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), Historia y vida
ceremonial en las comunidades mesoamericanas: los ritos agrícolas,
México, INAH-UNAM, 2004.
CAPITULO 15
CULTO DEDICADO A TOTATZIN. LA TRADICIÓN CULTURAL
MESOAMERICANA EN TETELCINGO, MORELOS.
Claudia Leyva Corro
División de Posgrado, ENAH
La primera inquietud que me llevó a realizar este estudio 1 fue querer saber cómo
Tetelcingo, un pueblo de tradición cultural náhuatl, podía mantenerse étnicamente
diferenciado dentro de un medio urbanizado como Cuautla, municipio al que pertenece.
Enfoqué mi investigación en la vida ceremonial, como parte de la tradición cultural
mesoamericana, y cómo ésta ha constituido un mecanismo importante para la construcción
de la identidad propia en Tetelcingo, así como para mantener cohesión en el pueblo frente a
los cambios que han impuesto fuerzas ajenas. En de las ceremonias agrícolas he
identificado un ciclo ritual al que he denominado, Culto dedicado a Totatzin, que
corresponde al ciclo agrícola en las tierras de temporal; documenté el ciclo completo
durante el 2000. La meta ha sido comprender cómo el ritual agrícola expresa y ordena su
comprensión del mundo y cómo Tetelcingo ha mantenido una identidad y una cohesión
social que le han permitido reproducir su cultura a través del tiempo, por lo que también he
investigado las implicaciones de su vida ritual dentro de la organización social y la
movilización comunal.
El enfoque de mi investigación consiste en analizar la vida ritual como un producto
histórico y cultural. En la vida ceremonial de Tetelcingo convergen diversas influencias
históricas: aspectos milenarios precolombinos, como el propio cultivo del maíz, la
organización colonial del sistema de cargos, la veneración de las imágenes católicas
cargadas de significados propios y el uso de tecnologías modernas, entre otros, que
constituyen en conjunto ejes de la identidad cultural propia en la actualidad. Por ello ha
sido importante tener en cuenta que la identidad de los tetelcingas se expresa en función de
un proceso histórico particular, y que esta vida ceremonial, manifestada en los rituales
practicados y reelaborados a través del tiempo permiten su vigencia. El espacio de la
antropología es siempre histórico, así como el tiempo del historiador, quien aprehende en
un espacio determinado, es antropológico.
Coincido con Broda (1991, 1994, 1995) y Good (1988, 2001) cuando afirman que
1
Agradezco a las doctoras Catharine Good y Johanna Broda por permitirme formar parte de los talleres de
investigación Organización social y procesos culturales indígenas y Organización y cosmovisiones
prehispánicas, los cuales dirigen respectivamente, así como al doctor Druzo Maldonado por la asesoría en
su taller Procesos de cambio, historia y antropología de Morelos, todos ellos en la Escuela Nacional de
Antropología e Historia. El trabajo semanal de estos talleres, llenos de intercambio y productiva discusión,
han influido de manera importante en mi investigación en la comunidad indígena de Tetelcingo, Morelos.
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imitando al humo que sube, que con el copal de sus sahumerios se conectan con Dios y por
eso en este ritual Totatzin “puede moverse” y salir a trabajar con ellos al campo. Cabe
mencionar que con relación a esta interpretación, el recorrido de las imágenes durante el
ciclo es del oriente al poniente donde están las demás iglesias y los campos de cultivo de
temporal.
La noche de la “veluria” el altar está pletórico de flores y veladoras (fig. 2).
Realmente resulta impresionante admirarlo porque iconográficamente da una imagen muy
bella, llena de colorido, y que a pesar de su abigarramiento, todo guarda un orden perfecto
y armónico, lo cual es sorprendente ya que la iglesia de los Reyes es muy pequeña. Los
dos santos sepulcros están en el altar de la iglesia de Los Reyes desde hace 20 días. Si los
vemos de frente el de la derecha representa a Dios Padre y el de la izquierda a Dios Hijo; a
su vez frente a cada uno de los sepulcros están los dos retablos o lienzos que representan
igualmente a Dios Padre e Hijo, y que también salen en procesión. Del lado izquierdo del
altar, a un costado de Dios Hijo, está la escultura de Cristo que también circula, y delante
de ella, el gallo que los precede en la procesión.
