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Cuicoterapia
Análisis sin pretensiones de los cuicos chilenos. Este blog es para reírse, no para ponerse grave!

m i é r c o l e s , Datos
2 personales
4 d e s

Josefina
El Redset
Pienso demasiado. Ese es mi
gran problema. Pueden
también leer mis columnas en
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(Entrada Comunidad Ecológica de Peñalolén)
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Aunque parezca difícil de creer, hay una facción (menor) del cuiquerío que es “roja”. No El cuico político
demócrata cristianos ni nada de eso intermedio. Lisa y llanamente ROJOS. Probablemente El Redset
militaron en el MIR o el MAPU o alguno de esos movimientos de izquierda que eran para más
cuicos. Son 100% de izquierda. Al menos en términos políticos. Estos son los "red set",
"izquierda caviar" (que viene del francés, "gauche caviar") o "whiskierda".

Pero son cuicos. El redset no vive en cualquier lado. Al redset le gusta la naturaleza, la
tranquilidad, el aislamiento, los espacios grandes. Tienen algunos reductos muy marcados: El
Arrayán, La Reina (cerca del "Country", casas Castillo Velasco, que son como las Ley Pereira
para los cuicos progre), Peñalolén (Comunidad Ecológica) y La Florida alta (Lo Cañas) y el
Cajón del Maipo.

El redset, por definición, rechaza la “pulcritud”. Por eso nunca jamás usan terno (si llegaran a
usar, por alguna razón muy especial, nunca va a ser un terno tradicional con camisa de color
tradicional y corbata de color tradicional o zapatos tradicionales). Al redset le gusta ser
chascón. Siempre tienen barba. El pelo un poco largo los hombres, un poco desordenado. Las
mujeres siempre se ven un poco chasconas. No se tiñen el pelo, por lo que es muy común
ver mujeres del redset de menos de 50 (o 40!) con el pelo blanco. Largo, ruliento, blanco. Un
clásico. Las mujeres no se arreglan mucho, siempre a cara lavada, las uñas sin pintar. No es
que sean descuidadas, pero son “tonteras” para ellas. Usan vestidos o polleras largas, una
cosa media hippie. La cuica redset no se preocupa de combinar la ropa, para ella lo más
importante es lo natural del material y la comodidad.Compran ropa en sus viajes o se las
mandan a hacer. Un referente del redset es María Inés Solimano, que hace vestidos de novia
o cualquier tipo de vestidos especialmente pensados para el redset, tejidos a palillos por unas
artesanas de Tongoy. En el fondo el redset es una suerte de neo-hippie (ya sabemos que los
hippies originales de USA eran cuicos rebeldes. Estos son como esos).

Sus casas siempre son bien “choras”. Una arquitectura extraña, mucho ladrillo o viga a la
vista, piso batuco, seguramente los que han construido hace poco contrataron a Sergio
Andrade (arquitecto conocido por el redset, aunque algunos no tan “red” también lo han
contratado, supe). Están llenas de adornos y cosas raras. Obvio que los sofá del living van a
tener alguna manta de alpaca o similar, traída de San Pedro de Atacama o de Cusco. La
decoración tiene harto cachivache, pero no cualquiera, sino cosas entretenidas,
antigüedades, objetos recolectados en algún paseo por el sur (comprado a algún artesano
local), cosas traídas de sus viajes por el mundo. Las cocinas siempre son medias
“campestres”. Cerámica azul y piso rojo, con muebles de madera. O tal vez cerámica celeste
y piso blanco con negro. Las ollas colgando del techo. Un caos estudiado. Porque son cuicos
finalmente, son “desarreglados”, pero no sacrifican calidad. Cuidadosamente “desastrosos”,
se podría decir. Parecen descuidados, pero todo está pensado así, no es casual que sus
casas sean así, con grandes jardines, pero jamás cuidados tipo “palacio de Versalles”. Todo
lo contrario, mucho árbol nativo, plantas del sector, poco pasto, más bien algo más boscoso.
Obviamente tienen su propia huerta, el “autocultivo” como le llaman algunos (ya sabemos qué
tipo de planta se podría encontrar ahí), todo muy orgánico, nada de fertilizantes artificiales.

Siempre tienen grandes bibliotecas, porque son muy cultos y lectores. Les interesa mucho la
literatura. Pero no es que uno se vaya a encontrar con un libro de Pilar Sordo. Jamás. Son
cosas elevadas: autores franceses (les mata “La France”) como Foucault o Bourdieu,
alemanes de la escuela de Frankfurt como Marcuse o Habermas, o quién sabe qué escritores
que el resto de los mortales ni siquiera hemos escuchado nombrar (autores ingleses no,
porque tienen teorías muy “liberales”). Por supuesto después los citan en sus reuniones
sociales. Para el redset es fundamental demostrar sus conocimientos en sociedad. Es muy
difícil (imposible) contradecirlos, porque siempre van a sacar a relucir algún autor que tiene
alguna teoría que avala lo que está diciendo.

La cultura es fundamental para ellos, ser doctos, ilustrados. Estudian mucho, generalmente
tienen postgrados (ojalá doctorados), en el extranjero, obvio. Saben de muchas cosas, y
generalmente se dedican a temas ecológicos, medioambientales, políticas públicas o
cualquier cosa que pueda ser un “aporte” para la sociedad y donde puedan poner en práctica
sus múltiples conocimientos.

Al redset se le puede encontrar en el Sátira (en la Plaza San Enrique) que curiosamente tiene
de decoración una biblioteca con libros. A los del lado sur les gusta el Kahuín (ex-Pub La
Rosa, con música en vivo de Santiago del Nuevo Extremo, Quilapayún, Manuel García y
otros de ese estilo. El bar The Clinic y el Liguria, aunque son bien taquilleros, igual son
redset-friendly. Obvio que van a La Piojera y El Hoyo. También salen a comer rico, a La
Petite France, el Baco o al Rívoli.
Al redset le gusta tomar vino. Vinos buenos, obvio. O bajativos. Tal vez un buen whisky, tal
vez algún licor hecho artesanalmente por ellos mismos o algún vecino o conocido, usando
productos de su huerta. Son redset, ¡pero les gusta lo bueno!

La vida del redset es muy “european style”. De hecho conocen Europa como la palma de su
mano. Ya sea porque los exiliaron o se “fueron” para la dictadura, ya sea porque fue a
estudiar afuera algún doctorado, ya sea porque se va de viaje no más. Al redset le mata
Europa, pero la Europa culta, nada de ir a la Torre Eiffel, ni al Louvre (seguro que los
conocen, pero no hablan de eso). Obviamente conocen museos especiales dedicados quizás
a la vida y obra de alguno de los autores que les gustan, restoranes especiales (nada de
baratos, obvio), cafecitos especiales. Tienen una particular afición por Europa del Este (bah,
q raro) y conocen los lugares más recónditos, siempre que tengan alguna huella cultural
importante.

Por supuesto el redset desprecia el capitalismo, los malls son una tortura para ellos (es muy
poco probable que vayan a uno). Jamás ponen un pie en La Dehesa, que es como el infierno
en la tierra para los redset. Ellos están por el comercio justo, por la huerta orgánica, por la
vida sana, la vida de barrio. Igual tienen sus ricos autos, 4X4, Volvo, nunca Mercedes o
BMW eso sí. Pero les matan los autos.

Si hacen deporte, es del tipo andinismo, escalada libre, o cosas así medias extremas,
medias “wild”. No tienen problema en experimentar cosas diferentes, salir de la rutina, vivir
emociones extremas.

Tienen una gran afición por las “etnias” también. Seguramente han ido a India, o tal vez a
África, donde se empaparon de la cultura del país, y seguramente trajeron una máscara o una
flauta o algún artilugio de esa cultura que exhiben orgullosamente en su living. La cultura
latinoamericana también les llama poderosamente la atención, probablemente han visitado
alguna “tribu” amazónica donde tal vez les dieron algún “elíxir” (a.k.a. droga) muy increíble
que los hizo conectarse con la diosa madre de la tribu o han ido mochileando por todo
Centroamérica, comiendo con los locales y durmiendo a la intemperie tal vez, como para
entender la forma de vida de estas “personas”.

