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Domenech Tirado Sociologia Simetrica Cropped PDF
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(comps.)
SOCIOLOGÍA SIMÉTRICA
SOCIOLOGÍA
MÉDA El
Un valor en de extinción
JEAN-PIERRE DUpuy EI sacrifício y la envidia
TEUN VAN DIJK Ideologia
JÜRGEN W. FALTER EI extremismo político
enAlemania
MWHAEL BAURMANN El mercado de la virtud
MANuEL GIL ANTÓN Conocimiento C"E!nj,tfi~(;
y acción social
CARLOS SANTIAGO NINO La constitudón
de la democracia deliberativa
IREr-."E VASlLACHIS DE GIALDINO La construcción
de representacü Bociales.
Discurso y prensa escrita
THEODOR W. ADORNO Introducción a la sociolOl!
LEFF
l<''''TDTOTTl<' Ciencias Bodales
mación ambiental
EMMÁNUEL LIZCANO colectivo
y creadón matemática
ROBERT Ao DAHL .lJ4':l>j'Jues de la revolución
© by Editorial Gedisa
Muntaner 460, entlo., 1ª
08006 Barcelona, Espana
e-mail:gedisa@gedisa.com
ISBN: 84-7432-632-X
legal: B-18306í1998
Impreso en
cí Constitució, 19, 08014 Barcelona
en
Printed in Spain
para
Michel Callon
Agradecimientos
, 18
(comp.), A Sociology of Monsters: Essays on Power,
nology and Domination, Routledge, Londres 1991, pp. 103-
1. VersÍón castellana: Francisco Javier Tirado.
o e1 orden social.
Saciology af Mons-
ters: Essays on Power, Technology and Domination; Building
Technology, Shaping Society (editado conjuntamente con Wie-
be Bijker), o la más reciente Organizing Modernity.
Nick Lee es lecturer deI Departamento de Sociología deI
CSTT (Centre for Social Theory and Technology) de la Uni-
versidad de Keele. Sus investigaciones se centran principal-
mente en e1 análisis de los efectos sociales de las políticas de
protección a la infancia, las estrategias de cooperación entre
organismos gubernamentales y la representación legal de la
infancia. publicado diversos artículos y colaborado en la re-
dacción de varios libros que analizan e1 impacto del postes-
tructuralismo en e1 pensamiento social y
y
Mike Michael es lecturer deI Departamento de Sociología,
en e1 Goldsmith's College de la Universidad Londres. Sus
intereses incluyen la sociología de ciencia y la tecnología,
comprensión pública de la denda y la psicología social crítica.
Actualmente trabaja en los temas comprensión pública
de la genética y del papel de tecnología en los procesos de
ordenamiento. Es autor de la obra Constructing Identities.
Vicky es lecturer Centre for Science Studies
and Science Policy de de Lancaster. Actual-
su línea de investigación se centra en e1 es-
tudio de las respuestas del público a la información médica
a los
Claves para la lectura
de textos simétricos
y
. en
sus relatos se caracterÍzan por su material.
Así, las fronteras entre lo social y e1 domínio de
natural se disuelven, las
mente se Ímnutan a actores
nadas con elementos no-humanos y la diferenciación entre ni-
veles de explícación se vuelve inservible.
Desde su aparición en la escena de la sociología del cono-
cimiento científico, los teóricos deI actor-red han acufíado o
tomado prestados diferentes conceptos que han ido desarro-
llando a lo largo de sus prolíficas obras. Enrolamiento, Íntere-
samiento, simetría generalizada, punto de paso obligado, tra-
ducción, actante, cuasi-objeto, inscrípción o dispositivo son
algunos de los términos habituales entre estos autores, una
buena parte de los cuales ha merecido la edición de un vo-
cabulario comentado (Akrich y Latour, 1992). De entre todos,
el de simetría generalizada
, . es,
,
según nuestro parecer, un con-
su per-
mite trazar trayectoria que entronca la teoría actor-red
con cierta influyente tradición de pensamiento construccio-
nista, aunque ello no sea en forma de
bien, como expresión una
sus resultados.
Efectivamente, la propuesta de una sociología simétrica es,
en gran medida, una respuesta aI efecto reificador que
planteamientos inspirados en e1 construccionismo social
tenido respecto de lo social en explicación de ciertos
nómenos. Si bien e1 construccionismo social ha tenido un
portante papel en la labor de poner manifiesto las prácticas
objetivadoras, que son moneda en el quehacer
co para conseguir presentar como naturales diferentes objetos
conocimiento, su redundado, .LHJlCUJlUC'H
cer de lo de su
parte
a los autores d.e textos Slmetncos a
de discurso que lugares comunes y que adopta un
lenguaje deliberadamente complejo, no exento, sin embargo,
....nt'C> ...c.r>,.,~ c>" y aparentemente
autores vean en
Claves para la lectura
de textos
simetria
LUIJ.lV"-causalidad,
Bloor (1976) pro-
concepción
conocimiento no
U,,"íVj..LUL,
requiere explicación; sóIo e1 error, lo falso, lo irracional necesi-
tan de una justificación causal (Woolgar, 1988; DomEmech,
1990). AI considerar que la verdad surge directamente de los
hechos mismos no queda espacio para concebir una sociología
de la verdad, sólo es posible plantearse lo que se ha llamado
una sodología deI error, es decir, una sociología que toma
como objeto de análisis la ideologia, las falsas creencias y los
prejuicios, pero nunca la verdad.
De esta manera, esos sociólogos de la denda habían asu-
mido acríticamente la separación de contextos que la filosofía
la denda había asentado distinguir entre un contexto de
justificación que tendría que ver con las cuestiones referentes
y y
y un contexto de descu-
tluecutluu para la sociología, disciplina
a la que SOlo se capacitada para los
errores. Consecuentemente, los contenidos la denda que-
la investigación sociológica, sóIo se debía
prestar atención al papel que tiene e1 contexto en que se
actividad en quê medida o
un
unos
cómo ha sido que uno de los oponentes en una controversia
cede y asume los argumentos del otro.
Es evidente que la postura simétrica, tal y como es plantea-
da por Bloor, requiere de nosotros un claro desapego respecto
de conceptos como los de verdad, racionalidad u objetividad
y un cuestionamiento de manera tradicional de
plantear la ciencia como un campo que debe permanecer
necesariamente ajeno a la influencia social para producir un
verdadero conocimiento científico. en este sentido nos pare-
ce especialmente importante, si queremos situar debidamen-
te la apuesta simétrica, la comprensión de la obra del segun-
do Wittgenstein. la entre y
errar supone claramente la que
estaba planteado en la crítica de Wittgenstein (1958, 1969) a
concepción cartesiana del conocimiento. la peculiar
manera que tiene Descartes de e1 problema deI
escepticismo lo que coloca en el centro la reflexión filosó-
fica moderna la cuestión de epistemología como ejercicio
privilegiado para la dilucidación de lo que debe ser conside-
o no como verdad. de conocer requiere
la imposibilidad de estar a Descartes a
plantear que hay cosas las que no podemos estar
vocados. EUa unido a una
representación de la realidad
antes co embrollo acerca los
to que la epistemología toma a su
no acometer su
búsqueda de
lenguaje para encontrar alguna prueba que no sea la coheren-
da» (Rorty, 1979: 168-169). La metodología o la epistemología
aparecen como metadiscursos improbables cuando contempla-
mos e1 conocimiento como una cuestión de conversadón y de
práctica social antes que como un intento de reflejar la na-
turaleza (Rorty, 1979).
Es posible, pues, encontrar ya en Wittgenstein una formu-
lación acerca del conocimiento, la verdad y el error que permi-
te pensar posteriormente la simetría tal y como la plantea
Bloor. De hecho, éste mismo cree atisbar en aquél lo que po-
dría llamarse una teoría social del conocimiento (Bloor, 1983).
Wittgenstein pone de LH'Ol.HJCUC;O
~ a
métrica, ya que en lugar de superar disimetría impuesta
por la separación de contextos, que posibilita es un cambio
de polo preeminente. Efectivamente, principio de simetria de
Bloor, tal y como es desarrollado especialmente por aquellos
que abrazan una perspectiva construccionista de la ciencia y
la tecnología (Collins y Pinch, 1982; Pinch y Bijker, 1987), aca-
ba resultando «constructivista para y «realista
para la sociedad». Los construccionistas
conclusión de que es en y no en
U.LUHUO natural donde que explicaciones para
de las de co-
(1987),
«Son las dos nociones de naturaleza y de sociedad las que hay que
abandonar como principio de explicaCÍón Es una soCÍo-natu-
raleza lo que se produce, ligando humanos a no-humanos, fabri-
cando nuevas redes de asociaciones» CCallon-Latour, 1990: 35).
«Una vez cada pocos afios me encuentro con que estoy leyendo un
libro va a marcar y dar forma a la manera en que practico la
OV',LV.LV".L~. Vigilar y castigar de Michel Foucault es uno de esos li-
sus lecciones acerca de la continuidad de estructura y
Cl5C;HL.lO., la formación de agencia, la naturaleza material de lo so-
error, la
ciencia alienada o la ideología; es la verdad misma» (Foucault,
1979: 189)
No e8 de extrafíar, pues, que Latour y Woolgar (1979),
cuando hablan del «comercio de la ciencia», adopten la termi-
nología foucaultiana y utilicen la noción de «economía política
de la verdad» (Foucault, 1976) para referirse a ese complejo
proceso por e1 que los científicos producen datos creíbles y ac-
tivan ciclos de credibilidad. Está claro que esa ide a de la cien-
cia como forma de discurso entre otros posibles, y uno de cuyos
efectos principales es «efecto de verdad», está ya presente
en la obra de Foucault.
cl marea
una supuestas
entidades naturales que las ciencias toman como objetos de
estudio preexistentes. Foucault hace comprensible mejor que
nadie cómo los objetos naturales no son sino
efectos de práctricas objetivadoras. no es
sino un efecto este
«En la práctica, lo que hace que un cuerpo, unos gestos, unos dis-
cursos, unos deseos sean identificados y constituidos como indivi-
duas, es en sí uno de los efectos de (Foucault,
1979: 144).
de la y la actividad de los
cos en términos de dominación, sometimiento y lucha atra-
igualmente los textos de los teóricos deI actor-red. Gran
su trabajo se resume en mostrar actores y colec-
ticulan concepciones los mundos y so-
a otros. Sirva como esta ex-
Ahora Ult..;llJiV de
por ellos
UUClUJLV
por su
consigue la adhesión de otros actores, es decir, procesos por la
cuales un actor teje una red. El acto de traducción reorganiza
las entidades y sus relaciones, prefigura, configura un entra-
mado, una red. acto de traducción significa transforma-
ción de partes, de materiales inmóviles, informes, sin senti-
do, en redes, en efectos, en entramados móviles, con forma,
con determinados sentidos. La traducción es el acto de traer
ser relaciones y, por tanto, identidades derivadas de tales
relaciones. acto de sin embargo, parece deno-
tar una cierta duración que paradójicamente está condenada
a no durar. Todo efecto es incierto, inacabado, está condena-
a volver a ser traducido, modificado, y así sin pausa ni des-
ese _
que altera un estado de cosas, y lo transforma en algo
lo traduce. Ese ángulo es inevitable, puesto que puede
aparecer de mera yuxtaposición con otras entidades, de la
conexión azarosa con algún la inclusión en la
autores asentados en
caciones demasiado cemuu"
sentido
Collins y
ples productos (sodales, culturales, políticos ... ) de agentes hu-
manos. Esto, sencillamente, autoinvalida e1 giro semiótico
adoptado en la medida en que la voz de los no humanos o de-
pende en última instancia de la mediación de actores huma-
nos o es un préstamo que se recibe de diversas configuraciones
o formaciones sociales (regresamos en este punto a macrocon-
ceptos como la cultura, la sociedad o la episteme para explicar
la acción). EI otro camino de la encrucijada consiste en tomar-
se completamente en serio la cuestión de la agencia material
e intentar explicaria en los mismos términos que ella marca.
En este caso, los sociólogos y los estudios sodales de la
deben ceder su autoridad a los científicos y tecnólogos, ya que
y
que requiere la agencia para ser analizada y
cada en los términos que ella misma establece. Collins
to de la democracia liberal, aunque se presente con frecuencia
bajo el aspecto de una total radicalidad e innovación. No ha-
bría más Ínnovación que la de empujar hasta sus últimas con-
secuencias e1 proyecto liberal. Es decir, de transgredir el últi-
mo límite que todavía conservaba e1 discurso de las ciencias
sociales: lo no humano en el terreno de lo político y lo social.
La principal argumentación de tal crítica se encuentra preci-
samente en el capítulo firmado por Nick y Steve Brown
que puede encontrarse en esta misma compilación.
Para estos autores, la deI principio de sime-
provoca como efecto la introducción de lo no hu-
mano en e1 pliegue del discurso sociológico. Hasta ese momen-
y
artefactos tecnológicos- se constituía como alteridad
básica y esencial del sociológico y su inclusión
en e1 discurso acerca de supone una transgresión to-
y definitiva de las de este ámbito.
y Brown, este es posible porque la radicali-
del principio de
,""a'J.LVU empujar hasta sus
EI primero
liberación de los oprimidos a través de la emancipación y la re-
presentación apropiada y que se utiliza para persuadir allec-
tor de que acepte las asunciones más controvertidas de la teo-
ría del actor-red» (Lee y Brown, 1994: 774),
Curiosamente, los primeros trabajos que apuntaban la po-
sibilidad de radicalizar e1 principio de simetría (por ejemplo,
Callon, 1986 y Latour, 1988), argumentaban sin timidez que
la elección un vocabulario para descripción de la interac-
entidades sociales y no sociales debía ser
no es más
Todo es
eUUluellU es
por ~UlJue1;
relatos, los primeros productos que ofrece el principio de
metría son curiosamente asimétricos.
Así lo entiende, por ejemplo, Mike Michael (1993 y 1996) al
afirmar que los análisis que nos han ofrecido hasta e1 momen-
to Latour y Callon utilizan exclusivamente la metáfora de la
guerra, de la confrontación, para entender la dinámica de crea-
ción y funcionamiento de un actor-red. metáfora de la gue-
rra es e1 concepto más recurrente que aparece en la teoría del
actor-red. Hasta tal punto esto es que para este autor
relatos que ofrecen Latour y serán sencillamente asi-
métricos en el sentido de que uso de esta metá-
por <:OH'-'Hua
tres.
y una ~U~UJJ.Ul;;J.Ü
sociales de la ciencia. En primer lugar, supone una crítica fuer-
temente argumentada (y, por tanto, un soplo de aire fresco)
contra las sociologías tradicionales de la ciencia que solían
trabajar aI amparo de macrocategorías como las de cultura,
sociedad, comunidad, institución, intereses ... Categorías exce-
sivamente normativas en sus explicaciones; excesivamente ge-
neralistas en sus descripciones; categorías que soslayaban las
prácticas moleculares (micro) de interacción e interpretación
que cotidianamente se dan entre los agentes sociales y a las que
está ligada toda acción y todo categorías que imple-
mentaban una idea estática del social y un concepto de-
institucional del cambio. En segundo lugar, supone
Hi<:;<"u,aUlV
agencia no
mantener o sostener en
y
Otro interesante ejemplo de trabajo que reivindica el prin-
cipio de simetría radicalizada y acepta e1 desafío de superar
las críticas que éste ha recibido, lo puede constituir la pro-
puesta de Bowers (1992). Para este autor, la simetría es inte-
resante porque nos muestra molecularmente, alejándose de
las categorías de la macrosociología, cómo es la relación que se
da entre lo social y lo técnico en un contexto determinado y
cómo esta relación no es algo fijo y estable sino cambiante
y dependiente del curso que siga un proyecto. propuesta de
Bowers, asimismo, un camino para la crítica
reciben Latour y Callon potenciar tácitamente e1 pro-
yecto ideológico de democracia estos autores
Con Bowers, sería más correcto afirmar que estamos ante un
efedo de simetria radicalizada que ante la radicalización deI
principio de simetria de Bloor.
Por último, nos gustaria tratar un último grupo de traba-
jos que asumen y responden a la tercera línea argumentaI de
las críticas mencionadas anteriormente. Podemos citar entre
otros los trabajos de Law (1994), Cussins (1998), Síngleton
(1998) o MoI (1998).
Todos estos análisis en que, efectívamente, los
primeros textos simétricos como principal común deno-
la primada de las metáforas bélicas sobre cualquier
ULJe'-LL<U,n
de gestión, maquiavelismo,
_ , re-
laciones que fácilmente en perfectamente deli-
mitadas, no dejando nunca espado para diferencia, ruído,
inconsistencia, lo inasible, controlando habi-
o soslayando cualquier cosa que no encaja en
trabajos de los autores citados
sideran compatible el
deI. .
ce relatos que hablan
tentes, hablan de
total, globalizante y consIstente que una y agrupe
materiales heterogéneos en un todo. Rechazan, también,
de ae:entes y
mundo que describe e1 analista social, que és te a veces tiene
que enfrentarse con montones de historias, diferentes histo-
rias, ortogonales entre sÍ, pero que forman una totalidad.
