Está en la página 1de 5

El camino hacia el

dominio
 

En Génesis 1:28 leemos: Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad


y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los
peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias
que se mueven sobre la tierra.

Desde el inicio del tiempo la intención de Dios era que el


hombre tuviera dominio de sí mismo y autoridad sobre todo lo
creado. Nuestras iglesias en el mundo entero se han movido a
un mensaje de dominio sobre la pobreza, enfermedad y
cualquier circunstancia. La guerra espiritual para lograrlo es un
proceso donde la bendición se da en cinco etapas: fructificar,
multiplicarse, llenar la tierra, sojuzgarla y señorear. No tienes
derecho a dominar sobre algo que no ha fructificado y no has
sojuzgado.

Fructificar y multiplicar

La primera etapa para tener dominio es fructificar y para ello


debemos tener comunión. Cuando Adán pierde la comunión,
pierde el dominio. Juan 15 dice: “Separados de mí, nada podéis
hacer”. En Salmos dice que para prosperar como árboles
plantados tiene que haber comunión.  En el Nuevo Testamento,
se habla del fruto del Espíritu, pero no podemos hacerlo sin
comunión. Por encima del dominio, el hombre debe buscar la
comunión.

La segunda etapa es multiplicar. Un árbol crece hasta cierto


nivel y después de alcanzar su altura ideal se multiplica. Lo
mismo sucede con el ser humano, primero debe crecer, producir
semilla y multiplicarse. Fructificar tiene que ver con comunión y
multiplicar con semilla.

Génesis 1:29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta


que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en
que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.

La primera cosa sobre la que Dios le da autoridad al hombre es


sobre la semilla. En la Biblia hay dos semillas sobre las que Él te
ha dado autoridad. La primera es la semilla de la Palabra.
Cuando Jesús habla sobre la parábola del sembrador lo primero
que hace es comparar la semilla con la Palabra de Dios. Cuando
buscas que algo se multiplique en tu vida busca y siembra la
Palabra.

La segunda semilla es el dinero. La Biblia dice: “El que da


semilla al que siembra y pan al que come”.  Generalmente los
problemas que se han multiplicado en tu vida tienen que ver con
dos errores: no has usado bien la Palabra y no has usado bien tu
dinero. En Puerto Rico tenemos una escuela y somos testigos de
cómo las personas administran mal su dinero porque prefieren
gastar $180.00 en cuota de cable televisivo que $250 ó $280
por la educación de sus hijos. Prefieren buscar otra escuela más
económica y sientan a sus hijos frente a la TV. Luego se
preguntan porqué tienen problemas con la crianza. Si quieres
que tu vida se llene de las cosas de Dios, toma la semilla de la
Palabra y aprende a sembrar correctamente tu dinero. Luego
podrás moverte al tercer nivel: llenar la Tierra.

Llenar la Tierra

Este principio puede resumirse en la frase: “uno puede hacer la


diferencia”. Toma conciencia de que una persona puede marcar
grandes cambios. Para tener dominio, tienes que fructificar,
multiplicarte y llenar la Tierra.

Génesis 6 dice que en la Tierra, el hombre se multiplicó.


Además, dice la Biblia que Noé halló gracia. Glorifica al Señor
porque en tu familia, tú puedes ser quien cambie la historia para
bien porque puedes hacer la diferencia para llenar toda la
Tierra. Pocos cristianos han entendido este principio. Por el
contrario, el mundo lo ha comprendido y aplicado muy bien, por
eso hay tantos restaurantes McDonald´s y desde niños todos
saben lo que significa la “M” amarilla. Cuando salimos de Puerto
Rico y vamos a Jerusalén, lo primero que todos buscan es un
McDonald´s, porque saben que encontrarán algo familiar y
conocido. La historia de ese restaurante es un buen ejemplo. Un
vendedor de licuadoras conoció en Texas a unos hermanos de
apellido McDonald´s que cocinaban unas hamburguesas muy
buenas. Su intención era venderles licuadoras pero terminó
convenciéndolos de abrir otro restaurante. Con el paso del
tiempo y la imposibilidad de afrontar el trabajo que implicaba
dicho negocio, los hermanos le vendieron la marca al
comerciante. Ahora él es el mayor vendedor de bienes raíces de
USA. Este hombre no estaba interesado en vender
hamburguesas sino licuadoras, pero se dio cuenta de la gran
oportunidad que tenía de multiplicarse.

Es necesario tener conciencia mundial y pensar que somos


capaces de hacer la diferencia. En mi caso, por ejemplo, aunque
predico en Puerto Rico debo ser cuidadoso con lo que digo
porque hay frases que tal vez están bien en mi país pero no
fuera de él. No debo hablar con términos muy locales ya que
predico para el mundo. Una vez dije por televisión la frase “de
Guate mala a Guate peor”. Es un término muy puertorriqueño
que no pretendía ofender a nadie, sin embargo hubo
guatemaltecos que me escribieron indignados. Cuando uno
entiende la trascendencia de su vida todo cambia. Eso era lo
que Dios quería con Adán.

Someter el espíritu, la mente y el cuerpo

Sojuzgar es el eslabón perdido en todas las cosas que Dios


quiere que alcances. Somete para poder dominar, reinar y
obtener respeto. Dios le dijo a Adán que debía someter tres
cosas: las aves del cielo, los peces del mar y toda bestia de la
tierra. Las aves representan los pensamientos que vienen a tu
mente; los peces, los que están en tu interior, y las bestias, tus
instintos carnales. Domina tu mente en lo profundo y tu cuerpo
a todo nivel. A la iglesia no venimos sólo a buscar un
pensamiento positivo, sino también una revelación que cambie
nuestra vida.

Adán podría someter todo porque fue creado a imagen y


semejanza de Dios. O sea que cuando caminaba por el huerto,
los animales veían al Creador. Hay dos maneras de liberar a un
endemoniado, por libertad o por autoridad. Empiezas a luchar
con el demonio, hasta que uno de los dos se cansa. De ti
depende resistir y lograr que sea él quien se agote primero. Hay
otra forma y es como Jesús lo hacía. El llegó al sitio y el
endemoniado gadareno se tiró al suelo, porque reconocía que Él
tenía la autoridad.

Nadie había visto a Dios hasta que te vieron a ti. Cuando el


hombre caminaba sobre la tierra, todo se sometía a él porque lo
que veían era la imagen de Dios. Por eso le pregunta: “¿Quién te
dijo que estabas desnudo?” Cuando pierdes la comunión con
Dios, pierdes Su imagen. Aquel que manifiesta la imagen de
Dios, no tiene que tomar fuerza para que las cosas se sometan,
simplemente todo lo que está a su alrededor se somete a la
imagen del Señor.
Busca la revelación de lo que Dios dice que eres. Cuando esto
sucede, todos tus pensamientos y tu carne comienzan a
someterse, lo profundo de ti, la tristeza, todo lo que ha estado
oculto sale a luz porque tienes la convicción de ser templo del
Espíritu Santo. Tú no eres cualquier cosa y cuando tomas
conciencia de ello tu vida cambia.

El temor no es la solución

Génesis 9:1-2 dice: Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo:


Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra. El temor y el miedo
de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda
ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en
todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados.

Cuando Dios da una segunda oportunidad de llenar la Tierra, no


puede ofrecer las mismas dos bendiciones de sojuzgar y
dominar. Entonces dominas a tus bestias por miedo. Una cosa
es que tus hijos y tu esposa se sometan y te respeten por miedo
y otra cosa es que lo hagan por autoridad. La segunda opción
ofrece paz y tranquilidad sin necesidad de coaccionar o
maltratar. Hay gente que domina la pobreza por miedo a ser
pobre cuando Dios quiere que prosperes por derecho propio y
porque es así como debe vivir un hijo Suyo.

