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CONOCIENDO

VALERA
JOSÉ ROSARIO ARAUJO

LA VALERA DEL AYER


ÍNDICE
LA VALERA DE AYER
• Conociendo nuestra historia. Aquella Mercedes Díaz.
• El Inicio de Valera.
• Conociendo Algo de la Historias Valeranas.
• Facetas Valeranas.
• Un Homenaje a Juan Ignacio Montilla.
• Valera, capital del estado Trujillo.
Recuerdos Valeranos.
El Día que cumplimos 100 años
• Valera en los Inicios del Siglo xx
• ¿El Hotel “Haack”, Centro de Conspiración Nazi?
• Algunos Hechos Religiosos y Comunitarios en Valera.
• El Templo San Juan Bautista.
• El Día que Murió Gómez en Valera.
• Sobre Historia Valerana.
• Conociendo Nuestra Historia. El día que Valera Protestó Contra Guayana
• Recordando la Historia de Valera
• El Concejo Municipal de Valera No Tiene Sede
• Conociendo al Concejo Municipal
• El Padre Andrade y el Concejo Municipal
• El Antiguo Llano de San Pedro
• Algunas Crónicas Valeranas
• Conociendo la Historia Valerana.
Los puentes sobre el zanjón del Tigre

AYUDEMOS A VALERA
Victoria Andreina Rosario
A Valera la voy a ayudar
Para que regrese a lo que era hace tiempo
Sus calles las voy a cuidar con amor
La llenaremos de paz
Vamos a arregla a Valera
Para que sea más hermosa
Te invito a ti valerano
A que vengas conmigo


Conociendo Nuestra Historia

AQUELLA MERCEDES DÍAZ


Es a ella; a doña Mercedes; a quien le debemos lo que somos y seremos, es
aquella mujer la dueña de la Hacienda Santa Rita, que donó los dos lotes de
terreno que sirvieron para establecer la ciudad de Valera en el año de 1918.
Poco se conoce sobre la abnegada mujer, solo que tuvo 10 hijos y que no sabía
leer ni escribir.
Nuestra ciudad eran solamente haciendas de caña, cacao y de café y ella había
heredado la propiedad de su mamá Valentina Mejía en 1803. Esa propiedad
tuvo un valor de 100 pesos y había sido fundada por Domingo del Rosario
Ojeda.
La finca había sido comprada por su madre y Pedro Terán, quien se casó con
Mercedes. Al fallecer Valentina la parte de ella es heredada por Mercedes Díaz
y fue en donde se donó las cien varas para construir una iglesia.
Varias conversaciones había tenido el hermano de Antonio Nicolás Briceño;
Gabriel Briceño; para animarla para la fundación de un pueblo en parte de los
terrenos de la “Hacienda Santa Rita”
Como la donación fue de palabra, sus hijos al morir la matrona de la futura
ciudad, ratificaron judicialmente en el Registro de Escuque la donación el 25
de agosto de 1918 para que se fundara un pueblo y se fabricara la iglesia
donando un terreno mayor.
Sus herederos Juan de Jesús Terán, los esposos Trinidad García y Manuela
Terán, José Pablo Terán, Maximiano Sala; marido de Martina Terán, y Reyes
Terán ante el Teniente de Justicia Mayor y Administrador de la Renta Reales
del Partido de Escuque y Motatán; Juan Antonio Chuecos; donan los
mencionados terrenos alegando que no necesitan de tierra donada. El único
que firma el documento es Juan de Jesús por saber firmar.
Reyes Terán donó dos cuadras y media y doscientas noventa y cinco varas
donadas por Candelaria Díaz quienes encomiendan al Pbro. Manuel Fajardo
ya a Gabriel Briceño para delinear el pueblo y vender los solares de la futura
ciudad y de esta manera poder construir la iglesia.

LA CALLE 8, ESQUINA CON PLAZA BOLÍVAR


LA ENTRADA DE VALERA QUE VENIA DEL BOLO

EL INICIO DE VALERA
En los territorios que hoy pertenecen a la ciudad de Valera se encontraban
asentados los indios escuqueyes
El primer propietario de la Hacienda Santa Rita; situada en lo que en la
actualidad es el centro de Valera; fue Marcos Valera y después pasaría a
Domingo Ojeda en el año de 1780 al 90.
Ojeda vende a la madre de Mercedes Díaz; Valentina Mexía de Díaz y al
esposa de Mercedes; Pedro Terán. Al morir Valentina sus hijas; Mercedes y
Luisa heredaran la mitad de la mencionada hacienda.
La hacienda más antigua de la zona fue “San Luis” de Ramón de la Torre,
luego estaba “Santo Domingo” que había sido fundada en 1813 por Margarita
de la Torre. Estas hacienda cultivaban caña y con el tiempo se daría la
industrialización de la panela por la demanda del producto en los pueblos
vecinos.
Pasarían unos años para que el hermano del “Diablo” Briceño; Gabriel
Briceño; mostrará la necesidad de fundar un poblado y Mercedes ofrecería de
palabra donar 100 vara de terreno para fundar una iglesia.
A su muerte sus hijos ratificaron ante el Teniente de Justicia Mayor y
Administrador de rentas Reales de Escuque y Motatán; Don Juan Antonio
Chuecos; en 1818; lo ofrecido por su madre y donarían más terrenos con la
intensión de ser vendidos para colaborar con el desarrollo de la ciudad con la
fábrica de una iglesia.
Para 1819 se comenzó el deslinde de la finca y los peritos fueron Carlos Pérez
e Ignacio Abreu y la tasación de la operación costo noventa y seis reales.
La historia narra que la palabra Valera valerá la dijo Gabriel Briceño al ver el
auge de la recién fundada villa.
Un año después se celebra la primera misa en la recién nacida ciudad y para el
año 20 del siglo XIX el 15 de febrero; se declara la antigua Hacienda Santa
Rita parroquia eclesiástica por el Obispo Rafael Lasso de la Vega, desde ese
momento se celebraría en esa fecha el día de Valera.
En 1860 Valera es llevada a la categoría de Villa o Cabecera de Departamento
por disposición del Gral. Cruz Carrillo y por petitorio del Cnel. Pedro Briceño
y Briceño Uzcategui y el 1871 es declarada Ciudad de Valera.

AQUELLA VALERA DEL RECUERDO


LA AV. 11 ANTIGUO CINELANDIA

CONOCIENDO ALGO DE LA HISTORIAS


VALERANAS
Es necesario para conocer la historia de Valera saber que el terreno que donó
Mercedes Díaz para la construcción de la iglesia pertenecía a la finca “Santa
Rita” que anteriormente había pertenecido a la madre de Mercedes; Valentina
Mexia de Díaz quien el primer poseedor era un encomendero llamado Marcos
Valera.
La primera casa del terruño de Mercedes Díaz se construyó en 1801,
propiedad de la señora Águeda González. Tenía paredes de bahareque y techo
de palma, que era una posada donde podían comer los paseantes a cualquier
hora. Siendo la primera casa comercial de la población.
El camino entre Valera y Carvajal fue abierto; cuando la futura ciudad eran
constituida por ranchos de paja, diseminados, sementeras de plátanos, maíz y
algodón hechos por los Díaz y los Terán; por el Dr. Antonio Nicolás Briceño
(el abogado) en 1813. Anteriormente el camino había sido por un sector
llamado “Agua Negra” que atravesaba el río Motatán por El Cumbe.
Rafael Gallegos Celis apuntó que el nombre de Valera se debía a un familiar
de la señora Valentina Mexía de Díaz de apellido Valera, sacerdote de grandes
cualidades humanas que se ganó el cariño y respeto de los habitantes de esta
comarca. Este sacerdote profetizaba que en esta planicie se fundaría una
ciudad de importancia.
El nombre completo de la ciudad en 1818 era San Juan Bautista de Valera y un
año después se realizó la participación de “Santa Rita” siendo el Dr. Gabriel
Briceño de la Torre el que empezó a gestionar con los herederos de Mercedes
Díaz para hacer de esa planicie un pueblo.
Las tierras valeranas conocieron el café antes de ser fundadas ya que Don
Francisco (Chico) Labastidas; 17 años antes de que los herederos de
Mercedes Díaz ratificaran la donación realizada por la dama valerana; trajo de
Chacao las tres primeras matas que llegaros a estas tierras. Tendría que ser
muy dura la vida de los habitantes de las haciendas que rodearon lo que
después se convertirían en tierras valeranas, sin el aromático líquido, diría el
Jefe de Archivos del Concejo Municipal valerano Hermes González.
Los primeros carros que llegaron a la urbe de Mercedes fueron traídos; el
primero, por Mario Scrocchi, automóvil de marca Buick que lo conducía
Castor Farías y el segundo de Eleazar León Salas y el chofer fue Domingo
Pérez.
-Los choferes de esos vehículos eran maracuchos y después les enseñaron a
conducir a los valeranos siendo los primeros Miguel Ángel Bazó y José María
Gallegos quienes posteriormente sirvieron de profesores en el arte de conducir
a Armando Ramírez, Pedro María Febres; fundador después de Radio Valera;
Néstor Manzanilla, Omar Lares, entre otros y un antepasado del que escribe;
Juan Bautista Magi; quien recibió su certificado de aptitud para manejar del
Jefe Civil del Distrito Valera; Dr. Pedro José Araujo; teniendo como
examinadores a Febres y a Manzanilla. Sin lugar a duda serias unos expertos
los que conducirían por las calles de la ciudad que llegaba en esos tiempos
hasta la bomba de gasolina frente a la antigua COBRAPSA.
CALLE 8, ESQUINA CON PLAZA BOLIVAR

LA CALLE 8 EN LOS AÑOS 40

FACETAS VALERANAS
-José María Espinoza fue fundador del caserío Agua Clara quien hizo la
primera casa en 1840, que era de mampostería y tapia, igualmente que la
capilla que fue fabricada por el mismo Espinoza 17 años después.
-Ante la llegada de las huestes de Cipriano Castro a Timotes, el gobernador de
la Sección Trujillo; Juan Bautista Carrillo Guerra; encarga a Santiago Musso
que le informe de las avanzadas castristas llegasen a Valera por medio del
telégrafo. El día 15 de agosto al entrar a Valera los hombres de Cipriano,
Musso telegrafía:
Gobernador Sección Trujillo
Oigo vivas, suenan tiros cierran puertas, yo me voy.
Santiago Musso
- En el año de 1907 construyeron el puente “23 de mayo” sobre el zanjón del
Tigre en la calle 12. El puente era de ladrillo y había sido financiado por la
municipalidad y supervisados por una junta, integrada por los generales Juan
Ignacio Montilla, Camilo Vetancourt, Dr. P.E. Febres Cordero, Ernesto
Spinetti y Abrahán Celis.
-El Dr. Y Gral. Leopoldo Baptista cuando fue Presidente del Estado, decretó
la apertura de un camino que comenzaba desde la capital del estado, que
pasaba por La Plazuela, Pampanito y Motatán que llegaba a Valera. Baptista le
pedía la Concejo Municipal de la urbe valerana realizar un decreto para
establecer un impuesto para aumentar los otros fondos destinados por el
Gobierno para realizar la obra.
-Valera tuvo una empresa de teléfonos cuyo propietario fue el Dr. José
Antonio Tagliaferro en 1910, comenzó con 20 personas afiliadas. Las líneas
se extendían en las poblaciones Motatán, Escuque, Monte Carmelo, Betijoque
y Sabana de Mendoza, este servicio se mantuvo hasta el año 24 que la empresa
finalizó.
-Sin duda alguna los valeranos nos hemos caracterizado por nuestro espíritu
bromista en cualquier vicisitud de la vida, el excelente libro de historia
valerana como “Anales de Valera” de Alberto La Riva Vale cita a Rudesindo
Isarra; sastre merideño, residenciado en Valera; que dirigió a varios de sus
deudores unas misivas con el siguiente verso:
Ya supe que cosechaste
Caraota, maíz, frijoles
Y además otros cereales
Que a buen precio colocaste,
Y de mí no te acordaste
para mandarme mis reales.
-El General Vicencio Pérez Soto decretó la construcción de las carreteras
Valera-Mendoza en agosto de 1924 y la carretera Valera-Escuque que pasa por
“La Cabaña” en 1926.
-El cementerio que actualmente cuanta la ciudad de Valera fue decretado por
el presidente del concejo Municipal; Mario Scrocchi en el año de 1923. Se
realizó un apartado de 8.000 bs ese año y de 2900 Bs el año siguiente para
comprar un lote de terreno a la Sucesión Vetancourt y a Antonio Medicci que
en el año 40 vende otro lote debido a que ya resultaba insuficiente. Para el año
de 1958 la Municipalidad compra un terreno adyacente a Baldovino Medici D’
Alta.
- Debo resaltar una información que ha tenido la gentileza la Lcda. Victoria
Nieto Febres de compartir conmigo. Ella es la nieta del fundador y dueño de
Radio Valera; Pedro María Febres Jelambi. Me comentó que su tía Carmen
Luisa Febres fue la primera dama locutora en las tierras trujillanas ya que el
sábado 26 de septiembre de 1936 cuando se inauguró Radio Valera hizo uso
del micrófono recitando un hermoso poema. Tengo entendido; por medio de
comentarios del Cronista Luis González; que la señora Febres se destacó en
estas lides de la comunicación.
-El Parque Los Ilustres fue construido por el Concejo Municipal de Valera
cuando lo presidia Juan Abreu, en un terreno que había sido donado por
Jacobo Araujo. El trabajo comenzó en marzo de 1957 y terminó en noviembre
de ese año.


CAMBOMBORO, AHORA SECTOR LA CIENEGA.

