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Mediaciones Sociales
ISSN-e: 1989-0494
http://dx.doi.org/10.5209/MESO.60094
Resumen. Presentamos los resultados de una experiencia de trabajo basada en la etnografía colaborativa
en ambientes urbanos contemporáneos, llevada a cabo en la zona del segundo ensanche histórico de
Montevideo. Nos focalizamos en lo que denominamos saberes habitantes, a través del análisis de las
producciones de los participantes. En una primera parte introducimos la cuestión de la exploración de la
ciudad juntos. Luego avanzamos en el análisis considerando la cuestión de los aprendizajes colaborativos
desde la subjetivación etnográfica. Después exponemos cada uno de los casos considerados en esta
experiencia. Concluimos caracterizando estos saberes y retomando lo concerniente a las mediaciones
urbanas.
Palabras clave: ciudad; mediaciones urbanas; narrativas barriales; etnografía colaborativa; cartografía
social.
Cómo citar: Álvarez Pedrosian, Eduardo (2018). “Saberes habitantes en la ciudad contemporánea:
narrativas barriales de una etnografía colaborativa”, en Mediaciones Sociales, 17, 67-82.
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Laboratorio Transdisciplinario de Etnografía Experimental (Labtee), Facultad de Información y Comunicación
de la Universidad de la República, Uruguay.
eduardo.alvarez@fic.edu.uy
Nota biográfica:
Montevideo (1975). Pos-Doctor en Antropología (USP), Doctor y DEA en Filosofía: Historia de la
subjetividad (UB) y Licenciado en Ciencias Antropológicas (Udelar). Coordinador del Labtee (FIC-
Udelar) y su Programa en Comunicación, Arquitectura, Ciudad y Territorio (ACTCom). Actualmente
coordina el GT Comunicación y Ciudad de la ALAIC (Asociación Latinoamericana de Investigadores
de la Comunicación). Co-coordinó el Núcleo Interdisciplinario Territorialidades Barriales en la Ciudad
Contemporánea en la Udelar.
1- Presentación
Presentación de los participantes e instauración del Taller.
Tareas: temáticas posibles para la próxima.
2 y 3- Los territorios de la Ciudad Novísima: ¿qué conocemos y qué nos interesa?
Cartografía colectiva. Planteo de temáticas en conjunto.
Tarea: traer escrita una página con resumen esquemático del planteo.
4- Problematizaciones: qué escribir, cómo, para quiénes
Problematizaciones en conjunto. Diario de campo: historia y componentes.
Tarea: Comenzar diario de campo.
5- Etnografía, métodos y técnicas de investigación sobre la ciudad y lo urbano
Observación, entrevista, documentos, el andar y las derivas urbanas.
Tarea: traer registros de campo y armado del diario.
6, 7 y 8- Seguimiento del trabajo de campo
Presentación de los avances y el proceso de trabajo.
Tareas: ejercicios de campo, sistematizar el diario, buscar información secundaria.
9- Análisis de los datos: narrativas de lo urbano
Presentación sobre metodología de análisis. Situación de cada trabajo.
Tarea: composición final de cada trabajo.
Mes de trabajo en grupo a distancia
Escritura y composición del grueso de los trabajos
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La serie audiovisual lleva por título el mismo que el libro. Está compuesta por los
mismos ocho capítulos y en el mismo orden, al mismo tiempo que abre un infinito de
exploraciones entre cada versión, en un diálogo mediacional entre escritura, fotogra-
fía y audiovisual guiado por la pluralidad y heterogeneidad de abordajes que procu-
ran ser convergentes. El hecho de cartografiar, es una forma de producir el territorio
que se está expresando de esa manera, en el hacer de quienes así se convierten en sus
habitantes (Dewsbury y Thrift, 2005; Álvarez Pedrosian, 2014). Etnográficamente,
esto se ejercita en la tensión del extrañamiento, en ambas direcciones: en lo más
ajeno siendo involucrado a partir de experiencias de inmersión y desde lo más propio
experimentando las distancias al comparar, cambiar de perspectiva y abrir crítica y
comprensivamente los límites más o menos asumidos como tales por todos los invo-
lucrados (Lins Ribeiro, 1998; Álvarez Pedrosian, 2011).
