamos ante un juego desfavorable y si fuese
menor estaríamos ante un juego favorable para los participantes del mismo. [ CITATION Ser16 \l
10250 ]

El problema más tarde conocido como la paradoja de San Petersburgo fue formulado por
Nicholas Bernoulli en una carta dirigida a Pierre Rémond de Montmort con fecha 9 de
septiembre de 1713 donde le planteaba 5 problemas de los cuales destacamos el cuarto y el
quinto:
• Cuarto problema: es un juego que consiste en conseguir sacar un 6 al lanzar un dado y
termina al sacar un número distinto a 6. El número de lanzamientos realizados puede ser
infinito si sale infinitas veces seguidas el número 6. Los premios del juego consisten en
el pago de una moneda si sale una vez el número 6, 2 monedas si sale 2 veces, 3
monedas si sale 3 veces, y así sucesivamente. Los premios seguirán la siguiente
progresión: 1, 2, 3,…, . En este contexto, Nicholas Bernoulli se pregunta cuál será el
valor esperado del juego.

• Quinto problema: Nicholas Bernoulli se pregunta lo mismo que en el cuarto problema


pero con unos premios que siguen unas progresiones distintas a la anterior:

o 1, 2, 4, 8, 16, …,
o 1, 3, 9, 27,…, o 1,
4, 9, 16, 25,…,
Posteriormente, Montmort responde a Nicholas Bernoulli en otra carta con
fecha 15 de noviembre de 1713 en la que le dice que la resolución de los problemas que plantea
no tiene dificultad. Montmort dice que basta con encontrar la suma de las series de las
respectivas progresiones (cuadrados, cubos,…).
La siguiente carta se la envía Nicholas Bernoulli a Montmort con fecha 20 de febrero de 1714.
Nicholas Bernoulli está de acuerdo en la solución que le plantea Montmort pero le dice que
debería haber intentado buscar una solución al problema porque se da un curioso caso. Nicholas
Bernoulli llama x al valor esperado del juego. En el caso del cuarto problema tendremos:

Donde y es el valor esperado después de sacar 6 en la primera tirada y que


será necesariamente x+1 porque el jugador espera recibir algunas monedas con la siguiente
progresión: 2, 3, 4, 5, 6,… de la que cada término es una unidad mayor que el valor de la
progresión de los premios: 1, 2, 3, 4, 5,…
Por lo tanto, sustituimos x+1 por y en la ecuación anterior y obtendremos el siguiente resultado:

Así pues, el valor esperado del juego será 6.


Sin embargo, cuando hacemos lo mismo para el quinto problema con la serie de premios: 1, 2, 4,
8,… obtenemos el siguiente resultado:


Este resultado es una contradicción. Además, Nicholas Bernoulli duda si el valor esperado del
cuarto problema, que es 6, es una cantidad excesivamente grande.
Posteriormente Montmort vuelve a responder a Nicholas Bernoulli en una carta con fecha 24 de
marzo de 1714 en la que le dice que está de acuerdo con la solución que da al cuarto problema
pero no con la solución del quinto problema. Además, Montmort dice que no se cree capaz para
resolver el problema y que este problema debe ser investigado.
1.1.2. El planteamiento de la Paradoja de San Petersburgo.

A continuación se muestra una versión simplificada del juego planteado por Nicholas
Bernoulli:
Se plantea un juego consistente en el lanzamiento de una moneda n veces hasta que salga la
primera cruz. En ese momento se deja de lanzar la moneda. El premio que recibirá el jugador
será de 2n €, donde n es el número de veces que ha sido lanzada la moneda. El juego tiene un
número infinito de resultados puesto que solo se acaba hasta que salga la primera cruz y podría
darse un resultado en que saliese de forma continuada un número reiterado de caras, aunque
este resultado resulte muy improbable:

La probabilidad de que salga cruz en el n-ésimo

lanzamiento de moneda será igual a . Así pues, las probabilidades de los premios serían las
siguientes

, , …,
Al sumar los productos resultantes de multiplicar los
posibles premios por sus correspondientes probabilidades obtendremos el valor esperado del
juego que como vemos a continuación es infinito:

Aunque según el llamado criterio del juego justo mencionado anteriormente nos dice que el
precio que estaría dispuesto a pagar una persona por participar en el juego sería infinito, lo
cierto es que parece difícil que cualquier persona acepte pagar un elevado precio por participar
en este juego.
El propio Nicholas Bernoulli intentó encontrar la solución durante un periodo de tiempo hasta
que en 1715 decidió consultar a su primo Daniel puesto que éste poseía una gran capacidad
matemática. Daniel Bernoulli se encontraba en San Petersburgo, ciudad dónde estaba
concentrado gran parte del conocimiento de esta época y que posteriormente dio nombre a la
paradoja. Después de reflexionar durante un largo periodo de tiempo, en 1738, Daniel Bernoulli
publicó su propuesta de solución para el problema que le formuló su primo Nicholas Bernoulli.
La solución que dio Daniel Bernoulli tiene que ver con la distinción que hace entre cantidad de
dinero y utilidad del dinero. Esto último es, según Daniel Bernoulli, lo que la gente racional o
con sentido común valora. También hay que destacar que anteriormente Gabriel Cramer ya
había dado una solución al problema en 1728 aunque menos elaborada que la dada por Daniel
Bernoulli. La solución de Cramer es conocida porque D. Bernoulli la incorporó explícitamente
en su propio artículo.
1.2.3. Las Soluciones a la Paradoja de San Petersburgo.