EL

BOLO

El BOLO

UN HOMENAJE A JUAN IGNACIO


MONTILLA
Hoy cuando la ciudad de Valera se acerca a otro de sus aniversarios; 196 años;
es pertinente recordar el merecido homenaje que realizó la ciudad de Valera a
uno de sus más significativos benefactores y destacados políticos como lo fue
el Gral. Juan Ignacio Montilla, hoy recordado por llevar su nombre una de las
parroquias de la ciudad de las Siete Colinas.
En el Salón de Sesiones del Concejo Municipal de Valera aquel 30 de
noviembre de 1942 se le rindió un sentido reconocimiento a la figura de un
hombre que se puede describir como uno de los más grandes hijos adoptivos
con que ha contado la urbe de Mercedes Díaz.
Se colocó en el mencionado hemiciclo del Poder Municipal un retrato al oleó
realizado por el pintor de Carache José Juan Rodríguez y presentada por las
señoritas Hortensia Sierra y Haydee Betancourt.
Este retrato todavía se encuentra en el lugar de reuniones para las sesiones del
cabildo municipal.
El acto fue presidido por el presidente del ayuntamiento valerano de esa
época; Juan Abreu, por el Secretario General de Gobierno; Manuel Chuecos y
por el Obispo de Guayana Monseñor Miguel Mejía.
El significativo acto contó como Orador de Orden; Dr. J.M. Rosales
Aranguren y un recital realizado por Isabel Moreno, finalizando con las
palabras siempre precisas de Monseñor Mejía.
Este homenaje de la ciudad de Valera con un hombre que dedico su vida a
engrandecerla y que hoy; después de 74 años, permanece Montilla incólume
en la memoria de los valeranos siendo el ejemplo de hombre necesario para el
engrandecimiento de una ciudad que en el año de 1891 fue Gobernador de
Valera y Presidente del Concejo Municipal transformándola para conducirla
por los caminos de la modernidad.
Es bueno recordar que Juan Ignacio Montilla adquirió los terrenos de una
posesión llamada “el Llano de San Pedro”; ahora parroquia que lleva su
nombre; por valor de 20.000 bs para formar parte de la ciudad que emergía.
En necesario mencionar que el desprendimiento de Montilla fue tan grande y
el amor por la urbe tan profundo que llego a donar la mitad de su sueldo para
las obras de mejoramiento de la ciudad.
Hoy a los 125 años del transitar de Juan Ignacio Montilla por las tierras de lo
que fue conocida por hacienda Santa Rita es necesario hacer honor a quien
honor merece.

LA CALLE
10, AHORA
CON AV.
BOLÍVAR

ANTIGUO PARQUE INFANTIL, AHORA COMEDOR POPULAR.



VALERA, CAPITAL DEL ESTADO


TRUJILLO
El día que Cipriano Castro irrumpe en la ciudad de Valera; invadiendo desde
Capacho y rumbo a Caracas; es recibido con beneplácito por los valeranos.
Castro para devolver las atenciones que tuvieron los oriundos de las tierras de
Mercedes Díaz, les promete darle el rango de capital de estado a la urbe que
ya empieza a destacarse de las demás del estado Trujillo.
Al llegar a Caracas; “El Cabito”; no olvida la promesa realizada y un poco
más de un año da por cumplida su promesa y el 2 de septiembre se mudan los
Poderes Públicos a Valera; todos los funcionarios públicos, los archivos,
mobiliarios y el presidente que es el Dr. Inocente Quevedo.
Los trujillanos apesumbrados ven con dolor la partida de los Poderes Públicos,
siendo el Poder Judicial es el único que retarda su salida. Pero no solo sufren
por esto, también les eliminan el Colegio Federal de Varones clausurado por
el Gobierno nacional.
En Valera el Concejo Municipal declara a Castro “Director Supremo del
Partido Liberal” y ofrece al Ejecutivo su sede. Ahora los valeranos son
capitalinos.
Las autoridades regionales encuentra el problema que los “nuevos capitalinos”
no les quieren alquilar los inmuebles para establecer la nueva sede de la
gobernación del estado.
La alegría de los “capitalinos” dura poco, los siguientes meses son bastante
pesados para la municipalidad, no había edificios adecuados para la nueva
administración, las rentas estaban exhaustas y el comercio se había situado en
la población de Motatán y por esto tuvieron que bajar las nóminas por no
tener como pagar los sueldos de los empleados públicos.
El periódico “El Nuevo Diario de Valera” del Dr. J.L. Colina Montilla pide
poner los pies a la tierra ya que el privilegio de la capital resulta ser una gran
mentira.
La Constituyente regional se reúne en la flamante capital el día 20 de febrero
de 1901 y llegan representantes de los ocho distritos y la nueva Constitución
no trae nuevos cambios, pero aprueba el retorno de capital de estado a Trujillo
cosa que se realiza en el transcurso del mes de abril, teniendo el privilegio de
estado por solamente ocho meses.
Terminando de esa manera; Valera capital del estado Trujillo, no pudiendo
mantener Cipriano Castro aquel 16 de agosto de 1899 la promesa realizada.

CARRERA DE BICICLETA EN LA VALERA DE LOS AÑOS 40

ENTIERRO DE UN PERSONAJE ILUSTRE, GRAL. FEDERICO ARAUJO


LA CALLE COMERCIO, ACTUAL AV. 10
ANTIGUO PALACIO DE GOBIERNO


RECUERDOS VALERANOS
Para los finales del 1790 en donde se encuentra la ciudad solamente se veía
unos cuantos ranchos de las fincas de las familias Terán y Díaz. Existía la
finca “Santa Rita” de la madre de Mercedes Díaz; Valentina Mexia de Díaz;
que había sido propietario Marcos Valera. Le toca a Mercedes Día donar cien
varas para construir una iglesia, donación hecha de palabra, que en 1818 los
herederos ratificaron la donación en 1818.
El nombre de Valera se le designa a esta población debido a un sacerdote de
ese apellido que al recorrer la meseta donde después se fijó la ciudad, al ver lo
ventajosa de su topografía predijo que en ese sitio fundarían una ciudad.
En el año de 1850 llega a Valera El Gral. Juan Ignacio Montilla; benefactor de
la urbe que cuenta apenas con treinta dos años de fundada. Montilla era
oriundo de Quebrada Grande.
Diecinueve años después se instala en Valera la primera imprenta por el
alemán Juan Hack con la finalidad de realizar la publicidad a la Botica
Alemana.
El zanjón del Tigre es creado artificialmente y se hizo para conducir las aguas
de riego a varias haciendas de la zona y su nombre se debe a un felino que
atemorizaba a los habitantes cercanos a la obra artificial.
Con gran entusiasmo celebran los valeranos en 1871 que le es concedida a la
ciudad de Valera la categoría de ciudad y la fundación de la “Sociedad
Amantes del Progreso” que establece la primera escuela regentada por Diego
Salinas.
Se realiza en el año de 1873 el primer matrimonio por civil realizado en el
estado Trujillo en la ciudad de Valera, autorizado por el Presidente del
Concejo Departamental de Valera; Arístides Paredes y los contrayentes son
Miguel Azuaje y Rosalía Paredes.

En el año de 1904 se nota en la ciudad de Valera un avanzado progreso gracias
a la iniciativa de su Concejo Municipal; presidido por el Gral. Juan Ignacio
Montilla. Se construye un puente sobre el río Motatán en el camino hacia
Carvajal y El Gral. Castro como prometió en su paso por Valera la dotación
del acueducto para Valera, envía al Ing. Andrés Palacios. Se inaugura una
línea telefónica entre Valera y Motatán, además de la construcción de un
cementerio en un sector llamado “El ojo de agua”.
En el mismo año Domingo Giacopini dona el terreno para la construcción del
Hospital y la cantidad de 2000 Bs para comenzar la construcción. En el
amplio terreno existía una casa; situada en el camino que iba hacia Betijoque;
que servía de hospedaje a los arrieros que procedían de San Lázaro. El
Concejo Municipal acepto el donativo del italiano y le dio la posibilidad de
escoger la junta Administrativa que quedo integrada por el Pbro. Miguel A.
Mejía, Ernesto Spinetti, Eleazar González Troconis, Dr. José Antonio
Tagliaferro, Julio Troconis y Pompeyo Oliva, entre otros.
Cuatro años después se demolió la vieja casa y dos años más se procedió a
levantar una nueva edificación. En ese tiempo era gobernador del estado; el
Gral. Víctor Manuel Baptista quien cedió con la mitad de su sueldo y coloco
un aporte mensual de ochocientos bolívares para los trabajos.
La ciudad de Valera le debe su alumbrado público a Rodulfo Terán Labastidas
quien fundo una compañía anónima llamada “Planta Eléctrica de Valera”,
integrada por Terán como Presidente y Vicepresidente Juan Ignacio Montilla,
con un capital de 52.000 de capital social.
En el mismo terreno que donó Mercedes Díaz para la capilla se encuentra
situada la Iglesia San Juan Bautista. La capilla conto con la colaboración del
Dr. Gabriel Briceño de La Torre, quien donó ornamentos, vasos sagrados y
una campana.
A los dos años en plena misa la capilla que era de techo de palma se quemó y
fue reconstruida al lado de la que se quemó con paredes de tapias y techo de
tejas, siendo donada la fachada por Doña Margarita de La Torre.
Es fundado el ateneo de Valera en el año de 1905 y entre sus fundadores se
encuentra el Pbro. Miguel Antonio Mejía, Dr. Antonio Tagliaferro, Américo
Briceño, Rafael Terán, Juan Hack; caballero alemán, Gral. Juan Ignacio
Montilla, Abel Cifuentes, Manuel Briceño, entre otros. Esta casa de la cultura
contaba con un órgano periodístico “Cosmo” de Pompeyo Oliva.

BENEFACTORES DE VALERA

FOTO 1:
DOÑA

MERCEDES DÍAZ. DONÓ 100 VARAS


DE TERRENO PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CAPILLA, DANDO
COMO INICIO LA CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD DE VALERA.
FOTO 2: GRAL. JUAN IGNACIO MONTILLA. BENEFACTOR DE LA
CIUDAD. PRESIDENTE DEL CONCEJO MUNICIPAL DE VALERA. A ÉL
SE LE DEBE EL DESARROLLO DE LA URBE EN EL SIGLO XIX Y XX.

EL DÍA QUE CUMPLIMOS 100 AÑOS


El 15 de agosto de 1918, el presidente del Concejo Municipal de Valera; Dr.
Domingo Tejera le propone al ayuntamiento municipal el nombramiento de
una comisión que investigue la fecha en que la urbe arriba a sus primeros 100
años.
Son designados Américo Briceño Valero; concejal; el Dr. y Pbro. Miguel A.
Mejía y el Br. Jesús Briceño y dos meses después la comisión entrega un
informe en donde se establece como fecha del centenario de la ciudad el día 15
de febrero de 1920.
El Concejo Municipal de Valera decreta para la celebración la constitución de
una junta central integrada por el Dr. Santiago Fontiveros, Américo Briceño
Valera, Andrés Carradini, Dr. Otilio Mármol, Pedro Santini. Dr. Ricardo
Cifuentes Labastidas y Jesús Briceño Casas.
Se decreta de la misma forma la construcción de tres puentes sobre el zanjón
del Tigre, en honor de Mercedes Díaz, Vicente de La Torre, Dr. Gabriel
Briceño de La Torre
Se había constituido una junta organizadora para los festejos de esa magna
fecha integrada por José Quintero, Diego Salinas, Ceferino Briceño Valero,
Alfredo Carradini como miembros principales y Miguel Vetancourt, Manuel
Parrilli, Antonio Briceño Villasmil y Ramón Muchacho Daboín como
suplentes.
Pero las festividades no se pueden realizar debido que en el estado se desata
una epidemia de viruela y el Concejo Municipal de Valera aplaza las
festividades de los 100 años de la ciudad de Valera.
Pasaría un año para que un 15 de febrero se celebre el centenario de la urbe de
Mercedes Díaz. Se realiza una sesión solemne en el Concejo Municipal del
Distrito Valera con la participación del presidente del estado Dr. Santiago
Fontiveros, Dr. José Domingo Tejeras; en representación de la ciudad capital;
por Escuque Pedro Jelambi, Br. Jesús Briceño por Bocono, Dr. Fernando
Guerrero por Betijoque, Mario Scrochi por Urdaneta, en representación del
gobierno de Gómez; el sacerdote Miguel Antonio Mejía.
Se dirige a los presentes el presidente del ayuntamiento valerano; Antonio
Jelambi y luego se procede a develar dos cuadros; uno de Bolívar en
Carmania y otro de la dama que donó los terrenos para la fundación de Valera,
Mercedes Díaz.


CELEBRANDO LOS PRIMEROS 100 AÑOS


CASA DE LOS CORREDORES

FACETAS DE LA HISTORIA DE VALERA


La ciudad de las siete colinas desde sus inicios se ha destacado demostrando
su pujanza y desarrollo que desde sus inicios.
En el año de 1946; Valera; cuenta con el primer expendio de medicinas que es
instalado por el señor Fernando Azuaje, que a pesar de no ser médico de
profesión se dedica a prestar el servicio de curar a los habitantes de esta urbe
trujillana, que ya empieza a destacarse en su desarrollo.
En el año siguiente fallece el Padre Francisco Rosario; coautor con Simón
Bolívar del Decreto de Guerra a Muerte; a los 87 años. Fue diputado al Primer
Congreso de la Provincia. Hombre polifacético, que su vida se confunde entre
la leyenda y la realidad. De quien se decía que “resucito” en el año de 1818
cuando lo amortajaban, dedicándose a la penitencia, entregando sus cuantiosos
bienes a los más pobres, libertó sus esclavos, cumpliendo penitencias; como
dormir en el suelo y siendo azotado por un siervo, arrastrando una pesada
cruz. Se comenta que al morir tenía en las rodillas dos grandes callos,
producto de las penitencias que realizaba el prelado trujillano del cual es un
orgullo para los habitantes de estas tierras valeranas.
En 1864 el Departamento de Valera queda formado por las Parroquias de
Valera, Mendoza, La Puerta Y Motatán.
En la población de Valera; en el año de 1869; Juan Haack instala la primera
imprenta destinada a las necesidades de la Botica Alemana.
Aproximadamente para los años de 1872 llega a los predios de la antigua
Hacienda “Santa Rita” la primera imprenta comercial instalada por José
Domingo Durán en donde se edita el periódico liberal “El Restaurador”,
editado por Vicente Briceño y Francisco Matheus Roth. Este periódico circula
por todo el territorio trujillano, apoya las políticas de Guzmán Blanco y las del
Dr. Emigdio González en el estado Trujillo.
Los italianos en Valera; la mayoría de tendencia garibaldina; intentan celebrar
la promulgación de los Estatutos de Italia; con Un Tedeum, pero el sacerdote
Jauregui Moreno se opone por razones religiosas y política, pero los
“jurungos” no se rinden y en la plaza valerana colocan un templete en donde
cantan los himnos religiosos y marchas garibaldinas.
En el conflicto entre liberales y conservadores que ensangrentaron las tierras
trujillanas, aparece asesinado el Gral. Paredes y sus hermanos en la urbe
trujillana en 1880 se alzan, resultando otro enfrentamiento de los dos partidos
políticos de le época.
Ese mismo año a pesar de los enfrentamientos que se suscitan en el estado, en
la ciudad es inaugurada la primera escuela de música, dirigida por José María
Pino, la primera carnicería y la fábrica de cigarrillos de nombre “Ambiente del
Pueblo”.


