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LA CULTURA AWAJÚN.

El pueblo AGUARUNA O
AWAJÚN (nombre preferido por
algunos hablantes AWAJÚN,
aunque también usan II-NĨ-IA
'uno de nosotros'), es una etnia
de la selva amazónica peruana.
Los aguarunas descienden de
los fieros jíbaros, guerreros
formidables que defendieron
incansablemente su libertad y
que, por lo mismo, se
mantuvieron durante mucho
tiempo fuera del alcance y el
conocimiento del hombre
occidental. Así, se enfrentaron a
las invasiones incaicas, que no lograron someterlos. Tampoco los pudieron
adoctrinar los sacerdotes, especialmente jesuitas y dominicos, muchos de los
cuales murieron en el intento.

La cultura AWAJUN es una identidad amazónica, desde principio de los


antepasados, son personas originarias que permanecen y se sienten dueños de la
selva.
Las personas son natas tienen una dedicación a la agricultura, que es una de las
fuentes de ingreso económico para la gente siempre manteniendo su posición
como protector de la Amazonía.
AWAJUN es una identidad las personas son muy atraídos a la selva cada uno de
ellos tienen costumbres ancestrales como también, se dedican a la religión y otros
dones.
la pesca es una fuente de mercado que permite a la gente adquirir fácil y tener a
su alcance todas los materiales necesarios

 LA VIDA DE LOS AWAJÚN.

El pueblo Awajún (o Aguaruna) es uno de los 62 pueblos indígenas que habitan en


las montañas y las llanuras amazónicas del Perú. Junto con los Achuar, Wampis
(Huambisa), Kandozi y Shuar, forman parte de una familia etnolingüística que los
antropólogos han denominado con el nombre de jíbaro.

Los Awajún son el segundo pueblo más numeroso  de


la Amazonía peruana después de los Ashánincas.
Según estimaciones aproximadas, su población 
supera las 75,000 personas. Su hábitat natural se
extiende por la parte norte de los departamentos de
Amazonas, San Martín y Cajamarca, y la parte noreste
de Loreto, a lo largo de una extensa red fluvial, que
comprende los ríos Mayo, Chirinos, Chiriyacu, Cenepa, Santiago, Nieva y otros de la
cuenca del alto Marañón y bajo Marañón.

La historia de los Awajún se encuentra íntima y profundamente ligada a la idea de 


territorio, entendido como el espacio que sostiene y reproduce su cultura y su
identidad como pueblo. Las referencias sobre el pueblo Awajún y sus contactos con
otros pueblos y culturas, desde los incas y los conquistadores españoles, hasta las
relaciones actuales con el gobierno peruano y las empresas extractivas, se han
caracterizado por la enérgica defensa de su territorio ancestral y su autonomía
frente a intentos invasores o colonizadores.

Tradicionalmente, la organización social del pueblo Awajún muestra un modelo


disperso de ocupación del hábitat en base a unidades domésticas conformadas por
familias establecidas alrededor de la figura de un “cabeza de familia” y aglutinadas
entre sí, alrededor de la figura de un “kakajam” – un guerrero de demostrada
eficiencia – y, uno o varios chamanes, iwishin.  Estos grupos locales solían poseer
una notable autosuficiencia económica y un alto nivel de autonomía política.

Su sistema de parentesco se basa en el


matrimonio entre primos cruzados y un patrón
de residencia matrilocal. En cada grupo local se
suele reproducir un modelo en el que dos
grandes grupos familiares se distribuyen, de
acuerdo a determinadas pautas sociales, el
acceso a los recursos y la responsabilidad de su
cuidado. Entre estas “dos mitades” se
establecen las alianzas matrimoniales: unos son
parientes consanguíneos, y cuyo enlace es
considerado incesto con graves consecuencias
morales y sociales, y los otros constituyen
potenciales cuñados y esposas. Así el matrimonio
representa un continuo reajuste de alianzas
económicas y militares entre grupos familiares que
comprometen no sólo al varón y a la mujer, sino a todo el
conjunto, consolidando relaciones y equilibrando la fuerza de trabajo
entre ambas familias. Supone la base del control social, de la estabilidad emocional
y del equilibrio entre los distintos grupos de la sociedad Awajún.

En los últimos cuarenta años, y principalmente a partir del establecimiento de las


escuelas estatales, se vienen produciendo concentraciones en “centros” o
“comunidades”, un cambio que está incidiendo en la reorganización de la vida
social, en las estructura de parentesco, en la configuración del poder político y, sin
duda, en la integridad y continuidad creativa del patrimonio cultural en sus diversas
expresiones. Nuevas estructuras se
superponen a las tradicionales y,
frente a determinados problemas, 
llegan a entrar en colisión las
diferentes visiones generacionales.
No obstante, la proliferación de
organizaciones de base y su
articulación en federaciones locales,
regionales y nacionales, afirman al
tiempo la tendencia tradicional a
reservarse espacios de autonomía
política entre iguales y la gran
capacidad de los Awajún, y de los
pueblos jíbaros en general, para formar alianzas capaces de enfrentar cualquier
amenaza externa que les afecte.

