En México existe una crisis debido a problemas que afectan a toda la
población; por falta de agua, incluso hay sectores más afectados que otros. Esto se debe a que hay un uso deficiente de los servicios de agua, así como también de saneamiento, los cuales dan paso a algunas dificultades de escasez en dicho entorno. Hay una demanda considerable de agua provocado por el incremento de la población que hay en toda la región; por ejemplo, una persona emplea 300 litros de agua al día aproximadamente, esto en la Ciudad de México; siendo el doble de lo que utilizan las ciudades como Monterrey o Sao Paulo (Brasil). Existen diversos factores importantes como la contaminación, el crecimiento industrial y la sobreexplotación, que influyen mucho en la escasez afectando a otras regiones. Sobre su población, se dice que dicha problemática se presenta ya que con el paso del tiempo la ciudad de México se ha ido acabando (hundiendo) entre 6 a 28 cm al año, el cual provoca un aumento de deficiencias en las tuberías a las que no se les puede purificar conforme van apareciendo. Otra de las explicaciones se da debido al cambio climático, las altas temperaturas y las sequías que existen en muchas zonas de México. Situación y contexto de la problemática del agua en México El repartimiento geográfico del agua en México, no se ajusta con la distribución geográfica de la población. La capacidad de agua renovable en el país per cápita promedio es de 4,028 mt 3 por habitante y por año. Sin embargo, hay mucha diferencia entre el Sureste y el Norte del país; se visualizan diferentes áreas con gran insuficiencia de agua con eventos hidrometeorológicos habituales, los cuales significan costosas inundaciones afectando a los pueblos jóvenes y su infraestructura.
En la zona centro–norte del territorio se aglomera el 27 % de la
población, se desarrolla 79% del PIB y se cuenta con sólo 32% del agua renovable; en cambio, en la zona sur donde existe el 68% del agua el país, se asienta sólo 23% de la población y se genera 21% del PIB.
La deteriorada calidad del agua superficial restringe su
aprovechamiento, en términos de DBO (demanda biológica de oxígeno):
22.7% del agua superficial se encuentra contaminada o
fuertemente contaminada. 33.2% del agua superficial tiene calidad aceptable. 44.1% del agua superficial observa calidad buena y excelente.
La cobertura nacional de agua potable es 91.6 %. En zonas urbanas la
cobertura es 95.4 %. En zonas rurales (localidades menores a 2, 500 habitantes), la cobertura es 78.8% debido a la dispersión de la población en condiciones fisiográficas complejas, y la dificultad técnica y/o financiera de desarrollar sistemas de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas residuales.
El 78% del agua se utiliza para fines agropecuarios.
La efectividad de conducción y repartimiento es de 86% y 76%, respectivamente. El sector agropecuario genera 62% de las aguas residuales (cargas orgánicas, plaguicidas y fertilizantes, entre otros contaminantes). El agua para usos agropecuarios es virtualmente gratuita, no paga derechos por el uso y además recibe un alto subsidio en el costo de la energía para los casos en los que se utilizan aguas subterráneas, lo cual promueve la ineficiencia y la sobreexplotación.
La mayoría de las instituciones operadores de sistemas de agua para
servicio público son deficientes y opacos; funcionan con criterios políticos y clientelares, no están debidamente profesionalizados, dependen de muchos subsidios, y no están constituidos como empresas públicas sujetas a reglas claras y transparentes de gobierno.
En muchos sectores de las ciudades se derrocha alrededor de 40% del
agua, por fugas en las redes de abastecimiento y repartición y tomas domiciliarias.
Las tarifas de servicio público son adheridas políticamente por los
congresos y, con frecuencia, son insuficientes para asegurar la autosuficiencia de los organismos operadores, además de que algunos se manipulan con fines político-clientelares.
Constitucionalmente, los municipios tienen las facultades de ofrecer el
servicio público de agua y de tratar las aguas residuales. Con este justificativo la Federación ha descuidado responsabilidades de regulación sobre los organismos operadores municipales. En el mejor de los casos, la regulación está a cargo de los gobiernos estatales.