Para conceptualizar los aportes de los participantes desde la relación intrínseca
entre contenidos y expresiones, debemos avanzar a un tiempo en la conceptuali-
zación del carácter gnoseológico de aquello que hemos dado en denominar sabe-
res habitantes. Tal como lo planteara Foucault (1996), se trata de “saberes suje-
tos”, de aquellas creencias, prácticas y habilidades ligadas al ejercicio cotidiano
de un tipo de subjetividad. En nuestro Taller apelamos a ellos como plataformas
de despegue para experiencias novedosas. El mismo Foucault, volviendo de otra
forma al criticismo, invertirá la tarea de la crítica sobre lo real, pasando del estu-
dio de las condiciones de posibilidad a los del franqueamiento de sus límites
(Foucault, 2002). En tal sentido, su ontología del presente o de nosotros mismos,
refiere al “estudio de los modos de problematización” presentes en estos saberes
emergentes.
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El trabajo de Alberto lleva por título El Parque Líber Seregni y el cambio de para-
digma en el diseño de los espacios públicos. Él se había presentado en el formulario
de inscripción al Taller como sociólogo, con una larga experiencia de trabajo en la
municipalidad. Su interés original era realizar un taller de escritura que lo acercara a
la etnografía y desde ella a la antropología. Su larga experiencia envuelto en la ges-
tión de las políticas urbanas en equipos dirigidos por arquitectos y urbanistas, fue
generosamente compartida desde el esfuerzo por hacer traducible lo técnico-profe-
sional. Esta problematización habilitó una perspectiva desde la cual abordar el caso
de su interés, ligado a una intervención paradigmática en el segundo ensanche mon-
tevideano, con proyección a toda la ciudad. Alberto incluso fue más allá y logró
desplegar una retrospectiva autoetnográfica desde sus experiencias con el antiguo
predio.
Se trata de una doble manzana en medio de un damero denso, que había sido
ocupada por galpones de talleres para vehículos municipales por décadas, siendo
originalmente una estación central de tranvías de principios del siglo XX. Se ubica
en un sector históricamente carente de espacios verdes (el Cordón Norte hacia La
Comercial y Tres Cruces), surcado por vías de gran flujo de tránsito capitalino. Des-
de su forma de abordar la cuestión, Alberto nos invita a pensar en la convivencia de
una heterogeneidad de subjetividades en dichos espacios, en la apuesta de un proyec-
to urbano concebido como “integrador” y los usos, apropiaciones y modificaciones
que realizan los habitantes.
Durante el rodaje del audiovisual en el parque, nos encontramos con jóvenes “ca-
zando Pokemones”, en el momento de mayor euforia con la salida del videojuego a
escala mundial. Alberto los entrevistó, también a funcionarios encargados del mante-
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Plano del segundo ensanche con las referencias de los casos abordados en las Narrativas
barriales.
nimiento. Gracias a su apuesta por esta intervención urbana, pudimos trabajar la exis-
tencia de modelos de gestión y planificación de la ciudad, en cómo ello es modificado
por los habitantes, que son mucho más que usuarios de un entorno prefigurado, trans-
formándolo en la medida de lo posible. ¿Cómo pensar la condición heterogénea de la
socialización urbana, la convivencia entre prácticas y subjetividades discímiles? La
problematización de todo ello empujó al Taller a una instancia de ruptura epistemoló-
gica con supuestos del sentido común, donde la noción de “espacio público” guarda
grandes esencializaciones ligadas a imaginarios donde parece no haber sitio para el
conflicto, la controversia y el disenso (Delgado, 1999; Harvey, 2013).
Álvaro fue sin dudas el poeta del grupo. Gracias a él, pudimos retomar debates en
torno a la relación entre las artes y la etnografía (Álvarez Pedrosian, 2011; Biehl,
2016). El problema de lo real, la distinción entre ficción y documental, los estilos
etnográficos y otros tópicos de la bibliografía antropológica de las últimas décadas,
encontraron eco en nuestro espacio colaborativo. Con gran esfuerzo, sostuvo su par-
ticipación en nuestros encuentros semanales, mientras culminaba sus estudios en
educación media. También fue parte de emprendimientos literarios anteriores de Bi-
bliobarrio. El Parque Rodó (el más antiguo de la ciudad, céntrico y concurrido) se
constituyó como territorio de posibilidades para su imaginación, gracias al desplie-
gue de los sentidos y la percepción. Su perspectiva nos permitió traer a considera-
ción las concepciones de subjetividad, habitar y ambientes vitales (Ingold, 2000,
2012; Álvarez Pedrosian, 2016).
