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RELATORÍA DEL LIBRO EL HOMBRE MEDIOCRE

GINET KARINA HERNANDEZ GARCÍA

20191015127

UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

FACULTAD DE INGENIERÍA SABIO CALDAS

INGENIERÍA INDUSTRIAL

BOGOTA D.C

2019
1. Identificar la tesis propuesta por el autor.

La tesis que nos ofrece a lo largo del libro este autor es que los hombres son idealistas gracias a
la evolución de la naturaleza, que los empuja a adaptarse y así crear ideales, además de que nos
plantea que con relación a los ideales existen dos tipos de hombres, los mediocres y los
idealistas. Las diferencias que estos dos tipos de hombre presentan, son una pieza fundamental
en la base argumentativa que el autor nos presenta durante el desarrollo de su obra. Pues a través
de las marcadas diferencias que muestran estos dos tipos de hombre el autor va haciendo crecer
la idea de cómo se desempeña cada uno de ellos socialmente de acuerdo con su comportamiento
frente a los ideales.

2. Con la tesis rescatar los argumentos que él utiliza para sostenerla

Los argumentos con los que el autor principalmente soporta esta tesis es el hecho de que los
hombres se ven en la obligación de evolucionar como respuesta de adaptación a la naturaleza,
que representa la evolución incesante de este planeta. Así que en consecuencia cuando el ser
humano emprende su camino a la evolución, que en resumen se variar, inicia la más perfecta
expresión del pensar humano, la concepción de ideales, estos nacen como producto de todas
aquellas condiciones y situaciones a las que el sujeto se ve sometido en su vida y por efectos
mismos de la evolución proyecta muchas de esas situaciones en ideas perfeccionadas, pero en
tiempo futuro.

Estas ideas de perfección que nos presenta el autor son tantas como hombres en el mundo, por lo
que el autor hace la aclaración de que estos ideales están planteados en tiempo futuro ya que son
maquinados por la imaginación, que no se plantea un límite o espacio, al contrario que la
experiencia, así que estos ideales al estar más allá de nuestras posibilidades del presente y ser
tomados como perfeccionamientos de la realidad actual están el la zona de lo perfecto, así que ya
en este punto de las ideas solo hay dos tipos de hombre respecto a este cambio, el mediocre y el
idealista.

Pero antes de empezar a aclarar las cuestiones del idealista y del mediocre es necesario anotar
que el autor plantea la existencia de dos tipos de idealismo, el romántico y el estoico. La
diferencia entre estos dos radica en que el ideal romántico es aquel guiado por las pasiones y en
la búsqueda de la consolidación de su ideal va en propósito de obtener lo más, pero termina
quedándose en lo menos por más fuerza que imprimen sus adeptos en realizarlos, en
contraposición el idealismo estoico es planteado desde la inteligencia que toma los ideales
románticos que han sobrevivido a los años y por tanto tienen más posibilidad de realizarse.

El idealismo no es sólo la concepción de ideas de posibles perfeccionamientos de los seres


humanos, si no que para su concepción es necesaria una educación básica, por eso los hombres
que no posea algún nivel de educación están destinados a seguir ideales que otros se han
planteado y a los que ellos bien pueden llegar a servir, pero no a entender y tomar como banderas
propias. Es por esa diferencia que no todos los hombres se elevan a la búsqueda de los ideales,
son solo algunas minorías, en donde los idealistas los que se han enlistado en estas búsquedas,
para formarse en filas y defenderlos, mientras los mediocres se han conformado con la vida que
les ha tocado y han de quedarse en casa.

En este punto es donde el autor empieza a marcar las diferencias entre el comportamiento de
estos dos tipos de hombre, el primero de los que resalta es el hecho de que el idealista se
conmueve con las artes, la poesía, filosofía y toda clase de disciplinas que durante la historia han
buscado enaltecer a los hombres, mientras que el hombre mediocre no siente la más mínima de
las pasiones con las que tanto disfruta el idealista, es la sensibilidad uno de los puntos de
diferencia entre los dos hombres.