La economía Awajún ha experimentado grandes cambios debido a la mayor


estabilidad y concentración poblacional de los asentamientos y a las nuevas
necesidades monetarias que impulsan economías basadas en el comercio. La
codicia de los agentes económicos externos genera impactos cada vez más graves
con el apoyo de políticas públicas muy agresivas ante unas economías locales –
basadas en el uso a largo plazo de los recursos -  que son calificadas como una
rémora para la rentabilidad de las grandes empresas inversoras.

Pero, con todo, la subsistencia de los Awajún sigue hasta


hoy girando alrededor de actividades como la pesca, la
caza, realizadas por los hombres, el sabio cultivo de la
huerta, realizado por la mujeres; y la recolección de una
gran variedad de productos del monte, que les permiten
abastecerse de alimentos sanos y utensilios para la
cestería, la alfarería, la vivienda, el transporte, el arte o
la fiesta. En el monte, o en las pequeñas huertas
rodeadas de vegetación es donde el mundo Awajún
cobra sentido. El conocimiento profundo de cada proceso
natural es lo que les permite “el buen vivir”, ese
principio filosófico que les legó el sabio mitológico Bikut,
y que les hace dignos ante los ojos de sus antepasados y
entrañables en las historias de sus nietos.

Por eso la educación


entre los Awajún es
tan indispensable. Los
recursos se crean con conocimientos y estos
suelen ser muy localizados en el espacio y en el
tiempo. Se trata de  una educación integral para
la vida, muy especializada y enfocada por la
división de funciones sociales que corresponde a
cada sexo. Desde muy temprano el padre o la
madre comienzan a enseñar los fundamentos de
la vida, orientados fundamentalmente hacía el
manejo correcto de los recursos del bosque y la
huerta, pero ninguna persona del grupo familiar
desaprovecha la oportunidad de adiestrar al niño
en los conocimientos que consideran adecuados
para su edad. Es una verdadera comunidad
educativa. Actualmente, y desde mediados del
siglo XX, los Awajún han venido recibiendo
también educación escolarizada. Solicitada inicialmente para cubrir necesidades de
comunicación social (lecto-escritura en castellano) o económica (aritmética básica)
con la sociedad nacional.

La utilización de plantas como la ayahuasca, Datem, el toé, baikúa, y el tabaco,


tsáag, juegan también un importante papel en el aprendizaje vital y social de un
Awajún, a la hora de definir lo que cada individuo será en su vida adulta,
proporcionando la fuerza y la capacidad necesaria para “mirar” la vida; lo que
llaman adquirir visión, Ajútap. Aquel que ha obtenido la visión se convierte en
waimaku. Es mediante la utilización de estas plantas que se entra en contacto con
los espíritus, ya que en el trance provocado por las mismas el alma, wakan, efectúa
un viaje hacía los mundos en los cuales habitan los espíritus y los antepasados.
De esta manera, la naturaleza, donde
los Awajún desarrollan sus prácticas
cotidianas, se encuentra integrada a
otros mundos de carácter cosmológico:
la bóveda celeste y los mundos
subterráneos y subacuáticos, habitados
por una cohorte de espíritus.  Según su
cosmovisión, el universo, representado
por la integridad de su territorio
ancestral, está poblado por diferentes
seres que ocupan diferentes niveles o
mundos paralelos e interconectados.
También la mayoría de animales y
plantas son poseedores de un alma,
wakan y se considera, asimismo, que la
existencia de las plantas, los animales y
la de sus espíritus tutelares es regida
por las mismas leyes sociales que la de
la humanidad, de tal manera que la
naturaleza forma un gran continuum de
sociabilidad entre los seres humanos y
los seres de la naturaleza.

 Territorio.
Los aguarunas se extendieron

por toda la cuenca del río


Cenepa y se distribuye en los territorios por los que hoy
pasa la línea de frontera entre el norte del Perú y el sur de Ecuador. Por esta
ubicación fueron afectados directamente por conflicto Perú-Ecuador.

 Características:
 Grupo Lingüístico.
Pertenecen al grupo lingüístico jíbaro, que abarca también a la lengua de los
huambisas, los jíbaros propiamente dichos y los Achuares. En Ecuador, los
aguarunas toman el nombre de "shuar", pero son del mismo tronco jíbaro.