ANTIGUO TERMINAL, DESPUES PARQUE INFANTIL Y AHORA
COMEDOR POPULAR

AV 11 ANTIGUO CINELANDI

¿EL HOTEL “HAACK”, CENTRO DE


CONSPIRACIÓN NAZI?
Revisando ese filo recuerdos de nuestro estado Trujillo, que es “Testimonio
de Periodismo Trujillano, Tomo VII”; de Luis González; conseguí una noticia
que se suscitó en 1942 en un Periódico llamado “Presente. Actividad,
Concordia y Orden” que decía: “40 alemanes hay en el Estado”.
L a noticia descubría el sentimiento anti alemán que se tejía en el país en plena
II Guerra Mundial reseñando una información unos días antes en un periódico
marabino llamado “Hoy” que comentaba: “TRUJILLO, REFUGIO DE
CONSPIRADORES NAZIS”.
Información que había llegado a esa rotativa llevada por el señor Octaviano
Domínguez, que aseguraba que el Hotel “Haack” era un cuartel general de
nazis, en donde se encontraban 25 personas en planes conspirativos.
Los periodistas de mencionado periódico valerano vieron la necesidad de
corregir dicha información para evitar crear zozobra en la pacifica comunidad
valerana y la calumnia para una gente de tanto arraigo en la ciudad de las siete
colinas como lo eran los propietarios del hotel acusado injustamente.
Con la seriedad que les caracterizaba “Presente” se dirige hacia la Oficina
Investigadora de donde emana que solamente cuatro personas de nacionalidad
alemana se alojan en el mencionado hotel y se encuentran cumpliendo con los
requisitos legales que tenían los extranjeros residentes en el país, además
existía un censo de solamente 40 personas de nacionalidad alemana en el
estado Trujillo y en la tierra de la antigua “Santa Rita” únicamente 9
“Boches”.
De la misma manera podemos extraer otra noticia; que describe el sentimiento
nacional ante el Eje Berlín-Tokio-Roma, de otro rotativo llamado Crisol, en
donde denuncia a un grupo de individuos que en la población de Pampán se
agrupan en una esquina a comentar las noticias que provenían de Radio Berlín
, “agregando estrepitosas carcajadas relevantes de regocijo” pidiendo que en
ese pueblo trujillano sus personas trabajadoras contrarresten de manera eficaz
la actitud subversiva de los mencionado fascistas.

FARMACIA
HACK

AV. 5 EN LOS AÑOS 40

ALGUNOS HECHOS RELIGIOSOS Y


COMUNITARIOS EN VALERA
La parroquia San José comenzó con la construcción de una capilla, ya en el
año de 1956 el Padre Andrade comenzó la construcción de un Santuario,
dirigido por el Ing. Antonio García y los planos realizado por el Ing. Homero
Zanichelli.
Un año después fue inaugurado y erigida la Parroquia por Mons. Camargo,
Obispo de Trujillo. Esta Parroquia está comprendida Las Delicias, Lazo de la
Vega, La Ciénaga, Santa Rosalía, Pueblo Nuevo entre otras.
Refiriéndonos al Vía –Crucis de la Iglesia San Juan Bautista, podemos decir
que fue realizado por destacados artistas italianos. Está conformado por
catorce cuadros en alto relieve, tallados en madera y pintadas las figuras en
colores naturales. Cada cuadro está decorado con oro de 22 quilates con una
altura de dos metros.
Consta igualmente en cuatro vitrales colocados en las naves laterales del
templo representando la Santísima Trinidad, el patriarca Abrahán, el profeta
Elías y Moisés. Cuando llegaron tenían un costo de cinco mil bolívares cada
uno.
El Parque de Hombres Ilustres, conocido como Parque Los Ilustres fue
construido en el año de 1957 con un costo de 124.260 Bs, siendo Presidente
del ayuntamiento local Juan Abreu en un terreno de siete mil metros cuadrados
donado por Jacobo Araujo. Las rejas las hizo Antonio Blanes por 20.434 Bs.
En el año de 1928. Fue fundado el colegio “Madre Rafols” de las monjas de
Santa Ana era de carácter privado dedicado a la enseñanza de jóvenes féminas.
En los tiempos actuales es un liceo para ambos sexos de gran aceptación por la
colectividad valerana.
La ciudad de Valera ha tenido 6 cementerios, sobreviviendo el que conocemos
a la salida de Valera hacia la población de Escuque. El primer cementerio de la
urbe valerana estaba donde se encuentra en templo de San Juan Bautista, el
segundo en la vía hacia Motatán y el ultimo en la calle 9 en los terrenos de un
señor llamado Jesús Matheus, más abajo del Hospital Nuestra Señora de la
Paz. El actual cementerio fue decretado por Mario Scrocchi, presidente
municipal en 1923. El terreno fue vendido a la Sucesión Vetancourt y Antonio
Medicci Romani. Fue construido por Carlos Call por la cantidad de 26.441,80.
A principio del año 40 el Gral. Víctor Manuel Baptista compro al Baldovino
Medicci D´Alta por 90.000 Bs un terreno adyacente.

CASA DE

CORREDORES EN LA CALLE 8

ANTIGUA
PLAZA
BOLIVAR

EL
TEMPLO SAN JUAN BAUTISTA
La primera capilla construida en nuestra querida Valera fue en la esquina
sureste de la Plaza Bolívar sobre el terreno de 100 varas que había donado
Mercedes Díaz, la ciudad necesitaba un sitio donde venerar al santo patrono de
la ciudad que apenas comenzaba, San Juan Bautista.
Esta capilla de palma fue consumida por un incendio al año de haberse
construido y fue reconstruido por sus vecinos y por su primer cura párroco;
Manuel Fajardo; con paredes de barro y techo de tejas.
En 1878 se le hicieron algunas reformas, colocándole pisos de ladrillos, altar
de calicanto forrado en madera y gradas. Ocho años después durante el
periodo del vicario y cura de Valera; Jesús Romero; fue restaurado por el Arq.
Carlos Guerra de origen cubano la torre que había sido derruida por un rayo
un año antes.
En 1926 el Pbro. Escolástico Duque demuele los pisos y los muros que eran
de barro y levanto seis arcos, pero carecía de experiencia en materia de
construcción y los arcos era de distancias desiguales y el área de construcción
estaba mal distribuida.
El nuevo párroco a finales de ese mismo año; que era Pbro. Dr. Guillermo
Parra; medico, sanador de almas y de cuerpos; expone el problema y pide a
un técnico; Antonio Duplat; que levante un informe sobre el estado del
templo.
El sacerdote viaja a Caracas buscando los planos para la nueva construcción y
el presidente Gómez le ofrece ayuda. El padre Parra no consigue el arquitecto
que le realice la obra hasta que el hermano jesuita Luis Gogorza que era
ingeniero y arquitecto cuenta con el maestro Antonio Guida y dirige los
trabajos por cierto tiempo.
Mientras tanto el Padre Parra realiza las recolectas para el material necesario y
un año después de llegar como párroco se empiezan los trabajos del templo y
para 1928 se termina la primera torre o campanario de la nave del Evangelio
por la que se había iniciado el trabajo. La segunda nave es inaugurada en 1930
por el arzobispo de Mérida Mons. Acacio Chacón.
Al terminar la arquitectura la iglesia queda inconclusa y es puesta al servicio
de los feligreses, el seis de enero de 1932. Debido a las deudas contraídas por
el párroco José de Jesús Romero; primer vicario de la ciudad 1885-1099;
hipoteca la casa parroquial en Bs. 20.000 a la Casa Julio A. Añez & de
Maracaibo y una comisión se encargó de buscar el dinero y cancelar la
hipoteca.
El General Silverio González; presidente del estado; a nombre de Gómez
decretó la erogación de bs. 20.000 lo que permite al párroco la continuación de
la deuda adquiriendo cuatro vidrieras con los Misterios de la Encarnación,
Nacimiento, Resurrección y Ascensión de Jesucristo.
Además coloca el piso de mármol, el zócalo de granito, las puertas de la
sacristía, el retablo, el altar, el pulpito de madera tallada de cedro y caoba,
todo al estilo gótico.
El valerano se ha caracterizado por su espíritu colaborador y en aquel año de
1933 son muchas las colaboraciones para engalanar nuestro templo de San
Juan Bautista. Tenemos entre ellas la pila bautismal de mármol que es
obsequiada por el Coronel Teodoro Méndez, las cinco campanas que son
donadas por la familia Daboín.
La campana mayor que mide 81 centímetros y se conoce como San Juan
Bautista, las restantes son conocidas con los nombres de “Inmaculada
Concepción” “Santa Rosalía”, “Santa Elena”, “San José”.
El Padre Parra se ocuparía del financiamiento del Templo organizando
colectas, veladas, rifas para conseguir recursos para la construcción de la
iglesia.
De igual manera se recibieron contribuciones en dinero entre el pueblo y los
comerciantes, no pudiendo quedarse atrás políticos de la época como el Gral.
Vicencio Pérez Soto con 4.000 y el Gral. José Baldo con 5000 bs entre otros.
Para el año de 1934 el Padre Parra entrega al Padre José Humberto Contreras
la parroquia de San Juan Bautista y aunque el templo está en servicio se
encuentra inconcluso y se debe terminar el revestimiento de la obra; el exterior
e interior del templo.
Se destaca el Padre Contreras con la compra de vidrieras de la cúpula, las
naves laterales, vidrieras que son traídas de Alemania que son encargadas en
1939 y llegan diez años después.
De igual manera se encarga del armónium de tubos; especie de órgano; los
medallones del Vía Crucis, la construcción de los pisos, los bancos de
madera, el gran comulgatorio de mármol. En el año 53 es entregada la
parroquia de San Juan por parte del Padre Contreras al Pbro. Juan de Dios
Andrade y este conocido representante de la iglesia se dirigen al Concejo
Municipal; presidido por Alberto Maldonado Labastida; y el ente edilicio
contrata al herrero Scorfa quien construye las puertas que hoy luce la iglesia.
Es innegable el valor que para nuestra ciudad de Valera tiene la Iglesia San
Juan Bautista que es bastión de lo que somos los valeranos y es un sitial
reconocido para el transitar de nuestra historia.
Parte de esta historia de lo que fuimos debemos recordarla, para darle un
espacio necesario aquellos hombres y mujeres que forjaron lo que somos y
soñaron con la Valera que nos merecemos.

LA IGLESIA SAN JUAN EN DIFERENTES EPOCAS




EL DÍA
QUE
MURIÓ
GÓMEZ
La primera
manifestación
después de la
muerte de Juan
Vicente Gómez se
produce en Valera
el 22 de diciembre del año 35. Exaltados recorren las calles de la ciudad
festejando la muerte del dictador.
El estado Trujillo había sufrido la represión gomecista y los valeranos alegres
se sitúan en la plaza Bolívar, frente al Palacio de Gobierno. El Gral. Federico
Araujo desde las instalaciones públicas mira las manifestaciones en donde
oradores como el Padre Francisco Verde; párroco de Mendoza; hace un
recuento sobre la actitud de la Iglesia católica a favor del “Bagre” que había
sido condecorado por el Papa con la Orden Piana, recordando la persecución
de los sacerdotes Razquin, Mendoza, Franquiz, Montes de Oca entre otros.
De la misma manera el Dr. Rosales Aranguren lee un discurso en donde llama
a la concordia y el apoyo al nuevo presidente Gral. López Contreras resaltando
los vejámenes que habían sufrido los trujillanos por las huestes de La Sagrada
del fallecido dictador.
Indicaba Rosales en su discurso que el Gral. López Contreras les ofrecería
libertades que nunca habían vivido, pero “el ronquito” López no desaparecería
el caudillismo de la región trujillana ya que tres generales trujillanos
gobernarían el estado por cinco años como lo serían Juan Araujo hijo, Víctor
Manuel Baptista y Federico Araujo.
Hubo un hecho significativo ese día que fue que una persona subió para bajar
la bandera que se encontraba en el Palacio Municipal que se encontraba a
media asta en señal de luto y la policía no intervino.
Como siempre ocurre en estas situaciones los manifestantes deciden quemar la
planta eléctrica que se encontraba en la carretera Valera-Carvajal, a orillas del
rio Motatán, que se decía que era propiedad del dictador fallecido dirigiéndose
cientos de manifestantes pero en la calle 7 con avenida nueve un señor
Balestrini invito a los exaltados al Cinelandia y los incendiarios ni cortos ni
perezosos no pudieron resistir las tentaciones del séptimo arte y se dirigieron a
la artista norteamericana Claudere Colbert en traje de baño.