Al redset le gusta la playa, pero no cualquier playa. Tiene que tener ese toque “rústico”, ese
toque “local”. Tongoy es un lugar muy de redset, tal vez Bahía Inglesa, o un recorrido por
playas “vírgenes” del Norte. Por supuesto Tunquén, que es como el paraíso del redset. Casas
no muy cerca entre ellas, con buena vista, poca modernidad, todo muy rural y agreste, donde
pueden desconectarse y tener largas tertulias con sus congéneres. A otros les gusta
Cartagena o Las Cruces, algo bien popular, obvio, pero no es que vayan a la playa a juntarse
con el “rasquerío”, sino que van durante el año y ahí dan rienda suelta a sus escritos,
pensamientos y lectura. También les gusta el sur bien sur. Tipo carretera austral, puede que
hagan un viaje para ir a pescar o a pensar o a buscar tal vez una planta especial para hacer
algún licor o palos para construir una cava, algo bien rebuscado.

A los hijos obviamente los meten en colegios como el Altamira, Latino(americano) Cordillera,
La Girouette, Alianza Francesa, y algunos Waldorf como el Giordano Bruno o el Rudolf
Steiner (favorito de los de la Comunidad Ecológica de Peñalolén). En estps colegios el uso de
uniforme es bastante limitado (qué tercermundista y facho uniformarse) y tienen sistemas
educativos más acorde a sus creencias, no tan estructurados ni con tanto horario ni cosa
capitalista. Se permiten pelos de colores, piercing, tatuajes, cualquier tipo de "expresión" que
necesite tener el adolescente. Lo importante es no restringirlos para no limitar su creatividad y
potencial de desarrollo.

Lo curioso, o no tan curioso, es que al final siempre se aglutinan entre ellos, eligen los
mismos barrios, los mismos colegios para los hijos, los mismos lugares de veraneo. Como
todos los cuicos, se mueven en masa dentro de su submundo, por mucho que les guste la
naturaleza y desprecien a los otros cuicos “capitalistas”, finalmente usan la misma lógica que
los otros cuicos: se juntan entre ellos, tienen sus propios códigos y se detectan a kilómetros
de distancia. Cuico redset será, pero el cuiquerío no se lo quita nadie.

Publicado por Josefina en 12:16 70 comentarios:

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Etiquetas: chascones, comunidad ecológica, cuicos, desarreglados, izquierda, político, redset, wild

l u n e s , 1 d e s e p t i e

El cuico político

El cuico político no se refiere necesariamente a los actuales políticos tipo senadores,


diputados o alcaldes (aunque también hay), sino al cuico ese con “vocación de servicio
público”, ese que trabajó en el Gobierno…pero en el de Piñera. Ese que trabaja en el Libertad
y Desarrollo, o en el CEP, o en algún otro Think Tank.

El cuico político se gesta en muchos casos en el colegio: el clásico(a) que participa o es


Presidente del Centro de Alumnos, que participa en todo tipo de actividades extra
programáticas (sociales sobre todo) del colegio. Después entran a la universidad y
seguramente entran al Centro de Alumnos, o a la FEUC (la mayoría son de la Católica,
convengamos), organizan los trabajos de invierno, seguramente hicieron clases en
INFOCAP…y por supuesto, su salto definitivo al mundo político, el TECHO. El Techo es
como el semillero de cuico político, ese cuico solidario con vocación de servicio “real”, el que
quiere cambiar la política, que no está por el poder, sino por una real preocupación por el
prójimo. Probablemente muchos también pasaron por la Fundación Jaime Guzmán, donde se
hicieron de buenos “contactos” y tuvieron su adecuado entrenamiento político.

El cuico político es bueno para estudiar, seguro va a hacer algún diplomado o magíster en
políticas públicas (donde se encuentra con los abajistas o los progre), o en medioambiente, o
en administración pública, lo que sea. Pero tiene que estar siempre al día, siempre informado.
Es muy común que el cuico político haga clases en alguna universidad, porque su vocación
de servicio también se extiende a “formar a los más jóvenes”.

El cuico político siempre quiere hablar de temas “interesantes”, de temas contingentes,


polémicos. Es de esa gente que lee el cuerpo C de El Mercurio de adelante para atrás (y no
de atrás para adelante como hace la mayoría de los mortales que prefieren leer primero la
parte de espectáculos y se saltan la política). Se saben los nombres de todos los diputados,
senadores, intendentes, probablemente conocen a muchos, y por supuesto hablan de ellos
por su nombre de pila: “el otro día estuve con Jovino” o “con el Mumo (Edmundo Eluchans)”,
o peor todavía, con “el alemán (José Antonio Kast)”, como para demostrar que él es cercano
a ellos, y a la vez asumiendo que todos saben de quién están hablando. De hecho también
hablan de los grandes empresarios por su nombre de pila “Sven (von Appen)”, “Andrónico
(Luksic)”, porque obviamente también los conocen (¡de dónde sacan la plata para sus
campañas sino!).

El cuico político, en cualquier reunión social, se va a asegurar que todos sepan en qué
trabaja, y generalmente no se despega de su celular, porque siempre va a estar recibiendo
información importante, y es probable que haga algún comentario del tipo “uh quedó la cagada
entre Girardi y Moreira”, obviamente algo que no se ha sabido públicamente, como para
demostrar que tiene información privilegiada y como si fuera lo más importante de ese
momento (aunque esté en un asado donde estén hablando de algo cotidiano, como los niños
o el fútbol y su comentario sea una interrupción).

El cuico político tiende a mirar con un poco de desdén a sus amigos cuicos no-políticos, los
encuentra un poco ignorantes, poco informados, y probablemente les diga “es que no cacho
qué hacen uds., los abogados comerciales” (reemplace abogados comerciales por cualquier
profesión y cargo que no sea político: product manager, analista financiero, lo que sea). Como
que para ellos no hay nada más importante y valioso que el quehacer nacional actual. Y
sufren si alguien no entiende o no está al tanto de las últimas novedades políticas. Y además
le encanta discutir, entonces no pierde oportunidad para enfrascarse (y enfrascar a todos a su
alrededor) en acaloradísimas discusiones de la contingencia política, por supuesto
demostrando su superioridad en cuanto a los conocimientos y opiniones que tiene al respecto
(aunque no las tenga, las va a inventar).

El cuico político, como todos los cuicos, tiene ese afán de ser cercano a la gente “humilde”.
En el caso del cuico político es más patente, porque por definición tienen que abrazar y
besuquear a todo tipo de gente, entonces nada mejor para ellos que contar que la Junta de
Vecinos de Conchalí les hizo un desayuno (aunque íntimamente comenten: “con esas tortas
de crema asquerosas”) o que fueron a una feria en Pedro Aguirre Cerda. Les encanta “tener
calle”, saber los nombres de los barrios humildes, conocer al “Chile real”. Demostrar que ellos
son “de terreno” y no es que se anden llenando la boca. Ojalá poder contar que comieron una
sopaipilla de carrito o cosas que el resto de los cuicos encuentra “asquerosas” (y
probablemente ellos también), sólo para demostrar su real vocación.

El cuico político es – en su grandísima mayoría – de derecha, y vuelca toda su ira cuica en


sus rivales políticos (la concertación, o la Nueva Mayoría (Nueva Pillería, como obviamente
le dicen)). Son todos unos “rotos”, con cara de picantes, que no le han ganado a nadie,
ordinarios, mala clase, ladrones, corruptos, etc. La izquierda es la encarnación del mal. Nada
bueno sale de ellos, ninguno salva. El cuico político es bien polar en su pensamiento. La
derecha es incomprendida, la izquierda es mala. No hay mucho más que eso. Y “la gente no
entiende”, “el pensamiento de derecha es más difícil de entender”. Nunca van a dar su brazo
a torcer. Nunca (bueno, esto corre para los otros políticos también).

El cuico político de verdad sufre con el gobierno actual, sufre a un nivel mucho más profundo
de lo que sufre cualquier otra persona no política (que no esté de acuerdo con el gobierno
actual). Para él/ella es una angustia constante ver cómo las cosas no se están haciendo
“bien” (para sus parámetros obviamente), y a la vez una satisfacción secreta cuando los
números objetivos validan su pensamiento: la desaceleración de la economía o el aumento
del desempleo en el fondo fondo tiene al cuico político saltando en una pata. Nada mejor que
ver en desgracia a sus enemigos.

El cuico político obviamente tiene su vida, va de veraneo y hace un montón de cosas al igual
que el resto de los cuicos, pero pasa a ser irrelevante porque el cuico político está definido
por su “pasión” por la política, por su pasión por el “bienestar” del país, por defender a los
suyos (derecha) y odiar a los otros. El resto pasa a segundo plano. Puede que tengan familia,
puede que vayan a la playa, muchas cosas. Pero su sello es su “vocación de servicio
público”. El resto es música.