 Población
En el departamento de Amazonas, los
aguarunas son mayoría entre las
etnias nativas (un 90%
aproximadamente). El paso del
tiempo ha determinado que, en
gran medida, aguarunas y
huambisas se mezclen y
conformen una sola etnia. Viven
en la provincia de Condorcanqui y
forman un consejo aguaruna con
alcaldes en distritos como El
Cenepa, Nieva y Río Santiago.

Siendo por tradición migrantes, un gran


contingente aguaruna se asentó en lo que
hoy es el valle del Alto Mayo, en el departamento de San Martín. Sin
embargo, el aislamiento territorial en el que viven es el principal problema
que afrontan estos valerosos indígenas. Ellos constituyen una de las etnias
nativas más pobres del mundo. La desnutrición crónica y las enfermedades
agobian a sus integrantes. Su carácter libertario les obligó siempre a vivir
marginados de la civilización occidental, cultivando, eso si, una riquísima
vida espiritual incomprensible para la mayoría de peruanos. La llegada de
colonos y la reducción de sus territorios ancestrales los han llevado a los
extremos de miseria que hoy en día viven.

 Alimentación
Su dieta es a base de plátanos, yuca y animales del
monte. Los hombres usan coronas de plumas o tawas.
Los más viejos visten el itipac (traje) y la mujer el
buchak. Hacen humildes vasijas, ollas de barro y
platos, tejen canastas de bejuco y elaboran asientos
rudimentarios de madera. Aman su identidad cultural
y la defienden singularmente, guiados por una
cosmovisión interesante, quizá su más importante
aporte a la antropología del Perú.

 Cosmovisión aguarunas.

 Dioses y diosas.
En su mundo interior, el aguaruna cree en cinco dioses: Etsa, o el padre Sol,
destructor de un demonio de la génesis del mundo, llamado Ajaim; Nugkui, o madre
tierra, que le da el cultivo y la arcilla para la cerámica; Tsugki, o madre del agua o
del río, que vive en los ríos; Ajútap, o padre guerrero, un alma de los combatientes
antiguos que trasmigra continuamente; y Bikut, o gran filósofo Awajún, un
legendario ser que se transforma en el toé, planta
alucinógena que, mezclada con el ayahuasca, les
hace conectarse con otros mundos superiores.

Para el aguaruna, todos los hombres tienen dos almas: la


iwaji, que sube al cielo, y la iwakni, que se queda en la
tierra como pequeño demonio. Para ellos, la selva está
llena de almas, de hombres transformados en
árboles o en animales. Curiosamente, para ellos, el
Chullachaqui, conocido como temido diablillo en otras
zonas amazónicas, es una entidad protectora de la ecología, un amigo de las
plantas que sólo asusta a los depredadores de la naturaleza.

 Mística ceremonial.
Sus ceremoniales místicos con toé y ayahuasca les permiten coloridas visiones de la
selva, pues guardan un respeto sagrado a la Madre Naturaleza. Los aguarunas
mantienen un velo de hermetismo sobre estas ceremonias, aunque en otras partes,
como en el Perú, son más accesibles e, incluso, recrean actuaciones turísticas.

 La reducción de cabezas
Desconociéndose casi todos sus ritos y costumbres, sí se hizo célebre en el mundo
la práctica jíbara de "reducir cabezas". Efectivamente, este procedimiento, llamado
tzantza, hacía que el nativo momificase y conservara las cabezas de sus enemigos
como talismanes guerreros.

Esta práctica se realizaba, y probablemente aún se realice entre los jíbaros más
aislados, decapitando el cadáver y luego extrayendo, obviamente, el esqueleto
cefálico y facial de la víctima. A continuación se curtía la piel con hierbas, taninos,
chamizos y otros ingredientes; se le introducía arena caliente y se la planchaba. En
el interior de esa piel que, de ese modo, se reducía de tamaño, se colocaba una
piedra pequeña, como nuevo esqueleto, y se conserva el cabello de la víctima. Así,
después de cosida en sus ojos y boca, teñida y magistralmente preservada, se logra
una "cabeza reducida" con sorprendente parecido al de su infeliz dueño.

 Instrumentos musicales.
 Kitag
 Pingkui
 Pijum
 Tampug
 Tuntui
 Túmag (especie de Birimbao)
 Quena

 Algunos líderes Awajún.


-Santiago Manuin Valera.

-Eduardo Nayap Kinin (nativo Awajún es virtualmente


congresista por la región amazonas el primero de esta etnia en llegar
al Congreso, según resultados preliminares de la ONPE).

 La Música De Los Awajún.