- La solución de Cramer.
Gabriel Cramer en una carta escrita a Nicholas Bernoulli con fecha 21 de mayo de 1728 le dice
que cree haber encontrado una solución al quinto problema planteado por Nicholas. La
paradoja consiste en que cualquiera que desee participar en el juego debe dar una cantidad
infinita por participar en ese juego. Esto parece absurdo, puesto que según Cramer, ninguna
persona racional daría más de 20 monedas por participar en dicho juego. Cramer justifica esta
contradicción de la siguiente forma:

"los matemáticos, en su teoría, valoran el dinero en proporción a la cantidad del mismo. En


cambio, la gente con sentido común, en la práctica, lo valora proporción a la utilidad que
puede obtener de él".[ CITATION Ber38 \l 10250 ]

La esperanza del juego da un valor infinito de monedas. Pero Cramer supone que la valoración
la hace una persona racional, no un matemático, y que a una persona racional ya no le produce
más placer una vez llegado a una cantidad determinada de monedas que él consideraba de 10 o
20 millones de monedas. Entonces el supuso que el juego está limitado al placer que producen

16.777.216 ( ) monedas.
Así que el valor esperado que él obtiene es el siguiente:

Por lo tanto, según Cramer, la esperanza del juego es


de 13 monedas, lo cual parece mucho más razonable que infinito.
Cramer continúa diciendo que es cierto que 100 millones son más valorados por la gente que 10
millones, pero no son 10 veces mejor valorados. Ahora supone que la utilidad viene dada por la
raíz cuadrada de la cantidad de dinero x:

Así pues, la utilidad esperada será:


Pero esta cantidad no es el equivalente o precio del juego. El precio del juego debe ser el que
iguale la pérdida de utilidad que tendría en caso de perder a la utilidad que tendría si resultase

ganador. Por tanto, el equivalente o precio del juego ( ) sería el siguiente:

Cramer cree que esta estimación se acerca más que la que tiene como resultado un valor
esperado igual a 13. Esto es suficiente, según su opinión, para demostrar que una personal
racional no daría una cantidad infinita de monedas por participar en este juego.
- La solución de Daniel Bernoulli.

La solución que da Daniel Bernoulli a la paradoja de San Petersburgo aparece publicada en el


mencionado artículo de 1738 "Specimen theoriae novae de mensura sortis".En este artículo,
Daniel Bernoulli dice que es necesario distinguir entre precio y utilidad:
• Precio: es igual para todas las personas.

• Utilidad: depende de las circunstancias particulares de cada persona.

Esta distinción entre precio y utilidad la ilustra con un ejemplo que consiste en que un pobre
posee un billete de lotería que con una probabilidad del 50% se obtiene un premio de 20.000
Ducados y con la misma probabilidad no se obtiene nada. Con esta situación, Daniel Bernoulli
se pregunta si el pobre haría bien vendiendo ese billete de lotería por un precio de 9.000
Ducados y llega a la conclusión de que sí actuaría correctamente en venderlo por ese precio. En
cambio, una persona rica haría mal si renunciara a comprar esa lotería por un precio de 9.000
Ducados. Con este ejemplo, deja claro que una ganancia de 1.000 Ducados es más significativa
para una persona pobre que para una persona rica.
Daniel Bernoulli, en el sexto punto de su artículo, afirma lo siguiente: “la utilidad resultante de
cualquier pequeño incremento de la riqueza será inversamente proporcional a la cantidad de
bienes previamente poseídos”. Por ello, utiliza la siguiente función de utilidad

Figura 1: Función de utilidad de D. Bernoulli


Fuente: D. Bernoulli. “Specimen theoriae novae de mensura sortis”, página 158.

En el eje de ordenadas está representada la riqueza y en el eje de abscisas la utilidad. Así pues, la
utilidad esperada del juego sería la distancia PO y vendría dada por la siguiente ecuación:

Dónde m, n, p, q,… representan las probabilidades de las respectivas ganancias.