En primera medida tocaremos al hombre mediocre, cuando el autor se refiere a este hombre se
refiere a él como el común denominador de las masas, el cual no sobresale por nada en especial y
entre más se le compara con otros más se parecen entre sí por más de que se jactan de ser únicos,
el hombre mediocre no presenta asomo se alguna genialidad, que le ayude a sacar la cabeza por
encima del resto de sus pares. Por otra parte, los hombres mediocres solo pueden ser medidos en
la sociedad en que viven y la función que en ella desempeñan, es decir, si un hombre vive en una
sociedad en la que se le obliga a expresarse sea cual sea en el ámbito que se desempeñe y este no
logra hacerlo con entereza este hombre no es útil para la sociedad en la que vive y por ende es un
mediocre.

A decir verdad, el autor se refiere ampliamente a estos sujetos durante su obra y entre otras cosas
principalmente a los defectos que este hombre presenta. El hombre mediocre se ve definido casi
en su totalidad por la visión que tengan los demás de él, por lo que busca propósitos en su vida
que lo dejen bien plantado ante los demás, el sujeto se machaca a sí mismo limitando su
existencia a lo que quiera la masa. Lo que lo hace un ser rutinario que defiende los dogmatismos,
prejuicios y automatismos que rigen a su sociedad hace siglos, para evitar levantar la cabeza
dentro de la multitud en la que se encuentra.

Además de todo esto se puede señalar que los hombres mediocres respecto a la palabra jamás la
arriesgan en favor o contra de nadie, es tan obtusa su visión que a pesar de poder llegar a estar de
acuerdo o en contra de alguna posición, siempre esperan que alguien se manifieste primero para
declarar que están de acuerdo con él, sin defender la voz propia y simplemente adhiriéndose a las
opiniones ajenas. El ejercicio de la vida del mediocre es triste, a decir verdad, pues aparte de los
comportamientos que ya se han mencionado este hombre se dedica también a la maledicencia y
la hipocresía.

En primera medida se dedica a la maledicencia en la medida en que le resulta más sencillo y


satisfactorio el hecho de rebajar a los que se han dedicado a los ideales que tratar también de
enaltecerse en esa búsqueda, por lo que se dedica a enlodar sus acciones y a mofarse de ellos. Sin
ser suficiente bajeza la maledicencia también se dedica a la hipocresía en la que se hacen
imitadores de aquellos que no pueden alcanzar y se jactan de virtudes que no poseen, un tanto
como el popular “dime que presumes y te diré que careces”, pero así han de comportarse los
mediocres que si bien no son pocos tampoco están en vano en la sociedad.

Ahora si hemos de tocar a los idealistas, que actúan en toda su extensión en contraposición a las
características de los mediocres que ya se han mencionado. El hombre idealista se caracteriza por
hacerse ver por su genio en la sociedad en que habita, no ha de pasar desapercibido ya que
profesa una idea de perfeccionamiento propia que podrá compartir con unos pocos que también
se han dedicado a estas nobles búsquedas. Por eso los idealistas se dedican a buscar el
perfeccionamiento del ser, una versión que se acerque más y más al perfeccionamiento que han
visto para sí mismos.

Por otra parte, los idealistas se definen a sí mismos, al contrario que los anteriores que se dejan
llevar por la opinión de la masa, estos a pesar de que la respeten les interesa más la suya y por
eso es la que toman en cuenta para forjar los rumbos de su vida. Los idealistas son la fuerza de
evolución de las sociedades, la cultura es el fruto de la curiosidad de los idealistas que se dedican
a la búsqueda de ella, por eso son ellos quienes se han hecho las preguntas que han cambiado la
humanidad mientras que el hombre mediocre lo considera todo normal y considera descabellado
buscar explicación a cuestiones tan simples en su corto razonamiento.

