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¡EXTRA, MODA!

El nacimiento de la prensa de moda en España

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¡EXTRA, MODA!
El nacimiento de la prensa de moda en España

María Prego de Lis y Ana Cabrera Lafuente

MUSEO DEL TRAJE


22 noviembre 2019 - 1 marzo 2020
Índice
5 Introducción .
7 Siglo XVI. Del lápiz al tipo, la moda en dos
dimensiones
11 Siglo XVII. La corte de Luis XIV y la primera
revista de moda
17 Siglo XVIII. La moda a todo color, Francia
vs. Gran Bretaña
25 Siglo XIX. La eclosión de la prensa de moda
29 El nacimiento de la prensa de moda en
España
31 La edad de oro de la prensa de moda
en España, las grandes cabeceras
40 Moda fin de siglo, la democratización
de la moda
¡EXTRA, MODA!
Introducción
La moda es uno de los elementos que definen la cultura occidental
y surge, tal y como la conocemos en la actualidad, en el siglo XVII en
Francia. Uno de los factores que favorecen su desarrollo es la aparición
de la prensa de moda. El estudio de estas publicaciones, desde un punto
de vista histórico, nos da pie a reflexionar sobre el sistema de la moda,
su historia y su evolución.
La exposición ¡Extra, Moda! presenta el nacimiento y desarrollo de la
prensa de moda en España, desde finales del siglo XVIII hasta finales
del XIX, sus antecedentes y la influencia de las revistas francesas e
inglesas. Las circunstancias y las causas que provocaron la aparición
y el desarrollo de las industrias del lujo y textil, el inicio del sistema
de temporadas y la llegada de nuevos tejidos y prendas, cuya venta y
consumo van a fomentar las revistas de moda.
Se muestran de manera conjunta publicaciones y revistas de moda,
figurines y patrones, trajes, accesorios y complementos de vestir junto a
otros objetos, con el propósito de generar una reflexión en el visitante
sobre el sistema de la moda y su medio de difusión, la prensa.
Están representados los distintos tipos de revistas dedicadas a la mujer
que surgen en España durante el siglo XIX: femeninas, feministas y
educativas; todas, con contenidos de moda. De esta forma se pretende
poner de relieve el papel que tuvieron dichas publicaciones en la creación
de un modelo de mujer: mostraban dónde comprar, qué ponerse en
cada ocasión, cómo comportarse... En ellas se hace referencia a lo que
vestían y hacían los hombres y las mujeres más importantes de cada
momento, y a cómo influían en las tendencias y modas; eran lo que hoy
podemos considerar unos “influencers”.

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Siglo XVI
Del lápiz al tipo, la moda en dos dimensiones
“Las jóvenes españolas, al igual que las venecianas, envuelven todo su
cuerpo con un manto; pero, con una mano, hábilmente proporcionan
una apertura para los ojos. […] Llevan chapines o sandalias muy
altas pero con un diseño elegante, que atan bajo sus pies […]”
(Habiti antichi et moderni di tutto il mondo, Venecia, 1598)
Las primeras manifestaciones artísticas que muestran el creciente
interés por representar las formas y los usos de vestir en las
diversas regiones de Europa se encuentran en el tránsito del siglo
XV al XVI. Alberto Durero (1471-1528) realiza, a finales del siglo
XV, una colección de dibujos y grabados de personas cuyos trajes
reproduce detalladamente, y muestra alguna de ellas con distintas
vistas de su figura, de forma simultánea. En torno a 1520 dibuja
una serie de apuntes de mujeres del pueblo de Livonia “vestidas
en traje de invierno”. Estas láminas, realizadas a pluma y acuarela,
podrían considerarse como precedentes del figurín de moda; en
ellas se reconocen una serie de características que las definen: la
reproducción fidedigna de los trajes y la descripción de las prendas
representadas desde distintas perspectivas, así como la diversidad
de personajes clasificados por su género, edad y estatus social.
Por otra parte, el siglo XVI es la edad de oro de la edición de los
“libros de trajes” o Trachtenbuch, otro de los antecedentes de los Alberto Durero, Veneciana, 1495.
figurines de moda. A lo largo de la centuria se publican en Europa Sammlung der Albertina, Viena
más de una decena de colecciones de acuarelas, aguafuertes o (Austria)
xilografías dedicadas a la ilustración de conjuntos de indumentaria
de distintas regiones y países del mundo conocido.
Entre ellos destaca un manuscrito, el Códice de Trajes que Christoph
Weiditz (1498-1559) realiza en 1529, en el curso de un viaje a la Página 6
Hans van der Beken, Procesión de
Corte Imperial de Carlos V. Es una colección de ciento cincuenta los Archiduques a Laeken, 1601 (det.)
y cuatro ilustraciones a pluma, coloreadas a mano, en acuarela, Monasterio de las Descalzas Reales,
temple y tintas metálicas de oro y plata, en las que Weiditz retrata Madrid.

7
Siglo XVI. Del lápiz al tipo, la moda en dos dimensiones

a personas de distinta condición social y a gentes del pueblo de


diferentes regiones españolas, y representa sus trajes, usos,
costumbres y oficios.
En la segunda mitad de siglo XVI aparecen los primeros libros
impresos dedicados al traje. Entre ellos destaca Habiti antichi
et moderni di tutto il mondo, de Cesare Vecellio (ca. 1521-1601),
editado en Venecia en 1598, una reedición de la publicada en 1590
y una de las obras dedicadas al traje más conocida y reproducida.
Los grabados van acompañados de una extensa descripción en
italiano y latín y hacen mención a artesanos y establecimientos
donde adquirir las prendas y los tejidos.

Chapines, siglo XVI.


Museu del Disseny de Barcelona,
MTIB 88.434
8
Siglo XVI. Del lápiz al tipo, la moda en dos dimensiones

Cesare Vecellio, Citella spagnuoala,


en Habiti antichi et moderni…, 1598.
Museo del Traje, Madrid
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Siglo XVII
La corte de Luis XIV y la primera revista de moda
“Para distinguir a sus principales cortesanos inventó casacas
azules bordadas de oro y plata. […]. Esta moda duró hasta el año
1684 y se siguió́ en toda Europa, excepto en España y Polonia. En
casi todas partes se preciaban ya de imitar la corte de Luis XIV”
(Voltaire, Le Siècle de Louis XIV, 1751)​​
La historiadora Joan DeJean, en su obra La esencia del estilo, nos
relata cómo en el último tercio del siglo XVII, en la corte de Versalles,
bajo el reinado del Rey Sol, “nacieron las ideas clave que hoy nos
resultan evidentes” y que siguen definiendo el concepto moderno
de la moda. Por un lado, cómo combinar las prendas de vestir para
conjuntar de la cabeza a los pies, y, por otro, el nacimiento del
concepto de temporada, que obligaba a renovar el armario, tanto
masculino como femenino, al comienzo de cada estación. “La moda
tiene estaciones”, y “estar de moda significaba sustituir la ropa no
solo cuando cambia el tiempo, sino tan pronto como se repara que
otra mujer vestía de manera diferente” (DeJean, 2008).
Tras la hegemonía del traje español en las cortes europeas bajo la
Casa de Austria durante el siglo XVI y parte del XVII, la corte francesa
toma el relevo. Jean-Baptiste Colbert (1619-1683), ministro de
finanzas del rey, ideó un proyecto nacional cuyo principal objetivo
era el desarrollo de una economía basada en la promoción y
protección de las industrias de artículos de lujo y moda: joyas,
perfumes, tejidos, mobiliario, prendas y accesorios de vestir. Este
plan fomentaba la producción y exportación de productos franceses
y regulaba las importaciones. Desde entonces París se mantendrá
como la capital de la haute couture, y conservará su prestigio como
marca de calidad, elegancia y buen gusto.
Luis XIV era un gran apasionado de la moda, y notorio su interés
Página 10
por su apariencia y por la de los demás. En uno de los cuadros Hyacinthe Rigaud, Retrato de
más representativos de su reinado pintado por Hyacinthe Rigaud, Luis XIV, 1701. Musée du Louvre,
en 1701, luce uno de sus complementos favoritos, los zapatos, París (Francia)
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Siglo XVII. La corte de Luis XIV y la primera revista de moda

