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SUMARIO
1. LAS ESCUELAS CLASICAS: los inicios de la administración moderna (comienzos del siglo XX)
1.1. LA ADMINISTRACIÓN CIENTÍFICA (Frederick W. Taylor) – 1.900
1.2. LA TEORÍA DEL PROCESO ADMINISTRATIVO (Henri Fayol) – 1.915
1.3. EL MODELO BUROCRATICO (Max Weber) – 1.920
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INTRODUCCION
Todas las disciplinas tienen su historia y sus antecedentes, y la Administración no es la excepción. Existe
consenso entre las distintas ciencias que investigan los orígenes de la civilización que, a medida que las
personas comenzaron a agruparse en pequeñas comunidades para mejorar las oportunidades de
sobrevivir, fue apareciendo la necesidad de dividir el trabajo y resolver el problema sobre el manejo y
disposición de los recursos escasos que, aun hoy, sigue siendo un tema central para la supervivencia y
evolución de las sociedades. En ese sentido, ya desde las primitivas comunidades se hizo necesario
examinar y entender los métodos y prácticas que mejor resolverían esta encrucijada. En definitiva;
siempre se trató del mismo planteo: cómo administrar de la mejor manera posible los recursos para lograr
los objetivos que se plantean.
Es así como han surgido a lo largo de la historia distintos antecedentes que pueden asociarse a formas
de administración que han servido para sustentar comunidades, organizar reinos e imperios, emprender
guerras y cruzadas, introducir innovaciones y mejoras, construir monarquías, colonias y Estados, y
conducir las organizaciones modernas.
Entre los principales antecedentes podemos mencionar el código de Hammurabbi en la antigua Babilonia,
considerado el primer instrumento de administración conocido aproximadamente 1800 años a.c. También
los aportes de los egipcios especialmente en lo referido a la construcción de sus pirámides, la
organización social de las culturas greco-romanas, la creación y administración de la Santa iglesia
Católica, los reinos e imperios de la edad media, la novedades surgidas durante la reforma protestante y
el renacimiento, la administración de las colonias de América, el desarrollo de la incipiente burguesía
mediante la administración del comercio y los primeros talleres de artesanos, principal antecedente de las
fábricas modernas, cobrando auge definitivo a partir de la segunda revolución industrial.
Este trabajo no pretende realizar una descripción exhaustiva sobre la historia de la administración, sino
simplemente enunciarla para comprender que ningún proceso social es al azar o espontáneo, sino que es
el resultado de experiencias previas que se van incorporando en esos procesos y aportando a la
evolución de un campo del saber determinado.
Este trabajo se propone hacer un repaso de lo que comúnmente se llama la Administración Moderna que
comienza a finales del siglo XIX y cobra mayor vigor en los comienzos del siglo XX en paralelo con el
surgimiento de la gran empresa capitalista y los gigantes organismos propios de los estados modernos.
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En ese sentido, se desarrollan a continuación las principales influencias que ha recibido la disciplina de la
Administración diferenciadas en cuatro momentos distintos que se distinguen por sus particularidades
sociales, económicas, políticas, culturales, tecnológicas y científicas:
1-A comienzos del siglo XX con los desarrollos de las teorías clásicas que buscaban dar racionalidad a
las organizaciones,
2-un segundo momento situado en la crisis económica de la década del ’30 y que intenta reflejar el
agotamiento de los modelos clásicos, introduciendo la variable humana en el análisis de las
organizaciones,
3-un tercer momento que intenta reflejar los desarrollos tecnológicos propios de la segunda guerra
mundial y su impacto en el seno de las organizaciones,
3-y por último, un cuarto momento que da cuenta del impacto de los profundos cambios surgidos a partir
de la década del ’60 y el aumento considerable del tamaño de las organizaciones.
La génesis de la moderna teoría administrativa se inicia con la revolución industrial y, comparada con
otras disciplinas, es muy joven. Como cuerpo sistemático de conocimientos basado en fundamentos
teóricos, es casi exclusivamente producto del siglo XX, sin embargo, en este lapso de tiempo su
desarrollo ha sido espectacular y se han generado numerosas teorías.
Los orígenes del desarrollo de la Administración como disciplina se asignan unánimemente a dos hechos
genéricos:
1. Por un lado el crecimiento acelerado y desorganizado de las empresas que dificultó las labores de los
administradores y obligó a un enfoque científico que sustituyera al empirismo existente. Del aumento del
tamaño de las empresas surgen las condiciones para poder plantearse la producción a largo plazo y la
necesidad de una planificación no improvisada.
2. Por otro lado, la necesidad de aumentar la eficiencia y la competencia de las organizaciones. Ha
aparecido la producción en masa, las empresas están entrando en un ámbito de competitividad y se hace
necesario aprovechar al máximo los recursos al mismo tiempo. Así surgen los primeros intentos de
división del trabajo entre quienes piensan y quienes ejecutan.
Casi todos los estudiosos de la evolución del pensamiento administrativo coinciden en que el enfoque
clásico de la administración puede desdoblarse en dos orientaciones bastante diferentes y hasta cierto
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punto contrapuestas entre sí (Chiavenato, 1990), pero que se complementan con relativa coherencia. Por
un lado, la Teoría de la Administración Científica, desarrollada en los Estados Unidos a partir de los
trabajos de Taylor y, por otro lado, la corriente de los anatomistas y fisiólogos de la organización, llamada
Teoría del Proceso Administrativo, que se desarrolló en Francia a partir de los trabajos de Fayol. No
todos los autores consultados introducen dentro de los enfoques clásicos la Teoría Burocrática
desarrollada por Weber en la antigua República de Weimar (actualmente Alemania), pero desde nuestra
perspectiva, y entendiendo que la concepción de las organizaciones es, al igual que en los autores
anteriores, una concepción de sistema cerrado, considero necesario introducir su estudio en este
apartado dado su aporte significativo en el diseño de organizaciones burocráticas de gran porte, además
de sus nociones de autoridad que han sido de gran influencia a principios del siglo XX.
El movimiento de la Administración Científica recibió su impulso inicial con Frederick Taylor (1856-
1915) nacido en Filadelfia, EE. UU.; en la última parte del siglo XIX y primera parte del siglo XX. Procedía
de una familia de cuáqueros de principios rígidos y, por lo tanto, se educó dentro una mentalidad de
disciplina, devoción al trabajo y al ahorro. Inició su vida profesional como obrero, en 1889, en la Midvale
Steel Co. Posteriormente ascendió a supervisor, jefe de taller y finalmente, en 1885, a ingeniero, después
de graduarse en el Stevens Institute.
En su primer libro Shop Management (1903), expone, en resumen, los siguientes principios:
- El objetivo de una adecuada administración será pagar salarios altos y tener bajos costos de
producción, aplicando métodos científicos de experimentación para su logro.
- Formular pasos y establecer procesos de producción que puedan ser controlados.
- Entrenar a los empleados para perfeccionar sus aptitudes para el logro de tareas más eficientes.
- Lograr un ambiente de cooperación entre la administración y los empleados.
Para resolver el problema de la productividad del trabajo manual, su primera operación consistió en
desagregar el trabajo en dos componentes: tiempo y movimientos. Con esta nueva noción, le era
posible examinar el tipo de movimientos que realizaba el trabajador manual y examinar también el tiempo
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en el que los ejecutaba. Mediante esta distinción, le era también posible rediseñar esos movimientos y
tiempos de manera de lograr mayor eficiencia e incrementos de producción en cada vez menos tiempo.
Ahora bien, esta desagregación no la puede hacer el obrero, debe hacerla el ingeniero. Para asegurar
que la productividad del trabajo se alcance, debe establecerse una separación radical entre la actividad
de ejecución (realizada por el obrero) y la actividad de diseño del trabajo (realizada por los ingenieros). La
responsabilidad del obrero debe limitarse a ejecutar lo que la dirección le instruye, estrictamente lo que se
le ordena. El sometimiento estricto del obrero al estándar establecido por la actividad de Planificación,
garantizaría el logro de la productividad esperada. Es el ingeniero quien en su mesa de diseño debe
establecer las relaciones óptimas entre movimientos y tiempos. Una vez que se ha establecido esa
optimización, el objetivo es entonces la estandarización de todos los trabajos manuales individuales a la
norma por él elaborada.
Es importante destacar que para que esta nueva estructura de trabajo funcione, era imprescindible
introducir un rígido sistema de supervisión intermedia que garantice el estricto acatamiento de los
procedimientos. Surge la figura del capataz, quien será la pieza clave que garantice la subordinación del
operario a las normas. El capataz será quien tenga la función del mando y control y garantizar la
obediencia del trabajador mediante un despótico sistema de supervisión basado en premios y castigos.
Taylor, además, definió cuatro principios de administración, que darían como resultado de su seguimiento
una mayor prosperidad, tanto para los directores que conseguirían mayores beneficios, como para los
trabajadores que lograrían una mejor retribución por su trabajo. Chiavenato (1990) afirma que el objetivo
final de Taylor era que los directivos asumieran como guía en el desarrollo de sus funciones los cuatro
principios siguientes:
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-En síntesis, la Administración Científica introdujo el planeamiento, estándares de tiempo por pieza
producida, control de la producción, incentivos y pagos a destajo, estudio de la relación hombre-
máquina, eliminación de tiempos muertos y desplazamientos inútiles, normas de control de
calidad, supervisión funcional y entrenamiento adecuado al operario.
Taylor tuvo una gran influencia en las prácticas administrativas de las siguientes décadas. Aun en
nuestros días, los principios administrativos tayloristas forman parte del pensamiento administrativo,
principalmente en las fábricas y en las operaciones industriales. Las principales críticas al enfoque clásico
de la Administración de Taylor se centraron en cuatro puntos:
1. Su concepción ingenieril de la administración, centrada en la tarea, que veía al trabajador como un
complemento de la máquina (un engranaje más de la misma).
2. Su extremo racionalismo a la hora de concebir la Administración.
3. El enfoque de sistema cerrado donde se considera la organización de forma aislada y sin
consideraciones al entorno.