Publicado por Josefina en 14:18 32 comentarios:

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Etiquetas: calle, cuico, derecha, izquierda, magíster, políticas públicas, político, terreno, think tank
m i é r c o l e s , 2 0 d e a

El cuico perno

Una clásica charla que se repleta de cuico perno.

El cuico perno es una versión “soft” de un cuico seduc, o dicho de otro modo, un cuico seduc
es el subconjunto más radical o extremo de un cuico perno. De hecho, seguramente son
amigos y se conocen mucho entre seduc y pernos. Uso el término perno no en un sentido
“nerd” (aunque un poco), sino para graficar un tradicionalismo/conservadurismo/religiosidad
que tiene este tipo de cuicos.

El cuico perno no está a la moda. No es que esté pasado de moda, pero su ropa es estándar.
Los hombres usan bluejeanes estándar, de corte estándar, color estándar. Usan poleras
estándar, aunque generalmente usan camisas, incluso en el fin de semana (y metida adentro
del pantalón). El cuico perno no usa zapatillas, y si las usa, van a ser esas de trekking
(modelo perno). Normalmente en un fin de semana va a estar con bluejeanes, camisa
cuadrillé metida adentro del pantalón, zapatos de cuero (o las zapatillas trekking ya
mencionadas), y un sweater escote en V de un color neutro. El cuico perno no usa polerones,
o si los llega a usar, igual no son muy estilosos. Tampoco usa hawaianas (de esas tan
onderas), ni siquiera crocs. Siempre zapatillas, invierno o verano.

En el caso de las mujeres, la cuica perna no usa jamás pantalones pitillo, sino también
bluejeanes estándar de color estándar, generalmente a la cintura (aunque ahora eso está
medio de moda), o al menos no a la cadera. No usa botas “equitadoras” encima de los
pantalones (porque en esos bluejeanes no cabrían tampoco), sino botines negros o café, de
modelo estándar, ese que no pasa de moda, y que los tiene por varios años. A la cuica perna
le gusta usar pollera (falda si quieren), larga hasta el suelo, generalmente de algodón y
colores neutros (café, negro, gris, beige). En el verano puede ser un poco más corta, a la
rodilla como mucho, pero les gustan más los pantalones pescadores con un buen “zapato
reina” (que ahora están de moda, pero para ellas son un básico en su clóset por años de
años) o alguna chala café o negra con 2 tiras anchas, bien anchas.
Jamás va a tener un corte de pelo a la moda, sino un pelo largo estándar, a lo más con
algunos reflejos “que no se noten”, y cuando va a cortárselo, sólo las puntas. Si se pinta las
uñas, es poco probable que use un color muy llamativo, probablemente se haga la manicure
francesa o a lo más un rojo oscuro. Tampoco se pinta (“maquilla”) mucho, de hecho casi no
se pinta, salvo para ocasiones especiales como matrimonios o cosas así. Normalmente usa
aro de perla o algún arito discreto de plata con oro o de oro con alguna piedrita. Jamás va a
usar algún aro grande con plumas o alguna argolla grande ni menos un aro de feria (o tipo
feria, convengamos que las cuicas sobre 30 no van a comprar “joyas” en una feria artesanal).
Siempre va a tener una cadenita de oro con una cruz o medallita de la Virgen, y a lo mejor
una pulserita discreta también. Anillos, pocos. La argolla de matrimonio con su anillo de
compromiso, que es muy estándar también, nada ostentoso ni llamativo, probablemente sea
de oro blanco con una fila de brillantes, más separados o más juntos, pero es básicamente el
mismo en todas las cuicas pernas.

El cuico perno es religioso, pero no extremo, va a misa todos los domingos (con toda su
familia, obvio), en algunos casos participan en algún movimiento como Schönstatt o los
Legionarios (excluyo al Opus porque es una categoría aparte como ya saben) o sino
participan de actividades de la parroquia o tal vez obras sociales. Al cuico perno le encanta
participar en misiones familiares por ejemplo.

El cuico perno tiene mínimo 4 hijos, que están obviamente en algún colegio católico de
alguna de las congregaciones que nombré. Al hijo hombre mayor sí o sí le ponen el nombre
del papá, y muchas veces la hija mayor se llama como la mamá. Usan nombres que los
cuicos progres usaron 15 años antes, pero que todavía no llegan a usar los cacos o los CME
(clase media emergente). Típico nombre de hijo de cuico perno: Lucía, Elisa, Jacinta, Rosario
(usan harto nombre religioso también), Domingo, Santiago, Clemente, Pedro.

El cuico perno no es ostentoso, en eso es muy parecido a su símil seduc. No sale mucho a
comer, sino que se junta en casas con amigos. No es muy bueno para el asado. Hacen
asados, sí, pero normalmente tienen parrilla a gas y no hay pebre ni nada muy parrillero. Les
gusta más comprar comida preparada o bien cocinar algo que hacer un asado.

El cuico perno no toma mucho, siempre mesurados, uno no vería jamás a un cuico perno
curado, mucho menos a una cuica perna. La cuica perna es feliz con un pisco sour
comprado, y se va a demorar la noche entera en tomárselo. Las cuicas pernas no toman vino
(y entre nos, creo que miran feo a las que sí toman(mos)). Los hombres cuicos pernos sí
toman vino, pero no son muy fijados en las marcas. De hecho no compran vinos muy buenos,
porque no lo valoran, y normalmente en un asado o comida nunca va a haber más de 2 vinos
disponibles, aunque sean 10 o más personas. Es muy probable que 1 de los vinos ya esté
abierto porque sobró de una comida anterior.

Las casas de los cuicos pernos en general no están decoradas muy modernamente. Aunque
sea un matrimonio joven, la mesa de comedor va a ser entera de madera (y no de vidrio,
como se usa ahora), los sofás del living medios redondeados (y no cuadrados, o mucho
menos de cuero) y probablemente en color crudo, un “bar” de madera, cuadros de paisajes
con marco dorado.

El cuico perno políticamente es bien de derecha y poco tolerante a cualquier rasgo de


progresismo ideológico. Entre los suyos, van a hablar de los “fletos” (gay), de los “rotos”
(refiriéndose a los socialistas y también a los CME), son bien duros en sus opiniones. En
público se cuidan, como todos los cuicos. Pero sí sacan algo de ronchas en cuicos menos
pernos, porque son muy cerrados en sus pensamientos. No pueden tolerar que alguien no
piense igual que ellos, y lo hacen saber, pudiendo entramparse en discusiones bastante
acaloradas con otros cuicos no pernos. Y después de esas discusiones, dejan de juntarse
con ellos. Como digo, el cuico perno es muy cerrado y tiene un círculo de amistades muy
estrecho, donde pueda hablar a sus anchas de lo que piensan ellos y sus amigos.

Al cuico perno le gusta jugar fútbol en ligas. Es como su “escape”, y se junta con otros
cuicos pernos todas las semanas a jugar fútbol. Eso sí es difícil que después se vayan a
tomar unas “chelitas” (jamás dirían chelitas en todo caso). Fútbol y a la casa. Al cuico perno
no le gusta mucho tomar, ya les dije.

La cuica perna es buena para la charla. Le encanta ir a charlas de formación valórica, de


algún experto en educación de los hijos (de los “niños”), de cómo fortalecer el matrimonio,
etc. Va con amigas, o a veces también va con el marido. Y usan mucho las enseñanzas de
la charla para conversar después, para ir mejorando como matrimonio, como papás, como lo
que sea. Les gusta aprender cómo ser mejores personas, siempre en el contexto de sus
valores y estilo (¡no es que vayan a ir a una charla de Salfate!). De hecho, la cuica perna
muchas veces hace cursos de algún tema valórico, cursos de biblia por ejemplo, en los
centros de formación que tienen las congregaciones (Familia Unida, por ejemplo) o a veces
en la misma parroquia que frecuentan. También es fanática de la revista Hacer Familia, donde
saca también muchos tips para la educación de sus niños.

El cuico perno no viaja mucho. Sí puede salir una vez al año, o tal vez para algún aniversario
de matrimonio, pero en general no viaja mucho. En las vacaciones pueden ir a distintos
lugares, pero es muy probable que vayan con un grupo de amigos (como ellos, se entiende),
donde puedan estar tranquilos, los niños jugar entre ellos, y hablar de las cosas que a ellos
les interesan, lejos de la contaminación actual del mundo (contaminación = liberalismo).

El cuico perno en el fondo es un poco anacrónico, ellos de alguna manera viven unos años
atrás, con valores más extremos que el resto. Van unos pasos más atrás en términos de
liberalidad y modernidad, y es por eso que no les es fácil juntarse con cualquier persona, y se
refugian entre su círculo más íntimo. Felizmente para el cuico perno, todavía existen muchos
como ellos, por lo que pueden seguir tranquilos con su estilo de vida, aunque sea en la
intimidad de su casa, la de sus amigos, o la Parroquia.

