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ESCUELA MINISTERIAL Y MISIONERA

MATERIA

TIPOLOGÍA

TEMA

INVESTIGACIÓN FINAL

PROFESOR

ANAGREYS DOMINGUEZ

ESTUDIANTE:

BERNYK BORJAS CED :8-827-2418

CIUDAD DE PANAMA

2020

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………………3

CONTENIDO……………………………………………………………………………………4 A 8

ILUSTRACIÓN……………………………………………………………………………………9 A 12

CONCLUSIÓN………………………………………………………………………………………13

BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………………………14

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INTRODUCCIÓN

Debemos señalar la diferencia entre una ilustración y una tipología.

Una tipología siempre se identifica como tal en el Nuevo Testamento.

Un estudiante de la Biblia que encuentra relaciones directas entre una historia del Antiguo

Testamento y la vida de Cristo, simplemente está encontrando ilustraciones y no tipologías.

En otras palabras, la tipología se determina por la Escritura.

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CONTENIDO

1- Redención: es un concepto cuya raíz etimológica se encuentra en redemptio, un vocablo


de la lengua latina. Se trata de la acción y la consecuencia de redimir (salvar o rescatar a
alguien, dar por terminado un castigo, liberar algo que estaba hipotecado o embargado).

Esto puede servir para entender las acciones de Jesucristo con más claridad, ya que
él devolvió a las personas ese estado libre de pecado que habían tenido en el pasado, y
para ello tuvo que entregar algo a cambio, nada más y nada menos que su propia vida.

Puede decirse que la Redención es el precio que Jesucristo asume y paga ante Dios para
que los seres humanos sean redimidos y puedan alcanzar un estado diferente, llegando
al Reino de Dios.

A través de la Redención, siempre según la doctrina cristiana, las personas son


perdonadas por sus pecados y pueden lograr la vida eterna. La Redención supone una
reconciliación con Dios y una bendición.

2- Glorificación:

la "glorificación" es la eliminación final que Dios hace del pecado de la vida de los santos (es
decir, todos los que son salvos) en la condición eterna (Romanos 8:18; 2 Corintios 4:17). En
la venida de Cristo, la gloria de Dios (Romanos 5:2), Su honor, alabanza, majestad y santidad,
se hará realidad en nosotros; en lugar de ser mortales agobiados con la naturaleza
pecaminosa, seremos transformados en seres inmortales y santos con un acceso directo y
sin obstáculos a la presencia de Dios, y podremos disfrutar de una santa comunión con Él
por toda la eternidad.

Al considerar la glorificación, debemos enfocarnos en Cristo, porque Él es la "esperanza


bienaventurada" de cada cristiano; también, podemos considerar la glorificación final como

la culminación de la santificación.

La glorificación final debe esperar la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y


Salvador Jesucristo (Tito 2:13; 1 Timoteo 6:14). Hasta que Él regrese, estamos agobiados
con el pecado, y nuestra visión espiritual está distorsionada debido a la maldición.

"Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara.
Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido" (1 Corintios 13:12).
Cada día, debemos ser diligentes por el Espíritu para hacer morir las obras de la "carne"
(todo lo pecaminoso) en nosotros (Romanos 8:13).

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¿Cómo y cuándo podremos finalmente ser glorificados? En la última trompeta, cuando Jesús venga,
los santos experimentarán una transformación fundamental e instantánea ("todos seremos
transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos" (1 Corintios 15:51-52); luego lo
"corruptible" se vestirá de "incorruptibilidad" (1 Corintios 15:53). Sin embargo, 2 Corintios 3:18
indica claramente que, de una forma misteriosa, "todos nosotros", en la actualidad, "con cara
descubierta" estamos "contemplando la gloria del Señor" y estamos siendo transformados a Su
imagen "de gloria en gloria" (2 Corintios 3:18). Para que nadie imagine que éste contemplar y ésta
transformación (como parte de la santificación) es especialmente la obra de personas santas.

La Escritura añade una pequeña parte de información: "Porque esto proviene del Señor, quién es
Espíritu". En otras palabras, es una bendición derramada sobre cada creyente. Esto no se refiere a
nuestra glorificación final sino a un aspecto de la santificación por el Espíritu que nos transforma
ahora mismo. A Él sea la alabanza por esta obra de santificación en nosotros en el Espíritu y en la
verdad (Judas 24-25; Juan 17:17; 4:23).

Debemos entender lo que la Biblia enseña acerca de la naturaleza de la gloria, tanto la gloria
inigualable de Dios, como la que compartiremos en Su venida. La gloria de Dios no se refiere
simplemente a la luz inaccesible en la que el Señor habita (1 Timoteo 6:15-16), sino también a Su
honor (Lucas 2:13) y santidad. A quien se refiere el salmista en el Salmo 104:2, es el mismo Dios al
que se hace referencia en 1 Timoteo 6:15-16; Él está "vestido de gloria y majestad", que se cubre a
sí mismo "de luz como de vestidura" (Salmo 104:2; cfr. 93:1; Job 37:22; 40:10).