4. La ausencia de trabajos experimentales que apoyaran las hipótesis que planteaba su teoría.
Los trabajos de Taylor no quedaron en el olvido, mas bien todo lo contrario, encontró eco en estudiosos
de los problemas fabriles que siguieron profundizando sus trabajos. Podemos mencionar a dos de ellos:
-Henry L. Gantt (1861 – 1919): fue ingeniero colaborador de F. Taylor. Una de sus aportaciones más
importantes fue establecer un sistema de remuneración para los trabajadores para aumentar su
motivación. Implementó métodos de entrenamiento a los obreros. Pero su aporte más importante fue la
conocida Gráfica de Gantt, por medio de la cual se determinan los tiempos y las actividades que deben
realizarse en un programa de trabajo.
-Frank Gilbreth (1868 – 1924): fue discípulo de Taylor y desarrolló una de las grandes aportaciones a la
administración científica mediante un método de estudio de movimientos cuyo objetivo era suprimir
movimientos improductivos dentro del proceso de trabajo.
En conclusión, los trabajos de Taylor han sido fundamentales en el desarrollo de la sociedad industrial,
transformando y acelerando los procesos productivos de una forma nunca antes observada. Su gran éxito
y trascendencia de sus ideas, se deben en gran parte a la funcionalidad de sus propuestas ya que
efectivamente, las empresas que han aplicado sus principios han logrado incrementar considerablemente
su rentabilidad. Es por ello que F. Taylor es considerado por muchos autores como “el padre de la
administración moderna”.
Henri Fayol (1841-1925) nació en Constantinopla y murió en París, viviendo las consecuencias de la
revolución industrial. Se gradúo de ingeniero en minas a los diecinueve años e ingresó en una empresa
metalúrgica donde desarrolló toda su carrera. A los veinticinco años fue nombrado gerente de las minas y
a los cuarenta y siete asumió la gerencia general de la Compagnie Commantry Fourchambault et
Decazeville que entonces pasaba por una mala situación. En 1918 entregó la empresa a su sucesor en
una situación de notable estabilidad.
Fayol fue uno de los primeros en exponer la Teoría General de la Administración. Se lo conoce como
“el padre de la teoría administrativa”. Sus observaciones se publicaron por primera vez en 1916 bajo el
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título de Administration Industrielle et Générale y fueron ignoradas en los Estados Unidos hasta que se
tradujo al inglés trece años más tarde.
Fayol, director de empresa experimentado y práctico, estableció catorce principios de administración,
considerándolos como verdades universales que podían enseñarse en escuelas y universidades. Se
partió de la premisa de que el conocimiento acerca de las prácticas administrativas puede ser establecido
como un cuerpo coherente y uniforme y que pueden transmitirse las generalizaciones de las prácticas
correctas y, por lo tanto, efectivas.
Al igual que Taylor, Fayol trató de descubrir principios generales de administración, mediante el empleo
del método científico. La diferencia estriba en que Taylor partió del análisis del obrero en su puesto
de trabajo y Fayol partió del análisis de las funciones de la gerencia.
Taylor analiza la especialización de la tarea del obrero y Fayol la especialización de las funciones de la
gerencia. Los principios generales de administración determinados por Fayol, pueden aplicarse a todo tipo
de organizaciones: gubernamentales, militares, religiosas, etcétera.
La preocupación básica de esta escuela es aumentar la eficiencia de la empresa mediante la forma y
disposición de los órganos componentes de la organización y de sus interrelaciones estructurales, que
consiste en destacar la estructura y funcionamiento de la organización. Por lo que se le considera también
como una teoría formal de la organización. Determina las actividades o funciones básicas de una
empresa industrial en seis categorías:
1. Funciones Técnicas: producción, servicios.
2. Funciones Comerciales: compras, ventas e intercambios.
3. Funciones Financieros: Consecución y uso optimo del recurso financiero y del capital.
4. Funciones de Seguridad: Protección de los bienes y la prosperidad y de las personas.
5. Funciones Contables: Estados financieros e incluyendo utilización de estadísticas.
6. Funciones Administrativas: Planeación, organización, ejecución o dirección y control.
Como hemos visto en el epígrafe anterior, la administración científica se interesaba por la optimización del
esfuerzo en el ámbito operativo del taller, por lo tanto, era un enfoque mecanicista. En contraste, la visión
funcional del trabajo del directivo surgió con los trabajos de Henri Fayol que hacía énfasis principalmente
en el establecimiento de principios administrativos generales. Los catorce principios postulados por
Fayol son los siguientes:
1. División del trabajo: consiste en la especialización de las tareas y de las personas, para así aumentar
la eficiencia.
2. Autoridad y responsabilidad: autoridad es el derecho de dar órdenes y el poder de esperar
obediencia; la responsabilidad es una consecuencia natural de la autoridad. Ambas deben estar
equilibradas entre sí.
3. Disciplina: depende de la obediencia, aplicación, energía, comportamiento y respeto de los acuerdos
establecidos.
4. Unidad de mando: cada empleado debe recibir órdenes de sólo un superior. Es el principio de la
autoridad única.
5. Unidad de dirección: una cabeza y un plan para cada grupo de actividades que tengan un mismo
objetivo.
6. Subordinación de los intereses individuales a los intereses generales: los intereses generales
deben sobreponerse a los intereses particulares.
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7. Remuneración del personal: debe haber una justa y garantizada satisfacción para los empleados y
para la organización en términos de retribución.
8. Centralización: se refiere a la concentración de la autoridad en la alta jerarquía de la organización.
9. Jerarquía escalar o cadena de mando: es la línea de autoridad que va del escalón más alto al más
bajo. Es el principio de mando.
10. Orden: un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar. Es el orden material y humano.
11. Equidad: amabilidad y justicia para alcanzar la lealtad del personal.
12. Estabilidad y duración (en un cargo) del personal: la rotación tiene un impacto negativo sobre la
eficiencia de la organización. Cuanto más tiempo permanezca en su cargo una persona, mejor.
13. Iniciativa: la capacidad de visualizar un plan y de asegurar su éxito.
14. Espíritu de equipo: la armonía y unión entre las personas constituyen grandes fuerzas para la
organización.
Sus aportes han sido de gran influencia en las ideas gerenciales, ya que se le atribuye haber examinado y
estudiado la tarea gerencial como nadie lo había hecho hasta el momento, abriendo de esta manera el
camino a la profesionalización de la gerencia dejando un amplio repertorio como legado que han
continuado autores como Gulick y Urwick.
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organización ideal caracterizada por la división del trabajo, una jerarquía definida con claridad,
reglas y regulaciones detalladas y relaciones impersonales todo ello basado en la autoridad legal.
La burocracia es una forma de organización humana que consiste en la adecuación de los medios
a los fines u objetivos que se pretenden alcanzar, con el fin de garantizar la máxima eficiencia
posible en la búsqueda de esos objetivos.
Según Max Weber (1971), en el caso de la autoridad legal, la obediencia es resultado del orden
impersonal establecido legalmente. Éste se extiende a las personas que ejercen su autoridad en
un cargo y únicamente en él, en virtud de que sus órdenes tienen legalidad formal, pero sólo
dentro del área de autoridad específica del puesto. La burocracia de Weber fue un intento de
formulación de un modelo ideal alrededor del cuál se pudieran diseñar las organizaciones. En sus
estudios, hizo coincidir tres tipos de organizaciones con tres tipos concretos de autoridad y para cada tipo
de autoridad hizo corresponder a su vez una estructura administrativa diferente (Chiavenato, 1990):
-LA AUTORIDAD TRADICIONAL: Está basada en el pasado, en la costumbre, en la legitimidad de una
autoridad que ha existido siempre. Los subordinados obedecen conforme a una lealtad personal hacia sus
jefes o sobre la base de su status tradicional. El poder tiende a no ser cuestionado, es irracional, se
transmite por herencia y es extremadamente conservador. Por ejemplo, un Rey.
-LA AUTORIDAD CARISMÁTICA: Se fundamenta en la existencia de determinadas características
personales excepcionales del dirigente que crean las dependencias en relación con esa valoración que
del líder hacen los subordinados. Por ejemplo, los líderes políticos.
-LA AUTORIDAD RACIONAL-LEGAL: El aspecto racional viene determinado por estar orientado a
alcanzar determinados objetivos, y el aspecto legal se deriva del hecho de que el dirigente obtiene la
autoridad en función de la posición que ocupa. Los subordinados encuentran que las órdenes de los
superiores están justificadas porque están de acuerdo con un conjunto de normas que estiman legítimas.
La burocracia es, por tanto, la forma organizativa que resulta de la aplicación de la autoridad Racional-
legal y se considera como una organización que:
– Está consolidada por normas escritas.
- Tiene un carácter formal de las comunicaciones.
– Está basada en una división sistemática del trabajo.
– Establece los cargos según el principio de jerarquía.
– Fija las normas y reglas técnicas para la realización de cada cargo.
- Tiene rutinas y procedimientos estandarizados.
- Busca previsibilidad en el comportamiento que está altamente formalizado.
– Selecciona a las personas sobre la base del mérito y no de las preferencias personales.
– Se basa en la separación entre la propiedad y la administración.
– Se caracteriza por la profesionalización de sus participantes.
La burocracia concuerda con el marco general de la estructura organizacional establecida por los teóricos
del proceso administrativo. Weber, con su modelo burocrático, proporcionó el marco teórico y punto de
partida para gran parte de la teoría e investigación actual sobre organizaciones complejas.
Aunque Weber parte de un análisis sociológico de las organizaciones, se adhiere a la corriente de la
administración científica por el carácter racional de la organización burocrática. Es precisamente por este
carácter de su teoría que se lo incluye dentro del grupo de los autores clásicos.
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Para Weber, el desarrollo del capitalismo exige una administración mediante la cual se puedan prever las
decisiones. La burocracia es un sistema jurídico - político abstracto, formal y previsible que mejor
promueve dicho desarrollo. El tipo ideal de burocracia se caracteriza por los siguientes aspectos:
-Alto nivel de especialización.
-Jerarquía establecida mediante reglas.
-Selección de personal con base en la competencia técnica.
-Separación de la fortuna privada y pública.