Para conocer cuánto estará dispuesto a arriesgar el individuo por participar en este juego
debemos mirar en la parte opuesta de la función de utilidad. La distancia Bp representa la
máxima pérdida que el individuo estaría dispuesto a asumir y la distancia po representa la
disminución de la utilidad. En un juego justo en términos de utilidad, la pérdida de utilidad por
participar en él debe igualarse a la utilidad esperada de ganar en dicho juego. Por lo tanto:
An=AN ó po=PO.
Como ya hemos mencionado, Daniel Bernoulli valora la utilidad marginal de forma decreciente
pero utiliza una función de utilidad distinta a la propuesta por Cramer. A continuación
mostramos una versión simplificada de la función de utilidad que utiliza Daniel Bernoulli
determinada por el logaritmo neperiano de la cantidad de dinero:1

Así pues, la utilidad esperada de la paradoja de San Petersburgo sería la siguiente:

1 Función de utilidad original de D. Bernoulli:


El equivalente cierto o precio del juego ( ) Sería el siguiente:
II. TEORIA DE LA UTILIDAD ESPERADA

2.1. Definición.

´”La utilidad es una medida creada para definir un nivel de satisfacción, felicidad o placer
creado por el consumo de cualquier bien”.
En ese contexto, la teoría de la utilidad esperada aborda el análisis de situaciones donde los
individuos deben tomar una decisión sin saber qué resultados pueden trascender de esa
decisión; es decir, tomar decisiones bajo incertidumbre.
Estos individuos elegirán el acto que dará lugar a la utilidad esperada, más alta, siendo ésta la
suma de los productos de probabilidad y utilidad sobre todos los resultados posibles. La
decisión también dependerá de la aversión al riesgo del agente y la utilidad de otros agentes.

2.2. Derivación de la utilidad esperada usando los axiomas de Von Neumann y


Morgenstern.

El principal objetivo de la teoría de Von Neumann y Morgenstern es demostrar que la


utilidad es medible y puede ser utilizada como criterio para tomar decisiones bajo
condiciones de riesgo.
Ambos autores sostienen que si un agente es racional, entonces para analizar su elección
entre dos loterías L1 y L2 podemos definir una función de utilidad U (.) continua y creciente
tal que:

L1  L2  U ( L1 )  U (L2 )
La racionalidad implica el cumplimiento de los tres siguientes axiomas:

a) Axioma Nº 01: ordenamiento.

El agente tiene una relación de preferencia  sobre el espacio l de todas las loterías
entre las que se puede escoger, que es definida, completa y transitiva.

Esto significa que el agente siempre puede comparar cualquier par de loterías y decidir si
una de ellas es preferible a la otra, o si ambas son indiferentes. El ordenamiento que
resulta de estas comparaciones debe ser lógicamente consistente, en el sentido de que no
viola la condición de transitividad.

b) Axioma Nº 02: continuidad.

La relación de preferencias  sobre el espacio l de las loterías posibles es continua si ,


para cualquier conjunto de tres loterías L1 , L2 Y L3 , tales que L1 > L2>L3, existe un  
 0,1 tal que  L1+(1-  )L3  L2.

Esto significa que con las loterías L1 y L2 podemos construir un lotería compleja L
donde el agente puede construir L1 o L2 con probabilidades

 y 1-  , respectivamente de tal manera que el agente se muestre indiferente entre la



lotería L2 y la lotería compleja L .

Este axioma es un requisito básico para la existencia de una función de utilidad continua,
pues nos garantiza que siempre se va poder contar con una secuencia infinita de loterías y
de valores reales asociados a estas loterías, tal manera que no va poder producir
comportamientos discontinuos.

c) Axioma Nº 03: independencia.

 sobre el espacio l de las loterías cumple con el axioma de


La relación de preferencias
independencia si, para cualquier conjunto de tres loterías L1,L2, y L3 se cumple que L1>L2
, si solo si  L1 + (1+  )L3 >  L2+(1-  )L3,    0,1

Esto significa que si combinamos cada una de las dos teorías L 1 y L2 con una tercera
teoría L3, el ordenamiento de las dos combinaciones resultantes es independiente del
complemento utilizado, ósea (L3).
2.3. Aversión al riesgo:

El término riesgo se entiendo como la variabilidad de los resultados de determinada actividad


incierta. Si la variabilidad es poca, casi podemos dar por seguro la actividad. Con una noción
de variabilidad no más compleja que esta, podemos demostrar que los individuos, cuando
afrontan una elección entre dos jugadas riesgosas, que tienen el mismo valor esperado,
normalmente elegirán la que tenga un rendimiento menos variable.
2.4. Incertidumbre y Riesgo.
La presencia de incertidumbre supone que las consecuencias que se derivan de cada
alternativa disponible no se conocen de antemano, sino que dependen de la ocurrencia de sucesos
aleatorios fuera del control del consumidor.
Conocemos la teoría de la elección cuando los agentes tienen certeza sobre las canastas
que consumen. Sin embargo, existen muchas situaciones en las cuales esto no ocurre: Consumo
de loterías y apuestas, elección de partidos políticos, la compra de seguros, las transacciones en
la bolsa.
Denotaremos con X el conjunto de posibles resultados (pagos monetarios, canastas de
consumo, estados de salud). Este conjunto es finito. Los resultados los indexamos con
n 1,...,N : X1 , X2 ,…, X N . Supondremos que las probabilidades con la que estos resultados se
dan son objetivas y conocidas.