Zapatos de hombre,
primera mitad del siglo
XVII. Museu de Disseny,
Barcelona,
MTIB Inv.88451

adornados con grandes lazadas, ricas hebillas y tacones en rojo


escarlata. Desde el inicio de su reinado establece como norma entre
los miembros de su corte llevar zapatos con tacón rojo; convirtió así
su uso en símbolo de estatus social y elegancia.
Hasta finales del siglo XVII la silueta de los trajes se mantiene
sin grandes cambios y evoluciona lentamente. Las variaciones
en la moda de cada temporada se reflejan en la aparición de
nuevos tejidos, colores, elementos decorativos y alguna prenda.
Estas novedades se difunden exclusivamente entre las clases
12
Siglo XVII. La corte de Luis XIV y la primera revista de moda

dominantes, miembros de las cortes europeas


y de la nobleza.
A lo largo del siglo XVII el grabado de trajes
evoluciona hacia el grabado de moda, se pierde
el interés por la clasificación y la catalogación
de la indumentaria y surge “una intención bien
distinta: difundir y comunicar la moda” (Riera,
2014). En París, a partir de 1670, se desarrolló
una autentica escuela de grabadores, pioneros
en la comercialización y difusión de la alta
costura parisina. Jean Bérain, Jean de Dieu y los
hermanos Henri y Nicolás Bonnarts son algunos
de los que contribuyeron a difundir los diseños
más novedosos y además propiciaron la edición
de colecciones de estampas.
En este ambiente nace, en 1672, la que se
considera primera revista de moda, el Mercure
Galant. Aparece como una revista literaria
con contenido variado: noticias de actualidad,
crónica social de la corte, información política
y entretenimiento. Desde el primer momento
recibe una gran acogida y llega para conquistar
a un nuevo público, la mujer. Editada por
Jean Donneau de Visé (1638-1710), la revista
se convierte en el vehículo de propaganda
al servicio de Luis XIV y su corte. En enero de
1678 aparecen en un suplemento trimestral
extraordinaire, las primeras noticias sobre moda. Le acompaña Casaca masculina en seda, ca. 1680.
un grabado representando a una dama, vestida con los Museo del Traje, Madrid
accesorios y complementos para la nueva temporada de
invierno. Los suplementos extraordinarios dedicados a la moda
se publicaron hasta 1714.
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Siglo XVII. La corte de Luis XIV y la primera revista de moda

Donneau de Visé también fue pionero en otro de los aspectos


que definen actualmente las revistas de moda, la promoción de
las marcas comerciales. Así, Mercure Galant convirtió al maestro
Gaultier, vendedor de lujosos tejidos y creador de tendencias, o la
tienda de madame Du Creux en la rue Traversine (París), en destinos
imprescindibles para la mujer parisina o el turista recién llegado que
deseara vestir a la moda. La promoción de comercios y artesanos
favoreció el desarrollo de la nueva industria francesa de la moda
y del lujo que aparece en las guías de viaje como destino obligado
cuando se llegaba a la ciudad más elegante del mundo.
Unos años más tarde, en 1693, aparece en Inglaterra una publicación
dedicada a la mujer, Ladies Mercury, que, aunque dura apenas cuatro
semanas, constituye el primer intento de popularizar un periódico
exclusivo para ellas, con la vocación de “instruir y entretener” a las
damas de la alta sociedad inglesa, además de informar sobre las
últimas novedades de moda.

Guantes de hombre. Inglaterra, ca.


1630. Museo del Traje, Madrid
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Siglo XVII. La corte de Luis XIV y la primera revista de moda

Habit d’hivern, en Mercure


galant, enero de 1678.
Bibliothèque Municipale de
Lyon (Francia)
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Siglo XVIII
La moda a todo color, Francia vs. Gran Bretaña
“Una mañana me encontré con María Antonieta que se paseaba en el
parque con varias damas de su corte. Todas llevaban vestidos blancos,
y tan jóvenes, tan bellas, que me parecieron el efecto de una aparición”
(Souvenirs de Madame Louise-Elisabeth Vigée-Le Brun, París, 1835)
La corte de Versalles será el centro de las novedades de la moda
hasta finales del siglo XVIII. A partir de 1770 tendrán lugar varios
hechos que cambiarán el concepto de la moda en uso hasta el
momento y que culminará con María Antonieta como “reina de
la moda”: la progresiva pérdida del protagonismo de la moda
masculina frente a la femenina; el final de la diferenciación en el
vestir según la clase social cuando, tras la Revolución Francesa de
1789, se imponga la moda democrática y se declare el “principio
universal de la libertad de vestimenta” (Convención Nacional, París,
29 de octubre de 1793), y el impacto de la Revolución Industrial y
la mecanización en la producción de nuevos y variados tejidos que
acelerarán la aparición de nuevas modas.
En 1770 María Antonieta de Austria (1755-1793) llega a París para
convertirse en la esposa del futuro rey Luis XVI. Ese mismo año Rose François Boucher, Le Marchande
Bertin (1747-1813), modista y sombrerera, inaugura en la rue Saint- de Mode, 1755. Victoria and Albert
Honoré “Au Grand Mogol”, una pequeña mercería donde se podía Museum, Londres
adquirir “cofias, casquetes y bonetes, velos de gasa, pañoletas de
encaje y batista, guantes bordados, sedas y muselinas”, y también
vestirse y peinarse. Madame Bertin consigue ganar el favor de la
corte y en 1774, tras la coronación de Luis XVI y Maria Antonieta, es
reconocida como proveedora oficial y llega a ser conocida como la
ministre des modes de la reina. En 1783, traslada su mercería a un
gran edificio en el 13 de la rue Richelieu, donde su tienda destacaba
Página 16.
Élisabeth Vigée Le Brun, María
por sus amplios ventanales y la disposición de su mercancía en Antonieta, 1783. National Gallery
grandes escaparates. Rose Bertin, con la colaboración del peluquero of Art, Washington, D.C. (Estados
Monsier Leonard, será la creadora de un nuevo concepto global de Unidos)

17
Siglo XVIII. La moda a todo color, Francia vs. Gran Bretaña

Tocados femeninos, en Cabinet des


Modes ou les Modes Nouvelles, 1786.
Colección particular

la moda. A ella se le deben algunos de los trajes femeninos más


conocidos de este periodo, como el robe a la polonaise o la chemise
de la reine, antecedente de los vestidos camisa, de líneas rectas y
finos tejidos de lino o algodón que se pondrán de moda a finales del
siglo XVIII y se vestirán durante las primeras décadas del siglo XIX.
En cuanto a la moda masculina, en el último tercio del siglo XVIII, se
impregna de la influencia del traje de campo del caballero inglés,
que requería prendas cómodas y prácticas, de líneas sobrias y
colores neutros. Desaparecen los encajes, los bordados y las sedas,
que se reservan al traje de gala y se sustituyen por tejidos de lana y
algodón que se adaptan mejor a la vida urbana. El frac, el chaleco y
las botas altas constituirán el uniforme del hombre de ciudad en las
principales capitales europeas.
Es en este siglo cuando se van a definir las características de un nuevo
modelo de representación gráfica de las estampas de moda, el figurín
de moda, que triunfará en el XIX: por un lado, la incorporación del