Weber deriva la organización burocrática de su tipología de la autoridad, según la cual, a cada tipo de
autoridad (carismática, tradicional, legal) corresponde un tipo de organización. Weber considera a la
burocracia como la más eficiente de las organizaciones. Es decir, la que mediante el desarrollo de reglas
impersonales que prevén en detalle las funciones y por medio de la selección de personal, basada en su
competencia técnica, puede alcanzar el más alto grado de eficiencia.
Una de las críticas principales a la teoría clásica es que parte del concepto de sistema cerrado para
estudiar las organizaciones, propio de la visión mecanicista del mundo de ese tiempo. Los distintos
modelos clásicos no consideraron las influencias del entorno en las organizaciones, así como muchos
aspectos internos de importancia. Otra crítica importante se refiere a que hicieron una suposición irreal
con respecto a la conducta humana, equiparando al trabajador con una máquina. March y Simon (1958)
describen la teoría clásica como el «modelo mecánico».
Las aportaciones posteriores hechas por los científicos del comportamiento serán decisivas para modificar
estos conceptos. Sin embargo, se debe reconocer que muchos principios clásicos son utilizados hoy en
día por muchas organizaciones y, por lo tanto, igual que no se deben aceptar las teorías clásicas sin
crítica, así tampoco deben rechazarse muchos de sus principios a ciegas.
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La crisis económica producida a partir de la quiebra de la bolsa de Nueva York en octubre de 1.929,
produjo una fractura social y económica como pocas veces se ha visto antes. Este hecho disparó una
sucesión de cambios al interior de las organizaciones que llevó a muchos investigadores a buscar
soluciones nuevas a los nuevos problemas que se estaban manifestando en el mundo de los negocios,
especialmente en lo referido a las restricciones que debieron contrarrestar muchas empresas.
Es así que en este período podemos identificar dos grandes corrientes de pensamiento que surgieron a
partir de ese momento:
-Por un lado, la Escuela de Relaciones Humanas, que introduce el factor grupal en el análisis del
rendimiento del trabajo.
-Por otro, la aparición de la Escuela Neoclásica compuesta por los continuadores de las ideas de Taylor
y Fayol, que proponen una adecuación de los modelos clásicos al nuevo contexto.
De alguna forma, esta escuela es el resultado de los cambios en el contexto y en las organizaciones entre
el período 1.925 – 1.945
Cambios en lo político:
-La crisis económica del ‘30
-El progresivo reemplazo de las monarquías residuales por estados democráticos.
-El ascenso de los regímenes fascistas en Europa.
-El avance de movimientos políticos de carácter popular.
-El comienzo de la 2da. Guerra mundial.
Cambios en lo social:
-El desarrollo de los movimientos obreros y sindicales.
-El desarrollo de los estados con tendencia social para contener la crisis económica.
-La creciente demanda de regulaciones de protección laboral.
-Los avances de la sociología y, especialmente, de la psicología que será la base científica de esta
escuela.
A partir de estos cambios, las organizaciones se vieron sorprendidas por la aparición de nuevos
fenómenos como:
a-crecientes exigencias de participación por parte de los empleados;
b-resistencia a los sistemas autoritarios, especialmente las nuevas generaciones;
c-inutilidad de los sistemas tradicionales de incentivos;
d-regulación de la producción dentro de los límites fijados por los obreros;
e-hastío y agotamiento generados por las tareas rutinarias propias de la extrema especialización del
obrero;
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f-creciente necesidad de los empleados de participar en situaciones grupales como refuerzo de sus
identidades de trabajadores.
Los modelos de Taylor y Fayol se manifestaron impotentes para interpretar de forma exitosa esta nueva
realidad, ya que habían sido diseñados para otro contexto en el cual el factor humano era secundario y,
por lo tanto, comenzaron a surgir restricciones que impedían alcanzar los niveles de eficiencia para los
que habían sido diseñados. La escuela de relaciones humanas intenta poner en el centro del análisis
a la reacción de los trabajadores ante los distintos estímulos propuestos desde la organización.
Este enfoque se desarrolló en los EE.UU. a partir de la década de los años ’30 al criticar las teorías
anteriores y trae una nueva concepción de la administración basada en el comportamiento humano
dentro de las organizaciones. Hasta ese momento no se consideraba determinante el factor humano
que, en definitiva; piensa, decide, siente y actúa en base a ello; siendo un componente fundamental en la
comprensión sobre lo que implica administrar una organización, diferenciándose así notoriamente de las
corrientes anteriores que consideraban a la persona como un aspecto secundario que debía adecuarse al
funcionamiento de la máquina, desconociendo la relevancia de su rol en la organización.
Con el enfoque del comportamiento, la preocupación por la estructura se desplaza hacia la
preocupación por los procesos humanos y la dinámica grupal.
Elton Mayo inicia su investigación cuando trata de demostrar la influencia que producen las
condiciones de trabajo en la productividad. Los resultados de las investigaciones de Mayo en
Hawthorne, Estados Unidos; constituyen el origen de la Escuela de Relaciones Humanas y del enfoque
del Comportamiento Administrativo.
Los primeros resultados y observaciones determinan que reoriente su investigación al utilizar otras
técnicas de investigación que lo llevan a concluir que la influencia del grupo social sobre el
comportamiento individual es lo que determina la productividad. Las fases de investigación fueron
las siguientes:
-Relación de variables fisiológicas con la productividad. En esta primera fase, Mayo experimentó en
una sala de ensamble, en la cual participaron seis mujeres que armaban aparatos telefónicos, la
influencia de variables fisiológicas como la iluminación, la humedad, la disminución de la jornada de
trabajo, el reposo, etc., en la producción. La variable dependiente era la producción y la variable
independiente la iluminación, la humedad, etc. Al relacionar las variables se encontró que la producción
no era influida por las condiciones físicas del trabajo, ya que se incrementaba a pesar de la variación
provocada.
En esta fase se concluyó que existían fuertes lazos de solidaridad en el grupo experimental que
permitieron producir más y que se empezó a sugerir el liderazgo en el grupo. Estas conclusiones
llevaron a Mayo y a sus colaboradores a cambiar la técnica de investigación.
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En esta fase se concluyó que factores humanos y sociales como el estatus, la motivación, el
sistema de valores de la organización y sobre todo el grupo de trabajo, influían sobre el
comportamiento individual en el proceso de producción.
Esta posición de Mayo, dio inicio a la Escuela de Relaciones Humanas que tuvo una influencia decisiva
en los estudios posteriores sobre motivación, liderazgo, dinámica de grupos, organización informal,
administración participativa, etc.; dando inicio de esta manera a la gran corriente de la Administración
del Comportamiento Humano, que incluye también a las Escuelas de Psicología y Sociología, la
Escuela de la Teoría de la Organización o Behaviorista y posteriormente, el Desarrollo Organizacional.
Esta corriente tiene la premisa que las tareas administrativas deben ser ejecutadas y consideradas en la
forma sugerida por el pasado reciente, la costumbre o la tradición utilizando el proceso administrativo
(método empírico). Su objetivo central es evitar errores utilizando la experiencia pasada. Esta escuela
integra conocimientos y postulados de diversas corrientes, y trata de agruparlos en un pensamiento
universal y homogéneo a través de la aplicación del proceso administrativo de Fayol.
La Escuela Neoclásica está formada por los continuadores de los clásicos de la administración y la
conforman diversos autores con distintas miradas sobre el fenómeno administrativo, pero los unía su
adhesión a los principios clásicos de la administración, especialmente de H. Fayol.
La dificultad de estas corrientes y teorías se manifiesta con su ubicación temporal como escuela, pues se
extiende desde el fallecimiento de los precursores hasta finales de la década del ‘50, como influencia
activa, llegando casi hasta nuestros días su influencia pasiva, por la mera difusión de sus trabajos.
El período de mayor desarrollo va desde los comienzos de la década del ’30 hasta finales de la década
del ’50, identificándose dos etapas bien marcadas: antes y después de la 2da. Guerra mundial (a los fines
de este trabajo corresponde separarlos).
A pesar de haber actuado en forma contemporánea con la escuela de Relaciones Humanas, esta
escuela centra su foco de atención en los aspectos formales para profundizar el logro de la
eficiencia operativa, lo que la convierte en una corriente de pensamiento que marca una línea de
continuidad con los clásicos.
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En el periodo 1930/1948, con ya más de treinta años de vigencia de las técnicas y teorías clásicas, las
organizaciones presentaban especiales características que exigían su consideración. Ocurrió que el
tiempo transcurrido y los hechos sucedidos en el contexto transformaron a las organizaciones, obligando
a los investigadores a estudiar formas de adaptación y modernización de las técnicas tradicionales de
eficiencia y racionalización propias de los autores clásicos. Algunas de los nuevos elementos a considerar
fueron:
-Mayor automatización en sus procesos productivos;
-Menor utilización de mano de obra en trabajos de producción, transporte, carga, descarga y
comunicación;
-Mayor cantidad de miembros, dado el crecimiento de las organizaciones;
-Mayor cantidad de fines a alcanzar en cada organización, por su crecimiento horizontal que tendía a
convertir a las organizaciones en plurifinalistas.
La Escuela Neoclásica dedicó sus mejores esfuerzos a atender las siguientes necesidades:
-Adecuación de las técnicas de eficiencia (de los clásicos) a los cambios tecnológicos;
-Adecuación de las técnicas de eficiencia a los nuevos sistemas automáticos de transporte, carga,
descarga y comunicaciones;
-Adecuación de los procedimientos y principios de dirección a la mayor cantidad de miembros y
de fines de las organizaciones;
-Formulación de principios de estructura y control que posibilitarán la dirección de las
organizaciones;
-Formulación de principios de departamentalización y de autoridad funcional para atender la
multiplicidad de fines organizacionales.
En este contexto surgen autores que tratan de satisfacer dichas necesidades; sus ideas no intentaban
reelaborar los modelos clásicos ni cambiar sus pautas metodológicas, ni su sistema de valores, sino que,
por el contrario, reivindicar su filiación clásica y explicitan con claridad su intención de adaptar y de ajustar
(sin modificar sustancialmente) los esquemas clásicos a las nuevas exigencias que el contexto impuso a
las organizaciones.