Multitud de pequenas historias que desbordan lo que sería e1
simple relato deI crecimiento de una red centrada exclusi-
vamente en sus éxitos y reveses. Conjuntos de Ínfimas his-
torias que se sostienen juntas por la oscilación, por e1 mero
movimiento de la transformación y e1 devenir temporal.
torias que no obedecen a patrones generales o simples,
torias que se ejecutan a sí y conexiones loca-
les y globales.
Ante
o
De un modo similar, Law prefiere hablar de mosaicos antes
que de redes o actores-red. Tales mosaicos marcan una reali-
dad caracterizada por la convivencia pacífica de similitudes y
diferencias. Sólo hay, sóIo podemos describir, realidades múl-
tiples, diferentes interacciones ontológicas e intersecciones di-
versas entre todas esas realidades. Y, por encima de todo esta,
tendríamos la característica básica del mundo que intentamos
explicar como analistas sociales. Tal característica es simple-
mente el esfuerzo, e1 incesante esfuerzo de conexión, de unÍón
que se da entre las entidades que pueblan nuestras realida-
des, entre las propias realidades ...
genera un oraen un
más o menos estable. Superar tensión entre
Edimburgo y la posición etnometodológica, llevará a autores
miento, consolidación e imp1ementación permanente del men-
cionado poder y controI a distancia. La incipiente vía que ve-
mos aparecer en e1 primer texto de esta compilación se perfila
como un trabajo desarrollado en el ámbito específico de la so-
ciología de la ciencia, pero que puede contribuir a bosquejar
las principales nociones de una teoría deI controI social que
atienda a una temática tan importante y clásica en la so-
ciología como puede ser la del poder. Latour, por su parte, pro-
U-U\UL,Q en esta misma temática, pero enfatizando especial y
y
planteamientos
sus una Ut::HUiv.lVH
y, por tanto, una
to de partida en tales análisis una posición que no es por sí
misma y a priori ni natural ni social ni tecnológica. Sencílla-
mente, e1 punto de partida ha de ser siempre,una asociación
de elementos heterogêneos, una asocÍaCÍón, por supuesto, que
tras determinados procesos de purificacÍón puede mostrar dis-
tribuciones o agrupaciones de entidades en polos enfrentados
como los representados por la eterna tensión entre sociedad y
naturaleza o naturaleza y tecnología. Es decir, social, lo na-
turallo tecnológico no son categorías dadas y pre-establecidas
nos proporciona o pone a nuestro alcance entorno; estas
categorías son efectos, productos, siempre
compuestas por entidades heterogêneas.
la crítica a tal discurso. Su objetivo no es, sin embargo, argu-
mentar o fundamentar la inviabilidad o incapacidad analítica
de una simetría radicalizada. Por el contrario, sus propuestas
intentan traz ar caminos que nos ensenen cómo la radica-
lización de la simetría, aI mismo tiempo que se enriquece con
conceptualizaciones como las que provienen de la obra de De-
leuze y Guattari, puede ser reflexiva y crítica con los elemen-
tos ideológicos que su actividad implementa.
Por último, la compilación se cierra con un extenso texto
de Latour. Este escrito es, de hecho, e1 embrión lo que
constituye en la actualidad la orientación que ha tomado su
trabajo y posee la cualidad ser una síntesis de
que e
ta de radicalizar e1 principio de
tenido dentro de los estudios sociales de la ciencia, críticas
que recibido y los posibles caminos por que todavía
desarrollarse su aplicación. texto,
un principio de simetría generalizada se extiende espa-
muestra su potencial sociológico y filosó-
entre estos y la reflexión
sobre técnicas, y su lugar en socie-
y, también, se en e1 tiempo, o sea, que se argu-
menta la capacídad que este tiene para subvertir
la clásica que se ha y narrado hasta mo-
mento sobre la entre y no humano, y
muestra como se proceso o UH.lCU.lHv<A
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Estos extractos
1) que,
y
y transformados
la
a otros actores
de enrolamiento -la adjudicación inicial de un valor aI mun-
do y los intentos subsiguientes de transformar ese valor- deI
êxito de esas estrategias. Desafortunadamente, e1 caso es que
los intentos de los autores de Chinatown-Stiftung de enrolar a
la revista elegida, Cancer Quarterly, no tuvieron êxito. El ar-
sobre DlVEMA fue rechazado en los siguientes términos:
mes
12.
1'3. Ver G. L'Anti-Oedipe, Capitalisme et Schi-
zophrenie, Éditions de traducción castellana: El anti-
edipo. Capitalismo y esquizofrenia, Paidós 1985.
14. El párrafo de una carta de deI Cancer Quaterly fe-
chada e1 de Febrero de 1979.
15. Entrevista en casete el 28 de diciembre de 1981, casete
lA114 1.
16. Hacemos esta indicación e1 de Chinatown "jpTnnrp
dudó de que los resultados de fueran positivos y, por tanto, intere-
santes; ver Williams and op. cito nota 4, 298.
17. Estamos contentos de poder comunicar que este último artículo ha
sido aceptado.
18. Somos conscientes de que aún queda mucho por decir sobre este
êxito, pero no puede perfilarse adecuadamente aquí. No obstante, una for-
ma de abordar la cuestión a grandes rasgos sería apuntar que los intereses
de Chinatown (un producto deI enrolamiento por otros previamente en-
frentado y la autodefinición resultante) les llevó a aceptar una carta de re-
chazo como aquêl1a, por muy mal que fuese recibida, como la última pala-
bra. Efectivamente, Chinatown se quedó sin recursos en esa interacción.
Otros recursos (por ejemplo, el uso de la violencia) eran casi literalmente
impensables en e1 contexto de los «hechos» e «intereses» generados por
Chinatown.
19. Ver Law y Williams, op. cit. nota 3.
20. Ver Callon, op. cit., nota 3; y Michel Callon, Jean-Pierre Courtial,
William Turner Serge Bauin, «From Translation to N etwork: An Intro-
UU,",~'VH to Analysis», Social Science (1983).
21. Bruno Latour, «Give Me a Laboratory and Raise the World»,
en: Karin D. Knorr-Cetina y Michael Mulkay (comps.), Science Observed,
Sage, Londres 1983; traducción aI castellano en: J. Manuel J. Ru-
bên Blanco, Teresa González de la Cristóbal Torres y Alberto Cotillo
(comps.) Sociologia de la ciencia y la tecnologia, Madrid 1995.
22. Aunque muchos de sus trabajos son importantes en este sentido, ver
eu particular, Andy Pickering, «The Role of Interests in Energy
sics: The Choice between Charm and Colour», en Knorr y (comps.), op.
cito nota 8, 107-138; y tambiên Pickering, «Exemplars and Analogies: A
Comment on Crane's Study of Kuhnian Paradigms in Phy-
en: Social Studies of Science, voL 10 (1980), 497-502.
23. Para una mayor argumentación sobre la irrelevancia de lo «macro»
y lo «micro», ver Michel Callon y Bruno Latour, «Unscrewing the Big Le-
vÍathan: How Actors Macro-structure Reality y How Sociologists Help them
to Do 80», en: Karin D. Knorr y Aaron Cicourel (comps.), Advances in Social
l'heory and Methodoly: l'oward an Integration of Micro- and Macro-Socio-
logies, Routledge and Kegan London 1981, pp. 277-303.
24. Woolgar, op. cit. nota 1, 373.
25. Podría argumentarse dada la de escoger entre la
conformidad y la guillotina, «Ínterês» la persona en cuestión optar
la conformidad. No tenemos objeción importante a esta exten-
deI término. Sin tal
ción es poco útil.
Del poder sus tácticas .
enfoque desde la sociología
de
1. UUU'I::'.l- en
pUlvuuves
sociólogos e historiadores de ciencia compro-
metidos con esos porque, primero, buena parte
trabajo de filosofía de ciencia e1 co-
nocimiento infra determinado por mundo natural
se, 1974) y, segundo, porque e1 conocimiento que es tomado
como así como que es tomado como falso, está,
relacionado, a con
una manera u otra.
mas siempre implican un «grupo nuclear» de científicos traba-
jando en más de una localización (Collins, 1983: 95). No obs-
tante, a pesar de los muchos estudios de controversias que se
han nevado a cabo, se ha demostrado hasta ahora lo difícil que
es establecer, por un lado, un vínculo entre lo esotérico del
contenido técnico en la física contemporánea y, por e1 otro, e1
más amplio contenido social dentro deI cual ocurren (Collins,
1983: 96). Una vez más, algunos de estos estudios de orienta-
ción más histórica en los que se han propuesto tales vínculos
(McKenzie, 1978) han sido criticados tanto por razones empí-
ricas como metodológicas (Woolgar, 1981; Yearley, 1982).
, .
se
nativas de factores sodales
conjunto dado de datos.
Si hay que ver esta disyuntiva entre y lo ma-
como problema o no es un tema de Así, la re-
vauUiuad de las imputaciones acerca de estructura social
a gran escala, aunque formalmente correcta, no es particular-
mente danina para las que de ésta, ya
que cualquier redescripción es, finalmente, refutable.
podría ser caso que no hubiera teoré-
interesantes entre e1 contenido muchas áreas de
la dencia moderna, por un y su <>1.t".,..rl
por e1 otro (Law y Lodge, 1984:
esta posibilidad,
que los vínculos entre macro y lo
vH:;;HvUH~V'" mismos, (b) a
agnosticismo
u.úauCt; que los sociólogos
una perspe
otros fenômenos ;:'Ul.:U1.le
los fenômenos naturales, y que
e1 precio que
se adopta esta nAY'QnA'-'~l
del sociólogo pasa a ser e1 de descubrir los métodos por los que
actores y colectividades articulan concepciones acerca deI mun-
do natural y social e intentan imponerlas a otros, así como ana-
lizar en qué medida tales intentos tienen éxito (Woolgar, 1981;
Callon y Law, 1982; Latour, 1983; Latour, 1984; Law, 1987).
Esta perspectiva requiere la adopción de un nuevo principio
metodológico, elllamado principio de agnosticismo generaliza-
do. Éste declara que e1 observador debe mantener imparciali-
dad no sóIo con respecto a las discusiones científicas y técnicas
los científicos, sino también con respecto a cualquier desa-
cuerdo que pudiese haber sobre la naturaleza de la estructura
social (Callon, 1985a). Resumiendo, discusÍones sobre esta
Esta intranquilidad se ha articulado de varias formas distin-
tas entre las que quiero mencionar dos.
Primero, algunos autores han hecho notar que hay cierta
excentricidad en un principio de simetría metodológica que se
aplica sóIo ai mundo natural y, aI mismo tiempo, no se imple-
menta sobre su contraparte social (Woolgar, 1981; Lynch, 1982;
Callon y Law, 1982; Callon, 1985a; Latour, 1986). Los sociólo-
gos de la ciencia, y de esto va el argumento, no hacen ninguna
asunción sobre la naturaleza durante e1 curso de sus explica-
ciones, puesto que la estructura del mundo natural es aquello
sobre lo que negocian los científicos socialmente contextualiza-
dos. Asimismo, e1 principio de simetría no se aplica al mundo
ya que es e1 que se para creen~
cjas sobre e1 mundo natural, a pesar de que (y aquí es donde la
excentricidad emerge) podría demostrarse que los científicos
negocian e intentan imponer versiones, no sólo deZ mundo na-
tural sino también deZ mundo social (Latour, 1983; Shapin,
1984; Pínch, 1985; Pinch y Bijker, 1984; Callon, 1985a).
esta manera, y tomando un ejemplo, los sociólogos de la
""",u""a frecuentemente explicaciones sobre desarro-
deI conocimiento que son planteadas en términos de
reses sociales imputados a actores o a los grupos a los que és-
tos se supone que pertenecen. estos trabajos es una práctica
normal distinguir entre que dicen los científicos sobre inte-
reses y las imputaciones de intereses por los analistas,
y argumentar que estas son diferente tipo
fuerza de la sociológica obvia-
que el sociólogo
sociales
y que
sus orígenes
sociólogo
entonces
deI sociólogo pasa a ser e1 de descubrir los métodos por los que
actores y colectividades articulan concepciones acerca del mun-
do natural y social e intentan imponerlas a otros, así como ana-
lizar en qué medida tales intentos tienen êxito (Woolgar, 1981;
Callon y Law, 1982; Latour, 1983; Latour, 1984; Law, 1987).
Esta perspectiva requiere la adopción de un nuevo principio
metodológico, elllamado principio de agnosticismo generaliza-
do. Éste declara que observador debe mantener imparciali-
dad no sólo con respecto a las discusiones científicas y técnicas
los científicos, sino también con respecto a cualquier desa-
cuerdo que pudiese haber sobre la naturaleza de la estructura
social (Callon, 1985a). Resumiendo, las discusÍones sobre esta
esos
obligado para
desarrollar preparados de
los experimentos de Éstos,
estaban disefiados
pensaclOn lenta de un fármaco antiarrítmico llamado pro-
cainamida por medio de su unión con un polímero llamado
dextran que Ilevaría la droga hasta e1 corazón y la dispensaría
allí lentamente. Sin embargo, experimentos in vivo previos
habían mostrado que la dextran-procainamida parecía no te-
ner efectos clínicos y que estaba, por tanto, lejos de ser un
punto de paso obligado para todos los implicados. No obs-
tante, las razones de este fracaso no estaban claras. GLa
combinación era simplemente incapaz de operar en tejido
deI corazón, en cuyo caso no había posibilidad de traducir a fa-
bricantes y pacientes? "O, más bien, e1 caso era que e1 fárma-
co nunca tuvo la posibilidad de operar en e1 corazón ya que fue
por otra esto
mo era e1 caso, entonces podría ser posible encontrar alguna
manera de suministrar e1 complejo fármaco-polímero. Queda-
esperanza residual de que la arritmia pudiera ser
evitada de esta manera, de que fabricantes de fármacos
fueran enrolados y de que pacientes se convirtieran en con-
aspecto interesante de los experimentos consis-
en comprobar esta Se colocaron corazo-
nes de rata aislados pera aún vivos en un y se
afíadió fármaco aI mencionado circuito. Después de que
fármaco hubiera sido por el circuito y en e1 corazón,
se afíadió un fármaco inductor arritmia llamado aconitina.
cos, fabricantes de fármacos) y la pequena escala (unos pocos
corazones de rata, fármacos y máquinas). En otras palabras,
e1 foco de atención está en los métodos para convertir sus ex-
perimentos en un punto de paso obligado para los altaneros y
los poderosos y ejercer, de esta manera, un controI social a dis-
tancia. Así, aunque los experimentos que describo a continua-
ción son limitados en su alcance, los métodos utilizados para
nevarlos a cabo e informar de e110s deberían ser vistos corno
un caso paradigrnático de que es ejercer política a través
de medios científicos, y pueden generalizarse las conclusiones
acerca los métodos que se extraen su es-
y .I..AJluau. y
4 un 4
de
de traducirme a laboratorio. Es derto
que esto no formaba de su trabajo Se da e1
caso también de que tarea era
era un escéptico o, por ejemplo, un colega pV~eHClctlH1ell
Más bien, era un sociólogo de visita, alguien que ya había
un interés por su embargo, dado que
aceptado dejarme a cabo una partici-
caria ristra de abrazaderas. Mi primera reacción fue pensar
que aquello parecía muy complicado -ciertamente, tan com-
prensible para mí como una refinería de petróleo. Jean-Paul
se puso a explicarlo. En e1 curso de nuestra conversaóón fue
muy ostentoso en sus gestos. Seiíalaba las piezas de aparatos,
hablándome todo e1 tiempo acerca de cómo funcionaba el tin-
glado. Parte de nuestra conversación fue como sigue: 2
Sí
Sí
.. , porque este es
ya ves
ya
038JPR "0luego a través de esta resistencia con la
resístencia (periesférica) y vuelve al depósito, así
039JL Ya
coronano
vez a tu depósito
ya
Así que no
nuestra conversación, son locales. Ni los gestos ni los objetos
complejos y quebradizos viajan particularmente bien. prue-
ba de esto es que no os los puedo mostrar. Si exceptuamos los
casos de la conversación telefónica y deI registro en cinta mag-
netofónica (y acepto, aI menos para primero de éstos, que se
trata de una excepción importante) lo mismo puede afirmarse
de la conversación. Estos tres materiales parecen ser, por tan-
to, recursos convincentes para los propósitos de la traducción
cara a cara; pero no son, en primera instancia,
adecuados para intentos de controI social a larga distancia o a
Los intentos de traducción
una
que se encuentra en ellaboratorio
o no ser aceptables para
que este
dihujo no sería aceptable para una revista científica y, de he-
cho, uno de los editores de The Sociological Review sugirió que
sería preciso redibujarlo la primera vez que dio una rápida
ojeada aI manuscrito. En cambio, en los contextos conectos
(en los que aI observador ingenuo se 1e ayudará a «ver» la ma-
nera en que e1 fluido es bombeado desde la aurícula izquierda
al ventrículo izquierdo y desde allí a la aorta, o en los que se
puede tratar e1 esbozo como datos sociológicos) se trata de un
dihujo aceptable.
ymanos: <UIVULU,,"-"'"'U, Y
sus
está ahora
UUiHlJd no va
(6")
(14")
(68") [-agitación
en la aurícula
muy
muy pequena escala que se necesita.
un y está sudando}
no vaI
(22")
venas
[-instala e1 sumidero/sentina]{con esto, quiero de-
cir que ajusta e1 corazón de tal manera que quede
rodeado por la cámara cardíaca acuosa} [-encien-
de la bombaJ{para drenar la cámara cardíaca en
caso de que ocurra una fuga}
Oh
que es
una
(Se no
puede estar vivo después de una operacíón tan
larga}
Aurícula izquierda con 1) Mano, grapa, pinzas, (1) Mano, grapa, pinzas,
cânula (dos objetos) algodón algodón y posiciones
(objetos y persona) relativas de la aurícula
ízquierda y la cânula
(objetos y persona)
lo que se embrolla.
gistro. También, en media de un experimento, se acabó e1
papel.