El pueblo Awajún, a partir de su patrimonio ancestral y colectivo, elabora sus
conocimientos, aplicándolos a la resolución de sus problemas y la satisfacción de
sus necesidades, dentro de un proceso dinámico, singular y creativo. La música es
expresión de su filosofía del shinpujut, que significa vivir en sociedad, pero con
autonomía personal y en armonía con el entorno. De este modo, su música se
desprende de la relación cotidiana con el bosque, las montañas, los ríos y las
cascadas que conforman su territorio ancestral, así como de su relación con los
animales, las plantas y los espíritus que lo habitan. La música es un bien simbólico,
transmitido de generación en generación a través de los parientes del mismo sexo;
formando parte esencial del proceso de construcción de la identidad del hombre y
la mujer Awajún.
La música Awajún está centrada principalmente en el canto, como expresión de sus
sentimientos y pensamientos, y se compone de dos expresiones fundamentales: el
anen, de carácter mágico y el nampeg, de carácter profano, diferenciándose entre
sí tanto en la forma como en el contenido. Sus cantos, especialmente el anen,
mantienen relaciones muy particulares con la mitología, de la cual constituyen una
suerte de modo de empleo. A partir de la memoria de los mitos,
duwikmuunaugmatbau, literalmente “cuentos de los antepasados”, cada persona
va extrayendo notas libremente para dar un sentido a los incidentes de la vida
cotidiana. En los cantos, podemos encontrar una representación de las formas de
vida del pueblo Awajún, siendo su repertorio inmenso al existir cantos adaptados a
todas las circunstancias imaginables de la vida pública y domestica y al estar
creándose continuamente cantos nuevos que dan cuenta de las actuales formas de
vida.

El término anen procede de la misma raíz que inintai, “el corazón”,


órgano que los awajún entienden como sede del pensamiento,
de la memoria y de los sentimientos. Los cantos denominados anen son discursos
del corazón, suplicas íntimas dirigidas a influir sobre el curso de las cosas. Existe
una gran variedad de anen: para asegurar el buen desarrollo de las distintas fases
de la guerra, de la caza y de la chacra, para hacer propicio el viento y mejorar las
habilidades de los perros en la caza, para acompañar la confección del curare y de
la alfarería, para suscitar sentimientos amorosos o fortalecer la armonía conyugal,
para mejorar las relaciones con afines o zanjar una desavenencia entre cuñados.
Estas suplicas son dirigidas a todo tipo de destinatarios a quienes los Awajún
atribuyen un wakán, es decir todos aquellos que pueden ser convencidos, seducidos
o encantados por el contenido altamente simbólico de estos cantos. Se puede
entonces dirigir encantamientos a seres humanos, a entidades sobrenaturales y a
ciertas categorías de animales y plantas. Para poder cantar un anen y que este
tenga efectos, un individuo ha tenido que adquirir previamente el estado de
anentin, que hace referencia a la amplitud de conocimientos mágicos y las
relaciones particularmente fecundas que mantiene con los espíritus tutelares que
dominan las esferas de actividad en las cuales un hombre o una mujer intervienen.

Los anen son tesoros personales celosamente


custodiados y transmitidos generalmente
por parientes cercanos del mismo sexo
(padre-hijo, madre-hija y suegro-yerno
etc.). También es posible obtenerlos a
través de un espíritu durante uno de los
“viajes” del alma, durante los sueños o los
trances inducidos por la toma de plantas
enteógenas. La ceremonia por la cual se
transfiere el conocimiento de un anen se
suele realizar en algún lugar apartado y
tranquilo, principalmente un tambo ritual,
por tres días y debe estar acompañada
-antes, durante y después- de una dieta
severa, que prohíbe principalmente las
comidas calientes, las relaciones sexuales y la
toma de sol. La persona que desea aprender el canto
mágico tiene que inhalar el jugo de tabaco, tsáag, destinado a clarificar
las facultades mentales, concentrándose en aquello que se desea lograr, mientras a
su lado el maestro lo repite incansablemente en un susurro hasta la memorización
completa de la entonación y de la lírica exacta.  Este tipo de canto es, por lo tanto,
secreto y no se suele cantar en público, sino más bien en la soledad de la huerta o
en el bosque a la caída del sol. A veces, los hombres lo cantan mentalmente,
mientras lo interpretan en su instrumento preferido de música. Los instrumentos
musicales que se suelen utilizar para interpretar los anen son: el tumag,
instrumento de una sola cuerda hecho de una pieza flexible de madera atada con
una fibra de chambira, una palmera (o en época reciente de hilo de nylon), que
adopta la forma de un arco y cuya ejecución, consiste en sostener el final del arco
en la boca, mientras que la cuerda es rasgada con el dedo; y el Kitag, instrumento
de dos cuerdas, parecido al violín, que se tañe con un arco y cuyo sonido es más
bien grave y melancólico.
Para los Awajún, los anen representan un poder mágico y eficaz, cuya posesión
juega un importante papel en su vida cotidiana para interpretar el mundo e intentar
actuar sobre él.
Nampeg, en el idioma Awajún, significa música, y procede de la misma raíz que
nampubau, fiesta. Esta juega un papel
protagónico dentro de la música;
siendo el espacio privilegiado donde
se pone en práctica, se produce
el intercambio social de
diferentes cantos y se siente la
complicidad  de la danza,
namsemamu. Tradicionalmente las fiestas eran rituales con una duración de varios
días y estaban compuestas de varias ceremonias dirigidas por maestros ancianos.
Entre las fiestas tradicionales de carácter ritual destacan: la fiesta de la tzantza y
las fiestas de iniciación de los adolescentes con toma colectiva de natem.
Actualmente, las fiestas han perdido gran parte de su carácter ritual, pero siguen
siendo una necesidad vital, al ser espacios sumamente propicios a la socialización.
Las ocasiones que dan origen al nampuamo,o fiesta de masato, la bebida
tradicional de yuca fermentada, son varias, destacándose la realización de una
minga y la bienvenida a un amigo o un pariente. Estas fiestas no se improvisan,
sino que se preparan con antelación; los hombres van de caza para conseguir
alimentos y la mujer se dirige a la huerta a recoger suficiente yuca para la
preparación del masato.       