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Estos autores modificaron y adaptaron las técnicas de Taylor, Gantt y Gilbreth; con el objeto de responder
a las necesidades de automatización que los cambios tecnológicos exigían. Sus trabajos se centraron en
la adecuación de los cambios tecnológicos a los procesos industriales y al estudio de las técnicas de
eficiencia a los nuevos sistemas automáticos de transporte, carga y descarga, comunicaciones, estudios
de métodos y tiempos y otros temas de estudio propios de la ingeniería industrial.
-Gulick, como todos los neoclásicos, reconoce una clara filiación fayolista. Expone que la tarea de
administrar consta de siete elementos; esto es, dos más que Fayol (para quien administrar era prever,
coordinar, organizar, dirigir y controlar). Las dos tareas que incorpora surgen de sendos desdoblamientos
en prever y organizar.
Para Gulick, los elementos de la administración son:
- La planificación (planning);
- La organización (organizing);
- La formación del plantel (staffing);
- La dirección (directing);
- La coordinación (coordinating);
- La rendición de cuentas (reporting);
- La confección del presupuesto (budgeting).
Con las iniciales de estos elementos forma la palabra POSDCORB (por sus siglas en inglés),
denominación que utiliza para referirse a su modelo de administración.
-L. Urwick también sigue con fidelidad la concepción de Fayol sobre administración, a la que agrega lo
siguiente:
La función previsión incluye para él dos aspectos separados: vaticinar, por un lado; y hacer planes por
el otro. La operación de esta relación causal entre proceso y efecto la ejemplifica así:
-Vaticinar lleva a hacer planes;
-organizar tiene por objeto coordinar;
-mandar acaba en controlar.
De esta forma asigna categoría a planear, coordinar y controlar, como efectos de vaticinar, organizar y
mandar; que serían procesos.
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-Otro autor neoclásico, W. Newman; coincide con la enumeración de los elementos de Fayol, agregando
una sexta función a la que llama ejecución por parte de los administradores de tareas no delegadas.
-Koontz y O´Donnell, afirman que la administración es planificar, organizar, formar cuadros, dirigir y
controlar. También estos autores siguen los lineamientos clásicos, con la sola excepción de que
reemplazan la coordinación de Fayol por el concepto de formación de cuadros.
Dado que los neoclásicos fundamentaban la administración únicamente en un conjunto de principios,
trataron de ampliar las bases explicativas y de lograr mayor eficiencia normativa en función de una mayor
extensión, tanto en lo que hace a su número como en lo referente a las aplicaciones de la lista original de
los 14 principios que formulará Fayol. Así, para Urwick los principios de administración eran veintinueve y
para Koontz y O´Donnell, éstos llegan a sesenta y uno.
Los principios más importantes, y a los cuales los autores neoclásicos prestaron mayor atención, fueron
los siguientes:
b) AUTORIDAD Y RESPONSABILIDAD
Entre los principios neoclásicos se acuerda especial interés a la correlación que debe existir entre
autoridad y responsabilidad. Urwick señala al respecto que la responsabilidad de los que posean
autoridad debe ser absoluta dentro de los términos definidos para el cargo. Explica además que los
supervisores son responsables personalmente por los actos de sus subordinados y que, en todos los
niveles, autoridad y responsabilidad deben coincidir y ser iguales.
Unidos los conceptos de autoridad y responsabilidad, los neoclásicos definieron el concepto de
delegación. Solo es posible alcanzar la eficiencia cuando se logra la máxima delegación de
responsabilidades, afirmaba Urwick; que además, suponía que la falta de audacia para delegar y la
ausencia de conocimiento acerca de la forma de hacerlo, eran las causas más comunes de deficiencia en
las organizaciones.
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Lo nuevo es que las necesidades que tenían las organizaciones ante el notable incremento en la cantidad
de miembros y en la multiplicidad de fines, obligaron a los neoclásicos a buscar la forma de aplicarlo, sin
perder ni a unidad de mando, ni la responsabilidad de cada función.
Gulick y Urwick coinciden en que a medida que crecen el volumen y la escala de la labor de organización,
crece la necesidad de que a los administradores les ayude constantemente un número cada vez mayor de
expertos y especialistas (el staff). Pero también reconocen que la multiplicación de estos expertos del
estado mayor ha colocado a los altos administradores ante nuevos y complejos problemas de
coordinación. La enunciación de los principios de autoridad de línea y de estado mayor fue extraída de los
manuales militares y de los conceptos de autoridad de Fayol.
También enunciaron el concepto de estado mayor general, cuya misión debe ser la ayuda al funcionario
de línea en la consecución de las metas de dirección, coordinación y control. Este estado mayor general
no es solamente un asesor, sino que, además, debe preparar y transmitir ordenes, debe coordinar y
controlar las tareas, aunque todo ello lo hace como representante del funcionario de línea y en función de
las decisiones que este haya adoptado.
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estableciendo, además, de quien depende el cargo y quienes dependen de él, para que y hasta que
límites tiene autoridad y cuál es el alcance de su grado de responsabilidad.
Todos los autores neoclásicos elaboran modelos de estructura tratando de alcanzar con ellos
universalidad, es decir, un modelo formal aplicable a todos los tipos de organización. De todos estos,
existe uno que ha alcanzado notable difusión, a punto tal de mantenerse aun en vigencia: se conoce
profesionalmente como ACME, sigla representativa de la Association of Consulting Management or
Engineers, que lo elaboró y publicó.
Esta asociación agrupaba a los ingenieros consultores estadounidenses y respondió a las necesidades
manifiestas de las empresas en lo referente a contar con un modelo matriz para estructurar sus
operaciones. La ACME elaboró y publicó un trabajo denominado Normas de la relación entre las
actividades funcionales y los elementos de dirección de la empresa, que reúne las condiciones de una
importante encuesta realizada por la asociación con la colaboración de sus miembros. El esquema
general ACME incluye siete áreas básicas:
-cuatro de línea (investigación y desarrollo, producción, comercialización, y finanzas y control);
-y tres funciones de apoyo (secretaria y legales, administración de personal y relaciones externas).
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A partir de estos trabajos, la administración contó con el conocimiento científico de las variables
fundamentales para la explicación de aspectos relacionados con el comportamiento. Respecto al
conflicto organizacional, algunos autores de esta escuela comenzaron a estudiarlo y sentaron las bases
para investigaciones posteriores. Kurt Lewin y otros autores llegaron a manifestar que el conflicto
organizacional no siempre era evitable y que, en algunos casos, era parte de las características de la
estructura organizacional.
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Tanto los psicólogos sociales, como los que se especializan en psicología organizacional, se preocupan
por la problemática del individuo analizando:
-cómo perciben el entorno;
-qué es lo que los motiva y por qué;
-qué niveles de frustración y conflicto les generan…
Los aportes de los psicólogos permitieron descubrir la compleja realidad del comportamiento del individuo.
Sostenían que el estudio de la personalidad, percepción, motivación y aprendizaje es una
introducción muy enriquecedora para el administrador, ya que le permitirá interpretar mucho
mejor ciertos problemas de la organización.
Directamente vinculados con esta escuela, existen tres aportes de notable importancia desarrollados a
partir de los estudios realizados:
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-El ser humano prefiere ser dirigido, desea eludir la responsabilidad, tiene ambición, desea la seguridad
por encima de todo.
-El hombre promedio es por naturaleza perezoso; trabaja lo menos que puede.
-Es egoísta e indiferente a los fines de la organización.
-Es resistente al cambio.
Los principios de la Teoría X son elementos tomados de la realidad, dándose especialmente en los
niveles de base donde características como estas son de constante preocupación para la dirección. Un
caso representativo es el que se da en las industrias metalmecánicos o constructoras, las cuales utilizan
un alto porcentaje los principios mencionados en la teoría X. En estas, se deben establecer sistemas de
control rígidos ya que los empleados no toman su trabajo como un medio de realización personal sino
como una forma de subsistencia donde se sienten socialmente forzados a permanecer en el y en la cual
no se presenta una correlación directa con las políticas de la compañía.
Los registros de producción, las tarjetas, la supervisión, el control del horario de entrada y salida son
frecuentes ya que es la forma más eficiente de obtener resultados satisfactorios. La producción en serie
genera en los empleados conductas conservadoras hacia su trabajo llegando a rutinizarse en sus
actividades o asumir una empatía hacia el trabajo, hacia el medio en que este ubicado y hacia sus
compañeros.
Esto se ve altamente influenciado por el nivel cultural y social que presentan esta clase de trabajadores.
Se generan de esta forma enfrentamientos obrero - patronales que, aunque no son palpables, sí están
implícitos, dando unos comportamientos que traen consecuencias negativas tanto en el individuo como en
el grupo. Para contrarrestar estos comportamientos, la administración da constante incentivos para
mejorar las condiciones de los trabajadores, pero los resultados que se obtienen son los mismos, es decir,
esfuerzo mínimo y un desinterés por los objetivos de la empresa.
Según McGregor, la Teoría Y debe ser el conjunto de supuestos nuevos que orientan el desarrollo de la
teoría moderna de la administración, ya que son más optimistas respecto de la conducta del trabajador.
Estos le dan al individuo mayor oportunidad de realización tanto personal como en su trabajo. Es el punto
ideal de una política motivacional para encontrar y aplicar ideas innovadoras y lograr una administración
más eficaz que permita una mayor productividad en las organizaciones.
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La realidad ha demostrado que no se puede ser extremista en la aplicación certera de una de estas dos
teorías. Tanto la teoría X que considera al hombre como un factor conservador, o la teoría Y que lo
considera como un elemento activo y dinámico, son aportes necesarios y valiosos en una verdadera
aplicación de la administración organizacional. Puede mencionarse que, en los casos mencionados
anteriormente, se aplican en ellos principios diferentes de administración dependiendo de factores como
la naturaleza del trabajo, el nivel cultural de los empleados, escala salarial, relación con los demás
compañeros de trabajo, aspectos psicológicos, etc.