18
Siglo XVIII. La moda a todo color, Francia vs. Gran Bretaña

Chupa de cotonía, algodón,


mediados siglo XVIII. Museo
del Traje, Madrid
19
Siglo XVIII. La moda a todo color, Francia vs. Gran Bretaña

Madame Le Beau, Jeune dame,


en Gallerie des Modes et Costumes
Français, 1778. Rijksmuseum,
Ámsterdam (Holanda)

20
Siglo XVIII. La moda a todo color, Francia vs. Gran Bretaña

color y por otro, el diseño de los fondos con


la escenificación de ambientes domésticos
y de exteriores como jardines, parques…
En 1778 aparecen las primeras estampas
coloreadas: Jacques Esnauts y Michael Rapilly,
dos jóvenes impresores franceses, conciben
la idea de publicar una serie de grabados
de moda, la Gallerie des modes et costumes
français, “coloreadas con el máximo cuidado
por Madame Le Beau”. En Londres en 1794,
en The Gallery of Fashion, el grabador alemán
Nicolaus Wilhelm von Heideloff nos ofrece un
extenso conjunto de figurines coloreados en
los que muestra a los personajes en escenas
generalmente de exterior y en diferentes
situaciones: paseando en carruaje, tomando
el té o leyendo en un jardín (Holland, 1955).
Exceptuando la edición de un par de
cabeceras en las primeras décadas del siglo
XVIII, Le Cabinet des Nouvellistes (París, 1728) y
The Gentleman’s Magazine (Londres, 1731), no
será hasta el último tercio del siglo cuando
vuelvan a aparecer nuevas publicaciones en
las principales capitales europeas. La moda procedente de París
impregna el resto de las cortes de Europa y las revistas cruzan el
océano para llegar a las mujeres de la alta sociedad americana, que
esperan impacientes las novedades del continente.
A lo largo de esta centuria se produce un desarrollo simultáneo en
la publicación de periódicos de moda en Francia y en Gran Bretaña.
Figurín, en Gallery of Fashion, 1794.
En el resto de Europa irán apareciendo también revistas de moda Kunstbibliothek der Staatlichen
en las principales ciudades: Berlín, Leipzig, Estrasburgo, Praga, Museen zu Berlin - Preußischer
Florencia, Fráncfort, etc. Kulturbesitz, Berlín (Alemania)

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Siglo XVIII. La moda a todo color, Francia vs. Gran Bretaña

Francia Gran Bretaña


1672-1674 Le Mercure Galant
1677-1724 Nouvelle Mercure Galant 1693 The Ladies Mercury
1728 Cabinet des nouvellistes 1731 The Gentleman’s Magazine
1778-1787 Gallérie des modes et costumes 1770-1837 Lady’s Magazine
. français
1785-1789 Cabinet des modes
1790-1793 Journal de la mode et du goût 1794-1803 The Gallery of Fashion
... Magasin des modes nouvelles
1797-1817 Le Journal des Modes et 1798-1806 Fashion of London and Paris
. Nouveautés
1798-1832 The Lady’s Monthly Museum
1797-1839 Journal de dames et des modes
... Journal des dames
... Costumes parisiens

Cuadro cronológico de las revistas francesas e inglesas en el siglo XVIII

En España tenemos que esperar hasta finales del siglo XVIII para
ver aparecer un periódico destinado al público femenino, y con
noticias sobre moda: La Pensadora Gaditana. Y es en Cádiz donde
Beatriz Cienfuegos, directora y escritora de la revista, publica
semanalmente, entre 1763 y 1764, cincuenta y dos ensayos
denominados “pensamientos”, en los que analiza, con un marcado
carácter irónico y crítico, los usos y costumbres de su época y de
su ciudad. La publicación disfrutó de una gran popularidad y unos
años después de su publicación, en 1786, se reeditó en cuatro
tomos.
La Pensadora nace como reacción a los ataques que contra la
mujer realiza desde Madrid el ilustrado José Clavijo y Fajardo en
su periódico El Pensador (1762-1767). La temática de los ensayos
de La Pensadora comprende un amplio abanico de asuntos en
torno a la vida social, la política, las relaciones entre hombre y
Hebilla. Taller de Julien Alterre, París
(Francia), 1750-1780. Museo del mujer, la familia, el matrimonio, los hijos, etc., sin dejar de lado el
Traje, Madrid tema que nos ocupa, la moda, a la que Cienfuegos dedica uno de
22
Siglo XVIII. La moda a todo color, Francia vs. Gran Bretaña

sus pensamientos. En una conversación entre dos


damas, Celia y Anarda, se aprecia su ironía e ingenio:
“¿No repara Vm. que ya eso no es de moda, que es una
vejez? ¡Válgame Dios, pues si apenas llegará a ocho
veces las que me he puesto este vestido, y el peynado
[sic] el que vi a Lisardita, la que vino de la Corte habrá
seis meses! […]. ¿Pues no ha reparado Vm. á madama
Polonia que llegó habrá quince días de París, que
manera tan discreta de peinarse, y que bello gusto de
batas que trae? Pues ya todas las mas procuramos
imitarla […]. Así lo haré, aunque se me pierdan tres
batas que tengo nuevas como la que traigo puesta: si,
amigas, lo primero es la moda[…]. ¡Extraña ridiculez!”
(Pensamiento XXVII. La pensadora gaditana. Tomo III.
1786)
Durante la última década del siglo XVIII no se publican
nuevas cabeceras y habrá que esperar unos años
hasta que se reanude la circulación de periódicos
para el público femenino. En 1791, bajo el reinado
de Carlos IV, el conde de Floridablanca, ante el
miedo a la llegada de ideas revolucionarias desde
Francia, prohíbe mediante un decreto la publicación
de cualquier tipo de papel periódico. Esta medida
afectará especialmente a los dedicados a las mujeres;
todas las solicitudes de publicaciones presentadas
son rechazadas: Diario del Bello Sexo (1795), Lyceo
general del bello sexo o Décadas eruditas y morales de
las damas (1804), y ese mismo año se niega la licencia
para el Diario de las damas.
Beatriz Cienfuegos, La Pensadora
Gaditana, t. 3, Cádiz, 1786. Hemeroteca
Municipal. Ayuntamiento de Madrid

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Siglo XIX
La eclosión de la prensa de moda
“La Convención nacional decreta: Artículo 1. Nadie, de uno
u otro sexo, podrá impedir a ningún ciudadano o ciudadana
vestir de una manera particular, cada uno es libre de llevar
cualquier prenda y arreglo de acuerdo a su sexo que mejor le
parezca, bajo pena de ser considerado como sospechoso, y
perseguido como perturbador del descanso público”
(París, 8 de Brumario del año II)

La Revolución Francesa no solo desencadenó enormes cambios


políticos, económicos y sociales en el mundo occidental, el decreto
aprobado por la Convención Nacional Francesa en octubre de
1793, que establece la “libertad de vestimenta” y la derogación de
las leyes suntuarias vigentes hasta finales del siglo XVIII, provocó
un cambio radical en la moda femenina y masculina del nuevo
siglo. En las primeras décadas del siglo XIX se mantiene el vestido
femenino de moda durante la Revolución, el “vestido camisa”, de
inspiración neoclásica, un atuendo que se completaba con un
jubón corto o spencer, una chaqueta muy corta y de manga larga, y
un chal. En cuanto a la indumentaria masculina se impone el traje
inglés, más funcional y cómodo, que se adecúa perfectamente a la Horace Vernet, Incroyable, París,
incorporación del hombre burgués al trabajo. 1814. Victoria and Albert Museum,
Londres (Reino Unido)
Durante el siglo XIX en Europa se generaliza la edición de
periódicos y revistas dedicadas a la mujer y a la moda. Las revistas
femeninas cuentan siempre con una sección dedicada a la moda,
con la descripción de vestidos y complementos, labores y patrones.