Mientras avanzamos en esta comparación se hacen cada vez más grandes los abismos que
separan a estos dos entes de la sociedad. Cómo ha de imaginarse el idealista no tiene miedo de
pronunciarse y lo hace con firmeza ya que es el mismo quien ha construidos sus argumentos, no
tiene miedo de poner en juego su palabra u opinión, por que tiene la facilidad para defenderla si
es el caso. Además, podemos mencionar que mientras los mediocres se dedican a la maledicencia
y la hipocresía los idealistas se dedican a disfrutar del buen vivir en la búsqueda de sus ideales
ofreciendo en vez de hipocresía, lealtad y coherencia en sus pensamientos, acciones y palabras
tanto a sí mismos como a sus pares.

Un punto que a mi parecer marca una distancia monumental entre los idealistas y los mediocres
es la concepción del éxito ya que los idealistas lo toman como un simple impuesto, pues para
ellos el todo es la gloria que ha de quedarse en ellos para siempre, la cual buscan por mérito
propio para que cuando la ebriedad de esta llegue a ellos les pertenezca en toda su extensión. Al
contrario de los mediocres que consideran el éxito su único fin y se deciden a llegar a él sin
importar el medio, ya sea arrastras , ayudados por los demás o bajo el precio de su dignidad ,su
único fin en la vida es ese , a sabiendas de que cuando la ebriedad del éxito llegue a ellos no les
será propia en toda su extensión y cuando quieran volver a llenarse de ella existirá el gran
problema de probablemente no volverán tocarla, bien sea por que la situación ya nos les sonrió o
porque ya no están aquellos cómplices que les ayudaron a escalar y así pierde el sentido la vida
del mediocre cuando no puede volver a saborear el éxito porque simplemente nunca le perteneció
a sí.

Ahora habiendo visto lo que son los mediocres y los ideales es momento de hablar la relación de
equilibrio que estos mantienen, pues como lo plantea el autor los idealistas son inconformes
constantes respecto a la realidad en la que viven y los mediocres están tan arraigados a esta
realidad que pese a lo que sea se aferran a ella y sus dinámicas, por eso los mediocres
constituyen el lastre que pone en cintura a los ideales y conserva el curso que tienen la sociedad
en este punto, por eso llama la atención lo verídico del planteamiento del autor y es que cada
hombre necesita de su enemigo.

3. Enumerar las conclusiones que deja el autor

El autor condensa sus conclusiones en dos capítulos del apartado “los forjadores de ideales”,
titulados Sarmiento y Ameghino respectivamente. En estos capítulos muestran cómo en este par
de hombres se condensan la más grande expresión del idealismo que ha tocado ya durante todo
su libro. Estos hombres se apegan tanto al idealista que describe este autor que los usa como
conclusión de su relato, estos hombres en especial destacan por sus obras que son el producto de
la búsqueda de sus perfeccionamientos a lo largo de sus vidas, obras que son la máxima
significación del idealista, pues si este no lleva su ideal a la obra termina por convertirse en uno
más de los mediocres que habla con fuerza para que se les escuche aun sin entenderle , pero no,
aquellos hombres se dedicaron a las ciencias, a las cuales decidieron consagrar la genialidad de
su espíritu a la realización de los mismos, en su momento tildados de locos, aunque no lo eran,
simplemente fueron catalogados así por los hombres mediocres, por no acomodarse en su lugar y
tiempo a las banalidades de las que estos disfrutaban, simplemente por vivir en concordancia a
sus ideales en la forma del ser y el hacer.

4. Describir las ideas que me aporta el autor

Las ideas que me aporta el autor en claridad son dos, la primera de ellas es que lo que abunda en
las sociedades humanas son hombres mediocres en muchos de los sentidos que el autor plantea
desde el comportamiento a la hora de hablar , hasta lo poco o “mucho” que le aportan a la
sociedad, lo cual es triste de pensar , por que si se tuviera un poco, tan solo un poco más de
conciencia respecto al estado enfermizo en el que se encuentra la sociedad tal vez y solo tal vez
esta emprendería un camino para alejarse de la mediocridad, no digo que al idealismo porque
siempre existir aquella mayoría que se resiste para mantener el equilibrio del que ya hable , pero
si podríamos estar mejor.