Las nuevas organizaciones surgidas en el período de posguerra no sólo debían competir con sus iguales
por el mercado interno, sino que debían afrontar la nueva realidad con teorías obsoletas que habían
mostrado eficacia en el pasado pero que ya no daban respuestas adecuadas ante las nuevas
circunstancias.
Las organizaciones de la década del ‘50 exigen teorías integradoras de sus objetivos con sus miembros,
que consideren la realidad de su problemática, que reconozcan la existencia de conflictos y los estudien
en lugar de negarlos. Exigen, además, que inserten las posibilidades de participación tratando de lograr
eficiencia y satisfacción sobre bases lógicas, razonables y científicas.
La escuela del Comportamiento Administrativo surge de la teoría de las relaciones sociales y su
enfoque es de modo predominantemente psicológico y motivacional, pues analiza principalmente la
conducta (behavior) del individuo en la organización.
El behaviorismo o conductismo es la corriente de la psicología que se basa en la observación del
comportamiento del ser que se estudia y que explica el mismo como un conjunto de relaciones
entre estímulos y respuestas.
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Esta corriente tendrá una influencia decisiva en la conformación de esta nueva escuela del pensamiento
administrativo. Fueron importantes además los aportes de distintos autores de la administración con la
publicación de obras que tuvieron un hilo conductor en el comportamiento humano en la organización. Los
principales antecedentes de esta escuela se refieren a:
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Se puede influir a través del consejo, de la persuasión y de la sugerencia; de esa forma se pueden
obtener resultados que la autoridad no hubiera logrado. La autoridad necesita estar legitimada por la
estructura formal, la influencia actúa independientemente de ella.
Además, Barnard expone la “Teoría del área de aceptación de Influencia”, según la cuál cada
subordinado delega en su superior la capacidad de someterse y aceptar su influencia, pero
siempre referida a un área determinada, es decir, dentro de ciertos límites y sólo referida a éstos.
En su libro “El Comportamiento Administrativo”, H. Simon incluye esta teoría y expone que los diferentes
tipos de participantes dentro de la organización son los empleados, los clientes y los proveedores. Cada
uno de ellos realizan aportes a la organización y esperan de ellas distintos tipos de recompensas.
Las recompensas que ofrece la empresa pueden ser monetarios o relacionados con el status de la
organización. Si bien los empleados consideran al salario como principal elemento motivador como
recompensa del aporte que realizan, la supervivencia de la organización y obtener los objetivos de la
misma son también incentivos importantes.
El equilibrio de la organización se obtiene en la medida que ella sea capaz de generar los recursos
necesarios para brindar los incentivos que mantendrán la participación de los distintos actores de la
misma.
En resumen, los aportes y compensaciones se relacionan con los participantes de la siguiente manera:
-En toda organización existen participantes (dueños, propietarios, empleados, clientes y proveedores)
todos aportan o contribuyen en busca de una retribución y es necesario para que la organización
funcione.
-Los dueños aportan capital su retribución es la utilidad.
-Los empleados aportan trabajo su retribución es el salario.
-Los clientes aportan ingresos por ventas su retribución es la satisfacción.
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Los participantes cuentan con recursos, fines, un sistema de valores y una determinada dosis de
influencia o de poder. Sobre la base de estos elementos, se suceden coaliciones (alianzas grupales) entre
los participantes para obtener fines en común. El proceso de alianzas incluye una negociación entre los
individuos cuando los fines no son coincidentes. Dicha negociación se basa en la cantidad de recursos y
de poder de cada participante en relación con los demás.
Cyert y March, desarrollan esta teoría y explican que el proceso político tiene tres etapas:
1-El proceso de negociación o regateo durante el cual se fija la composición y condiciones
generales de la coalición,
2-El proceso organizativo interno de control mediante el cual se estabilizan y elaboran los objetivos,
3-El proceso de adaptación a la experiencia mediante el cual se alteran los acuerdos organizativos en
respuesta a los cambios en el medio ambiente.
March y Simon, al estudiar la forma de reacción al conflicto por parte de la organización, definen cuatro
modelos clasificados en dos grupos:
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Las variables estudiadas por Simon que sentaron las bases de la Teoría de la Decisión son:
1. Distinción entre lo fáctico y lo ético y su relación con los hechos y valores:
Simon ubica a las decisiones diciendo que cuando lleven a la selección de finalidades últimas, se llaman
juicios de valor; cuando impliquen el logro de tales finalidades, se llaman juicios de hecho.
De esta forma, separa a las decisiones que pueden verificarse sin inconvenientes (juicios de hecho) de
aquellas otras donde la complejidad aumenta por influir los valores y el sentido de lo ético (juicios de
valor) que, en consecuencia, adquieren distintos grados de subjetividad.
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Esto constituye la adecuación del comportamiento a los fines que se persiguen, eligiendo la alternativa
racional; conciente o subconscientemente racional de las facetas de la conducta humana ante un proceso
decisorio.
RACIONALIDAD se refiere a la adopción de las alternativas que ofrezcan el mayor grado de eficiencia
para la organización en pos de obtener el fin que se quiere alcanzar, teniendo en cuenta el sistema de
valores cuyas consecuencias fueron valoradas.
Esta relacionado con el concepto de “hombre administrativo”, un individuo que siempre selecciona la
alternativa mas eficiente.
Pero hay una limitación en la racionalidad del individuo, la imposibilidad de conocer las múltiples
consecuencias posibles de las decisiones presentes. Es un individuo diferente al del homo economicus
que se suponía totalmente racional.
Simon introdujo el concepto de Racionalidad Limitada, expresando que el ser humano, en la realidad,
no cuenta con la posibilidad de operar con un conocimiento total sino sólo parcializado ante las
distintas facetas que componen una decisión o problema. Ante los límites que la racionalidad impone,
Simon propone que la conducta decisoria tienda a lograr objetivos satisfactorios en lugar de la
maximización que proponían los clásicos ante la suposición de que se operaba con absoluta racionalidad.
Como aspecto suplementario de la racionalidad, Simon define al comportamiento del individuo como
marcadamente finalista, o sea que en su conducta se propone todo el tiempo lograr metas. Dicho
de otra manera, seria suponer que la conducta está guiada y orientada por fines que, al lograrse, se
convierte en medios de otros fines más elevados, y así sucesivamente.
El estructuralismo tiene como precursor a Max Weber debido a que sus obras analizaban la estructura
burocrática y las estructuras sociales. Al final de la década de 1950, algunos sociólogos que tenían a este
autor como referencia, llevan a cabo un movimiento intelectual conocido como la Teoría o Enfoque
Estructuralista. Esta corriente de pensamiento permitió un desdoblamiento de la teoría de la burocracia y
una ligera aproximación a la teoría de las relaciones humanas, representando una visión crítica de la
organización formal weberiana.
La oposición que surgió entre la teoría tradicional y la teoría de las relaciones humanas hizo necesaria
una posición más amplia y comprensiva que integrase los aspectos considerados por una y omitidos por
la otra, y viceversa, logrando así una visión de síntesis que no se había logrado hasta ese momento. Es
así como el estructuralismo vino a suplir esa deficiencia de análisis incorporando una perspectiva mucho
más amplia de los fenómenos sociales y organizativos. La totalidad, la interdependencia de las partes y el
hecho de que todo es más grande que la sencilla suma de sus partes, son las características básicas del
estructuralismo.
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La influencia del estructuralismo en la administración parte de la premisa de que las variables sociales se
replican y se reproducen en las organizaciones. Por lo tanto, el estudio de las organizaciones, desde el
estructuralismo, debería contemplar estos múltiples elementos en el análisis.
Ese enfoque múltiple utilizado por la teoría estructuralista involucra:
1. la organización formal como la organización informal.
2. las recompensas salariales y materiales como las recompensas sociales y simbólicas.
3. los diferentes tipos de organizaciones.
4. el análisis intraorganizacional y el análisis interorganizacional
Los autores estructuralistas buscan interrelacionar las organizaciones con su ambiente externo, que es la
sociedad organizacional, caracterizada por la interdependencia de las organizaciones. Es por esto que
nace un nuevo concepto de organización y un nuevo concepto de hombre: el hombre organizacional,
que desempeña roles simultáneos en diversas organizaciones.
Para los estructuralistas, la sociedad moderna e industrializada es una sociedad de organizaciones de las
cuales el hombre depende para nacer, crecer, vivir y morir. Esas organizaciones se diferencian y
requieren de sus participantes determinadas características de personalidad. Esas características
permiten la participación simultánea de la persona en varias organizaciones, en las cuales desempeña
variados papeles. El estructuralismo amplió el estudio de las interacciones entre los grupos sociales para
el de las interacciones entre las organizaciones sociales.
Las organizaciones pasaron por un proceso de desarrollo a lo largo de cuatro etapas, que son:
1. Etapa de la naturaleza: Es la etapa inicial, en la cual los factores naturales, o sea, los elementos de la
naturaleza, constituían la base única de subsistencia de la humanidad.
2. Etapa del trabajo: A partir de la naturaleza, surge un factor perturbador que inicia una verdadera
revolución en el desarrollo de la humanidad: el trabajo, este condiciona las formas de organización de la
sociedad.
3. Etapa del capital: Es la tercera etapa en la cual el capital prepondera sobre la naturaleza y el trabajo,
transformándose en uno de los factores básicos de la vida social.
4. Etapa de la organización: La naturaleza, el trabajo y el capital se someten a la organización.
Esta escuela pretende equilibrar las funciones de la organización prestando atención tanto a su
estructura como a las personas, y poniendo énfasis en los aspectos de autoridad y comunicación. El
estructuralismo considera que existen cuatro elementos comunes a todas las organizaciones:
1-Autoridad: en todas las organizaciones hay un grupo de personas que tienen la función de dirección.
2-Comunicación: en las organizaciones existen sistemas de comunicación formal e informal para lograr
objetivos.
3-Comportamiento: en todas las organizaciones existe una división del trabajo roles a desempeñar por
las personas.
4-Estructura: en todas las organizaciones existen reglas, normas y políticas que se establecen para
formalizar el comportamiento. Toda estructura tiene jerarquías y relaciones de poder que determinan el
comportamiento de las personas. Así las organizaciones se desdoblan en tres niveles organizacionales
como se presenta a continuación:
a) Nivel institucional: es el nivel organizacional más elevado compuesto de los dirigentes o de altos
empleados.