Página 24, de izquierda a derecha.


Jacques-Louis David, Retrato de Pierre Sériziat, 1795 (det.). Musée du Louvre, París (Francia)
George Hayter, La boda de la reina Victoria, 1840 (det.). Royal Collection Trust, Londres (Reino Unido)
Jean Beraud, El escaparate del couturier Doucet, ca. 1900 (det.). Colección privada
25
Siglo XIX. La eclosión de la prensa de moda

Además, incluyen la crónica social del momento, en la que


describen las actividades de personalidades relevantes
de las familias reinantes y de la alta sociedad, donde la
reina Victoria y la emperatriz María Eugenia de Montijo
son las más seguidas. Sus salidas a actos oficiales, las
crónicas de bailes y fiestas de disfraces, así como los
modelos que lucían, interesaban y eran imitados por el
resto de las damas de las grandes ciudades. Las revistas
se completan con secciones literarias, de información
cultural y temas de educación de la mujer y de los hijos,
normas de comportamiento social y, lo más importante,
las últimas novedades de moda. Se generaliza la inclusión
de figurines a color junto con la descripción detallada
de las prendas, los tejidos y los establecimientos donde
podrían adquirirse. A lo largo del siglo el figurín de moda
femenino sustituye progresivamente al figurín masculino,
que, tal y como nos informan las propias revistas, aporta
Chaqueta spencer, seda y poca novedad y pierde interés. En España, la mayor parte
decoración bordada, c. 1810.
Museo del Traje, Madrid de los figurines de moda venían de París, el centro de la industria de
moda y de la producción de estas ilustraciones.
Las primeras revistas femeninas españolas tienen un contenido
esencialmente literario, junto a ecos de sociedad, novedades
teatrales, curiosidades y la introducción lenta de noticias sobre
moda. Hasta 1822 no se incluye en ninguna publicación española
un figurín de modas, y el primero vendrá de París.
Cádiz será la cuna de las primeras revistas femeninas españolas. En
1804, cuatro décadas después de la publicación de La Pensadora
Gaditana, José Lacroix, barón de la Bruère y editor del Diario Mercantil
(1802-1852) de Cádiz, edita un suplemento literario dirigido a la
mujer, el Correo de las Damas. La revista, que se mantiene hasta
Sombrero, tipo capota, seda 1807, está destinada a atender la demanda de lectura de las esposas
tornasolada, Inglaterra, 1840-1845. de los comerciantes suscriptores del Diario. De la Bruère define el
Museo del Traje, Madrid suplemento como “miscelánea de educación y varia literatura”.
26
Siglo XIX. La eclosión de la prensa de moda

P. C. Baquoy, Spencer de Lévantine.


Robe de Perkale, en Costume Parisien,
París, 1816. Colección particular
27
Siglo XIX. La eclosión de la prensa de moda

Las primeras revistas femeninas españolas nacen al amparo


de las nuevas ideas liberales, aunque ello no evite un carácter
marcadamente tradicionalista en cuanto al papel de la mujer. Tras
las Cortes de Cádiz y la promulgación de la Constitución en 1812 llega
una nueva publicación femenina. El 1 de marzo de 1813 aparece
el primer número de El Amigo de las Damas. Se anuncia como un
periódico literario, dedicado a la mujer y a los amantes de las letras.
En la Abeja Española (1812-1813), en febrero del mismo año, se
anuncia su publicación y se defiende el derecho de las mujeres a
ilustrarse, pero poniendo de relieve su papel como responsable, en
el seno de la familia, de la educación de sus hijos y de transmitirles
los valores liberales y constitucionales que impregnan la sociedad
gaditana. Para ello cuenta con la colaboración de “hombres finos e
ilustrados y con las disposiciones felices y con el saber de muchas
damas”. El periódico aboga por el uso de formas galantes para
dirigirse a la mujer, teniendo en cuenta “su sensibilidad, dulzura y
discreción”. Habrá que esperar al número cuatro para encontrar la
primera noticia de modas:
“Por las últimas noticias recibidas de Cyterea1, se ha sabido que en
una de las sesiones celebradas en el Palacio del Buen Gusto, se
había tratado si era o no anticonstitucional al bello sexo el uso de
las botas […]”
(El Amigo de las Damas, n. 4, 7 de marzo de 1813)
Figurín masculino, en Periódico de
las damas, n. 1, 1822. Biblioteca La publicación tiene una vida corta, pues solo salen a la luz siete
Nacional de España, Madrid números y, a pesar de distribuirse con un precio más asequible que
el Correo de las Damas, el 15 de abril de 1813 cierra.

1. Cyterea o Citerea. Isla de donde proviene el culto a la diosa griega Afrodita.


28
Siglo XIX. El nacimiento de la prensa de moda en España

El nacimiento de la prensa de moda en España


“Formosis levitas Semper amica fuit.
Las bellas mujeres gustan de ligereza y variedad”
(Cabecera del Correo de las Damas, 1833)

En las dos décadas siguientes se sucederán en España intensos


cambios políticos que condicionarán la aparición de nuevas
cabeceras. Entre la vuelta al régimen absolutista de Fernando VII
en 1814 y su muerte en 1833, se produce un paréntesis -de 1820 a
1823-, el Trienio Liberal, en el que se restaura la libertad de prensa.
En 1821 se anuncia en Madrid la publicación de un periódico
dedicado a la mujer, el Periódico de las Damas. Esta publicación es
considerada como la primera revista de moda, que tomaba como
modelo otras similares como The Lady’s Magazine (Londres, 1770) o
Le Journal des Dames (París, 1797). Aunque en sus primeros números
incluía una sección sobre actualidad política, enseguida centra sus
contenidos en otros temas como ecos de sociedad, cuidados del
hogar, labores…, y contará con una sección literaria. La publicación
se sostenía gracias a las suscripciones y podía adquirirse en las
librerías de las principales ciudades españolas. “En Madrid, en
la de Collado, de la calle Montera, y en la de la Paz, frente a las
gradas de San Felipe” en la Puerta del Sol, lugar de encuentro de
los madrileños para conversar y compartir confidencias y rumores
de la Villa. Con la suscripción, la revista incluía en cada número una
hoja suelta con un figurín de moda, un dibujo a pluma y color de
la edición francesa L’Observateur des modes (París, 1818-1823). El
primer figurín representa la figura de un dandi, arquetipo masculino
creado, en los primeros años del siglo XIX por “le Beau Brummell”, Portada del Periódico de las damas,
con los elementos que lo caracterizan: frac, pantalón largo, chaleco, n. 1, 1822. Biblioteca Nacional de
pañuelo anudado al cuello, chistera y botas altas. España, Madrid