La segunda de estas ideas es que definitivamente el camino que siguen los idealistas es muy
complejo, es conservar la fe en una idea futura que puede ser o no ser y dedicar su vida a esa
búsqueda. Y que de un modo u otro muchos somos un mal intento de idealistas, porque tenemos
la idea del perfeccionamiento futuro de nuestras vidas, cuestiones económicas, familiares,
amorosas etc. Pero en la práctica cotidiana no hacemos más que agacharnos como el hombre
mediocre tal vez por la comodidad que eso nos representa en vez de sacar la cabeza del tumulto y
buscar de verdad todo aquello que decimos querer.

5. ¿Qué opinión tengo de la tesis del autor?

Considero que la tesis del autor es totalmente cierta, lo es tanto que se ve a cada paso en las
calles si se presta atención, la humanidad está hecha para ambicionar con una idea de perfección
futura siempre y es esa fuerza que solo logra germinar en algunos, es la que nos tiene parados en
el presente que experimentamos hoy, esos algunos son los genios que hemos estudiado en
algunas épocas de nuestras vidas ya sea que lo hayamos hecho por interés personal o por deber
académico pero sabemos de aquellos que cambiaron el rumbo de la vida con sus ideas, que
cambiaron la nuestra sin que siquiera hubiéramos nacido, sin que nuestros padres aun nos
hubieran imaginado, esos son los idealistas y lastimosamente los mediocres son aquellos que no
se decidieron a levantar la cabeza y buscar también sus ideales y defenderlos, de hecho si se le da
un poco de atención a esto tal vez si se hubieran levantado más cabezas en vez que tan solo las
de unos pocos entonces nuestro presente sería totalmente distinto al que hoy vemos.

6. ¿A qué conclusiones llego yo?

La conclusión a la que logró llegar a través del autor es que sin duda alguna perseguir un ideal es
la forma más difícil que se puede escoger para vivir, pero así mismo, vista desde las letras del
autor es la más gratificante, además de que también deja muy claro que no cualquiera es capaz de
seguir estas pasiones, se necesita de algo más especial que lo que tiene la gran mayoría a la hora
de seguir una convicción, algo mucho grande que solo la idea de intentarlo al menos. Todo un
compilado de virtudes es necesario para recorrer ese trasegar, que si bien no se nace con ellas el
en camino se van fortaleciendo. El ideal es mucho más que la sola idea de perseguir siempre un
punto mejor pintado en el futuro, muy lejos de nuestras manos, el ideal es en su mayor medida el
disfrute del camino que se recorre para llegar a él, las circunstancias, los peligros, las
enseñanzas, las habladurías, los enemigos y miles de cosas que le sobrepone la vida al valiente
que decidido emprender esta búsqueda, la cual convierte en su vida y único fin.
7. ¿Cuáles son mis argumentos para dar mis conclusiones?

Los argumentos en que me baso para dar esta conclusión es precisamente la vida y obra de los
dos personajes a los que el autor dedica sus últimas páginas, Sarmiento y Ameghino. En primera
instancia tocaremos la vida y obra de Sarmiento , más bien Domingo Faustino Sarmiento, nacido
en San Juan Argentina en 1811, hijo de una familia humilde, pero vinculada con las familias más
tradicionales de la ciudad, las primeras muestras de su amor por la academia se manifiestan en
1826 , cuando con solo quince años creó su primera escuela, hecho sobresaliente, teniendo en
cuenta que sólo recibió nueve años de educación formal y el resto de los años dedicados a su
estudio fueron gracias el complemento de los presbíteros José de Oro y Juan Pascual Albarracín
y su gran esfuerzo autodidacta, es por eso que en su escuela se contagia el sentimiento de amor
por los libros, su creciente intención de aprender y la curiosidad, rasgos muy propios hasta la
tumba.