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b) Nivel gerencial: es el nivel intermedio situado entre el nivel institucional y el nivel técnico cuidando de
la relación y la integración de dos niveles, el nivel gerencial detalla los problemas de la captación de los
recursos necesarios para colocarlos dentro de las diversas partes de la organización y de la distribución y
colocación de los productos y servicios de la organización.
c) Nivel técnico: es el nivel más bajo de la organización, también denominado nivel operacional. Es el
nivel en que las tareas se ejecutan, los programas se desarrollan y las técnicas se aplican.
La teoría estructuralista inicia los estudios sobre medio ambiente organizacional, partiendo del concepto
de que las organizaciones son sistemas abiertos en constante interacción con su medio ambiente.
Además, los estructuralistas introducen factores más complejos en el análisis organizacional. Sostienen
que en las organizaciones se presentan conflictos y dilemas organizacionales que provocan tensiones y
provocan antagonismos e involucran aspectos positivos y negativos, cuya solución exige innovación y
cambios en la organización.
Esta teoría es eminentemente crítica. Se concluye que esta teoría es una teoría de transición a la teoría
de sistemas.
Las hipótesis de trabajo del estructuralismo eran las siguientes:
• Mostrar el enfoque orientado de afuera hacia adentro de la organización en una sociedad de
organizaciones, cada organización debe estudiarse en su contexto y no sólo en su interior.
• Proporcionar un análisis organizacional desde un enfoque múltiple y amplio.
• Mostrar las diversas tipologías de organización, con el fin de facilitar el estudio comparativo de
estas.
• Dar una idea de los objetivos organizacionales que orientan la dinámica y la estructura de las
organizaciones.
• Identificar los conflictos organizacionales y su influencia en los cambios e innovaciones que
ocurren en las organizaciones.
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Luego de la segunda guerra mundial, las organizaciones comienzan a crecer y a experimentar cambios
significativos en sus estructuras nunca antes vistos, lo que las tornan más complejas y más difíciles de
abordar, para lo cual las teorías tradicionales de la administración muestran limitaciones e insatisfacción
para comprender la nueva realidad organizacional.
Es así que la ciencia administrativa, gradualmente comienza a prestar atención a la Teoría General de
los Sistemas que surge a finales de los años ’20 pero que cobran impulso renovado a partir de la década
del ’50.
Ludwig Von Bertalanffy fue quien expuso por primera vez esta teoría con la intención de lograr una
metodología integradora para el tratamiento de los problemas científicos.
Sólo en 1954 el esfuerzo realizado por Bertalanffy, junto al economista K. Boulding, el biomatemático A.
Rapoport y el fisiólogo R. Gerard; fructifica, y fundan la Sociedad para la Investigación de los Sistemas.
El primer objetivo que se fijó la sociedad fue la búsqueda de aspectos comunes que posibiliten la
transferencia intercientífica con el consecuente enriquecimiento general de las distintas ciencias.
Dicho enfoque ha sido usado por las ciencias físicas, biológicas y sociales; como un marco de referencia
general, y puede ser usado como marco de referencia para la integración de la teoría organizacional
moderna. En ese sentido, la administración adoptó este enfoque ya que podría constituir el medio que le
permita avanzar en lo referente a metodología semántica y uniformidad científica.
CONCEPTO DE SISTEMAS
Se ha definido el sistema como «un todo unitario organizado, compuesto por dos o más partes,
componentes o subsistemas interdependientes y delineado por los límites, identificables de su
ambiente». El ser humano, por ejemplo, es un sistema que consta de varios órganos y miembros; solo
cuando éstos funcionan de manera coordinada, es eficaz. De igual manera, se puede pensar que la
organización es un sistema que consta de varias partes interactuantes".
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2. TIPOS DE SISTEMAS
a. En cuanto a su constitución, pueden ser físicos o abstractos:
-Sistemas físicos o concretos: compuestos por equipos, maquinaria, objetos y cosas reales. El hardware.
-Sistemas abstractos: compuestos por conceptos, planes, hipótesis e ideas. Muchas veces solo existen
en el pensamiento de las personas. El software.
b. En cuanto a su naturaleza, pueden cerrados o abiertos:
-Sistemas cerrados: no presentan intercambio con el medio ambiente que los rodea, son herméticos a
cualquier influencia ambiental. Las máquinas.
·-La organización como sistema abierto: se puede definir como un sistema abierto al entorno, con el cual
intercambia elementos e información y del cual recibe la influencia que condiciona su actividad,
comportamiento y resultados.
La Teoría General de Sistemas (TGS) no busca solucionar problemas o intentar soluciones
prácticas, pero sí producir teorías y formulaciones conceptuales que puedan crear condiciones de
aplicación en la realidad empírica. La TGS afirma que las propiedades de los sistemas no pueden
ser descritas significativamente en términos de sus elementos separados. La comprensión de los
sistemas solamente se presenta cuando se estudian los sistemas globalmente, involucrando todas
las interdependencias de sus subsistemas.
Bertalanffy se interesó principalmente por los sistemas abiertos. La categoría más importante de los
sistemas abiertos son los sistemas vivos. Muchos autores hacen analogías entre las organizaciones y los
organismos vivos, destacando que la organización crece en tamaño por el crecimiento de las partes, ella
ingiere cosas y las procesa en productos o servicios. En este proceso hay una entrada y una salida y un
proceso intermedio necesario para la vida. La organización reacciona a su ambiente, ajustándose y
adaptándose a él para sobrevivir, y cambia sus mercados, productos, técnicas, estructura. Por último, la
organización necesita de una retroalimentación o feedback para el control del estado del sistema.
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-Importación (entrada): la organización recibe insumos del ambiente y necesita provisiones energéticas
de otras instituciones, personas o del medio. Ninguna estructura social es autosuficiente.
-Transformación (procesamiento): los sistemas abiertos transforman la energía disponible. La
organización procesa y transforma insumos en productos acabados, mano de obra, servicios, etc.
-Exportación (salidas): los sistemas abiertos exportan ciertos productos hacia el medio ambiente. Los
sistemas como ciclos que se repiten: el funcionamiento de cualquier sistema consiste en ciclos repetitivos
de importación-transformación-exportación.
-Entropía negativa: los sistemas abiertos necesitan moverse para detener el proceso entrópico y
reabastecerse de energía manteniendo indefinidamente su estructura organizacional.
-Información como insumo, retroalimentación negativa y proceso de codificación: los sistemas
vivos reciben como insumos, materiales conteniendo energía que se transforman por el trabajo hecho.
-Estado firme y homeostasis dinámica: los sistemas abiertos se caracterizan por un estado firme, ya
que existe un influjo continuo de energía del exterior y una exportación continua de los productos del
sistema.
-Equifinalidad: los sistemas abiertos se caracterizan por el principio de equifinalidad, o sea, un sistema
puede alcanzar, por una variedad de caminos, el mismo estado final, partiendo de diferentes condiciones
iniciales.
-Límites o fronteras: como sistema abierto, la organización presenta límites o fronteras, esto es, barreras
entre el ambiente y el sistema. Definen el campo de acción del sistema, así como su grado de apertura.
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El enfoque sistémico de la administración es básicamente una teoría general comprensible, que cubre
ampliamente todos los fenómenos organizacionales. Una síntesis integradora de los conceptos
clásicos, estructuralistas y del comportamiento. La teoría no rechaza la necesidad de un proceso
administrativo en los cinco pasos clásicos, ni desprecia la estructura organizativa, pero le introduce un
concepto de sistema que permite estudiar la administración en relación con el medio, teniendo en cuenta
todos los elementos del sistema y permitiendo su integración.
La Teoría General de Sistemas aporta las siguientes características:
-Un modelo teórico - conceptual (sistema, insumo, proceso de conversión, producto, retroalimentación)
susceptible de aplicarse a las ciencias sociales.
-El concepto de organización como sistema abierto que sienta las bases de una noción integral de la
organización y de la administración estratégica.
-Un enfoque multidisciplinario de la organización que permite equilibrar y ponderar en su justa medida sus
distintos elementos.
-La aplicación de conceptos de homeostasis, entropía negativa y equifinalidad en las ciencias sociales.
A partir de la década del ’50, algunos autores coinciden en señalar que comienza a formarse una nueva
corriente de pensamiento que podríamos señalar como la segunda etapa de los neoclásicos, en la cual
confluyen distintas obras y autores que proponían una superación de los modelos neoclásicos de la
primera etapa, tratando de adecuarlos a las nuevas características del contexto organizacional que estaba
caracterizada por:
-el aumento del tamaño de las organizaciones,
-el aumento de sus miembros,
-un incremento en los fines,
-una mayor dinámica en el mercado de consumo.
En una clara línea de continuidad con los neoclásicos de la etapa anterior, debido a sus constantes
referencias a los principios de los autores clásicos, podemos identificar dos corrientes desarrolladas por la
nueva generación de autores que siguieron adhiriendo a esta corriente. Por un lado, aquellos autores que
se apoyaron en modelos matemáticos para resolver sus problemas de administración en lo que se
denominó la Teoría Matemática y; por otro, un conjunto de autores con mayor diversidad que, con una
formación menos ingenieril y más sociológica, formaron parte de un movimiento que intentó dar
respuestas a las necesidades de la función de dirección. Son conocidos también como los neoclásicos
eclécticos.
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Conocida también como Escuela Cuántica o de Investigación de Operaciones, tuvo sus antecedentes
en 1940 en Inglaterra, por la necesidad de resolver problemas militares, estratégicos y tácticos. Después
de la guerra esta escuela se desarrolló en los Estados Unidos, donde ha tenido gran preponderancia e
impacto en las organizaciones.
La Escuela o Teoría Matemática de la Administración, centra la aplicación de las matemáticas al proceso
administrativo, dando como resultado la llamada investigación de operaciones y la toma de decisiones.
Sus principales representantes fueron Russell Ackoff y Carl Barth.