No existe un sistema de monitoreo en tiempo real, ni de información
pública creíble sobre el desempeño de los organismos operadores municipales, ni sobre la calidad de cuerpos de agua, descargas de aguas residuales, concesiones y disponibilidades.
Está ausente en la población una suficiente cultura de pago por los
servicios de agua, de uso responsable, de calidad ambiental, y de exigencia a los gobiernos municipales por un servicio de calidad. Problemáticas económicas del agua en México Desde julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció como derecho humano la entrada al agua. La resolución establece que una persona debe tener acercamiento a una cantidad de entre los 50 y los 100 litros por día y así cubrir sus necesidades domésticas y personales. Sin embargo, a pesar de ser reconocido como un derecho y un recurso clave en el desarrollo sostenible, la educación, la salud, el crecimiento económico y el medio ambiente, la Organización Mundial de Salud señala que la escasez de agua deteriora a cuatro de cada diez personas a nivel mundial. “En México, el agua destinada al abastecimiento público no ha logrado una cobertura en el país, porque no toda la población tiene agua o no dispone de ella diariamente”, afirma la doctora Margarita Ferat Toscano, profesora e investigadora del posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM. Dato IMPORTANTE: En 2015, de acuerdo con INEGI, de un total de 29 048 251 hogares: 21.2 millones recibía agua diariamente 4.4 millones cada tercer día 1.6 millones dos veces por semana 1.08 millones una vez a la semana El abastecimiento del agua en México afronta diferentes problemáticas que van desde la sobreexplotación de los mantos acuíferos, los problemas en la red de distribución del agua, la contaminación y la falta de un control sobre las concesiones, incluyendo la parte agrícola. DISTRIBUCIÓN DEL RECURSO: En el año 2015, CONAGUA indicó que hay una cobertura de agua potable en el territorio del 92.5%. De dicha cantidad, el 95% era destinado a zonas urbanas, lo restante a la población rural. Debido a esto las zonas urbanas pierden el 40% de agua potable por las fugas en las redes de distribución, el cual afecta a la falta de abastecimiento de algunas zonas de la región, incluso del país. Esto afecta considerablemente al agua que está destinada a la agricultura, destinando pérdidas del 50%. Los precios indican los siguientes porcentajes: Por ejemplo, en otros países, el precio de servicio de agua para las diferentes familias, tienen precio fijo y no tienen que preocuparse por si consumen más de lo establecido, porque no tienen un limite establecido. En México, los costos si varían de acuerdo al uso, por ejemplo; si es doméstico, comercial o industrial, por recursos disponibles, la cantidad de consumo y si es requerido por una persona física o moral. Las tarifas de uso doméstico se calculan con la base de un consumo de 30m3 al mes y va incrementando por cuestiones inflacionarias”, explica la experta en economía del agua. Además, como en otros países, en México el suministro del agua es subsidiado por el gobierno, por lo que se ha generado el acceso a grandes cantidades a un precio muy bajo, provocando escasez en ciertas zonas y sobreexplotación de los recursos hídricos del país. Se determina que el subsidio que aporta el gobierno a los consumidores es entre el 60 y 90% del costo real. Sin embargo, el promedio de recaudación por este servicio en México, es sólo de 79%. Dato IMPORTANTE: De acuerdo con la CONAGUA, México cuenta con 653 acuíferos. En 2014, 106 estaban reportados como sobre explotados, es decir, ya no tenían agua, 15 presentaban intrusión de agua marina salada y 31 tenían suelos salinos o con agua salobre. Posibles SOLUCIONES 1. De acuerdo con la CONAGUA, México cuenta con 653 acuíferos. En 2014, 106 estaban reportados como sobre explotados, es decir, ya no tenían agua, 15 presentaban intrusión de agua marina salada y 31 tenían suelos salinos o con agua salobre.
2. El delimitar las concesiones para limitar el agotamiento de los cuerpos
de agua subterráneos y un análisis sobre las tarifas, a fin de evaluar los precios reales, se contribuiría al mejor acceso al agua.
3. Otra posible solución es el USO DE PLANTAS DESALINIZADORAS. En
México se encuentras disponibles en algunos sectores