ANTIGUO
NEGOCIO
VALERANO,
AHORA LA
PERLA


ENTRADA A VALERA POR EL SECTOR EL BOLO



VALERA SIGLO XX
En el año de 1907 el Concejo Municipal de Valera decretó la Plaza Juan
Bautista Araujo en el Llano de San Pedro, ahora Plaza Sucre.
Tres años después se funda la escuela estatal Ricardo Labastidas y es dirigida
por el Profesor Francés José Luis Faure Sabaut , quien trae un material
moderno desde Francia. Ya en esa época se fundó en la ciudad la Compañía
Anónima Planta Eléctrica de Valera, con 52 millones de capital, dirigida por
Armando Mejía, con la finalidad de proporcionar alumbrado a la ciudad.
También es inaugurada una central telefónica que establecería
comunicaciones con La Quebrada, Motatán, Escuque, Monte Carmelo,
Betijoque y Sabana de Mendoza.
En 1911 se celebra un aniversario más, a noventa años de la fundación de la
ciudad de Valera, de vida breve pero hermosa, con diferentes festejos que
engalanan la antigua Hacienda Santa Rita se preparan para la celebración.
El Ayuntamiento local acoge el proyecto de Pompeyo Oliva de construir un
nuevo camino a Motatán
Cinco años después el proyecto del Hospital de Valera cobra nuevo impulso
con la creación de una nueva junta administradora, integrada por el sacerdote
Miguel Antonio Mejía, Pedro Febres Cordero, Ricardo Cifuentes Labastidas,
Américo Briceño Valero entre otros. Transcurrirían siete años más para
concluir el proyecto.
En 1918 el Concejo Municipal designa una comisión para precisar la fecha de
la fundación de la ciudad. Está integrada por el Pbro. Miguel Antonio Mejía,
Américo Briceño Valero. La mencionada comisión concluye señalar el 15 de
febrero de 1820. Acuerdan celebrar el primer centenario de la ciudad el 15 de
febrero de 1920.
Para el año 20 la celebración del primer centenario de la ciudad no puede
celebrarse por la presencia de una epidemia de viruela y el cabildo municipal
aplaza las festividades para un ano después.
Se celebra el centenario de la ciudad con una sesión solemne con la presencia
del Presidente del Estado Santiago Fontiveros y representantes de los demás
municipios del estado Trujillo. Se devela en el acto dos cuadros, uno de
Bolívar en Carmania y otro de Mercedes Díaz, el discurso de orden es
realizado por el Dr. Jesús María Rosales.
Un año después es inaugurado el Hospital de Valera Nuestra Señora de la Paz,
después de 10 años de esfuerzos por la Junta Promotora. La obra se mantiene
con 200.000 Bs donados por el Ejecutivo del Estado y 500 bs que concede la
Municipalidad, más el 25 por ciento del producto de las suscripciones del
acueducto.
Ese mismo año el Dr. Rafael Tobias, caroreño, funda el Liceo Padre Rosario,
tristemente dura poco por el fallecimiento de su fundador.
Ocurre un acontecimiento lamentable para la ciudad, el Pbro. Monseñor
Mejía es nombrado Obispo de Guayana. Antes de su partida el mendoceño es
declarado por el Concejo Municipal Hijo Benemérito del Distrito Valera.
Poco tiempo le sobreviviría el Colegio Santo Tomas de Aquino la partida de
su fundador, cuando cierra las puertas, desde 1906 funcionando
ininterrumpidamente, la ciudad pierde el mejor centro de enseñanza del
distrito.
Se funda en la ciudad en 1924 la primera lotería de beneficencia en el estado
lo recabado se destinan al funcionamiento del Hospital Nuestra Señora de la
Paz, autorizada por el Concejo Municipal.
Para 1927 se fundan en la ciudad el Colegio Salesiano, en donde funcionaba el
centro de educación de Monseñor Mejía y el Colegio Madre Rafols, atendido
por las monjas de la Congregación Santa Ana.
Un año antes de terminar la segunda década del siglo es llevado por Pedro
Febres Jelambi el primer aparato radio receptor a la ciudad y se realiza una
exhibición en el Club de Comercio.
En el inicio de los años 30 se realiza el puente definitivo sobre el Rio Motatán
en la carretera Valera a Carvajal. Ese año fallece un gran benefactor de las
siete colinas como lo fue el Gral. Juan Ignacio Montilla que fue presidente del
Concejo Municipal y Jefe Civil del Distrito.
De esta manera entra la tierra de Mercedes Díaz a la tercera década del siglo
XX, con progreso y avance, suerte envidiable para los nuevos tiempos, donde
la ciudad parece sumergida en una decadencia que ensombrece lo que fue en
un pasado.


EL DÍA QUE VALERA PROTESTÓ


CONTRA GUAYANA
En el año de 1896;
el 17 de enero; en
la urbe de
Mercedes, recorrió
una hoja invitando
a una reunión en la
plaza con el fin de
crear una Sociedad
Patriótica para
protestar contra la
usurpación británica
en la Guayana.
La hoja estaba
firmada por el Dr.

Santiago Fontiveros, Dr. José del Rosario Colina, Br. Rafael Jiménez Chirinos,
Dr. Octavio Azuaje, Américo Briceño, Gral. Camilo Betancourt, Ramón Añez,
Br. Rafael Rosales, Gral. José Adolfo Azuaje, Juan Ignacio Montilla, Víctor
Cazorla, entre otros.
La convocatoria fue un éxito y la Plaza se llenó en pocos minutos. Tomaron la
palabra Colina Montilla, Jiménez Chirinos, Felipe Salcedo Ochoa, Gallegos
Celis, Carlos Celis.
Todos se pronunciaron en contra el abuso de la dignidad nacional con esa
actitud tan abusiva por parte de la Gran Bretaña.
La intervención más aplaudida fue la de Felipe Salcedo Ochoa cuando
enarbolo la frase: “La vejación y la violencia en irritante maridaje, y el abuso
de la

fuerza y la injusticia en infame contubernio, es cuando puede argumentar la


pérfida Inglaterra para arrebatar a Venezuela territorios que legítimamente le
han pertenecido”.
Un numeroso público llenó la Plaza y el patriotismo más puro encendió la
llama en los corazones de los valeranos en donde se levantó un acta y se
fotografió a la Junta Patriótica.
La reunión terminó en una atmosfera del más puro patriotismo no represento
mayores consecuencias. Aunque aquí no solamente se dieron este tipo de
manifestaciones pero de nada se produjo ya que aunque el país protesto no
pudo apoyar con la fuerza de las armas la defensa sus derechos y fracasó,
teniendo que confiar sus demandas territoriales a un arbitraje internacional y le
fue adversa la decisión en el Laudo Arbitral en París cuatro años después. A
pesar del tiempo transcurrido en donde nos quitaron 109 mil millas nos pesa.

Recordando nuestra historia


ALGUNAS CRÓNICAS VALERANAS
En nuestra ciudad las industrias más antiguas fueron las que fabricaban
sombreros de cogollo y la preparación del fique para sacos del señor Juan
Scrochi quien con el tiempo trajo una máquina para tejerlos fundando la
primera fábrica de alpargatas.
Existió en la tierra de Mercedes Díaz una fábrica de cigarrillos llamada
“Ambiente de Los Andes”, que sería su dueño Juan Spinetti. La fábrica tuvo
una sucursal en Barquisimeto.
A finales del siglo XIX no existían en la ciudad barberías, pero si barberos a
domicilio y la primera panadería fue la de Gallegos Celis y contaba como
panaderos con Rafael Ortiz y Pablo Tortebuy, pasarían los años y Pedro Magi
y Ricardo Henríquez inauguraron establecimientos que hicieron las delicias de
los valeranos. Años anteriores eran familias que desde sus hogares hacían pan
que vendían en las familias de la joven comarca.
La primera imprenta la trajo Vicente Briceño Briceño dirigida por José
Domingo Durán en 1872, ya anteriormente Juan Hack había traído una
pequeña prensa, pero en la de Briceño se imprimió el primer periódico
valerano “El Regenerador” editado por Matheus Roth en 1872.
A principios del siglo XX, para ser más exactos en el año de 1932 se instaló en
la ciudad de las siete colinas “La Sociedad Pro Consumo de Artículos
Venezolanos” cuyo fin era colaborar con el desarrollo e incremento de las
industrias venezolanas. Esta sociedad estuvo conformada como Presidenta,
Sofía Baptista; Vicepresidente, Carmen Abreu; Secretarias Carmen Luisa
Febres y Chana Bazo.
Sin lugar a dudas la gente de esa época era nacionalista y tenían un gran amor
por su terruño, actitudes que debemos imitar en estos tiempos en que bastante
falta nos hace.
Un año después el Concejo Municipal de la ciudad; cuyo presidente Manuel
de J. Chuecos tienen como proyectos para Valera, la protección del Colegio
Salesiano con la creación de algunas becas para estudiantes dignos, atención
al Hospital “Nuestra Señora de la Paz”, una campaña contra los zancudos;
ejecutando el drenaje de la ciénaga cercana al campo de beisbol, controlar las
rentas municipales, organizar el aseo urbano, proteger el deporte. De la misma
manera se habla sobre el asunto de un acueducto en donde el funcionario
municipal aduce que pronto un asunto relacionado con el caso sorprenderá a la
población valerana.
El 17 de junio de 1934 Valera se queda sin luz eléctrica por la crecida del río
Motatán y una parte del Canal de la Central Eléctrica de la Compañia Planta
Eléctrica de Valera sufrió serio descalabros.

En 1936 en el periódico El Anunciador, dirigido por Valerano Diez y Riega,


luego dueño del Cinelandia y Cine Libertad, en su número 65 en su primera
página aparece un artículo titulado “El Clamor de Valera” en donde aparecía la
urgente necesidad de un acueducto nuevo. Pareciese que los años pasan pero
los problemas se mantienen.
Dos años antes el mismo periódico en su primera página aparece la Campaña
Sanitaria Agua y Jabón, con la firme intención de crear en los valeranos la
poca común costumbre de bañarse todos los días y desmintiendo la creencia en
ese tiempo de que bañarse era perjudicial para la salud.

PERSONAJES VALERANOS
FOTO 1: GRAL. FEDERICO ARAUJO, SE CARACTERIZÓ POR SER UN
BENEFACTOR DE LA CIUDAD.
FOTO 2: AMERICO BRICEÑO VALERO, CRONISTA DE LA CIUDAD.
.


Recordando nuestra historia


El Concejo Municipal de Valera
El ayuntamiento valerano fue instalado en abril de 1875 y el Libro de Acta de
más antigüedad comprende los años de 1875-1881.
Esta primera acta fue levantada el 1 de abril de 1875 en donde consta la
instalación de este ente edilicio.
El padre Juan de Dios Andrade en su libro: "100 Años de Instalación del
Primer Concejo Municipal de Valera 1875-1975" se refiere que en esta acta
existe una irregularidad ya que si se trata de la primera acta no puede existir
un presidente saliente que según dice era Francisco Briceño.
Señala en esta obra, Andrade, que a esta acta le faltan 56 páginas que
fueron arrancadas y el escritor trujillano Arturo Cardozo en su obra "Por el
Cauce de un Pueblo" en estas páginas podrían existir actas del primer concejo
instalado en 1873. En la referida acta aparece el primer matrimonio civil.
El Concejo comienza a funcionar en casa de los propios concejales.
Rafael Gallegos Celis, presidente del ayuntamiento, propone que se pague
un local para el funcionamiento del ente gubernamental y se destina
igualmente una cantidad de dinero para la cerradura del escaparate donde
guardarían el archivo y esa decisión aparece en un acta del 16 de enero de
1876.
En 1877 el Concejo Municipal de Valera tiene sede propia pero se
encuentra en ruinas y se acuerda destinar la construcción de una casa para su
funcionamiento y se designa a Juan Ignacio Montilla para que ejecute la obra
y en 1883 es inaugurado el edificio.
Muchas adversidades sufrió el Concejo Municipal en sus primeros años,
el clima social y político fue adverso y por más de 33 años sufrió las luchas de
bandos rivales que utilizan la ciudad para proveerse de recursos.
Muchas veces caudillos liberales o conservadores con sus tropas saquean
la ciudad y Valera es afectada cuando apoya una causa y los ganadores son los
contrarios recibiendo represalias.
Esta crisis trajo como consecuencia que se produjera ruina en el comercio
y en la agricultura.
Por estos conflictos en la Cámara Municipal existe una laguna en los
libros de actas de 1881 a 1890 y de este año a 1897.
Esta es nuestra historia nuestra realidad y la necesidad de conocerla para
ahondar en lo que somos y en lo que fuimos, en nuestro pasado, presente y
futuro...

PERSONAJES
VALERANOS
FOTO 1: EDICTA MORA,
DUEÑA DE UN
RESTAURANTE AL
FINAL DE LA AV 10,
SECTOR SANTO
DOMINGO, FAMOSO
POR SU SABROSO
MONDONGO.

FOTO 2: COLMILLO
E¨TIGRE, PERSONAJE
TIPICO VALERANO QUE RECORRIA LAS CALLES VALERANAS

EL CONCEJO MUNICIPAL DE VALERA NO


TIENE SEDE
Esta era la gran inquietud de su presidente Rafael Gallegos Celis, aquel año de
1876; cuando el ente edilicio no tenía una casa oficial donde legislar y los
concejales realizaban su labor desde sus propias casas.
Gallegos sugiere que se pague un alquiler de un local por un valor de 4
venezolanos; moneda de la época; e igualmente que se destine una suma de
dinero para comprar una cerradura para el escaparate y asegurar el archivo.
Ese mismo año los concejales valeranos sancionan diferentes ordenanzas que
tienen que ver con el orden público, rentas, cementerio, carnicería y ornato de
la población.
Un año después ya el cabildo municipal cuenta con una casa, pero
precisamente no en muy buenas condiciones y los concejales revisan las rentas
administrativas y con el excedente deciden construir de una vez por todas, la
casa Municipal y no es otro que el Gral. Juan Ignacio Montilla quien realiza la
obra.
El libro de acta más antiguo que existe en el archivo municipal es del primero
de abril de 1875. Este libro no tiene nota de apertura como se acostumbra en
este tipo de libros y le faltan las primeras 56 paginas, saquen ustedes sus
conclusiones.
El Dr. Arturo Cardozo, en su libro “Por El Cauce de Un Pueblo” insinúa que
el primer Concejo Municipal valerano fue instalado en 1873 y fue su
presidente fue Arístides Paredes, quien aparece en el primer matrimonio por el
civil en la población, cuestión que fue develada por el secretario municipal
cuando habla en la “primera” acta de Francisco Briceño como presidente
saliente presidiendo la votación para el nombramiento de la directiva del año
de 1875.
En el salón destinado para la ceremonia ese año 75, los ciudadanos Francisco
Briceño, Antonio Canga, Arístides Paredes, Fabián Salinas y Pedro Africano,
estando ausentes los concejales Dr. Juan José Rangel y Pedro Colmenares,
reuniéndose las dos terceras partes para su instalación, bajo la dirección de su
presidente saliente; Francisco Briceño; y su secretario Temistocles Urdaneta
presentaron sus credenciales y se procedió a elegir al nuevo presidente que
fue Briceño después de la segunda vuelta, como Vicepresidente Antonio
Canga y secretario Andrés Cornieles .
En esa acta; según el cronista de la ciudad en el año de 1975, Pbro. Juan de
Dios Andrade, en su libro “100 Años de la Instalación del Primer Concejo
Municipal de Valera”; se comete una irregularidad ya que si se trata del
primer Concejo Municipal de la ciudad no puede haber en la primera acta un
presidente saliente.
Reconoce Andrade en su libro que el clima político de la época no ayudo
mucho al ente edilicio ya que cada vez que mandaban o los conservadores, los
liberales o algún caudillo alzado las represalias para sus contrarios sumían a la
ciudad, a su comercio y agricultura la ruina por el saqueo, los empréstitos y
recluta.
Menciona Andrade que la peor administración del cabildo municipal fue
realizado por el primer gobierno de Caldera en donde no había dinero para
pagar el dinero de sus empleados o los compromisos con otras instituciones
pero si para la propaganda política del partido de turno.

