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FILOSOFOS EN BOLIVIA

GUILLERMO FRANCOVISH SALAZAR:


Guillermo Francovich nace en Sucre, Bolivia, el 25 de enero de 1901. Hijo de padre europeo, Antonio
Francovich de Trieste, y madre boliviana, Carmen Salazar, natural del mismo Departamento de Chuquisaca,
tuvo desde niño una educación muy esmerada. Y en 1990 fallecido en Río de Janeiro (Brasil) Hizo sus estudios
primarios y secundarios en el Colegio del Sagrado Corazón, institución docente que dirigían los padres jesuitas.
Desde su temprana juventud hacia las disciplinas humanísticas se especializó en el estudio de la Filosofía,
materia en la que llegó a adquirir unos conocimientos que le situaron a la cabeza del pensamiento boliviano
Ingresó después en la Universidad de San Francisco Xavier de Sucre, donde estudia con Ignacio Prudencio
Bustillo. En 1920 recibe el título de abogado, pero Guillermo Francovich no llegó a ejercer esa profesión; su
vocación era la docencia. En 1922 fue designado profesor de Filosofía Jurídica de la misma universidad de la
que había egresado dos años antes.
Guillermo Franco Vich abandona la cátedra de Filosofía Jurídica en 1929 para ingresar en el servicio
diplomático boliviano. En 1930 sirvió como Secretario de la Legación de Bolivia en Lima. Al año siguiente fue
enviado como Secretario ante la Liga de las Naciones. En 1933 participó como Secretario de la Delegación de
Bolivia en la Séptima Conferencia Panamericana de Montevideo. Desde 1934 Fruto de esta intensa dedicación
al estudio de los textos reflexivos, a finales de los años treinta Guillermo Francovich dio a la imprenta una
ópera prima titulada Filósofos brasileños (Río de Janeiro: 1939), obra en la que mostraba una amplitud de
miras que, poco a poco, habría de ir centrando sus objetivos de análisis en el panorama cultural de su pueblo.
Así, tras la publicación de otros interesantes ensayos en los que indagaba en las ideas de algunos pensadores
extranjeros como el inglés Francis Bacon y el alemán Martin Heidegger, a mediados de los años cincuenta
publicó la que estaba llamada a convertirse en su obra más importante dentro del campo del análisis
filosófico, titulada El pensamiento boliviano en el siglo XX (México
1940 desempeñó sucesivamente los cargos de Secretario, Encargado de Negocios y Consejero de la Legación
de Bolivia en Río de Janeiro. En 1941 sirvió como Subsecretario de Relaciones Exteriores en La Paz y de 1942 a
1943 como Ministro Plenipotenciario en el Paraguay.
De regreso en Bolivia se incorpora de nuevo a las tareas docentes, y en 1944 es designado Rector de la
Universidad de San Francisco Xavier. Desempeña este cargo hasta 1952, fecha en la que recibe el
nombramiento de Director del Centro Regional de la UNESCO en el Hemisferio Occidental con sede en La
Habana. Desde 1962 reside en Río de Janeiro dedicado a una intensa labor intelectual, que fue dando a la
prensa las obras más maduras de su producción.
En reconocimiento de su servicio en el cuerpo diplomático y sus esfuerzos en pro de una visión continental
entre los pueblos iberoamericanos, Guillermo Francovich fue condecorado como Oficial de la Orden del Sol del
Perú, Oficial de la Legión de Honor de Francia, Comendador de la Orden del Cruzeiro do Sul del Brasil, Gran
Oficial de la Orden del Mérito del Paraguay y Gran Oficial de la Orden del Mérito del Ecuador. Sin embargo, su
prestigio internacional proviene de su producción intelectual, que le mereció el Gran Premio Nacional de
Cultura de Bolivia. Fue también miembro de la Academia Boliviana de la Lengua, de la Academia del Mundo
Latino (Francia), y de la Academia de Letras del Estado de Río de Janeiro.
Fondo de Cultura Económica, 1956). En este interesante trabajo, Guillermo Francovich rescataba la obra y las
ideas de dos grandes autores bolivianos que, desde dos campos genéricos bien diferenciados, podían
considerarse como los auténticos fundadores de la filosofía contemporánea en Bolivia: en el terreno de la
literatura, Carlos Medinaceli; y en el ámbito de la historia, Gabriel René-Moreno. A través del estudio de las
ideas de estos dos escritores, Francovich establecía la interacción constante, dentro del pensamiento
boliviano, de la historia y la literatura, materias que, según el ensayista de Chuquisaca, se invadían
mutuamente para dejar un fructífero poso en el campo de las ideas. De ahí que Francovich considerase
imprescindible, a la hora de profundizar en el pensamiento filosófico de su pueblo, la creación de un archivo
documental de sucesos históricos en el que se pudiesen rastrear los tres grandes temas que, a su juicio, daban
lugar a las tres corrientes más importantes de la filosofía boliviana del siglo XX: el nacionalismo, el socialismo y
el indigenismo.
En esta línea de propuestas, Guillermo Francovich también postuló el rescate de algunos trabajos ensayísticos,
históricos y literarios de otros autores como Humberto Vázquez Machicado, Gregorio Taborga, Carlos Gerke,
Víctor Varas y Manfredo Kempf Mercado, textos que, sumados a los de los ya citados Medinaceli y René-
Moreno, demostraban de forma palmaria que el pensamiento boliviano del siglo XX había recorrido las
mismas etapas por la que había transitado el desarrollo de las ideas en toda Hispanoamérica. A grandes
rasgos, este interesante recorrido se puede simplificar el paso desde el irracionalismo a la mística de la tierra.
Casi un cuarto de siglo después de la aparición de El pensamiento boliviano del siglo XX, Guillermo Francovich,
a un año de convertirse en octogenario, sorprendió gratamente a críticos y lectores con otro lúcido ensayo
que, bajo el título de Los mitos profundos de Bolivia (La Paz: Ed. Los Amigos del Libro, 1980), superó con
creces el interés despertado por su anterior obra maestra. En este brillante testimonio de toda una vida
consagrada al estudio de la identidad cultural de su pueblo, el filósofo de Chuquisaca aislaba tres amplios
espacios míticos que, según él, bastaban para explicar la idiosincrasia del país. El primero, de ámbito cultural,
ubicaba en la grandiosidad del paisaje andino todos los referentes cosmológicos del pueblo boliviano; el
segundo, de contenido histórico, situaba en el desprecio actual de todo lo relacionado con la influencia
española la mejor prueba de la pervivencia de ese legado secular; y el tercer mito, también de alcance
histórico, tenía un referente concreto en el antiguo esplendor minero de Potosí, fuente natural de una riqueza
que, durante demasiado tiempo, se consideró inagotable. Según Guillermo Francovich, la poderosa influencia
de estos tres grandes mitos determinaba el desarrollo del pensamiento boliviano a lo largo de todo el siglo XX,
si bien la verdadera identidad cultural de su nación se había forjado, además, con la suma de otros mitos que,
como la sacralización de los sentimientos, tenían un sustrato histórico anterior a la conquista y colonización
española (lo que explicaba algunas de las extrañas relaciones sociales todavía vigentes en Bolivia).
Al margen de estas dos grandes obras histórico-literario-filosóficas, Guillermo Francovich Salazar dejó un
interesante legado ensayístico compuesto por otros títulos como Supay (Chuquisaca, 1939); Los ídolos de
Bacon (Chuquisaca: 1942); La filosofía en Bolivia (Buenos Aires: Ed. Losada, 1945); La filosofía existencialista de
Martin Heidegger (Chuquisaca: 1946); El pensamiento universitario de Charcas y otros ensayos (Chuquisaca:
Ed. UMPSFX, 1948); Los papeles de José Ramón y otros diálogos (Chuquisaca: Ed. UMPSFX, 1949); Toynbee,
Heidegger y Whitehead (Buenos Aires: Ed. Raigal, 1951); Todo ángel es terrible (México: Imprenta
Universitaria, 1959); Tres poetas modernistas en Bolivia (La Habana: Ed. Mirador, El cinismo (Puebla [México]:
Ed. José M. Cajica, 1963); Restauración de la filosofía (México: Ed. Orión, 1967); Ensayos sobre el
estructuralismo (La Paz: Ed. UMSA, 1970); La búsqueda. Ensayo sobre la religión (Puebla [México]: Ed. José M.
Cajica, 1972); Alberto Ostria Gutiérrez (La Paz: Ed. Isla, 1974); Tito Yupanqui. Escultor indio (La Paz: Ed.
Juventud, 1978); Alcides Arguedas y otros ensayos sobre la historia (La Paz: Ed. Juventud, 1979); y El mundo, el
hombre y sus valores (La Paz: Ed. Juventud, 1981).
En su faceta de autor dramático, Guillermo Francovich alcanzó también un notable éxito de crítica y público, si
bien es cierto que sus piezas teatrales nunca llegaron a merecer la atención prestada a sus ensayos filosóficos,
históricos y literarios. Siete años antes de su muerte, salió a la luz la segunda y definitiva edición de su Teatro
completo (La Paz: Ed. Los Amigos del Libro, 1983), en la que se puede destacar alguna obra tan representativa
de sus afanes por la simbiosis entre historia y literatura como El monje de Potosí (1960), basada en la
monumental crónica de Bartolomé de Arzáns de Orsúa y Vela (1676-1736) Historia de la Villa Imperial de
Potosí (1703-1736). Por la suma de todos estos títulos, Guillermo Francovich Salazar alcanzó una posición
preeminente en el panorama cultural de su nación durante los dos últimos tercios del siglo XX. Consagrado
como uno de los principales intelectuales bolivianos de su tiempo, alcanzó cargos y honores tan elevados
como el rectorado de la Universidad Mayor y Pontificia de San Francisco Xavier (sita en su departamento natal
de Chuquisaca), o la dirección regional de la UNESCO. Además, fue elegido componente de la Academia de
Artes y Ciencias de La Habana, y miembro de número de la Academia Boliviana de la Lengua.
APORTES EN CUANTO A SU CONOCIMIENTO EN BOLIVIA:
Ha influido en la construcción de la bolivianidad. Por ejemplo, considero importante mencionar aquí su
actividad diplomática. Ya en 1929 cuando él tenía 28 años ingresó al servicio exterior de nuestro país,
asumiendo el cargo de Secretario de Legación en Lima, desempeñando sus funciones bajo la dirección de
Ostria. Entonces siguió de cerca las negociaciones entre Chile y Perú en referencia a Tacna y Arica. Le tocó
obtener los documentos que permitían seguir los pasos de las reuniones llevadas en secreto por el Presidente
peruano Leguía y el Embajador chileno Emiliano Figueroa Larraín. Se puede afirmar que la trayectoria
diplomática de nuestro país tiene que ver con el problema irresuelto de nuestro derecho a una costa del
Pacífico.
En el ámbito filosófico, indiscutiblemente su personalidad y su pensamiento han sido motivo de estudio de
parte de algunos filósofos, políticos y juristas bolivianos. Por ejemplo Jorge Leytón al referirse a Francovich
escribe: "De gran espíritu público, no se le conoce filiación política, no pertenece a partido o grupo político
alguno, su posición ideológica se adscribe a los postulados del liberalismo y por su atuendo familiar y social
forma parte de la aristocracia chuquisaqueña. Escribe alrededor de 35 obras, que reflejan diferentes facetas
de su vida en relación con el proceso de toma de conciencia de la realidad boliviana que se inicia en la década
de los años treinta" (2008: 79). En el ámbito filosófico Francovich escribió Pascal, su filosofía, su concepto de la
justicia en 1927; Toynbee, Heidegger y Whitehead en 1951; La Teoría del Hombre de Francisco Romero en
1960; Supay en 1939 y Pachamama en 1942. El filósofo español David García Bacca comentó en el Boletín del
Centro de Estudios Filosóficos de México lo siguiente: "Francovich, con una intuición vital muy americana
junta en una obra el esqueleto racional y el marco literario, ganando la exposición en nitidez, atractivo,
riqueza para la verdad" (citado en: Leytón, 2008, 80). Leytón también nos dice que Francovich sintetizó
hábilmente la senda recorrida por el pensamiento boliviano en las obras Filosofía en Bolivia escrita en 1945; El
pensamiento universitario de Charcas de 1948; y El pensamiento boliviano en el siglo XX de 1956.
BIBLIOGRAFÍA
- CASTAÑÓN BARRIENTOS, Carlos. "En los ochenta años de Guillermo Francovich", en Presencia Literaria (La
Paz), 1981.
- QUIRÓS, Juan. "Los mitos profundos de Bolivia, último libro de Guillermo Francovich", en Presencia Literaria
(La Paz), 1981).
MAMERTO OYOLA CUELLAR:

Fueron sus progenitores el médico alsaciano D. Francisco Kempff y la dama criolla doña Luisa Mercado Dermit.
Nacido el 8 de enero de 1922, cursó humanidades en el Colegio Nacional Florida, graduándose de bachiller en
1938. Matriculado en leyes en la Universidad Gabriel René Moreno dio el examen final para optar el título de
abogado, en diciembre de 1944.
Tras de haber ejercido la docencia elemental en la escuela "Rafael Peña", ganó por examen de competencia la
cátedra de Filosofía en el Colegio Florida. Fue el revelarse de un mundo nuevo para él, donde el estudio y la
meditación debían ocupar la parte principal de su existencia. Fruto de esta dedicación fue el análisis de la
personalidad y las ideas de Mamerto Oyola Cuéllar, el filósofo cruceño del siglo XIX, considerado como el más
fino expositor de Kant en esta parte de América. Data de esos tiempos de ensayo intitulado "Vida y obra de
Mamerto Oyola" que apareció más tarde como separata de la revista "Kollasuyo", en La Paz, el año 1952.
Habiendo fijado residencia en aquella ciudad, no tardó en ser incorporado a la planta de profesores de la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad. Permaneció allí hasta 1950, año en que fue a Europa a cumplir
una misión cultural encomendada por el gobierno nacional. Relevado de aquella misión por achaques de
política, no le fue dado volver a la patria, sino que pasó a la condición de exiliado.
Durante varios años viajó por Sudamérica, deteniéndose en algunos países donde mereció ser contratado para
dictar cátedra de filosofía. Así en San Pablo, Brasil, en Concepción y en Valparaíso de Chile y en Maracaibo de
Venezuela. No regresó a Bolivia hasta la década del
60, para reasumir el ejercicio de la cátedra universitaria. Se hallaba en ella cuando sintió el llamado de la
política. Elegido senador por Santa Cruz participó en las legislaturas de 1966 a 1968, año, este último, en que
mereció de sus colegas la honra de ser elegido presidente del Senado.
De 1970 en adelante fijó su residencia en la ciudad natal, en cuya universidad hubo de volver a la enseñanza
académica, dictando la asignatura de Filosofía del Derecho. En lo mejor de su carrera y en lo florido todavía de
su existencia, contrae una grave dolencia que le lleva al borde del sepulcro. Rindió la vida el 12 de noviembre
de 1975.
Dejó varias obras publicadas de la materia de su dedicación: entre ellas "Historia de la Filosofía en
Latinoamérica" (Santiago de Chile, 1958), "Cuándo valen los valores" (Maracaibo, Venezuela, 1960),
"Introducción a la Antropología Filosófica" (Santiago de Chile, 1965) reeditada en 1975 por la Universidad de
Santa Cruz y "Filosofía del Amor" (Santiago de Chile, 1973).
LIBROS:
Filosofía: La Razón Universal (Barcelona, 1898); Crítica del panteísmo hegeliano (fascículos diario ‘La Ley’, SC,
1901); Teoría metafísica de la moral (inédito).
Ref.- Mario Arancibia, “El pensamiento”, en Presencia del Sesquicentenario, 06.08.1975, 369; Oscar Alborta,
“Filósofo ignorado”, Presencia/PL, 21.08.1977, 2; J.R. Arze, Diccionario Sociales, 1984, 109-110; M. Pérez,
Diccionario Histórico: II, 2002, 441; GMSC, Enciclopedia del Oriente, 2010, 428-429.
APORTES EN CUANTO ASU CONOCIMIENTO EN BOLIVIA:
El desarrollo de las ideas sociales en Bolivia en la segunda mitad del siglo XIX, puso en evidencia el testimonio
de una sociedad que estaba menos aislada de lo que se podría pensar, de las corrientes de pensamiento
universales de la época. No es menos relevante el hecho de que los atisbos del socialismo utópico y su
contraparte conservadora tuvieran una extraordinaria fuerza en Santa Cruz.
Cuando en 1873 el periódico cruceño El Eco retrataba los planteamientos del “Club de la Igualdad” nacido en
esos años, lo que estaba proponiendo era una respuesta a dos desafíos; el secante poder central de La Paz,
respondido desde una ciudad del oriente y la afirmación de algunas de las premisas más seductoras en torno a
la búsqueda de justicia y felicidad entre los ciudadanos. La publicación que se autocalificaba como “del Pueblo
y para el Pueblo”, incorporaba reivindicaciones de horizontalidad en las relaciones entre las personas y en la
vinculación de estas con el Estado.
CONCLUSION:
Es tan importante reconocer a estos filósofos bolivianos por su gran labor y desempeño en su educación a
pesar que el Dr. Mamerto tuvo una niñez dura aun así su esfuerzo fue bastante exitosa es bueno saber valorar
a los filósofos bolivianos.
BIBLIOGRAFÍA:
e-mail: eldia@edadsa.com.bo
CARRERA: DERECHO
UNIVERS
IDAD
BOLIVIA

MATERIA: FILOSOFIA JURIDICA

DOCENTE: DR. ERIC LUIS DEL CASTILLO.


ESTUDIANTE: FRIDA F. VILLEGAS BUTRON.
TURNO: NOCHE
SEMESTRE: 8vo.
Gestión 2019

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