Ejemplo:
Existen tres posibles pagos monetarios: X1 100 , X2 10 , X3  0 (Puede pensar en
acciones que ofrecen estos pagos bajo 3 posibles estados de la naturaleza: auge, normalidad,
recesión).
Existen dos loterías: L  0,1,0 y L'  .10,.89,.01
Podríamos calcular el valor esperado de cada lotería:
VEL  0*100 1*10  0*0 10 VEL'  0.1*100 0.89*10 0.01*0 18.9
¿Podemos decir que un individuo prefiere la lotería L' a la L ?
Antes de la teoría de UE, los economistas pensaban que el valor esperado de los pagos (y
quizás la varianza) eran suficientes para tomar decisiones. Sin embargo, una paradoja propuesta
por Bernoulli cambió esta visión.

Si le decimos a alguien que decida entre pagar $1000 y jugar esta lotería o no jugarla (cuyo
VE=0), la gente preferiría lo segundo! La teoría de UE ayuda a resolver esta paradoja: Lo
importante es la utilidad esperada por los pagos y no los pagos en sí.
III. CRITICA A LA TEORIA DE LA UTILIDAD ESPERADA
Se podría decir que la crítica a la TUE tiene su inicio en la escuela austriaca. Los economistas de
esta línea representan un extremo opuesto de la teoría clásica, tanto así que desechan toda
posibilidad de utilización de técnicas matemáticas en la economía por su imposibilidad para
representar de forma fiel la conducta de las personas.
Los economistas austriacos sostienen que la conducta del individuo se basa en el proceso de
captar información y formarse expectativas para formarse la idea de la mejor solución. Estos
economistas son los primeros en reconocer que es importante incluir en el análisis las
restricciones ético morales que tienen los individuos, argumentando que estos no se comportan
siempre de forma oportunista en todas las ocasiones, no se comportan "como si" hicieran el
análisis costo-beneficio derivado de la estructura formal de incentivos. Muchas personas no
sacan provecho de situaciones ilícitas, aunque no exista posibilidad de castigo. Esto es
importante porque hace pensar que los precios muchas veces no reflejan el valor presente
descontado de largo plazo de los bienes, calculado en base a la utilidad esperada, si no que
refleja la restricción que acepta el individuo por asegurar el recibimiento del bien, "representado
por las restricciones reciprocas sobre su comportamiento que aceptan los demás como su parte
del intercambio contractual".
En síntesis, plantean que la clave está en desarmar la dicotomía entre individuo y sociedad.
Menos extremistas son los economistas críticos de la TUE más reconocidos, por un lado, no
desechan las matemáticas como herramient a útil para la economía y tampoco echan abajo la
teoría, sino más bien intentan mejorarla y completarla con supuestos más realistas. De hecho,
han sido muchas las críticas a la irrealidad de los supuestos de la teoría económica, el propio
Paul Samuelson sostuvo que a pesar de ser quizás un mal necesario, llamo al idealismo un
desmérito para cualquier teoría. Sin embargo, faltan modelos alternativos útiles para poder
reemplazar los actuales. Herbert Simon es el mayor representante del intento de llevar a cabo un
nuevo modelo que se ajuste más a la realidad de la conducta humana. Este economista,
psicólogo, matemático, cientista de la tecnología de la información y pionero en la inteligencia
artificial, intentó llevar a cabo sus demostraciones matemáticas al lenguaje computacional,
planteando la teoría de la racionalidad acotada o limitada, en que desarrolla la forma en que los
individuos toman decisiones a través de algoritmos, en el cual la decisión que estos toman es el
resultado del procesamiento de la información por variables mediadoras, distinto de la
maximización de beneficios. [ CITATION Sim72 \l 10250 ] introduce el concepto de las relaciones de
empleo y la subsecuente relación jerárquica como uno de los factores claves en la producción, no
tomado en cuenta por la economía clásica.
De acuerdo a Simon muchas de las decisiones de los individuos en los mercados no están
reflejadas en el precio (externalidades). Un ejemplo que da Simón es el de las personas que
toman su decisión electoral en función de una sola cuestión que los obsesiona y no considerando
la totalidad de las variables relevantes. De acuerdo con esto, podríamos replantear algunos
modelos de la teoría de juegos como el dilema del prisionero, desde el punto de vista de la
incidencia de los valores. Por ejemplo, si uno de los prisioneros es conocido por su férrea
convicción respecto del valor de la fidelidad, se podría llegar al nivel de máximos pagos donde
ninguno confiesa si el otro prisionero en correspondencia a la conducta que espera del otro,
también elige no confesar o por no querer enfrentar el rechazo social en el que se vería inmerso
en caso de ser el único que confiesa. Como plantea el autor quizás, como primera aproximación,
parece razonable suponer que la gente actuará en función de su interés personal y por lo tanto es
importante desarrollar las instituciones necesarias que se encarguen de esclarecer y maximizar
este interés, pero no cabe duda de que el análisis sobre la conducta de los individuos aún está en
deuda. Sobre todo, sobre la base de que el ser humano cada vez es más consciente de que el
propio bienestar está relacionado íntimamente con la armonía del medio ambiente en general, es
decir que cada vez el bienestar social cumple una función más importante dentro del bienestar
individual.
Según Simon los individuos dadas sus limitaciones cognitivas identifican subobjetivos y van
aprendiendo en función de los resultados del proceso de decisión. Este proceso se divide en
cuatro partes, donde el individuo encuentra la oportunidad de elección, evalúa las posibles
estrategias a seguir, se elige la más satisfactoria para ese momento especifico y se evalúan las
selecciones anteriores. Vemos que en este proceso los pilares fundamentales son la búsqueda y la
satisfacción. En base a esto planteó un concepto nuevo para referirse a la conducta de los
individuos, la racionalidad limitada.
A diferencia de la teoría económica clásica, esta teoría sostiene que el individuo, frente a la
imposibilidad de conocer todas las alternativas posibles, cuando encuentra una alternativa que se
ajusta a su apreciación previa, se queda con esta, es decir el individuo en vez de maximizar,
busca más bien un nivel de satisfacción o "satisface", en vez de optimizar. Esto no significa que
el hombre sea irracional, simplemente que en el contexto complejo donde se realiza el proceso
cognitivo el individuo toma la mejor alternativa que puede, que es muy lejana a la alternativa
óptima.
Simon experimentó que apenas introducía pequeñas complicaciones en una situación de elección
la conducta de los individuos se alejaba notoriamente de la conducta que predice la TUE. Este
autor afirma que la gente ni siquiera se comporta como si fuera racional, que es el argumento que
ocupan muchos economistas para seguir respaldando la TUE, es más no es ni siquiera una mala
aproximación del comportamiento de las empresas que uno podría pensar que tiende a ser más
racional en la medida que los tomadores de decisiones son profesionales preparados para tomar
elecciones óptimas.
3.1. Paradoja de Allais
La paradoja de Allais es un problema de elección diseñado por Maurice Allais (1953) para
mostrar una inconsistencia en la teoría de la utilidad esperada relativa a la divergencia entre
los valores predictos y los observados.
Allais es uno de los primeros que critica la TUE, presentando un experimento donde
demuestra mediante la contratación empírica que se violan sus principales axiomas.
En su experimento presenta a las personas evaluadas la siguiente elección hipotética:
 Alternativa A: recibir $100 con certeza
 Alternativa B: recibir: 500 con probabilidad de 0,1