La investigación de operaciones, “es la aplicación de la lógica matemática y el método científico a
la resolución de problemas administrativos que puedan ser expresados por modelos matemáticos,
con el fin de deducir a través de ecuaciones algebraicas los problemas planteados”.
Esta corriente está formada por autores de diversos origenes y formación; aunque, como se dijo antes,
confluyen en su adhesión a los principios de los autores clásicos. Para dar cuenta de este movimiento, se
citarán cuatro autores que fueron de gran importancia: Peter Drucker, George Odrione, Ernest Dale y
Lawrance Appley.
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Administración por Objetivos. Este nuevo enfoque establece que los objetivos generales de una
organización deben coordinarse con los objetivos individuales para que el personal logre su
autorrealización mediante la consecución de los objetivos organizacionales. Lo que interesa es precisar
que en todo proceso administrativo se deben fijar los objetivos para lograr al final unos resultados, y como
lograrlos en el cambio de acción. De ahí resulta que dentro del proceso se pueden ir fijando objetivos más
cercanos que son obtenidos en el curso de acción. Esto permite que a corto plazo se detecte si la acción
administrativa se está cumpliendo tal cual se previó, o si hace falta aplicar acciones correctivas.
Dentro de la Administración por Objetivos, también vale la pena mencionar a George Odiorne quien en su
obra “La Dirección por Objetivos”, la define como: “Un procedimiento por el cual los directivos
superiores y subordinados de una organización, identifican a un tiempo sus metas comunes,
definen las principales zonas de responsabilidad de cada individuo con arreglo a los resultados
que se esperan de él, y utilizan estas medidas como pauta para gobernar la unidad y fijar la
contribución de cada uno de sus miembros".
El mismo Odiorne, afirma que la Dirección por Objetivos es fundamentalmente un modo de incluir un
modelo más lógico y eficaz, cosas que muchas gentes practican ya, si bien en forma caótica o soslayando
el riesgo personal y la responsabilidad”.
Aunque la idea de los objetivos no es completamente nueva como fue objetada por algunos, esto no
impidió que se desarrollara sobre ellos, una completa y, por qué, no decirlo a veces sofisticada tecnología,
que de alguna manera ha ayudado a la administración a ser más efectiva, logrando el incremento de
ganancias, mayor desarrollo empresarial, costos más bajos y aumento de las ventas.
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También afirma que un gerente profesional debe ser un estudioso continuo de los principios, un experto
en el arte y un maestro en el manejo de los instrumentos. Además, debe practicar elevadas normas éticas
y autodisciplina.
Propone además que, para saber de la eficiencia de un gerente, deben analizarse sus resultados en la
empresa.
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Muchos historiadores coinciden en el hecho que durante la década del ’60 se produjeron una serie de
cambios sociales como nunca antes se habían observado. Revoluciones culturales y políticas en distintas
partes del mundo, nuevos desarrollos tecnológicos que permitieron al hombre llegar a la luna, conflictos
propios de un mundo bipolar caracterizado por la guerra fría entre EE.UU. y la ex U.R.S.S., la carrera
espacial y armamentística, el hipismo y el rock como contracultura, nuevos consumos culturales donde la
televisión pasó a ser el centro del entretenimiento familiar y propagación del consumo, el desarrollo
económico de EE.UU. y Europa occidental, etc. Estos y otros cambios sociales produjeron un nuevo
modo de pensar en las nuevas generaciones de jóvenes que comenzaron a cuestionar los valores y
sistemas de autoridad tradicionales que constituyeron la modernidad. Comienza una época de crisis de
valores que va a tener impacto en la forma de llevar adelante la conducción de las organizaciones,
caracterizadas por la complejidad e imprevisibilidad del futuro.
Los enfoques surgidos a partir de esta década intentan dar cuenta de esta nueva situación. Se hace cada
vez más evidente la insuficiencia de las teorías anteriores para absorber la complejidad del entorno
organizacional. Por lo tanto, los nuevos enfoques emergentes son modelos de administración con mayor
rigor científico y académico, y cada vez más integradores y superadores de la administración tradicional.
Haciendo un repaso por los enfoques surgidos a partir de esta etapa, elegimos reflejar los más
significativos y de mayor impacto. Esta consideración no es objetiva ni universal, sino una interpretación
subjetiva del que escribe.
La Teoría de Contingencia enfatiza que no hay nada absoluto en la teoría administrativa o en las
organizaciones, todo es relativo, todo depende, y así las técnicas administrativas apropiadas para
el logro de los objetivos de la organización tienen una relación funcional con las características de
cada organización y esa relación es del tipo «si entonces» en lugar de las típicas relaciones causa-
efecto.
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La Teoría de Contingencia surgió a partir de una serie de trabajos orientados a verificar cuáles eran las
estructuras más eficaces en determinados tipos de empresas.
Los investigadores Chandler (1962), Burns y Stalker (1961) y Lawrence y Lorsch (1967); aisladamente
trataron de determinar si las empresas eficaces seguían los postulados de la teoría clásica tales como la
división del trabajo, el control, la jerarquía, etc. Los resultados, sorprendentemente, condujeron a una
nueva concepción de administración: no hay una única y mejor forma de organizar, todo depende de
las circunstancias de una organización.
Estas investigaciones y estudios fueron contingentes en el sentido en que buscaron comprender y
explicar el modo en que funcionan las empresas en diferentes condiciones. Estas condiciones varían de
acuerdo con el ambiente o contexto. Uno de los aspectos más interesantes de la teoría de contingencias
es el hecho de que casi todos los conceptos administrativos son utilizados en términos relativos y
no en términos absolutos como un continuo. Así, el modelo mecanicista incluido en las teorías
clásicas de la administración y el modelo orgánico correspondiente a las teorías sistémicas, no son dos
modelos antagónicos, sino dos extremos de un continuo de variables organizacionales. La tarea puede
ser en un extremo rutinaria y en otro no rutinaria.
La visión contingencial de la administración pone en evidencia que las fronteras entre diversas teorías y
escuelas se hacen cada vez más inciertas y permeables, con un creciente y pujante intercambio de ideas
y de conceptos, a su vez estableciendo que todos los elementos organizacionales pueden utilizarse, pero
deben ser aplicados en cada empresa en función de las contingencias que se den en ella; es decir, en
función de cómo sean los factores que afectan a una determinada organización.
Para operativizar el análisis de la adecuación de los elementos administrativos en una organización,
proponen como factores a considerar en ese análisis el ambiente, la tecnología y las características
organizacionales, considerando como variables independientes el ambiente y la tecnología, mientras que
las características organizacionales son consideradas como variables dependientes.
EL AMBIENTE
Para la Teoría de Contingencias, el ambiente es todo aquello que envuelve a una organización
(Chiavenato 1990). Es el contexto en el cual una organización está inserta. Como la organización es un
sistema abierto, está en permanente intercambio con dicho ambiente, y su análisis es fundamental para
acertar con las decisiones organizativas, ya que dichas decisiones deberán ser diferentes según los
ambientes sean homogéneos o heterogéneos, estables o inestables.
Richard H. Hall, propone como medio para analizar el ambiente como variable independiente una división
en dos segmentos:
1. Por un lado el ambiente general, que es común para todas las empresas y que afecta a las mismas
directa o indirectamente y en el que están incluidas las condiciones legales, políticas, económicas,
demográficas ecológicas o culturales.
2. Y por otro lado el ambiente de la tarea, que es el ambiente más próximo e inmediato de cada
organización, el ambiente particular que además está constituido por los proveedores, los clientes o
usuarios, los competidores y las entidades reguladoras. Cuando una organización escoge su producto o
servicio y cuando elige el mercado donde pretende colocarlos, está definiendo su ambiente de tarea.
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LA TECNOLOGÍA
La tecnología es la segunda variable independiente contemplada por la Teoría de Contingencia y es la
que tiene influencia en las decisiones organizativas. Todas las organizaciones utilizan algún tipo de
tecnología para realizar sus operaciones y esa tecnología puede ser de dos tipos:
1. Tecnología incorporada: bienes físicos tales como el aparataje o la maquinaria utilizada en la
producción.
2. Tecnología no incorporada: el conocimiento que tienen las personas y es fundamental para la
producción.
Según la Teoría de Contingencia, las decisiones organizativas deben darse en función de la tecnología
preponderante en la organización. En términos generales, de acuerdo con esta teoría, según la tecnología
sea incorporada (bienes y equipos) o no incorporada (cualificación de los técnicos) y según los ambientes
sean estables o inestables, homogéneos o heterogéneos, se aplicarán uno diseños organizativos u otros.
CARACTERÍSTICAS ORGANIZACIONALES
El concepto de sistema abierto de la Administración, ha hecho que sea la corriente dominante en esta
disciplina desde que fuera enunciada por Chandler como consecuencia de los trabajos que realizó en la
década de los ’60; y a partir de ese momento, la mayoría de los investigadores parten de estas premisas
epistemológicas.
Henry Mintzberg (1995), establece que hay unos determinados tipos de organizaciones que comparten
unas características ambientales y tecnológicas y que por lo tanto deberían compartir igualmente
estructuras con características muy parecidas, proponiendo unas organizaciones agrupadas en tipologías
según sus contingencias.
Los autores que defienden la Teoría de Contingencia pretenden sugerir estructuras más adecuadas para
situaciones específicas y muestran un gran consenso con respecto a temas comunes tales como:
1. Son unánimes en el rechazo de los principios universales de la Administración. La práctica
administrativa es eminentemente situacional y circunstancial.
2. Como la práctica de la Administración es circunstancial, el administrador debe desarrollar sus
habilidades de diagnóstico para tener la idea precisa en el momento preciso.
3. El enfoque de contingencias es aplicable a gran número de situaciones administrativas, principalmente
a aquellas que involucran componentes de comportamiento.
4. Todos los conceptos planteados por las distintas teorías administrativas son colocados en términos
relativos y por lo tanto todos son útiles según sean convenientes para las características de la
organización concreta de que se trate.
Burns y Stalker (1961), afirmaron que diferentes condiciones del entorno hacían más o menos apropiadas
diferentes estructuras organizativas. Comprobaron que una estructura organizativa mecanicista o
burocrática era más apropiada para entornos más estables, mientras que una estructura orgánica, menos
formalizada y muy descentralizada, era más eficaz cuando el entorno era cambiante.