En la fiesta de octubre en la iglesia de Los Reyes, todas las imágenes están
ricamente decoradas con collares de cempasúchil, los cuales son colocados específicamente
por los padrinos. El altar y los costados de la iglesia están rebosantes de flores que han
llevado los visitantes. Inmediatamente debajo del altar el piso está cubierto de veladoras
prendidas, docenas de ellas, que bien podrían llegar a cientos. La escena resulta visual y
estéticamente impresionante. En la puerta de la iglesia construyen un techo de paja con
pilares de madera, los cuales forran de ramos de gladiolas rojas y blancas. El arco de la
puerta del atrio también se adorno con flores. Este atrio es aproximadamente diez veces
más grande que la iglesia.
Al costado derecho de la iglesia, 4 en el atrio, las mayordomas de esta iglesia tienen
sobre fogones improvisados grandes botes y ollas donde se cuecen elotes, dulce de calabaza
y champurrado con el que se convidará a todos los visitantes al día siguiente. Mucho de lo
que se va cociendo lo llevan al interior de la iglesia y lo colocan lo más cerca que pueden al
altar y en los costados como ofrenda.
Mientras tanto la gente no deja de fluir llevando flores y veladoras. Al entrar a la
iglesia primeramente se santiguan ante las imágenes, encienden su veladora y la colocan
en el piso y después entregan las flores a los mayordomos hombres que son los que están
constantemente acomodando el altar; luego saludan a los mayordomos que se encuentran
adentro, principalmente a las mayordomas quienes pueden estar sentadas o acostadas en
algún petate. La forma de saludarse entre los tetelcingas, tanto en la iglesia como en
cualquier parte, es muy peculiar: el saludo con la mano no es un apretón como
regularmente se acostumbra en otros lugares, sino que con la palma extendida apenas se
rozan los dedos, de la mitad hacia las yemas. Y en nahuatl, si es de día dicen: Ye tlaca, y si
es de tarde o noche dicen: Ye youac, e indistintamente a cualquier hora dicen: Ye imani.
A las 4:30 de la madrugada hacen repicar las campanas de una manera muy
peculiar, y a las 5 de la mañana llega la primera danza, la de las Pastoras, quienes al mismo
tiempo que danzan cantan alabanzas en náhuatl. Simultáneamente los grupos de mariachis
afuera, en el atrio, bajo el techo de palma, no dejan de tocar ni las campanas cesan su
repiqueteo, además de que los cohetes son estallados uno tras otro durante toda la
celebración. Asombrosamente con toda esta estridencia hay mayordomos que adentro de la
4
Del mismo modo se describe a las iglesias mientras el espectador la observa de frente.
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recorrido hacia la derecha, al ir hacia la izquierda pasa hincada frente a las que iniciaron
después que ella. De este modo como espectador uno puede apreciar una fila horizontal de
mayordomas frente al altar que hacen su saludo ritual. Visualmente es muy hermoso
porque además de la belleza del propio altar, de las 14 mayordomas del Calvario sólo
cuatro no utilizan la indumentaria tradicional, chincuete, y como son las más jóvenes, son
las que saludan al final.
Al terminar su saludo a Totatzin, dejan sus sahumerios en el piso y proceden a
saludar a sus tocomuales y tocompuales de Los Reyes, es decir, a los mayordomos de la
iglesia a la que llegan. También tiene su protocolo ya que nuevamente los hombres, al
terminar primero de santiguarse, son los que inician el saludo a los otros mayordomos, y
después a todas las mujeres. El saludo es apenas con un roce de los dedos y son muy
rigurosos en seguir su costumbre protocolaria de saludo.
Mientras tanto, los Santiagos continúan su danza en el atrio de los Reyes. Las
pastoras cantan y danzan dentro de la iglesia, pero ahora ellas llevan un elote cocido en la
mano izquierda y un trozo de dulce de calabaza en la derecha. Ambos grupos prolongan sus
danzas hasta pasada las 10:00 de la mañana. Es en ese momento cuando casi toda la gente
que acompañó esta primera procesión se retira porque en las siguientes dos horas las
nontles prepararán y llevarán a cabo su ceremonia para que Totatzin pueda salir. Esta
ceremonia, que incluye una especie de danza ante el altar, es parte del ritual de cambio de
recinto, que ejecutan la nonpasoro y las nontles durante las velurias previas a la fiesta de
octubre sólo que en esas ocasiones se realiza en la madrugada.
