Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Zayas Hélène. Apocalipsis de solentiname o la encrucijada del escritor. In: América : Cahiers du CRICCAL, n°17, 1997. Le
fantastique argentin: Silvina Ocampo, Julio Cortázar. pp. 165-174;
doi : https://doi.org/10.3406/ameri.1997.1996
https://www.persee.fr/doc/ameri_0982-9237_1997_num_17_1_1996
1. Julio Cortâzar, Nicaragua tan violentamente dulce, Muchnik editores, Barcelona, 1984.
2. La narraciôn en primera persona e incluso en tercera persona con el uso de una focaliza-
ciôn interna adoptando el punto de vista de un solo personaje suele crear ya esta impresiôn
de relato autobiogrâfico. Recordemos la conocida anécdota contada por el propio Cortâzar a
propôsito de la opinion de Ana Maria Barrenechea a este respecte Cf. Julio Cortâzar, « Del
cuento brève y sus alrededores » in La casilla de los Morelli, Tusquets, cuarta ediciôn,
Buenos Aires, 1988, p. 107.
166 Elena Zayas
[...] nos fuimos a dormir casi en seguida pero antes vi las pin-
turas en un rincôn, Ernesto hablaba con su gente y sacaba de
una boisa las provisiones y regalos que traïa de San José, al-
guien dormia en una hamaca y yo vi las pinturas en un rincôn,
empecé a mirarlas.5
1. Julio Cortâzar, Alguien que andapor ahi, Alfaguara, Sexta edition, Madrid, 1993, p. 96.
2. Ibid., p. 96.
3. « Un estilo que maravillosamente finge la oralidad, la soltura fluyente del habla cotidiana,
el expresarse espontâneo, sin afeites ni petulancias, del hombre comûn. Se trata de una ilu-
siôn [...]. La lengua de Cortâzar es también una fiction ». Mario Vargas Llosa, Prôlogo,
Cuentos completos, tomo 1, de Julio Cortâzar, Alfaguara, Madrid, 1994, p. 20.
4. Asî aparecen personajes reaies como William Aguledo, joven colombiano. Era estudiante
de seminario en Medellîn donde conociô a Ernesto Cardenal, le acompanô en 1966 cuando
empezô la experiencia en la isla de Solentiname. Teresa Builes es la esposa de William. Cf.
M. Randall, Cristianos en la revolution, Nueva Nicaragua, Managua, 1983.
5. Julio Cortâzar, Alguien que andapor ahi, op. cit., pp. 97-98.
168 Elena Zayas
1. Ibid., p. 98.
2. Ibid., pp. 99-100.
3. Sergio Ramirez, op. cit., p. 47.
4. Julio Cortâzar, Alguien que anda por ahi, op. cit., p. 101.
APOC ALIPSIS DE SOLENTINAME ... 169
1. « Celui qui perçoit l'événement doit opter pour l'une des deux solutions possibles: ou bien
il s'agit d'une illusion des sens, d'un produit de l'imagination et les lois du monde restent
alors ce qu'elles sont ; ou bien l'événement a véritablement lieu, il est partie intégrante de
la réalité, mais alors cette réalité est régie par des lois inconnues de nous [. . .]. Le
fantastique occupe le temps de cette incertidude ». Tzvetan Todorov, Introduction à la littérature
fantastique, Seuil, Paris, 1970, p. 29.
2. Julio Cortâzar, Alguien que andapor ahi, p. 102.
3. Cf. M.C. Pons, « Compromiso politico y fiction en "Segunda vez" y "Apocalipsis de
Solentiname" de Julio Cortâzar », Revista mexicana de sociologia, UNAM, n° 4, oct-dic.
1992, pp. 183-202. Sin embargo, racionalizar la experiencia descrita en el cuento diciendo
simplemente que se trata de una alucinaciôn, ya que Claudine no vive la misma experiencia,
nos parece mermar una dimension del cuento que, en gran parte, saca su eficacia de ese pa-
rentesco con la literatura fantâstica.
170 Elena Zayas
1. Julio Cortâzar, Alguien que anda por ahi, op. cit., p. 102.
2. Julio Cortâzar, « Del cuento brève y sus alrededores » in La casilla de los Morelli, op.
cit., p. 114.
3. Cf. Julio Cortâzar, « Mon fantastique », La quinzaine littéraire (100), août 1970.
4. El propio Cortâzar contô con que finalidad escribiô el cuento Alguien que anda por ahi.
Cf. Bernard Terramorsi, op. cit., p. 171.
Apoc alipsis de Sojlentiname ... 171
1 . Sobre este mismo tema : «... Los dos se preguntaron con amable ironia parisiense si toda
la gente del Rio de la Plata tendria la imagination fâcil ». El idolo de las Cicladas, Final del
juego, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1971, p. 75.
Apocalipsis de Solentiname ... 173
1. Entre otros textos, también se puede consul tar, « El escritor y su quehacer en America la-
tina », in Nicaragua tan violentamente dulce, op. cit., pp. 77-89.
2. « Mucho de lo que he escrito se ordena bajo el signo de la excentricidad, puesto que entre
vivir y escribir nunca admitî una clara diferencia [...]. Del sentimiento de no estar del
todo », La casilla de los Morelli, op. cit., p. 59.
3. B. Terramorsi, propone diferentes interpretaciones. Op. cit.
4. « Algunos aspectos del cuento », La casilla de los Morelli, op. cit., p. 137.
5. El idolo de las Cicladas, op. cit., p. 84. « ... lamiendo el filo del hacha y pensando que
Teresa era la puntualidad en persona ».
174 Elena Zayas
Elena ZAYAS