Planteado así, suena como si los experimentos de Jean-
Paul fueran un catálogo de desastres. De hecho, no fue tan
mal. Algunos de los fanos eran menores y algunos eran con-
secuencia de la inexperiencia y rápidamente se superaban.
Sin embargo, esta lista, bastante impresionante, realmente
sugiere que los objetos no son traducidos de manera durable
a no ser que sean adecuadamente yuxtapuestos unos con
otros. Esto viene a decir, como he indicado más arriba, que la
durabilidad está mejor planteada como de la interre-
de que como
rente a los objetos mismos. Concretamente, éstos tlenen que
ser puestos en su sitio por experimentador. De esto se des-
prende, por tanto, que el científico es una parte de la red de
elementos que constituye su experimento, de la mane-
ra que el mecânico o el conductor de camión es una parte de la
red que constituye un vehículo funcional. Desde luego, esto es,
en cierto sentido, un embargo, creo que
interés de la serie de experimentos de no reside en
interminable lista fallos (aunque esto
mente ayuda a hacer ver que puede ser difícil traducir obje-
tos). Más bien, reside en la en que controló relación
entre sus intentos de y los objetos que
Esta lo hizo
EI tercer aspecto que quiero resaltar, por tanto, es que e1
cuerpo ejercitado, igual que las palabras, inscripciones y apa-
ratos, merece estudiarse por sí mismo, si lo que buscamos es
estudiar los métodos y los materiales en los que se intenta
traducción. Sin duda, las acciones son tan efímeras como las
palabras. Duran sóIo lo que dura llevarlas a cabo y no tienen
e1 aspecto, a tenor de lo visto, de materiales prometedores para
intentar controI a larga distancia. otro lado, un cuerpo
pulcramente empaquetado es casi tan duradero y casi tan
como una inscripción, y lo es, ciertamente, muchísimo más
que la mayoría de los aparatos. embargo, su estabilidad
entorno
dlUz.aUdb es
«jVamos!» e1 trazo
recto?)
-{Jean-Paul} lo
[F] -«jPerfecto!jHermosol Esto es perfectamente fantásti-
co}} jMe da una palmada en la espalda! {La aguja traza
ondas regulares con una amplitud de unos 3 em}
- .--- .....'"
-'---------
En otra parte, estos autores ofrecen una definidón algo
amplia que incluye máquinas, piezas aparatos y técni-
cos (Latour y Woolgar, 1979: 58). En general, sin embargo, la
importanda del inscriptor para sus radica en que con-
vierte acontecimientos locales en matrices de dos dimensiones
plasmadas en papel que se una
directa con esos acontecimÍentos. esta forma es posible «po-
ner entre paréntesis» esos acontecimientos y las contingencias
implicadas en su producCÍón, y tratar, en su lugar, con
CÍones más móviles y tratables.
En derto sentido, por tanto,
una hoja papel puede ser cOW:lJ,UC;.L
au,u\..<...lua. a
reducción de escala.
locidad con la que el papel
~o. ~ a
Segundo, se puede incrementar tono del aparato de
Esto tiene e1 efecto condensar el eje vertical.
esta manera, la «mÍsma» ocupa menos espacio en e1
A pesar de la reducción escala en la
embargo, existe una relación
Igual que el experimentador
trazo, puede más tarde
tantes características del traz o
con sus primas mayores.
abUCii:tUU y e1
como en
yaumento
LUmdUdi.'.> como formas de esquematización.
HU:::UH:l.D y
otras literaturas y agruparlas en
son pero son
porque es posíble trabajar con trazos una manera que no
es, en absoluto, aplicable a los objetos.
diciendo, por que que los cuerpos pueden
volverse agentes dócües en los que un abanico de habilidades
son yuxtapuestas de una manera los trazos pueden
verse como yuxtaposiciones nor-
llltCllt,tC haber sido combinados. En otras palabras, los tra-
y
en él y de imponérselas a otros: en re-
sumen, se ocupan de traducir. Sus traducciones son
en la medida en que se las arreglan para imponer su trabajo
como punto paso obligado sobre que les
su es exitoso -se convierte en
lítica por otros medios»- en la medida en son capaces
colapsar la distinción entre la pequena y gran escala em-
pleando todos los medios disponibles en sus laboratorios para
a los macro-actores. La cuestión es, entonces, i,cuá-
tácticas y los que usan los científicos
crear puntos de paso obligado?
este capítulo una muestra tales mate-
omencé considerando palabras, objetos y gestos.
traducción cara a cara,
tener a los cuerpos a raya, para volverlos dóciles, son, segura-
·
mente, como ha argumentado Foucault, centrales para la tra-
ducción a larga distancia.
EI segundo càndidato, la inscripción, puede ser igualmente
importante para e1 colapso de lo macro y lo micro y la creación de
puntos de paso obligado. Esto es así porque el papel no es sóIo
móvil y durable, sino porque los trazos que están dibujados so-
bre él son tambiên potencialmente tratables. Es relativamente
difícil traducir una colección heterogênea de objetos físicos y or-
ganismos. Es relativamente fácil manipular símbolos homogê-
neos sobre el papel. 11 En e1 peor de los casos puede ser necesario
, como en texto.
los casos, como sucede en una gran parte de las ciencias
naturales, puedeser posible hacer esto matemáticamente.
espado mêtrico es definido por la operación inscriptores
que convierten lo heterogêneo en homogêneo.
proceso de convertir materiales que son menos móviles,
y tratables en materiales que esos atributos
en un mayor grado es, sugiero, en la a lar-
ga distancia. Sin embargo, hacer esta
esas conversiones l1even a la crea-
puntos de paso obligado. Muchos fallan, como atesti-
gua e1 hecho evidente de que la de artículos científi-
cos no son nunca leídos. se
de paso ser obligado,
deben
porada en las máquinas (Latour y Woolgar, 1979; Pinch
1985). Así, en lugar deI interminable trabajo literario que
constituye e1 sello de las ciencias sociales cuando se afanan
por traducir acontecimientos locales a una forma textual,
ciencia natural está fuertemente caracterizada por máqui-
nas que están legitimadas para convertir acontecimientos 10-
en trazos. Y si, entonces, la ciencia, como institución, es
poderosa, se debe a que ha tenido éxito, como Latour ha ar-
gumentado, en la cientifización de partes la vida social.
granja, botiquín suministro de agua públi-
exhausto sistema de se han
otros
desaparecen en e1
mado desplaza la mtroducIendO un
abultado peso metálico, e1 director deI hotel ya no tendrá que
sentido obligación moral de sus re-
los son felices exclusivamente por librarse
este objeto molesto que abulta en sus bolsillos y pesa en sus
bolsos: por propia voluntad, se deshacen de él. e1
1'0, la inscripción, e1 imperativo, la disciplina o oblígación
moral fracasaban, e1 director hotel, e1 innovador y peso
letálico tienen êxito. De todas maneras, obtener tal discipli-
na ha tenido un director de hotel tuvo que aliarse
pezábamos. Su desplazamiento lo ha transformado. Los clien-
tes ya no dejan las llaves de sus habitaciones, ahora, se libran
de un pesado objeto que deforma sus bolsillos. Si se amoldan a
los deseos del director no es porque lean elletrero tampoco
debido a que sean particularmente educados. Se debe más
bien a que no pueden hacer otra cosa. Ni se lo plan-
tean. La declaración ya no es la misma, los clientes ya no son
los mismos, la llave ya no es la misma -incluso e1 hotel no
es exactamente 1987; 1991;
1986a).
Este pequeno ejemplo
estudio sobre
das» y declaraciones «cargadas». Ésas, y sólo ésas, son las distin-
ciones y sucesiones de las que se compone nuestro mundo socio-
técnico. Son las que debemos aprender a documentar y registrar.
Deseamos poder seguir tanto la cadena de hablantes y sus
declaraciones como la transformación de los hablantes y sus de-
claraciones. Para tal fin, definimos dos dimensiones: asociación
(análoga a la de sintagma lingüístico) y sustitución (o paradig-
ma, para los lingüistas). Para simplificar incluso más, po-
demos concebirlas como la dimensión Y, que es como la latitud,
y la dimensión O, que papel de longitud. Cualquier
implicación de los no-humanos ser trazada tanto por su
posición sobre los ejes
y
cal corresponde a la exploración de sustituciones y horizon-
tal corresponde al número actores se han anadido a
innovacíón (ver Latour, Mauguin y
traz ar un diagrama sobre
remos e1 punto de vista del director de hotel como
hablante o e1 enunciador -es decir, aquel que
claración. rastro que e1 desea
tes -oyentes- le llamaremos programa
los números entre paréntesis para enumerar las versiones su-
cesivas de un programa cuando es visto desde un
punto de vista. Localizaremos todos los
deI punto de origen y los antlp,rolgra
derecha. Vamos también a acordar la enumer
es
o asociación, o UIHlt:H;J!Vl1
manera perdurable. Pero esta exteW:HVH
, .. ~-_.~"_._~--~"_._-~-"-. --~-~-~~_ .. _-~-~._--~ .
y
progtllrna lU'Itlf;ltogtl.m.
(1) •
ttl.' Milit tlittit
(2)
, tttitl ttittit tiittit
, tttit ttittit tlttlit
.., ttli. ttittit ttittlttt1f
linea de frente
un precio: se volvió
HHO~HHVLl O
y, nnalmente, por un
fueron incorporados poco a
EI grado de unión de un actante a un programa de acción
varía de versión en versión. Los términos «actante» y «grado
de unión,> son simétricos -es decir, se aplican indistintamen-
te tanto a humanos como a no-humanos. La llave está fuerte-
mente unida al peso por un anillo, igual que e1 director está
unido a sus llaves. Esto no significa aquí que e1 prime r víncu-
lo deba llamarse «físico» y e1 segundo «emocional» o «financie-
ro» (Law, 1986b; Bijker y Law, 1992; Bijker, Hughes y Pinch,
1986). El problema para e1 director de hotel consiste en en-
contrar una manera de unir sus llaves a la recepción cu ando
sus clientes salen del hotel, y lo logra uniendo sus clientes a la
una y
que las Uaves se unen a o sus clientes.
Podemos percatarnos en el diagrama de que e1 grupo social
los clientes deI hotel se va
acumulación de elementos
la
compuesta de elementos
que al~HuuQiQ
vaciones en un proceso tan delicado es ese abrir y cerrar cajas
negras.
Nótese que, en e1 caso presentado aquí, e1 éxito de la innova-
ción -es decir, su extensión hacia la derecha desde la perspecti-
va del director- sóIo es posible con e1 constante mantenimiento
de toda la sucesión de elementos acumulados. SóIo gradas a que
e1 director de hotel sigue queriendo que vuelvan sus llaves, se lo
recuerda a sus clientes a viva voz, cuelga carteles y anade peso a
llaves, consigue, finalmente, disciplinar a sus clientes. Es se-
mejante acumulación que da la impresión de que hemos ga-
alguna realidad. Pero podríamos imaginar otro escenario.
y
2 3 4 5 6
o Línea de Frente
Figura 2
dador original y de esta manera, y de acuerdo a nuestra de-
finición, seda menos real. Pero para nosotros, que deseamos
observar la movilización de no-humanos en un ensamblaje hu-
mano, la única realidad interesante es la forma de la línea de
frente. Mientras que lo que predomina en la mayoría de los
estudios sobre innovación es la asimetría entre lo factible y lo
no factible, lo real y lo imaginado o lo realista y lo idealista,
nuestra explicación sóIo reconoce variaciones de realización y
des-realización. La línea de trazada a partir de la ex-
ploración de lo que se mantiene o no unido, registra las com-
patibilidades y las incompatibilidades de humanos y
manos; esta es,
Estos dos escenarios de nuestro muestran
difícil que es evit<:j.r los peligros gemelos que representan so-
ciologismo y tecnologismo. Nunca nos enfrentamos a objetos o
'elaciones sociales, nos a cadenas que son asocia-
humanos (H) y visto nun-
ca una relación social en sí no es la deI dírector de
incapaz disciplinar a sus
si no es la llaves y pesos olvidados
estamos a cadenas que se
parecen a esto: (donde
esenta un humano como actante y NH un no-humano).
Desde luego, una se parece a las relaciones so-
que se parece a un me-
es que tanto una como
fotógrafos aficionados
historia la identificación
y e1
Y .LJ.h..I.VH1'ln
contratación de la
la película se rompe
(22) (21)1 final de 1885 la está disponible en largas ban-
das -//-
(23) e1 produdo seduce a los líderes de la tnfArrr",H
universales en iunio de 1885 en Londres -11-
(24) (23)1 Warneke dice «e8 diferente y mejor que la mía debido a
la producción en masa" -11- película demasiado delicadal no atrae
a los profesionales porque es de menor calidad que las placas.
(25) El papel de impresión de Eastman es muy buenol e1 mercado
profesional estâ interesado/la companía Eastman hace fijaciones y
revelados en serie/1882 6000 revelados al día -11- el mercado se limi-
ta todavía aI proceso de revelado
(26) la película no es buena para los profesionales, buena para los
aficionados -1/- abandono del profesional aficionado (apertura de
las cajas negras que van (2) a (6)
(27) bueno para aficionados/ mercado de masas -//- ninguna câ-
mara en e1 ver ano de 1887
(28) mercado de mas as/película flexible (16)/câmaras existen-
tes/fijación deI por la Eastman -//- los
dos no estân interesados porque la câmara existente es
manejar
(29) mercado de mas as/película flexible (16)/cámaras existen-
tes/fijación deI revelado por la Eastman Company/ e1 usuario no tie-
ne que hacer nada -I/-la companía Eastman lo hace todo
(30) mercado de masas/ la cámara de Eastmanlpelícula fle-
xible/nombre Kodak en 1887/25 dóI ares/1 00 exposicionesl red
comercial de Eastmanlmanual de usuario/anuncios -11-
(31) (30) triunfal -/1- película todavía
(32) (31) sustitución deI soporte por papel de nitroceIulosaldes-
plazamiento de los rollos desde detrás aI frente plano focal -//-
(33) el mundo entero/ premio s/mercado de masas verificado
-11- los problemas con e1 celuloide hacen que las ventas 1892
1893
tHJCU1é:l.! e1 mercado despega -11- po-
y
a comprar todas las -1/-
gran industrial en masal de
a aficionados de 7 a 77 anos de
colodión seco lo es para e1 colodión líquido, capitalistas reem-
plazan a otros capitalistas, y, sobre todo, consumidores medios
reemplazan a profesionales-aficionados. i,Está forzado e1 con-
sumidor final a comprar una cámara Kodak? En cierto senti-
do sí, ya que ahora todo e1 paisaje está construido de tal ma-
nera que no hay curso de acción posible que no pase por
tienda de la compafíía de Eastman. Sin embargo, esta domi-
nación sóIo es visible al final de la historia. En muchos otros
pasos de la historia la Ínnovación es altamente flexible, nego-
ciable, está a merced de un acontecimiento contingente. Esta
variación es lo que hace de la tecnología todo un enigma para
la
iTrayectoria o traducción?
El de esos es laHV'-'WH
y una mesa
noción de trayectoría
los surrealistas. embargo,
flujo de asociaciones y sustituciones, existe efectivamente al-
gún lazo establecido por los propios Warnerke y Eastman. Sin
embargo, este lazo no está hecho de madera, carretes y vidrio.
Las dos invenciones no tienen en común un único no-humano:
sólo lo parece así visto en retrospectiva. Solamente e1 trabajo
de exploración de Eastman establece un lazo entre e1 soporte
para rollo de película disefíado para aficionados profesionales
en Inglaterra y la cámara automática producida en cadena en
América. O damos a este trabajo un lugar en nuestros análí-
sis, en cuyo caso la unión no es fortuita, o no se lo damos, con
lo que la unión entre las dos innovaciones no es más que
un historia de la tecnología.
o contenidos?
Antes
con mecanismo ~
mos centrarnos en este último.
sintagmática que contiene a los humanos y no-humanos
que fueron reclutados para
tan un segmento dltlere de una
entonces la innovación simplemente ya no es la
ma. Si todos los segmentos menos uno son distintos, entonces
no hay absolutamente ninguna razón para agrupar dos ver-
O~L'U<:'''' en la tenemos
d) o no realista?
es dlsmlllUlr e1 margen
o transtormar lOS aliados más leales en cajas negras. La
cosa absolutamente imposible de es disminuir e1
mero actores asociados
que la existencia una
simplemente «real». La dominación no es
pueda ser almacenado en un banco.
e) o global?
sa, tenemos e1 caso de los sistemas tecnológicos que empiezan
como todo mundial y acaban en el vertedero. EI cambio de es-
cala desde lo micro a lo macro y desde lo macro a lo micro es
justamente lo que deberíamos ser capaces de documentar.