FOTO1: MERCADO MUNICIPAL



PLAZA
BOLIVAR

EL ANTIGUO LLANO DE SAN PEDRO


La ciudad de Valera; después de la donación por los hijos de Mercedes Díaz
de los terrenos de la Hacienda Santa Rita; sus primeros 50 años se desarrolló
al este del Zanjón del Tigre atrayendo gente de todo el estado Trujillo,
destacándose como urbe de progreso y avance, siendo reconocida en 1860
dándole la categoría de urbe y en 1871 la de ciudad, siendo este motivo de
grandes celebraciones por parte de sus habitantes.
Ya para esa fecha contaba con diez calles trasversales y ocho avenidas, pero el
crecimiento de la población hace que el Presidente del Concejo Municipal;
Gral. Juan Ignacio Montilla; comprará por la suma 20.000 bolívares el Llano
de
San

Pedro, situado
a la derecha
del zanzón del
Tigre, para
anexarlo a la
ciudad con la
intención de
ampliar la
población.
Esta
propiedad era
de Doña
Victoria
Carrasquero,
viuda de Juan
Pablo
Labastidas.
Existían a los alrededores de la ciudad las haciendas La Plata, Morón, Santo
Domingo y la Esperanza que servirían a futuro para agradar la ciudad y ocho
años después el Concejo Municipal encomienda al Ingeniero Baptista para que
levante un plano y delimite al Llano de San Pedro.
Para el segundo año del siglo que comienza, se designa una junta constituida
por los concejales Anselmo Carrillo, Ernesto Ibarra, Andrés Cornieles, y el
Procurador de la ciudad para parcelar los terrenos y un año después el
ayuntamiento municipal realiza una ordenanza en donde regula la
urbanización de la hacienda de la cual era propietaria Victoria Carrasquero.
Dos años siguientes se nombra una junta que reglamentará la distribución de
los terrenos, integrada por Américo Briceño Valero; agrimensor; Juan Ignacio
Montilla y Pompeyo Oliva.
En 1916 el cabildo valerano publica en Gaceta Municipal un reglamento
orgánico de la nueva población del Llano de San Pedro y deroga la
Ordenanza de 1903 y se dispone que las calles del mencionado sitio se
ampliaran en 8 metros de ancho, se marca el templo, la escuela, el mercado
cubierto y la casa municipal.
Para el año de 1918 el Concejo Municipal de Valera; presidido por Domingo
Tejera, obliga a los que habían adquirido terrenos en el Llano de San Pedro
que cumplieran con las disposiciones reglamentarias ya que se apoderaban los
terrenos y construían de cualquier forma.
El cabildo municipal trató que fuera la primera zona valerana que tuviera un
verdadero sentido urbanístico.

PLAZA
JUAN
ARAUJO,
AHORA
PLAZA

SUCRE
ANTIGUO LLANO DE SAN PEDRO, EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA
IGLESIA SAN PEDRO

Conociendo nuestra
historia

El

COMERCIO VALERANO
Este periódico valerano que se definía como un quincenario comercial y
colectivo salió el 2 de febrero de 1935, dirigido por Miguel Rodríguez Rivas.
El periódico tenía una dimensión tabloide en cuatro columnas, con un valor
de una locha.
Rodríguez definía el quincenario como una continuación de su trabajo en otro
periódico valerano llamado El Anunciador.
Este periodista acuñaba una frase que decía: Por Valera y para Valera. Contó
con el apoyo del comercio valerano. Rodríguez Rivas no fue genuflexo del
gobierno gomecistas y luchó abiertamente por su tierra, pero fue detenido;
junto a otro gigante del periodismo trujillano como lo fue Manuel Isidro
Molina; por un artículo sobre el gobierno regional en el año de 1939 publicado
por el Semanario “En Marcha”.
El Comercio Valerano nunca tuvo apoyo gubernamental y jamás contó con
avisos del gobierno, pero si del comercio local.
Rodríguez fue uno de los promotores de un centro de cultura para la ciudad
como un ateneo desmintiendo que la ciudad era netamente una urbe comercial.
En su columna “Elenco Periodísticos” critica la postura de los diarios
nacionales que no colocan en sus páginas noticias regionales, además de que
cuando hacen eco de esas noticias en sus páginas no colocan de donde son
extraídos y llegando hasta el cinismo que calzarlos como si fueran ellos los
que producían dichas notas de prensa.
Este periódico valerano hace eco de la necesidad de varios tópicos necesarios
para la ciudad como lo fue la restructuración del hospital “Nuestra Señora de
la Paz”, Oficina Sanitaria para Valera, obras de saneamiento para la ciudad, un
parque infantil y la creación de la policía escolar.
A partir del octavo número el periódico empezó a circular como semanario y
había sido impreso en la tipografía “América” en Trujillo, pero a partir de un
tiempo el quincenario cuenta con imprenta propia.
Desde el 15 de junio de ese año el seminario cuenta con cinco columnas y es
impreso en la Av. Sucre al lado del Hotel Hack.
El Comercio Valerano tuvo como colaboradores columnistas como el Dr.
Ricardo Cifuentes, José Quintini, el Dr. Diego Meza, Rafael Maredei, Hernán
Rosales entre otros.
Critica este semanario valerano a otros dos periódicos como “El
Rehabilitador” y la “Voz de Trujillo” por sus posturas oficialistas que hacen
más daño al gobierno que bien.
El periodista Landázabal editor del periódico “La Voz de Valera” que fue
suspendido cuenta su problema y manifiesta una crítica del presupuesto del
estado, criticando el alto sueldo del Presidente del Estado y sus gastos
representativos de 9.430 de Bs mensuales.
Este semanario valerano que brillo en la tercera década del siglo XX se
identifica con la candidatura presidencial del Gral. López Contreras cuya
elección que fue el 18 de abril de 1936.
Esta crónica trata de un periódico de los muchos que se editaron en la ciudad
demostrando que la tierra de Mercedes Díaz siempre ha sido, con todo y su
vida comercial; una urbe interesada en la cultura y con la necesidad de ser bien
informada.
¡Honor a quien honor merece! ¡Honor y gloria a este diario que hizo historia
en nuestra ciudad!


AHORA ESQUINA DE LA PIZERIA ROMANISIMA


PERSONAJES VALERANOS

FOTO 1: RODOLFO ZAMBRANO, “EL BIGOTE QUE RETRATA”,


PERIODISTA GRAFICO DE LA VALERA QUE YO CONOCI.

FOTO 2: JACOBO ARAUJO, DONO LOS TERRENOS DEL PARQUE LOS


ILUSTRES


ALGUNAS CRÓNICAS VALERANAS


En nuestra ciudad las industrias más antiguas fueron las que fabricaban
sombreros de cogollo y la preparación del fique para sacos del señor Juan
Scrochi
quien
con el
tiempo
trajo
una

máquina para tejerlos fundando la primera fábrica de alpargatas.


Existió en la tierra de Mercedes Díaz una fábrica de cigarrillos llamada
“Ambiente de Los Andes”, que sería su dueño Juan Spinetti. La fábrica tuvo
una sucursal en Barquisimeto.
A finales del siglo XIX no existían en la ciudad barberías, pero si barberos a
domicilio y la primera panadería fue la de Gallegos Celis y contaba como
panaderos con Rafael Ortiz y Pablo Tortebuy, pasarían los años y Pedro Magi
y Ricardo Henríquez inauguraron establecimientos que hicieron las delicias de
los valeranos. Años anteriores eran familias que desde sus hogares hacían pan
que vendían en las familias de la joven comarca.
La primera imprenta la trajo Vicente Briceño Briceño dirigida por José
Domingo Durán en 1872, ya anteriormente Juan Hack había traído una
pequeña prensa, pero en la de Briceño se imprimió el primer periódico
valerano “El Regenerador” editado por Matheus Roth en 1872.
A principios del siglo XX, para ser más exactos en el año de 1932 se instaló en
la ciudad de las siete colinas “La Sociedad Pro Consumo de Artículos
Venezolanos” cuyo fin era colaborar con el desarrollo e incremento de las
industrias venezolanas. Esta sociedad estuvo conformada como Presidenta,
Sofía Baptista; Vicepresidente, Carmen Abreu; Secretarias Carmen Luisa
Febres y Chana Bazo.
Sin lugar a dudas la gente de esa época era nacionalista y tenían un gran amor
por su terruño, actitudes que debemos imitar en estos tiempos en que bastante
falta nos hace.
Un año después el Concejo Municipal de la ciudad; cuyo presidente Manuel
de J. Chuecos tienen como proyectos para Valera, la protección del Colegio
Salesiano con la creación de algunas becas para estudiantes dignos, atención
al Hospital “Nuestra Señora de la Paz”, una campaña contra los zancudos;
ejecutando el drenaje de la ciénaga cercana al campo de beisbol, controlar las
rentas municipales, organizar el aseo urbano, proteger el deporte. De la misma
manera se habla sobre el asunto de un acueducto en donde el funcionario
municipal aduce que pronto un asunto relacionado con el caso sorprenderá a la
población valerana.
El 17 de junio de 1934 Valera se queda sin luz eléctrica por la crecida del río
Motatán y una parte del Canal de la Central Eléctrica de la Compañia Planta
Eléctrica de Valera sufrió serio descalabros.
En 1936 en el periódico El Anunciador, dirigido por Valerano Diez y Riega,
luego dueño del Cinelandia y Cine Libertad, en su número 65 en su primera
página aparece un artículo titulado “El Clamor de Valera” en donde aparecía la
urgente necesidad de un acueducto nuevo. Pareciese que los años pasan pero
los problemas se mantienen.
Dos años antes el mismo periódico en su primera página aparece la Campaña
Sanitaria Agua y Jabón, con la firme intención de crear en los valeranos la
poca común costumbre de bañarse todos los días y desmintiendo la creencia en
ese tiempo de que bañarse era perjudicial para la salud.
En 1936 en el periódico El Anunciador, dirigido por Valerano Diez y Riega,
luego dueño del Cinelandia y Cine Libertad, en su número 65 en su primera
página aparece un artículo titulado “El Clamor de Valera” en donde aparecía la
urgente necesidad de un acueducto nuevo. Pareciese que los años pasan pero
los problemas se mantienen.
Dos años antes el mismo periódico en su primera página aparece la Campaña
Sanitaria Agua y Jabón, con la firme intención de crear en los valeranos la
poca común costumbre de bañarse todos los días y desmintiendo la creencia en
ese tiempo de que bañarse era perjudicial para la salud.


LA PLANTA ELECTRICA, SITUADA A LA ORILLA DEL RIO MOTATAN

FOTO 1: PEDRO ALARZA JUGO, GANADERO VALERANO QUE LLEVA


SU NOMBRE EL PARQUE EXPOSICIÓN EN DONDE SE REALIZABAN
LAS FERIAS EN LA CIUDAD.

FOTO 2: MI AMIGO EL PERIODISTA JOSÉ RAMÓN CAMACARO,


PERSONAJE HIJO ADOPTIVO DE VALERA.

CONOCIENDO LA HISTORIA VALERANA


Cuando fue fundada nuestra ciudad, de las siete colinas, solo tres tenían
nombre que era cerros Morón, por el nombre de la Hacienda en que estaba;
La Pollera, porque en ella existía una granja de pollos y La Cabaña por la
cabaña que había levantado en ella un esclavo liberado de nombre Nolberto.
El barrio el Bolo era el más antiguo de la ciudad y su nombre se debe a un
caney en donde se practicaba el juego
de bolos.
El barrio Lazo de la Vega fue
denominado de esa manera como un
homenaje al Obispo Lazo de la Vega
quien fue que le dio el nombre de
parroquia a la ciudad y fijo sus
límites.
Fue conocido antes con el nombre de
Barrio de la Cooperativa, hasta que el
Padre José Humberto Contreras lo
cambia para honrar para honrar al
obispo de Mérida.
La ciudad de las siete colinas contó
con una parrilla crematoria que fue
construida durante la administración
del Gral. Víctor Manuel Baptista, a
los dos años fue cerrada ya que al
quemar la basura, por culpa del viento
que había donde fue construida
invadía de humo las casas cercanas.
E l zanjón del Tigre divide la ciudad en dos; aunque en estos tiempos; no es
muy notativo y fue una obra creada para recoger y conducir las aguas del río
Momboy para servir de riego a las haciendas de la zona. El zanjón tenía un
puente que unía las calles Doctor Mendoza con el Barrio San Pedro
construcción ordenada por el Gral. Pérez Soto que fue Presidente del Estado y
podríamos decir que ese puente se obtuvo con una gran jaladera.
En el año 1926; el 15 de febrero, en el desfile de Carnaval; el militar se
encontraba disfrazado de Cesar Romano junto a una comparsa, cuando un
grupo de personas le salieron al paso y un poeta le entrego un verso en donde
lo llamaba hidalgo, flor de los tenientes de Juan Vicente Gómez, gallardo
adalid y a su jefe lo llama Gómez el Ínclito y “nuestro” Máximo Caudillo.
Valera tuvo una compañía de teléfonos cuyo dueño fue José Antonio
Tagliaferro en 1910, comenzó con 20 suscriptores y al año ya contaba con
101 números. Tenía línea para Motatán, Escuque, Monte Carmelo, Betijoque y
Sabana de Mendoza. Esta empresa duro hasta el año de 1924 cuando la
empresa ceso en sus funciones.
El Barrio El Milagro fue conocido en sus inicios como “Barrio a Juro” ya que
se debió a construcciones a la fuerza que hicieron las personas. Se comenta
que de noche construían los ranchos y la policía en el día se los tumbaban
hasta que el gobierno se dio por vencido.
En el año de 1905, la revista “El Castillo” de sacerdote Miguel A. Mejía y la
“Revista del Centro Industrial”, cuyo editor era Pompeyo Oliva, realizaron una
fuerte campaña para que el día domingo fuese no laborable, ya que ese día se
hacia el mercado. Los dos periódicos pedían el cese de las actividades
comerciales ese día y consagrarlo a las prácticas religiosas y al descanso. Ese
petitorio hace que el Concejo Municipal dicto un acuerdo para todas las
municipalidades faculten al Ejecutivo del Estado para que dicte un decreto que
ordene el cierre de los comercios el día domingo y coloque un día para realizar
los mercados.
En el año de 1936 en el Comercio Valerano, periódico que se definía como
quincenario comercial apareció una noticia cuyo titular era “Educad Vuestros
Hijos” quien reclamaba la atención de muchos padres de familia por el
abandono que tenían de sus hijos.
Acotaba el quincenario que ya el Jefe de Municipio había realizado un
llamado para que se tomara en serio el cuidado de sus hijos ya que hasta las
aulas de clase abandonaban, advirtiendo que no acusaran a las autoridades
tomaran cartas en el asunto. Interesante postura que debería ser imitada en
estos tiempos en donde se ven menores de edad cantando vallenatos en el
transporte público.
Ese mismo año el periódico valerano resaltaba las necesidades públicas
necesarias que debían de ser urgentemente atendidas y entre ellas una Escuela
Nocturna, resolver la precaria situación del hospital de la ciudad, la
reconstrucción de las calles y avenidas, la necesidad de un médico,
modernización del cementerio, empedrado de la calle San Juan, la
construcción del Acueducto, entre las muchas necesidades de las siete colinas.
Para el año de 1945, Valera, contaba con los municipios Mercedes Díaz y Juan
Ignacio Montilla y para cinco años después el primero contaba con 15.620
habitantes y el segundo con 9.113 personas.
EL LICEO RAFAEL RANGEL



RAMONA E ISABEL, PERSONAJES TIPICOS VALERANOS DE LOS


AÑOS 70 Y 80, QUE RECORRIAN LAS CALLES VALERANAS. LAS
DOS ERAN MUY MAMADORAS DE GALLO Y ABORDABAN A LOS
HABITATES DE LAS TIERRA DE MERCEDES DIAZ CON SU BUEN
HUMOR Y SIMPATIA.

