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ORGANIZACIONAL
Es difícil pensar en otra variable de mayor impacto en los resultados finales de una
compañía que la suma integrada de las contribuciones individuales de todos sus
miembros. Una vez que las organizaciones tienen capital, estrategias y planes definidos,
clientes identificados, procesos y tecnologías disponibles, lo que queda es la ejecución
para alcanzar el éxito y ello necesariamente ocurre a través del comportamiento
colectivo de las personas que trabajan en la organización llevando a la práctica los
planes y estrategias, interactuando con los clientes y utilizando los procesos y sistemas
disponibles. Sin embargo, para que este proceso de ejecución del desempeño sea
efectivo, debe ocurrir de una manera planificada, dirigida, con indicadores claros de
éxito, mediciones relevantes y recompensas consistentes. A pesar de que esto parece
obvio, aún son pocas las organizaciones que cuentan con sistemas integrados de gestión
del desempeño de sus empleados que vayan más allá de la simple aplicación de un
protocolo de evaluación anual del desempeño. Jack Welch, quien lideró el exitoso
crecimiento de General Electric durante 20 años y fue pionero en la introducción de una
cultura de desempeño para la gestión de negocios, acostumbra introducir este tema en
sus múltiples charlas donde cuenta la receta de su éxito a miles de ejecutivos. Durante
sus charlas, primero acostumbra preguntarles a los asistentes si sus compañías tienen
integridad para trabajar y generalmente el 95% de los participantes levanta su mano,
pero luego les pregunta si los líderes de sus compañías entregan retroalimentación
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directa y honesta a sus empleados respecto a su desempeño y solo el 5% levanta la
mano. Esto refleja cómo la gran mayoría de la fuerza de trabajo es entregada al azar
para intentar alcanzar una ejecución exitosa sin tener una comprensión cabal de las
expectativas sobre su desempeño y la forma cómo se medirá el éxito para ellos y la
organización.
El valor de una gestión formal y sistemática del desempeño humano no responde solo a
un interés conceptual o académico de los profesionales de Recursos Humanos, sino que
tiene impacto directo en el desempeño del negocio. Se ha demostrado que en la mayoría
de las organizaciones, las personas de más alto desempeño son cuatro veces más
productivas que las de menor desempeño. Por ejemplo, un estudio del Aberdeen Group
del año 2004, reveló que en compañías que han implementado buenos procesos
formales de gestión del desempeño para sus empleados producían entre un 50% y un
70% más de ingresos que aquellas compañías sin un buen sistema de gestión del
desempeño y se destacaban consistentemente sobre su competencia directa obteniendo
8.8 % más en Retorno sobre Activos (ROA) y 7.8% más de Margen Bruto. Las
compañías con una cultura de desempeño fuerte son capaces de optimizar el desempeño
del negocio a través de la contribución responsable y comprometida de los trabajadores,
porque conocen las metas de las organización, saben lo que se espera de ellos, reciben
retroalimentación y orientación de sus supervisores, son evaluados en base a indicadores
medibles y conocidos, y reciben reconocimientos y recompensas por sus logros. Por el
contrario, en ausencia de estas prácticas de gestión, los empleados ineficientes se
esconden más fácilmente en las sombras de la mediocridad y le restan efectividad a la
organización.
Las compañías con procesos de gestión del desempeño efectivos los utilizan como la
principal herramienta para asegurarse que cada uno de sus empleados asume
responsabilidad por los resultados de la compañía, conectando sus metas individuales
con las del negocio y retribuyendo en función de las contribuciones que realizan. En
éstas organizaciones se asume que los empleados estarán motivados para desempeñarse
al máximo si entienden claramente cómo su trabajo contribuye al negocio, saben lo que
se espera de ellos, reciben apoyo de sus supervisores, tienen las herramientas necesarias
para una ejecución significativa y reciben recompensas consistentes con sus aportes.
¿Qué es desempeño?
Para los propósitos de este libro, entenderemos el desempeño como los logros que son
deseados y valorados por la organización y sus stakeholders, que resultan de las
conductas en el trabajo y contribuyen a mejorar e incrementar los resultados de ésta.
En esta definición hacemos una distinción entre el fin (las metas o resultados) y los
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El concepto de stakeholder no tiene una traducción al español en una sola palabra. Significa el que
sostiene una estaca y se utiliza para representar a todos aquellos que se ven afectados de alguna forma
por los éxitos o fracasos de la gestión de una organización, que generalmente son los inversionistas,
clientes, empleados, comunidad y reguladores.