29
Siglo XIX. El nacimiento de la prensa de moda en España

La imposibilidad de mantener las suscripciones que necesitaba para


garantizar su continuidad la lleva al cierre, y el 24 de junio de 1822,
apenas seis meses de su inicio, publica su último número.
Durante la Regencia de la reina María Cristina (1833-1840) y
Espartero (1840-1843), en España se construye y consolida un
estado liberal y progresista. La libertad de expresión fomenta la
aparición de nuevos periódicos y revistas, y entre ellos también
los destinados al público femenino. La prensa de moda ilustra la
nueva tendencia, la moda romántica y su nueva silueta: el talle baja
hasta la cintura, que se estrecha por el uso del corsé, y las faldas se
acortan y aumentan su volumen con la superposición de enaguas.
En cuanto a la moda masculina, se mantiene el traje inglés como
norma, monocromo, sobrio y uniforme, sin más novedades que “la
copa de ese sombrero o el arte de ese frac… y una graciosa mezcla
de antiguo y moderno” (Correo de las Damas, mayo de 1835).
En julio de 1833 sale a la luz el primer número del Correo de las
Damas, con el subtítulo “Periódico de modas, bellas artes, amena
literatura, música, teatros, etc.”. Es una publicación especializada en
moda, dirigida a una mujer de la alta burguesía y la aristocracia, que
se inspira en publicaciones de moda parisinas, especialmente en
Nouveau Journal des Dames, Petit Courier des Dames (1821-1868). El
Correo incorpora una novedad, grabados con figurines y patrones
de vestidos de mujer, hombre y niños en color, con el título “Modas
A. Eusebio, Figurín masculino, en
de París” y bajo la firma de A. Eusebio.
Correo de las damas, 1835. Museo
Nacional del Romanticismo, Madrid Durante su primer año el redactor jefe fue Mariano José de Larra, con
textos sobre modas y teatros. Destacan los artículos en los que se
insiste en la importancia de una educación esmerada, que capacite
a las mujeres como educadoras de sus hijos y sustento de la familia
y la sociedad. En diciembre se publica el último número y se hace
pública “La lista de los señores Suscritores que ha tenido el Correo
de las Damas en el año de 1835”, encabezada por la reina Isabel II y
su madre, la reina gobernadora María Cristina, junto con destacadas
personalidades de la alta sociedad y la nobleza españolas.
30
Siglo XIX. La edad de oro de la prensa de moda en España, las grandes cabeceras

La edad de oro de la prensa de moda en España, las


grandes cabeceras
“Verdaderamente la Moda es inconstante por necesidad: si se
estacionase perdería su nombre. Siempre joven, siempre vieja,
porque para ella no hay ayer ni mañana, vive un día, segura de
agradar, porque la Novedad es un deseo inherente a las hijas de Eva”
(El Correo de la Moda, n. 452, 31 de mayo de 1862)

Podemos considerar el reinado de Isabel II (1833-1868) como la


edad de oro de la edición de publicaciones dedicadas a la mujer, con
la aparición de más de una treintena de cabeceras. La mayor parte
tuvo una duración inferior a los dos años; la falta de suscriptores
y el poco interés del sector de la industria textil y de la confección
abocaron al cierre de muchas de ellas.

25
20
Publicaciones

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10
5
0
1800 1810 1820 1830 1840 1850 1860 1870 1880 1890
1809 1819 1829 1839 1849 1859 1869 1879 1889 1899

Número de cabeceras con contenidos de moda en España en el siglo XIX

Durante este siglo las revistas de moda tienen un objetivo claro:


ilustrar cómo debía vestirse la mujer para cada ocasión, siguiendo
los últimos modelos de París. En España triunfa el segundo estilo
romántico, con el que las faldas alcanzan gran amplitud al incorporar
31
Siglo XIX. La edad de oro de la prensa de moda en España, las grandes cabeceras

el miriñaque, una estructura de cintas y aros; las mangas se ajustan


a los brazos; y los cuerpos siguen ceñidos por el corsé estrechando
la cintura. La variedad de conjuntos femeninos ilustra las revistas de
moda y refleja la intensa actividad de las mujeres de la aristocracia
y la alta burguesía: paseos, visitas, bailes, fiestas de disfraces, etc.
La moda masculina se mantiene sin sufrir apenas modificaciones y
puntualmente incorpora alguna prenda nueva, como la chaqueta,
que sustituye a la levita, y el gabán.
Al mismo tiempo surgen otras publicaciones femeninas en las que la
moda es solo un tema secundario. Según Perinat y Marrades (1980),
en España se establecen dos tipologías de revistas en función de su
orientación: la prensa femenina y la feminista.
La prensa femenina, en la que se incluiría “la de modas”, sin
ideología política ni social, está dirigida a una mujer tradicional, y
en ella se refuerza su papel de esposa y madre. Estas publicaciones
contribuyen a difundir una imagen estereotipada de la mujer como
“ángel del hogar”, dedicada a la familia. Proliferan los consejos
domésticos sobre el cuidado del hogar y sus labores, junto con
biografías de personajes históricos, textos literarios o ecos de
sociedad. Están dirigidas a una mujer de clase alta y burguesa, con
contenidos relacionados con la moda, e incluyen figurines para
estar a la última de las novedades de París. Entre otras cabeceras
destacamos dos: La Moda Elegante Ilustrada y El Correo de la Moda.

Detalle del vestido de paseo en


muselina estampada, 1825-1830.
Museo del Traje, Madrid

Costumes parisiens, en Journal


des Dames et des Modes, 1839.
Colección particular
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Siglo XIX. La edad de oro de la prensa de moda en España, las grandes cabeceras

La Moda Elegante Ilustrada inicia su historia


en Cádiz, cuna de las primeras publicaciones
femeninas españolas, en 1841, bajo el
título de La Moda. En 1849 Abelardo de
Carlos, editor de La Ilustración Española
y Americana, “compra este pequeño
periódico de modas, entonces en crisis, y lo
convierte en una publicación de gran éxito
y con beneficios” (González y Pérez, 2009).
La revista se distribuía por toda España y
en 1861 cambia a su denominación más
conocida, La Moda Elegante Ilustrada.
Contaba con distintas ediciones. La
suscripción de lujo incluía patrones y
figurines de París de la publicación francesa
del mismo nombre, La Mode Elegante.
Se distribuía también en Portugal, Cuba
y Puerto Rico, y llegaba a las principales
capitales de América del Sur.
Hasta 1855 mantiene secciones fijas -costumbres, teatro, literatura
y “modas”-, que incluían artículos y noticias relacionadas con las
últimas tendencias de tejidos, accesorios y modelos de trajes. A
partir de la década de 1860 cuenta entre sus suscriptoras con la
reina Isabel II e incorpora fotograbados. Tras su traslado a Madrid
en 1871, dedica más contenido a la sección de modas e incluye
una ilustración a doble página en el centro. Poco a poco el texto
terminará subordinándose a la imagen y los contenidos de moda
irán ganando espacio a los demás. En la última década del siglo
aparecen tímidamente las primeras fotografías y se incluye una
sección de “Anuncios”, con publicidad de productos de belleza e
higiene. A lo largo de su historia cambiará en numerosas ocasiones
Figurín y patrón de abrigo para
de formato y diseño, y su contenido se centrará de forma casi miriñaque, en El Correo de la Moda,
exclusiva en la moda, las labores, el cuidado del hogar y la educación 1860. Colección particular
33
Siglo XIX. La edad de oro de la prensa de moda en España, las grandes cabeceras