Si una versión, de hecho, representa un cambio progresívo
escala desde lo micro a lo macro con la inclusión de más y
más cantidades de cajas negras (cada una de ellas contando
como una), entonces también podemos documentar, usando la
misma herramienta, la progresiva reapertura, dispersión y
desbandada de actores que sucede al pasar nível macro
nivel micro. El mundo socio-técnico no una escala fija e
cosas. La misma .
torio a un mundo y desde un mundo a un laboratorio. Respe-
tar tales cambios de escala, inducidos por los propios actores,
es tan importante como desplazamiento de las tra-
ducciones. Dadas las herramientas deI análisis de
tenemos a nuestra disposición,
una dimensión y una
c) o rápido?
sustitucÍón de
la socio-lógica
cabe destacar. paso deI loH:::WjJV
y
UiJ:CU.JL<Cl" de ser ese marco
observador debe contar un
viene an-
en Ol!erentes ver-
y como es visto desde
pera no mide regularmente el tiempo. Volviendo aI ejemplo de
Eastman, treinta anos transcurren entre las versiones (1) y
(15), pero sóIo unos pocos meses entre las versíones (25) y (30).
~Deberíamos, por lo tanto, concluir que la innovación «se arras-
tró durante treinta anos» y «se acelerá bruscamente» en 1887
como a menu do afirman los historiadores? Podríamos efectiva-
mente llegar a esta conc1usión, pera palabras tales como «rá-
pido» o «lento», «maduro» o «prematuro», «factible», «utópico»,
«real», simplemente flotan en la superficie de los movimientos
de traducción sin explicar nada. El número y la velocidad de
los acontecimientos depende por entero de movimientos
los actores.
esos es posible
mensión de temporalidad; si no es posible reconstituir esos mo-
vimientos, e1 paso regular deI tiempo no nos dirá nada. Lo que
gráfico socio-técnico reconstituye es historicidad de
'aciones siempre dependientes de la de los acto-
res. Como cualquier otra cosa , tiempo debe ser construido.
nos es nunca séptimo
una ~
UHiuau ayudarnos a explicar la forma
por una trayectoria particular? tres
y tan prestas a n"mToor
cionados no saben que necesitan la fotografía antes de la ver-
sión (36). Los comerciantes esperaron veinte anos para decidir
si sus intereses estaban mejor servidos por placas, películas o
câmaras Kodak. Y, en cuanto a Eastman, disenó sus intereses
poco a poco, a medida que su investigación se desarrollaba.
Tanto la economía como la sociología dominantes llegan a la es-
cena después de los momentos decisivos de batalla. Llegan
después de esos momentos en los que cada gran variación (Y)
se paga con un gran desplazamiento (O), y se ocupan de esta-
dos en los que grandes desplazamientos (Y) se han pagado sóIo
con insignificantes desplazamientos (0).2
Ya que una explicación la trayectoria
ser ret;rOI:;pE~ctllva
lógica de programas yanti-programas.
anti-programa ser reclutados, ignorados o rechazados? GPue-
los actores deI programa mantener su asociación si éste o
ese actor es reclutado, ignorado o todo momen-
to, la línea de frente de una controversia genera tales cuestio-
nes. las respuestas a esas particulares que
esas respuestas
llevada
ner una
usamos
actares ffM:;UbUI
acuerdo con su
actante por sus acciOHe~
un en c"""'Ut;H:l. es
cia -es decir, el agregado siempre provisional de sus versiones
y sus transformaciones- entonces, a su vez, esas versiones y
transformaciones están completamente definidas por los actan-
tes que las constituyen. Pero, lde dónde sacamos esos actantes?
lDe dónde vienen e1 cliente de hotel, e1 director, la llave y e11e-
trero? lEn qué consistiria e1 uso no reduccionista de las innova-
cÍones desplegadas si usamos una definición reduccionista de
los actantes? Afortunadamente para nosotros, un actante se de-
fine exactamente como una innovaCÍón. Todo que tenemos
que hacer es cambiar nuestra perspectiva: en lugar de usar
de actor en actor como punto de par-
-un
O..l ..LLliU5l. .LICl
pescador
pescador/pescai
pescador/pescalun tiburón/
las
ejerce la dominación? Para e11o, tenemos que domesticar una
tercera fuente de variación.
Ya que somos capaces de definir mutuamente a actantes e
innovaciones sin ningún esencialismo, podemos, por tanto,
cartografiar la operación de traducción. Esta crucial operación
suscita el establecimiento -aunque sea local y provisional-
de lazos sociales. Gracias a la traduccÍón, no tenemos que em-
pezar nuestro análisis usando actantes con contornos fijos e
Íntereses atribuídos. En su lugar, podemos seguir la manera
en que e1 actante B atríbuye un contorno fijo aI actante A, la
manera en que B asigna intereses o metas a A, la definición de
esos contornos y metas A y y, la
entre y B para su a,",\~~VH
En un universo de innovaciones únicamente defi-
por las asociaciones y sustitucÍones de actantes, y
actantes solamente definidos la multiplicidad de
en las que conspiran, operación de se con-
en e1 principio esencial de composición, de unión, de re-
clutamiento o de enrolamiento. embargo, dado que ya no
existe punto de vista externo al imputar
grado de realidad o êxito una innovación, sóIo
obtener una evaluación triangulando los diversos puntos de
vista de los actores. De esta manera, es ser capaz de mo-
verse fácilmente de un observador a otro.
Consideremos una
te a
si ocupan o no
por Pasteur. duración de
teur no debe ser explicada su
entre lo que espera que otros Uat;CUl
otros esperan que haga proceso de ne!WClaClOn es
que siempre es olvidado por aquellos que suelen recurrir a la
dominación para explicar e1 futuro.
Supongamos que documentamos, a través de amplias entre-
vistas y material escrito, que hasta que e1 Ministro se implica,
e1 problema de la balanza de pagos no tiene nada que ver con
el vi no y su enfermedad. Más bien, e1 problema depende de la
seda, cuyo comercio está controlado por Japón. En cuanto a los
químicos, ciertamente no ocupan la posición predicha por Pas-
teur. Sus problemas no tienen nada que ver con e1 hecho de
que su disciplina anticuada; al contrario, están ocupados
dramático retorno deI vitalismo, que lentamente pro-
campo de
en este
son
actores que
sumar otras
pocos
dos y muchos actores, exceptuando última versión, ya que
la versión que adopta esta de manera no pro-
es la de los filósofos, que la estabilizan
IJH;UJ.a"l\"a
con tal
1986); están contentos con los burdos y
o inevitable
y la dommaClOn como
no necesitamos empezar actores estables, declaraciones
estables,
aun podemos
mantener la durabilidad deI ensamblaje social, aunque ahora
éste estará formado por los no-humanos que son movilizados.
Cuando se alinean actores y puntos de vista obtenemos una de-
finición estable de sociedad que se parece a la dominación.
Cuando los actores son inestables y los puntos de vista de los
observadores se mueven continuamente, entramos en una si-
tuación altamente inestable y negociable en la que la domi-
nación ya no se ejerce. Las herramientas deI analista, sín em-
bargo, no deben ser modificadas, y el gradiente que discrimina
entre ensamblajes más o menos estables no corresponde a la
división entre tecnología y sociedad. Es como si pudiésemos
llamar tecnología al momento en que los ensamblajes sociales
ganan a actores y
ciedad y la tecnología no son dos
distintas, sino más bien fases de la misma esenciaL
reemplazar esas dos divisiones arbitrarias por de
tagma y paradigma, podemos esbozar algunas conclusiones
metodológicas. La «descripción» redes socio-técnicas fre-
cuentemente se opone a su «explicación», la cual supuestamen-
te viene más tarde. críticos la sociología de la ciencia y
la tecnología a menudo sugieren que las más minuciosas
descripciones en el estudio de un caso no son para
una explicación de su desarrollo. tipo crítica toma
prestado de epistemología diferencia entre lo empírico y
lo teórico, «cómo» y «por entre coleccionar sellos
-una ocupación de la causa-
única adividad que atención. nada
que este tipo de Si desplega-
mos una red SOC:lO-tecnlC:a
--U'CH"lU"'U\.LV
precisamente a la estabilización de las redes, una estabiliza-
ción que la noción de explicación simplemente no «explica». Ex-
plicación, como e1 nombre indica, es desplegar para explicar.
No hay necesidad de ir detrás de causas misteriosas o globales
fuera de las redes. Si alguna cosa se pierde o desaparece es de-
bido a que la descripción no es completa. Por el contrario, si
uno es capaz de explicar los efectos por sus causas, es gracias a
que una red estabilizada ya está desplegada.
Nuestra segunda conclusión se relaciona con el relativismo y
la heterogeneidad de las redes. Los críticos de los estudios de la
controversia insisten en la naturaleza local, inconsistente y frá-
los resultados. Tienen impresión de que los análisis
vacas son
ridiculizada por HegeL Sin embargo, los análisis de redes van
en dirección exactamente opuesta. Eliminar la gran división
entre cíencialsociedad, tecnología/ciencia, macro/micro, econo-
tigación, humanos/no-humanos y racional/irracional
no slgmÍlca sumegirnos en relativismo y la indiferenciación.
redes no son amorfas. Están altamente diferenciadas, pera
sus diferencias son finas, circunstanciales y pequenas; requie-
ren, pues, nuevas herramientas y conceptos. lugar de «hun-
es relativamente fácil flotar sobre éL
una
ca-
Notas
1. Tomo la historia como esencialmente correcta ya que simplemente de-
seo mostrar cómo tal narrativa puede ayudar a la teoría social a integrar la
tecnología en sus cuestiones canónicas. euando una versión vuelve a utili-
zar otra anterior simplemente anadiremos el número de ésta en negrita. EI
símbolo -1/- senala la línea divisoria entre programas y anti-programas (des-
de e1 punto de vista de Eastman). Para todos los problemas codificados ver
Latour, Mauguin y Teil (en prensa).
2. Esta división del trabajo no es una debilidad de la economía o la so-
ciología. Está simplemente unida aI problema del controI a larga distancia
de las cosas: la habilidad de un objeto para reclutar elevadas cantidades de
otras masas de objetos o mercados de una manera predecible depende tanto
de la estabilidad deI objeto como de su red.
Michel Callon
ingenieros
o economistas),
de lo que se
una gran innovación: la introducción del coche eléctrico (VEL)
en Francia. 6
Este proyecto fue inicialmente presentado por un grupo de
ingenieros que trabajaban para EDF (Electricité de France)7 a
principios de la década de los 70. Perfilaron e1 proyecto en una
serie de publicaciones técnicas y en solicitudes de financiación
a agencias gubemamentales. 8 De ninguna manera es fácil crear
un nuevo mercado de esta índole en una sociedad organizada
enteramente alrededor del automóvil tradicional. EI proyecto
suponía no sóIo que los problemas tecnocientíficos podrían su-
perarse, sino que también estructuras sociales francesas
cambiarían radicalmente.
para
que determinaba no sóIo las características precisas deI ve-
hículo que deseaban promocionar, también e1 universo so-
en e1 que éste debería funcionar. Veremos que, además de
su destreza técnica, los ingenieros de la usaron habilida-
des que comúnmente se asocian con los científicos sociales. Se
asemejaban a sus ilustres predecesores del Renacimiento, que
tan diestramente jugaban diversos papeles al mísmo tiempo
(Gille, 1978). Como Edison hace casi den anos, mezclaron con-
L<HH~H'Jv las ciencias técnicas y sociales. 9
....
~U\l.;H.1J1.U~.ld. Y consumo
tecnología. Por otro lado, encontramos al consumidor, cuyas ne-
cesidades y aspiraciones son manipuladas por los tecnócratas
que manejan los grandes intereses. Este conflicto explica e1 na-
cimiento de los movimientos sociales que cuestionan (ya sea a
través de demandas categóricas o de vindicaciones por un «re-
torno a lo básico») e1 poder de la tecnocracia o sus orientaciones
en el desarrollo económico y social. Estos movimientos son rela-
tivamente amplios y efímeros. Los sociólogos deben aprender a
descifrar sus demandas y los tecnócratas deben tomarlas en
consideración si desean salvaguardar la legitimidad sus elec-
ciones y decisiones. Esta nueva clase de conflicto define lo que
llama sociedad
por se so-
ciedad de Bourdieu a la de Touraine. Para Bourdieu, socie-
dad no se organiza a partir de una confrontación primordial
entre clases dominantes y clases dominadas que luchan por
controI del desarrollo tecnológico. La confrontación está
UHOU"UU'U entre varias esferas de especialistas (el campo de
política, de la ciencia, del consumo, etc.) que mantienen rela-
vLU'iH•• O mutuas de intercambio y subordinación. Cada uno de
estos campos es ellugar donde ocurren estra-
tégicas entre agentes sociales que luchan para ocupar posicio-
nes de poder. estos diferentes campos, que en su multi-
plicidad abarcan la diversidad de la práctica social y expresan
diferencÍación progresiva de están atrapa-
dos en una lógica que sociedad. Esta
se organiza en torno
U.U.HLvU-''''J.VH un LU'-'U"'LV
con enorme
'ULH\.-UUV
está en lo cierto?
económico de su
gumentos sofisticados y
era estar en
resumen,
mostrar que tiene razón, tiene que crear un nuevo mercado; e1
êxito se mide por la cantidad de beneficio obtenido. Ésta es, en
toda su simplicidad y crudeza, la prueba de la verdad.
Durante tres anos, los ingenieros de EDF creyeron que es-
taban en lo cierto. N adie se atrevió a interrumpir su discurso.
Los fabricantes de coches, con Renault aI frente, permanecie-
ron mudos, aterrorizados ante el futuro que se les prometía.
intentar mantenerse empezaron a trabajar
en e1 proyecto Sabían poco o nada sobre electroquímica,
y tampoco sabían cómo frente a la de EDF de
que a de los 80 disponibles
y de alto rendimiento, abriendo así e1
contrarrestar su _
ron contratos con laboratorios de investigación especializados
para e1 conocimiento y la pericia de que carecían.
empezar, los electroquímicos optimistas
ingenieros de 6Cómo podría
a un movimiento que emparentaba las aspiraciones
de los consumidores con los deseos de las autoridades y los re-
cursos científicos disponibles (o, mejor dicho, recursos supues-
tamente accesibles en un no demasiado lejano)? Nada
en pie ante e1 paso de esta ola gigantesca. Además de
estas fuerzas existentes, otro acontecimiento vendría a debili-
tar más la posición deI automóvil tradicional: e1
del petróleo que hacía mucho
especialmente
en su denuncia
vislumbraba importante y se hablaba más de reindustrializa-
ción que de sociedad post-industriaL
Así que fueron los ingenieros de Renault, aliados con los ca-
talizadores contaminantes y ayudados por la creciente debili-
dad de los movimientos de protesta, los que rehabilitaron
completamente aI auto mó vil tradicional, aunque éste sufrió
algunos cambios sutiles a lo largo deI proceso (polucionaba
menos, usaba menos petróleo, costaba menos de fabricar, etc.).
mismo tiempo, reconstruyeron la sociedad francesa (pre-
sente y futura) de una manera diferente. Esta vez guardaron
silencio los ingenieros de EDF. Habían perdido completamen-
te su posición de fuerza. e1 espacio de unos pocos meses e1
. que ya po-
creer por más tiempo. La proclamada revolución no había
llegado a materialízarse. Los ingenieros de EDF habían per-
dido. Su «fracaso» puede resultar efímero, ya que nadie sabe
nos depara futuro. en la década de los ochenta,
contrariamente a lo que los ingenieros de confiadamente
habían pronosticado, la sociedad francesa reafirmaba aI mo-
tor tradicional, con sus luchas intrínsecas por e1 estatus, y
VEL sin mercado.
cede en esas situaciones pre-paradigmáticas tan bien descri-
tas por Kuhn (1970). Para los ingenieros-sociólogos, esta clase
de situación ambígua no tenía sentido alguno. O e1 VEL en-
contraba un mercado y eliminaba las técnicas competidoras, o
se convertia en una ficción sin futuro, dejando, por tanto, el ca-
mino libre para el coche tradicional. Tanto e1 VEL como e1 au-
tomóvil tradicional no podían ser desarrollados al mismo
tiempo y para e1 mismo propósito.
Para transformar e1 estudio las tecnologías en un ins-
trumento de análisis sociológico, considero apropiado respon-
der a esta pregunta: 6cuá1 es esa facultad particular que los
ingenieros tienen (y de la que los sociólogos carecen en este
para' < ,
y como se ha sefialado en
los proyectos de los ingenieros habían mezclado y asociado
mentos heterogéneos cuyas identidades y mutuas
eran problemáticas. electrones,
sodales, y
gêneas y los mecanismos de su transformación o consolida-
ción, introduz co la noción de actor-red.