Las nontles llevan a cabo su ceremonia de 10:15 a 12:15 hrs. Únicamente en esta
fiesta de octubre, cuando las nontles inician su “danza” frente al altar tras ellas están tres
parejas de niños Santiagos, que al mismo compás del violín que acompaña a las nontles,
bailan en parejas asidos mediante unos pañuelos rojos con los que dan vueltas sobre sí
mismos y se van cambiando de adelante para atrás. Igualmente, mientras las nontles hacían
su ritual en el interior de la iglesia, llegan los grupos de Apaches (danza azteca) que inician
sus ejecuciones formando varios círculos en el atrio (fig. 3).
Uno de estos dos grupos es de Tetelcingo y en la parte posterior de su estandarte de
la Virgen de Guadalupe dice: “Unión Conformidad y Conquista. Danza Azteca fundada por
Mariano Zavala e hijos en 1940, 12 de diciembre”. Los apaches finalizaron su danza hasta
las 12:30, hora en que comienza la misa. Mientras tanto los apaches se trasladan a las casas
donde preparan una comida especial para ellos.
A partir de las 12 del día el atrio y la calle se llenan nuevamente de gente. Cabe
resaltar que las mayordomas y nontles, aunque ya terminó su ceremonial adentro, siguen
inmersas en su propia organización ritual, ahora comiendo y brindando entre ellas en honor
a Totatzin.5 Después de una misa a las 13:30 horas las mayordomas de Los Reyes
comienzan a repartir entre la gente dulce de calabaza y elotes; mientras llega la danza de
los Gañanes, también llamada de Vaqueros, integrada por aproximadamente 50 hombres
adultos, esta danza evoca la época de las haciendas (fig. 4).
Junto con el delegado y su suplente, los mayordomos traen a los padrinos de está
fiesta, quienes llegan ante el altar con cirios decorados con láminas de colores y grandes
racimos de cañas y milpas en las manos. Estos padrinos saludan a Totatzin y a los
mayordomos del Calvario y de Los Reyes con el mismo protocolo formados primero los
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En otro trabajo abordaré y detallaré sus prácticas como especialistas rituales. Especialmente las velurias
donde las nontles y nonpasoro ejecutan una danza muy peculiar gracias a la cual Totatzin “puede moverse”.
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hombres y luego las mujeres. Son aproximadamente ocho parejas de padrinos y también
colocan nuevas guirnaldas de cempasúchiles sobre los sepulcros, los retablos, la escultura y
el gallito; las llevaban en lienzos anudados, como grandes itacates de flores.6
Después de la misa Los Gañanes ejecuten su danza en el atrio, alternando con los
Santiagos, y poco después con los Apaches que danzan afuera del atrio, en la calle. Las
danzas se prolongan hasta las 16:00 horas, tiempo de salida de la segunda procesión.
De regreso al Calvario
Los mayordomos del Calvario son los encargados de quitar las guirnaldas viejas y
organizar la bajada de las imágenes de la plataforma del altar. Todas ellas son manejadas
con mucho tiento y delicadeza; una vez abajo las sacuden con un plumero. Mientras se
ejecutan esos movimientos impera el silencio en el interior de la iglesia y una nontle toca
una campana repetidamente hasta que toda la formación de imágenes está lista.
Acompañada por una banda de música, la segunda procesión del día sale de la
siguiente manera:
Hasta adelante van los Santiagos con su danza de avanzar y retroceder.
Después siguen las yuntas, que se salen del camino una calle antes de cruzar la carretera,
es decir, no llegan hasta el Calvario.
Tras ellas viene la danza de los Gañanes en la que unos representan a los hacendados
(con un vestuario que entremezcla trajes de charro con trajes de “licenciados”,
ingenieros, arquitectos y fumigadores) y otros a los peones, que reciben constantes
latigazos, como parte de su coreografía.
Sigue el niño que lleva el gallo.
Luego el sacerdote que lleva una cruz, pero no viste sotana; frente a él van tres acólitos
y uno de ellos va con un incensario común para el ritual católico.
A continuación vienen las imágenes en el siguiente orden:
La Virgen de la Soledad (cargada por cuatro jovencitas).
La escultura de Cristo (cargada por cuatro jovencitas).
El lienzo o retablo de Dios Padre (cargado por dos señoras).
El santo sepulcro de Dios Padre (cargado seis señores).
El lienzo o retablo de Dios Hijo (cargado por dos señoras).
El santo sepulcro de Dios Hijo (cargado por seis señores).
Las imágenes vienen rodeadas principalmente por los mayordomos. Atrás de ellos
avanzan la banda de música y todo el pueblo con sus ofrendas y sus sahumerios. Hay
momentos en que no es posible avanzar por lo aglomerado de la calle (véase foto 5).