LOS PUENTES SOBRE EL ZANJÓN DEL


TIGRE
Para la juventud valerana es casi una sorpresa cuando se les dice que
la ciudad era dividida por un zanjón que se conocía como el Zanjón
del Tigre, en recuerdo de un supuesto felino que recorría este
terreno que estaba bordeado de árboles y que recuerdo que llevaba
las aguas fluviales que bajaban de la parte alta de la ciudad.
La modernidad borro esta hondonada con las construcciones
quedando solamente la parte norte que es donde termina la planicie
que se ve en el sector La Marchantica.
Cuando la antigua Hacienda Santa Rita quedo poblada, el centro de
Valera, el Concejo Municipal adquirió el Llano de San Pedro con la
intención de ampliar la ciudad.
Se inició unos puentes para unir el Llano de San Pedro con la
Hacienda Santa Rita. Los puentes tendrían nombres de personajes
ilustres y fechas importantes como:
Puentes Mercedes Díaz, “Peñalver”, 23 de Mayo, 5 de julio,
Labastidas, Briceño, Caracas, Fontiveros, Mendoza, Urdaneta,
Centenario.
En el año de 1907 se terminó el puente 23 de mayo, que quedaba en
la calle 12 en la calle conocida como Calle Torres. El puente fue de
ladrillo, levantado sobre sólidas bases, financiado por la
municipalidad, construido bajo la supervisión de una junta de
Fomento que esté integrado por los Generales Juan Ignacio Montilla
y Camilo Vetancourt, Dr. Febres Cordero, Emilio Spinetti y
Abrahán Celis.
El recuerdo de la Valera que unía Santa Rita con el Llano de San
Pedro por puentes quedo en el olvido y lamentable que nuestra
querida ciudad se encuentra en estos tiempos tan destruida. El sueño
de que la ciudad caminase por los caminos que antiguamente
transitó no debe ser una utopía, tenemos el deber de devolverla a
aquellos tiempos pasados.



FOTO 1: URB. LA ESPERANZA EN SUS INICIOS.

FOTO 2. LA CASA CARMANIA.

EL PADRE ANDRADE Y EL CONCEJO


MUNICIPAL
En nuestra historia municipal jugó un papel importante el Padre Juan de Dios
Andrade y es de recuerdo muy reciente el problema que se suscitó entre el
sacerdote y el Obispo de la Diócesis de Trujillo Rojas Chaparro en el año de
1962.
El diario local entrevistó a Andrade debido al insistente rumor sobre su salida
de la parroquia San Juan Bautista. El prelado aseveró que no conocía las
razones por el cual sería removido y que cuando un Obispo tomaba está
decisión en contra de un sacerdote era debido a faltas muy graves.
En una de las sesiones del ayuntamiento valerano uno de los representantes
populares pidió un "voto de confianza" para el obispo.
Está sugerencia creo un significativo debate en donde otro concejal preguntó
si había un ataque contra Chaparro para que se realizará está petición. El
proponente contestó que en algunos "círculos políticos" trataban de crearle
dificultades al monseñor acusándole de injusto debido a la destitución de
Andrade.
La discusión en la Cámara Municipal se prolongó más de una hora en donde
se resaltó la personalidad cristiana de Andrade y su postura a favor del pobre y
del humilde, además expusieron que no había razones para preocuparse por el
respeto que se le debía al obispo ya que gozaba de aprecio por parte de la
ciudad
Un concejal en su derecho a palabra manifestó que no era igual el respeto que
le tenía el obispo al pueblo valerano ya que se habían acabado los tiempos de
que "jefe es jefe así tenga cochochos" y muchos curas estaban repartiendo
propaganda en contra de Juan de Dios Andrade que provenían de la curia
diocesana.
Desde Trujillo los ataques continuaron y se ordenó que el párroco debiera salir
de Valera, entregar la parroquia y retractarse de una respuesta que había dado
en contra de un manifiesto del obispo que incitaba al pueblo contra Andrade.
Este problema se inició cuando unos ciudadanos a sus espaldas y escudándose
en organizaciones religiosas llenaron de propaganda política en contra del
"comunismo" y reprochó Andrade la intensión de recoger regalos a los más
necesitados sin el recató y la reserva que el caso ameritaba. Esa organización
acusó al prelado de comunista y pidieron la expulsión de Andrade al obispo.
El Concejo Municipal en otra sesión negó el voto de confianza al obispo
pedido por parte de un concejal por votación de los otros concejales aduciendo
que el obispo tenía muy poco tiempo para gozar de la confianza del cuerpo
colegiado y que lo que se sabe de él, es que ha actuado en contra del sacerdote
más querido de Valera, Hijo Ilustre de la ciudad declarado por esa institución.
El problema no quedó allí ya que Andrade es suspendido de párroco de la
parroquia de San Juan Bautista por el Obispo Chaparro por declaraciones
dadas a un diario local.
Desde ese momento la comunidad valerana, integrada por los concejales del
Ayuntamiento valerano, la Asociación Venezolana de Periodistas -Seccional
Trujillo-Radio Valera y fuerzas vivas de la ciudad respaldan al prelado, pero el
Obispo no cede, llegando a ser tan dura la represión contra Andrade que el
Secretario General de Gobierno Sánchez Cortés ordenó la incautación del libro
escrito por el sacerdote titulado "Las injusticias del Obispo José León Rojas
Chaparro" con un allanamiento a los talleres del Diario "El Tiempo" el jueves
21 de junio del año de 1962, igualmente decomisando a los pregoneros que se
encontraban en la calle de dicho material pero no contaron que en los días
pasados se habían vendido más de 5.000 ejemplares, produciéndose está orden
dictatorial muy tarde.
La verdad alcanza la mentira en un segundo así ésta dure mil años dice un
dicho..."

1939. COLEGIO SALESIANO DE VALERA. MARIO


URDANETA ARAUJO, V.RUEDA, L.A. PULIDO, S. AROCHA,
FRANCISCO RUEDA, HECTOR ZAMBRANO, OCTAVIO
JELAMBI, LUIS VIELMA, JESÚS ROSARIO, TOMÁS
ROSARIO, MIGUEL A. ROSALES, H. DELGADO, V.
MONTEZUMA, A. BRICEÑO Q




FOTO 1.
DIRIGENTES
DEPORTIVOS
ALIRIO PEÑA Y
EL POPULAR
CHERRY.
FOTO 2:
GUILLERMO
BRICEÑO Y EL
PEDIMENTO
DEL COMEDOR
DEPORTIVO.

FOTO 1. ROSALIA BERTONI, EXTRAORDINARIOS RECUERDOS DE


SUS RICAS PALEDONIAS LLENAN MI MENTE Y DEL GRAN CARIÑO
QUE RECIBI DE ESA MATRONA VALERANA.

FOTO 2: PADRE JOSÉ HUMBERTO CONTRERAS, PRIMER PARROCO


DE LA IGLESIA SAN JOSÉ Y BENEFACTOR DE LA CIUDAD.

LA VALERA QUE YO CONOCÍ




Culpa de mis buenos amigos Pedro Frailan, Juancho Barreto, Alexis


Berrios y Jherdin Peña


INTRODUCCIÓN
Enclavijar es unir algo y de esto trata este capítulo, unir historias,
recopilar en mi memoria las historias de la Valera que conocí.
Un día entendí; gracias al historiador amigo Alexis Berrios; que la
historia se cuenta sabrosa, entendible e irreverente. Con relatos que
sean de interés para todos, para el común de la gente. Historias que le
traigan recuerdos de lo por ellos vividos. Esa sera la manera de
siquiera intentar mantener su interés.
Recordar a Valera como yo la conocí, la Valera en que he vivido tantos
años, es la necesidad para que la conozcamos y de esta manera la
amemos, ya que ella necesita del amor de todos.
De los Profesores y amigos Juan José Barreto y Pedro Froilan
aprendí el amor a su terruño y entendí la necesidad de profundizar en
sus historias, en su cultura, en su música, en sus recuerdos, ya que
eso debe ser parte de la Valeranidad que no es otra cosa que el amor
hacia lo que somos, fuimos y seremos.
Agradezco al historiador Jherdin Peña que me condujo por la crónica,
que no es otra cosa que la historia contada y por contar, la historia que
se está escribiendo y la necesidad para fomentar esa Valeranidad con
nuestros escritos y aportes.
En “La Valera que yo conocí. Enclavijando Nuestra Historia” tratare de
hacer un recorrido por la ciudad de las siete colinas en los años 60, 70
y 80. La calidez de sus habitantes, la Valera de las tertulias, de las
visitas, de las noches bulliciosas y cantarinas.
La ciudad de las serenatas, de la amistad y de esos recuerdos que día
a día pueblan mi mente y evocación.
Resaltare la Valera de mi niñez y juventud, antes de irme en busca de
un sueño, que quizás no comprendí, pero que al pasar de los años
ahora lo veo claramente en mí, teniéndolo conmigo y llenándome de
muchas satisfacciones personales.
Gracias a estos cuatro amigos, he sentido que tengo la obligación de
poblar de evocaciones las calles valeraranas, hacer volar reviviendo
aquellos fantasmas que olvidados se encuentran en nuestros
recuerdos.
Contar lo que fue la Valera de esos años desde mis recuerdos, con la
intención de narrar parte de la historia menuda de la ciudad en aquella
época, tendrá la intención de que los más jóvenes se identifiquen con
lo nuestro
Nuestro querido país, es rico en leyendas, tradiciones, cultura y
conocerlo es parte de la herencia que debemos legar a nuestros hijos.

EL RECORDADO
PALACIO DEL
NIÑO EN LOS
AÑOS 80

EL FAMOSO
RESTAURANT
EL CAMPO,
AHORA MAC
DONALD

Recordando aquella ciudad

LA VALERA DE MI NIÑEZ
José Rosario Araujo
Recuerdo aquella ciudad cálida y amable que era Valera en los años 70.
Todavía no existía la Av. Bolívar y la ciudad contaba con las avenidas 7 y 8.
En esas avenidas estaba el Mercado Municipal situado en las calles 12 y 13,
en donde podías encontrar de todo tipo de mercancía, desde comida, licores,
artículos de quincalla, ferretería y juguetes.
No se podía decir que ese rincón del comercio valerano estaba muy limpio que
digamos y si mal no recuerdo que hacía muchos años, la municipalidad trataba
de cerrarlo desde el año 1962 el Ministerio de Sanidad, pero como lo dice el
Padre Juan de Dios Andrade en su interesante libro “101 Años de la
Instalación del Primer Concejo Municipal de Valera” continua como un
verdadero cáncer en el centro de la ciudad, hasta 1978.
Mis tías y papá tenían una prima que vivía en la Av. 9 en la casa en donde
existe un restaurante, frente a la antigua Quemazón, llamada Aura Cornieles;
que por muchos años fue Secretaria Administrativa en el Colegio Eloísa
Fonseca y cada vez que la íbamos a visitar; en horas nocturnas; se encontraba
la conocida Ramona que era un personaje típico de la zona, ya que allí le
daban comida.
La Loca Ramona, como era conocida, siempre recorría esa zona que era
cercana al Mercado Municipal y era famosa por intentar agarrarles a los
hombres sus testículos.
Otro personaje que recuerdo es Alicia, conocida como la Loca Alicia, que
muchas veces visito a mis tías para invitarlas a las fiestas de la Virgen de Duri.
Ese personaje siempre estaba llena de pulseras y vestida con ropa muy
colorida. Pero lo que si no puedo olvidar es su gran dulzura, ya que si su
presencia producía temor en un niño de corta edad, su voz cálida y amable
eliminaba cualquier miedo que le podía tener.
También conocí excelentes médicos en la ciudad de Valera; colegas de mi
padre; como lo fuere el Dr. Pedro Emilio Carrillo, quien bien entrado los años
ochenta atendía desde su consultorio en la Av. 12 entre calles 8 y 9.
También recuerdo la recia figura del gran médico de origen merideño como lo
fue Dr. Gil Manrique, que era igual que el Dr. Carrillo, figuras muy respetadas
de gremio médico.
Muchas veces acudí con mis madres de crianza al hogar de la familia Gil y
con la ingenuidad de mis pequeños años admiraba a Marisol, hija del
reconocido galeno que ya era una adolescente y yo con 4 o 5 años.
Otro médico que recuerdo fue el Dr. Héctor Zambrano Quintero, que me unió
una gran amistad con su hijo Humberto, ahora reconocido tenor en Los
Estados Unidos.

Con Humberto practique judo y jiu-jitsu en el Gimnasio de la Gran


Fraternidad Universal, que quedaba en la Av. 10 con calles 6 y 7, contando
como profesor al amigo Vladimir Terán.
Otro galeno que estuvo siempre presente participando en el Kinder Gabriela
Mistral fue el Dr. Raúl Díaz Castañeda, que recuerdo que siempre estuvo y
está activo en todos los acontecimientos culturales y sociales de la ciudad.
Para nadie es un secreto los aportes de este médico larense a la ciudad de las
siete colinas y de mi parte un gran reconocimiento a su labor y un gran respeto
a su figura como padre, esposo y profesional.
Recuerdo a mis amigos de crianza de mis primeros años como lo fueron
Carlos y Alfredo Romero, con quienes compartí varios años de mi niñez y que
juntos tuvimos una infancia bastante divertida en donde yo me pasaba en su
casa y ellos en la mía.
Eran hijos de un gran médico zuliano el cual tengo excelentes recuerdos y un
gran aprecio como lo fue el Dr. Remigio Romero, su esposa Elda y su pequeña
hija María Eugenia.
Muchos juegos compartimos, bastantes años en donde disfrutábamos el
carnaval disfrazados de los tres mosqueteros en donde nos enlazábamos en
temibles encuentros a espada, que terminaban con el rompimiento de nuestros
sables. Participamos en los carnavales del Kinder Gabriela Mistral y de las
Residencias Panigón, realizados por la Nena Medici.
Estudie a partir del tercer grado en el Colegio Salesiano y de allí recuerdo a
muchos de mis compañeros de estudio como lo fueron Armando Vásquez,
Héctor Bin, Felix Terán, Alejandro Peña Terán, Andrés Serra, Gian Carlo
Richardi, Carlos Contessi, Teofilo Uzcategui, José María Carrillo, José Celis
Sarcos, Rafa Rojas, entre los muchos que compartieron los años que curse en
esa casa de estudios.
Siete años pasaría en el Salesiano, en donde la educación era demasiado
rígida, contando con un horario de clase de las 7:45 a.m hasta las 11:45 a.m y
de la 1:30 a.m hasta las 5:45 a.m.
Están presentes en mi memoria las maestras María Emira Vásquez, Hilda de
Vásquez, Doris Rosales y Emma Espinoza de Alizo.
Como profesoras recuerdo la buena amiga Lcda. Cristina Pineda, María
Ignacia Aguilar, Marlene Casadiego, Antonio Viloria, Tomás Arrabe y su
esposa y Benigno Arenas.
En ese colegio se graduaría mi hermana Aura y sería una de las primeras
promociones mixtas de esa casa de estudios. Mientras nosotros seriamos puros
varones y se podrán imaginar cómo seriamos de tremendos, muchas veces
para poder enfrentar una educación demasiado rígida.
La Valera aquella que conocí era cordial, amable, acogedora, por eso es que
mi mente no deja de transitar por aquellos recuerdos de los tiempos idos y de
muchas personas que fueron de una manera significativa en el transcurrir de
mi vida.