Publicado por Josefina en 13:55 26 comentarios:

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Etiquetas: anacrónico, bluejeanes, católico, charlas, conservador, cuico, misiones, perno, religioso

l u n e s , 1 1 d e a g o s t

El cuico abajista
El cuico abajista podría confundirse con el cuico progre, pero la diferencia fundamental es que
al cuico abajista le CARGA ser cuico, reniega de su cuiquez. El cuico abajista es la versión
extrema del cuico progre.

Es difícil entender porqué alguien se transforma en cuico abajista. Tiendo a creer que se
origina normalmente en una mamá (más que papá) DEMASIADO excesivamente cuica, casi
siútica, demasiado preocupada del qué dirán, demasiado todo, lo que provoca en el cuico
adolescente una rebeldía tal que generaliza y odia a toda la cuiquería, transformándose así en
un cuico abajista. Lo que obviamente genera la peor angustia en esa mamá, que su hijo/a es
todo lo que ella no quería para ellos.

El cuico abajista (cuando todavía vive con los papás, obvio) jamás va a decir que vive en La
Dehesa. Si se ve obligado a decir dónde vive, va a decir (medio murmurado y bien rápido) que
vive en Lo Barnechea (a ver si pasa más piola). Cuando se va a vivir solo, (cosa que hace
apenas tiene la oportunidad) el cuico abajista arrienda un departamento en el Parque
Bustamante, en algún edificio bien destartalado, ojalá sin ascensor. Si no es el Parque
Bustamante, tiene que ser algún otro lugar del centro, tal vez el Barrio Lastarria o el Barrio
Italia. Ciertos barrios de Ñuñoa también son reductos de cuicos abajistas. Al igual que los
cuicos progre, obviamente les gusta andar en bicicleta o directamente en micro, porque ellos
en serio no quieren ser cuicos ni nada que se les parezca.

Como el cuico abajista es cuico, sabe perfectamente los códigos cuicos, por lo tanto sabe
perfectamente qué NO decir para no parecer cuico. Un cuico abajista seguramente va a
hablar de “el Juan”, “el Pablo” (a diferencia de los cuicos que no usan “el” antes de los
nombres de hombre). Seguramente va a decir “disculpa” en vez de “perdón”. Va a decir todas
las cosas que no dicen los cuicos. Y como sabe que a los cuicos les encanta preguntar el
colegio para identificarse, usa ese mismo argumento para evitar el tema (“ay q estai cuico
que me preguntai eso” va a decir el cuico abajista a quien ose preguntarle), o en el peor de los
casos, le va a echar la culpa a sus papás del lugar donde creció o el colegio que estuvo,
seguido de un “pero eran todos unos sacos de weas en ese colegio/playa, etc”. También sabe
qué ropa y pelo usar para no parecer cuico (aunque la cara de cuico no se la saca nadie).
Los cuicos abajistas tienden a ser hippies-naturistas-artesas. No siempre, pero tienen una
tendencia para ese lado.

Es muy difícil que un cuico abajista estudie una carrera tradicional, y si lo hace,
obviamente jamás de los jamases va a estudiar en la UDD o la Los Andes (última opción en
la vida de un cuico abajista). Seguramente va a elegir la (Universidad de) Chile o
definitivamente decida irse a estudiar fuera de Santiago, a la Universidad de Valparaíso, a la
de “Conce”, a la Austral, donde puede vivir en una pensión o en algo bien abajista (aunque se
lo paguen los papás). Si llega a estudiar en la (Universidad) Católica es sólo en caso que la
carrera sea más “alternativa” tipo Historia, Geografía, Literatura…o la favorita de los cuicos
abajistas: Sociología. Sociología es una carrera muy deseable para un cuico abajista: esa
mezcla entre intelectualidad profunda (y aires de superioridad), el pensar constante, el
análisis de cosas interesantes, la molestia profunda por el status quo, el inconformismo
crónico, y por supuesto ese aire “hippie-artesa” tan típico de los sociólogos (al menos de los
del imaginario popular).

El cuico abajista obviamente tiene que ser de izquierda para poder sustentar su estilo
de vida abajista, y se preocupa de despotricar a los cuatro vientos contra las tarjetas de
crédito, las clases sociales, el lucro, la desigualdad o cualquier cosa que suene a
capitalismo. Pero eso no quita que se pueda ir de viaje a Europa o a hacer un postgrado
(obvio que en políticas públicas) al extranjero.

Obviamente también, odia profundamente cualquier cosa que parezca conservadora.


El cuico abajista es muy progresista para sus pensamientos. Tiene que serlo. Y
probablemente sea mucho más extremo que cualquier progresista no abajista, porque tiene
que dejar claro que él NO es cuico o si lo es de origen, ya no sigue siéndolo.

Cuando se “empareja”, el cuico abajista normalmente se va a vivir (sí, en


concubinato, tiene que ser así!) con su “pareja” que, o es no-cuica o es otro cuico/a abajista.
Puede que después se case, pero obviamente por el civil solamente y en una ceremonia
totalmente anti-cuica, muy probablemente con chamanes o algún tipo de ceremonia mística-
étnica. Por alguna razón, como ya comenté, el cuico abajista “abraza” el mundo étnico-hippie-
pelo-largo-rústico (probablemente es la única forma que tengan de diferenciarse notoriamente
del resto de los cuicos).

El cuico abajista tarde o temprano va a ir a la India, o al menos va a tomar cursos


con un gran maestro de la India para aprender a hacer yoga o a meditar o a tocar la flauta
india que llama a la Pachamama o quizás qué ritual. Para el cuico abajista la parte espiritual
es muy importante, así como el contacto con la naturaleza, lo orgánico y lo real (versus lo
artificial). Los hijos de los cuicos abajistas son los típicos niñitos rubios con pelo largo (que
parecen niñitas), niñitas con ropa jamás rosada y con harta lana, y que seguramente andan
sin zapatos hasta bien grandes o a lo más unos zapatos tipo Era del Hielo. Obviamente los
hijos de un cuico abajista van a ir a colegios Waldorf o Montessori.

El problema para los cuicos abajistas es que muchas veces deciden dedicarse a cosas
“artíshticas” del tipo vender productos orgánicos en ferias artesanales o tocar música étnica o
irse a vivir a un pueblito en el sur o en cualquier parte de Chile donde cultivan su huerto
orgánico, y cuando ya tienen a sus hijos, se dan cuenta que igual hay que pagar cuentas y
que la vida no es tan fácil como parece. Y al final la gran mayoría de las veces terminan
subsidiados por sus papás, ya sea directamente (les pasan plata) o indirectamente,
ayudándoles a vender sus productos (vía contactos) o llevándoles ropa para los niños o
comprándoles una casita ahí en el pueblo donde viven. Porque finalmente son cuicos, y en
general los cuicos no quedan a su suerte. Tienen esa posibilidad de “explorar alternativas”
porque en el fondo saben que tienen un respaldo detrás. Y es justo lo que más odian (la
cuiquez) lo que les permite ser abajistas-hippies.

Publicado por Josefina en 14:33 71 comentarios:

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Etiquetas: abajista, artesa, bustamante, cuico, hippie, no-cuicos, sociólogo, yoga, zen

j u e v e s , 3 1 d e j u l i o

De La Parva a Matanzas: la evolución del deporte cuico


Casi no existe cuico que se precie de tal que no sepa esquiar (en la nieve, aunque bueno,
muchos también en agua). La experiencia cuica en la nieve tiene también sus propios
códigos, obviamente. Hace años atrás, el cuiquerío completo “subía” a La Parva. Se usaban
trajes enteros (tipo mameluco), idealmente mandados a hacer en Caramelo (una tienda en
Vespucio con Kennedy), que tenían algún dibujo en la espalda elegido por su dueño/a. Nada
más top que ir un martes a la nieve (en día de colegio) y volver al día siguiente quemada y
con los anteojos marcados. Obvio. Uno paraba en el 3100 (restorán), pero con suerte se
comía unas papas fritas compartidas entre 4, porque era demasiado caro. Lo importante era
parar para ver y ser visto (y tal vez ir al baño, reconozcamos). Obvio. Ideal salir en la Cosas
(yo salí una vez, aunque tuvimos que rogarle al fotógrafo que nos sacara la foto al trío de
adolescentes). Para el fin de semana largo del 15 de agosto, que generalmente estaba
despejado y ya hacía calor, lo más cool y top era bajarse la parte de arriba del “enterito” y
amarrársela a la cintura, y esquiar con polera, nada más taquilla, especialmente los hombres.
En las tardes, era un must tener unas “botas de refugio” para estar en la casa o salir a
caminar o juntarse con amistades.

Pero las cosas han cambiado. Ahora es impensable (y mal visto) esquiar sin casco (adultos y
niños). Nada de andarse quemando, que rasquería. Mucho factor, y la cara bien tapada, con
cuellos o “máscaras” de polar, o pañuelos térmicos y colorinches. Nada de anteojos,
antiparras para todos. Nada de esquís, todos con snowboard, hasta las viejas cuicas con
snowboard. Nada de traje completo, pantalón de un color, discreto, y encima algún polar o
parka Spider o tal vez North Face o Marmot o Patagonia. Siempre va a haber algún innovador
con alguna marca nueva que todos quieren copiar. Ideal que la marca sea “eco-medio-
ambiental-friendly” y obviamente con un cuanto-hay de materiales tipo “algodón orgánico de
las altas sierras bolivianas” o “soportador-de-calor-frío-humedad-transpiración-cambia-de-
color-según-la-temperatura”. Mientras más atributos, mejor.

Ahora claro, hay cosas que son permanentes en el tiempo. La Marmita de Pericles, para mi
sorpresa, todavía existe, con Ian Pichaida todavía apareciendo en las sociales. Hay también
otros restoranes para encontrarse “los de siempre”, nada de aparecidos ni gente rara.

Porque ese es el problema. Con los años, y como en todo en el mundo de los cuicos,
empieza a aparecer “otro” tipo de gente. Y como dice el Coco Legrand, “arrancan los weones”.
Como la nieve siempre ha sido sinónimo de status y real alcurnia (pensemos en esos refugios
en Farellones donde están los “cuicos supremos de la nieve”), obviamente hay unos wannabe
que entienden que ir a la nieve (porque ellos van a la nieve, no “suben” como los cuicos) es
algo muy deseable. Pero como en todo también, hay códigos cuicos que no entienden, y los
cuicos los reconocen y ya les empieza a dar un poco de lata esto de que esté tan
“chacreado” lo de esquiar – además de lo carísimo que es dedicarse a ese deporte, y al cuico
(ya sabemos) no le gusta andar ostentando tanto lujo.

Entonces el cuiquerío, liderado por el cuiquerío progre y sub-25, está encontrando una nueva
actividad a la que dedicarse, incluso en el invierno: el surf. Recordemos que a los progre les
encanta Matanzas y Puertecillo y tal vez hasta Pichilemu (aunque está un peliiiito muy
masivo). Y además les encanta buscar los “artilugios” por internet. Y como sabemos que es
muy dado en el cuiquerío viajar, siempre hay algún amigo que puede traerles las cosas.
Entonces fácilmente (y “botado de barato”) pueden conseguir trajes de agua híper
impermeables, híper anti frío, tablas especialmente hechas paras las olas del Pacífico sur,
“wax” y toda una serie de nuevos accesorios. Y sobre todo ropa surfer para “después de
surfear” (Roxy por ejemplo). Por supuesto ya existe LA tienda para comprar todas las cosas
de surf, Los Morros (en alusión a Los Morros de Pichilemu que quedan en Punta Lobos,
también conocido como Las Tetas). Las mujeres con sus pelos largos rubios (que
naturalmente tienen) con “beach waves” style. Nada más surfer.

Y la postal es perfecta. Del snowboard al surf. Una tabla, implementos, la moda llevada al
deporte. Contacto con la naturaleza, poca gente, sólo conocidos. Total en la nieve uno igual
se caga de frío, asique entre cagarse de frío en la nieve o en el mar, la misma cosa no más,
pero más barato y más estiloso. Hasta hay curvas peligrosas para llegar a Puertecillo, asique
la similitud es máxima. Y mejor todavía, porque ni siquiera hay que andarse tapando entera la
cara o vestirse con ropa tan poco sentadora como esos pantalones o parkas gruesas. Aquí
un traje de agua que marca la facha, el pelo con reflejos naturales, un quemado natural (con
factor igual, claro), y después en la noche se disfruta la chimenea con su traguito. Tal como
en los viejos tiempos. Sin aparecidos ni tanto ruido. Como Farellones a principios del siglo
XX.

P.D.: Me perdonan los neo-farelloneros al haber dado a conocer su nuevo refugio, pero no
creo que se les llene tan luego, mantengan malo los accesos y listo.

P.D.2: El cuico surfer es una categoría completa (muy interesante) que describiré aparte (y
muy luego, ya tengo el material). El post de hoy sólo pretende demostrar de alguna manera el
origen del cuico surfer y la (pronta) decadencia del esquí como el deporte ícono del cuiquerío.

Publicado por Josefina en 14:41 51 comentarios:

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Etiquetas: cuico, deporte, esquí, La Parva, Matanzas, nieve, Pichilemu, progre, snowboard, sub-25, surf

j u e v e s , 2 4 d e j u l i o

POST EXTRA: Conózcanme, trolls

Para todos los que especulan y consideran que la forma que me veo hace alguna diferencia
en lo que escribo: soy alta, bien alta. De esas altas que quedan siempre 5 cm más altas que
el 99% de los hombres chilenos. Estoy con sobrepeso, bastante sobrepeso. Claro que ahora
ya estoy bajando (espero!), pero igual soy regordeta. Mi cara es un óvalo. Un gran y perfecto
óvalo. Mis ojos son café. Café claro, pero café al fin. Chicos y caídos, o sea tengo cara de
pena aunque esté muerta de la risa, por más que me encrespe las pestañas, me delinee los
ojos, me eche rimmel o lo que sea. Cara de pena y ojos chinos. No me salen ojeras. Me
salen bolsas. Mega bolsas debajo de los ojos y en los párpados cuando tengo sueño. O sea,
siempre. Sufrí durante toda mi adolescencia de acné severa. No había Roacnetán en esa
época, asique por más dermatólogos que fui, siempre estaban mis pimpollos asomados.
Tengo 36 y todavía tengo espinillas esporádicas. Tengo piernas largas, bien largas, es casi lo
único bueno que me va quedando. Un mega poto. MEGA poto. Es como tener una persona
adicional que camina a mis espaldas. Mi guata es enorme. Enorme en serio. Del tipo de-
cuántos-meses-de-embarazo-estás enorme. Mi pelo es de un constante frizz-casi-ondulado-
casi-liso que no hay forma que se vea ordenado.

Mi voz es gorda. GORDA. Es una voz de gorda. Como gangosa, como inflada, como que
tuviera grasa en la garganta. Voz gorda. Un día que me escuchen entenderán lo que es una
voz gorda. Hablo muy rápido. Muy, muy rápido. Sobre todo cuando estoy acelerada. Y vivo
acelerada.

Soy desordenada e inconstante. No logro hacer un menú semanal en mi casa más de 3


semanas seguidas. Se me olvida y me da lata. Mi cartera siempre tiene mil millones de
boletas y papeles arrugados. Mi auto tiene botellas vacías y otras tantas boletas, junto con
restos de galletas que dejan los niños, y quizás alguna zapatilla perdida.

Tengo buenas amigas, de todo tipo. Amigas seduc, amigas progre (no tantas de esas, soy
demasiado perna), amigas consolidadas, besis, empoderadas, clueless y algunas híbridas y
otras caco. También algunas supremas que me dan datos valiosísimos. Tengo muy buena
memoria y capacidad de asociación, asique "ubico" a mucha gente, que no tiene idea que yo
existo. También observo y analizo mucho.
Me río harto, me encanta reírme. Creo que mi risa no es tan macabra. Creo, no lo he
comprobado científicamente porque no resisto escucharme o verme en grabaciones/videos
(caseros, obvio). Y como me río harto, de quién más me río es de mi misma. De mis
defectos, de mi torpeza (no hay día que no me pegue en la cabeza o bote algo o rompa algo),
de mi cara de óvalo o falta de pera. De mi “cuadradez” o de mi excesivo “pudor” para
escuchar/ver cosas de sexo. De lo perna que soy. Antes sufría. A veces sufro un poco
todavía. Pero más que todo me río. Y postear esto es la mejor forma de reírme de mí. Y
también de ustedes. Sí. Todos ustedes que se amargan y se enojan y me insultan y se
ofenden. Yo no ofendo a nadie. Me río, me burlo, de todos y de nadie. De mí y de mis
hermanos y de mis hijos y de mi marido y de mis papás y de mis amigos.

Puedo tener muchas pifias, muchos defectos y muchas cosas malas. Soy exagerada
también (seguramente mi cara no es un perfecto óvalo. Puede tener algún lado asimétrico).
Pero amargada sí que no soy. Resentida tampoco. A veces me da envidia le gente flaca, lo
confieso, pero no por eso las voy a atacar ni insultar (aunque piense que es una maldita
yegua por ser tan regia ja ja ja).

No soy cuica suprema ni mucho menos, tengo cosas de cuica y tal vez otras no tanto. No sé
si eso me hace más o menos digna de escribir el blog. Pero como dije desde un principio,
este blog es MI punto de vista, si a alguien no le gusta, vaya y haga su propio blog. Yo me
río y lo paso bien escribiéndolo. Ese es mi objetivo. Y por último, si hay tantos ofendidos,
creo que le di en el clavo ¿¿o no??

Publicado por Josefina en 11:45 30 comentarios:

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Etiquetas: amargada, amigas, cuicos, gorda, resentida, trolls

l u n e s , 2 1 d e j u l i o

El cuico sub-25

Los cuicos sub-25 no son necesariamente menores de 25, pero en algún punto hay que hacer
el corte. Son los “pendejos cuicos”, esos que todavía están en la universidad, o recién
trabajando. Esos que no se han casado, que carretean y que son la envidia de todos los que
tenemos 10 (o más) años que ellos.

Obviamente en el cuiquerío sub-25 hay subtipos y estilos de los cuales escasamente tengo
noción, pero sí he observado comportamientos y conductas que me llaman la atención a nivel
general, sin entrar en detalles de las “tribus” que pueden convivir en ese submundo de
pendex.

El cuiquerío sub-25, ya sabemos, es infinitamente más poderoso (en términos económicos)


que el cuiquerío sub-25 de los años 90 (para qué decir de los anteriores). Si en los 90 los
pendejos cuicos tenían con cueva un Corsa o algún auto viejo compartido entre hermanos,
ahora mínimo tienen un Mazda 3 o un Gran Vitara, incluso un Volvo C30, que les regalan
nuevo, obvio, y que probablemente cambien al menos una vez en su periodo universitario.
Por supuesto con aire acondicionado, frenos ABS, cierre centralizado, alzavidrios eléctrico, y
todo tipo de artilugios que un cuico sub-25 de los 90 ni siquiera podía soñar (ok, hablo a título
personal).

El cuico sub-25 recibe mesada, sí. Pero mucho cuico sub-25 dispone también de la tarjeta de
crédito de su papá, para “emergencias”. Emergencias que pueden ir desde “un chaleco
demasiado bonito que tenía que comprarme” hasta “remedios”, hasta copete. Por lo tanto el
cuico sub-25 no anda comprando esas promos de pisco Capel y Coca-Cola, que horror. Obvio
que toman piscola. Pero con pisco Mistral de 40°, mínimo. Nada de andar haciendo asados
de vidrio ni un “pre” (carrete antes del carrete) con poca cosa. Obvio que tiene que haber
buenos tragos, rica comida, por ejemplo sushi, por ejemplo un rico aperitivo con provoleta,
nada de pizza por favor!!. El cuico sub-25 no sabe de pellejerías (el cuico sub-25 de los 90
tampoco, pero convengamos que los asados eran con abastero, y no lomo vetado como
ahora).

Al cuico sub-25 le gusta comprar por Internet. Ropa (en el caso de las mujeres), implementos
deportivos o musicales o lo que sea “que es mucho más barato en EEUU, se lo mandai a
cualquier persona que vaya y te lo trae” (porque para ellos es muy normal que la gente vaya a
EEUU). De hecho le encanta invertir en implementos: bicicletas top, snowboard o wakeboard
increíbles, la GoPro que descubrieron hace como 3 años, lo que sea que es obviamente
mucho más barato en EEUU (en vez de 1000 dólares vale sólo 600, una ganga!).

En los 90, el cuico sub-25 iba de vacaciones al sur o al norte, a “mochilear”. Podía ser incluso
que se le acabara la plata y tuviera que llamar al papá (vía teléfono público) para que le
mandara más vía Chileexpress (si igual era cuico, no es que tuviera que ratonear tampoco).
El gran viaje del cuico sub-25 en esa época era a Macchu Picchu en vacaciones de invierno o
verano. Con el tiempo se puso de moda ir a Brasil, y sería. Saliendo de la universidad, sí se
daban el lujo de ir un par de meses a recorrer Europa, algo así como “el último viaje” antes de
ponerse a trabajar. En cambio ahora, el cuico sub-25 no concibe sus vacaciones sin viajar (y
por vacaciones incluyo las de verano Y de invierno, no son excluyentes). En grupos grandes,
recorren distintos lugares de Sudamérica o Centroamérica según lo que esté de moda ese
verano. Un año es Ecuador y sus playas, otro año Colombia, otro año Perú, después vuelta a
Ecuador y así. Y allá se encuentran con otros grupos de cuicos sub-25, y así se genera un
gran carrete cuico en la mitad de la selva o tal vez en alguna playa ecuatoriana. No
satisfechos con esos lugares, pueden también decidir ir al Sudeste Asiático, algo relajado,
“cerquita”, total “es súper barato allá”. Y allá se encuentran también grupetes de cuicos sub-
25. Europa ya es casi demasiado básico para ellos, algo así como un destino “base” para
desde ahí partir a otros destinos más exóticos como el ya mencionado sudeste asiático, o ta
vez el Medio Oriente, Sudáfrica o quién sabe dónde. El cielo es el límite (casi literal).

Obviamente ahora el cuico sub-25 es híper conectado (bueno, todos los somos) y
probablemente gracias a eso saben dónde partir cada vez. Pero igual se me hace sumamente
llamativa esa “mano invisible” del cuiquerío sub-25 que determina los lugares de moda para ir
de viaje, o para carretear el 18. No puedo entender cómo todo el cuiquerío sub-25 sabe que
un año las “fondas” van a estar en Curanipe, al otro en Pichidangui, al otro en Pichilemu, al
otro en Maitencillo. Cómo lo hacen, es un misterio para mí. Antes el cuiquerío iba siempre a
las fondas de Concon o a las de Santa Cruz. Año tras año. Pero ahora no. Cada año un
nuevo destino. Pobre del perdido que parta al mismo lugar del año anterior. Cagó. Seguro no
se encuentra con ningún otro cuico. Es lo mismo de los viajes del verano. Por qué un año van
todos a Ecuador, y al año siguiente todos a Colombia. De alguna manera, y como en todo el
cuiquerío, el cuico sub-25 se mueve en masa. Las cosas se ponen de moda y allá parte todo
el cuiquerío sub-25. Porque muy siglo XXI, muy liberales, muy inclusivos estarán, pero al
final igual siguen buscándose y siguiendo los códigos tácitos del resto del cuiquerío sub-25.
Claro que el cuico sub-25 tiene matices, modernidades respecto a las generaciones
anteriores. Por ejemplo, el cuico sub-25 es mucho más abierto para hablar de las cosas. No
tiene ningún problema en contar que se fuma sus cañitos, o que se metió (metió = acostó =
tiró, alguno de esos sinónimos) con tal o cual persona, tienen mucho menos temas tabúes
que hace unos años. Probablemente hacen lo mismo que sus antecesores, sólo que lo
cuentan más. Son menos discriminadores también ("algo" menos, seamos realistas). Se
cuida mucho más que las generaciones anteriores, porque sabe que es muy mal visto parecer
tan cuico y tan conservador. Es posible que tenga amigos no (tan) cuicos. Es posible. Pero
igual se siguen reconociendo entre ellos, eso es innegable. Tal vez no les importe tanto como
antes, tal vez tengan menos “reglas” que los cuicos anteriores, pero igual saben
perfectamente si alguien es cuico, un poco cuico, no tan cuico, un poco flaite o francamente
flaite. Aunque lo reconozcan sólo con unos pocos (o no tan pocos) copetes en el cuerpo.

El cuico sub-25 es carretero, muy carretero. Bueno, todos lo hemos sido. Pero este cuico
sub-25 es buenazo para tener accidentes. En auto, en mochas, en lo que sea. Siempre hay
uno o más de un cuico (hombre o mujer) en la UTI de la Clínica Alemana o Las Condes,
porque chocó, porque le “sacaron la cresta”, porque nadie sabe bien lo que le pasó, pero está
todo fracturado. Y a todas horas se pueden ver hordas de cuicos sub-25 en la sala de espera
visitando al accidentado. Tal vez antes era igual, pero tengo la sensación que ahora hay más,
probablemente porque más tienen autos, porque tienen más plata disponible, quien sabe por
qué.