Cuando el Señor Jesús venga en Su gloria para ejecutar juicio (Mateo 24:29-31; 25:31-35), lo hará
como el único soberano, el único que tiene dominio eterno (1 Timoteo 6:14-16).

3- Perdón:
Es una manera de reconocer un error o percance ante otra persona. Se puede hablar de perdón
como acto o como palabra a utilizar en un diálogo.

De esta manera una persona puede mostrarse arrepentida ante otra y manifestar un deseo de
perdón; o puede pedir perdón al hablar por algo que cometió y afectó a otro.

El perdón forma parte de los valores o conceptos que hacen a la convivencia entre seres humanos.
Saber pedir perdón es algo necesario, muchas veces, para seguir adelante con una relación.

Para pedir perdón, una persona debe estar arrepentida de algo que hizo. Puede que sienta pena o
culpa por un error y necesite que otro le perdone para sentirse mejor. En muchas relaciones de
pareja la ausencia de perdón o la incapacidad para perdonar algo puede resultar en la ruptura de la
convivencia. Además, para que una persona perdone a otra, generalmente no tiene que sentir gran
dolor.

Muchas veces la falta cometida es tan grave que se dice que es imperdonable. El perdón es
importante en las relaciones humanas Dentro de la religión es común hablar de la palabra perdón.

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En la religión cristiana, por ejemplo, es costumbre que las personas pidan perdón por los pecados
cometidos. Para esto se hace uso de la confesión ante un cura o párroco que se considera capacitado
para absolver a la persona de sus errores.

La palabra perdón puede ir acompañada de cierta intensidad en su uso. Alguien que dice perdón
por pisar a otro sin querer en la calle, simplemente se está disculpando por un percance poco
relevante. Mientras que, en otros casos, el perdón conlleva con conjunto de emociones complejas
que pueden incluso tomar tiempo en manifestarse.

Por ejemplo, en muchas relaciones familiares entre padres e hijos, o entre hermanos, el pedir
perdón puede relacionarse con fallas cometidas en el pasado. Un padre puede pedir perdón a sus
hijos por haberlos abandonado en su infancia. Que sea o no perdonado es algo más complejo que
una simple disculpa que se acepta sin más.

4- Reconciliación:
En términos generales, una reconciliación significa la reconquista de la amistad, el amor y el
entendimiento entre dos o más partes que se encuentran enfrentadas. La palabra reconciliación se
deriva del latín “reconciliare” que quiere decir “reconciliar, recuperar”.

Al principio este término era utilizado para referirse al vínculo entre Dios y los hombres, con lo cual
se originaba una transformación en la manera como los hombres se conectaban entre sí.

Los expertos en conflictología consideran que la reconciliación representa un proceso en donde las
partes que intervienen en el conflicto comienzan una relación que los conduce a una comunicación
en donde se reconocen las faltas y se establecen las bases para un supuesto acuerdo.

La reconciliación rescata las capacidades provenientes del perdón y el entendimiento de los hechos
y restableciendo las capacidades afectivas.

Esto de la reconciliación es algo que surge mucho en las relaciones de pareja. Es común que en toda
relación, surjan las peleas, los malos entendidos, momentos de crisis y distanciamiento.

Lo importante es que cada una de las partes reflexione acerca de lo que está pasando, aprenda a
perdonar y busque reconciliarse con el otro.

La reconciliación llega a demostrar la capacidad que tienen los seres humanos de apreciar de
manera objetiva una relación, dándole valor a todas las cosas buenas y maravillosas que han vivido
los involucrados.

Cuando en una relación el amor que existe es verdadero, la distancia es algo que produce
intranquilidad y angustia. La reconciliación es brindar una segunda oportunidad a esas personas que
desean la paz, el amor y así poder vivir en comunión con el prójimo.

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5- Purificación:
En materia religiosa, En diversas religiones antiguas y modernas existen rituales de purificación del
alma de los pecadores.

El fuego ha sido usado como un terrible elemento de purificación del alma pero destructor del
cuerpo, como sucedió también con la flagelación.

Otros medios menos cruentos son el exorcismo, o el agua bendita, usada en ceremonias tales como
el bautismo cristiano, religión ésta que también purifica a través de la confesión y la extremaunción.

Para los judíos, mensualmente las mujeres deben purificarse luego de menstruar, y antes de volver
a tener relaciones sexuales con sus maridos.

Esto se realiza en la mikvé (baño ritual en una fuente de agua natural, que actualmente se realizan
en piscinas especiales donde el cuerpo debe sumergirse en su totalidad). Estos baños rituales
también deben hacerlo las mujeres judías ortodoxas antes de casarse.

En el Islam estas purificaciones con agua o abluciones pueden ser grandes o pequeñas.

Las primeras consisten en el lavado del cuerpo completo que al igual que en el judaísmo se hace
luego de la menstruación, pero también luego del parto o de tener relaciones sexuales.
Las pequeñas se hacen antes de orar o de dirigirse a la peregrinación sagrada a La Meca.
Se hacen lavados específicos acompañados de rezos.