Conocí grandes sacerdotes como lo fueron el Padre Fernando Abad, del


Colegio Salesiano, el Padre Javier Sarrasqueta, de la Iglesia El Carmen, el
Presbítero Juan de Dios Andrade, periodista, cronista, escritor, político e
historiador, que considero que no se le ha dado la importancia que tuvo en el
desarrollo de la ciudad de las siete colinas y Heberto Godoy, amigo personal
de mi familia.
En esos años la gente se encontraba los sábados o domingos en las misas de
las diferentes iglesias valeranas, a las cuales acudía de no muy buena gana
obligada por las Rosario.
Los domingos muy temprano en la mañana acudíamos a la capilla del Centro
Clínico María Edelmira Araujo, donde oficiaba el Padre Javier Sarrasqueta,
en donde siempre estaba la Señora Fajardo y varios médicos con sus familias,
recordando entre ellos al Dr. Lozada.
Para mí era una aventura la llegada de los domingos cuando mi papá me
llevaba a comprar cuentos y novelitas vaqueras en un kiosco que quedaba en
la esquina de la Plaza Bolívar del Señor Segovia, padre de mis buenos amigos
Cesar, José y Ricki como lo conocimos en el Rangel.
Muchos domingos comíamos el sabroso sancocho de Edicta Mora, famoso en
la ciudad y en ese recorrido acompañaba a papá a un cafetín en la esquina de
la calle 8 que recuerdo que tenía en el frente pintados unos burros vestidos de
charros mexicanos y unas sillas giratorias que era mi delicia dar vueltas en
ella.
Valera prácticamente no era muy grande y las personas hacían el recorrido a
pie, pero nunca faltaba quien le ofreciese una colita, ya que esa era la Valera
de la cordialidad, que lamentablemente se ha ido, para convertirse en la ciudad
de la basura, en donde nosotros mismos tiramos los desechos en la calle,
como precisamente hace pocas horas, vi de lejos a una persona arrojando la
basura en plena calle, sin importarle echársele frente a la casa de sus vecinos.
En aquellos tiempos existían los carros de Plaza, que no eran otra cosa que
taxis que te llevaban a módicos precios de cinco bolívares. Recuerdo un
taxista que era muy amigo de mi familia y que siempre le prestaba el servicio
de taxis a mis tias, que era el señor Mujica, muy amable y caballeroso.
Otro de los personajes típicos de aquella Valera que tengo que mencionar es a
la señora Betina Montiel, que vivía en las esquina de la calle 12 con Av. 10
que siempre andaba con una peineta que parecía el personaje de La Relicario.
Pero no puedo dejar de mencionar a su gran don de gente y simpatía. Hermana
de otro personajes llamado Miroclates Montiel.
Los sábados en la mañana era religión acompañar a mis tías a Lavoya, en el
recién Centro Comercial del Victoria de la mamá de mis amigos Alejandro y
Juan Carlos Peña Terán, en donde gozaba un puyero dando carreras por este
centro comercial, con estos dos amigos que me acompañaron en mis estudios
desde mis inicios en el Kínder Gabriela Mistral y los siete años del Salesiano.
Puedo cerrar los ojos y mi mente se traslada a esos tiempos de aquella Valera
que apenas se empezaba a expandir hacia la Urbanizaciones Plata I, II y III.
Al lado de mi casa paterna en la Av. 5 vivía un señor del cual siempre
guardare muchos gratos recuerdos y era Guillermo Viloria, persona de gran
cultura y un excelente lector, que me encamino por el placer de la lectura,
leyendo a corta edad libros como: Triangulo de las Bermudas de Charles
Berlitz, el Retorno de los Brujos de Louis Pauwels y Jacques Bergier, Cuando
las Piedras Hablan los Hombres Tiemblan de Rodolfo Benavides, El Oro de
los Dioses y Recuerdos del Futuro de Erich Von Dániken.
En la casa del “Capincho” Viloria; como lo llamaban sus amigos; se reunía
una elite de intelectuales de izquierda, entre los cuales puedo recordar a
Manuel Isidro Molina; reconocido periodista y Luis González.
El “Capincho” era tío de mis amigos Peña Terán y no faltaron días en que
compartimos en la casa de este personaje, que fue en mi vida de gran
importancia, prestándome libros de su gran biblioteca de la que era muy
celoso.
Era el señor Guillermo; como lo llamábamos Aura y yo; un gran amante de la
buena música tanto de grandes clásicos, como de música típica
latinoamericana como los Indios Tabajaras y el Inti Illimani, que muchas
veces nos grabó cassette para el deleite de mi hermana y yo.
Una excelente persona, como lo fue su esposa Carmen, de la quien tengo un
gran aprecio y reconocimiento.
¡Qué bonita era la Valera aquella!
El señor Guillermo Viloria no solo me incentivo en la buena lectura y música,
sino que me hizo apasionado de los documentales del explorador Jacques
Cousteau y su hijo Philip en el barco El Calipso.
Esos documentales los veíamos en el Cine Libertad y en el Auto Cine
acompañados de mi primo Humberto y de mi madre-tía Ana Rosario. Eran los
tiempos de aquella película muy taquillera llamada Tiburón y por supuesto el
explorador francés lanzó un grupo de documentales sobre los mares muy
interesante.
He podido ver algunos que he bajado por You Tube y reconozco la tarea de
estos investigadores en el barco El Calipso.
Debo hacer una reseña de lo que era el Auto Cine, que estaba situado en el
sector el Gianni, de la carretera Mendoza-La Puerta.
Era un gran espacio, con una gran pantalla en donde llegaba uno con el carro.
Se conectaba a un aparato con el carro para escuchar el audio y ver la película.
En ese cine pude ver “Siete Hombres y un Destino” “Un Puente Demasiado
Lejos” “El Búfalo Blanco” que recuerdo.
Valera en esos tiempos era una ciudad segura, donde las personas se visitaban
y uno lo llevaban a diferentes sectores de la pequeña ciudad a acompañar a
mis tías-mamás y mi padre.

Papá nos llevaba en la noche a los sectores de Plata II y III a casa de amistades
de él, igualmente íbamos a donde la madrina de mi hermana; la Sra. Daria
Labarca, en la Urb. Lazo de La Vega; quien siempre nos daba un suculento
pedazo de torta, como era la costumbre de esa época.
Recuerdo las sabrosas paledonias de la recordada Mama Ia; como le decía a la
Sra. Rosalía Bertoni; que siempre me obsequiaba, esa sabrosa torta, que más
nunca pude volver a comer paledonias tan deliciosas.
Mencionando la rica gastronomía valerana no puedo dejar de mencionar al
Restauran Tequendama del Miguel Peña, que era famoso por su ají llamado El
Betijoqueño, que contaba su dueño era buscado por los mismos presidentes de
turno, contando que hasta Rómulo Betancourt lo había mandado a buscar para
que lo ayudara como chef en las fiestas que se realizaban en Miraflores.
Los pastelitos de Rosa Sayago, que ricos eran, ese restaurante se encontraba en
la Av. 6 entre calles 12 y 13, fueron la delicia de todos los valeranos. Los
Ceprific que eran cepillados de frutas y los ricos helados de los Tres
Continentes nos volvían locos a los más pequeños y a los adultos también.
Esa Valera tenía su vida nocturna muy sana en donde uno podía disfrutar de
esos manjares que no eran caros.
Recuerdo de los helados de la Cimbali, situados en la calle 10, al lado del
Gran Detal, negocio del señor Alfonso Moreno que siempre se caracterizó por
su don de gente y gran caballerosidad.
Imposible dejar de nombra Auto Mercado La Democracia de mi recordado
compadre Diego Hidalgo que estaba situado detrás de la bomba de Cobrapsa,
que vivió hasta la avanzada edad de 105 años.
La Democracia tenía reparto a domicilio que era llevado en bicicleta a los
hogares de la pequeña ciudad que era Valera.
Mi recordado compadre era caracterizado por su amabilidad, del cual no tengo
sino buenos recuerdos, de parte de su esposa Herenia y de él con mi hijo Luis
Eduardo y con mi persona.
Así era la Valera que yo conocí en aquellos años 70. La ciudad que estamos en
el deber de recuperar para nuestros hijos. Una ciudad que a pesar de todo,
existía el orden y contaba con el cariño de sus habitantes.
Es necesario volver a la querencia por la tierra de Mercedes. Pero para amarla
hay que conocerla y para eso es necesario transitar por su historia, por
nuestra historia.
Ya que nuestra historia es la historia de las siete colinas.