de los hijos. Su larga trayectoria permite realizar


un extenso recorrido durante más de ochenta
años de la evolución de la moda y el papel de la
mujer en el cambio de siglo. A finales de 1927, la
revista cierra definitivamente.
El 1 de noviembre de 1851 sale a la luz el
primer número de El Correo de la Moda, con
el subtítulo de “Periódico del bello sexo. Modas,
Literatura, Bellas Artes, Teatros”. Editada en
Madrid en la imprenta de Andrés Peña, tiene
una periodicidad quincenal, y se distribuye en
fascículos de dieciséis páginas de esmerada
impresión. Con el primer número de cada mes
se entregaba un figurín en color del Moniteur
de la Mode (1843-1913) de París, pliegos de
dibujos para bordados, partituras de música
y, al comienzo de cada temporada, patrones
de tamaño natural. Su precio, 6 reales la
suscripción mensual, resultaba prohibitivo para
las clases más populares. Entre sus secciones
no faltaban la literaria, la de información teatral,
cuadros de costumbres, biografías de mujeres
célebres, artículos de religión, moral e higiene
y, por supuesto, noticias de moda. Además del
figurín, se incluían detalladas descripciones de
modelos que facilitaban la elaboración de los
trajes por parte de las modistas.
Inicialmente dirigida por hombres, a partir
de 1867 y hasta 1883 figura como directora
Jules David, Figurín de moda, Ángela Grassi, quien convierte la publicación en “el periódico más
en El Correo de la Moda, 1861. rico en accesorios que se publica en Europa”. Desde 1884 hasta
Museo del Traje, Madrid
el último número en 1893 asume la dirección de la publicación
Joaquina García Balmaseda. En este periodo aumenta las secciones
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Siglo XIX. La edad de oro de la prensa de moda en España, las grandes cabeceras

dedicadas a labores e indumentaria femenina, en detrimento de


las literarias. Pero también, se publican alegatos feministas escritos
por intelectuales destacadas en la lucha por los derechos de la Anaïs Colin-Toudouze, Trajes de
mujer como Rosario de Acuña, Concepción Gimeno de Flaquer o invierno…, en La Moda Elegante,
Blanca de los Ríos Lampérez. 1880. Colección particular
35
Siglo XIX. La edad de oro de la prensa de moda en España, las grandes cabeceras

Los factores que determinaron el éxito de La Moda Elegante y El


Correo fueron: combinar “de manera equilibrada información sobre
las tendencias culturales y de consumo, conectando con una amplia
audiencia”; incluir figurines y patrones de gran calidad “importados
de París y Londres”; y compartir editoras, Angela Grassi, Joaquina
García Balmaseda o Pilar Sinués de Marco, consideradas “las
mejores periodistas de la época” (Jesús Cruz, 2014).
Junto a las revistas femeninas y de moda, a mediados del siglo XIX
surge con fuerza una prensa de carácter reivindicativo, las revistas
feministas, que reclaman una participación activa de la mujer en
la vida política y social, así como una mayor igualdad entre sexos
y una educación igualitaria, con un objetivo claro: mejorar las
condiciones sociales, políticas y económicas de las mujeres. Entre
las voces feministas, las de María Mendoza de Vives (1821-1894),
novelista y poeta malagueña, integrante del movimiento feminista;
Vestido de mañana en lana
estampada, 1840-1850. Museo del
Rosario de Acuña (1850-1923), escritora y publicista; o Rosa Butler
Traje, Madrid (1819-1899), que trabajó en publicaciones de carácter feminista.
Entre las publicaciones, Ellas (1851), Gaceta del Bello Sexo (1851), La
Mujer (1852), El Pensil Gaditano (1857), y a finales de siglo, Álbum del
Bello Sexo (1882) y La Ilustración de la Mujer (1884).
Pilar Palomo, en su trabajo Las revistas femeninas españolas del siglo
XIX (2014), lleva a cabo un profundo análisis sobre la presencia
de las mujeres en la prensa decimonónica. Así, documenta a más
de cuatro mil trescientas mujeres que colaboraron en prensa. De
ellas, cerca de cincuenta “fundaron, fueron propietarias o dirigieron
periódicos y revistas”. Entre las conclusiones más significativas
que aporta en su investigación destaca una, “las cinco revistas en
que con una mayor asiduidad escribieron las escritoras del XIX
estaban dirigidas por mujeres”: El Correo de la Moda, por Ángela

Carriage & morning visiting dresses,


en The Ladies’ Cabinet of Fashion…,
1844. Colección particular
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Siglo XIX. La edad de oro de la prensa de moda en España, las grandes cabeceras

Grassi y Joaquina García Balmaseda; El Álbum Ibero Americano, por


Concepción Jimeno de Flaquer; Flores y Perlas, por Pilar Sinués; La
Violeta, por Faustina Sáez de Melgar; y La Madre de Familia, por
Enriqueta Lozano.
En 1851 nace Ellas, Gaceta del Bello Sexo, un periódico feminista,
“órgano oficial del bello sexo”, con vocación reivindicativa, como lo
demuestra en el Prospecto bajo el grito “¡Abajo la soberanía cruel del
hombre!”. Su directora, Alicia Pérez de Gascuña, lo presenta como
“un espacio único para el cultivo intelectual y el ejercicio de la libre
expresión de las mujeres” y lo define como “una cruzada femenina”.
Para ello cuenta con escritoras ya conocidas como Ángela Grassi o
Carolina Coronado. Desde el primer número expresa la intención
de alejarse del modelo de prensa femenina de “modas y salones”,
pero no por ello evita incluir una sección con noticias de modas bajo
el título de “Revista”, en el que Emilia Pallarés nos trae las últimas
novedades recibidas desde París:
“Mi querida Alicia: encargada como estoy de esta parte de tu
periódico, procuraré cumplir fielmente con mi cometido y tener
al corriente á las lectoras de todas las novedades… Las modas
ocuparán una parte de mi trabajo; pero en esta revista solo
explicaré el figurín de paseo que recibo de París… Los periódicos
franceses llegados últimamente no se ocupan más que de la
descripción de los trajes de los grandes bailes dados en París en
los jardines de Saint-Cloud y en los espléndidos salones de la casa
ayuntamiento. Esto, como puedes comprender, nada nos interesa”
(Ellas, n. 1, 1 de septiembre de 1851)
La publicación, paulatinamente, reduce los artículos de corte
feminista y aumenta la sección de modas y variedades e incluye el
correspondiente figurín. A partir del número 3 (8 de octubre, 1851)
aparece con un nuevo subtítulo, “Gaceta del bello sexo”, y comienza
una etapa más conservadora. En enero de 1853, desaparece y se
Portada de Ellas, n. 1, 1851.
integra en la revista Álbum de Señoritas y Correo de Modas (Madrid, Biblioteca Nacional de España,
1853-1864). Madrid
37
Siglo XIX. La edad de oro de la prensa de moda en España, las grandes cabeceras