Los nampeg son cantos sociales y  existen tres expresiones diferentes de los
mismos:

Una de las manifestaciones del nampeges la que hace


referencia a determinados recuerdos emotivos o expresiones
espontáneas de lamento o felicidad, cantados en la casa, la
huerta o el bosque, y también cuando termina una fiesta.
Estos cantos son inventados por la misma persona que los
canta o aprendidos de los abuelos o por haber sido
escuchados en otra fiesta. Cuando no son creados por uno
mismo se debe decir el nombre de la persona de la cual se
aprendió antes de ser cantados públicamente. Asimismo para
la interpretación de estos cantos, se utilizan las flautas:
Pingkui, flauta fabricada con la madera del carrizo, kugki, de
dos orificios; y Pijum, flauta pequeña con dos orificios hecha
con huesos de animales.

Otra expresión de los nampeg son los diálogos generalmente festivos cantados en
el transcurso de las fiestas. Estos cantos a base de replicas y contrarréplicas toman
el aire de una suerte de “asamblea” de carácter lúdico, en la que se recuerda algún
suceso acontecido en la comunidad o se realizan críticas dirigidas a un vecino o a la
pareja, de tal modo que la persona aludida se siente en la obligación de responder
cantando. Los diálogos improvisados que así se establecen, tienen que poseer toda
la misma métrica, la misma entonación y el mismo ritmo. Estas réplicas y
contrarréplicas son un medio de hacer público el propio pensamiento, adoptándose
por regla general un tono de broma que suele provocar la risa en la audiencia.

La última expresión de los nampeg son aquellos cantos que


van acompañados de danza, namsemamu, y para cuya
realización los danzantes y cantantes Awajún prefieren
estar vestidos con los atuendos tradicionales,
compuestos de un largo vestido, tarach, con un
elegante atado sobre el hombro desnudo, para las
mujeres, y una falda de algodón, itipak, para los
hombres, completados con pintura y tatuajes faciales,
así como por diversos adornos, que ejercen a modo de
sonajeros y con los cuales cada danzante va creando
su propio compás, tanto para el canto como para la
danza.

Estos adornos rítmicos son: para las mujeres, unos brazaletes de


caracol, patakukugku, y los cinturones con fragmentos también de caracol,
ákachukugku; y para los hombres, existen unas tobilleras de semillas secas, bakish.
El ritmo de la danza también se lleva a cabo a través de un pequeño tambor
fabricado a base de pieles de animales, denominado Tampug, y es ejecutado por
uno o varios varones, que se lo colocan en la cintura, mientras cantan y danzan. A
pesar del carácter individual que posee el ritmo de cada uno de los participantes, la
danza y el canto devienen en una colectividad festiva entonada y divertida,
conformada por distintas parejas, generalmente del mismo sexo, que, tomados de
la mano, recorren lentamente la pista de un lado a otro, dando saltos y tarareando
sus respectivos cantos, y acompañándose de gritos, ¡jaiji, jaajai!, por parte de las
mujeres, y de estribillos, como el infaltable anúyamáya, recitados por los varones,
así como escenificaciones sobre la vida cotidiana.

