Está en la página 1de 33

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/364717707

Tácticas político-sindicales de la conducción demócrata cristiana en el Colegio


de Profesores (1985-1995)

Preprint · March 2023

CITATIONS READS

0 12

1 author:

Rodrigo Reyes Aliaga


Pontificia Universidad Católica de Chile
8 PUBLICATIONS   2 CITATIONS   

SEE PROFILE

Some of the authors of this publication are also working on these related projects:

Conflictividad en el sector privado de enseñanza chileno 2010-2021 View project

All content following this page was uploaded by Rodrigo Reyes Aliaga on 25 October 2022.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


Tácticas político-sindicales de la conducción demócrata cristiana en
el Colegio de Profesores (1985-1995)1
Rodrigo Reyes Aliaga2

Introducción

A pesar de la relevancia que han tenido en nuestra historia reciente el Colegio de Profesores de
Chile (en delante, CDP) y el Partido Demócrata Cristiano (en adelante, PDC) estos presentan un
abordaje aun en ciernes tanto desde la historia como desde las ciencias sociales y políticas, que ha
generado vacíos bibliográficos e investigativos desafiantes.

Gran parte de la bibliografía del PDC posee textos elaborados por simpatizantes3 y militantes4 en
clave autobiográfica5. El problema central de estos textos es su acentuada autocomplacencia con
respecto a los procesos de los cuales fueron protagonistas, donde sus adversarios políticos son
minimizados u omitidos, y muchas veces las discusiones, debates y disputas internas en el PDC
son reemplazados por un relato armónico y carente de contradicciones o disputas. Resulta
paradójico que la literatura testimonial o de difusión sea inversamente proporcional a los estudios

1
Este escrito fue creado a partir del texto: En las calles, las aulas y los consensos. El Colegio de Profesores como un
caso de sindicalismo demócrata cristiano 1955-1995, tesis para optar al grado de magíster en historia, universidad de
Santiago, 2019. Por dicho texto y más agradezco los comentarios y consejos de los Doctores Rolando Álvarez, Hernan
Venegas y Christian Matamoros.
2
Profesor de filosofía por la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación y Magíster en historia por la
Universidad de Santiago de Chile. Investigador del núcleo de educación, trabajo y sindicalismo del Centro de
Investigación Político Social del Trabajo. Correo: reyesaliaga@gmail.com
3
Wilhelm Hofmeister, La opción por la democracia: Democracia Cristiana y desarrollo político en Chile, 1964-1994
(Santiago: Konrad Adenauer, 1995). George Grayson, El Partido Demócrata Cristiano Chileno (Santiago-Buenos
Aires: Editorial Francisco de Aguirre, 1968).
4
Ignacio Walker, Pasión por lo posible: Aylwin, la transición y la concertación (Santiago: Ediciones Universidad
Diego Portales, 2020). Carlos Huneeus, “Un partido con un alto grado de institucionalización: La democracia cristiana
en Chile”, en La democracia cristiana en América Latina. Conflictos y competencia electoral (México D. F.: Fondo
de Cultura Económica, 2010), 173-223.
5
Otto Boye, Hermano Bernardo. 50 años de vida política de Bernardo Leighton (Santiago: Ediciones Chile América,
1999). Margarita Serrano, La igual libertad de Edgardo Boeninger (Santiago: Uqbar, 2009). Jorge Lavandero, El
precio de sostener un sueño (Santiago: LOM ediciones, 1997). Edgardo Boeninger, Democracia en Chile. Lecciones
de gobernabilidad (Santiago, Editorial Andrés Bello, 1997). Andrés Zaldívar, La transición inconclusa. (Santiago:
Editorial Los Andes, 1995). Patricio Aylwin Azocar, El reencuentro con los demócratas. De la dictadura a la
democracia (Santiago: Fondo de Cultura Económica, 2018). Gabriel Valdés, Sueños y memorias (Santiago: Taurus,
2009). Belisario Velasco, Esta historia es mi historia (Santiago: Catalonia, 2014). Ignacio Gonzalez Camus, Renan
Fuentealba. En la génesis de la Concertación (Santiago: Catalonia, 2013).
críticos6. Específicamente hablando, salvo por algunas excepciones, el PDC y sus diferentes frentes
y departamentos han sido abordados de manera tangencial. Dentro de estas excepciones se
encuentra el sindicalismo7, cuyo análisis se centra en los principales dirigentes del partido (Manuel
Bustos, Rodolfo Seguel o Ernesto Vogel) y su rol de conducción en entidades sindicales más
grandes (Comando Nacional de Trabajadores, Central Unitaria de Trabajadores y Central
Democrática de Trabajadores). Complementario a este abordaje, en los últimos años se han
desarrollado investigaciones enfocadas en describir y analizar las tácticas y estrategias del
sindicalismo chileno en la historia reciente8, sus principales contradicciones y repertorios de acción
y resistencia de las y los trabajadores organizados. Si bien la militancia no es omitida tampoco es
su eje central.

De manera específica, el Colegio de Profesores ha sido investigado principalmente en cuanto a su


desenvolvimiento como organización social tanto en su lucha contra la dictadura9 como actor
negociador durante los gobiernos democráticos10. El problema encontrado en estas investigaciones,

6
Ricardo Yocelevzky, “La Democracia Cristiana chilena. Trayectoria de un proyecto”, Revista Mexicana de
Sociología, 47 (1985): 287-352. Del mismo autor Ricardo Yocelevzky. Partidos políticos, democracia y dictadura
(1970-1990). (México D. F. Fondo de Cultura Económica, 1993). Véase también Diego Torres Hurtado “Patricio
Aylwin Azócar en sus palabras: La oposición "jurí-dica" contra el gobierno de la Unidad Popular y el colapso de la
lí-nea del "camino propio" del Partido Demócrata Cristiano (1970-1973)”, Revista de Historia y Geografía 37 (2017),
171-200.
7
Ana López Dietz, Desarticulación y resistencia. Movimiento obrero y sindicalismo en dictadura. Chile y Argentina,
1973-1983 (Tesis de maestría, Universidad de Chile, 2013). Sebastián Osorio, Trayectoria y cambios en la política del
movimiento sindical en Chile, 1990-2010 (Tesis de maestría, Universidad de Santiago, 2015). Rodrigo Araya Gómez,
Organizaciones sindicales en Chile. De la resistencia a la política de los consensos: 1983-1994 (Santiago: Ediciones
Finis Terrae, 2015).
8
Dasten Julian, “Tendencias de un sindicalismo fracturado. Sindicalismo autoritario v/s sindicalismo movimientista”
en Actuel Marx/Intervenciones N° 13 (Santiago: LOM, 2012), 95-113. Pablo Seguel “La ‘modernización portuaria’ en
la Región del Biobío. Un caso de privatización con precarización del empleo (1998-2018)1” en Estudios del trabajo
desde el Sur (Santiago; Ariadna Ediciones, 2020), 189-215. Rolando Álvarez, “¿Desde afuera o desde adentro de la
institucionalidad? La «huelga larga del salmón» y las nuevas estrategias sindicales en Chile (2006-2008)” en El renacer
de la huelga obrera en Chile (Santiago: Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz, 2009), 75-116. Sebastián Osorio y
Frank Gaudichaud, “Los caminos del movimiento sindical ante la democracia neoliberal y el legado de la dictadura”
en Democracia versus Neoliberalismo. 25 años de neoliberalismo en Chile (Santiago: Fundación Rosa Luxemburgo,
ICAL, CLACSO, 2015), 236-258.
9
Nicolás Cataldo Astorga, Historia reciente del Magisterio en Chile, 1970-1990: desafíos del movimiento de los
docentes (Tesis de licenciatura, Universidad de Valparaíso, 2010). Omar Cofré, La desarticulación del gremio de
maestros en Chile bajo el régimen militar (1973-1989) y los factores que determinaron el quiebre del compromiso
histórico en el ámbito educacional (Tesis doctoral, Johann Wolfgang Goethe-Universitat, 1998). Hugo Hidalgo, Los
profesores chilenos: sus luchas, demandas y formas de organización bajo el modelo neoliberal (1973-1989) (Tesis de
licenciatura, Pontificia Universidad Católica, 2001).
10
Cristian Belleí, “El talón de Aquiles de la reforma. Análisis sociológico de la política de los 90 hacia los docentes
en Chile” en Economía política de las reformas educativas en América Latina (Santiago: CIDE – PREAL, 2001), 129-
146. Iván Núñez, “El profesorado, su gremio y la reforma de los 90: presiones de cambio y evolución de la cultura
docente” en Políticas educacionales en el cambio de siglo (Santiago: Editorial Universitaria, 2003). Cesar Quintero,
tal como ha planteado Christian Matamoros11, es que muchos de estos estudios si bien no niegan
lo político por completo al reconocer la dimensión institucional, en muchos casos suprimen u
obvian la influencia de la militancia, y los partidos políticos en la construcción de un estilo de
conducción sindical específico. Escasas resultan las investigaciones que problematizan la
militancia al interior del CDP, pues estas se centran preferentemente en militantes de izquierda,
mayoritariamente del Partido Comunista12 y su trayectoria al interior del CDP durante algunos
episodios puntuales de su historia en la década de los ochentas y comienzos de los años 200013.

Las investigaciones evidencian vacíos, pero abren el panorama investigativo y plantea la necesidad
investigativa de abordar la militancia demócrata cristiana y su trayectoria al interior del CDP. De
esta manera, nuestro capitulo abordará el periodo 1985-1995, pues comprende la irrupción de los
docentes militantes del PDC en la conducción del CDP, la construcción de su hegemonía y la caída
de esta. Si bien la temporalidad ha sido abordada en otras investigaciones14, la diferencia y el aporte
especifico de este escrito reside en centrarse en los dirigentes demócrata cristianos del CDP, con
énfasis en la figura de Osvaldo Verdugo y en menor medida dirigentes como Julio Valladares o
Luigi Salerno.

En cuanto a lo teórico la categoría que nos permitirá abordar las tácticas político sindicales de los
militantes del PDC en el Colegio de Profesores es hegemonía. Abordaremos esta categoría desde
la perspectiva del pensador marxista italiano Antonio Gramsci quien la definió, a través de
múltiples apuntes y pasajes, como el proceso de construcción de un tipo de dominación de un
colectivo político específico sobre un grupo humano heterogéneo. Dicha dominación se ejerce,

Historia del Magisterio Chileno. El Colegio de Profesores de Chile A. G. 1990-2010: reivindicación gremial,
propuesta pedagógica y defensa de la educación pública (Tesis de licenciatura, Universidad de Valparaíso, 2011).
11
Christian Matamoros, “La investigación sobre sindicalismo docente en Chile: avances y vacíos en su consolidación”,
Divergencia 14 (2020), 83-114.
12
José Ponce y Rolando Álvarez, “¿Comunismo después del fin del comunismo? La política sindical del Partido
Comunista de Chile en la postdictadura chilena (1990-2010)”, Nuestra Historia 1 (2016), 100-115. Christian
Matamoros, “Profesores comunistas y sindicalismo docente en la lucha antidictatorial, Chile 1981-1987”, Izquierdas
32 (2017): 203-234. Zubicueta, Daniela. El profesorado como actor político bajo la dictadura (Tesis de licenciatura,
Universidad de Chile, 2012). Christian Matamoros, “Tensiones en el sindicalismo docente durante Lagos. 2000-2005”
en Trabajadoras y Trabajadores. Procesos y acción sindical en el neoliberalismo chileno. 1979-2017, Julio Pinto,
Camilo Santibáñez e Ignacio Ponce (editores), Editorial América en Movimiento, Valparaíso, 2017, 203-241.
13
Para un análisis extendido del profesorado organizado desde una perspectiva comunista militante véase Iván
Ljubetic, Historia del Magisterio Chileno (Santiago: Ediciones Colegio de Profesores, 2003).
14
Matamoros, Christian, Apóstoles Organizados, Sindicatos docentes en Chile y Argentina entre dictadura y
postdictadura 1981-1994 (Tesis doctoral, Universidad de Santiago, 2019). Ponce, José Ignacio, Huelgas y conflictos
en democracia. Cultura política y estrategias sindicales durante la posdictadura (1990-2003) (Tesis doctoral,
Universidad de Santiago, 2020). Rolando Álvarez, Hijos e hijas de la rebelión. Una historia política y social del
Partido Comunista de Chile en postdictadura (Santiago: Lom ediciones, 2019). Iván Ljubetic, Historia… Op. Cit.
regularmente, vía consenso y no bajo mecanismo de violencia directa o coercitivos 15, debido que
a su dominación no tiene por objeto la sumisión o el control total, más bien tiene como meta que
la organización o conglomerado adopte como propios los objetivos del grupo político que la
conduce. El consenso permite construir mejor sustento, estabilidad y proyección a la hegemonía16.

Este estudio tiene como objetivo principal analizar las tácticas político sindicales de los militantes
democratacristianos durante el periodo 1985-1995 con énfasis en sus dirigentes presentes en la
directiva nacional del CDP. Como hipótesis se plantea que las tácticas político sindicales de los
dirigentes demócrata cristianos le permitieron consolidar su hegemonía durante el ultimo lustro de
la dictadura (1985-1990) pero debido a su inflexibilidad en cuanto a inferir a cambios en sus
tácticas le propiciaron una degradación de su hegemonía y una derrota rotunda e inapelable en
1995. En términos metodológico se utilizó una estrategia cualitativa tanto para la revisión de prensa
de circulación nacional y regional como para el análisis de algunas entrevistas.

Para una mejor exposición el capítulo se ha estructurado de la siguiente forma. En el primer


apartado se describe y analiza la construcción de hegemonía por parte de los dirigentes demócrata
cristianos al interior del CDP entre 1985-1990, cuya base fue un conglomerado que también
aglutinó a militantes del Partido Socialista (en adelante, PS) y el Partido Radical (PR). En el
segundo se aborda el proceso de promulgación y consolidación del Estatuto Docente entre 1990-
1992, que gestó un progresivo desencantó de las bases del CDP. En el tercer apartado nos
centraremos en el análisis del quiebre de su hegemonía, el aislamiento político por parte sus aliados
y perdida de su base social, entre 1993-1995.

Construcción y consolidación de la hegemonía demócrata cristiana en el Colegio de


profesores de Chile (1985-1990)

El origen del CDP es violento. Nace en 1974 a través de un decreto de ley de la Dictadura Militar
(1973-1990) que imponía al profesorado una nueva estructura orgánica cuya finalidad era operar

15
Antonio Gramsci, Cuadernos de la cárcel Tomo 3 (México, Ediciones Era, 1975), 243-244, 259-260. Estos
fragmentos pertenecen al cuaderno numero 8 (1931-1932), en la sección titulada “Notas varias y apuntes para una
historia de los intelectuales” en su parágrafos §52 “Maquiavelo. El moderno príncipe y la cuestión de la clase política”
y § 86 “Maquiavelo”, respectivamente.
16
Antonio Gramsci, Cuadernos de la cárcel Tomo 4 (México, Ediciones Era, 1975), 115-116, 135-137. Estos
fragmento pertenece al cuaderno número 10 “La filosofía de Benedetto Croce” (1932-1935) a la introducción y al
parágrafo §16 de notas finales, respectivamente.
como cuerpo intermedio despolitizado frente al nuevo régimen. Sus dirigentes fueron designados
por la dictadura hasta 1985. Esta imposición se realizó sobre una base represiva sistemática para
eliminar todo vestigio de las organizaciones docentes anteriores, agrupadas en el Sindicato Único
de Trabajadores de la Educación17 cuya personalidad jurídica fue cancelada, sus sedes o locales
expropiados, junto a la persecución y asesinato de sus dirigentes18.

Este origen junto a su abierto carácter antidemocrático y de servilismo ante la dictadura proyectó
una imagen negativa hacia el profesorado en general. Esto llevó a algunos docentes a conformar
organizaciones por fuera del CDP como fue el caso de la Coordinadora Metropolitana de
Educadores (1978) y la Agrupación General de Educadores de Chile (AGECH)19, nacida en 1981
y autodisuelta en 1987 que agrupó a diferentes partidos de centro (PDC y PR) y de izquierda (PC,
la fracción Almeyda del PS y el Movimiento de Acción Popular Unitaria-Obrero Campesino) con
hegemonía de este último sector.

A comienzos de 1982, la dictadura transformó a los colegios profesionales en asociaciones


gremiales, que conllevó la perdida de sus potestades como el monopolio del ejercicio de la
profesión, la obligatoriedad de afiliación para el ejercicio profesional, pero también abrió un
proceso de democratización luego de casi 10 años de tutela militar que originó la disputa política
de los colegios profesionales por parte de los partidos políticos de oposición a la dictadura20. El
PDC fue uno de los partidos que logró conquistar diferentes cargos directivos en los colegios
profesionales como el médico y el de abogados.

Para 1984 el CDP era uno de los pocos que aún seguía sin llamar a elecciones. Incluso cuando los
dirigentes designados llamarón a elecciones para fines de ese año, los diferentes partidos de
oposición llamarón al boicot debido a que no existían las condiciones mínimas que dieran garantías
de una participación democrática como un padrón electoral transparente21. Esta campaña de
oposición activo a los diferentes partidos al interior del CDP pues el panorama de democratización

17
El SUTE o Sindicato Único de Trabajadores de la Educación, fue una organización del sindicalismo docente fundada
en 1971, donde confluían diferentes organizaciones sindicales del sector primario, secundario o vespertino, como
también de diferentes ámbitos como educación técnico profesional, educación para adultos, normalistas, etc.
18
Daniela Zubicueta, El profesorado… 6-23.
19
Jorge Pavez, Un hombre en la multitud. Recuerdos de un luchador social (Santiago, Das Kapital, 2010), 84-86.
Daniela Zubicueta, El profesorado… 23-70. Hugo Hidalgo, Los profesores chilenos… 35-47.
20
“Colegios profesionales: Unidad gremial a prueba”, Solidaridad, febrero de 1981, 5. “Colegios Profesionales: por
donde pecas, pagas”, Análisis, marzo de 1981, 9-12.
21
“Profesores: rechazo a la democracia”, Análisis, 19 de Junio al 3 de Julio de 1984, 24-25.
de la organización era inevitable. Ante esto PDC y el PR junto al PS-Briones hicieron frente común
para disputar el Colegio de Profesores, no sin dejar de lado su inserción y despliegue en AGECH
lo cual permite situar esta política de disputa como una apuesta. Dicha apuesta se justificaba
principalmente por tres motivos: la infraestructura nacional que entregaba el CDP a nivel nacional,
regional y en ciertos casos comunales, una filiación casi total del sector dominante de la época, el
municipal, y la perspectiva profesional que el CDP poseía desde sus orígenes, que contrastó con la
cercanía sindical que históricamente poseía el profesorado en sus organizaciones previas22.

Para mediados de 1985 la oportunidad había llegado, se anunciaba que la última semana de
diciembre de ese año el Colegio de Profesores de Chile abría su primer proceso eleccionario para
escoger a sus dirigentes nacionales. El PDC, PR y el PS-Briones conformaron la lista que propuso
una recuperación del CDP para mejorar las condiciones laborales y profesionales de la docencia,
para lo cual fijó como uno de sus objetivos principales adherir a la reciente Federación de Colegios
Profesionales23. En este sentido, los militantes del PDC concebían que la profesionalización junto
con darle un mejor estatus social también permitía mejorar las condiciones y darle una impronta
de clase media, alejándola del imaginario sindical y acercándola a gremios como al de los médicos,
abogados y/o arquitectos. Detrás de ellos estaba no solo la estructura de su partido sino también de
viejos militantes que se habían formado como dirigentes docentes en los años del SUTE, tales
como Luis Bunney (quien trabajaba tanto en el CDP como en la AGECH) y Gastón Gilbert. Incluso
fueron apadrinados por un militante histórico del sindicalismo docente del PR y dirigente del
SUTE, Humberto Elgueta24. En paralelo el PS-Almeyda, el PC y el MAPU-OC conformaron una
lista de izquierda que acusó marginación e intolerancia por parte del PDC.

Las elecciones de 1985 fueron ganadas por la lista que integraba el PDC, liderada por jóvenes
militantes del mismo partido, Osvaldo Verdugo de 29 años, quien asumió el cargo de presidente
del CDP y Julio Valladares quien, aunque no obtuvo un cargo orgánico en la directiva nacional
trabajó como operador político del PDC al interior del Colegio de Profesores desde 1985 hasta
1993. Es necesario mencionar que, si bien la democratización del CDP garantizó la votación
universal de todos y todas sus afiliadas, para la elección de los cargos de los dirigentes nacionales

22
Para un desarrollo más contextualizado Rodrigo Reyes, “Del proyecto a la disputa: continuidades y rupturas del
magisterio demócrata cristiano en la construcción de un colegio profesional (1955-1985)” en Revueltas, Revista
Chilena de Historia Social Popular N° 4 (2021), 11-36.
23
“Profesores se aprestan a democratizar su colegio”, Fortín Mapocho, 16 de diciembre de 1985, 6-7.
24
“A democratizar el Colegio de Profesores”, Fortín Mapocho, 25 de noviembre de 1985, 3.
se consolidó la elección indirecta, donde las fuerzas políticas con arrastre electoral negocian los
cargos y su distribución.

Durante el periodo 1986-1987, el CDP se enfrentó a una situación crítica del magisterio como
fueron el proceso de municipalización25 de la educación pública, que implico el traspaso de
establecimientos desde el Ministerio de Educación hacia los gobiernos locales o municipalidades,
junto con despidos masivos de docentes realizados al comienzo de cada verano26, en lo que
posteriormente fue llamado razzias docentes27.

Tal como se ha planteado en otras investigaciones28, la respuesta ante la municipalización fue de


rechazo por parte de los dirigentes comunistas, radicales y cierta parte de los socialistas, pero fue
ambivalente por parte de los dirigentes demócrata cristianos.

Por una parte, si bien repudiaban las condiciones precarias que permitían a los empleadores
arbitrariamente dejar sin trabajo a miles de docentes, lo que llevaba a la dramática situación de
organizar ollas comunes y otras actividades que pretendían visibilizar la situación29, en paralelo los
dirigentes demócrata cristianos canalizaban sus energías en la organización de escuelas de verano
cuyos ejes no eran las plataformas de lucha por reivindicaciones inmediatas o la unidad para
enfrentar la Dictadura, sino más bien estaban orientados a pensar el nuevo proceso político o
transición democrática, para ello fueron invitados como oradores diferentes dirigentes de partidos
opositores30.

En este sentido, fue la AGECH quien condujo las acciones y movilizaciones con respecto a los
despidos y la municipalización, con alto énfasis en acciones directas tales como la irrupción en el
hotel O’Higgins de Viña del Mar en el marco del festival de dicha ciudad, ollas comunes, mítines
relámpago en diversas secretarías regionales ministeriales o la entrega de una carta al papa Juan

25
“Plebiscito de la AGECH”, Solidaridad, 30 de abril al 5 de mayo de 1986, 2.
26
“Magisterio votará NO a la municipalización”, Fortín Mapocho, 26 de mayo de 1986, 13. “Educación: arremetida
municipalista”, Solidaridad, 13 al 26 de junio de 1986, 6-7
27
Este concepto de razzia fue popularizado en la revista APSI a partir 1987 y luego se convirtió en un concepto
especifico para describir los despidos masivos tanto de docentes hasta el fin de la dictadura. Véase “Despidos de
profesores: la razzia continua”, APSI, 26 enero al 8 febrero 1987, 3. también “Razzia veraniega: nuevos despidos de
profesores”, APSI, 14 al 20 de diciembre de 1987, 19-20.
28
Álvarez, Rolando y Matamoros, Christian, “«No + municipalización». La resistencia docente al traspaso de las
escuelas públicas. Chile, 1986”, Izquierdas 49 (2020), 2146-2177, 2172-2173.
29
“La guerra al magisterio sigue cobrando víctimas”, Fortín Mapocho, 16 de febrero de 1987, 12-13. Véase también
“Despidos de profesores: la expresión de una crisis”, Solidaridad, 30 de enero al 5 de febrero de 1987, 15.
30
“Escuelas de verano: construyendo futuro”, Mensaje, marzo-abril de 1987, 108-110. véase también “Profesores
para la democracia”, Análisis, 13 al 19 de enero de 1987, 21.
Pablo II durante su visita en 198731. A estas acciones se plegaba la directiva del CDP, pero sus
energías estaban enfocadas en consolidar la unidad tanto de su coalición con el PS y el PR como
del CDP. Para ello buscaron calibrar la conexión entre las necesidades de la derrota política de la
dictadura y las reivindicaciones más sentidas por el magisterio.

Tanto AGECH como el CDP había estrechado lazos en la acción, pero la división en dos grandes
organizaciones pesaba para los partidos políticos como un escollo que dificultaba el
empoderamiento del magisterio, así como dispersaba sus posibilidades de conquistar sus sentidas
reivindicaciones. De esta forma, en 1987 los partidos políticos que operaban al interior del
profesorado organizado habían tomado la decisión de apostar con todo al CDP. Para ello migraron
sus cuadros políticos desde AGECH, siendo el PDC uno de los primeros en hacerlo y luego seguido
por el resto de los partidos de oposición a la dictadura, incluido el PC quien también reconoció la
necesidad de la unidad32 teniéndose en cuenta las condiciones de infraestructurales y la reciente
reformulación de sus estatutos que ampliaron el directorio nacional de cinco a quince. Junto a esto,
el CDP fue concebido como una pieza clave para la construcción de cualquier organización de
trabajadores, fuesen confederaciones o centrales, pues su masividad como gremio, podría inclinar
o desestabilizar cualquier victoria electoral en una eventual elección. Esto decretó por vía de los
hechos la autodisolución de la AGECH, no sin polémicas33.

La energía que se movilizó desde AGECH hacia el CDP se situó inicialmente en la elección de
1987. En la nueva mesa directiva ampliada, el PDC obtuvo seis puestos, continuando Osvaldo
Verdugo a la cabeza. Este resultado es posible interpretarlo como un voto de confianza del
magisterio hacia estos dirigentes a pesar de su posicionamiento ante la municipalización34.

Para el bienio 1987-1988 las demandas docentes habían recrudecido generando una sensación de
amargura e insatisfacción en el magisterio debido a que sus más sentidas reivindicaciones no habían
sido escuchadas, a esto se sumaba una directiva democráticamente electa que no anotaba ningún
triunfo, incluso los despidos de verano se hacían cada vez más masivos35. Ante este cuadro, los

31
“El Papa bendijo la acción de los profesores que fueron exonerados”, La Época, 6 de abril de 1987, 9.
32
“Una sola y poderosa organización del magisterio”, El Siglo, 2da quincena de mayo de 1987, 14.
33
“Dirigentes anuncian pronta disolución de la AGECH”, La Época, 24 de abril de 1987, 14. “AGECH resuelve en
asamblea nacional su disolución”, Fortín Mapocho, 21 de julio de 1987, 4. “”El Magisterio busca una organización
única”, El Siglo, primera quince de junio de 1987, 13.
34
“Profesores: ¿Un anticipo electoral?”, Mensaje, agosto de 1987, 338. “El PC es segunda fuerza en el profesorado”,
El Siglo, primera quincena de julio de 1987, 3.
35
“Más de 2000 profesores despedidos”, Solidaridad, 30 de diciembre de 1987 al 28 de enero de 1988, 18-19.
dirigentes PDC en conjunto con sus aliados del PS y del PR, proyectaron a mediano plazo y
apostaron a subordinar las reivindicaciones del magisterio a una mayor: derrotar a la dictadura,
mediante la vía institucional para abrir un proceso de transición democrática. En este sentido, un
nuevo régimen político democrático ofrecería mejores condiciones para el profesorado y sus
necesidades, que posibilitaría la obtención del ansiado reconocimiento social y económico, que
AGECH planteó con anterioridad.

Esta subordinación de lo social ante lo político fue impulsada por los dirigentes demócrata
cristianos como una necesidad no solo de disputar el CDP ante sus adversarios o de adquirir
mayores niveles de legitimidad por parte de sus bases, también corresponde a sus propios principios
políticos doctrinarios con respecto a la democracia, como base mínima para la construcción de la
convivencia y el pluralismo. Una de las formas predilectas para la difusión de esta tesis por parte
de los dirigentes demócrata cristianos fueron las escuelas de verano36, las columnas en periódicos
como La Época, Fortín Mapocho o Mensaje. En ellas se compartirían opiniones en torno a los
despidos masivos o la “alcaldización”, siempre en la perspectiva de enfatizar el retorno a la
democracia como una necesidad urgente.

Para mediados de 1988, los dirigentes demócrata cristianos que conducían el CDP adecuaron su
estrategia para enfrentar de mejor forma los desafíos que comenzaban a abrirse ese año. Por una
parte, a mediados de mayo impulsaron una marcha por la recuperación de los derechos del
magisterio37 debido a los despidos masivos realizados por las municipalidades, Ministerio de
Educación (en adelante, MINEDUC) o sostenedores privados, la urgencia de un aumento salarial
y la necesidad de entablar un diálogo con las autoridades para resolver sus demandas inmediatas.
Esta jornada tuvo como epicentro la capital, Santiago, donde fueron convocados y asistieron
docentes de todo el país38. Esto puede ser leído como una demostración de fuerzas, pero también
como una forma de canalización del descontento y una fundamentación de la necesidad política
del retorno a la democracia y el fin de la dictadura.

36
En 1987 la escuela de formación del Colegio de Profesores se llamó “Escuela para la democracia”. Véase “Profesores
para la democracia”, Análisis N° 157, 13 al 19 de enero de 1987, 21. “Escuelas de verano: Construyendo futuro”,
Mensaje, marzo-abril de 1987, 108-110. En 1988 convergieron en la escuela de dirigentes políticos como Andrés
Zaldívar o Fanny Pollarolo junto a artistas como Roberto Matta, Nemesio Antúnez y Carmen Waugh. “Una escuela
para la democracia”, Fortín Mapocho, 6 de enero de 1988, 6; “Profesores alumnos”, Fortín Mapocho, 11 de enero de
1988, 2. “Una escuela de verano para la democracia”, Cauce, 28 de enero al 3 de febrero de 1988, 31-32.
37
“Marcha simbólica planea el Colegio de Profesores”, Fortín Mapocho, 4 de mayo de 1988, 6.
38
“Triunfal ingreso a Santiago de medio millar de profesores”, Fortín Mapocho, 17 de mayo de 1998, 7.
La masividad del CDP también fue protagonista en la discusión sobre la conformación de la Central
Unitaria de Trabajadores (en adelante, CUT) en julio de 1988, pues su ingreso fue aprobado por la
nueva central como por el presidente del CDP39. Si bien los sectores del PDC desde 1985
establecieron como parte de su eje programático la integración del Colegio de Profesores a la
Federación de Colegios Profesionales en función de potenciar una identificación profesional y
gremial del magisterio, pero estas intenciones se desvanecieron ante el declive de la Asamblea de
la Civilidad40 a fines de 1986.

En este sentido la naciente CUT entregaba una nueva oportunidad de protagonismo a los dirigentes
demócrata cristiano del CDP, sobre todo a Verdugo, de esa forma renunciaron a parte de su
proyecto de profesionalización de la docencia. Pero esta decisión puede entenderse desde un punto
de vista pragmático: el volumen de votos que entregó el CDP, junto a otros gremios, le permitió al
PDC y sus aliados conquistar los cargos principales al interior de la central, esto cimentó la
conducción del PDC en la CUT, encarnada en la figura de Manuel Bustos.

Luego de la movilización y la conformación de la CUT el presidente del CDP, Osvaldo Verdugo,


realizó un llamado a todo el magisterio para conformar el Comando Nacional de Profesores por el
NO41. Sus objetivos principales eran la inscripción en los registros electorales, votar por la opción
NO en el plebiscito el 5 de octubre de 1988 y ser apoderados de mesa para defender los votos para
ganarle a la dictadura42. De esta forma, los militantes demócrata cristianos, socialistas y radicales
al interior del magisterio ocuparon su estructura territorial para defender el proceso eleccionario.

Por una parte, la apuesta electoral el plebiscito rindió frutos con una victoria para la opción “NO”.
Por otra parte, fue la integración del CDP a una tarea concreta con un relato político épico de lucha
contra la dictadura, junto con entregarle al magisterio al menos una victoria. De esta forma, resultó
útil para la directiva del CDP continuar comprometiendo al magisterio en los siguientes eventos

39
“Colegio de Profesores resolvió por mayoría su incorporación a la CUT”, La Época, 1 de agosto de 1988, 23.
“«Profes» van a la CUT”, Fortín Mapocho, 1 de agosto de 1988, 12.
40
Entidad compuesta por los colegios profesionales, muchos de ellos afiliados a la Federación de Colegios
Profesionales y cuyos dirigentes eran mayoritariamente militantes del PDC. “Asamblea Nacional de la Civilidad”,
Fortín Mapocho, 31 de marzo de 1986, 16. Si bien la actividad “nacional” de la Asamblea de la civilidad estuvo
centrada en la región metropolitana, existieron expresiones regionales como en el Biobío, véase Nicolett Gómez Rojas,
“La asamblea de la civilidad en Concepción y la Asociación Democrática de Artistas: espacios de sociabilidad política
en dictadura” en Revista Historia (2) 23 (2016), 167-186.
41
“Profesores votarán «NO»”, Fortín Mapocho, 6 de febrero de 1988, 3. “Profesores organizan un comando gremial
pluralista por el «No»”, La Época, 15 de marzo de 1988, 10.
42
“Profesores por el «No»”, La Época, 20 de marzo de 1988, 6.
electorales, y de esta forma entregando una visión optimista del proceso, vinculando su triunfo con
el triunfo de los docentes y sus reivindicaciones tanto máximas como también contingentes.

Otros frutos que entregó la campaña por el plebiscito fueron los resultados de las elecciones
internas del CDP de mediados de 1989, donde el PDC nuevamente fue electo por una mayoría
amplia copando los cargos principales, junto a sus aliados del PR y el PS, en la directiva nacional43.
Otra fuerza electoral que se hizo presente fue el PC, quien de la mano de Jaime Pavez conquista el
sitial de secretario general44.

Este triunfo electoral fue un respaldo para los dirigentes demócrata cristianos y de sus tácticas. Tal
fue el éxito que repitieron el llamado a participar en las elecciones presidenciales y parlamentarias,
utilizaron la infraestructura nacional del CDP para hacer un llamado a votar por el candidato de la
naciente Concertación, Patricio Aylwin Azocar45. Un episodio demostrativo de este compromiso
con el proceso electoral fue la reunión que sostuvieron profesores con el candidato Aylwin en el
Estadio Nataniel46. De manera más local, también se realizaron reuniones en las diferentes sedes
del CDP de Santiago con candidatos a diputados y senadores afiliados a la Concertación
Democrática, o también cuando profesores de la DC crearon el comando por Andrés Zaldívar quien
fue apoyado por dirigentes nacionales demócrata cristianos Osvaldo Verdugo, Julio Valladares,
María Rozas y Luis Bunney, y otros dirigentes a nivel regional y comunal47.

Para que la apuesta de los dirigentes demócrata cristianos triunfará no solo bastaba con el apoyo
electoral a candidatos de la Concertación, sino que también debían ser instaladas las
reivindicaciones más sentidas del magisterio como ejes programáticos en el nuevo gobierno como
reformas. De esta manera, el proyecto del Estatuto Docente fue propuesto por los dirigentes del
CDP ante la comisión de educación de la Concertación de Partidos por la Democracia, ésta lo

43
Cristian Cox, y Cecilia Jara, Datos básicos para la discusión de políticas en educación, FLACSO ediciones, Santiago
de Chile, 1989, Pág. 25.
44
“Al salvamento de la educación”, Pluma y Pincel, 25 de mayo de 1989, 10-11. “Profesores presentan lista de la
Concertación Democrática”, La Época, 7 de mayo de 1989, 18.
45
“Profesores «como tabla» trabajarán por Aylwin”, Fortín Mapocho, 2 de septiembre de 1989, 8.
46
“Profesores proclaman a Aylwin en Nataniel”, Fortín Mapocho, 23 de octubre de 1989, 7. “Los profesores proclaman
a Patricio Aylwin”, La Época, 25 de octubre de 1989, 15. “Profesores proclamarán a Aylwin”, Fortín Mapocho, 25 de
octubre de 1989, 5.
47
“Profesores crean comando por Zaldívar”, La Época, 9 de noviembre de 1989, 10.
aceptó de manera general y se comprometió a estudiar las bases de dicho proyecto a fin de
materializarlo como una futura legislación48.

Los dirigentes habían consolidado su hegemonía y doblaron su apuesta. El proceso democrático


estaba por comenzar, las expectativas eran altas y algunos conflictos aguardaban latentemente.

Las expectativas y la decepción: fisuras de la hegemonía (1990-1992)

A comienzos de marzo de 1990, Patricio Aylwin asume como presidente y líder del proceso de
transición hacia la democracia. En días previos, la dictadura aprobó una legislación que regulaba
de manera general toda la educación, decretada con trabas para su derogación, esta fue la Ley
Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE). Esta ley consagró algunos de sus enclaves
autoritarios como los diferentes sistemas de administración educación como el municipal, delegado
y particular subvencionado, consolidó el rol subsidiario del Estado en educación, el
autofinanciamiento de las universidades públicas, etc. Y dejó en el olvido al magisterio en dicha
legislación, lo que solo sembró incertidumbre.

La recepción de esta legislación, por parte del CDP, fue dual y contradictoria. Por una parte,
mientras era denunciada por el magisterio comunista y socialista (encabezados por Jorge Pavéz y
Carlos Vásquez) por su carácter privatizador, excluyente y completamente contraria a los intereses
del magisterio49. Ambos partidos eran firmes partidarios de la recuperación del rol protagónico del
Estado, y de un término paulatino de la municipalización para que los colegios volvieran
nuevamente a ser administrados por el gobierno central.

Por otra parte, los dirigentes demócrata cristianos centraron sus críticas hacia la nula participación
o consulta del magisterio en la elaboración LOCE50, pero vieron con buenos ojos el nuevo
panorama que articulaba la LOCE pues no tocaba la municipalización que los demócrata cristianos
veían como una oportunidad tanto de construir comunidad y proyectos educativos democráticos,
es decir una municipalización sin “alcaldización”51. Por este motivo llamaron a la comprensión

48
“Apoyo al Estatuto Docente”, La Época, 30 de octubre de 1989, 14. Entrevista a Osvaldo Verdugo Fernández,
realizada por el autor en enero del 2019.
49
“Dirigentes del magisterio piden abrir debate sobre una política educacional”, Fortín Mapocho, 4 de marzo de 1990,
11.
50
Julio Valladares, “La desalcaldización de la educación”, Fortín Mapocho, 3 de marzo de 1990, 11.
51
La idea de alcaldización era una caracterización de los gobiernos locales que respondían al esquema autoritario
impuesto por el diseño de la dictadura de los gobiernos locales. De esta forma la “alcaldización” fue una manera de
pues el estatus de ley orgánica de la LOCE dejó sin capacidad de maniobra a la administración
entrante. Este leve matiz de los militantes del PDC resume de manera parcial su compromiso con
el proceso político de la transición hacia la democracia y de respeto a al marco político impuesto
por la dictadura. Este desencuentro fue una de las primera fricciones entre los demócrata cristianos
y sus aliados a lo largo del primer lustro de la década de los noventas.

En paralelo el magisterio demócrata cristiano también fue reclutado para integrar el aparato estatal
como fue el caso del histórico dirigente Gastón Gilbert, quien fuera del SUTE, a la división de
educación general del MINEDUC52, como también fue el caso de Gastón Hidalgo, histórico
dirigente del magisterio de Valparaíso, quien asumió como administrador de la Corporación
Municipal de Valparaíso para el desarrollo social53. Este reclutamiento de cuadros sindicales es
posible leerlo como un fenómeno de cooptación, pero desde el punto de vista demócrata cristiano
era una forma de respaldar y consolidar el naciente proceso democrático54.

A pesar de esta relación tan estrecha entre partidos y la dirección del CDP, la legislación del
Estatuto Docente no avanzó al ritmo deseado, por ello comenzó a gestarse un clima de desconfianza
cuyo portavoz fue el dirigente comunista y miembro del directorio nacional Jorge Pavéz, tanto
sobre la ambigüedad de los anuncios como de las fechas que entrega el gobierno55. Un nuevo flanco
se abrió cuando el MINEDUC anunció un anteproyecto de Estatuto Docente debido a que ningún
representante del CDP había participado en su elaboración.

El anteproyecto tuvo como objetivo mejorar la calidad educativa a partir del reconocimiento del
carácter universitario y profesional de las pedagogías. Contemplo como contenidos un tope en la
jornada laboral, una remuneración mínima, modalidades de capacitación y perfeccionamiento. Pero
diferenciaba en beneficios tanto para el sector municipal como particular (privado y
subvencionado), dándole mayores beneficios a los establecimientos administrados por los
municipios al garantizarles de manera exclusiva el pago de una bonificación por antigüedad, por

referirse al liderazgo autoritario de los alcaldes y alcaldesas designadas por la dictadura, que en un eventual escenario
democrático serian reemplazado por nuevos liderazgos que propicien un clima y una administración democrática.
Véase una pequeña elaboración de este concepto Ernesto Schiefelbein, Regionalización de la educación en Chile
¿municipalización o alcaldización?, (Corporación de Promoción Universitaria; Santiago, 1984).
52
“Gobierno hizo 89 nominaciones en ministerio”, La Época, 10 de febrero de 1990, 10.
53
“Los profesores homenajearon a Gastón Hidalgo”, El Mercurio de Valparaíso, 9 de mayo de 1991, 5.
54
Entrevista a Hugo Morales, realizada por el autor en enero del 2020.
55
“El diálogo con el gobierno sobre el estatuto docente es insuficiente”, Fortín Mapocho, 30 de junio de 1990, 7.
zonas, etc. En cuanto al sector particular, solo otorgaba reglas de contratación y despido56. Esto fue
recepcionado como un balde de agua fría por diferentes sectores del magisterio también sintieron
disgusto con respecto a la marginación de los docentes exonerados, la ausencia de una carrera
funcionaria y la omisión del sector particular subvencionado de algunos beneficios salariales57.

Tanto el anuncio como sus contenidos fueron sometidos a críticas internas tanto por parte del
magisterio comunista como por diversos dirigentes regionales, de ese modo se abrió un flanco de
ataques más agudo hacia los dirigentes demócratas cristianos, como Verdugo y Valladares, por su
capacidad de negociación y gestión de intereses del magisterio.

Pero el compromiso político logró un triunfo cuando el 15 de octubre de 1990, un día antes del día
del profesor58, el presidente Aylwin firmó el proyecto de Estatuto Docente59. Al momento en que
el Estatuto Docente fue respaldado por el ejecutivo, culminaba un proceso de declaración de buenas
intenciones, para abrirse camino un proceso de tensiones y rupturas.

Una de las primeras voces críticas fueron los administradores privados de colegios particulares
subvencionados, quienes en general estaban padeciendo un proceso general de huelgas y quiebras
de diferentes establecimientos en el bienio 1989-199060. Estos administradores fueron
representados principalmente por la Federación de Instituciones de Enseñanza Privada Secundaria

56
“Ministerio entrega el primer documento con antigua aspiración del profesorado”, La Época, 27 de julio de 1990,
30-31.
57
“«Cara larga» quedaron profes al conocer el estatuto docente”, Fortín Mapocho, 27 de julio de 1990, 6.
58
Cabe destacar que antes de 1974 el día del profesor se conmemoraba todos los 11 de septiembre. Solo en 1977 se
cambia para el 16 de octubre a modo de celebrar la creación del CDP por parte de la dictadura.
59
“En sencilla ceremonia Presidente Aylwin firmó ayer proyecto de Estatuto Docente”, La Época, 16 de octubre de
1990, 13.
60
“La educación particular subvencionada una actividad comercial en decadencia”, La Época, 17 de enero de 1989,
13. “Maestros solicitaron intervención”, La Época, 23 de enero de 1990, 17. “Dos colegios en huelga, porque pagan
muy poco”, Fortín Mapocho, 27 de abril de 1990, 6. “Profesores ponen mala nota a mal empresario”, Fortín Mapocho,
2 de mayo de 1990, 6. Debe considerarse que en 1979 la dictadura decreta su Plan Laboral a través de diferentes
decretos de ley que le permitieron mermar el poder de los sindicatos y su capacidad de negociación colectiva.
Específicamente, el Decreto de Ley N° 2758 estableció la exclusión de empresas privadas, cuyo presupuesto fueran
financiados en un 50% o más por parte del estado de negociar colectivamente, esto afectó directamente a los
trabajadores del sector particular subvencionado. Esta exclusión fue revertida a través de una serie de resoluciones
emanadas desde el Ministerio del Trabajo como fueron las resoluciones exentas N° 1241 (19 de julio de 1989) y la N°
1982 (5 de octubre de 1989). Estas resoluciones establecieron que los establecimiento particulares subvencionado
podrían negociar, pero solo lo podrían realizar a contar del 15 de marzo de 1990 y en orden alfabético, según la inicial
del apellido del sostenedor. El diseño de esta normativa no solo estaba pensado para el ámbito laboral, mermando el
poder de los sindicatos afiliados a federaciones de negociar en bloque, sino también al político, pues por decreto se
programaron el inicio de las negociaciones colectiva a solo 4 días de asumir el nuevo gobierno.
(FIDE Secundaria)61 y la CONACEP62. Estos conglomerados argumentaban que la legislación
debía considerar un alza en la Unidad de Subvención Escolar63 (en adelante, USE) como forma de
compensar cualquier alza salarial, su mayor preocupación, que implicara una merma tanto para
capitalización como para ganancias, que profundizaría la crisis financiera de los establecimientos
particulares subvencionado64.

Estas críticas y el llamado a un reajuste de la USE por ambas entidades fueron recepcionados por
el gobierno cuando anunció un alza en la inversión en educación para 1991, que ayudaría alza de
las subvenciones, medida que fue respaldada por Verdugo y Valladares65, ambos en su posición
como dirigentes nacionales del CDP. En paralelo, el MINEDUC también emprendió una serie de
declaraciones para dar por clausurado cualquier intento de echar marcha atrás cualquier la
municipalización o cualquier tentativamente de expropiación de colegios privados, al alentar la
creación de departamentos de educación municipales, estas medidas estaban destinadas a calmar
toda posible tensión con los conglomerados y los dueños de establecimientos particulares
subvencionados.

A fines de 1990, la directiva del CDP realizó una gran marcha al Congreso que convocó alrededor
de 1500 profesores para dar su respaldo al Estatuto Docente y presionar a algunos parlamentarios
por la incorporación de las indicaciones que había realizado el CDP como: reajuste, plazos de
entrega para las asignaciones de antigüedad, perfeccionamiento, desempeño difícil, cargos
directivos, etc.66 Por otra parte, dirigentes de los diferentes sindicatos y federaciones de sindicatos
particulares subvencionados, hicieron un llamado a demorar los convenios colectivos en espera del
Estatuto Docente. También exigieron un reajuste inmediato al reajustarse la USE, pero también

61
La FIDE es una agrupación de directores y sostenedores de establecimientos particulares pagados y particulares
subvencionados cuyo nacimiento de 1948 estuvo estrechamente ligado a la Iglesia Católica y su idea de libertad de
enseñanza. Durante la década de los ochentas y noventas asumieron una posición reactiva a cualquier legislación que
introdujera regulación a su sector.
62
La CONACEP al igual que la FIDE agrupa a sostenedores tanto particulares pagados y particulares subvencionados
y que no tuvo como la FIDE un origen religioso y político, y que tuvo entre el último lustro de los ochentas y el primero
de los noventas una posición de ofensiva hacia el magisterio organizado tanto el CDP como de la Federación de
Sindicatos de Colegios Particulares Subvencionados.
63
“Sostenedores aseguran que son 300 los colegios que están en peligro de quiebra”, La Época, 25 de octubre de 1990,
15. “Sostenedores: sueldo de «profes» deben mejorarse con plata de «papá fisco»”, Fortín Mapocho, 16 de noviembre
de 1990, 9.
64
“FIDE secundaria formula seis alcances al Estatuto Docente”, La Época, 18 de octubre de 1990, 17.
65
“Directiva del DC se reunió con el Colegio de Profesores”, La Época, 21 de noviembre de 1990, 8.
66
“Profesores marcharon al congreso”, La Época, 29 de noviembre de 1990, 15.
que los beneficios del Estatuto Docente fueran extensivos para todos los trabajadores de la
educación, no solo los docentes67.

Con la promulgación del Estatuto Docente a un paso se inauguró una nueva la escuela de verano
del CDP68, la cual contó con la presencia de las autoridades como el Ministro de Educación de la
época, Ricardo Lagos, y representantes de organismos de perfeccionamiento docente y la
UNESCO. Para este año, la escuela de verano pasó de ser un espacio de formación y debate a ser
una instancia de consolidación de cooperación y el compromiso entre gobierno y CDP. En paralelo,
se reinició el ciclo de despidos de verano, con un catastro menor que al de dictadura. Ante esta
situación dirigentes como Verdugo y Valladares sostuvieron que la única solución era la entrada
en vigencia el Estatuto Docente69. Esta fue la oportunidad para la directiva del CDP de instalar la
necesidad de su pronta promulgación pues se había retrasado en el parlamento, cuestión que fue
abiertamente criticada por el líder del magisterio comunista, Jorge Pavez70 y por dirigentes de la
región del Biobío quienes reprocharon la gestión de los dirigentes nacionales del CDP por su
incapacidad para agilizar el Estatuto Docente como una legislación necesaria y llamó a
movilizarse71.

El retraso del Estatuto Docente comenzó a agitar las aguas del descontento del magisterio y le
entregó sustento a las criticas esgrimidas por el regional del Biobío. Por ello, el Ministro Ricardo
Lagos llamó a la calma reiterando su promesa de que el alza general de la USE y la pronta
promulgación del Estatuto Docente proporcionarían una satisfacción real de los requerimientos de
los maestros72. El Verdugo y los dirigentes del PS y el PR intentaron canalizar la agitación en una
serie de movilizaciones y paralizaciones, pero esta vez con protagonismo diferentes dirigentes
regionales quienes en su mayoría organizaron movilizaciones locales con una paralización total de
actividades73.

67
“Profesores piden demorar contratos colectivos en colegio subvencionados”, La Época, 9 de diciembre de 1990, 23.
68
“Ahora los “profes” les toca asistir ordenaditos a clases”, Fortín Mapocho, 8 de enero de 1991, 9.
69
“«Ausente», dirán más de mil profesores”, Fortín Mapocho, 28 de febrero de 1991, 9.
70
“Profesores despedidos, perjudicados por “arreglines” de sostenedores”, Fortín Mapocho, 3 de febrero de 1991, 9.
71
“Critican la gestión del Colegio de Profesores”, El Sur, 9 de mayo de 1991, 13. “El magisterio aspira a tener un
estatuto digno”, El Sur, 16 de mayo de 1991, 3. “Profesores de la región plantean paro nacional”, El Sur, 8 de mayo
de 1991, 12.
72
“Nuevo mejoramiento para el profesorado anunció Lagos”, La Época, 14 de mayo de 1991, 14.
73
“Listo el paro del Magisterio”, La Estrella de Iquique, 14 de mayo de 1991, 8.
El 28 de junio de 1991, el estatuto docente fue aprobado y luego fue promulgado el 1 de julio por
el presidente Aylwin. Los dirigentes demócrata cristianos y socialistas, liderados por Osvaldo
Verdugo y Carlos Vásquez respectivamente, pensaron que la aprobación calmaría los ánimos al
interior del CDP. Sin embargo, una irrefrenable ola de descontento por parte de sus bases se
materializó no solo en tensas reuniones de asambleas nacionales sino en múltiples y masivas
manifestaciones locales74, cuyos epicentros fueron en la región Metropolitana75, Biobío76 y
Valparaíso77 a quienes se sumó la participación de la Federación Sindical de Colegios Particulares
Subvencionados78. La reacción del gobierno fue el castigo directo, descuento del día de huelga
como forma de amedrentar cualquier intento de paralización ante las insuficiencias del Estatuto
Docente79, junto a esto emprendieron una fuente crítica hacia las movilizaciones del magisterio,
arguyendo carencia de fundamentos y nula contribución al nuevo clima democrático80.

Este panorama impulsó a Carlos Vásquez y Osvaldo Verdugo a tomar en cuenta la iniciativa que
se materializó en un llamado a un paro de 24 horas para el 27 de septiembre de 199181. En la
Asamblea ambos dirigentes se vieron sobrepasados por el descontento que pedía medidas más
radicales, ante esto solo pudieron hacer un llamado a la calma y a la creación de un consenso al
interior del CDP82. A pesar del llamado descentralizado a movilizarse, las manifestaciones locales
fueron masivas, no solo en la región metropolitana sino también en regiones en ciudades como
Iquique83, Tocopilla84, Viña del Mar85, Valparaíso86, La Serena, Coquimbo, Valdivia, Temuco,
Concepción que tuvieron una gran adhesión87.

Al finalizar la jornada de movilización el Ministerio del Interior, encabezado a Enrique Krauss,


emitió un requerimiento contra el consejo directivo del CDP por la paralización. El Ministro Krauss

74
“Masiva manifestación de los profesores de Santiago ante Ministro de Hacienda”, La Época, 28 de junio de 1991,
14.
75
“Profesores defienden aplicación del Estatuto Docente”, La Época, 12 de agosto de 1991, 18.
76
“Magisterio aprobó 48 horas”, El Sur, 1 de septiembre de 1991, 14.
77
“Paro de maestros en V región”, La Época, 5 de septiembre de 1991, 16.
78
“Rechazan paro en colegios”, La Época, 5 de agosto de 1991, 15.
79
“Polémica entre Lagos y profesores”, La Época, 7 de septiembre de 1991, 20.
80
“Ministro critica paro docente”, El Sur, 7 de septiembre de 1991, 4.
81
“Magisterio a la huelga el día 26 de septiembre”, La Estrella del Norte, 10 de septiembre de 1991, 3.
82
“Magisterio acordó realizar un paro el 27 de septiembre”, La Época, 17 de septiembre de 1991, 15.
83
“Total acatamiento al paro”, La Estrella de Iquique, 28 de septiembre de 1991, 5.
84
“Paro de profesores tuvo una adhesión que supero el 90%”, La Estrella del Norte, 28 de septiembre de 1991, 4.
85
“Ocho mil profesores adhieren al paro”, El Mercurio de Valparaíso, 27 de septiembre de 1991, 1, 8.
86
“Un 95% del profesorado acató el paro”, El Mercurio de Valparaíso, 28 de septiembre de 1991, 1, 8.
87
“Masivo fue el paro del magisterio”, La Época, 28 de septiembre de 1991, 16.
señaló que el magisterio no supo apreciar el gesto del gobierno, y en su calidad de funcionarios
públicos no pueden realizar paros, por tanto, era necesario aplicar la Ley88. La medida fue
respaldada por Ministro de Educación, Ricardo Lagos, quien sostuvo la necesidad del
requerimiento como gesto político89. En cambio, para el magisterio imprimió una sensación de
resentimiento por el trato del nuevo gobierno a pesar de haber conquistado su propia legislación
aún faltaban muchos puntos que enmendar y muchas deudas históricas por saldar. Para 1992 el
optimismo se había transformado en suspicacia y el malestar latente se manifestó tempranamente.

En la Escuela de Verano de 1992, la directiva nacional encabezada por Verdugo y Salerno invitaron
a diferentes autoridades gubernamentales y parlamentarias para dar la inauguración del evento.
Durante las palabras de apertura del presidente Osvaldo Verdugo, un grupo de 30 personas,
lideradas por el comunista Jorge Pavez, irrumpieron para para protestar por la exclusión de los
docentes jubilados del Estatuto Docente y la deuda histórica generada por el proceso de
municipalización90. La escuela debió suspender momentáneamente sus actividades, para luego
retomar con mucho menos público.

Este incidente es seria uno de tantos flancos que fisuraron la hegemonía de los dirigentes demócrata
cristianos. En paralelo el magisterio comunista capitalizaba y asentaba su trabajo entre los docentes
sindicalizados del sector particular subvencionado y exonerados. También algunos dirigentes
estaban descontentos con el excesivo personalismo que encarnó el estilo de conducción de Verdugo
que relegó a sus principales aliados (PR y PS) tanto de puestos directivos nacionales como mesas
de negociación y trabajo con el gobierno. Aparejado a este descontento en 1992 hubo una
movilización electoral de docentes democratacristianos por orden de partido para apoyar a
diferentes candidatos de las elecciones municipales de ese año91. En este sentido, la estructura
orgánica territorial de la DC (organizada a partir de comunales), permitía un despliegue de sus
cuadros acorde a sus necesidades políticas, avocándolos por completo a esta tarea e intentando
materializar su perspectiva política sobre la municipalización, a costa del desplazamiento de sus
tareas gremiales y perdida de legitimidad.

88
“Ejecutivo dice que no retirará requerimiento contra profesores”, La Época, 29 de septiembre de 1991, 16.
89
“Lagos explicó razones de requerimiento”, La Época, 1 de octubre de 1991, 20.
90
“Partió la escuela de verano del Colegio de Profesores”, La Época, 7 de enero de 1992, 19.
91
Entrevistas a Hugo Morales, realizada por el autor en enero del 2020. Entrevista a Vicente Sáez, realizada por el
autor en enero del 2020.
Para el 8 y 9 octubre de 1992 se convocaron a elecciones del Colegio de Profesores. Los partidos
de la Concertación (PDC, PS, PPD y PR) se agruparon en la Lista C con el lema “Concertación
democrática de profesores”92. El trasfondo político y programático de esta lista, puede resumirse
en palabras de su cabeza de lista, Verdugo: “Nos interesa proyectar a la Concertación”93. La nueva
directiva se afianzó con dirigentes del PDC y PS a la cabeza, debido que los dirigentes comunistas
decidieron boicotear absteniéndose a la distribución de cargos, a pesar de la gran cantidad de votos
que habían obtenido quedaron relegados a cargos menores como protesorero (Jorge Pavez). Ante
esto Verdugo, elegido nuevamente como presidente y Valladares como secretario94, no por la
cantidad de votos sino por una audaz negociación en la distribución de cargos.

El quiebre definitivo de la hegemonía y el réquiem de la democracia cristiana en el Colegio


de Profesores de Chile (1993-1995)

Para 1993, los recientes dirigentes demócrata cristianos reciben un golpe doble. Por una parte, el
reajuste de ese año fue menor al prometido esto generó el descontento espontaneo en las bases del
CDP. Por otra parte, Julio Valladares, histórica mano derecha de Verdugo y negociador clave del
PDC, renunció a su cargo dentro del CDP para integrarse al MINEDUC como nuevo subsecretario
de educación, por tanto, su nuevo rol fue ser el representante del Ministerio en las nuevas
negociaciones con el CDP, lo que despertó la indignación tanto de las bases como de los dirigentes
regionales y nacionales, incluidos sus aliados del PS y PR95. Diversos dirigentes evaluaron como
traición el arribo de Valladares al MINEDUC, pues ´se cambió de bando en un momento tan
delicado de las relaciones entre la directiva y sus bases.

Esta coyuntura permitió que Pavez capitalizara el descontento en todos los sectores, desde los
municipales, pasando por los particulares subvencionados y jubilados96. Ante este arrastre y el
impulso de movilización que emprendieron 19 comunales, debido a las bonificaciones impagas,
Osvaldo Verdugo no pudo restar su respaldo a dichas demandas y a modo de contención entabló
una mesa de negociación con el MINEDUC.

92
“Profesores DC lucharán por aumento de sueldos”, El Mercurio de Valparaíso, 23 de septiembre de 1992, B2.
93
“Más de 8 mil docentes eligen desde hoy a sus dirigentes”, El Mercurio de Valparaíso, 8 de octubre de 1992, A5.
94
“Fracasó constitución de nuevo directorio nacional del magisterio”, La Época, 10 de noviembre de 1992, 18.
95
“Hasta junio hay plazo para entregar asignaciones de Estatuto Docente”, La Época, 26 de mayo de 1993, 16.
96
“Profesores podrían acordar un paro nacional de actividades”, La Época, 5 de julio de 1993, 17.
Durante el trimestre de julio-septiembre, se realizaron sucesivamente asambleas nacionales
extraordinarias. Verdugo y algunos de sus aliados, como el socialista Carlos Vásquez, fueron
rebasados por el descontento de los dirigentes regionales y el magisterio comunista que lograron
imponer una agenda de movilizaciones97 con la cual los dirigentes demócrata cristianos no
comulgaban e intentaron aplacar sin éxito. Junto a Jorge Pavez fueron regionales de Valparaíso y
el Biobío quienes dieron conducción al descontento de los regionales e imponiendo para septiembre
la realización de un paro nacional de 48 horas que luego fue ratificado98.

Estos episodios fueron demostrativos de la perdida de conducción y fractura irreparable de le


hegemonía demócrata cristiana al interior del CDP al interior del magisterio, fue la realización de
una reunión, fuera de toda orgánica, en Concepción por parte de cinco regionales (Antofagasta,
Calama, Concepción, Araucanía, Valdivia y Punta Arenas) para la ratificación de la prolongación
del paro del magisterio como forma de presión tanto a la directiva como al MINEDUC99.

A mediados de septiembre la negociación se cerró y Verdugo tuvo la última palabra en función de


lograr un acuerdo y no dilatarla más, pero también fue un intento para lograr desactivar una
inminente oleada de paralizaciones. Esto concitó las críticas del magisterio comunista, los
dirigentes regionales que acusaron de “vendido” y de acallar la voz de su disidencia interna100.

Cabe destacar que esta movilización se realizó en un periodo electoral presidencial y Osvaldo
Verdugo se integró al comando de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, militante del PDC y candidato de la
Concertación101. Esto hizo a Verdugo un blanco fácil a las recriminaciones tanto de los dirigentes
regionales como también del sector comunista por su exacerbado compromiso con el gobierno de
Aylwin. Pero también le abrió un flanco interno cuando María Rozas, dirigente demócrata cristiana,
criticó abiertamente que este compromiso y colaboración estrecha con la campaña de Frei, pues

97
“Magisterio acuerda parar en septiembre”, La Época, 7 de agosto de 1993, 21.
98
“Paro Nacional indefinido acordaron profesores”, El Sur, 5 de septiembre de 1993, 1. “Más de mil 500 docentes van
a paro”, La Estrella de Iquique, 3 de septiembre de 1993, 5. Sobre la conducción del regional del Biobío véase Rodrigo
Reyes, « Provincias, conflictividad y sindicalismo docente: El Directorio Nacional del Colegio de Profesores y sus
regionales de Antofagasta y Biobío (1993-1994)», Historia Regional. 34 (2021), pp. 1-15.
99
“Profesores reanudan hoy paro regional”, El Sur, 9 de septiembre de 1993, 1. “Con un paro indefinido en 6 regiones
volvió diálogo profesores-Ministerio”, La Época, 10 de septiembre de 1993, 18.
100
“Profesores no van a paro y continuaran negociaciones”, La Estrella de Iquique, 24 de septiembre de 1993, 40.
101
“Verdugo buscará acuerdo con Frei”, La Época, 27 de septiembre de 1993, 19.
solo traería efectos negativos para el Colegio de Profesores y para las y los dirigentes demócrata
cristianos102.

Se cerraba 1993 con amargura e inconformidad para un magisterio resentido en cuanto a su


organización y sus conquistas. A pesar de las críticas y las suspicacias suscitadas por su gestión,
Verdugo continuo como presidente de la colectividad, pero carecía de cualquier capacidad de
convocatoria, articulación ni tampoco el respaldo de sus bases e incluso de sus aliados más cercanos
como el PR o el PS. Era una caída libre de la democracia cristiana en el CDP.

Con el cambio de gobierno en 1994, finalizaba el periodo de Patricio Aylwin e iniciaba el de


Eduardo Frei Ruiz-Tagle a la vez se realizó un cambio en el MINEDUC y designó para la cartera
de educación a Ernesto Schiefelbein, intelectual demócrata cristiano especializado en educación de
vasta trayectoria. En un primer momento el nuevo Ministro llamó al consenso y al trabajo conjunto
con el CDP en función de lograr una modernización educativa103. La asignación y declaración del
ministro fueron bien recibidas públicamente por Verdugo quien sostuvo que el ministro era una
persona de consenso y diálogo.

Pero las buenas intenciones se desvanecieron prontamente a raíz de dos motivos. El primero, la
Asociación Chilena de Municipalidades declaró que no pagaría las asignaciones salariales
complementarias, argumentando que el MINEDUC no había realizado el traspaso de dineros104,
esto llevó a movilizaciones parciales en las regiones de Valparaíso, Coyhaique, Iquique y
Antofagasta. El segundo, a poco tiempo el Ministro anunció una reforma hacia el estatuto docente
y a la ley de subvenciones que denominó como “Modernización de la Educación”105, pero que
introducía flexibilizaciones al reciente estatuto docente, incorporando nuevos modos de
contrataciones, flexibilidad de la jornada laboral y funciones en reemplazo de los elementos de
estabilidad consolidado en el Estatuto de 1991106.

102
“Dirigente acusa a comunistas”, La Época, 27 de septiembre de 1993, 19. “Llaman a evitar acciones que dificulten
solución magisterial”, La Estrella del Norte, 16 de septiembre de 1993, 3.
103
Sobre el rol en el proyecto de modernización de la educación y el perfil del Ministro Schiefelbein véase la
investigación de Sebastián Neut Aguayo, “El “Momento Transicional” de la Educación Chilena: La Comisión
Nacional para la Modernización de la Educación (1994-1995)”, Archivos Analíticos de Políticas Educativas 29 (78)
(2021), 1-24.
104
“Efervescencia en el magisterio por atraso en pago de beneficios”, La Época, 6 de marzo de 1994, 12.
105
“Gobierno enviará a trámite ley que provoca fuerte rechazo de profesores”, La Época, 19 de abril de 1994, 17.
106
Rolando Álvarez, Hijas e hijos… 355-356.
Estos anuncios solo desataron la colera de las bases del CDP que veía como su única conquista
estaba a punto de ser avasallada. La movilización no se hizo esperar y los regionales como
Valparaíso, Iquique, Calama, Coyhaique, Talca y Concepción tomaron la iniciativa107. Acorralado
internamente Verdugo convocó a una movilización social para mediados de mayo cuya adhesión
fue cercana al 90%108.

Posterior al paro, el CDP aceptó en una Asamblea Nacional Extraordinaria participar de una mesa
de negociación, pero sin dejar de lado la posibilidad de un paro indefinido109. Durante los meses
de junio y julio las negociaciones comenzaron a llegar a punto de alta tensión pues el MINEDUC
optó por la dilatación como táctica y apostó a al desgaste del CDP, lo cual obtuvo como respuesta
una paralización nacional para principios de septiembre convocada por los regionales del CDP y
secundada por los dirigentes comunistas, ante esto Verdugo solo podía acatar la convocatoria y
poner a disposición la estructura del CDP como soporte110.

A mediados de agosto el Ministro Schiefelbein envió, sin haber llegado en algún acuerdo en la
mesa de negociación con el CDP, unilateralmente las indicaciones al Estatuto Docente al
parlamento. Esto caldeo los ánimos y convenció a las regiones tradicionalmente indecisas de unirse
a la paralización, e incluso llevó a los aliados del PDC, como el PR y el PS, a desafiar la política
de contención pregonada por Verdugo111. Las figuras de la hegemonía adquirieron mayor
profundidad. En una nueva Asamblea Nacional Extraordinaria se optó por aplazar para octubre la
movilización. La decisión de aplazar casi un mes un eventual paro fue principalmente por lo
adverso y regresivo que podría ser una paralización en vísperas a las fiestas patrias en septiembre.
Lo cual le permitió ganar más tiempo a Verdugo en la negociación112.

107
“Opuestas evaluaciones frente al paro docente”, El Mercurio de Valparaíso, 27 de abril de 1994, B3. “Masivo
respaldo en paro del Colegio de Profesores”, La Estrella de Iquique, 27 de abril de 1994, 6.
108
“Paro a la vista”, Punto Final, 15 de mayo de 1994, 5. “Paro casi total efectuaron ayer profesores”, La Época, 19
de mayo de 1994, 16. “Profesores marcharon pidieron retiro del proyecto que modifica el Estatuto Docente”, La
Estrella de Iquique, 19 de mayo de 1994, 20.
109
“Profesores esperan invitación formal a dialogar”, La Época, 21 de mayo de 1994, 17. “Principio de acuerdo para
superar conflicto entre gobierno y maestros”, La Época, 24 de mayo de 1994, 19, “Profesores observan un «nuevo
escenario»”, La Época, 25 de mayo de 1994, 20.
110
“Verdugo: «Movilización puede ser paro o no»”, La Época, 14 de julio de 1994, 15.
111
“Profesores acusan «presión» del gobierno”, La Época, 11 de septiembre de 1994, 17.
112
“Osvaldo Verdugo: «Profesores han demostrado su sensatez y madurez»”, La Época, 5 de septiembre de 1994, 15.
El gobierno al ver una posible escalada en el conflicto y una situación que podría servir de ejemplo
a otros gremios como los de la salud113, asistentes judiciales o transportistas. Como primera
medida, removió al Ernesto Schiefelbein, que entregó nuevos aires a la negociación y liberó de
presiones a los dirigentes demócrata cristianos del CDP114. Dado el ánimo y el descredito, los
dirigentes comunistas, Jorge Pavez y Jaime Gajardo optaron por retirarse de jornadas de
negociación como acto de protesta. Esto fue aprovechado por Verdugo para cerrar con rapidez la
negociación con un reajuste menor al exigido para el bienio 1995-1996, pero con el congelamiento
de cualquier reforma del Estatuto Docente. A pesar de que el gesto de Pavéz y Gajardo permitió
cerrar un acuerdo por debajo de lo esperado, este terminó por entregarle mayor legitimidad frente
a las bases descontentas del Colegio de Profesores.

A pesar de la desactivación de la movilización nacional, a raíz de la firma del acuerdo, continuó


un clima de conflictividad aguda entre dirigentes, que derivó en pleitos y agresiones físicas en el
marco de la Asambleas Nacionales115. Esto llevó a que el principal aliado de Verdugo, el dirigente
Carlos Vásquez terminara por criticar públicamente la conducción de Verdugo tanto en las
negociaciones como en el CDP116.

Para 1995, el desgaste y la carencia de legitimidad de los dirigentes demócrata cristianos


demostraba que su hegemonía había expirado. Sintomático de esta situación fue la retirada del PR
de la alianza histórica que habían construido junto al PDC y el PS, para conformar una lista propia.
Esto permitió a los dirigentes del PS condicionar su alianza con los demócratas cristianos toda vez
que la nueva lista no estuviera encabezada por Verdugo sino por Carlos Vásquez, relegando al
militante del PDC hacia un cargo de segunda línea como tesorería o una secretaría. A la vez, el
magisterio comunista, agrupado con otros sectores disidentes o disconformes con la directiva
encabezada por Verdugo, sostuvo de manera programática una crítica hacia los dirigentes del PDC
y el PS por su abandono hacia cientos de docentes tanto del sector particular subvencionado como

113
José Ignacio Ponce y Rolando Álvarez Vallejos, ¿Comunismo después del fin del comunismo?... 103-105. véase
también José Ignacio Ponce, «Movimiento sindical en transición: conflictividad y cultura política sindical en la
postdictadura chilena (1990-2010)», en Transiciones: perspectivas historiográficas de la postdictadura chilena
(América en Movimiento: Santiago, 2018), 339-340.
114
“Osvaldo Verdugo: «Al ministro le faltó pericia y coordinación políticas»”, La Época, 21 de septiembre de 1994,
17.
115
“Directiva docente aceptó oferta gubernamental”, La Época, 1 de octubre de 1994, 17. “Pavéz acusa al gobierno”,
La Época, 1 de octubre de 1994, 17.
116
“Maestros denuncian obstáculos para concretar aumento salarial acordado”, La Época, 1 de noviembre de 1994,
18.
jubilados, exonerados y de regiones117, de esa forma organizó el descontento y lo canalizó hacia su
candidatura.

La elección arrojo como resultado un triunfo holgado para Jorge Pavez. Su lista aventajó por más
de dos mil votos de ventaja a la lista liderada por Carlos Vásquez118. De hecho, Verdugo fue
desplazado como quinta preferencia, con una cantidad cercana a los mil votos, la menor cantidad
de votos obtenida por al líder demócrata cristiano en las cinco elecciones que van de 1985 y 1995.
Estos resultados electorales, hicieron saltar las alarmas a las dos listas que encabezaron la votación
para comenzar a disputarse el beneplácito del PR, partido con pocos, pero valiosos votos fueron la
pieza clave para la elección del nuevo presidente, o como apuntaban los cronistas de mediados de
los noventas “la novia de la fiesta”119.

Sería el Pavez quien primero haría su oferta de alianza con los dirigentes militantes del PR. Pero
ya en este punto, el escenario para la DC era negociar o aislarse. En un primer momento ofreció al
PR que Pedro Chulak ser el presidente del CDP y Osvaldo Verdugo ser secretario general. Esto fue
tomado por Carlos Vásquez como un acto de deslealtad y traición hacia su alianza. Esta apuesta
era de un alto costo para los demócratas cristianos pues sacrificaba a un aliado en función de
bloquear la presidencia de Pavez120. Pero el riesgo no valió la pena, la arriesgada apuesta de
Verdugo, solo le abrió un flanco interno cuando la histórica dirigente María Rozas entregó su apoyo
a Pavez como presidente y a Carlos Vásquez como secretario general. Finalmente, radicales y
comunistas sellaron su alianza y repartieron los cargos de la mesa directiva a su discreción121.

La nueva directiva nacional para el bienio 1995-1997 quedó conformada con el comunista Jorge
Pavez a la cabeza, acompañado en la mesa ejecutiva con tres comunistas y tres radicales. Socialistas
y democratacristianos compartieron el banquillo de los desplazados junto a los dirigentes de
derecha.

La hegemonía de la Democracia Cristiana al frente del Colegio de Profesores había finalizado, y


su lugar en la directiva se había hundido hasta los últimos puestos jerárquicos. Luego de más de
diez años, las bases del magisterio le negaron su confianza e hicieron patente su molestia no solo

117
“Jorge Pavéz: «El colegio no puede seguir siendo aval del ministerio»”, La Época, 29 de septiembre de 1995, 16.
“Pavez al pizarrón”, Punto Final, 29 de octubre de 1995, 4.
118
“Pavéz se impuso en elecciones del magisterio”, La Época, 13 de octubre de 1995, 21.
119
“Radicales se dejan querer”, La Época, 14 de octubre de 1995, 17.
120
“Últimos cómputos ratifican a Pavéz”, La Época, 16 de octubre de 1995, 17.
121
“Lista de recuperación gremial triunfadores indiscutidos”, El Siglo, 21 al 27 de octubre de 1995, 14-15.
con movilizaciones sino también en las urnas. Su presencia no se extinguiría del CDP
inmediatamente, más bien se disolvería paulatinamente en los próximos quince años.

Conclusiones
A modo de conclusión la hipótesis queda demostrada en tanto las tácticas político sindicales
permitieron a los dirigentes demócrata cristianos del CDP, liderados por Osvaldo Verdugo,
construir hegemonía al interior del CDP toda vez que conjugaron elementos reivindicativos
sindicales con elementos políticos entre 1985 y 1990 y que les permitió constituirse como fuerza
mayoritaria al interior del magisterio compenetrándose con las expectativas de su base social. Pero,
cuando dieron un énfasis mayor cabida a las necesidades de la política nacional en el periodo
transicional abandonando o dándolos por satisfechos muchas de las más sentidas demandas del
profesorado, frustrando las expectativas de su base social y entregándoles mejores armas a sus
adversarios políticos, lo cual generó un quiebre en su hegemonía.

Para dirigentes como Verdugo y Valladares, fue significativo el lustro 1991-1995, ya que fue puesta
a prueba su tesis de subordinación de las reivindicaciones del profesorado a la gran demanda
política: la democracia. Pero su compromiso con la estabilidad democrática solo dispuso y potenció
una serie de conflictos de diferente origen e índole (jubilados, exonerados, regionales, etc.) que
fisuraron hasta el colapso su hegemonía. Esto nos permite interpretar, que la conquista del Estatuto
Docente se convirtió en una victoria al corto plazo, pero en una derrota al mediano plazo, pues solo
acrecentó la inconformidad y malestar al interior del magisterio, que se reflejó en su incapacidad
de conducción, en establecer una agenda de movilizaciones o incluso ser un portavoz válido de las
reivindicaciones docentes.

Por consiguiente, uno de los contenidos más relevantes de la construcción y quiebre de esta
hegemonía fueron la pluralidad de elementos que conformaron las tácticas político sindicales de
los dirigentes demócrata cristianos. En primera instancia, su ambivalencia entre una línea sindical
y una línea profesional, aunque teniendo finalmente preferencia pragmática por lo sindical no
dejaron de alimentar cierto cariz profesional a la docencia. Dicho profesionalismo se tradujo tanto
en una serie de alianzas de sus dirigentes con el MINEDUC y el proceso de modernización de la
educación, por dar un ejemplo. Esto tiene su punto álgido en su apoyo a proyecto de modernización
de la educación y que solo hizo crecer el malestar de las bases magisteriales. Aparejado, a este
elemento debe considerarse la dicotomía entre municipalización y alcaldización, que se pensó
idílicamente como una forma de democratizar la institucionalidad dictatorial y dotarla de otros
contenidos, falló no solo por el rechazo político y simbólico del profesorado hacia la
municipalización, sino porque finalmente la democratización se tradujo en copamiento de cargo y
administración de la institucionalidad, que salvo por el llamado a elecciones, permanecía casi
intacto e incluso hostil ante cualquier reivindicación del magisterio.

Junto a esto, un elemento relevante fue la concepción de democracia que se concibió como un valor
militante y una categoría política que se definía por la conjunción de gobernabilidad, inserción
institucional y elecciones libres, que le fue útil bajo dictadura, pero que se transformó en un lastre
bajo la transición democrática debido a su aplicación inflexible y la carencia de actualización de
sus tácticas ante el nuevo contexto de transición democrática.

Si bien este escrito está centrado en los dirigentes nacionales demócrata cristianos tiene como un
objetivo subordinado trazar una línea gruesa de la trayectoria “por arriba” que debe ser confrontada
y contrastada con experiencias de base y regionales tanto con militancia en el PDC como también
por militantes comunistas, socialistas o radicales. En este sentido, manifiesto como investigador
una deuda pendiente con otros enfoques posibles del mismo proceso.

Al finalizar, el caso del magisterio democratacristiano lejos de configurarse como una regularidad
o como un fenómeno del cual es posible crear un modelo de análisis o de extrapolarse al
sindicalismo docente chileno, representa más bien una especificidad a la luz del análisis
desarrollado en esta tesis, ante lo cual reiteramos como una invitación a seguir explorando
temáticas relacionadas que arrojen más luces que sombras en torno a una militancia tan particular
como la del PDC, así como también su comportamiento al interior de los gremios, donde tuvo una
fuerte presencia, influencia y conducción.

Bibliografía
ÁLVAREZ, Rolando, 2019. Hijas e hijos de la rebelión. Una historia política y social del Partido
Comunista de Chile en postdictadura (1990-2000). Santiago: LOM ediciones.

ARAYA, RODRIGO. 2015. ORGANIZACIONES SINDICALES EN CHILE. DE LA


RESISTENCIA A LA POLÍTICA DE LOS consensos: 1983-1994. Santiago: Ediciones Finis Terrae.
AYLWIN, Patricio. 2018. El reencuentro con los demócratas. De la dictadura a la democracia.
Santiago: Editorial del Fondo de Cultura Económica.

BOENINGER, Edgardo. 1997. Democracia en Chile. Lecciones de gobernabilidad”. Santiago:


Editorial Andrés Bello.

BOYE, Otto. 1999. Hermano Bernardo. 50 años de vida política de Bernardo Leighton. Santiago:
Ediciones Chile América- CESOC.

COX, Cristian y JARA, Cecilia. 1989. Datos básicos para la discusión de políticas en educación,
FLACSO ediciones, Santiago de Chile, Pág. 25.

GONZÁLEZ, Ignacio. 2013. Renan Fuentealba. En la génesis de la Concertación. Santiago:


Catalonia.

GRAMSCI, Antonio. 1975. Cuadernos de la cárcel Tomo 3. México, Ediciones Era.

GRAMSCI, Antonio. 1975. Cuadernos de la cárcel Tomo 4. México, Ediciones Era.

GRAYSON, George. 1968. El Partido Demócrata Cristiano Chileno. Santiago-Buenos Aires:


Editorial Francisco de Aguirre.

HOFMEISTER, Wilhelm. 1995. La opción por la democracia: Democracia Cristiana y desarrollo


político en Chile, 1964-1994. Santiago: Konrad Adenauer.

LAVANDERO, Jorge. 1997. El precio de sostener un sueño. Santiago: LOM ediciones.

LJUBETIC, Iván. 2003. Historia del Magisterio Chileno. Santiago: Ediciones Colegio de
Profesores.

PAVEZ, Jorge. 2010. Un hombre en la multitud. Recuerdos de un luchador social. Santiago: Das
Kapital.

SCHIEFELBEIN, Ernesto. 1984. Regionalización de la educación en Chile ¿municipalización o


alcaldización? Santiago: Corporación de Promoción Universitaria.

SERRANO, Margarita. 2009. La igual libertad de Edgardo Boeninger. Santiago: Uqbar.

WALKER, Ignacio. 2020. Pasión por lo posible: Aylwin, la transición y la concertación, Santiago:
Universidad Diego Portales.

VALDÉS, Gabriel. 2009. Sueños y memorias. Santiago: Taurus.


VELASCO, Belisario. 2014. Esta historia es mi historia. Santiago: Catalonia.

YOCELEVZKY. Ricardo. 1993. Partidos políticos, democracia y dictadura (1970-1990).


México D. F. Fondo de Cultura Económica.

ZALDÍVAR, Andrés. 1995. La transición inconclusa. Santiago: Editorial Los Andes.

Capítulos de libro
ÁLVAREZ, Rolando. 2009. “¿Desde afuera o desde adentro de la institucionalidad? La «huelga
larga del salmón» y las nuevas estrategias sindicales en Chile (2006-2008)” en El renacer de la
huelga obrera en Chile. Santiago: Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz, 75-116.

BELLEÍ, Cristian. 2001. “El talón de Aquiles de la reforma. Análisis sociológico de la política de
los 90 hacia los docentes en Chile”. En Economía política de las reformas educativas en América
Latina, 129-146. Santiago: CIDE-PREAL.

HUNEEUS, Carlos. 2010 “Un partido con un alto grado de institucionalización: La democracia
cristiana en Chile”. En La democracia cristiana en América Latina. Conflictos y competencia
electoral. 173-223. México D. F.: Fondo de Cultura Económica.

JULIAN, Dasten. 2012. “Tendencias de un sindicalismo fracturado. Sindicalismo autoritario v/s


sindicalismo movimientista” en Actuel Marx/Intervenciones N° 13. Santiago: LOM, 95-113.

NÚÑEZ, Iván. 2003. “El profesorado, su gremio y la reforma de los 90: presiones de cambio y
evolución de la cultura docente”. en Políticas educacionales en el cambio de siglo. 455-517.
Santiago: Editorial Universitaria.

MATAMOROS, Christian. 2017. “Tensiones en el sindicalismo docente durante Lagos. 2000-


2005” en Trabajadoras y Trabajadores. Procesos y acción sindical en el neoliberalismo chileno.
1979-2017, Julio Pinto, Camilo Santibáñez e Ignacio Ponce (editores), Editorial América en
Movimiento, Valparaíso, 203-241.

OSORIO, Sebastián y GAUDICHAUD, Frank. 2015. “Los caminos del movimiento sindical ante
la democracia neoliberal y el legado de la dictadura” en Democracia versus Neoliberalismo. 25
años de neoliberalismo en Chile. Santiago: Fundación Rosa Luxemburgo, ICAL, CLACSO, 236-
258.
PONCE, José Ignacio. 2018. “Movimiento sindical en transición: conflictividad y cultura política
sindical en la postdictadura chilena (1990-2010)”, en Transiciones: perspectivas historiográficas
de la postdictadura chilena, 339-340. Santiago: América en Movimiento.

SEGUEL, Pablo. 2020. “La ‘modernización portuaria’ en la Región del Biobío. Un caso de
privatización con precarización del empleo (1998-2018)” en Estudios del trabajo desde el Sur.
Santiago; Ariadna Ediciones, 189-215.

Tesis o memorias
CATALDO, Nicolás. 2010. Historia reciente del Magisterio en Chile, 1970-1990: desafíos del
movimiento de los docentes. Tesis de licenciatura, Universidad de Valparaíso.

COFRÉ, Omar. 1998. La desarticulación del gremio de maestros en Chile bajo el régimen militar
(1973-1989) y los factores que determinaron el quiebre del compromiso histórico en el ámbito
educacional. Tesis doctoral, Johann Wolfgang Goethe-Universitat, Frankfurt am Main.

HIDALGO, Hugo. 2001. Los profesores chilenos: sus luchas, demandas y formas de organización
bajo el modelo neoliberal (1973-1989). Tesis de licenciatura, Pontificia Universidad Católica.

LÓPEZ, Ana. 2013. Desarticulación y resistencia. Movimiento obrero y sindicalismo en dictadura.


Chile y Argentina, 1973-1983. Tesis de maestría, Universidad de Chile.

MATAMOROS, Christian. 2019. Apóstoles Organizados, Sindicatos docentes en Chile y


Argentina entre dictadura y postdictadura (1981-1994). Tesis doctoral, Universidad de Santiago.

OSORIO, Sebastián. 2015. Trayectoria y cambios en la política del movimiento sindical en Chile,
1990-2010. Tesis de maestría, Universidad de Santiago.

PONCE, José Ignacio. 2020. Huelgas y conflictos en democracia. Cultura política y estrategias
sindicales durante la posdictadura (1990-2003). Tesis doctoral, Universidad de Santiago.

QUINTERO, Cesar. 2011. Historia del Magisterio Chileno. El Colegio de Profesores de Chile A.
G. 1990-2010: reivindicación gremial, propuesta pedagógica y defensa de la educación pública.
Tesis de licenciatura, Universidad de Valparaíso.

SANHUEZA, Jorge. 2017. El paso de la Federación de Educadores de Chile al Sindicato Único


de Trabajadores de la Educación. Tesis de licenciatura, Universidad de Chile.
ZUBICUETA, Daniela. El profesorado como actor político bajo la dictadura. Tesis de
licenciatura, Universidad de Chile, 2012.

Artículos
Álvarez, Rolando y Matamoros, Christian. 2020. «No + municipalización». La resistencia
docente al traspaso de las escuelas públicas. Chile, 1986, Izquierdas 49, 2172-2173.
GOMEZ ROJAS, Nicolett. 2016. “La asamblea de la civilidad en Concepción y la Asociación
Democrática de Artistas: espacios de sociabilidad política en dictadura” en Revista Historia (2)
23, 167-186.
MATAMOROS, Christian. 2017. Profesores comunistas y sindicalismo docente en la lucha
antidictatorial, Chile 1981-1987: Izquierdas (32): 203-234.

MATAMOROS, Christian. 2020. La investigación sobre sindicalismo docente en Chile: avances y


vacíos en su consolidación: Divergencia 14 (2020), 83-114.
NEUT, Sebastián. 2021. “El “Momento Transicional” de la Educación Chilena: La Comisión
Nacional para la Modernización de la Educación (1994-1995)”: Archivos Analíticos de Políticas
Educativas 29 (78), 1-24.

PONCE, José Ignacio y Álvarez Vallejos, Rolando. 2016. ¿Comunismo después del fin del
comunismo? La política sindical del Partido Comunista de Chile en la postdictadura chilena (1990-
2010): Nuestra Historia (1): 100-115.

REYES, Rodrigo. 2021. Del proyecto a la disputa: continuidades y rupturas del magisterio
demócrata cristiano en la construcción de un colegio profesional (1955-1985) en Revueltas,
Revista Chilena de Historia Social Popular N° 4, 11-36.

REYES, Rodrigo. 2021, « Provincias, conflictividad y sindicalismo docente: El Directorio


Nacional del Colegio de Profesores y sus regionales de Antofagasta y Biobío (1993-1994), Historia
Regional. 34: 1-15.

TORRES-HURTADO, Diego. 2017. “Patricio Aylwin Azócar en sus palabras: La oposición


"jurí-dica" contra el gobierno de la Unidad Popular y el colapso de la lí-nea del "camino propio"
del Partido Demócrata Cristiano (1970-1973)”, Revista de Historia y Geografía 37, 171-200.
YOCELEVZKY, Ricardo. 1985. La Democracia Cristiana chilena. Trayectoria de un proyecto:
Revista Mexicana de Sociología, 47: 287-352.

Fuentes de prensa

Análisis.

APSI.

Cauce.

El Mercurio de Valparaíso.

El Siglo.

El Sur

Fortín Mapocho.

La Estrella de Iquique.

La Estrella del Norte

La Época.

Punto Final.

Solidaridad.

Leyes consultadas

Decreto de Ley N° 678 de 1974.

Decreto de Ley N°2758 de 1979.

Decreto de Ley N° 3621 de 1981.

Resolución extensa N° 1241 de 1989.

Resolución extensa N° 1982 de 1989.


Entrevistas

Entrevista a Osvaldo Verdugo, realizada por el autor en enero del 2019.

Entrevista a Hugo Morales, realizada por el autor en enero del 2020.

Entrevista a Vicente Sáez, realizada por el autor en enero del 2020.

View publication stats

También podría gustarte