La procesión camina muy lentamente. El recorrido dura un poco más de cuatro horas y
sigue el mismo trayecto de la procesión de la mañana, que duró una hora y 20 minutos.
Con un paso normal este camino se cubre en 15 o 20 minutos.
La nonpasoro toca la campana y sahúma los sepulcros mientras están detenidos en los
dos arcos donde hay mesas decoradas para que bajen los sepulcros y descansen un poco
quienes los cargan.
Mucha gente que llega al Calvario antes que toda la procesión, se forma para entrar
y tomar una flor, principalmente gladiolas, de las que ya están colocadas en el altar.
Después de tomarla estiran la mano y con la punta de la flor rozan las imágenes que están
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Existe otro proceso ritual para la selección de padrinos, así como otro más cuando asumen dicho
compromiso.
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ahí esperando la procesión que llega cuando ya oscureció. Afuera con los puestos de
comida y la feria todo es algarabía.
Los Santiagos son los primeros en entrar a la iglesia, donde reunidos todos esperan
a que lleguen las imágenes hasta la puerta. El capitán de ellos recibe de manos de uno de
los mayordomos la cajita que está en el altar y que tiene al niño Jesús dentro; da un
recorrido dentro de la iglesia con él y luego lo devuelve a su lugar. Ahora ya también con
los gañanes dentro, ambos grupos de danzantes, con una vela encendida y un ramito de
flores en la mano (con el cual también rozaron a los santos que están dentro) salen
formados de la iglesia; mientras las imágenes de la procesión están afuera de la puerta de la
iglesia esperando entrar, estos danzantes con sus velas y sus flores en la mano avanzan de
rodillas de la iglesia, primero Santiagos y después Vaqueros, en riguroso orden, pasando
por debajo de cada una de las imágenes, que están afuera con la misma formación en la que
venían
Después de esto entran las imágenes que son acomodadas meticulosamente otra vez,
y la gente hace filas interminables para tomar una flor y rozarla sobre todas las imágenes,
como para impregnar a la flor de su energía o fuerza. El momento es muy emotivo y lleno
de devoción. Al salir, la gente es convidada por los mayordomos del Calvario para probar
de los diferentes platillos: pipían con esquites, mixiote de pollo, arroz y cerveza. La gente
se va acomodando en el pasto del atrio para comer, y así la verbena popular, con música,
toritos, bombas y estrellas, termina hasta entrada la noche.
Su conciencia muosieuale
Es significativo en Tetelcingo, que el término que utilizan para nombrarse a sí
mismos y nombrar a su idioma sea el de muosieuale, o maceual y no náhuatl, concepto
utilizado en el medio académico. Originalmente esta palabra designaba a la gente común
dentro la sociedad altamente jerarquizada en la época prehispánica.
La mayoría de la población que habla la lengua nativa utiliza el mismo término para
nombrarse, pero de manera inconsciente, como parte de su tradición. Además hoy en
Tetelcingo este término, muosieuale, tiene un sentido estratégico y logístico con una
dimensión política donde esta identidad es reivindicada por los habitantes de Tetelcingo
que en general no participan en los rituales sino más bien en las actividades políticas y
culturales. Para ellos, quienes en un alto porcentaje tienen un mayor grado de ducación
formal, llamarse muosieuales y nombrar a su idioma muosieuale, es una decisión
consciente con implicaciones políticas que se refieren a la resistencia cultural.
Reflexión final
Para finalizar me gustaría resaltar que estudiar la vida ceremonial de este pueblo,
como mecanismo importante de cohesión e identidad, y documentar completamente el
Culto dedicado a Totatzin, para mí no constituye una esfera aislada de lo político, lo
económico y lo social en Tetelcingo, como comunidad indígena campesina, hoy día en el
complejo contexto nacional e internacional. Asimismo, quisiera expresar que el enfoque
crítico de la antropología mexicana me parece apropiado ya que se aleja de la perspectiva
integracionista occidental y busca un compromiso social con los actores motivo de estudio.
Es decir, para el caso de las comunidades indias, me parece importante reconocer su
calidad de sujetos y no como objetos pasivos en los procesos de investigación. De igual
manera como parte del trabajo de investigación en las comunidades, creo que es importante
generar un proceso de diálogo que nos dé alternativas políticas y culturales para una
relación digna y respetuosa de la sociedad hacia los pueblos indios.
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