Mención aparte merece el Tuntui, instrumento hecho con un tipo de


madera, llamada numishimut, que se emplea para comunicar hechos
importantes o convocar a parientes o aliados, dado que
su tañido puede ser escuchado a kilómetros de distancia.
Para cada ocasión, el tuntuise tañe con un ritmo
particular: el fallecimiento de una persona es anunciado
con un sonido grave y triste; la preparación de
natémse comunica con un sonido pausado que, a
medida que la cocción se alista, se acelera; la
situación de guerra o de conflicto y la llegada de
cazadores a una fiesta tienen a su vez sus propios
códigos. El tuntuies un instrumento tocado
únicamente por varones, pero es una mujer soltera
quien debe probar primero su sonido. Para tocarlo, el
varón, con determinado estatus adquirido, debe guardar
ayuno sexual

Si la música habita los espacios, al mismo tiempo que es habitada por estos,
podemos decir que la música Awajúnreproduce los sonidos del bosque y las letras
de sus canciones la vida cotidiana en armonía con la naturaleza.

 ARTESANÍA AWAJÚN.
 COMIDA AWAJÚN.

LEYENDA AWAJUN

NAMPAG AUGMATBAU
Duikik aenst wainak najaneakush ayaya tuajame.

Nuniau asa, duka nampagkuk aenst jinta tepen,wajiu, aya tuajame.


Wekaekush juti yabai yujaj junisag, wekaechaya tuajame. Tupikaku
wetayama aan senchi wegaya tujame, dipas wegayatak. Tuja
wajinmas wegakug, ikamiawa tseke akumak ikam dukanak wantan
akumama imadiaya tuajame. Wekaeti imaan senchi asan, tupikakug
ayatak peeti menkaeya tuajame. Niig senchitnash senchi wajasu aya
tuajame. Dekapmatnash dekapbau aya tuame.

Iman asa maataj takuish yupichu machminu aya tuajame. Nigki


nuwenchaun pujayatak, muun jea jegamak tanisha tani tanishmas,
apak, pugku waitin epe epenas imanui pujuya tuajame.

Magkagtutnash magkagtin wajasú aya


tuajame ujuchnash kuitamin aya tuajame.

Imaan asa, itipkan akadeag awantak


pujujai, nuwa ajanum weaju
waketuinak, nii jeen tikiju ayaumas
etsa akagaunum kuanawag, mainak
pampaya tuajame. Ninitai itipka
awantak eketu, wajakun weaya tuajame,
yujumkan sujustinum tusa.

Nunik nuwa mama nijak ijununum jega:


nuwata atumkaitjum, taya tuajame. Tuyai:
ehe, apachi ií ajauchinum weeti waketji taku mama, kegkeen,
idaukan, sagkun, paampa makichik nantagkun aatus yusata. Takug
jusa batsatia tuajame baki bakichik nuwa dutikam: ¡chah! See
nuwatah, atumesh maastajum, tudau munchawaja, mm, taya
tuajame, nuna nijapak pujus.

Tutai ditashkam waujus pujut iyag maidian waujus mama


dijajan, jaanchin jawat pegawag, jiinkug wenak: apachi,
amesh maasa wakitkitan tayan tuajame. Tama: ayu,
nuwata kashin wainiami, mm, tuajame nishkam. Tusa
ukunum juwak pujus, mamauchin nijapa wajak waketia
tuajame.

Tuja untsu: nuwata, atumkaitjum mm tamash: ehe,


iitjai tusa, idayinak, mama nijagtai wajas diya diyakua
nuwa awimak iyag maattaman tseken pujut iyantuk,
tapit achik ukunum entsaetuk juwakug, taket ekenak pana
pana, wamkes dijig shitaki ajapa ukuakug tseke jiinki wajaya tuajame.

Ninitai nuwa aidau: pujugmatamestai, jajumkamesh animpash


wekaetinaitam, tusa yumigkinam: nuwatah ¿wagka yubijagme?
¡wisha bakumea imau kakut dakakchajimjama! Mm. ¡Ami aishjumin
dijigmataichinmag, wisha dijigmasajjama, mm –taya tuajame. Tusa
ukuak- Nampagku buuke japat tuajame. Nu dakakjum sukupagtajum,
mm taya tuajame, pempeenki jeen wegak.

Nuwauch aidau, kumpaji dijijam, kanampan jujuinakug,


pisut awatiagtaj tamash, nuwanak ukunum ekenak
takaku mai mai ayampa dijig akupeaya tuajame. Tuja
nuwauchishkam, dutika dijija ajapam buutjagkuta, jega
tseken jega: Dutijua, dijijae! Tusa, aishjin ujaya
tuajame.dutikam aishishkam: ¡waa! ¿wagka anush
aikajua? Jakasta, ayatak maa ajapatjai, takug agkeasan
juwakun wejaya tuajame.