Pero la prensa de carácter feminista no es


la única que surge en este momento. En la
segunda mitad del siglo XIX aparecen una
serie de publicaciones que responden a la
demanda de una educación formal para las
niñas y las jóvenes. Estas iniciativas se ven
favorecidas por la entrada en vigor de la
Ley de Instrucción Pública en 1857, conocida
como la Ley Moyano, que “garantiza la
educación primaria para niños y niñas”, el
establecimiento de las primeras Escuelas
Normales de Maestras y Superiores de
Niñas a partir de 1858 y la creación de la
Asociación para la Enseñanza de la Mujer
en 1870.
Entre las mujeres que escriben y publican
en revistas de carácter instructivo podemos
señalar a Joaquina García Balmaseda (1837-
1911), escritora, actriz en su juventud y
periodista. Destacan sus artículos sobre la
E. Preval, Figurín infantil, en Journal educación de niñas y jóvenes en el Álbum de señoritas (1852) o su
de Demoiselles et Petit Courier des tratado, La madre de familia (1860), texto oficial para las escuelas de
Dames Reunís, 1869. Colección
primera enseñanza. Balmaseda colaboró activamente en la prensa
particular
periódica isabelina, escribiendo en La Aurora de la Vida (1861) y La
Educanda (1862-1865). Junto a ella podemos destacar también a
Pilar Sinués (1835-1893), escritora prolífica, que dirigió la revista
semanal El Ángel del Hogar (1864-1869) y colaboró en múltiples
revistas como la Educación Pintoresca (1857-1859), La Educanda
(1861-1865) y El Periódico Ilustrado (1865-1868); o a Faustina Sáez
de Melgar (1834-1895), escritora y periodista, que fue directora y
propietaria de varios periódicos femeninos, y escribió numerosos
artículos y obras de carácter educativo dirigidas a la mujer, como
el Álbum de señoritas (1852), La Aurora de la vida (1860-1861),

38
Siglo XIX. La edad de oro de la prensa de moda en España, las grandes cabeceras

La Violeta (1862-1866), La Mujer (1851-1852), El Correo de la Moda


(1851-1893) y La ilustración de los niños (1878-1883).
La Educanda (1861-1865) es una de las revistas más importantes
dedicadas a la enseñanza primaria y la educación de la mujer. De
carácter católico muy conservador, aparece con el subtítulo “Revista
quincenal de educación, enseñanza y amena lectura, dedicada a las
maestras y madres de familia”. Fundada y editada por José P. Galán,
en diciembre de 1862 se funde con la empresa de El Correo de la
Moda, y aparece desde entonces cada semana como “periódico de
señoritas, dedicado a las madres de familia, maestras y directoras
de colegios”.
Ofrecía dos ediciones dos veces al mes: una económica y otra
completa, “con los mismos grabados que la anterior, pero en mejor
papel y más esmeradamente impresa”. Con el primer número de
cada mes incluía un pliego de dibujos “tirado en litografía” y con el
segundo número repartía “un figurín de los mejores que se graban
en Francia”. Entre sus contenidos, biografías de mujeres, noticias de
actualidad, artículos de divulgación sobre educación, economía e
higiene domésticas y otras materias de carácter instructivo como
la enseñanza de ciencias, historia, geografía, geometría, artes y
otras “de utilidad” como pliegos de dibujo lineal, técnicas y hojas
de labores, costura y modas. Entre sus plumas más destacadas,
escritoras y periodistas como Ángela Grassi, Elena G. Avellaneda,
María Pilar Sinués de Marco, Micaela de Silva y Colás, Emilia Mijares
de Real, Francisca Carlota de Riego, Carmen de Espejo Valverde y
Josefa Estévez de G. de Canto entre otras; poetisas como Antonia
Díaz de Lamarque y Vicenta Villanueva; y a cargo de la sección de
modas, Joaquina García Balmaseda, que escribe bajo el seudónimo
de Aurora Pérez de Mirón.
Portadilla de La Educanda: revista
quincenal de Educación, 1861.
Biblioteca Nacional de España,
Madrid

39
Siglo XIX. Moda fin de siglo, la democratización de la moda

Moda fin de siglo, la democratización de la moda


“VOGUE (vög). n. fem., moda: esp., en boga, moda, reputación[…].
Vague, en francés y woge, en alemán, una ola; el modo o moda
prevalente en un tiempo determinado[…]. Ahora generalmente
usada en la frase en boga, como en un particular estilo de vestido
que estaba en boga”
(The Century Dictionary, New York, 1881-1891)

El último tercio del siglo XIX es un momento de importantes cambios.


La Guerra Franco-prusiana en Europa, el fin del reinado de Isabel
II y la I República en España, las guerras colonialistas en África y la
pérdida de las últimas colonias españolas marcarán el final de este
siglo y el inicio del XX.
En cuanto a la moda femenina, se empieza a usar el polisón para
ahuecar las faldas por detrás, marcando aún más la cintura con el
corsé, y surgen las primeras casas de alta costura, como la de Charles
F. Worth (1825-1895) o J. Doucet (1853-1929) que propiciarán
una mayor variedad de modelos con distintos tejidos, teñidos ya
con los nuevos tintes químicos, para que la clientela no dejara de
consumir. El polisón desaparece a finales de siglo y se sustituye
por la silueta S, que usaba corsé y será la última silueta forzada por
esta prenda en la moda femenina. En este momento en Europa en
mayor medida que en España se produce un cambio en el vestido
femenino debido a distintas razones: por un lado, la incorporación
de la mujer al mundo laboral con la aparición del traje sastre y la
necesidad de siluetas, vestidos y tejidos más cómodos; por otro,
la influencia de las corrientes orientalistas como el “japonismo”
que definen una silueta cada vez más natural para la mujer. Por
otra parte, la moda masculina tiene la novedad de la chaqueta
americana o el sombrero canotier, un sombrero de copa recta y ala
corta y plana, realizado en paja y adornado con una cinta de color.

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Siglo XIX. Moda fin de siglo, la democratización de la moda

El desarrollo y crecimiento de la prensa de moda a lo largo del Anaïs Colin-Toudouze, Figurín


siglo XIX en España se ve impulsado por la aparición de un nuevo femenino, en La Mode Illustrée,
modelo económico que propicia el nacimiento y la consolidación 1873. Colección particular
de una importante industria textil. La implantación de los procesos
de mecanización, aunque lenta respecto a otros países europeos,
provoca el incremento de la producción de bienes de consumo y al Traje de paseo. Casa Maillac & Cie,
mismo tiempo favorece que se generalice un mensaje, “consumir Burdeos (Francia), 1880-1890.
más y en menos tiempo”. Museo del Traje, Madrid

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Siglo XIX. Moda fin de siglo, la democratización de la moda