En general el cuico sub-25 tiene pocos límites. Sale cuando quiere (los martes es un día muy
habitual de salida por ejemplo), viaja donde quiere, compra lo que quiere, estudia cuando
quiere. Parecieran ser unos pelmazos, y algunos efectivamente lo son. Pero es el mundo que
les tocó conocer, y después pasa el tiempo, se casan, tienen hijos, y ven que ya no son tan
libres. Y logran madurar. La mayoría de las veces. Y otros pocos se convierten en pelmazos
consolidados (ja ja).

P.D.: OK. Me van a llegar bombardeos de comentarios de cuicos sub-25 tildándome de amargada, vieja, y un cuanto
hay de insultos. Ríanse de sí mismos no más, no es para amargarse!! No quiero ofender a nadie ok????

Publicado por Josefina en 14:03 58 comentarios:

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Etiquetas: 18, carrete, copete, cuicos, fondas, mesada, plata, sub-25, viajes

j u e v e s , 1 0 d e j u l i o

El pariente pobre

La mayoría de los cuicos (salvo el cuico supremo) tienen algún “pariente pobre”. La
mayoría de las veces son literalmente más pobres, pero también hay casos que algún
antepasado “desubicado” tuvo la mala idea de “casarse mal”, lo que los hace un poco
“mezclados”.

Al cuico le da un poco de vergüenza tener estos parientes pobres. No tanto por los
parientes pobres en sí mismos, sino porque le da terror que otros cuicos se den cuenta que
no toda su familia es cuica, y eso pueda poner en duda la pureza de su cuiquez. Entonces el
cuico con pariente pobre se deshace en explicaciones para justificar la existencia de estos
parientes pobres. “Es que la pobre se casó mal, mi papá le dijo una y otra vez que no se
casara y ahí está la pobre”. “Es que siempre fue bien especial él, mis papás sufrían con él,
sabían que no iba a terminar bien”. “Es que se quedó viuda la pobre y siempre ha estado al
tres y al cuatro”. “Es que la señora es una chusca que lo maleó”. Y así, son infinitas las
explicaciones. Y el cuico que lo escucha (que probablemente también tiene un pariente
pobre), se alivia de no ser el único, y le dice “bueno, a todos nos pasa lo mismo”. Pero
siempre para el cuico es una espinita tener ese pariente pobre, sobre todo si el pariente pobre
es un poco “excéntrico”, se viste mal, o habla “no cuico”.

El pariente pobre, como es cuico de alma, aunque esté en la ruina, va a tratar de


seguir viviendo en comunas “cuicas”: Providencia, Las Condes, y como mucho Ñuñoa,
aunque tengan que vivir en un departamento de 2 x 2 mts que se cae a pedazos. Aunque
tenga muebles bien a mal traer (heredados de sus parientes cuicos). Aunque haya siempre
desorden porque no pueden tener nana (o máximo una que va una vez a la semana y a la que
normalmente le pagan atrasado). Aunque tengan que endeudarse para pagar los gastos
comunes. Cualquier cosa con tal de no ir a parar a “comunas rascas”.

De alguna manera también, logran encontrar colegios para parientes pobres, como el
IPE (Instituto Presidente Errázuriz, convenientemente ubicado al frente del Verbo y Villa
María) o el Inmaculada Concepción (en Vitacura), y más moderno, el San Francisco del Alba
(en Las Condes). Si la situación económica es aún más extrema, se ven obligados a ir a
colegios públicos, obviamente a los emblemáticos, nada de liceo de barrio.

El problema de los parientes pobres es que conviven mucho más de cerca de los no
cuicos, y los hijos se empiezan a juntar con no cuicos, y (¡horror!) empiezan a adoptar
actitudes francamente no cuicas que se tratan de corregir incansablemente. Así es como el
pariente pobre “hijo” empieza a tener problemas de identidad: no entiende por qué no puede
decir “lorea”, si todos sus amigos del barrio dicen así, o porqué lo corrigen cuando dice “”el”
Claudio”.
A medida que va creciendo, el pariente pobre “hijo”, entiende que no es de aquí ni de
allá: es demasiado pobre para ser cuico, y por eso sus primos (y los amigos de sus primos) y
tíos lo miran en menos y se compadecen de él, pero es demasiado cuico para pasar piola
entre sus compañeros de colegio o de barrio. Típicamente es más alto, o más “clarito”.
Típicamente también es mucho más culto que sus pares, y normalmente es el primero del
curso, porque tiene un “background” cuico que le enseña el gusto por la lectura, que le enseña
las capitales o la historia del mundo. Además, como el pariente cuico se preocupa de “cuidar”
a su pariente pobre, le “hereda” kilos y kilos de ropa de marca, en excelente estado, asique el
pariente pobre siempre está bien vestido. Le hace buenos regalos para los cumpleaños y
Navidades (diría Pascua, pero parece que ya no se usa), porque “los pobres no tienen nada,
hay que ayudarlos”. Los invita a veranear, ya sea con ellos o les presta la casa cuando ellos
no van. Así, el pariente pobre veranea en Zapallar, en Santo Domingo, en Ranco, en los
lugares más top. Entonces el pariente pobre debe pasar su vida alternando entre 2 mundos: el
mundo “pobre” (que nunca es tan pobre tampoco) y el mundo “cuico”.

Cuando entra a la universidad (con beca o ayuda de algún pariente cuico), es


probable que se haga amigo de cuicos, y seguramente va a ser de los que siempre anda
bolseando cigarros, o al que lo llevan de vuelta. Es de alguna manera el subsidiado de los
amigos. Algunos parientes pobres más “traumados”, deciden estudiar una carrera que les
reporte “muchas lucas”, asique no es raro encontrar parientes pobres estudiando Comercial
(en universidades privadas muchas veces, porque no les dio el puntaje para las tradicionales),
para después transformarse en un “cuico consolidado” (de los más buenos para hablar de
“lucas” y “forrarse”).

Cuando se casa, el pariente pobre generalmente se termina casando con alguien


cuico. Es como que le “tira la sangre”. El problema es que el pariente pobre tiene
que justificar durante mucho tiempo su periodo de pariente pobre (sumado al hecho que es
muy probable que alguien de su familia de origen siga siendo pariente pobre o peor, haya
salido definitivamente del mundo cuico). Su cuica familia política también tiene que
deshacerse en explicaciones para justificar la presencia de personas de “dudosa procedencia”
en el matrimonio entre un/a cuica y un/a pariente pobre. Es muy complicado para un pariente
pobre entrar de vuelta en el mundo cuico, porque siempre lo miran un poco raro. Siempre.
Haga lo que haga. No lo miran tan raro como un no cuico. O tal vez sí. Y el pariente pobre
siempre sufre. Siempre. Y nunca logra hallarse del todo. Y piensa si no habría sido mejor
quedarse en su mundo de pariente pobre. Y un día decide juntarse con sus amigos de su
colegio de pariente pobre. Y se da cuenta que no tiene nada que ver con ellos tampoco. Y ahí
queda. Para siempre en el limbo. O hasta que encuentre otros parientes-pobres-casados-con-
cuicos-y-vueltos-al-mundo-cuico y ahí se da cuenta que no está solo en el mundo. Y al fin se
relaja. Y decide ser como es no más. Y reírse de su pasado de pobre. Y reírse de las caras
de estupor del resto de los cuicos cuando dice “cuando yo estaba en el liceo tenía una amiga
Nayadeth”. Y se da cuenta que no es tan malo haber sido pariente pobre, porque él sí tiene
calle. Sí conoce los 2 mundos. Y sí puede reírse de todos y de todo. No como el resto. Y por
primera vez en su vida, se siente superior.

Publicado por Josefina en 13:10 57 comentarios:

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Etiquetas: consolidado, cuico, cuiquez, justificación, liceo, pariente pobre

v i e r n e s , 2 7 d e j u n

El cuico supremo

El cuico supremo es “the real” gente linda. Hombres, mujeres y niños supremos.
Todos lindos. Todos de revista. De hecho son los que salen en la vida social de las revistas y
diarios, tipo la ED, Vida Social de El Mercurio o la Tendencias de La Tercera.

Su cuiquería es mucho más profunda (o elevada) que la de cualquier cuico. Son el


primer eslabón de la cadena de cuicos. Son tan cuicos que ni siquiera necesitan ser
arrogantes. La cuiquería les sale por los poros. Irradian glamour. Destacan solos. Ni siquiera
necesitan ponerles nombres rebuscados a los hijos, con un Diego, Martín, Tomás, Catalina,
o Trinidad basta. Como mucho Mateo. El resto lo hace su “supremismo”.