Con respecto a los autores que realizaron sus investigaciones relacionando tecnología y estructura
organizativa, cabría destacar a Woodward (1965) por ser de los primeros que relacionan estas dos
variables. Las conclusiones de Woodward, las sintetiza Díez de Castro (1999) en los tres puntos
siguientes:
1. El diseño organizativo está profundamente afectado por la tecnología utilizada por la organización.
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2. Existe una fuerte correlación entre la estructura de la organización y la previsibilidad de las técnicas de
producción.
3. Las empresas con operaciones estables necesitan estructuras diferentes a las de las organizaciones
con tecnologías cambiantes.
Después de relacionar y analizar las variables controlables y las variables del medio, se elabora la
estrategia de la organización.
Se entiende por estrategia la elección que debe hacer la organización, entre la continuidad de las
políticas actuales y el cambio, en función de nuevos objetivos.
Las definiciones de estrategia necesariamente deben contener los siguientes puntos comunes:
-Procede de una representación conceptual de las relaciones entre la organización y el medio.
-Está sometida a condiciones de validez. Debe ser compartida por los cuadros directivos.
-Es un procedimiento global y continuo.
-Permite tomar decisiones a la organización en un medio dinámico.
-No es posible formular la estrategia cuando se carece de una visión integral de la organización, de sus
objetivos y de su medio competitivo.
Algunas de las corrientes de pensamiento que integraron esta escuela son las siguientes:
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Ansoff y Hayes, definen la planeación estratégica como aquella que consiste en un análisis racional
de las oportunidades ofrecidas por el medio, de los puntos fuertes y débiles de la organización y
de la selección de un compromiso estratégico entre los dos que mejor satisfagan los objetivos de
la organización.
Así, la planeación constituye un proceso que se inicia con el establecimiento de objetivos y metas
organizacionales, define estrategias y políticas para lograr estas metas y desarrolla planes
detallados para asegurar la implantación de las estrategias y con ello obtener los fines buscados
por la organización. La planeación estratégica supone una reflexión mental que permite diseñar
estrategias para la organización en situación de competencia y de adaptación a su medio.
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La calidad puede definirse como el cumplimiento de los requisitos para la satisfacción de las
necesidades de los clientes.
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William Ouchi sostiene que uno de los éxitos más significativos de este tipo de organizaciones es el
denominado “Círculos de Control de Calidad” en los que se comparten las responsabilidades de definir
y resolver problemas de plantación y ejecución de la productividad. En estos círculos intervienen
activamente todas las personas que tienen que ver con el proceso de la producción, incluyendo las
directivas, mandos medios, empleados, grupos informales y hasta los sindicatos. En este novedoso
sistema de dirección, el trabajador raso es un importante elemento que puede llegar a plantear mejoras y
las fallas que inciden en el desarrollo de su actividad. De esta manera se integra a los objetivos de la
empresa obteniendo como resultado una producción de gran calidad y un mejor estado anímico del
trabajador, pues hace que este se sienta parte vital de este proceso y desea contribuir al desarrollo y éxito
de la organización.
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El Desarrollo Organizacional (D.O.) es una escuela administrativa que se caracteriza por una serie de
postulados y estrategias que se enfocan en la aplicación de las ciencias del comportamiento humano y
que, actualmente, son más relevantes que nunca al entorno de la globalización.
El (D.O.) surge en la década del ’70 como respuesta a las características de continuo cambio de las
organizaciones.
Representa esencialmente un esfuerzo pedagógico y educativo orientado a cambiar actitudes,
valores, comportamientos y la estructura de la organización; en forma planeada para adaptarla a
un medio que se modifica y evoluciona sin cesar.
El (D.O.) como proceso planeado de cambio de la estructura y del comportamiento de las organizaciones,
se fundamenta teóricamente en los trabajos sobre la motivación de Maslow, McGregor, Herzberg,
McClelland y otros; y en la idea de que la organización es un sistema social, postulado por la escuela del
comportamiento administrativo y la escuela sociológica de las organizaciones.
El D.O. critica las anteriores Teorías de la Organización por los diversos problemas (mecanismo,
parcialidad, disfunciones, falta de soluciones) que han confrontado en su aplicación práctica.
Los instrumentos conceptuales que utiliza para reeducar el comportamiento humano y mejorar las
relaciones sociales son la dinámica de grupos, técnicas de comunicación y liderazgo, sesiones de
confrontación, talleres de trabajo, observación participante, entrevistas, etcétera. Estas técnicas las aplica
en los laboratorios de sensibilidad mediante el grupo T (T-Group), con el propósito de analizar al
individuo y al grupo como agentes de cambio para adaptar la organización al medio.
Entre los principales autores del D.O. se pueden mencionar a Leland Bradford, Blake y Mouton, Warren
Bennis, Richard Breckhard, Roland Lippitt, H. Mintzberg
-Warren Bennis, define al D.O. como “una respuesta al cambio, estrategia educativa cuya finalidad
es cambiar las creencias, actitudes, valores y estructura de las organizaciones de tal forma que
éstos puedan adaptarse mejor a nuevas tecnologías, mercados y retos; así como al ritmo
vertiginoso del cambio mismo”. Establece que son cuatro las condiciones que dieron origen al
desarrollo organizacional:
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-Richard Beckhard, afirma que el D.O. es “un esfuerzo planificado de toda la organización y
administrado desde la alta gerencia para aumentar la efectividad y el bienestar de la organización
por medio de intervenciones planificadas en los procesos de la entidad, las cuales aplican los
conocimientos de las ciencias del comportamiento”
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1. Diagnóstico. El diagnóstico es la primera etapa del DO, en ésta el agente de cambio junto con el grupo
directivo describen, sin evaluar la situación actual de la organización. El diagnóstico abarca dos áreas
principales: el subsistema o la estructura organizacional formal y los procesos organizacionales; o sea, lo
que conforma la cultura organizacional; cómo trabaja el grupo y los aspectos referentes a valores, mitos,
etc.
2. Planeación de la estrategia. Una vez definido el diagnóstico, el agente de cambio y el grupo
determinan los cursos de acción necesarios, así como las etapas y el tiempo para lograr un cambio
planeado en la organización
Las estrategias del DO son los medios y técnicas que se utilizan para el cambio; estas técnicas son
diversas y su aplicación depende de los recursos, características y necesidades de cada organización.
3. Educación. Comprende el proceso de modificación de la conducta de los individuos y grupos,
mediante la aplicación de las estrategias, implica el cambio de cultura organizacional propiamente dicha.
4. Asesoría, entrenamiento y consultoría. Se realiza de manera simultánea a la etapa de educación; el
agente de cambio asesora y entrena al grupo para retroalimentar el proceso y diseñar los ajustes
necesarios.
5. Evaluación. Una vez aplicadas las estrategias, se evalúan los resultados para retro informar el proceso
y hacer los ajustes necesarios.
En síntesis, el desarrollo organizacional es una estrategia que implica la reestructuración de los sistemas
tradicionales de la organización y que lleva implícita la idea de participación y desarrollo de las personas
mediante la educación y la aplicación basadas en las ciencias del comportamiento.
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CONSIDERACIONES FINALES
El recorrido hecho hasta aquí tiene como finalidad la realización de una breve reseña de lo que podemos
señalar como la Administración Tradicional del siglo XX. Las escuelas y enfoques vistos nos proporcionan
una idea global sobre la evolución del pensamiento administrativo moderno.
Como hemos visto hasta aquí, la Administración, al igual que otras disciplinas, es de carácter dinámico.
Cada nueva propuesta intenta superar a las anteriores y se inscribe en la idea de proporcionar soluciones
nuevas a nuevos problemas que van surgiendo en el contexto, y que demandan cada vez más,
respuestas rápidas y acertadas.
Es casi obvio observar que las distintas perspectivas que fue ofreciendo la Administración tuvieron como
finalidad el incremento de la eficiencia y la productividad de las organizaciones. Dado que estos fines
tienen un carácter distintivo, considero que es la variable más impulsora de los cambios que se necesitan
en las ellas. Cada vez que un método comienza a mostrar insuficiencias, los autores apelan al
conocimiento disponible de la sociedad para mejorar los procesos y reconfigurar la organización para
mantener dicha finalidad en vigencia.
También vale destacar que, por la diversidad de enfoques, corrientes e ideologías; no podemos hablar
una teoría universal de la administración, ya que es una disciplina fundamentalmente práctica y empírica.
Es decir, una teoría es válida en la medida que funciona. Cuando ya no lo hace es reemplazada y
superada por una nueva. Esta dinámica hace muy difícil establecer un método de trabajo perdurable y
aplicable a todos los casos.
Es importante también mencionar que podemos observar dos líneas de pensamiento bien diferenciadas
hasta mediados del siglo XX: las Teorías Clásicas, que tuvieron un alto impacto y auge a principios del
siglo; y el surgimiento de las Escuelas del Comportamiento, que emergen como crítica ante el excesivo
determinismo y énfasis en la organización formal propias de las teorías clásicas. Este antagonismo inicial
abrió un debate sobre cómo incluir la dimensión humana en el análisis organizacional y así es como,
promediando el siglo pasado, podemos observar una progresiva transición hacia los enfoques de síntesis
que intentaron brindar respuestas más efectivas a las demandas organizacionales de los nuevos y
cambiantes entornos.
La fundamentación de los enfoques y autores recuperados en este trabajo se basan en el consenso
existente en los ámbitos académicos, en relación a destacar aquellos que han realizada aportes
sustantivos en la configuración de esta disciplina. No obstante, toda selección está dotada de cierta dosis
de arbitrariedad y subjetividad, por lo que se aceptará que los lectores consideren que algunos autores
tengan más relevancia que otros, o que algunos importantes no hayan sido incluidos en este texto.
Habiendo hecho un repaso por el siglo XX de la administración, dejamos abierto el debate sobre los
posibles enfoques y tendencias que se destaquen en el siglo XXI.
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BIBLIOGRAFIA CONSULTADA: