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Gallina
El aparato reproductor de la gallina presenta un desarrollo totalmente distinto al de los
mamíferos y una serie de peculiaridades que lo hacen único.
Una pollita recién nacida ya tiene los folículos formados en el ovario (entre 2.000 y
12.000), pero aún muy pequeños. A los 7 días de desarrollo embrionario el ovario
izquierdo ya de ha desarrollado completamente, y se pueden apreciar reminiscencias del
oviducto derecho, superatrofiado.
A los 5 meses de nacer, la gallina ya puede poner huevos; el período de puesta dura
aproximadamente unos 12-14 meses, pasado este tiempo ya se suelen llevar los
animales a matadero.
Durante el período de recría, unas 20 semanas, la pollita come pero no pone huevos. A
las 16 semanas de vida el ovario ya llega a pesar unos 50 gramos.
Cuando la gallina pasa de las 20 semanas y ya pone huevos, el ovario tiene el aspecto
de un racimo de uvas, con granos de diferentes medidas. Puede haber yemas de hasta
4cm de diámetro. A esto se le llama jerarquización de los folículos.
Durante los primeros 14 días, el crecimiento del folículo es muy lento. Cuando faltan 4
días para la eclosión, el crecimiento es exponencial.
La yema o folículo está formada por un óvulo microscópico y material nutritivo. En el
centro de la yema encontraremos la célula germinal (óvulo) con diferentes capas
alrededor. Esta disposición impediría la penetración de los espermatozoides hasta el
centro, por lo que hay una emigración del óvulo desde el centro de la yema hasta la
periferia. La huella que deja en forma de canal marca su trayectoria.
Respecto a la cubrición, ésta es efectiva durante unos 15 días debido a las condiciones
de pH en el oviducto, lo cual permite que los espermatozoides puedan sobrevivir hasta 20
días.