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Abuelidad Normal y Patológica. Hacia un Buen Envejecer. Graciela Zaresky.

ICE N°3.

Alumnas: Chaves Magali, Kalisz Lorena.

La abuelidad como función simbólica.

La abuelidad, si bien es uno de los temas del envejecer, no estable una relación
completamente lineal con el “ser viejo”. Llegar a abuelo no implica necesariamente ser
viejo. Ser abuelo, es solo una posible faceta de la identidad; se puede ser muchas cosas
además de abuelo.

La autora, plantea desde el enfoque psicoanalítico a la abuelidad como una función


simbólica en el orden familiar o social, diferente a la imagen del abuelo que es subjetiva,
teniendo en cuenta los registros Lacanianos. Entonces bien, la abuelidad no se relaciona
con una imagen o una edad cronológica simplemente; así como se habla de función
materna o paterna, es la abuelidad una función relevante para la estructuración del
psiquismo. Se trata de explicar cómo habita el individuo su orden trigeneracional. Indica el
orden al que todo sujeto adviene (no es casual, dice la autora, que a la mitad de la vida
nos acordemos del abuelo).

La abuelidad no se trata de un tema sólo del envejecer, ya que es una función. Un abuelo
puede habernos marcado en nuestros ideales, legado representaciones o bien trasmitido
sus conflictivas. Es esta función la que tiene que ver con la función de madre o padre de
nuestro padre o madre. Para cumplir con la función de abuelo, es necesario dejar a los
hijos el lugar de madre o padre, es de algún modo dejar de serlo.

Los modos de la abuelidad

De cómo se hayan ubicado en la función de madre/padre de nuestros padres, va a


depender que la función de abuelo sea lograda o fallida, en este segundo caso, dando
lugar a una abuelidad patológica, que se relaciona a su vez con la patología de la vejez, es
decir, los aspectos narcisistas no atravesados por la castración, no aceptación de las
pérdidas.

Zaresky plantea que si el abuelo juega con el nieto, es decir, no ocupa directamente su
lugar de padre, estamos hablando de una abuelidad sana. Sin embargo, a veces, cuando el
niño crece se olvida del viejo, esto se da en aquellos casos en los que el abuelo no pudo
acompañarles en su crecimiento por quedarse amarrado a un pasado, a la infancia de los
nietos. Es decir, para que la función de abuelidad sea lograda, debe aceptar además los
cambios en sí mismos y en los demás. El envejecimiento requiere seguir avanzando.
Pero el olvido del abuelo, también se debe en muchos casos a crecer olvidando que la
vejez existe, es por ello la relevancia de esta función en la estructuración del psiquismo.

Dos modalidades de Abuelidad: Normal y Patológica.

En la abuelidad normal, el abuelo se ocupa de reubicar al padre en su lugar, incitándolo a


este a luchar por el sentido de la paternidad, ubicándose como un eslabón más en la
cadena de transmisión generacional; este abuelo ubica a su propio hijo como padre, lo
incluye en su genealogía, y nombrando al nieto como hijo de su padre y anticipa los
movimiento de alienación y separación en que se irán constituyendo la identidad del
nieto. En la abuelidad patológica en cambio, el padre no es reconocido, es aquel abuelo
que ocupa su lugar, incentivando los odios.

En el primer caso, la autoridad obtiene reconocimiento en la comunidad y es tomado


como modelo, en el segundo, genera malestar, agresión contenida o manifiesta o genera
sometimiento (encadenamiento de violencias de generaciones en generaciones). En este
caso, ante la enfermedad del abuelo la patología se pone en evidencia. A medida que este
tipo de abuelo va envejeciendo, se va develando la debilidad de su función y en algunos
casos es segregado. Al primer abuelo, no se lo desplaza, ya que ocupa un lugar de
reconocimiento en la cabecera de las generaciones lo que posibilita la discriminación de
roles y la elaboración de duelos.

En las familias patológicas, al no haberse logrado nunca la diferenciación interna, no hay


posibilidades de acceder a la simbolización de la separación, y es así como lo nuevo será
rechazado. En cambio, en la otra familia, se presenta una transición desde ese modelo
hacia otro tipo de configuración, si bien la palabra del viejo es oída, se escuchan
disidencias que no suelen ser coartadas, lo que supone la incertidumbre y la apertura de
lo que no se sabe y no se puede predeterminar.

Posición frente a la Temporalidad.

En la abuelidad normal, el abuelo puede reconocer el paso del tiempo y lo acepta con
generosidad, dando lugar como función al orden trigeneracional. En cambio, en la
abuelidad patológica, los abuelos no pueden imaginar para los nietos un futuro distinto de
sus propias vidas pasadas, no aceptan el cambio; se trata de una continuidad que afirma el
anhelo de eternidad propio del narcicismo (en la abuelidad patológica, los aspectos
narcisistas no son atravesados por la castración).

Función Idealizante:
En la abuelidad patológica, el abuelo reclama a sus sucesores la identificación al yo ideal
que el instituye. En el otro modo de ejercer la función, el abuelo transmite identificaciones
a una diversidad posibles de ideales del yo.

Posición frente a la muerte:

Si la función que ejerce el viejo es sana, la muerte será aceptada, el orden simbólico
implica la aceptación de la realidad, la finitud y la muerte así como las perdidas y
separaciones. Ahora bien, en la otra modalidad de abuelidad, el abuelo pretende seguir
mandando, no se deja morir. Además, en lugar de permanecer productivo y recrear su
obra, su legado, la declinación de la genitalidad no es soportada y su pasividad e
improductividad se resuelve por el camino regresivo.

Cuadro comparativo: Abuelidad Normal y Patológica.

Abuelidad Normal Abuelidad Patológica


 El abuelo puede  El cambio no es
reconocer el paso del aceptado: Anhelo de
tiempo y lo acepta. eternidad.
 El abuelo transmite  El abuelo reclama a
identificaciones a una sus sucesores la
diversidad posibles de identificación al yo
ideales del yo. ideal que el
instituye.
 Aceptación de la  El abuelo pretende
realidad, la finitud y seguir mandando,
la muerte así como las no se deja morir.
pérdidas y
separaciones.
Abuelidad Normal Abuelidad Patológica
 El abuelo reubica a su  El abuelo ocupa el
propio hijo como lugar del padre,
padre. incentivando los
odios.
 Al abuelo no se lo  Ante el
desplaza, ocupa un envejecimiento y la
lugar en la cabecera debilidad de su
de las generaciones. función, el abuelo
puede ser
segregado.
 Se da lugar a nuevas  Lo nuevo será
configuraciones rechazado.
familiares.
 Apertura de lo que no  Aspectos narcisistas
se sabe y no se puede no atravesados por
predeterminar. la castración.

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