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Pilar Martin Borreguero Programa de Intervencion para Indi
Pilar Martin Borreguero Programa de Intervencion para Indi
Introducción
...En cierto modo, Harro parece un adulto en miniatura con unos rasgos
faciales propios de las personas mayores. Su mirada, típicamente perdida, siempre
parece lejana...
Su voz encuadra bien con su imagen. Es una voz profunda y parece proceder desde
el fondo de su abdomen. Habla despacio y monótonamente sin modulación en el
habla. Jamás mira a su interlocutor mientras habla. Su mirada perdida. Tiene un
estilo de comunicarse poco común, verdaderamente maduro y adulto, no como el
estilo que ocasionalmente adoptan algunos niños que copian frases de los mayores
o de la televisión; Harro parece haber adquirido su estilo de comunicación a lo largo
de su experiencia poco infantil. Cuando conversa, es como si inventara cada palabra
para encajarla de forma precisa en cada momento de la conversación. A menudo, no
responde a las preguntas que se le hacen sino que conversa con resolución
siguiendo rígidamente la trayectoria que él ha marcado. Harro tiene la capacidad de
describir sus propias experiencias o sentimientos con un nivel de introspección poco
habitual y puede evaluarse así mismo como un observador imparcial y crítico ( dice
de sí mismo que “ es horrorosamente zurdo”)... Aunque se aparta de las cosas y de
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la gente –o quizás debido a ello - tiene unas experiencias profundas y unos intereses
independientes. Es posible hablar con él como con un adulto y uno puede aprender
de él...
A pesar de que este acontecimiento tiene lugar en los años cuarenta del
pasado siglo, el reconocimiento oficial de la condición de la “psicopatía
autista” que hoy en día se conoce como Síndrome de Asperger (SA) no
ocurrirá hasta cincuenta años mas tarde. En 1981, la influyente psiquiatra
británica Lorna Wing publica, en lengua inglesa, un trabajo de investigación
clínica sobre un grupo de pacientes psiquiátricos cuyos cuadros clínicos
coinciden con las descripciones detalladas de los casos originales tratados
por Hans Asperger. A partir de la publicación de Wing, el término clínico de “
trastorno” o “síndrome de Asperger” comienza a utilizarse rápidamente y de
forma extendida, especialmente en los países de habla inglesa.
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comunicación social y la capacidad disminuida para la reciprocidad social y
emocional.
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terapeutas y profesionales de la educación cuyas prioridades son
proporcionar al niño o al adulto afectados apoyo y ayuda inmediatos así como
unos servicios de intervención eficaces.
Es muy probable, sin embargo, que el creciente interés mostrado por los
profesionales clínicos y educacionales en la investigación sistemática de las
personas con SA conducirá a un mejor conocimiento del síndrome y su
relación con otros trastornos. Es de esperar que la fascinación por
comprender la esencia de la discapacidad social humana, se traducirá en un
futuro cercano en avances significativos en la investigación sobre programas
de tratamiento efectivos así como en la creación de servicios clínicos y
educacionales orientados a cubrir las necesidades de tratamiento del niño y
el adulto afectados.
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Programas de intervención para las personas con Síndrome de
Asperger o Autismo de Alto Funcionamiento:
Características, principios y desafíos
A pesar de que han transcurrido 55 años desde que Hans Asperger plasmó
por escrito sus comentarios, la situación actual con respecto al tratamiento e
intervención no ha experimentado demasiados cambios.
Los desafíos a los que nos enfrentamos al tratar este complejo tema del
tratamiento del SA son importantes y deben tenerse muy presentes a la hora
de diseñar los programas de intervención.
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grados de severidad. Además, el SA va a afectar a los individuos de forma
diferente en función de variables tales como la edad, el contexto familiar, el
estadio de desarrollo y el temperamento innato de cada persona. En
consecuencia, es la norma mas que la excepción encontrarnos con un
conjunto de niños y adultos, que si bien comparten el mismo diagnóstico del
SA, presentan unas prioridades de tratamiento y necesidades de intervención
muy divergentes entre sí.
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profesionales creen que estos programas producen un efecto muy
significativo en el niño con SA al aportarle un gran nivel de estructura para
mejorar las habilidades comunicativas y sociales.
A partir del quinto o sexto año, el cuadro sintomático inicial del niño tiende a
manifestarse de forma mas precisa. En algunos niños, el retraso inicial del
lenguaje es seguido de un rápido adquisición de habilidades lingüísticas
expresivas. En muchos casos, los niños van a presentar cuadros clínicos
consistentes con las características asociadas al SA. La gran mayoría de
niños con autismo y SA en edad escolar y con un cociente intelectual dentro
de la banda del promedio, son integrados en colegios no especializados en
donde reciben un cierto nivel de apoyo dentro del contexto educativo
normalizado.
A partir de esta edad y hasta la etapa adulta del individuo, el modelo general
de tratamiento asociado al SA va a consistir en un modelo individualizado y
adaptado a las necesidades de tratamiento de cada individuo afectado. Este
modelo tiende a abarcar la intervención en cinco áreas diferentes del
desarrollo y funcionamiento de la persona, y que han sido sintetizadas en la
tabla 1.
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Tabla 1. Áreas principales de intervención en el autismo de alto funcionamiento y el
síndrome de Asperger
Con el fin de mostrar las diferencias individuales que los niños, jóvenes y
adultos afectados por el SA presentan, y en consecuencia, la necesidad de
individualizar los programas de intervención, se han elegido tres casos
clínicos con unas necesidades de tratamiento divergentes.
Con respecto a las similitudes existentes, se debe destacar que los tres
casos que se van a presentar a lo largo de la ponencia manifiestan un déficit
primario en el desarrollo social así como patrones restrictivos de conductas e
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intereses solitarios. De la misma forma, los tres casos comparten la
necesidad de vivir en ambientes con nivel altos de predicción y estructura en
donde exista la oportunidad de una enseñanza continuada en las áreas de
las habilidades sociales y la comunicación social. Adicionalmente, Pablo,
Carlos y Mario necesitan del apoyo continuo de personas relevantes en su
entorno que les faciliten la navegación en el mundo de las relaciones
interpersonales.
Sin embargo, a pesar de sus grandes similitudes, mis tres casos clínicos
también presentan unas diferencias importantes y dignas de tener en cuenta.
En segundo lugar, tanto los dos niños como el joven manifiestan rasgos
temperamentales y personalidades muy diferentes que les hacen percibir el
mundo externo y reaccionar a situaciones en las que se implican de formas
diferentes entre ellos. Por estas razones, y a pesar de que los tres están
diagnosticados con el SA, cada uno de ellos expresa los rasgos nucleares del
trastorno de una forma muy diferente lo que determina unas prioridades de
tratamiento que van a divergir de un caso a otro (ver resumen sintético en
tabla 2.)
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Tabla .2. Casos clínicos: objetivos de tratamiento y estrategias a utilizar
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(ed.), Autism and Asperger Syndrome. Cambridge: Cambridge University
Press )
Klin, A. & Volkmar, F.R. (2000) Treatment and Intervention Guidelines for
Individuals with Asperger Syndrome. En A. Klin, F.R. Volkmar y S.S. Sparrow
(Eds.), Asperger Syndrome (págs. 340-366): New York: Guilford Press
Wing, L (1996) The Autistic Spectrum. A guide for parents and professionals.
London:Constable
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