Dutikam nisgkam nampagkushkam minibau dekapeg


uumijuwakug jiinkug weaya tuajame. nunik weu ai, itajak
utua wainkatakama wainkach waketak: ¡se! Imachkits
ijusajamtai tusa awa awankawa waketia, tujame. Nuniku ai
nampagkushkam kashinia dui etsa akagae jeen taya tuajame ikam
kanaju.

Nunitai: yabai antsaek, maa ajapami tusan, chichaman umigkag,


juwatkiag tenta juwakti apakan pujut yumpuntuk, itipkam awantu
eketun utsantaya tuajame.

Dutikamshakam: ¡jej jeh! Takug wajak, kachuiman kutut


ukuinak, juu taya tuajame, itipak awanbaujin. Dutikakun
aenst midiagtatman igkug, kachuiman wampaimatug
weetka yantsanum nimja waimachkamin wetayama ibau
nimtikag, ajapa ukuak tseke jiidia tuajame. nunik tseke
jinki wajan, pempenki weak: nampagku buuke japat
tuajama, nunu dakakam sukupagtajum, mm taya
tuajame.

Dutika ukukim: ¡ se! Machjiapi tusa kaje kajenakua


waketuinaya tuajame. nuninak: ¡se! ¿utugkaik maawag? Tusag, ane
anemtaintu kuji ima tuku yuw4ejama, au kuji anagkua, kuji tus
anenjats minau maami, tusag, kuunta jigkayin jegajiag. Bakichik
aentsun: ame yaki wakita. Nunikam ujugmasam kunchia kunchia. Ima
imatkawan itatkum, kuunta jigkaji atsakim juwakmek, papaag
akaketa. Nunitai nuna antuk kujiap shinu ijapawa tusa, etsa
etsawagtatus anenjats minau maami, Tuinaya tuajame. tama: ayu
tus, bakichik aenst kuunta jinkayi juukbaun, tsukapki juki yaki wakiya
tuajame. nunik yaki waki, numi kanawe japiak, waa wa awa
awajkawa, ititak kujiak kujiak, kujia ujugmas, waja waja kua kuunta
jigkayin chagkinum atatman atsaaki juwakug papaag akakeaya
tuame.
Imatjutai nampagkushkam kuji tuke etsawag tuku yuu asan: kujiap
tsawak shinawa tusa, ujuchin kutamak aehaet nantaki pujau asa
¿tuig shinawa? Tus jii jutsuk jiinki wajas antaya tuajame. nunikma
aentsun dekapjaya tuajame. nunik dekapeg: takaitugkakia,
numpijchimin kunchia kunchia awajmatjai taya tuajame.

Tusa untsuk tii ukuak, ataktu waketki jeen waya waitin shig epeni
tatajat asakua egkebuya tuajame. nunikmatai: ¡se! Dekapjamjaji
ankag maumain wechauwe. Ukukmi tus, ukuinaya tuajame.

Duti dutika tujinkan: iwishnunum inamjajia tuajame. Dutikam iwishin


jiin nuwamjuaya tuajame. Dutikam ji kapa au, nii Nampag diismak
nuwa chikai pujame waidiag tuajame. Nuniak waketjuki jii kaijin achia
achiakua, uwejchik pushu pushutuki tunamang jakaya tuajame.

EL CUENTO DE NAMPAG
Antes había personas con distintos modos de vida. Uno de esos era
el hombre Nampag, que era valiente y buscaba una visión para tener
poder. Él no andaba como nosotros sino mucho más rápido, como
correr para nosotros. Pero para él era andar no más. Cuando él
andaba era como un tigre que salta y desaparece, solo se veía el
movimiento de las hojas, era como relámpago.

Era un hombre muy fuerte. Tenía poderes raros,


porque siempre sabía cuando venían sus
enemigos y por eso no podían atacarlo
fácilmente. Aunque era soltero, tenía una
casa amplia con pared de pona y
puerta de una sola madera.

Él era vengador, guerrero. Sabía hilar


algodón, sabía también tejer la
pampanilla.

Un día estaba sentado, tejiendo su pampanilla,


cuando escuchó a las mujeres que estaban
regresando de la chacra. Estaban bañándose y pelando su yuca en la
quebrada que estaba cerca de su casa. Entonces dejó de tejer y se
fue a pedir yuca. Acercándose a ellas, dijo:¿son ustedes, señoras?
Ellas respondieron: “si, abuelito. Nosotras estamos regresando de la
chacra. Tenemos yuca, sachapapa, camote, huitina y un gajo de
plátanos. Esta bien abuelito, haz tu comida”. Entonces cada mujer le
dio algo de sus productos, poniéndolos delante de él, después él dijo:
“ah, gracias señoras. Ustedes sigan bañándose, no se preocupen de
mí. No soy hombre malo”. Luego lavó la comida que había recibido.