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El agua parece darlo todo, también lo puede quitar. Es una cuestión milenaria: los
asentamientos humanos han estado inevitablemente ligados a la posibilidad de con-
tar con este recurso, como la vida en general. Las industrias de fines del siglo XIX,
en especial las de procesamiento de alimentos y materias primas animales y vegeta-
les (como los históricos saladeros de carne) dependían de su acceso directo en el
mismo grado o quizás más que las zonas residenciales. El Arroyo Seco se conformó
como pequeña localidad a lo largo de la faja de desembocadura de este curso de agua
desde la bahía (Castellanos, 1971). Entre la Aguada y el Reducto, Arroyo Seco exis-
te hoy a pesar de no ser oficialmente identificado como barrio. Hay instituciones,
como un centro de educación media técnica, que reafirma con su denominación el
nombre del lugar. No por casualidad se ubica en su límite: el lugar tiene sentido por-
que existe frontera y no al revés, como ya planteaban los griegos (Heidegger, 1994).
El arroyo fue completamente entubado siguiendo las directrices del urbanismo mo-
derno de principios del siglo XX y desde entonces parece haberse perdido el compo-
nente identitario más ostensible para la instauración de un nombre propio. Es un fe-
nómeno recurrente en metrópolis donde el hormigón sepultó entidades naturales
significativas, en nuestro caso variados y ricos cursos de agua.
Edda nos sumerge en un caso donde la presencia de estas entidades naturales no
cesa de renovarse. Tituló a su trabajo: El Arroyo Seco y sus ramales. La fuerza de la
naturaleza detrás del paisaje urbano. Como habitante de la zona, rastreó en docu-
mentos los proyectos de ingeniería hidráulica que han procurado dominar al arroyo,
entrevistó vecinos e identificó rastros perdidos en la cotidianidad del lugar, siendo
las recurrentes inundaciones y sus efectos el tópico por excelencia. Los saberes aso-
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Inés es amante de las llamadas bellas artes, con una especial sensibilidad ante cual-
quier hecho estético en lo cotidiano. Esperaba, como Álvaro, un Taller sobre escritu-
ra más relacionado a la literatura. Toda su vida fue profesora de declamación, ateso-
rando momentos educativos y guardando vínculos con ex alumnas hasta el día de
hoy. Lo suyo es la presentación en público usando la voz y toda su gestualidad, allí
donde arte y comunicación se fusionan. Un gusto por la diversidad etnolingüística la
conectó rápidamente con la perspectiva antropológica planteada en nuestro Taller,
quizás por sus antepasados hablantes del serbocroata, llegados en las oleadas migra-
torias de principios del siglo pasado. Con ella tuvo lugar un proceso de alfabetiza-
ción digital, a partir de la práctica de investigación en nuestro Taller. Jamás se hubie-
ra imaginado, que aquél interés por la escritura en un espacio colectivo la llevaría a
procurar un ordenador, acceder a él gracias a políticas sociales destinadas a ello, y
comenzar a habitar el ciberespacio, luego de una larga vida entre papeles y lápices.
Los fenómenos urbanos comienzan a serle de interés. Fiel a su estilo, encuentra una
territorialidad cargada de belleza paisajística, entre sus recuerdos más atesorados, los de
la infancia. Titula a su trabajo: Tres Cruces: el verde de mi niñez. Tres Cruces comenzó
siendo un cruce de caminos, luego pasó a ser un pequeño poblado periférico y rápida-
mente fue absorbido por el crecimiento de la ciudad, especialmente a partir del segundo
ensanche a fines del siglo XIX (Castellanos, 1971). Allí donde se conectaban caminos
importantes, se estableció un nudo territorial sumamente denso, incluso fuertemente
cuestionado por el grado de congestionamiento. Zona de concentración de hospitales
privados y públicos, encrucijada de conectores urbanos hacia todas direcciones, alberga
desde 1994 la terminal de autobuses nacionales y regionales más importante del país,
incluyendo a uno de los más grandes shopping de la ciudad. Aquellos jardines tan cui-
dadosamente diseñados, plazas y monumentos donde la colectividad italiana supo dejar
sus huellas, se ven sobrecargados de una densidad de usos avasallante, quedando ocul-
tas en el trajín cotidiano para la mayoría de los transeúntes. Durante el rodaje que em-
prendimos con ella, nos sorprendió citando a un ex ministro de salud pública, al que
contactó a través de un programa radial nocturno, y al que entrevistó ante la cámara
acerca de la significatividad del Hospital Italiano y los monumentos cercanos. Culmina-
mos filmándola mientras nos declamaba una de sus poesías, paseando entre la vegeta-
ción del parque Batlle a los pies del obelisco de los Constituyentes.
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Bibliografía