EI actor-red no es reducible ni a un simple actor ni a una
red. Está compuesto, igual que las redes, de series de elemen-
tos heterogêneos, animados e inanimados, que han sido liga-
dos mutuamente durante un cierto período de tiempo. Así, el
actor-red se distingue deI actor tradicional de la sociología,
una categoría que generalmente excluye cualquier componen-
te no humano, y cuya estructura interna muy raramente es
asimilada a la de una red. Pero el actor-red no debería, por
otro lado, ser confundido con una red que liga de manera
o menos predecible elementos estables que están
ya que que se compone,
sean éstas naturales o sodales, pueden en cualquier momento
redefinir sus identidades y relaciones mutuas y traer nuevos
elementos a la red. actor-red es, simultáneamente, un ac-
tor cuya actívidad consiste en elementos
de
en la or-
de asociacíones heterogéneas. la teoría, la rea-
lidad es infinita. En la práctica, los actores limitan sus asocia-
v~'"'H'-,,,, a una discretas cuyas
o atributos están bien definidos. La noción símplificación se
dones pueden mantenerse en la medida en que no aparezcan
otras entidades que conviertan el mundo en algo más comple-
jo aI calificar de revelación agotada la realidad propuesta por
aquêllas: e1 ayuntamiento de la ciudad no es representativo;
las condiciones de vida en los diferentes vecindarios no pue-
den reducirse a esas del centro de la ciudad; y e1 sistema de
transporte público es sóIo un aspecto de una estructura urba-
na mayor. Lo mismo era aplicable a las pilas. Si los cataliza-
dores y electrolitos en los que se confió se contaminaban o de-
sestabilizaban, la pila, que se esperaba impulsase aI VEL, se
convertía en algo terriblemente complejo. En lugar de ser fá-
cilmente domesticables, las pilas se transformaron en un apa-
rato cuyos que no que-
daron fuera de todo controI. Una «caja negra» cuya operación
había sido reducida a unos pocos y bien definidos parámetros
dio lugar a un enjambre de nuevos actores: científicos e inge-
nieros que proclamaban tener la llave para el funcionamiento
de las pilas, los átomos de hidrógeno que rehusaban ser atra-
pados por los catalizadores más baratos, los países deI tercer
mundo que subieron e1 precio de los metales preciosos, etcY
Detrás de cada entidad asociada se oculta otro conjunto
entidades reunidas de manera más o menos No po-
demos verlas o conocerlas que no se desenmascaran.
Las pilas de hidrógeno y los acumuladores de únc/aire eran
dos los elementos que mundo edificado por
ingenieros de embargo, controversias que se
desarrollaron en su nombre los dividieron en se-
otros elementos (igual un unTO>"" GeS1TIOn
un reloj para averiguar quê es lo que 1e pasa).
simplificación nunca está debe ser pro-
Los catalizadores
la caída de
eledrolitos pueden ser Ue1:>VVHl
mentos constituyentes: los
migratorios. Solamente si son
a una prueba de
sospecha, pueden salir a la estos supuesto,
lo que se pueda decir sobre las pilas, catalizadores y electro-
nes es también cierto para los ayuntamientos y las adminis-
se redujo aI ayuntamiento-que-quiere-preservar-el-centro-de-
la-ciudad-a-cualquier-precio. Pero para preservar su integri-
dad, e1 ayuntamiento debe estabilizar los elementos que lo
sostienen como un todo: e1 electorado de clase media que lo apo-
ya, la zona peatonal que empuja e1 flujo de tráfico a los már-
genes deI centro de la ciudad, la expansión urbana y el siste-
ma de transporte público que permite a los habitantes de los
suburbios venir y hacer sus compras en el centro de la ciudad.
Tal entidad simplificada existe sóIo de manera contextuali-
zada, esto es, en yuxtaposición a otras entidades a las cuales
está ligada. Las pilas, Renault, como fabricante de carrocerías
de coche para VEL, y los usuarios, que ya no considerarán
. están
nados. Quita uno de estos elementos y la estructura entera
mutará y cambiará. EI conjunto de las asociaciones postula-
das es contexto que da a cada entidad su significado y
ne sus limitaciones. hace esto asociando entidad con otras
que existen en una Hay, por tanto, un doble proceso:
plificación y yuxtaposición. Las simplificaciones son sóIo posi-
bles si los elementos se yuxtaponen en una de relaciones,
pero, a inversa, la de elementos requiere que
sean .
Estas yuxtaposiciones detinen
construcción que llevan a cabo los ingenieros. De he-
y estructura de que
se da entre los componentes que forman las asociaciones pro-
no fuesen situados en una
a desaparecer. Se
lario de la sociología o de la economía. l,Cómo pueden descri-
birse las relaciones entre las pilas y e1 motor eléctrico en otros
términos que no sean aquéllos de las corrientes eléctricas o las
fuerzas electromagnéticas? No sóIo los elementos que compo-
nen las asociaciones son heterogêneos, sino que tambiên lo
son las relaciones que se dan entre ellos. Sea cual fuere su na-
turaleza, lo que cuenta es que convierten en predecibles y
estables una secuencia de acontecimientos. hidrógeno ali-
menta a las pilas que impulsan e1 motor que asegura e1 rendí-
miento del VEL, por e1 cual los usuarios están dispuestos a
pagar cierto precio. Cada elemento es parte de una cadena que
garantiza e1 funcionamiento apropiado deI objeto. Puede com-
pararse una que una negras
que dependen unas de otras para su correcto funcionamiento
individual y para su correcto funcionamiento como conjunto.
seda de la batería sin e1 hidrógeno? quê se converti-
los consumidores sin sus VELs?
Por tanto, las operaciones que llevan a cambios en la com-
posición y funcionamiento de un actor-red son extremadamen-
te complejas. La medida en que una es susceptible de
modificación es una función deI modo en que la entidad en
cuestión sintetiza y simplifica, en nombre de otra, una red. Si
deseamos construir una representación gráfica de una red
usando secuencias de puntos y debemos ver cada punto
como una que, a su vez, es una serie de
"",-vUCOH por sus pro pias relaciones, se.
za unas a otras. simplificaciones realiza cada actor-red
son de porque
enrola una cascada de otras
para ellas a Cd~aLL6aUUL
a su vez, trabajan para
estas sucesivas
ou.UpULJ.Luv.J.LIU\.O
nueva
manera
auauow y experimentos
ciólogos?
para responder a esta
una noción que nos
la heterogênea e «impura» sociología de los ingenieros y la
"pura» y homogênea sociología de los sociólogos. En un caso, las
consideraciones sociológicas y têcnicas están inextricablemente
ligadas; en el otro, están rigurosamente disociadas. Si la socio-
logía de EDF y de Renault no puede compararse con la de Bour-
dieu y Touraine, esto es debido a que su êxito depende no sóIo de
la conducta de actores sodales tradicionales sino, en igual me-
dida, de la conducta de catalizadores o baterias de zinclaire.
posible quedarse satisfecho con esta declaración y man-
tener e1 esplêndido aislamiento de la sociología acadêmica,
subrayando la diferencia radical entre ella y la de los inge-
nieros-sociólogos. sugerir ahora que
_ a
no es la única posible. la medida en que uno estê
o menos dispuesto a transformar a la propia sociología,
pueden vislumbrarse elecciones más o menos radicales. Todas
ellas llevan a la transformación del estudio la tecnología en
instrumento de análisis sociológico.
primer lugar, y esto de ninguna manera pone en peligro
a la sociología, es posible utilizar las controversias en las que
están implicados los ingenieros-sociólogos como herramientas
de investigación particularmente poderosas. aprender so-
bre la sociedad, los sociólogos emplean herramientas que
sido desarrolladas y probadas durante anos: encuestas, entre-
opinión, observación participante, análisis
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Londres.
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Actores .. red y ambivalencia .
Los médicos de familia en el
cribaje
Singleton y Michael
coherentes?
Este texto tiene por objetivo proporcionar una modesta
boración del enfoque actor-red -concretamente en lo que se
refiere a alguno de los temas que surgen cuando conceptos
como "indeterminación», ambivalencia y multiplicidad son
troducidos en e1 anâlisis deI actor-red. En particular, plantea-
remos que las tâcticas de problematización -descajanegrizar,
desenrolar, desenredar, marginalización, ambivalencia y mul-
tiplicación- también contribuyen de manera fundamental a
longevidad de una red.
El Programa de Citología de Cribaje (de ahora en adelante,
PCC) en el Reino Unido, objeto de nuestro estudio de caso, ha
estado sujeto a debate en los últimos anos. controversia
Comentados: perspectivas,
y ambigüedad
en ClUX;lClU
focalizado, por ejemplo, en e1 papel ambíguo de los intere-
ses o en la de-priorización de lo social. Así, Shapin plantea que
renuncia de Latour a las explicaciones basadas en intereses
no es convincente en absoluto. llegar a decir que los
tereses» son las consecuencias de la negociación, Latour tiene
que borrar la diferencia que hay entre Íntereses y explicacio-
nes sobre intereses. 8 Por contrario, Callon y Law reconocen
que su uso del concepto interés está más cerca de la escue-
de Edinburgh que de Woolgar, siguiendo una línea
etnometodológica, da prioridad analítica a las explicaciones
sobre intereses. 9
crítica de Collins y a la simetría radical
ANT: estatus de «actante» que tienen artefactos
técnicos y las entidades en esta teoría es contem-
como algo 10 La
proporcionan
gar real para investigación en sociología
to Callon y Latour
están HlllY.L1LdUV
fuera adentro. 12
Mediante e1 estudio del «consumption junction», que es como
Schwartz Cowan llama al punto temporal y espacial en el cual
los consumidores realizan entre tecnologías compe-
tidoras, es posible determinar qué aspecto tener una
vista de dentro afuera.
(b) Multiplicidad - ~cómo deberíamos en una red
entidades que poseen toda una gama de atributos e identida-
cualquier red, los actantes constituyentes tienen «per-
múltiples en muchos mundos a la vez».13 Según
Leigh Star, esto de base para las posiciones
potencialmente de los en los de
una Star, resulta
y
concebír esta red? ;'Qué metáforas pueden ser aplicables?
redes de Callon y son limpias y claras. que en
un principio parecen ser actores constituídos de forma comple-
a menudo emergen como entidades unitarias (a pesar de ser
siempre un estado provisional): y ello no es sóIo producto
del estado y configuración de la red estudiada, sino que sucede
al curso que toma narración del estudio caso con-
creto. En otras palabras, y aún a riesgo de ser «meta-reflexi-
VOS»,15 es e1 trabajo que e1 analista con las redes lo que
hace aparecer de entre los datos y materiales empíricos la par-
ticularidad e identidad de las entidades estudiadas. Sin duda,
esto es parte del trabajo detectar patrones, narra-
ordeno Sin surgen cuando la sin-
entidades en la narrativa analítica
alencia de
no intencionales.)17
continuación, implementación del PCC
ÁVU"LU'JV en términos de actor-red. Posteriormen-
una reconsideracÍón el vista de
ambigüedades e indeterminaciones que impregnan la red. De
este modo, después de dar una visión general de red deI
PCC del gobierno britânico, en cual son enrolados los
el papel estos tanto
'-'uaLlUU aparecen como actores red -que enro-
(en nombre deI gobierno) recursos, y
como cuando ejercen de y problematizan
del e1
l'vr()f't=>QO
es decir,
precoz y, por
guiente, una prevención de la mortalidad. El gobierno expone
que la citología se había convertido en un servido de diagnós-
tico efectivo en los departamentos hospitalarios y que en mu-
chas regiones hospitalarias se había aplicado en servicios de
cribaje puntuales. Más adelante, e1 gobierno plantea que, des-
de 1964, los patólogos y técnicos de los laboratorios médicos
habían asistido a cursos de citología especialmente disenados
para formarIos en e1 cribaje poblacional, cursos organizados
en cinco centros situados por todo e1 país. Sin embargo, e1 go-
bierno sugiere que, en su mayor parte, toda esta acumulación
de conocimientos técnicos sólo había estado disponibles para
un pequeno colectivo de
00 q~
delegación de responsabilidad:
«directivos y monitores localizados»
«una vez se ha
nUO:;UH:1.;',
que ha experimentado
una «Red
como respuesta a
médico
esencial en cualquier
párrafos memo-
rándum se refieren «específicamente ai papel deI médico de
familia».34
Los médicos de família son presentados como los «embaja-
dores» de la ciencia médica. Por un lado, tienen «un importante
papel en tanto que deben realizar citologías a sus pacientes»,
mientras que, por e1 otro, «gracias aI conocimiento de sus pa-
cientes ... están particularmente bien situados para animar a
las mujeres de los grupos de alto riesgo a que se examinen». El
deber de los médicos de familia es asegurarse de que las mu-
jeres que cumplen los requisitos se hacen una citología. «Cuan-
do e1 médico de familia no desee o no disponga de instalacio-
nes para tomar las
centro o más
cercano de su área».35 una práctica extendida hoy en día
los médicos de familia contar con la de una
«enfermera» que realiza citologías como
Además, en 1966, médicos de familia a ser res-
ponsables deI seguimiento aquellas pacientes con resultados
positivos o dudosos y que eran remitidas a un departamento
ginecológico. AI realizar una citología, médicos de família
una ficha que la muestra y detalles de
la paciente. ficha acompafia muestra allaboratorio. EI
devuelve una copia de esta
los resultados deI y las recomendaClOne
hace otras que
central/local y aI ambulatorio
afios a
que han estado
cambio principal en e1
en abril de
fijados por lCllHl11Cl son a
entonces remunerados por los CU1ClIW1"
zan un derto número de éstos -su objetivo- entre sus pa-
cientes susceptibles de ser elegidas. Si en 1988 e1 gobierno
consideraba que la elegibilidad estaba influenciada por las de-
cisiones deI médico de família respecto de la exclusión o ínclu-
sión de determinadas pacientes en e1 programa de cribaje,
ahora, con los objetivos, e1 papel deI médico de familia en e1
PCC se redefinía parcialmente. Anteriormente, su papel
cluía decisiones sobre la elegibilidad de las pacientes que de-
bían hacerse una citología; ahora, los médicos de família debían
adherirse a las definiciones de elegibilidad trazadas por e1 go-
bierno, es que querían recibir una mayor remuneración.
gobierno,
lCUll1.Ui;:t y
mente se consensuando es que, a
existencia deI PCC, unas 2000 mueren al ano de
câncer 38 luz de estos hechos, e1 programa
un cada vez más directivo y A
los últimos anos, en un intento de centralizar e
tar la eficiencia deI programa,
tado informatizados y seguimientos.
los objetivos este que las
«no se cuelen a través más diredivo que
pago por objeti-
responsable de im-
y
te dellaboratorio. Frecuentemente, la mujer recibe los resul-
tados de dicho análisis tanto de parte deI médico de familia
como del FHSA.
En lo que concierne al proceso de extracción de muestras,
éste consiste en que un médico de família o una enfermera o
una especialista deben obtener una muestra de células deI
cuello deI útero de la mujer -conservándola en un portaobje-
to de microscopio- completar una ficha y enviar la muestra y
ficha al laboratorio. muestra es posteriormente exami-
nada en ellaboratorio, se elabora un y se envía e1 re-
sultado aI médico de família y al FHSA. Cualquíer recomen-
U<-<'''Ávu para e1 es anotada por en e1
mayoría
enviadas a
que
yalivio
Y ellaboratorio, man-
HUUJ.liQ.
médicos de lct11lHlct
esta complejidad a través de la definición de los límites de su
propio conocimiento y deI de los otros. EI médico de família
define su propia ignorancia. Define lo que no es parte de su
papel:
otras de su discurso.
dumbres que construyeron, desproblematizaron aI definir-
como situadas dentro de los lÍmites deI conocimiento de los
otros. Por ejemplo, tales respuestas incluían: «pero esto es una
para los expertos» F 163); «esto es una pregunta
ámbito filosófico» (Dr Y 120); «aún no sido explicado» (Dr
F 378); «sus opiniones están P 450). res-
puestas definen aspectos específicos de manera que
de responsabilidad deI médico de El
de familia es, a la vez, una caja negra con una identi-
singular identificable y una con una multiplicidad de
identidades, está dentro y es central y
_ con nuestra
gubernamental describe un
dico de família y ellaboratorio, en contraste con la versión deI
NHS se «complejiza» a medida que los médicos de família ad-
miten sus esfuerzos para interpretar los informes dellaborato-
rio y para clarificar el significado de una «inflamación». En el
proceso recurren a otra asociación que hay entre ellos y
sus pacientes. esta faceta de su papel, la de estar orientados
a las pacientes, lo que les permite «leer» los informes dellabo-
ratorio y la que, sin embargo, también les pone en confronta-
ción con los conocimientos científicos. Volveremos aI tema de
UH~H'~í« hacia más abajo.
Este médico
que porque
família
ma
diferentes representaciones de su
UH:::;Ul\.M de HUHIUC1.
sus
-esto es, como algo que
pertos concretos, o como consecuencia de situaciones concre-
tas «fuera de lo normal». En las citas anteriores, los médicos
de familia convierten la cuestión de la «causa» en algo no pro-
blemático mediante la adscripción de prioridad causal a la ac-
tividad sexual, dejando a un lado, por tanto, a los expertos.