Mientras tanto, ellas rápidamente se secaban la ropa y se metían a la


quebrada, bañándose y lavando los productos de la chacra. Saliendo
se pusieron la ropa y se despidieron: “abuelito, báñate Tú también y
regresa”. “adiós, señoras. Nos veremos mañana.” Se quedó atrás,
lavó su yuca y regresó.

Aunque parecía así, muy recta y simple la situación que él


saludaba a ellas y ellas les contestaban, no era así. En
realidad, mientras ellas estaban lavando la yuca, él
estaba mirando a las mujeres desnudas que estaban
bañándose. Entonces se aventaba a la quebrada,
agarraba a una de ellas por atrás y hacía el acto sexual
con ella. Rápidamente terminaba y salía.

Las mujeres muy enojadas le dijeron: “cómo eres así,


que te mueras pronto. ¡Que no andes más en este
mundo!” Así lo maldijeron.

“¿Por qué me maldicen? yo no he hecho nada más de lo que siempre


hacen sus esposos. No tienen ni una herida, Nampag tenía cabeza
chata, “ustedes pártanla y redúzcanla”, dijo y se fue a su casa.

Mientras Nampag estaba molestando a la mujer, las otras


mujeres estaban tratando de defenderla, golpeándolo
con su hacha de piedra. Pero Nampag movía a la mujer
como escudo delante de él. Cuando salió y dejó a la
mujer, ella se escapó a su casa y avisó a su esposo. El
esposo exclamó: “¿Por qué está haciéndome eso? Voy
a matarlo” agarró su lanza y salió.

Como Nampag tenía la facilidad de saber los asuntos,


sabía que ese hombre venía para matarlo. Entonces él
agarró su cerbatana y salió. El hombre llegó después de
su salida y no lo encontró en la casa. “¡que lástima que no
lo encuentro! No he podido picarlo ni una vez”. Amenazándolo
regresó a su casa.

Pero Nampag se quedó toda la noche afuera durmiendo en el monte.


Regresó el día siguiente a la puesta del sol.

“ya muchas veces está haciendo esos abusos. Vamos


hacerlo desaparecer”, así hicieron su plan. Salieron
hacia la casa de Nampag. Todos hicieron un círculo
alrededor de la casa para atacarlo. Mientras tanto, Nampag estaba
adentro tejiendo su pampanilla. Estando así, exclamó y sacó el palito
de su tejido y lo movió el círculo, como hélice. Hizo que los hombres
que estaban afuera se marearan y vieran como estrellas. En ese
momento Nampag saltó afuera y se escapó. Mientras corría entre
ellos para escapar les decía: “Nampag tiene cabeza chata, pártanla y
redúzcanla”. Al escuchar eso, dijeron: “¡caramba! ¿Cómo es que no lo
hemos matado?” Regresaron enojados. Estaban muy preocupados
de cómo podrían matarlo.

Entonces hicieron un plan: “vamos a coger las frutas de la palmera


que come el chosna, que es el favorito de Nampag, y los ponemos en
una canasta chiquita. Después uno de nosotros va a subir a la
palmera con la fruta y los demás esperan al pie del árbol.

Se acercaron a la casa de Nampag y aconsejaron a uno de ellos que


subiera a la palmera y que imitara a la chosna. Que luego botara la
fruta en la misma manera en que lo hace el animal. Cuando Nampag
escuchara ese ruido iba a venir para matarlo y como debía esperar
hasta el amanecer ellos podían matar a Nampag.

Entonces un hombre llevando la canasta de fruta al hombro, subió.


Hizo sonar las ramas y después de imitar al animal boto las frutas.

Cuando escuchó eso, Nampag


salió pensando que era el mono
chosna. El chosna siempre
amanece comiendo esa fruta.
Nampag se levanto a media noche
y estaba tejiendo. Salió afuera sin
luz y se quedo escuchando.
Entonces supo que había gente y
grito: “¡que me rodeen y voy a
hacerles el acto sexual a ustedes!”

Después de gritar ese insulto,


regreso y entro a su casa. Cerró bien la puerta. Los hombres decían:
“ya nos descubrió. Así no lo podemos matar, vamos pues.”

Como era imposible matarlo, ellos mandaron a un brujo para matarlo


por medio de la brujería. El brujo hizo que el fuego apareciera como
una mujer. Cuando el fuego estaba prendido, Nampag veía a una
mujer lista para el, pero cuando lo agarraba solo agarraba fuego y
quemaba sus manos. Haciéndole muchas veces se quemo mucho y
ese enfermo completamente. Así murió.

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