El cuico supremo puede encontrarse en diversos colegios, dependiendo un poco del


subtipo que sea (supremo progre, supremo seduc, supremo agrónomo, etc.), pero sí hay una
concentración mayor de cuico supremo en el San Benito, Villa María y Verbo (Divino, se
entiende).

El cuico supremo no tiene parientes pobres, porque normalmente se casan entre


ellos, o como mucho, con algún cuico no supremo. Pero siempre cuicos. No es raro que un
cuico supremo tenga un antepasado presidente (de la época en que los presidentes eran
realmente cuicos) tipo Manuel Montt o Aníbal Pinto o José Joaquín Prieto.

El cuico supremo es muy preocupado de los "más necesitados", seguramente tienen


a su "nanita" de toda la vida, incluso puede que viva un hijo de la "nanita" en la casa con
ellos. No lo hace tampoco en un afán de lucirse, todo lo contrario, a ellos les parece de lo
más natural y lógico ser amable con todo el mundo, para qué andar poniendo "la pata
encima". Ellos saben que eso es de "rotos" (aunque jamás digan esa palabra en público). Son
"gente", en el más amplio sentido de la palabra, y con un sentido social bastante arraigado. El
cuico supremo tiende a ser más RN o DC que UDI.

El cuico supremo es achoclonado, su familia suprema es enorme y obviamente


hacen una “Pascua (a.k.a. Navidad) de los XX (inserte apellido de familia suprema en las
XX)” en la casa de la matriarca o el patriarca (que obviamente tienen una casa preciosa, nada
de departamento cayéndose a pedazos en Providencia como puede ser el caso de otros
abuelos cuicos no supremos). Obviamente hacen un pesebre vivo, con el (bis)nieto más
chico haciendo de Jesús (que obviamente es lindo como de revista, ya sabemos).
Obviamente todas las niñitas vestidas de blanco, sobrias, nada de rococó, pero preciosas.
Posiblemente si son cuicos supremos agrónomos, esa celebración se hace en la casa
centenaria del fundo que obviamente está impecable. Sobrio, pero impecable.

En general, además de la Navidad, al cuico supremo le encantan las celebraciones


familiares de esas grandes, esas que celebran los 50 años de casados de los abuelos, los 65
años del papá, los 30 años de la nueva casa del campo, lo que sea. Nada le gusta más al
cuico supremo que estar con toda la familia, tíos, primos, abuelos, todos. El cuico supremo
es seguramente el que “inventó” el concepto de los “viajes familiares”. Esos viajes de 30 ó 50
personas, inolvidables, de antología, que ahora es tan común en el cuiquerío. Porque el cuico
supremo es así, a él se le ocurre algo y el resto del cuiquerío lo imita.

Son socios de clubes, pero de los tradicionales, como el Polo o el Club de Golf Los
Leones, o las Rocas de Santo Domingo. Nada de Hacienda Santa Martina ni otros clubes
“advenedizos”. Estos cuicos supremos llevan generaciones siendo socios de esos clubes,
llevan generaciones veraneando en Zapallar o en Santo Domingo. Tal vez en lugares
distintos: sé de cuicos supremos que han veraneado “toda su vida” en Guanaqueros, Caldera,
Los Vilos, incluso en Hornitos (y todos sabemos quiénes son). O tal vez encuentren nuevos
lugares para veranear, como Huentelauquén, el nuevo must del cuico supremo.

Son innovadores, sí, pero no en un afán “separatista-del-resto-de-los-cuicos” como


los cuicos progre, sino porque les dan ganas. De alguna manera son más libres que el resto
de los cuicos. Porque son tan cuicos, que no es tema para ellos. Su cuiquería no está
cuestionada, por eso se pueden tomar libertades. Incluso se pueden dar el lujo de tener
conductas “no cuicas” como “ser payasos”, cantar karaoke (como los caco, por ejemplo),
hacer show en los matrimonios, porque su cuiquez nunca va a estar en juego. Si un cuico
supremo dice alguna palabra “incorrecta” (para el cuiquerío), el resto del cuiquerío va a
entender que lo dice en broma o definitivamente esa palabra la va a adoptar el resto del
cuiquerío. Es muy probable que la palabra “cine” la haya empezado a decir el cuico supremo
antes que el resto de los cuicos.

El cuico supremo es híper ultra viajado, mucho más que el resto del cuiquerío, pero
no hace alarde de sus viajes. Conoce obviamente lugares muy exóticos (si por exóticos
piensan en el Sudeste Asiático, en serio no conocen a los cuicos supremos), han probado las
comidas más raras, y tienen sus destinos regalones como Nueva York, que conocen como la
palma de su mano, donde no van a ver un musical (porque ya los conocen todos), sino a la
Ópera en el MET. Donde probablemente ni pisan cosas tan obvias como el Central Park, sino
que se sienten más a gusto en el Meatpacking o su adorado SoHo.
El cuico supremo tiene buen gusto en el alma, por lo que sus casas son siempre
preciosas (de revista), aunque te cuenten que pusieron algo por aquí y por allá, que eso lo
compraron en el Homecenter y eso otro en una venta de garage o en algún bazar (la cuica
suprema es la que inventó esto de los bazares, tan de moda últimamente). Al cuico supremo
no le complica la decoración, le sale fácil. Igual que vestirse. Se ponga lo que se ponga, se
va a ver bien. Seguramente fueron las cuicas supremas las que partieron comprándose
zapatos (y ropa) en el Líder (práctica tan arraigada en el cuiquerío hoy en día). No tienen
ningún problema en combinar esa ropa del Líder con algo traído del Gran Bazar de Estambul
y mezclado con algo de alguna tienda de Facebook (otra tendencia que partió con las cuicas
supremas). En el cuico supremo aplica el dicho “aunque la mona se vista de seda, mona
queda”, pero al revés.

Todos los cuicos son buenos para los “datos”. Pero los cuicos supremos son el
“origen de los datos”. Ellos son los que descubren los datos y los “chorrean” al resto del
cuiquerío (porque no son egoístas). Ellos descubrieron al maestro que les hace los muebles a
Urbanito, las mudanzas El Hombre, la señora que trabajó para las tortas de La Serena, pero
ahora las hace ella sola (y más baratas) (Ya, si sé que quieren el dato. Tienen que conocer a
un cuico supremo para que se los dé).

Todos los cuicos manejan redes de contacto. Pues bien, el cuico supremo es EL
contacto que el resto del cuiquerío quiere tener. Tener de contacto a un cuico supremo abre
muchas puertas. El cuico supremo puede conocer a personajes tan disímiles como don
Francisco, un cura tipo Felipe Berríos (del que hablan como “Felipe”), alguien como Mauricio
Larraín (al que tratan de Mauricio o tal vez Mauro) o a Don Rogelio, el verdulero de Luis
Pasteur, ahí donde están Las Rosas Chicas. El cuico supremo no discrimina. Cualquier
contacto que pueda ser potencialmente útil le sirve. El cuico supremo es como el director de
orquesta de los cuicos, ellos son los que mueven los hilos del mundo cuico. Ellos pueden
“levantar” un restorán (pensemos en el Margó, por ejemplo) o un café, pueden hacer conocido
a un postre (pensemos en el Tres Leches de la Laura R, ya conocido hasta por los cacos), lo
que sea.

El cuico supremo, en el fondo, va varios pasos más adelante que el resto del
cuiquerío, no en términos “progre” (aunque puede existir la combinación supremo-progre), sino
porque su cuiquería viene de varias generaciones antes que el resto, y eso los hace marcar la
pauta dentro del cuiquerío. Son los “trendsetter” de los cuicos. La cabeza de la pirámide
cuica.

P.D.: Si quiere comentar que en realidad esto es una estupidez y que no hay gente de “alcurnia” porque todos los que llegaron a

Chile eran unos muertos de hambre y que estos post en nada contribuyen a hacer de Chile un país más equitativo y justo, y que

por culpa de gente amargada como yo es que este país está como está y todas esas cosas…AHORRÉSELO. Vaya y haga su

propio blog o libro o mande una carta al diario. Yo hago esto para reírnos de nosotros mismos. No para hacer análisis socio-
históricos de nada ni menos atacar a nadie. Asique usted tampoco me ataque a mí. ¿Estamos? Estamos.

Publicado por Josefina en 13:24 124 comentarios:

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Etiquetas: club de golf, cuicos, DC, exóticos, gente, presidentes, RN, sencillo, sentido social, supremo,
trendsetter, viajes, VMA

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