Para ilustrar mejor este punto, podemos considerar los dos
siguientes extractos de una entrevista con e1 Dr P: «si eres vir-
gen no agarras cáncer de cervix»; y: «en algunos aspectos se
podrÍa considerar que e1 cáncer de cervix y la citología se com-
portan como una enfermedad de trasmisión sexual, ya sabes,
las vírgenes nunca lo cogen, pera esto es de una simplificación
excesiva» (Dr P 440).
en
no SOlO Slrve como evidencia de la incertidumbre que
ve aI tema de la «causa», sino que también da peso a la obser-
vación de que los médicos de família problematizan y
aspectos de
lHJ.HetUa8 lealtades concretas. .
tras la
las mujeres aI programa se explicaba al principio como resulta-
do de la intractabilidad de temas (por ejemplo, la clase social y la
ignorancia de las mujeres), cuando se trata de cuotas guberna-
mentales la explicación se basa en la intransígencia de los suje-
tos (por ejemplo, las mujeres que toman decisiones racionales).
En proceso, los médicos de família movilizan una representa-
ción determinada de la «relación dodor-paciente». Lo que los
dodores están haciendo es responder a la nueva presión que
suponen las cuotas acentuando una cualidad diferente de sus
asociaciones con científicos y muje1'es -efectivamente, se podría
decir que recogen aquellas asociaciones que antes estaban «de-
senfocadas». EI resultado es a marginarse del
nuevo como ya se 1'e-
presentan a sí mismos como comprometidos con el PCC-en-ge-
y con las representaciones de las mujeres-como-objetos y
los científicos-como-expertos. En este momento de problemati-
zación, los médicos de familia sacan p1'ovecho de asociaciones y
recursos que Uevan su papel más allá deI PCC -esto muestra,
efectivamente, que los médicos desbordar los
de la red dei
Y con
VI,;UlJétUUb
de que los
ue\:llU existir
multâneamente como una y como una parte
otro mundo sugiere que los médicos de familia son identidades
y que ir y por la
que
r>T/YY'.Y"ar! PCC, y tratan al como a un actor me-
mayor, se pueden
los en e1 ac-
párrafo l.
párrafo 19.
24. Párrafo 5, Department of Health and Social Health Services
Development, Screening for Cervical (84) 17 (1984).
25. Íbid., párrafo 8.
26. Pârrafo 4, HC (66)76, op. cit., nota 18.
27. Se informó de muchos «errores» en casos en los que e1 seguimiento de
las mujeres con resultados positivos en la citología no se había hecho de for-
ma adecuada; ver National Co-ordinating Network for the National Health
Service Cervical Screening Programme, First Annual Report (NHSPCC,
1991). Hubo casos, también, como e1 incidente en Liverpool en 1987, en que
se descubrió que más de 900 citologías realizadas en un período de 4 anos se
habían resuelto incorrectamente como negativas. Hay una referencia en:
J.Chomet & J. Chomet, Cervical Cancer: All You and Your Partner Need to
Know about its Prevention, Detection and Treatment (Thorsons, Wellingbo-
rough, Northants. 1989), p. 52. Hubo una «investigación interna» sobre este
incidente, que concluyó que cierto patólogo había cometido errores masivos
de juicio profesiona1 para los cuales no había explicación lógica. En todo e1
país se implementaron procesos de control de calidad en los laboratorios.
Hubo una campana, liderada por una de las mujeres de Liverpool involu-
Hi',U,"l.VU pública. A pesar no
hubo dicha investigación, LH declaró en investigación interna. Uno los
autores (VS) ha hablado con ella en varias ocasiones y ha explorado con cier-
ta profundidad e1 erro r de Líverpool y sus consecuencias.
Hay una muy interesante explicación, deI tamano de unlibro, acerca de
la investigación realizada en 1987 sobre el tratamiento de mujeres con re-
sultados positivos en las citologías en e1 Auckland's National Women's Hos-
pital en Nueva Zelanda. Esta amplia investigación supo acerca de un pro-
grama de investigación en e1 que las mujeres con resultados positivos no
recibían tratamiento convencional, sino que se les hacía creer que ciertas
anomalías podían revertir hacia la normalidad sin tratramiento. Muchas de
estas mujeres murieron o sufrieron frecuentes quírúrgicas. Al-
gunos profesionales médicos britânicos fueronllamados para testificar en la
investigación. La «Investigación de Nueva Zelanda» y e1 informe de la
Silvia Cartwright han sido considerados por algunos como una «caza de
jas feminista» --en el sentido de que las feministas fueron presentadas
como las que montaron el problema- y permanecen como fuente de comen-
tarios en las revistas médicas británicas; véase S. Coney, The Unfortunate
Experiment: The Full Story Behind the lnquiry into Cervical Cancer Treat-
ment (Penguin, Auckland 1988). Respecto a los comentarios de los médicos
'itânicos, un buen punto para empezar es la sección "Round the World»,
en: «The Lancet». Véase, por ejemplo, las edíciones de octubre a diciembre,
336 (1990).
28. Párrafo Department of Health and Social Security, Health Servi-
ces lVlanagement: Cervical Cancer ScreenÍng. Health Circular, HC (88) 1
(1988).
29. HC(66)76, op. nota 6.
30. Íbid., párrafo 7.
31. HC(88)1, 20.
32. National
33. En algunvi:>
existencia. EI NCN
la mortalidad como
op. CLt., nota 27, p. 5. En-
a este problema. Según la
ll1bWlltl, e1 PCC emerge, en cierto sentido,
como serie de problematizaciones. Podemos ver que e1 PCC ha sido el objeto
de considerab1e controversia. También podemos ver que el PCC ha sido mol-
deado por varios conflictos y escaramuzas. EI papel representado por los
participantes ha sido redefinido, ai igual que lo han sido las maneras en que
los participantes interactuaban. Pero e1 concepto deI PCC, sus propósitos y
objetivos, y sus procedimientos y participantes, han permanecido igual.
34. Párrafo 3, ECL 97/66, carta que acompafía HC(&&)76, op. cit., nota 18.
35. HC(66)76, op. cit., nota 18, párrafo 9.
36. Párrafo 3, ECL 97/66 que acompafía HC(66)76, op.cit., nota 18.
37. HC(84)17, op. cit., nota 24, párrafo 14.
38. En una influyente revisión deI PCC britânico, Roberts afirmó que en
Inglaterra y Gales hubo 2434 muertes por câncer de cervix en 1968. La cifra
en 1980 era de 2068; véase A. Roberts, «Cervical Cytology in Eng1and and
WaIes, 1965-80», en: <<Health Trends», 14 (1982), 441-443. A partir de la com-
paración de las estadísticas de mortalidad de otroe países con las dei PCC,
grupo fundado por e1 DHSS Committee on
tology en 1980 de que «el servició de cribaje britâncio parece ser un
fracas o relativo»: G. J. Draper, «Screening for Cervical Cancer: Revised Po-
licy. The Recommendations of the DHSS Committee on Gynaecological Cy-
tology», en: «Health Trends», 14 (1982), pp. 37-40, en p. 37. Una reciente re-
visión de la literatura, y un indicador deI consenso sobre e1 fracaso deI PCC en
la reducción de la mortalidad por câncer de cervix, puede encontrarse en K.
Johnston, «Screening for Cervical Cancer: A Review ofthe Literature» Hea1th
and Economics Research Unit Discussion Pape r, Universtity of Aberdeen,
abril 1989).
39. Contraception lnformation Seruice, en colaboración con e1 Women's
National Cancer Campaign (Londres 1989). Este foIleto fue obtenido en un
consultorio deI CSO en diciembre de 1990.
40. Este texto representa sóIo una pequena parte del trabajo llevado a
cabo por la primera autora (VS), que está contenido en su tesis doctoral.
Uno de los temas centraIes de su deI que se hace eco este texto, es el
intento de capturar, en la medida de lo posible, en una narrativa «académi-
ca», la ambiva1encía, la estabilidad y e1 movimiento que coexisten en e1 ac-
tor-red PCC. La ambivalencia inherente aI discurso de los médicos de fami-
tal y como aquí se plantea, se en e1 discurso de muchos de los
actores dei PCC que fueron entrevistados por VS. Las entrevistas se reali-
zaron entre 1989 y 1991 e incluyen mujeres activistas sobre
temas de patólogos técnicos de laboratorio, médicos de la red públi-
ca de salud y enfermeras. trabajo también implicó una revisión de la ex-
tensa literatura sobre e1 inc1uyendo documentos guberna-
mentaIes feministas, así como información de domínio público, taIes como
artículos periódico, literatura de educación programas de tele-
visión libros.
41. referencias citadas documentan la identidad de los médicos de
familia y e1 número en e1 contador de la cinta de casette.
42. Esto no es diferente al «Dispositivo de Verdad Emergente» identifi-
cado por Gilbert y Mu1kay en el que se aceptan la incertidumbre y contin-
gencia a condición de a1guna revelación futura: Gilbert y MuIkay, op. cit.,
nota capítulo 5.
43. Las referencias aI fracaso deI PCC a menudo van acompafíadas de
referencias a la mortalidad continuada por câncer de a pesar de los
más de 20 anos de existencia deI programa. En la nota 38, que documenta
las estadísticas de mortalidad, se referencian algunos textos relevantes.
Además, hay un interesante debate recientemente aparecido en la literatu-
ra médica y que ha sido iniciado por un artículo que sugiere no sólo que e1
PCC ha fracasado, sino que puede hacer más dano que bien; véase J.S. McCor-
mick, "Cervical Smears: A Questionable Practice?», en: «The Lancet» (22 de
julio, 1989), 207-209. Véase también las réplicas a este artículo en íbid.
(9 de septiembre, 1989), pp. 627-629.
44. Las reincidentes fueron definidas por un médico de familia como «las
pobres circunstancias sociales, ocho ninos, sin canguros, no pueden venir»
(Dr F 228). El Concise Oxford Dictionary, 7ª ed., define reincidente como «al-
guien que reincide en el crimen». Quizá esto nos dice algo sobre la manera
en que la profesión médica representa a aquellas que no se ajustan a sus pro-
William KnrrnllD'h"
aI agente como
lenguaje. medio
éstos, e1 sujeto es delimitado a partir de las prácticas lingüísti-
cas del agente que quedan enredadas en órdenes morales
locales. Las ocasiones en las que se nos considera responsa-
bles de nuestras acciones constituyen un lugar para la cons-
truccÍón de sujetos y, simultáneamente, de objetos.
La responsabílidad conlleva, aI menos, dos connotaciones.
entidad, por e1 hecho de ser considerada responsable, se ve
involucrada en relaciones causales y en evaluaciones morales.
Este doble aspecto permite a la responsabilidad actuar como bi-
sagra, articulación diferencial (Derrida, 1976) entre lo humano
y lo no humano. EI trabajo Harré se centra en e1 aspecto mo-
v~IJU'-.uv'LVU está nociones de
común ) nos
proporciona una reinterpretación deI discurso causal aristotéli-
co cuyo propósito es la complacencia humanista de las
explicaciones sobre la tecnología. acerca de la respon
bilidad que tiene la en la un en virtud de
sus propiedades materiales Su trabajo altera la
división humano/no humano aI un desliz entre los as-
nnr>+"" morales y causales de la responsabilidad.
teoria del es una aproximación que, como
con determinaciones hu-
este artículo explicaremos y con-
firmaremos tal suspicacia a de un resumen deI proyecto
como de sus tratar
devenido una la que gira la
ral y al mundo de los artefactos tecnológicos, ha sido hecha
Otra. En ambos casos podemos observar que la definición y
tratamiento del Otro tiene profundas consecuencias para cu al-
qui era o cualquier cosa que pudiera ser parte deI mismo. Así
como la sensibilidad pública vidoriana regulaba estrictamen-
te la conduda de la gente respetable, la frontera disciplinaria
sociológica ha regulado e1 trabajo de los sociólogos.
La teoría deI actor-red es una respuesta a esta tendencia en
la sociología que consiste en poner entre paréntesis lo no
mano, sea ello tecnológico o Esta teoría arrastra lo no
humano al pliegue sociológico. Y aI hacerlo transgrede
tera dentro entre
no y no entre y lo no social. que
vamos a plantear es que este movimiento transgresivo se
empujar dos grupos de ideas sus respectivos
los contenidos las
umanas- son filtrados a
UUJ'-'U.HH~iH.Ç resultado de
en estas categorías, sino que se
voluntades, puntos de
H1Hel1l>U posibilita un
(1989), se ha convertido en un vocabulario final «final». A con-
tinuación argumentaremos que el êxito de la teoría deI actor-
red en su cuestionamÍento de la dicotomía humano/no huma-
no va acompafíado de un riesgo, e1 que surge de extender la
vÍsión nietzscheana del mundo y e1 discurso de la democracia
liberal hasta cubrirlo todo. La teoría del actor-red corre e1
riesgo de producir una nueva gran narrativa ahistórica y de
reproducir e1 derecho concomitante de hablar en nombre
de todos. En este texto vamos a ofrecer a la teoría deI actor-red
una forma de evitar tal riesgo.
merecen consíderación?
Con tus egoístas y santurrones sociales de la tecnología,
siempre intercedes en favor de los trabajadores sín especialíza-
ción y contra las máquinas -leres consciente de tus sesgos dis-
criminatorios? Discriminas entre lo humano y lo inhumano. No
comparto este sesgo (éste en concreto, aI menos) y sóIo veo acto-
res -algunos humanos, algunos algunos especiali-
zados, algunos sin especializar- que intercambian sus propieda-
des» 1992, 236).
beral), cuestionar e1 razonamiento que se encuentra detrás de
la emancipación de los no-humanos es bastante arriesgado
porque, si aceptamos e1 principio de igualdad (y quién osaría,
en principio, no hacerlo), entonces debemos estar preparados
para aplicarlo sin temor o favor alguno, o bien aceptar que te-
nemos un prejuício.
Como provocación adicional, Latour (1992) nos recuerda e1
criterio de que en todos los casos Cincluyendo los de los no-hu-
manos) e1 mero hecho de reconocer e1 derecho de representación
implica ya optar por reconocer ese derecho: «los debates acerca
antropomorfismo surgen porque creemos que existen «hu-
manos» y <<lio-humanos» sin darnos cuenta que esta atribución
accÍón y de una <:7U:"A,lV'F'
usa e1
V<.ULU";,''-'U democracia
liberal para abogar por la ampliación deI derecho de ciudada-
sociológica a lo no-humano o a lo no-social. EI programa
fuerte de sociología del conocimiento científico ha empleado
largo tiempo e1 de de Bloor en sus
Callon (1986)
«Los sociólogos actúan imparcialmente y se refieren a los prota-
gonistas en los mismos términos, incluso si uno de eIIos logra im-
poner su voluntad. No les atribuyen racionalidad, método cientí-
fico, verdad ni eficacia, pues estos términos denotan e1 êxito deI
actor sin sus razones» (P. 197).
«Cuando la sociedad que describen los sociólogos confronta la na-
turaleza ... la sociedad bene siempre la última palabra. Si se eli-
mínan las normas se colapsa la ciencia. Si se niega la existencia
de clases sociales y sus intereses, o si cesa la batalla que se dice
libran los científicos para incrementar su capital personal de cre-
dibilidad, entonces la ciencía y la tecnología, privadas de motiva-
ción, se detienen» (Callon, 1986, p. 198).
«No hay razón para creer que debería haber una lista de elemen-
tos sociales a los que se pudiera relacionar, en una conexión de
uno con muchos, proporcionar la explicadón de algunos e1e-
m_entos de natural»
cuento a dormir
cante ctlHU.lClUl!
poraóón humana de Otros de todas clases que ha marcado
e1 proyecto de la postilustradón no ha demostrado ser un bien
puro para esos otros, y ha producido, en su ejecución, una nue-
va forma de poder disciplinario ejercido a través de la mirada
del observador (Foucault, 1977). Basamos nuestras narrativas
contemporáneas en esta nueva forma de poder disciplinario,
utilizándolo como anteproyecto para descubrir e1 poder gene-
rado a través de las relaciones. La emancipación, pues, es un
proceso civilizador que consiste en la ordenación deI Otro, a
través de la mirada deI observador, antes de su incorporación a
los iguales. Esto empieza a parecerse a la colonización.
EI continente del que hoy está habitado por las
cosas y cosas
ta do por el Otro de la sociología, lo no-humano y lo no social.
Este os curo continente de lo no social, aunque sería supuesta-
mente impenetrable al análisis sociológico, se ha rendido ya a
la teoría del actor-red.
En resumen, algunos autores de la teoría deI actor-red, ai
elegir un conjunto de metáforas políticas liberal democráticas,
han prometido proporcionar un de para
todas las entidades Bodales y no sociales. Como pro dueto aca-
bado, su vocabulario final es también porque está
diseiíado para tomar en los desarrollos tecnoló-
gicos. AI proporcionar tan exitosa teoría de redes, construída
una singularmente y combina-
de pensamiento liberal-democrático y de pensamiento
en ellímite de postilustra-
colonizar
miento científico, las cuales aparecen entonces como represi-
vas de esas voces y esas voluntades políticas. EI problema está
en que este movimiento de la teoría deI actor-red para ampliar
el derecho de ciudadanía es, aI mismo tiempo, un intento de
ser reconocida como la única representante legítima de todos.
limites
que, al
llevar el discurso llberal-democratlco a su e1 proyecto de
actor-red ha alcanzado una al ser la
única interlocutora totalmen-
carácter y orden similar
cuando vÍsión nietzscheana mundo es llevada a su lími-
i., Quê sucede entero
resumirse «sólo debilídad. O,
simplemente, sóIo 1988a, p. 158).