En el ámbito de la moda y los artículos de lujo, el abaratamiento del


precio de los tejidos, así como la difusión generalizada de figurines
de moda a través de las revistas especializadas, con una enorme
variedad de modelos, permite que más mujeres puedan renovar
su armario con mayor frecuencia y con las últimas novedades que
llegan de París. A esto se suma el nacimiento y desarrollo de nuevos
tipos de comercio: los pasajes comerciales y los grandes almacenes.
Estos establecimientos compiten con los sastres y las modistas
en conquistar el interés de las clientas y favorecen el proceso de
democratización de la moda.
Los primeros pasajes comerciales aparecieron en París a finales
del siglo XVIII, y se consolidaron tras la Revolución Francesa, con la
reactivación del comercio del lujo. Entre 1820 y 1840, su modelo
se extiende por el resto de las grandes ciudades europeas. En
Madrid, en 1839 se construye el pasaje de San Felipe, entre la calle
de Bordadores y de las Hileras, una gran galería acristalada de 240
pies; y en 1843 comienza la construcción del pasaje Mateu o Villa
de Madrid, cuya inauguración en 1847, se publica en el Semanario
Pintoresco Español. Sin embargo, ante la falta de interés por parte del
público, estas calles comerciales serán reemplazadas rápidamente
por un nuevo tipo de comercio, los grandes almacenes. El 1850 se
inaugura en la calle Preciados de Madrid los almacenes “El Águila”,
unos años más tarde, en la calle Mayor, el “Gran Bazar de la Unión” y
en 1881, los grandes almacenes “El Siglo” en Barcelona. El gran éxito
de estos establecimientos residía en la oferta de una gran variedad
de productos en un mismo espacio; la disponibilidad de una amplia
gama de géneros destinados especialmente a un público femenino:
moda, belleza, higiene, equipamiento doméstico, etc.; y los precios
fijos que, por debajo de los que ofrecía el comercio tradicional,
resultaban de lo más atractivos y favorecieron la consolidación de
este tipo de negocio.

42
Siglo XIX. Moda fin de siglo, la democratización de la moda

Portada de El Eco de la moda, Barcelona, Traje de paseo, decorado con pasamanería.


1898. Colección particular Inglaterra, 1890-1895. Museo del Traje, Madrid

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Siglo XIX. Moda fin de siglo, la democratización de la moda

En la última década del siglo, en España, se produce un gran


desarrollo de las revistas femeninas y de moda. Junto a las ya
mencionadas que comenzaron en la etapa anterior, como La Moda
Elegante Ilustrada o El Correo de la Moda, aparecen otras nuevas,
que se mantendrán activas hasta las primeras décadas del siglo XX.
Barcelona surge como centro editor de revistas de moda; desde
finales de los 70 del siglo XIX se publican cerca de una decena, entre
las que destacan: La Mujer (1882), El Figurín Artístico (1882-1884), La
Ilustración de la Mujer (1883-1887), El Salón de la Moda (1884-1914),
El Álbum de la Mujer (1895), El Hogar, o El Eco de la Moda (1897-1928).
En 1897 aparece en Barcelona el primer número de El Eco de la Moda,
una revista que va a promocionar un estilo de vida burgués, destinado
a una mujer activa y moderna. Publica principalmente artículos sobre
moda, labores y confección, pero incluye las habituales secciones
de literatura y crónica social. También proporciona figurines y
patrones de las prendas de vestir adaptadas al nuevo modelo de
vida femenino. La mujer comienza a incorporarse al mundo laboral
y necesita vestidos más cómodos y prácticos; y la realización de
actividades al aire y libre, de ocio y deportivas, como montar en
Portada de Harper’s Bazar, n. 1, 2 de bicicleta o jugar al tenis, requieren conjuntos adecuados para cada
noviembre de 1867
ocasión. La revista cuenta con un mayor número de ilustraciones
y más páginas dedicadas a la publicidad: destaca especialmente la
promoción de productos cosméticos, bebidas milagrosas o comidas
energéticas, junto con complementos de moda, lencería, etc. El
Eco de la Moda completa su edición con la publicación anual del
Almanaque de las gracias y elegancias, en el que publica artículos
más extensos sobre temas de interés, como la belleza, la medicina
casera, el arte de vestir y otros que consiguen generar polémica: los
beneficios o perjuicios del uso o no del corsé.
En el ultimo tercio del siglo XIX se producen dos acontecimientos
que van a determinar el nuevo modelo de revista de moda que
triunfará y perdurará hasta la actualidad. Por un lado, en Nueva York,

44
Siglo XIX. Moda fin de siglo, la democratización de la moda

en noviembre de 1867, se publica el primer


número de Harper’s Bazar: a repository of
fashion, pleasure and instruction, y unas
décadas más tarde, el 17 de diciembre de
1892, nace Vogue, la cabecera de moda más
difundida y con más ediciones internacio-
nales hoy en día. Estas dos publicaciones,
las más importantes de Estados Unidos,
comparten un hecho singular: son las dos
únicas cabeceras de moda, que nacieron en
el siglo XIX y se mantienen activas en el siglo
XXI. Por otro lado, en 1892, se publica en
una revista femenina la reproducción de la
primera fotografía de moda: se trata de una
publicación parisina, La Mode Practique. Este
es el inicio de la progresiva desaparición
del grabado en la prensa de moda a favor
de la fotografía, que, aunque inicialmente
será coloreada a mano y mantendrá los
esquemas y las características estéticas del
figurín de modas del siglo XIX, se impondrá
como vehículo de comunicación gráfica de
la moda a partir de la I Guerra Mundial hasta
hoy, pero esa..., es otra historia.

Primer figurín en fotografia, La Mode


Practique, Heliocromía Deniau, 1892
45
¡EXTRA, MODA! El nacimiento de la prensa de moda en España
MUSEO DEL TRAJE · Del 22 de noviembre de 2019 al 1 de marzo de 2020

EXPOSICIÓN PUBLICACIÓN
Organizan Textos
Ministerio de Cultura y Deporte, Museo del Traje María Prego de Lis y Ana Cabrera Lafuente
Acción Cultural Española (AC/E) Corrección de textos
Comisariado Ana Guerrero
María Prego de Lis y Ana Cabrera Lafuente Impresión
Coordinación Gráficas Green Printing
Ana Muñoz Vela (Museo del Traje) Gestión de reproducciones y digitalización
Susana Urraca Uribe (AC/E) Equipo técnico del Museo del Traje
Diseño Fotografías
Trem Studio p. 2: © Patrimonio Nacional
Producción y montaje p. 8: Quico Ortega, Museu del Disseny de Barcelona
Sol’Art División Arte p. 13, 19, 22, 26 (abajo), 41: Fco. Javier Maza
p. 14, 26 (arriba), 43: David Serrano
Iluminación
p. 24-2: © Her Majesty Queen Elisabeth II 2019
Sergio Fernández p. 24-3 y 44: Alamy
Volumen y costura p. 32, 36: Munio Rodil
Equipo técnico del Museo del Traje
© De esta edición: Museo del Traje, Madrid.
Producción gráfica Ministerio de Cultura y Deporte.
Boomerang Graphics © De los textos y las fotografías: sus autores/as.
Restauración NIPO digital: 822-19-005-1
Crel Restauración de Tejidos
BIBLIOGRAFÍA
Equipo técnico del Museo del Traje
Acceso a la bibliografía
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AGRADECIMIENTOS

Amalia Descalzo Lorenzo, Ana García Sanz, Biblioteca Nacional de España, Elvira Gabriel Sánchez, Hemeroteca
Municipal (Ayuntamiento de Madrid), María Greil, Montserrat Alos Pérez Yarza, Museo Nacional del Romanticismo,
Museu del Disseny de Barcelona, Patrimonio Nacional, Rijksmuseum (Ámsterdam).
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MUSEO DEL TRAJE


Av. Juan de Herrera, 2. 28040 Madrid
Laborables, de martes a sábado: 9:30 - 19:00 h
Domingos y festivos: 10:00 - 15:00 h
Cerrado: todos los lunes del año, 1 y 6 de enero,
1 de mayo y 24, 25 y 31 de diciembre
Taquilla: cierra 30 min antes del cierre del Museo
Entrada gratuita a la exposición temporal

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