En su momento se hizo unitario y luchó contra los federalistas, lucha que marcó su rumbo
ideológico para siempre, esto lo obligó a marcharse varias veces de su país lo que no le impidió
volver siempre, también trabajo hondamente en las cuestiones del periodismo tanto en Chile
como en Argentina fundando periódicos y haciendo oír sus letras con estrépito. En 1845
Domingo Sarmiento inició una publicación por entregas en el periódico El Progreso de Facundo,
la cual terminó por reunirse meses más tarde en un tomo titulado Civilización y Barbarie, la cual
actúa en respuesta a los reproches por una campaña antiterrorista por parte del dictador Juan
Manuel de Rosas, realizada por exiliados argentinos, este hecho es el que le da partida a Fausto ,
la cual es una biografía novelada del caudillo federalista Juan Facundo Quiroga que también
incluye un análisis del contexto en que se da y una mirada al futuro por parte del autor.

Esta es la obra máxima de Domingo Sarmiento en la cual expresa y hace letras su sentir como
amante de la academia y su pensamiento unitario, esta obra no es en sí una novela, un ensayo o
biografía, en su estructura contiene elementos de las tres, lo que lleva el orden propio del autor y
le ayudan a expresarse en el más completo sentido de sus ideas. Muchos años más tarde se hizo
presidente y el más notable de sus aportes a la nación es sin duda su obra educativa, realizo los
mejores esfuerzos que estuvieron en sus manos para poner a su país en un punto educativo
totalmente diferente invirtió en escuelas, educación para los maestros, entre otras muchas cosas
que fortalecieron inmensamente. Pensado ahora desde las líneas que el autor nos entrega en su
libro, el hecho de que Sarmiento se consolide con esta obra y siga el camino del ideal el resto de
su vida lo pone en el cielo de los idealistas y lo mantiene allí el hecho de que continuó con sus
luchas hasta el último de sus días, así convergerá para siempre la vida de este hombre con la del
idealista.

Ahora ya habiendo vistió la vida de Sarmiento hemos de tocar la de Florentino Ameghino, este
hombre que también es tomado por Ingenieros como un ejemplo de idealista nace en Luján 1854
en donde desde la juventud y gracias a su profesor se vio atraído hacia la paleontología, ciencia a
la que le dedico todas su vida , aprendió francés para acceder a material bibliográfico al respecto
y aunque sus primeros trabajos le costaron burla este no se destiño ante ello y por el contrario
con el fluir de los años se fue haciendo conocido gracias a sus aportes respecto a la fauna fósil de
los mamíferos en la pampa y la evolución del hombre en este mismo escenario. Se enaltecen
entre la comunidad científica luego de haber sido motivo de burla, se apropió del contexto de su
país y se dedicó a entregarle una extensa colección bibliográfica respecto a sus estudios y
hallazgos. Este es un gran ejemplo de lo que es seguir un ideal, este hombre se consagró a la
ciencia y hoy día el mundo científico le agradece lo que en su trasegar encontró, su obra extensa
y sus ideas que por más que surcaron zonas desconocidas no se alejaron de su fin último son las
razones que lo colocan también el cielo de los idealistas junto con Sarmiento.

Por lo que ya se ha señalado hemos de darnos cuenta que seguir un ideal ya sea de la virtud, la
belleza o la santidad en un mundo como el que vivimos requiere de un cínico grandísimo en el
ser que a estos fines desee dedicarse pues así como es el camino más gratificante no hemos de
olvidar a todas las situaciones que estos hombres virtuosos se han enfrentado en el trasegar de su
vida por el hecho de orientar los pensamientos en otro rumbo y por fin levantar la cabeza de
entre la masa.

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