Quizá deberíamos consultar a un progenitor de esta
plantear su interés por e1 poder, Foucault (1988) escribió,
demasiado en tecnología de la UViU'LU<-t-
vez que se
estandarización, una estandarización configura todos los
objetos en una serie de sistemas jerárquicos anidados que van
de lo micro a lo macro -todos los puertos se vuelven compati-
bles. * La verdadera utilidad del cognitivismo está en que ofre-
ce una explicación verosímil de la conexión por ejemplo,
e1 conflicto global, los recursos escasos, la frustraciónJagre-
sión, la acción endocrina y los cromosomas. Si toda serie lleva
la misma marca (depresión, estrés), entonces se trata de un
análisis verdaderamente sistemático.
Desde la perspectiva la teoría deI este proceso
no puede ser contemplado como e1 descubrimiento gradual de
que anteriormente estaba como una
re-elaboración deI realizada por ambiciosos «ingenie-
ros heterogêneos» 1987). y como (1990) ha
hecho notar, este «poder
* Los autores están jugando aquí con conceptos propios dellenguaje in-
formático. Puerto es e1 nombre que reciben los puntos de conexión de los pe-
riféricos fN. d. T.].
vínculos entre los niveles macro y micro. La política de tierra
quemada que Callon, Law y Latour adoptan, el campo de fuer-
zas heterogêneo que aparece al desmantelar los mundos natu-
rales, sodales y tecnológicos dados por supuestos, es un riesgo
calculado que se toma para subvertir la imagen establecida de
un mundo de sistemas anidados. Desde nuestro punto de vista,
el beneficio que supone realizar tal gesto radical es evidente.
Sin embargo, aunque la teoría deI actor-red pueda atacar a la
teoría de sistemas, lno se convierte ella misma en un sistema
totalizador en práctica una total?7
y crecen.
AI dar a este proceso una
mos a una posición OHH.LlCU
emplazamiento
está en disposicíón de criticar a la teoria de sistemas porque di-
suelve lo humano y lo no-humano en un medio molecular suje-
to a un juego de fuerzas, con lo que en sus explicaciones des-
trona y descentra al sujeto humano. La dificultad estriba en
que esto se consigue mediante las dos estrategias universali-
zantes, la democracia liberal y e1 moralismo ontológico nietzs-
cheano, que coIocan a la teoría del actor-red en e1 trono de na-
rrador-en-jefe y como árbitro final de la justicia.
Aunque la teoría del actor-red se centra en la microfísica de
la ordenación, parece encajar aún demasiado bien con el em-
plazamiento y la sistematización, ya que su estrategia consis-
te
ya no es preciso
que
ca
conceptos de simplificación y
de que todo actante en una es, él mismo, e1 repre··
sentante de una adicional, e1 resultado una lucha por
redes están unas otras.
Esta descripción de la tecnología de la dominación suena bien
en muchas situaciones. Sin embargo, sóIo resulta crítica con la
tecnología de la dominación por e1 hecho de senalar e1 duro
trabajo requerido para hacer que un sistema funcione. EI
damiento de redes, unas dentro de otras, se parece mucho al
anidamiento de subsistemas dentro de sistemas. En un plan-
teamiento en e1 que los subsistemas no tienen otro propósito
que servir al sistema mayor en e1 que están encajados, calificar
algo de red puntualizada simplemente indica que se trata de
un subsistema que ha sido utilizado y silenciado con êxito. Es
en este punto que isomorfismo de la teoría deI con
es me-
jerarquía y e1 ocupado por
tiplicidades no-métricas, acentradas y rizomátícas» (Deleuze
y 1988, p. rizomas. Estos
agregados borrosos son de
mentos
y
Más bien apunta hacia un tipo escrutínio diferente, uno que
aborde el movimiento, la diferencia y la incertidumbre. Pode-
mos ver estas cuestiones planteadas en la topología social de los
fluidos de MoI y Law (1994), en las ínteracciones entre los afec-
tados por las inconveniencias que plantea Star (1991) y en el
«híbrido colectivo» de Callon y Law (1993). esta última se c-
ción esbozaremos como cada uno de estos proyectos está re-
lacionado con la filosofía de Deleuze y Guattari (1984, 1988) y
con la crítica a la teoria deI actor-red que hemos ejercido. 8 Tal
y como Star (1991) muestra, nuestros compromisos con redes
arborescentes pueden muy bien ser una cuestión de inconve-
pero esto no
C;l.JJwiU,,,, que no actuar en esa
red por mucho que carezcamos deI acceso a caja de
mientas deI ingeniero heterogéneo. Situarse fuera de las creodas
establecidas, entre los puntos de paso obligado, constituye una
desterritorialización de la El carácter fluido de las redes de
MoI y Law (1994), y de las que antes eran relaciones duraderas,
es un hecho indicativo del cambio vectorial. Desde luego, como
Star sefiala correctamente, tal cambio puede perfectamente re-
territorializar más tarde en una estructura arborescente lo
estable -no se trata un de estas mo-
lares, sino de movimientos relativos y de mezclas. 9
tomamos el cuerpo humano como formación molar ve-
mos que no es cuestión de olvidarse más bien de
UIJU\",cuprocedimientos que la formación cuerpo.
la persona transexual de la que habla Star (1991) está
implicada en una al que
ella se refiere como entrar en una «zona alta tensión») que
y en
las drogas es i3C;Uuw.uv
Clalmell1Ce problemático).
Esto se más _
de nuestros(s) yo(s) en tanto que constituido(s) no
en formaCÍones molares sino tam-
en los flujos
jeto es un ensarUUJ.tlJ
esparcidos por
lugares) no son 10calizables. 11 Se trata de un proyecto en mar-
cha, en perpetuo flujo y con variaciones continuas. El híbrido
colectivo de Callon y Law (1993) es una de tales criaturas.
Aunque se den casos de identidades en parte descentradas
que están inextricablemente ligadas a ciertas formaciones
molares, esto de ningún modo alcanza la importancía deI su-
jeto. Lo cual, por tanto, nos devuelve a la cuestión deI poder.
(,Necesitamos considerar todo discurso y toda práctica como
esencialmente molares? (,Son la estriación y e1 poder todo lo
que está aquí en cuestión? Si los sujetos carecen de las herra-
mientas para planear y ejecutar estrategias de dominación
i.n«3Ce'81tan entonces en
rárquico poder? (,Son masas silenciosas necesitadas de
beración? Aunque estamos acuerdo en que las estrategias
molares y combate son esenciales (tal y como la Revolución
de [1984J nos constantemente),
también queremos que hay un amplio abanico de
acontecimientos que tienen lugar a través de lo que podríamos
estrategias fractales. 12 Éstas no ocurren totalmente
nível silencio total y de la indiscernibilidad, pero,
no es en el nível de relaciones y de
dominación donde se Estos movímientos son operaciones
trazadas en dimensiones fraccionales. Así como
de define una entre la línea y e1
entre y la dimensión, una estrate-
es menos que una estrategia y más que nada.
sorprendidas por e1 caos
para describir el esta-
deI se encuentra
ción del poder. A diferencia de la resistencia, que hace de los
sujetos objetos de poder más definidos, las estrategias fracta-
les son despuntualizaciones cuyos efectos a corto plazo son in-
determinables. Para nosotros, por tanto, la cotidianidad es
una mezcla de operaciones (molares y moleculares) ejecutadas
o anuladas dentro de puntos de paso obligado, por un lado, y
de actividad fractal, por otro.
Debido a que la psicología y la sociología han sido instru-
mentos deI proceso de territorialización, su falta de habilidad
para registrar la activídad fractal no resulta sorprendente. Es
exactamente esta implicación la que ha dado a las ciencías hu-
manas esa ambición y ese verse a en
tener que hablar por todo e1 mundo. embargo, aI cen-
trarse en las encrucíjadas de las muchas carreteras que for-
man las redes, se ignora una cantidad significativa de tráfico
Si bien estas masas no son silenciosas ni se
ten necesariamente reducidas silencio, no tam-
poco asumir que todo (cuerpo, actante) aspira a ser represen-
tativo, ni que puede tomar prestada su de red sin
ningún problema. Cuando e1 análisis se centra en e1 espacio
territorializado de la sistematízación, se encuentra con
un cierto grado de indiferencia aparente.
Sólo una forma de escrutínio que tenga en cuenta e1 mo-
vímiento rizomático y desterritorializador de entidades que se
encuentran irremisiblemente astilladas en sus estrategias
tales medio-realizadas podrá registrar, aunque no predecir, los
~ calientes de No es de sofisticar
herramientas análísis, se más bien, de seguir los
acontecimientos que son HU.H0''-'VL
13
en
Bibliografía
A. Baddeley (1981) "The concept ofworking memory: A view ofits cur-
rent state and probable future development», en: Cognition, 10: 17-
23.
J. Baudrillard (1987) Forget Foucault (N. Dufresne, trad.). Semio-
text(e), Nueva York; traducción castellana: Olvidar a Foucault,
Pre-Textos, Valencia 1978.
ingenioso y
.ueucuv es un ejemplo de metis, de es-
trategia, del tipo de inteligencia por Ia cual Ulises (de quién se
dice en la llíada que es polymetis, diestro en ingenio) es más
conocido. 1 Una vez que nos adentramos en la esfera de los in-
genieros y los artesanos, ninguna acción no mediada es posí-
ble. Un daedalion, en griego, es algo curvado, una desviación
de la línea recta, ingenioso pero falso, bello y artificiaL Dédalo
es un inventor de artilugios: estatuas que parecen tener vida,
robots militares que montan guardia en ereta; una antigua
de la ingeniería genética que permite al toro de
dón fecundar a Pasifea y engendrar asÍ aI Minotauro -para
e1 que Dédalo construirá e1 laberinto del que, vía otro tipo de
se las
por
Ullllli:U, siempre en lucha con los tres reyes que,
que se
plemente) se llevará a
caso sucedido, de manera
arma aI hecho de
un ciudadano .tHUCI:'H
tener a uno, por su-
puesto, pero también 1e instruye, 1e dirige, e incluso 1e induce
a apretar e1 gatillo -lY quién, con un cuchillo en la mano, no
ha deseado alguna vez apunalar a alguien o algo? Cada arte-
facto tiene su guión, su «capacidad», la potencialidad de diri-
gir a los transeúntes y de forzarlos a adoptar determinados
papeles en su historia. Contrariamente, la versión sociológica
de la NRA convierte al arma en una conductora neutral de vo-
luntades que no afiade nada a la acción; el arma representa e1
papel de un conductor elédrico por bien y mal, fluyen
sin problema.
Ambas posiciones son ridículamente contradictorias. Nin-
que
el dogma
\.;HOHULV
AGENTE 1
RODEO
=
TNTERRUPCIÓN
------~ METAl
Mé'TA3
!~
u
;:o
;;;
AGENTE 1
META 2
~
AGENTE 2 + AGENTE 2
metas) son
es posible nuestra atención a ese algún
otro, a ese actor compuesto (por
y persona. a
ciones a muchos más agentes de los que son aceptables
tanto para la explicación materialista como para la socioló-
gica. Los agentes pueden ser humanos o (como el arma)
no-humanos, y cada uno de e110s puede tener metas (o fun-
ciones, como prefieren decir los ingenieros). Ya que la palabra
agente resulta inhabitual en e1 caso de los no-humanos, una
apropiada es la de actante, un préstamo de la semiótica
que describe cualquier entidad que actúa en una trama, sea
cual fuere e1 papel que se 1e atribuye, figurativo o no-figura-
tivo (<<ciudadano», «arma»).4 l Por qué es importante este ma-
Porque, por ejemplo, en mi historieta podría reemplazar
al portador deI arma por e1 genérico «holgazán en paro», tra-
_ en
blar de «motivos inconscientes», traduciéndolo en un agente
subindivídual. Podría asimismo redescribir e1 arma como «lo
que ellobby de las armas pone en manos de ninos inocentes»,
haciendo la traducción de un objeto en una persona colecti-
va, una institución o una comercial; o podría definir e1
arma como «la acción de un gatillo sobre un cartucho a tra-
vés de la intermediación de un resorte y una aguja de percu-
sión», traduciéndola en una serie mecánica de causas y con-
secuenClas.
diferencia entre actor y actante se puede apreciar en un
cuento de hadas donde la actuaCÍón súbita de un héroe puede
a una varita a un caballo, a un enano, a
oa dioses, o a las habilidades del
Un único actante puede tomar diversas formas «actan-
actor puede representar
HU"HLO puede de me-
generalmente a
HUH.t<HW." o de funciones
las pistolas de
UH'c-.LVH
bella y la bestia
implicado.
ejemplos de
CU.iUV.uar la dicotomía
AGENTE 1
AGENTE 2
e ---~
AG"NTE" LPROGRAMA2
gún
eléctrica- y, entonces, así son las cosas, vuelve a su tarea an-
terior, suprime e1 obstáculo y consigue la meta. Por supuesto,
en la mayor parte de historias sobre herramientas no existe
uno sino dos o más subprogramas que se anidan unos en otros.
Un chimpancé podría coger un bastón y, al encontrarlo dema-
siado romo, empezar, tras otra crisis, otro subprograma para
afilarIo, inventando sobre la marcha una herramienta com-
puesta. (Plantearse hasta dónde puede llegar la multiplica-
ción de estos subprogramas abre interesantes cuestiones a la
psicología cognitiva y a la teoría evolutiva.)
Aunque es posible imaginarse muchos otros resultados (por
ejemplo, la pérdida de la meta original entre e1 laberinto de
que tarea
composición de la acción resulta aquí interesante -las líneas
se alargan a cada paso. l,Quién lleva a cabo la acción?
Agente 1 más e1 Agente 2 más e1 Agente 3. La acción es una
propiedad de entidades asociadas. AI Agente 11e consienten,
autorizan y facultan los otros. El chimpancé y bastón afila-
do alcanzan (y no alcanza) e1 plátano. La atribución a un actor
del papel de motor principal no debilita en modo alguno la ne-
cesidad de una composición de fuerzas para explicar la acción.
Se debe a un error, o a la mala fe, que leamos en nuestros
hombre vuela», mujer viaja al espada». VoIar
es una propiedad de la completa de entidades que
aeropuertos, aviones, plataformas de lanzamiento y
mostradores de billetes. Los no vuelan las
zas Aéreas de los Estados
te una propiedad de los
y es segundo
Quiero situarme en ese estadio anterior a la posibilidad de de-
limitar claramente la diferencia entre humanos y no-huma-
nos, metas y funciones, forma y materia, en ese estadio en e1
que aún no es posible observar e interpretar e1 intercambio de
propiedades y competencias. Actores humanos hechos y dere-
chos y respetables objetos ahí afuera, en el mundo, no pueden
ser punto de partida; deben ser nuestro punto de llegada.
lExiste semejante lugar?, les algo más que un mito?
principio de simetría puede usarse para cartografiar
un buen número de mitos asentados que nos cuentan que
hemos sido hechos por nuestras herramientas. expreSlOn
homo faber o, mejor dicho, homo faber fabricatus
para y y para y un mo-
vimiento dialédico que acaba por hacernos hijos e
nuestras propias obras. 7 Igual que para Heidegger, e1 mito re-
consiste en que «mientras representemos la "'-''-'UA'.U
como instrumento, permaneceremos pendientes de la volun-
aduenarnos de ella. de largo de la esencia de
técnica».8 Veremos más tarde lo que puede hacerse con
waléctica y el Gestell, pero, inventar mitos es la for-
ma de progresar en tarea, no vacilaremos en crear algunos
nuevos.
tan difícil con alguna preCÍsión,
acción que estamos
está sujeta a un proceso
enteramente opaca la producción conjunta de acto-
El Dédalo está envuelto en un
y contar lo que
metas relativamente
un momento e1 proyector
poseen una
tencia individual, cada uno una «caja negra». En un instante
nuestro «proyector» pasó de tener cero partes a tener una, y lue-
go muchas. l,Cuántos actantes hay realmente allí? La filosofía
de la tecnología hace poco uso de la aritmética ...
La crisis continúa. Los técnicos recurren a una secuencia
rutinízada de acciones aI substituir los componentes. Está cla-
ro que sus acciones están compuestas de pasos dentro de una
secuencia que integra diversos gestos humanos. Ya no nos cen-
tramos en un objeto sino que vemos un grupo de personas al-
rededor de un objeto. Se ha producido un cambio entre actan-
te y mediador. Las figuras 1 y 2 mostraban cómo las metas se
servador, no
comportamiento dado. Desde su ventana, la rectora contem-
pla cómo los automóviles disminuyen su velocidad y, para ella,
eso es suficiente.
La transición de conductores imprudentes a conductores
disciplinados se ha llevado a cabo mediante otro rodeo. En lu-
gar de signos y advertencias, los ingenieros del campus han
empleado hormigón. En este contexto, la nOCÍón de rodeo, de
traducción, debería ser modificada no tan sóIo (como en los
ejemplos previos) para poder absorber una traslación en la de-
finición de las metas y las funciones, sino también para asu-
un cambio en la propia materia de expresión. El programa
acción de los ingenieros, «conseguir que los conductores
v,",Jv~UUU en campus>!, se en
hormigón. En vez de «se inscribe», podría haber dicho «se ob-
jetiva», «se reifica», «se realiza», «se materializa» o «se graba»,
pero estas palabras implican un agente humano todopoderoso
que impone su voluntad materia y, sin em-
bargo, los no-humanos también actúan, desplazan metas y
contribuyen a su redefinÍción. 9 cuarto significado de tra-
ducción depende, pues, los tres precedentes.
nuestro ejemplo, no tan sóIo sido un sig-
nificado hacia otro, que una acción (hacer cumplir
de velocidad) ha sido a otro tipo de expresión.