100 con probabilidad de 0,89


0 con probabilidad de 0,01
Luego se les presenta la segunda elección que consiste en:

 Alternativa C: recibir 100 con probabilidad de 0,11

0 con probabilidad de 0,89

 Alternativa D: recibir 500 con probabilidad de 0,1

0 con probabilidad de 0,9


Según los axiomas de la TUE un individuo que prefiere A a B, debería preferir C a D, según
el criterio de independencia ya que esta segunda elección esta creada a partir de la primera
simplemente restando el pago de 100 con probabilidad de 0,89 a las alternativas A y B para
crear las alternativas C y D.
Sin embargo, la mayoría de las personas prefirieron A a B y D a C, contrariando la TUE. De
hecho, con un poco de álgebra llegamos a la contradicción lógica de que esta elección
empírica requiere que:
0,11U(100) > 0,1U(500) + 0,01U(0) , al mismo tiempo que:
0,11U(100) < 0,1U(500) + 0,01U(0).
Muchos investigadores han llevado a cabo este experimento llegando a las mismas
conclusiones que Allais. Experimentos como este se han desarrollado de forma extensa,
contrariando la TUE, pero existe el debate sobre si un experimento de laboratorio realmente
reproduce las condiciones de la realidad y si los individuos realmente toman las decisiones de
la misma forma que la tomarían frente a un escenario real. Se podría discutir cada
experimento por separado, lo que nos llevaría a la conclusión de que algunos son más
confiables que otros, pero nunca un experimento crearía las mismas circunstancias que la
realidad, no obstante, desde que Allais desarrolla su experimento, estos se han ido
sofisticando y en conjunto con el análisis científico han desarrollado los elementos necesarios
para, a lo menos, inferir varios patrones comunes sobre la conducta de los individuos.
3.2. La paradoja de Ellsberg
Nueve años después de que Allais desarrollara su investigación, Daniel Ellsberg(1961),
desarrolló un experimento en el que presentaba a los participantes la siguiente situación:
Una caja con 90 bolas de las cuales se sabía que 30 eran rojas y que el resto eran negras o
amarillas. Los participantes del experimento tenían que apostar eligiendo entre dos
alternativas. La apuesta A consistía en apostar a sacar una roja. De ser efectivamente así
ganaban una cantidad determinada de dinero. Si la bola era negra o amarilla perdían esa
cantidad. La apuesta B consistía en apostar a una bola amarilla con los mismos pagos. Luego
se enfrentaban a otra elección de dos apuestas. La apuesta C en que se apostaba a roja o negra
de forma que solo se podía perder si salía amarilla y la apuesta D en que se apostaba a
amarilla o negra, es decir solo sacando una roja se podía perder.
La mayoría de los participantes en la segunda elección escogían la apuesta D y en la primera
escogían mayoritariamente la apuesta A, lo que desde el punto de vista de la TUE es una
contradicción puesto que se viola el axioma de independencia. Al elegir la apuesta A en la
primera elección se está prefiriendo P(R), o sea la probabilidad de sacar una bola roja, en vez
de P(A), que es la probabilidad de sacar una bola amarilla. Siendo P(N) la probabilidad de
sacar una bola negra en la segunda elección al preferir la apuesta D se está prefiriendo P(A) +
P(N) a P(R) + P(N). Por consiguiente, al incluir la probabilidad de las negras en ambas
opciones la preferencia se invierte.
Ellsberg define este fenómeno generalizando que las personas tienden a preferir las opciones
donde la probabilidad es conocida. Seria por esta razón que se elige en ambas opciones la
apuesta que representa una probabilidad cierta. Dejando de lado el axioma de independencia
podríamos explicar esta conducta simplemente asumiendo que existe una conducta marcada
principalmente por una aversión al riesgo. Para comprobar esto sería interesante repetir el
experimento para distintos niveles de probabilidad, disminuyendo la probabilidad de sacar la
bola ganadora en la primera apuesta y evaluando como varía la distribución de las apuestas. Si
la variación no es marginal, la aversión al riesgo nos serviría para explicar esta conducta. De
lo contrario tendríamos que considerar que las personas en la realidad solo se arriesgan
porque creen erróneamente poder predecir las probabilidades de las distintas posibilidades.
IV. EVIDENCIA Y APLICACIÓN
IV.1. Evidencia
En la realidad existen diversos casos donde se podría especular sobre el incumplimiento de la
TUE, como es el caso de las burbujas financieras o de las relaciones de empleo al interior de las
organizaciones, sin embargo, en estos casos e imposible aislar de la conducta de los individuos
una única característica por lo que típicamente se recurre a los experimentos de laboratorio.

La paradoja de Ellsberg: Nueve años después de que Allais desarrollara su investigación, Daniel
Elslberg desarrollò un experimento en el que presentaba a los participantes la siguiente situación:
Una caja con 90 bolas de las cuales se sabía que 30 eran rojas y que el resto eran negras o
amarillas. Los participantes del experimento tenían que apostar eligiendo entre dos alternativas.
La apuesta A consistía en apostar a sacar una roja. De ser efectivamente así ganaban una
cantidad determinada de dinero. Si la bola era negra o amarilla perdían esa cantidad. La apuesta
B consistía en apostar a una bola amarilla con los mismos pagos. Luego se enfrentaban a otra
elección de dos apuestas. La apuesta C en que se apostaba a roja o negra de forma que solo se
podía perder si salía amarilla y la apuesta D en que se apostaba a amarilla o negra, es decir solo
sacando una roja se podía perder.

La mayoría de los participantes en la segunda elección escogían la apuesta D y en la primera


escogían mayoritariamente la apuesta A, lo que desde el punto de vista de la TUE es una
contradicción puesto que se viola el axioma de independencia. Al elegir la apuesta A en la
primera elección se esta prefiriendo P(R), o sea la probabilidad de sacar una bola roja, en vez de
P(A), que es la probabilidad de sacar una bola amarilla. Siendo P(N) la probabilidad de sacar una
bola negra en la segunda elección al preferir la apuesta D se esta prefiriendo P(A) + P(N) a P(R)
+ P(N). Por consiguiente, al incluir la probabilidad de las negras en ambas opciones la
preferencia se invierte.
Elsber define este fenómeno generalizando que las personas tienden a preferir las opciones
donde la probabilidad es conocida. Seria por esta razón que se elige en ambas opciones la
apuesta que representa una probabilidad cierta. Dejando de lado el axioma de independencia
podríamos explicar esta conducta simplemente asumiendo que existe una conducta marcada
principalmente por una aversión al riesgo. Para comprobar esto sería interesante repetir el
experimento para distintos niveles de probabilidad, disminuyendo la probabilidad de sacar la
bola ganadora en la primera apuesta y evaluando como varía la distribución de las apuestas. Si la
variación no es marginal, la aversión al riesgo nos serviría para explicar esta conducta. De lo
contrario tendríamos que considerar que las personas en la realidad solo se arriesgan porque
creen erróneamente poder predecir las probabilidades de las distintas posibilidades.
Reforzando la Evidencia Ellen J. Langer et al. en 1978 desarrollan un experimento en el cual una
persona trata de colarse en una fila para usar la fotocopiadora usando distintas excusas. Cuando
esta persona usaba frases en forma de petición como “disculpe, ¿Podría ocupar la
fotocopiadora?”, en general era rechazada, pero cuando usaba frases de forma explicativa,
generalmente la petición era aceptada, incluyendo "disculpe, ¿podría ocupar la fotocopiadora
porque quiero hacer fotocopias?”.
Existe evidencia de que las emociones distorsionan nuestras decisiones. Principalmente porque
los estímulos que llaman nuestra atención desde la perspectiva emocional convierten el objeto en
una situación accesible desde el punto de vista cognitivo, por lo que se procesa de forma
diferente al análisis abstracto. Este es un aspecto de la conducta humana que sabemos es bien
aprovechada en la publicidad.

Como vemos, existe evidencia de sobra para refutar la TUE desde casi todos los ángulos por lo
que considero que se comprueba mi hipótesis de que la Teoría de la utilidad esperada falla en la
predicción de muchos fenómenos a causa de sus supuestos erróneos acerca de la conducta de los
individuos.

IV.2. Aplicaciones
IV.2.1. Paradoja de San Petesburgo:

Esta lotería da un premio de:


2 rublos con probabilidad ½; de 4 rublos con probabilidad de ¼; o sea, que hay premios de 2n
rublos con probabilidad (1/2)n , para n = 1,2,3,...,N.
Por tanto, la suma (el valor esperado) es N si hay N vueltas. Si N tiende a infinito, el valor
esperado también. Sin embargo, nadie estaba dispuesto a pagar mucho por esta lotería

La clave de la solución es que no se puede explicar el comportamiento respecto a esta lotería por
su valor esperado, que es infinito. Lo que propone Bernoulli es que a los individuos no les
interesa el premio x , sino la utilidad del premio U(x) . Si la distribución de probabilidad es
discreta, mientras que el valor esperado está dado por

Bernoulli propuso en particular una utilidad logarítmica, que es cóncava y lleva a una utilidad
marginal decreciente del ingreso

Como demostró Bernoulli para el caso de la paradoja de San Petesburgo, el individuo no va a


estar dispuesto apostar mucho en este caso. Sin embargo, la función de utilidad logarítmica no
alcanza para explicar por qué no se acepta apostar mucho por otras loterías que tienen también
un valor esperado infinito, por ejemplo, ganar 2 pesos con probabilidad ½ o ganar 2n pesos con
probabilidad ½. Para eso hace falta introducir una característica adicional, que la función de
utilidad es acotada, a lo que volvemos enseguida.

IV.2.2. Actitudes frente al riesgo y utilidad del ingreso


La idea de concavidad de la función de utilidad, con una derivada segunda de la función de
utilidad negativa, fue incorporada en la revolución marginalista de 1870 como utilidad marginal
decreciente de un bien, y luego como utilidad marginal decreciente del ingreso (esto último llevó
a argumentos para la redistribución del ingreso). Estas discusiones fueron abandonadas con el
enfoque ordinal de la utilidad, que no permite hacer comparaciones interpersonales de utilidad.
La idea más amplia de utilidad esperada tuvo que esperar otros tres cuartos de siglo para ser
incorporada a la economía, lo que sucede a partir de la obra de 1944 de von Neumann y
Morgenstern sobre teoría de juegos. La utilidad propuesta por Bernoulli fue axiomatizada por
von Neumann y Morgenstern, por lo que la teoría de utilidad esperada se suele llamar utilidad de
von Neumann y Morgenstern. Tiene ciertas de las propiedades de la utilidad cardinal, como por
ejemplo una derivada segunda con un signo definido. El signo de esta derivada segunda puede
ser nulo (indiferencia al riesgo), negativo (aversión al riesgo) o positivo (propensión al riesgo).
La diferencia con la utilidad cardinal es que no hay comparabilidad interpersonal de utilidades,
ya que cada escala es arbitraria dado que cualquier transformación lineal también es una
representación de las mismas preferencias.
Indiferencia al riesgo
El valor esperado y la utilidad esperada de una lotería llevan a resultados similares cuando hay
indiferencia al riesgo. El caso de indiferencia al riesgo se puede representar por una utilidad
lineal en el ingreso:

Es decir, si una lotería tiene mayor valor esperada que otra, una persona indiferente al riesgo va a
preferir la lotería con mayor valor esperado. Por tanto, maximizar la utilidad es lo mismo que
maximizar el valor esperado. Uno puede esperar que las preferencias van a ser lineales para
apuestas “chicas”.

IV.2.3. Ejemplos:
 La utilidad para 30,000 € es de 18.
 La utilidad para 10,000 € es de 10.
 Debe comparar la utilidad del empleo arriesgado con la utilidad del empleo actual, que es
de 13.5 Para evaluar el nuevo empleo, tenemos que calcular la utilidad esperada del
empleo arriesgado.
La utilidad esperada es la suma de las utilidades correspondientes a todos los resultados posibles,
ponderada por la probabilidad de que se produzca cada resultado.

E(u) = (Prob. de Utilidad 1) *(Utilidad 1) + (Prob. of Utilidad 2)*(Utilidad 2)


La utilidad esperada es:
E(u) = (1/2)u(10,000€) + (1/2)u(30,000€) = 0.5(10) + 0.5(18) = 14

La utilidad esperada E(u) del nuevo empleo es 14, mayor que la del empleo actual de 13.5 y por
tanto se prefiere el nuevo empleo respecto al inicial.

Cuando las opciones son inciertas:


 Los consumidores maximizan su utilidad esperada,
 Que es una media ponderada de la utilidad de cada resultado, en la que las ponderaciones
son las probabilidades correspondientes.
Los individuos difieren en su actitud ante el riesgo: pueden ser renuentes/aversos al riesgo,
neutrales o amantes del riesgo.

Renuente/Averso al riesgo:
 Persona que prefiere una renta segura a una renta arriesgada que tenga el mismo valor
esperado.
 El individuo tiene una renta cuya utilidad marginal es decreciente.
 La contratación de un seguro refleja la actitud más común frente al riesgo.
CONCLUSION

 En el estudio del nacimiento de la Teoría de la Utilidad Esperada, muestramos el análisis


que hace el conocido matemático Frances Bernoulli sobre la imposibilidad de calcular el
valor esperado de una situación probabilística como la simple suma de la multiplicación de
la probabilidad de ocurrencia por el valor de la elección relacionado a esta probabilidad. De
esta forma da origen al concepto de la utilidad esperada, intentando resolver el problema de
definir la conducta aparentemente no racional de las personas frente a muchas situaciones, si
las personas en vez de maximizar el valor esperado, maximizan algo desconocido llamado
utilidad, se pueden explicar muchas decisiones que de otra forma serían consideradas
irracionales.
 De acuerdo con la teoría de Von Neumann y Morgenstern , los agentes pueden elegir entre
distintas alternativas riesgosas (o loterías), considerando la utilidad esperada de cada una de
ellas, lo cual significa que los agentes pueden asignar probabilidades a los eventos asociados
a cada alternativa riesgosa y , asimismo determinar la utilidad que proporciona los resultados
del evento.Un agente muestra aversión, neutralidad o propensión al riesgo, si la certeza de
obtener una suma equivalente a la ganancia esperada de una lotería le resulta preferible,
indiferente o menos preferible que jugar dicha lotería.
 Aunque muchas veces, la TUE se aleje bastante de la realidad, sigue siendo una gran
herramienta de análisis o a lo menos, un valioso intento de transformar un fenómeno real
que a simple vista parece ambiguo y difícilmente observable en un modelo predictivo
simple. Dicho esto, corresponde dar énfasis a la necesidad latente de reformar o mejorar la
TUE, incorporando supuestos más realistas sobre la base del estudio empírico de la conducta
de los individuos, con el fin de crear un modelo con mayor capacidad predictiva, ya que los
individuos, además de enfrentar obstáculos concretos en el proceso de toma de decisiones,
están restringidos por sus propias limitaciones cognitivas, por lo que "satisfacen" en vez de
optimizar y no tienen la capacidad para ajustar los deseos a su actuar de forma automática,
como asume implícitamente la TUE.
 Existe evidencia de que las emociones distorsionan nuestras decisiones. Principalmente
porque los estímulos que llaman nuestra atención desde la perspectiva emocional convierten
el objeto en una situación accesible desde el punto de vista cognitivo, por lo que se procesa
de forma diferente al análisis abstracto. Este es un aspecto de la conducta humana que
sabemos es bien aprovechada en la publicidad.
BIBLIOGRAFIA

Libros

 Allais, M. (1953). Le Comportement de l'Homme Rationnel devant le Risque: Critique


des Postulats et Axiomes de l'Ecole Americaine.
Bernoulli, D. (1738). Specimen Theoriae Novae de Mesura Sortis”, en Segura, J. y Rodriguez
Braun, C.C. (ed), La economía en sus textos,. Taurus, Madrid


 Ellsberg, D. (1961). Riesgo, ambigüedad y los axiomas de Savage.
 Fernández, J. (2010). Microeconomía. Teoría y aplicaciones. (2a ed.). Lima, Perú:
Universidad del Pacifico
 García, S. M. (2016). La génesis histórica de la Teoría de la Utilidad Esperada.
Valladolid.
 Nicholson, W. (2008). Teoría Económicamente. Principios básicos y ampliaciones. (9a
ed.). México D.F, México: CENCAGE Learning.
 Moubarak, A. (2008). Teoría de la utilidad esperada: una aproximación realista.
Santiago, Chile 2008. Universidad de Chile.

 Simon, H. (1972). Teorías de la racionalidad limitada.

Página web
 https://policonomics.com/es/teoria-utilidad-esperada/

 https://economia.uniandes.edu.co/files/profesores/oskar_nupia/docs/Micro
%203/Apuntes/09_incertidumbre(1).pdf

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