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Constante o por episodios: la sensación constante

sugiere hipertiroidismo, mientras que al ser episódica

hay que hacer la diferencia entre fiebre (se puede

acompañar de sudación, escalofríos, diaforesis y

malestar general), y bochornos. Algunos refieren que

eventos episódicos de hipertermia pueden estar relacionados

con aumentos de las cifras tensionales; por

ejemplo, en pacientes con feocromocitoma.

2. Síntomas acompañantes: la presencia de escalofríos y

diaforesis sugieren que sea fiebre; el nerviosismo y

temblor sugieren hipertiroidismo.

ÉNFASIS EN LA EXPLORACIÓN

Lo primero en la evaluación de estas sensaciones anormales

es tomar la temperatura. Hipotermia se define

como una temperatura central por debajo de los 35 °C,

mientras que fiebre por arriba de los 37.2 °C (en caso de

toma única en cavidad oral. Ver capítulo Fiebre). El

golpe de calor por lo general se diagnostica con temperaturas

superiores a los 40 °C. Cambios en la frecuencia

cardiaca son también sugestivos de enfermedad tiroidea

o de insuficiencia cardiaca. Hipotensión en una extremidad

específica sugiere enfermedad arterial periférica.

La exploración física general debe orientarse a descartar

las causas más frecuentes de este síntoma y debe incluir:

1. Exploración de piel y mucosas: valorando coloración y

estado de humedad.

2. Exploración de tórax: en busca de datos de enfermedad

cardiaca, en especial presencia de ruidos anormales

o taquicardia.
3. Exploración abdominal: en busca de datos de insuficiencia

hepática (hepatomegalia, nevo arácnidos, ascitis

e ictericia, entre otros).

4. Exploración neurológica: en busca de datos de neuropatía

periférica, debe incluir evaluación de la fuerza,

sensibilidad y reflejos.

5. Exploración de extremidades: en busca de edema que

puede estar presente en hipotiroidismo, insuficiencia

cardiaca, insuficiencia hepática o alteraciones vasculares

periféricas (ver capítulo Edemas).

REMISIÓN AL SERVICIO DE URGENCIAS

• En caso de corroborarse fiebre (de origen desconocido)

o hipotermia.

• En caso de intoxicación por alcohol, u otros fármacos,

que curse con hipotermia.

• En caso de choque de calor o de frío.

REMISIÓN NO URGENTE,

PERO ACONSEJABLE

• Episodios repetitivos de trastornos de la temperatura

(geriatría).

• Inadecuada respuesta al tratamiento instaurado.

• Anciano solo.

• Ante el diagnóstico de hipertiroidismo remisión a

endocrinología.

PARACLÍNICOS

Esenciales

Biometría hemática, para descartar anemia; glucemia y

pruebas tiroideas (TSH y T4). En caso de paciente diabético

conocido, realizar glucometrías al momento del


síntoma para descartar hipoglucemias.

Según sospecha diagnóstica

• Transaminasas, bilirrubinas y albúmina ante la sospecha

de hepatopatía.

• Albúmina, prealbúmina, cuadro hemático (anemia y

linfopenia), ante sospecha de desnutrición.

• Urea y creatinina, parcial de orina, ante la sospecha de

nefropatía.

• Concentraciones de vitamina B12 y ácido fólico en presencia

de macrocitosis o síndromes de malabsorción.

APROXIMACIÓN TERAPÉUTICA

Medidas generales

• Retirar medicamentos que pudieran causar alteraciones

en la temperatura.

• Optimizar la alimentación.

• El resto de medidas serán específicas según la patología

encontrada. En el caso del hipotiroidismo, es necesario

iniciar el reemplazo hormonal a bajas dosis e incrementar

de forma progresiva (levotiroxina, iniciar 12.5 μg/día,

en ayunas y aumentar cada cinco días, la misma proporción,

hasta la dosis deseada). El control de TSH, debe

realizarse cada seis meses, una vez que se estabilice el

paciente; para optimizar las dosis, deben hacerse los controles

a las seis semanas posteriores a los reajustes.

QUÉ HACER CUANDO EL ANCIANO LE

ES CONTRA-REMITIDO

• Si al paciente le fue diagnosticado hipertiroidismo y

está en control con metimazole, realizarle cuadro

hemático bimensual en búsqueda de agranulocitosis.


• En caso de diagnóstico de hipotiroidismo controlado,

pruebas tiroideas (TSH), semestral.

• Todo anciano que esté tomando levotiroxina debe tener

reemplazo de calcio (1 200 mg/día, repartidos en dos dosis

y con vigilancia de la frecuencia en las deposiciones).

QUÉ NO HACER

• Asumir que el síntoma es parte normal del proceso de

envejecimiento.

• Iniciar medicación sin certeza diagnóstica.

174 • Geriatría para el médico familiar (Capítulo 37)

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