EI programa de los ingenieros se ha inscrito en e1 hormígón y,
considerar esta salímos relativa comodidad
la metáfora lingüística para adentrarnos en un terreno
desconocido. No hemos las relaciones humanas
con sentido para en un mundo de relaciones ma-
brutas -aunque ésta ser la Ímpresión
que acostumbrados a tratar con signos
se encuentran
curso; aunque no
mos, pues?
Rodeo,
to
AGENTE 1
RODE O
=
INTERRUPCIÓN
INSCRIPCIÓN
--------~ PRIME R
SIGNIFICADO
z
'o
I-<
C)
C)
;:J
O
SEGUNDO <
P:l
AGENTE 2 .......... .. ..
SIGNIFICADO
"""
Figura 4. Cuarto significado de mediación: delegación
grietas y huecos
, intercambiando entre todo tipo de mate-
riales, o humanos. Heidegger no es
y
Creo que la filosofía de la tecnología nos obliga a recolocar
aI humanismo.
!li!
o Sociologismo:
,...,
UJ
:> Materialismo: c.::
g:: las propiedades objetivas los sujetos imponen formas I?:i
>-3
~
...., de la materia penetran la y categorías a la O
ç:Q
O inercia social y mental materia informe
OI!
Antihumanismo: Humanismo:
los medios se han los medios son
convertido en meros intermediarios
fines sin fines para las metas humanas
Simetría:
los actantes reaj ustan
las pro piedades a través de los pasajes
es en su crítica a
que las tecnologías y las
humanos mantener sus n"".,u,QE',-r.Q
imponer su voluntad a los
a los propios de
rar cuánta
diador de las técnicas -y afíadió e1 peligro de ignorar la fun-
ción, genealogía e historia de esos embrollos sociotécnicos (a
los que ahora volveré) que construyen nuestra vida política y
nuestra frágil humanidad.
acerca de lo que es un
nica», «personal "';",H~''-'V'' expreslOnes que designan una
habilidad, una y la
giadas aunque inferiores. A tales posiciones las he denomina-
do, tomando prestado un término militar, puntos de paso obli-
gado. Las personas, objetos o habilidades técnicas son a la vez
inferiores (ya que la tarea principal será reanudada), indis-
pensables (ya que la meta resulta inalcanzable sin ellas) y, en
cierto modo, caprichosas, misteriosas, incÍertas (ya que de-
penden de una destreza altamente especializada y mal deli-
mitada). Dédalo e1 perverso y Hefesto e1 dios cojo, son buenos
ejemplos deI significado de técnico. Así, e1 adjetivo técnico tie-
ne un significado al situar en lenguaje los tres primeros
de traducción que he definido anteriormente.
Técnico designa también un tipo muy concreto de
, "
que con eInlUi::1Ue
que presentan diversos ritmos, diferentes propiedades, distin-
tas ontologías, y que están hechas para compartir e1 mismo
creando de este modo un nuevo actante. Aquí, e1 sus-
se usa, a menudo, igual que e1 adjetivo, como cuan-
uecunos «una técnica de comunicación», «una técnica para
cocer huevos». este caso, e1 nombre no designa una cosa
sino un modus operandi, una cadena de y saber prácti-
co aue produce cierto resultado previsto.
dos pipetas, que utilizó
glo y la automática que se usa hoy en marca
es acertadamente «Fípetman». Con una pipeta tradicio-
observar
C'no"'~nte y comprobar
llH::WUa1:i calibradoras graba-
coor-
dinación y controI en cada pipetada; con la nueva, puedo basar-
me, al menos en este gesto, en la fuerza (una vez he girado el bo-
tón). La nueva pipeta es hábil por sí misma -e1 programa de
acción está ahora compartido entre una pipeta altamente cuali-
ficada y un humano relativamente poco especializado.
La destreza técnica no es una cosa que podamos estudiar
directamente. Tan sóIo es posible observar su dispersión entre
varios tipos de actantes. Por ejemplo, se podría automatizar
no sóIo la toma de líquido sino también su liberación, y, de
hecho, existen actualmente en los laboratorios de biologia mu-
chos robots-pipeta. La suma total de actividad -comparando
relación con la pipeta de Pasteur a la que tengo con la
se o pero su
ha sido modificada. Algunos técnicos altamente entrenados
redundantes, se trabajadores no especiali-
zados, se crean companÍas de alta tecnologia para producir ro-
donde hasta ahora habían sido suficientes simples talle-
res. Como mostró Marx hace tiempo, cuando hablamos de algo
técnico, hablamos de desplazamiento, conflictos, sustitución,
incapacitación, discapacitación y recapacitación; nunca
una mera «cosa». destreza técnica no es una posesión úni-
ca de los humanos que se concede a a los no-hu-
manos. Las destrezas emergen en la zona de transacción, son
pro piedades deI ensamblaje que o se redistribuyen
entre técnicos humanos y y que capacita y au-
a actuar.
lo tanto, quién es
paso consiste
una caracte-
en lo que nos
y yo. Somos un
mano, sí (una pipeta es tan sóIo un artefacto entre otros), pero
no un biólogo molecular. La acción propositiva y la intencio-
nalidad puede que no sean pro piedades de los objetos, pero
tampoco lo son de los humanos. La acción propositiva y la
intencionalidad son propiedades de las instituciones, son dis-
positifs. Únicamente los cuerpos corporativos son capaces de
absorber la proliferación de mediadores, de regular su expre-
sión, de redistribuir destrezas, de necesitar cajas para enne-
grecerlas y cerrarIas. Un Boeing-747 no vuela, vuelan las lÍ-
neas aéreas.
PASAJE
COLECTIVO
DESPLAZAi\lIENTO TRADUCCIÓN
parece CHUHJVUI..M
te
sociólogos
nante tienen razón, que las acciones a distancia pueden trans-
portarse para ser aplicadas en las interacciones locales.
l,Cómo pueden reconciliarse estas posiciones? Una acción en e1
pasado distante, en un lugar remoto, llevada a cabo por acto-
res ahora ausentes, puede estar aún presente, bajo la condi-
ción de que sea trasladada, traducida, delegada o desplazada
a otros tipos de actantes, ésos a los que he estado denominan-
do no-humanos. Mi procesador de textos, tu copia de Common
Knowledge, * Oxford University International
tal Union, todos elIos organizan, dan forma y limitan nuestras
interacciones. Olvidar su
estar ausentes y -sería un grave errar.
que «nosotros», estamos lHJ"UlJlCd.UV
nuestras interacciones locales, suma aquellos que
convocados debe incluir a todas las otras personas que
sido movilizadas «N osotros» no es una simple
y coherente. de una
presente y local está subvertida por una
no-humanos, determinado cada uno de
disjunciones en tiempo, espacio y actante.
Pero inferir de una OV\"H:;ua.u
hemos concluido que no estamos en nuestras
nes, igualmente un grave error ya que nos obligaría a
trasladar nuestra atención
este
undécima interpretación de
piedades- entre humanos y HV-HIÁH.LUL.1VO
.leCnOWl!laS (Nivell0)
es estnctamen
laboratorio industrial en el que trabaja es un lugar donde
nuevas formas de organización deI trabajo dan lugar a ca-
racterísticas completamente nuevas en los no-humanos. Sin
duda, la levadura ha sido utilizada durante milenios, por
ejemplo, en la vieja industria cervecera. No obstante, ahora
la levadura trabaja para una red de treinta labo:ratorios eu-
ropeos en los que se cartografía, humaniza y socializa su ge-
noma, en forma de código, libro, programa de acción, se hace
compatible con nuestros modos de codificar, contar y leer, y
retiene poco su cualidad Es absorbida en lo co-
lectivo. A la tecnología en e1 sentido an-
glófono, como fusión
industria
es imposible de
res, y salas de envío adquiere el carácter formal y universal de
las leyes científicas.
Este novena estrato de significado se parece al undécimo,
con el que empezamos, ya que en ambos casos e1 pasaje es
de no-humanos a cuerpos corporativos (lo que se puede hacer
con electrones, puede con electores). embargo, la
intimidad entre lo humano y es menos
en las redes de poder que en la ecología política. Edison, Bell
y movihzaron entidades que se parecían a la materia,
que parecían no sociales, mientras que la ecología política
el destino de ya socializados, que están tan
relacionados con nosotros que ser
SUS
y sociólogos de
.LUU::>ULV::>
a
moldee y 1e dê forma
la es tan
no-hu-
megamáquina (Nível 7)
internalizada
lábiles y
son negociables pero
ejemplo, en la estructura genética), son extremadamente du-
raderas pero difícilmente renegociables. La contradicción
entre durabilidad y negociabilidad queda resuelta involu-
crando a no-humanos. Ahora es posible seguir (o «cajanegri-
zar») interacciones, recombinar tareas altamente complejas
o anidar subprogramas unos dentro de otros. Lo que era im-
posible de conseguir para los animales sociales complejos, se
vuelve posible para los prehumanos -que usan herramien-
tas, no para adquirir alimentos sino para fijar, subrayar, ma-
terializar y no perder de vista la esfera de lo social. Aunque
compuesto sóIo de interacciones, la esfera social deviene
sible y consigue a través deI enrolamiento
""l
3' complicación
articulación
social
."
...
externalización técnicas 4'
"I
"li"
sociedad domesticación
7' rnegamáquina
'"
reificací6n
gestión a
gran escala
.
... ecologia
internalizada
6'
'f
9' redes de
poder
"Il
autómata
exoonsión
rearticulación
.
Jl"1
industria 8'
."
JI"
objetos
institucionales .,,. tecnologías lO'
11' ecología
politica ~'" política de
la naturaleza
"SOCIEDAD" «TÉCNICAS"
8, Una mítica aI
Merecen algo mejor. Merecen ser alojados en nuestra cultura
intelectual como actores sodales hechos y derechos.
z.Median nuestras acciones?
No, ellos son nosotros.
Notas
1. Para e1 mito de Dédalo estoy siguiendo aquí el extraordinario libro
de Françoise Frontisi-Du croux, Dédale, Mythologie de l'artisan en Grece an-
cienne, París: Maspero-La Découverte, 1975.
2. Martin Heidegger, The Question Concerning Technology and Other
Essays (New York: Harper Torch Books, 1977); traducción casteIlana: Con-
ferencias y artículos, Ediciones deI Serbal, Barcelona 1994.
en Bruno Science in Action: How to Follow
Scientists and Engineers Trough Society Cambridge: Harvard Universi-
ty Press, 1987); traducción castelIana: Ciencia en acción, Labor, 1992. Mi
uso de la palabra traducción proviene de! uso sociológico que Michel Callon
hace de este concepto de Michel Serres en: «Some Elements of a SOCÍology of
Translation: Domestication of the Scallops and the Fishermen of St. Brieuc
en: Power Action and Belief' A New Sociology of Knowledge? ed. John
Law, London: Routledge & Paul, 1986, 196-229; traducción aI caste-
nano de este artículo en: J. Manuel Iranzo, J. Rubén Blanco, Teresa Gonzá-
lez de la Cristóbal Torres y Alberto Cotillo (comps.), Sociología de la
Ciencia y la Tecnología, Madrid: CSIC, 1995.
4. Ver la definición en A J. Greimas y J. Courtês (comps.), Semiotics
and Language: An Analytícal Dictionary Bloomington: Indiana University
Press, 1982); traducCÍón castellana: Semiótica. Diccíonario razonado de la
teoría dellenguaje, Gredos, Madrid 1982.
5. Esta posÍción ha desencadenado un fuerte debate sobre la diferencia
entre agente, actor y actante. Véase Collins y Steven Yearley,
temological Chicken", en: Andrew (comp.), Science as Practise
and Culture, Chicago: University of Chicago 301-326, la res-
puesta en el mísmo voI umen de Michel Callon y Bruno Throw
the Out with the Bathtul» A RepIy to Collins and Yearley", 343-368.
6. por ejemplo, Benjamin B. Beck, Animal Tool Behauiour: The
Use and Manufacture ofTools, New York: 1980.
Consúltese especialmente e1 bello libro de André Le
geste et la parole, París: AIbin 1964); traducCÍón castellana: EI gesto
y la palabra, Universidad Central de 1971.
8. Heidegger, Question Concerning Technology, 32.
9. como ejemplos desarrollados, Bruno «Where are the
missing masses? SocioIogy of a few mundane artefacts", en: Shaping Tech-
nology-Building Society: Studies in Sociotechnical Change, (comp.) Wiebe
Bijker y John Law, MIT Press, Cambridge 1992, 225-259; y, más reciente-
mente, Bruno La elef de Berlin et autres leçons d'un amateur de
sciences, La Découverte, París 1993.
10. Véase Greimas y Semiotics and language. Respecto a la
transferencia, consúltese Thomas Pavel, Fictional Worlds, Harvard Univer-
sity Cambridge 1986.
11. Después de Marx, por supuesto, consúltese en especial el plante a-
miento clásico de Langdon Winner, «Do artefacts have poIítics?» en: Daeda-
lus 109 (1980): 121-136.
12. Bruno Latour, We Have Never Been Modem, trad. Catherine Porter,
Harvard University Press, Cambridge 1993); traducción castellana: Nunca
hemos sido modernos, Debate, Madrid 1993.
13. Steven W. AIlison, un biólogo molecular de ComeU, me sefialó que
se requiere, de hecho, una gran cantidad de nuevas habilidades para apre-
tal' y dejar ir el émbolo. La diferencia real, según él, es la precisión obteni-
da por la nueva pipeta, que es un orden de magnitud más precisa que la de
Pasteur.
14. No obstante, el clásico de Emile Durkheim, The Division of Labor in
Society, trad. W. D. Halls 1983; Free Nueva York 1984, no menciona
en absoluto técnicas o artefactos; traducción castellana: La división deZ tra-
bajo social, Akal, Barcelona 1987.
por A HU<U"GH.",'G
Historical SocioZogy
bridge 1990; Bijker y Law (comps.), Shaping Technology- Building Society;
Wiebe E. Bijker, Thomas P. Hughes y Trevor Pinch (comps.), The Social
Construction ofTechnological Systems: New Directions in the Sociology and
history ofTechnology, MIT Press, Cambridge 1987.
16. Véase Latour, La elef de Berlin.
17. Para dar un ejemplo reciente, cito a Pierre Lemonnier (comp.), Tech-
nological Choices: Transformation in Material Cultures Since the Neolithic,
Routledge, Londres 1993.
18. Sobre este ejemplo, véase Bruno Latour, Aramis, ou l'amour des
techniques, Paris: La Découverte, 1992. Para una breve presentación, con-
súltese Bruno Latour, «Ethnography of a High-Tech Case: About Aramis»,
en: Lemonnier, Technological Choices 372-398; traducción ai castellano de
este artículo en el monográfico de Política y Sociedad, 14/15 (1993-1994) ti-
tulado "Ciencia y Tecnología».
19. Una versión temprana de lo presente ha sido publicada en un nú-
mero especial de American Behavioral Scientist 37 (1994): 791-808, bajo el
título de "Pragmatogonies ...A Mytical Account of Row Humans and Non-
Humans Swap Properties».
20. El pasaje anterior acerca del comportamiento de los mandriles se
basa en una conversación mantenida durante 1994 con Shirley Strum. Véa-
se también su libro Almost Human: A Journey into the World of Baboons,
Random Rouse, Nueva York y Bruno Latour Shirley Sturm, «Hu-
man Social Origins: Please Tell Another Origin en: Journal of
Biological and Social Structures 9 (1986): Strum y Bruno
«The Meanings of Social: From baboons to Humans», en: Informa-
tíon sur les siences sociales / Social Science Information 26 (1987): 783-802.
La sección de este artículo, titulada «Genealogía» es una continuación de
nuestro trabajo en colaboración. Véase también y Law, Shaping
Technology-Building Society; Latour, We Have Never Been Modem; Mac-
Inventing Accuracy; Lemonnier, Technologícal Choices.
21. Michel Serres, Le contrat naturel, Bourin, París 1990; traducción
castellana: El contrato natural, Valencia 1995.
22. Alfred D. Chandler, Scale and Scope: The Dynamics of Industrial
Capitalism, Harvard University Cambridge 1990; Thomas P.
Networks of Power: Electric Supply Systems in the US, England and ger-
many, 1880-1930, John Hopkins University Press, Baltimore 1983.
23. Latour, We Have Never Been Modem.
24. Lewis Mumford, The Myth ofthe Machine: Technics and Human De-
velopment, Harcourt, Brace & World, New York 1966; traducción castellana:
El mito de la máquina, Emecé, Buenos Aires 1969.
25. Strum and Latour, «The Meanings of Social».
26. Hans Kummer, Vies de singes: Moeurs et structures sociales des ba-
bouins hamadryas, Odile Jacob, Paris 1993.
27. Strum y Latour, «The Meanings of Social».