6- Santificación:
La «santificación» simplemente significa «hacerse santo» o «apartarse especialmente para Dios».
En la vida cristiana, hay dos maneras diferentes en que somos «hechos santos» y es muy importante
que comprendamos cuáles son estas dos formas y no las confundemos.

Santificación posicional
Primero, hay «santificación posicional». Esto significa que en el momento en que creímos el
evangelio por primera vez, Dios nos contó perfectamente santos (2 Tesalonicenses 1:10), y nos
apartó especialmente para Él (1 Pedro 2: 9-10). Esto no se debe a que somos santos en nosotros
mismos (Isaías 6: 5; 1 Juan 1: 8), o a que podemos ofrecer dones sagrados a Dios (Isaías 64:56) –
todavía pecamos todos los días (Lucas 11: 3-4). La razón por la cual Dios nos cuenta como santos es
por la muerte expiatoria de Jesús (Hebreos 13:12): por fe nos hemos unido a Jesucristo en su muerte
y resurrección (Colosenses 2:12), y así Jesús «se ha convertido para nosotros … nuestra justicia,
santidad y redención «(1 Corintios 1:30), mucho más allá de cualquier santidad que podamos
ofrecer para nosotros (Filipenses 3: 7-9).

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Es por eso que uno de los términos más comunes de la Biblia para los cristianos comunes es
«santos», literalmente, «santos». Entonces, si usted es cristiano, y alguien le pregunta: «¿Eres
santo?» En este sentido «posicional», la respuesta es: «Sí, ¡por la gracia de Dios!»

Santificación progresiva

Segundo, hay una «santificación progresiva». Jesús nos salva en nuestro pecado (Lucas 5:32), pero
no nos deja en nuestro pecado (Juan 5:14): nos ha dado el Espíritu Santo para capacitarnos para
vivir vidas cada vez más «santas» (1 Tesalonicenses 4: 7-8) en respuesta a lo que Dios ha hecho por
nosotros (Romanos 12: 1) y en línea con lo que somos ahora (Colosenses 3:12). Así como Dios obra
en nosotros para querer y actuar de acuerdo a su buen propósito (Filipenses 1: 12-13), nos volvemos
cada vez más útiles para el servicio de Dios (2 Timoteo 2:21) mientras llevamos el fruto del Espíritu
(Gálatas 5: 22-23) y vivimos vidas auto controladas (Efesios 5: 3; 1 Tesalonicenses 4: 4) rebosantes
de esperanza (Romanos 15:13), alegría (1 Tesalonicenses 1: 6) y alabanza (1 Pedro 2: 5, 9). Entonces,
si eres cristiano, y alguien te pregunta: «¿Eres santo?» En este sentido «progresivo», la respuesta
es: «¡No completamente, pero estoy llegando allí, por la gracia de Dios!»

No separe la santificación posicional y progresiva


Aunque la santificación «posicional» y «progresiva» siempre deben distinguirse, la Biblia también
muestra que nunca deben separarse.

Hebreos 10:14 dice de Jesús: «con un solo sacrificio hizo perfectos para siempre a los que se han
hecho santos». Observe cómo YA HEMOS sido hechos perfectos (santificación posicional) pero aún
SE HACE SANTO (santificación progresiva). Jesús nos da una imagen de esto en Juan 13:10. «Una
persona que se ha bañado solo necesita lavarse los pies; todo su cuerpo está limpio Y están limpios,
aunque no cada uno de ustedes.» Observe cómo los discípulos que creyeron en la palabra de Jesús
(Juan 15: 3; ver 1 Juan 1: 7) ya se habían bañado (santificación posicional); pero todavía necesitaban
perdón regular por sus pecados (lea 1 Juan 1: 8-10) hasta el día en que finalmente alcanzarían la
perfección en el cielo (santificación progresiva).

7- Salvación:
El concepto de salvación eterna, salvación celestial o salvación espiritual hace referencia a
la salvación del alma, por la cual el alma se libraría de una amenaza eterna (castigo eterno
o condenación eterna) que la esperaría tras la muerte.

En teología el estudio de la salvación se llama soteriología y es un concepto vitalmente importante


en varias religiones.

El cristianismo acepta la salvación como la liberación de la esclavitud del pecado y de


la condenación, resultando en la vida eterna con Dios dentro de su Reino.
El sacrificio de Cristo hace que se le denomine Salvador.

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ILUSTRACIÓN
Redención

Glorificación

9
Perdón

Reconciliación

10
Purificación

Santificación

11
Salvación

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CONCLUSIÓN

El Espíritu Santo inspiró el uso de la tipología; las ilustraciones y las analogías son el resultado del

estudio del hombre.

Por ejemplo, muchas personas ven paralelos entre José (Génesis 37-45) y Jesús.

La humillación y la posterior glorificación de José, pareciera corresponder a la muerte y

resurrección de Cristo.

Sin embargo, el Nuevo Testamento no utiliza nunca a José como un modelo de Cristo; por lo tanto,

a la historia de José se le llama correctamente una ilustración, pero no es tipología de Cristo.

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Bibliografía

Google.com

Wikipedia

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