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medios (las conductas o competencias). Ambos son componentes del proceso de
desempeño, pero solo los resultados son los indicadores de éxito del proceso. Esta
distinción es relevante porque muchas organizaciones diseñan sus procesos de
desempeño más basados en competencias que en resultados y con ello se alejan de la
contribución que se espera que hagan a la efectividad empresarial. Ser competentes es
una condición necesaria pero no suficiente para ser efectivo, puesto que si esas
competencias no se traducen en resultados, ni la organización ni las personas pueden
demostrar su efectividad. Por lo tanto, la formula para el desempeño efectivo puede ser
graficada en la Figura N°1 como una operación donde ambos factores, resultados y
competencias, son interdependientes y se retroalimentan mutuamente. Los resultados se
obtienen gracias a las competencias que posee o desarrolla el empleado y, a su vez, los
logros alcanzados permiten que las competencias se fortalezcan y se desarrollen otras
nuevas. Estos dos componentes también se pueden entender como el Qué y el Cómo del
desempeño y la aplicación práctica de estos conceptos la abordaremos en los siguientes
capítulos de este libro.
El proceso de desempeño
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Figura N° 2: El Proceso de Desempeño
DE SE M PE ÑO DEL
NE G OC IO :
RE C URSOS: C OM PE TENC IAS DE DESE M PEÑO DE L AS - Ingresos
- Información p la nes) L AS PE RSO NAS: PE RSO NAS: - Rentabilidad
- Procesos - Conocimientos - M etas -C recimiento
- Sistemas - Habilidades - Están dares - Eficiencia
- Materiales - Actitudes - Resultados - Reputación
En la práctica, el proceso de desempeño que debe ser conducido por los supervisores y
gerentes ocurre a través de la implementación de una secuencia de etapas que
conforman un ciclo iterativo de cuatro partes: planificación, dirección, evaluación y
reconocimiento. La duración del ciclo en la mayoría de las organizaciones es anual,
pero existe una tendencia a acortarlo cada vez más. En todo caso, lo importante es que
la extensión de cada ciclo sea consistente con la extensión del ciclo de los planes de
negocios de la compañía.
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Figura N° 3: El Ciclo de Desempeño
El ciclo se inicia con la etapa de Planificación del Desempeño, cuya primera tarea
consiste en socializar las estrategias y planes globales del negocio, apoyado con el
diseño de un proceso de comunicación que permita traducir los grandes objetivos y
desafíos en metas específicas y expectativas de desempeño específicas para los equipos
e individuos. El propósito de esta etapa es alinear a las personas con las metas de la
organización, definir expectativas, compromisos de resultados y concluir con la
formalización de planes individuales de desempeño y desarrollo para cada empleado.
Estas cuatro etapas del ciclo del desempeño serán tratadas en detalle en el cuerpo central
de este libro, donde dedicaremos un capitulo especial para cada una de ellas, revisando
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los aspectos conceptuales y prácticos necesarios para su implementación en las
organizaciones.
Cada una de las etapas del ciclo del ciclo de desempeño marca un tipo determinado de
encuentros o conversaciones que deben ocurrir entre Supervisor y Empleado a traves del
período de los planes y la efectividad de estas conversaciones requiere que ambos
asuman roles complementarios y activos en el proceso. El Supervisor es el responsable
principal por iniciar y conducir el proceso, traduciendo las estrategias de la organización
en planes individuales para las personas de sus equipos de trabajo, y luego
acompañando el proceso con retroalimentación y orientación, evaluando el desempeño
y reconociendo y recompensando los logros. Por su parte, el empleado es responsable
de conocer la estrategia del negocio, participar en la elaboración de sus planes de
desempeño y desarrollo, comprometerse a trabajar por ellos, autoevaluar su proceso de
desempeño y recibir reconocimientos y recompensas por los logros alcanzados. En la
Figura N° 4 se puede observar un paralelo entre ambos roles.
Supervisor Empleado
Traducir Conocer
Estrategia de Negocios Estrategia de Negocios
en y
Metas de la Unidad Metas de la Unidad
Solicitar
Dar Feedback y Coaching Feedback y Coaching
Y
cuando lo necesite y
Evaluar Desempeño Autoevaluarse
Recibir
Reconocer y Reconocimiento y
Recompensar Recompensas