Dios no pudo darle a Noé las otras dos instrucciones porque


lamentablemente estaba influenciado por la naturaleza adánica.
Noé fue un hombre que se tomó 100 años en construir un arca a
pesar del escepticismo de la gente. Todos  le decían que estaba
loco. No podía dominar porque no tenía a quién someterse. No
podrás someter nada en tu vida si no te sometes primero. No
puedes pretender someter a tu hijo y pedirle que te obedezca si 
degradas a tu pastor o superiores delante de él. Noé no tenía a
quién someterse o rendir cuentas. Lo mismo pasó con Adán
siendo el único hombre sobre la Tierra. Para someter las bestias
de tu existencia debes someterte a un hombre. Si no le permites
a Dios poner alguien sobre tu vida, el mundo se encargará de
hacerlo. Si no corriges a tus hijos, la policía lo hará.

Someterse para dominar

No puede haber personas que no se sometan. Aunque no es


fácil, aprende a tomar autoridad sobre ti. Imita el caso de
Abraham que sí pudo someterse a un rey luego de su gran
victoria frente a otros cinco conquistados. Sólo entonces Dios lo
llamó y le dio una gran promesa.
Su primera prueba fue diezmar a Melquisedec y lo escogió por
una buena razón. De la misma forma sucede ahora, nuestra
primera prueba es someternos a una inversión financiera. El
mundo parece hecho para menospreciarte. Por eso, cuando
encuentres un hombre de Dios que te ayude a valorarte como
heredero del Reino, debes someterte porque está haciéndote el
favor más grande de tu vida. La mayoría de personas te
degradan, desmotivan y condenan, por eso se agradece
encontrar a un hombre que tiene palabra de bendición. Cuando
tienes la correcta imagen de Dios podrás caminar por el mundo
y todo se someterá. El mismo Jesús, antes que nada se sometió
a la autoridad en la Tierra y dejó que Juan lo bautizara. Éste vio 
en Él la imagen correcta y le dijo: “Tú eres el Cordero de Dios”.
Entonces se escuchó: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo
complacencia”. A partir de ese momento Jesús pudo someter a
demonios, enfermedades y pecados. Él no permitió que nadie
cambiara su imagen y encontró al hombre que le habló
correctamente lo que el Padre había dicho de él. Busquemos
bautizarnos en el lugar correcto, donde nos proclamen lo que el
Señor dice de nosotros.

Para poder someter y compartir, debemos encontrar una


Palabra de revelación sobre quién somos en Cristo Jesús.
Cuando te sometes y dejas el miedo logras autoridad. Nadie
debe enseñarte tu desnudez haciéndote sentir inferior o inútil.
En el Génesis, Dios hace dos preguntas a Adán: ¿Dónde estás? Y
¿Quién te enseñó algo contrario a lo que yo te enseñé?  Luego
del pecado, todas las bestias de la tierra se revelaron. Recuerda
que una revelación del Señor es más poderosa y profunda que
un pensamiento positivo que sólo obra por un tiempo.

Si no cambias la imagen que Dios ha puesto en tu vida, y no


aprendes a vivir conforme a ella, tendrás que someter todo por
miedo. Cuando llegas a tu iglesia, todos deben saber que eres el
jefe sin tener que decirlo. Para que te identifiquen como líder,
debes caminar, hablar y actuar como tal. En tu casa obra con
sabiduría y lucha porque tu familia fructifique. Sólo de esta
forma llenarás la Tierra de todo lo que Dios anhela para tu vida.
No pretendas reinar sobre cosas que no has fructificado y
multiplicado. Tampoco busques gobernar y erradicar rebeldía sin
antes someterte primero. Busca la imagen correcta que el Señor
tiene de ti y no permitas que nadie la cambie. Reconoce a tu
Dios para poder dominar cuanto sea necesario.

También podría gustarte