HELADERIA LOS TRES CONTINENTES

LA ANTIGUA REDOMA

LA VALERA EN QUE NACÍ


Vine al mundo en el cuarto año del año sesenta, quedando huérfano a la tierna
edad de 7 meses, pero siendo criado por dos tías; Esther y Ana Rosario Magi;
que aunque no nacidas en la ciudad; eran oriundas de San Lázaro; pero se
sentían muy valeranas ya que desde muy jóvenes habían llegado a la ciudad.
Ellas me incentivaron el amor por esta tierra y conocí por parte del relato oral
muchas de las historias de la ciudad.
Pero no puedo dejar de recordar la Valera que conocí, las personas que trate,
que de una forma u otra, fueron parte de la formación como ser humano,
como escritor y amante de nuestra historia.
Recuerdo la Valera cordial, la ciudad de la caballerosidad. Evocó ciertos
personajes que fueron; para mí crecimiento como ser humano; ejemplo de
cómo vivir y comportarse en el maremágnum que es la vida.
En mi mente aparece la figura de Don Luis Godoy; dueño de un negocio que
se llamaba el Palacio del Niño; persona que siempre se destacó por su gran
don de gente. Acordarme de Don Luis, me lleva a la Valera del paseo
nocturno, “para ver las exhibiciones” como decían mis tías, que nos hacían ir
al centro caminando para ver las tiendas.
En esos tiempos tanto el Palacio del Niño y Trajes Godoy; propiedad de Luis
Godoy; gozaba de las mejores exhibiciones que lucía el centro de la ciudad,
que era el corazón comercial Valer.
Otra negocio que se destacaba era Casa Nava; otra tienda por departamento,
que estaba situada en la calle 9 entre avenidas 10 y 11, del señor Omar Nava,
siempre presto en atender a las personas que entraban a su negocio, con gran
cortesía y caballerosidad.
Esos dos negocios eran grandes tiendas por departamento en donde tenían
pisos para damas, caballeros y niños.
En eso dos baluartes del comercio valerano competían por ofrecer a todos sus
clientes las mejores mercancías.
También recuerdo; muy remotamente; la tienda de FABRECO, de Don Juan
Abreu, que se encontraba en el terreno de donde se encuentra el Centro
Comercial FABRECO.
No se puede dejar de mencionar al Sr. Romano Fontana con su Foto Disco, en
donde se podía encontrar lo último en equipos audiovisuales y cámaras
fotográficas, con la atención personalizada de su dueño y de su esposa Ana.
En ese recorrido que hacíamos con mis tías, llegábamos al frente de la Plaza
Bolívar en la Av. 11 en donde se reunían un grupo de valeranos, mamadores de
gallo que se apodaban CIVA, Comité de Investigación de Vidas Ajenas, entre
ellos recuerdo al Dr. Mujica y al Sr. Perucho Rueda, que era el dueño de la
casa en donde se reunían el club de echadores de bromas.
Más arriba de ese sitio, se encontraba el Cinelandia, en donde uno veía las
sabrosas películas mexicanas de los luchadores enmascarados como lo eran El
Santo, Blue Demon, Huracán Ramírez, además de las recién estrenadas
películas de kung-fu y Western spaguetis.
Ese cine popular contaba con sesiones los domingos desde las 10:30 a.m. a las
3:30p.m. 5.30 p.m. 7:30 p.m y de 9:30 p.m y de lunes a sábado desde las 5:00
pm en adelante.
Otro cine que visitábamos en ese tiempo era el Cine Libertad, en donde
íbamos a disfrutar películas más recientes de cartelera.
Al pasar los años y ya siendo un adolescente existían en la ciudad el Cine
Valera; en la calle 8, el Cine Delicia; en la Av. 14, sector Lazo de La Vega, el
Cine Plaza, en la calle 8 con Av. 4, en la entrada del Barrio El Milagro y el
Cine Avenida en la Av. 6 entre calles 17 y 18.
Otra de las tradiciones que conocí en la ciudad de Valera, fueron las famosas
retretas de los domingos, en donde la familia valerana acudía a escuchar la
banda municipal entonar música para el deleite de todos.
Lo que hay resaltar de esos tiempos es que la ciudad no tenía problemas de
inseguridad y veíamos a los policías de casco y polainas blancas que recorrían
el centro de Valera en parejas.
En mi recuerdo aparece cada 15 días que me llevaba mi tía-madre Esther
Rosario a la Barbería Ciro, en donde mi amigo Hugo Pierantozi, quien con su
paciencia increíble me cortaba el pelo.
Según me decían; al pasar el tiempo; eran apoteósicos los escándalos que yo
hacía cada vez que me cortaban el pelo.
Me contaban un día que era tanto el escándalo que yo tenía, que mi tío Pedro
Rosario; dueño del Almacén Royal, que quedaba al lado de la barbería, se
acercó para ver si era un niño que mínimo le habían cortado una oreja, cuando
se consigue a su flamante sobrino armando tremendo escándalo.
Pasaría el tiempo y la sabia Esther Rosario, con su conocimiento de
educadora, logró domar mi llanto con un carrito que vendía el amigo Fontana
y el paciente Hugo; con su don de gente; me regala una chupeta que alejaban
el llanto de mí.
Razones que hicieron que con el tiempo pidiese que me llevaran cada rato a
cortarme el pelo, con un corte yanki, que le dejaban un copete a uno y las
sienes rapadas.
Hugo Pierantozi, fue mi barbero por más de 25 años y a pesar de irme de esta
ciudad, cada vez que venía iba a cortarme el pelo y a disfrutar de su amena
amistad.
También recuerdo al hermano de Hugo; Erasmo; gran amigo de mi juventud,
con quien compartí muchas horas de conversación, cada vez que me cortaba el
pelo. Un gran caballero, un gran hombre, como su hermano.
Otra de las cosas que pasan por mi mente es la Valera de las visitas cordiales,
que se daban en las noches, en donde con mis tías recorríamos las casa de
amigos y vecinos, de quienes recuerdo a Doña Braulia Viloria, Alicia y Ligia
Jelambi, Luisa Febres, Marina González; hermana del escritor Adriano
González León, la familia Plaza, la Señora Carmen Mejía, la familia Lobo,
entre otras.
En esas sabrosas tertulias los visitantes era obsequiados con ricos quesillos,
gelatina, majaretes, muchas veces acompañados de un rico café y galletas
dulces para los más pequeños.
Las nuevas generaciones les será difícil imaginar, como eran los carnavales en
la ciudad de Valera. Cada barrio, urbanización o sector, elegía una reina y
establecía una comparsa.
En los colegios y liceos el viernes antes de las fechas de carnaval se hacía una
fiesta en donde uno se disfrazaba y gozaba un mundo lanzándose papelillos y
serpentinas.
Recuerdo los carnavales del Kinder “Gabriela Mistral” que nos obsequiaba la
señorita Esther, mi tía, que de esa forma era conocida por sus alumnos.
Lo que era lunes y martes de carnaval acudíamos a los famosos carnavales de
la Urb. PANYGON, realizados por la conocida Nena Medicci, de quien
siempre mantendré gratos recuerdos y una gran amistad que traspasaron mis
tías.
Llega a mi mente aquel gordito vestido de mosquetero, en enconado duelo con
otros niños mosqueteros, que recuerdo entre ellos a los hermanos Carlos y
Alfredo Romero y a los hermanos Hiram y Juan Carlos Peña Terán, combates
que eran interrumpidos por el llanto de algunos de los espadachines que se le
quebraba la espada.
Para mi fueron muy significativos los recorridos de mis tías por las calles
valeranas a las diferentes misas sabatinas, verdadera pesadilla para mi
hermana y para mí.
Recorríamos desde la Iglesia San Pedro; del Padre Juárez; pasando por la
Iglesia San Juan Bautista, del Padre Juan de Dios Andrade y del recordado
Heberto Godoy, de la Iglesia El Carmen, del Padre Javier Sarrasqueta, pasando
por las misas dominicales en el Centro Clínico María Edelmira Araujo,
realizadas por el párroco de la Iglesia El Carmen.
Con tanta rezadera no sé cómo mi hermana y yo no fuimos canonizados y todo
esto regado por los Rosarios larguísimos de nuestras tías madres, que para
susto nuestro se quedaba dormidas y hacían muy extensas las horas de rezo.
Los domingos, mi papá; Jesús Rosario Magi; me llevaba al Cuerpo de
Bomberos, que quedaba en La Marchantica, comandado por el Tcnel. Ramón
Mendoza y recuerdo a su famoso perro Coco de Fuego, que salvo al jefe de
los bomberos al ser atacados por un caimán en los pantanos de la zona baja.
Para mí era un placer montarme en el carro de bomberos y tocar la campana.
Recuerdo al Dr. Gómez Chiquito, al Capitán Carlos Pineda, además de al
pasar los años a la buena amiga y prima Tania Mendoza.
Al pasar los años y mi hermana Aura se convertía en una adolescentes, tuvo
mi padre la brillante idea de encomendarme la tarea de guardaespaldas de ella
en la primera fiesta que ella como joven había sido invitada.
Fui con la tarea encomendada por mi papá y los tremendos amigos de mi
hermana me obsequiaron de una bebida muy dulce, que tome en gran cantidad,
que no era otra cosa que Anís El Mono y eso produjo en mi tremenda pea, que
todavía hoy en día al oler anís recuerdo esa tremenda borrachera que me dio.
En los años 81 y 82, un grupo de amigos, nos empezamos a reunir en la
esquina de la Av. Bolívar con calle 16; donde quedaba Valera Motors, ahora
Banco Provincial; sector que llamábamos Los Pinos, por un edificio de ese
nombre.
En esa zona vivían el fallecido Ernesto Vergara; mejor conocido como
Pinguiñoño y Rafael Añez, desde allí preparábamos las serenatas que
llevábamos a amigas y novias, dirigidas por Leandro Canelón, mi recordado
compadre, fallecido hace 10 años, Rafael Baptista; que yo apodaba Gardel y
ahora destacado Lcdo. Del SENIAT; y el Abg. David Cestari.
Que bonitos recuerdos me trae ese sitio, cada vez que paso por allí, recuerdo
tantas cosas vividas, muchas anécdotas, alegrías y tristes recuerdos de amigos
que ya no están.
Para nosotros muchos años nos reunimos en ese sector, de los cuales recuerdo
a Luis Emilio Muñoz, Enrique Viloria, Javier Viloria; ahora reconocidos
médicos trujillanos; Miguel Valero; Gerente de CORPOELEC, Javier
Jaramillo, Alejandro Barrios, el T.S.U Gabriel Avendaño , Ing. Francisco
Valero, el Alguacil Wilmer Viloria y mí persona.
Cercano al Edif. Los Pinos existía una arepera en donde ví un duelo de quien
comía más arepas, entre el gordo Ernesto Vergara y el Flaco Rafael Añez en
donde cada contendiente degusto más de 10 reina pepiadas, siendo ganador el
más delgado de los contendientes.
Muchas horas compartimos en ese sitio en donde preparábamos las serenatas
para nuestras amigas y novias y la del día de las Madres, en donde
obsequiábamos a nuestras madres con nuestro canto en donde comenzábamos
con la canción “Perdóname” de Camilo Sexto, hasta que cada uno escogió su
camino y el sitio donde nos reuníamos “Los Empinacodos de Los Pinos”;
como nos apodábamos; quedaría en nuestro recuerdo.
Con el pasar de los años llega a mi mente las idas al Jardín de Las Acacias con
mis buenos amigos Leandro Canelón, Enrique Viloria, Miguel Valero, Wilmer
Viloria y Javier Jaramillo.
Si mal no recuerdo ese establecimiento era propietario Ramón Alfonso
Valecillos, quien presentaba música en vivo, de los cuales recuerdo a cantante
de música mexicana Genis Matheus, Celi Bi, el Payaso Tuqui Tuqui y los
diferentes tríos de guitarra que en los finales de los 80 y principios de los 90
escuche con el recordado amigo Napoleón Jiménez.
De la vida nocturna valerana; ya convertido en un yo en un joven de 22 años;
recuerdo la Gran Cervecería; situada en la Av. 6, con sus famosos pastelitos
que deguste con Miguel y Wilmer, las sabrosas parrillas en las tertulias con
Napoleón Jiménez y Marcos Ribas.
En las madrugadas valeranas nos situábamos al fin de nuestro recorrido etílico
por la Av. 6 entre calles 5,6 y 7 en las Areperas Mata Perro en donde
degustábamos la arepa rellena de mortadela, caraotas, queso y mayonesa.
Un sitio de obligatoria visita del valerano era la Casa de las Hamburguesas en
donde los valeranos cambiamos las arepas “mata perros” de la Av. 6 por la tan
mencionada comida chatarra.
No puedo dejar de mencionar La Terraza; que visitaba cada vez que venía del
Zulia a disfrutar de la crema de cebolla y las rubias bien frías.
Recuerdo la Discoteca The Factory en donde bailábamos hasta bien entrada la
madrugada con amigas y novias, Pizas al Horno en la parte baja de las
Residencias Murachi.
En el Centro Comercial EDIVICA recuerdo el Bodegón del Caudillo y La
Verna, desde donde veíamos las carreras de bicicletas de la forma más cómoda
posible.
Recorren mi mente aquellas noches valeranas, en donde a pie uno compartía
con los amigos y amigas siempre de una forma sana en donde la alegría era la
orden del día.
Al hablar de esos recorridos por la ciudad junto a amigos y amigas no debo
obviar las famosas carreras de bicicletas que se daban en la Av. Bolívar en
donde compartíamos con Lisbeth Africano, Xiomara Ocanto, Yanire Peña.
En la famosa Vuelta a Trujillo en la cual participe desde pequeño, cuando me
llevaba mi padre; fanático del ciclismo; en donde vi al famoso Vicente
Laguna lucirse pedaleando con fuerza, obteniendo grandes triunfos.
En los años 80 en el C.C. Darca se encontró la tienda Arizona de mi sensei de
Kung-Fu; Domingo Ángulo, en donde podíamos comprar las botas tejanas y
las camisas leñadoras que eran prendas de vestir de obligatorio uso.
Ya la Valera que conocimos no es la misma y no ha cambiado para mejorar.
Nuestra tierra se convirtió en una tierra fría, donde la descortesía y la envidia
pueblan nuestro terruño.
Cuando recuerdo la Valera que viví, en mí surge diferentes interrogantes
como: ¿Que nos pasó? ¿Porque cambiamos tanto? ¿Que se hizo la Valera que
conocimos?
Creo que cercano a su Bicentenario debemos intentar volver a lo que fuimos y
ese es el homenaje que debemos darle a aquella tierra de Mercedes Díaz.

PANADERIA

GIACOMINO, EN LA AV 6.

AV 11 EN LOS AÑOS 70

MI AMIGO EL PADRE PEDRO JUAREZ


Olvidarlo imposible. Recordar la Valera que conocí, es impostergable dejar
de mencionar al Padre Pedro Juárez, párroco de la Iglesia San Pedro.
Recuerdo su figura vestida de negro, con su sombrero y paraguas, recorriendo
las calles valeranas.
Lo conocí de siempre, desde que tenía uso de razón. El Padre Juárez era amigo
de mi familia y por ende amigo mío, con quien compartí horas de
conversación, con su clara simpatía y don de gente.
El Padre Pedro era un gran conversador que me hizo vivir interesantes tertulias
junto a mi tío Pedro Rosario Magi, otro gran conversador sobre la antigua
Valera, quien me sembró el interés por la historia de esta tierra.
Muchas veces acudí con mis tías; Ana y Esther Rosario Magi; y mi hermana
Aura a sus misas sabatinas y siempre se dirigía a ellas en plena misa
llamándolas por sus nombres y preguntándoles sobre el sermón que acababa
de decir.
Cuando las Rosario llegaban tarde a la misa sabatina o había una misa de
matrimonio y ellas trataban de retirarse, el Padre Juárez las llamaba por sus
nombre para que no se fueran, muchas veces en pleno matrimonio
suspendiendo el acto para llamarle la atención a estas damas trujillanas.
De la misma manera cuando ellas se sentaban muy atrás de los puestos, el
Padre las llamaba por sus nombres para que se sentaran en los primeros
reclinatorios.
Mis tías pasaban trabajo, pero muchas veces acudían a esta iglesia y a la casa
parroquial de visita a sus hermanas Chepina, y Flora, de quien gozaban de su
amistad.
Recuerdo al Padre Juárez sacando de la Plaza San Pedro a paraguazo limpio a
las sectas que un día la invadieron promocionando la figura de un tal hermano
Miguel.
No tengo dudas de que el Padre Juárez fue un gran personaje valerano,
personaje de aquella Valera del respeto y de la caballerosidad.
Evoco que el Padre Juárez era un gran defensor de la moral y las buenas
costumbres evitando que a su templo acudieran mujeres con los brazos
descubiertos y menos con faldas cortas.
El presbítero era muy tradicionalista y era acompañado por su hermana
Chepina en un órgano con canciones en latín.
Lamente mucho su muerte en el año de 1992 y acudí a sus exequias,
enterrando a un gran amigo y personaje importante de aquella tierra de
Mercedes Díaz.

FOTO 1: EL PADRE PEDRO JUAREZ, RECORDADO SACERDOTE,


PARROCO DE LA IGLESIA SAN PEDRO.

FOTO 2: MI BUEN AMIGO “EL NEGRO” FRANCISCO ABREU


LABASTIDAS

ANTIGUA REDOMA

DESDE LA
IGLESIA SAN JUAN BAUTISTA

Evocando mis recuerdos


EL KINDER GABRIELA MISTRAL
¿Cuando conocí el Kinder Gabriela Mistral? Siempre, desde que tengo uso de
razón. Una de mis madres de crianza fue su propietaria Esther Rosario Magi.
Quedamos huérfanos de muy poca edad, mi hermana Aura de cuatro años y yo
de un poco más de siete meses y Esther y Ana se hicieron cargo de nuestra
crianza.
Así que desde muy pequeño, estuve en esa casa de estudios de educación
inicial, gozando de ser el hijo de la directora del plantel, que muchas veces no
eran tan ventajosa la cosa, ya que Esther Rosario era muy rígida y exigía que
tanto mi hermana y yo tuviésemos el mejor de los comportamientos, que
sirviéramos de ejemplo para los demás niños, siendo muy rígida con nosotros
pero dándonos mucho amor.
Recuerdo un pito que ella usaba, que todavía lo conservó, con que nos llamaba
al orden, cuando jugábamos sin acatar la disciplina que nos daban.
Evoco las mañanas de música acompañados por el recordado hijo adoptivo de
la ciudad; el profesor Alberto Reixrth en el piano, en donde nosotros
cantábamos las canciones infantiles escogidas por la señorita Esther, como la
llamaban los otros niños.
Tengo entendido que el Kinder Gabriela Mistral, en honor de la poetisa y
maestra latinoamericana, duró por varias décadas, en donde estudiamos
muchos niños valeranos.
Recuerdo como compañeros de clase a Alejandro Peña Terán, a la excelente
médico Fanny Terán, Ing. Ruth Castañeda, abogado David Cestari, a Armando
Vásquez, entre otros. He conocido personas que estudiaron en el kinder como
mis primos Armida, Alma y Humberto Rosario Díaz, el buen amigo Ing.
Carlos Gil , la destacada bailarina Blanca Reichat y las compañeras de mi
hermana; María Gabriela Abreu, Betania Dubuc, Beatriz Godoy, Ana María
Uztariz, Marianela Senior; nombrando algunas de ellas.
En esa escuela estudiábamos hasta el segundo grado, pasando por dos kinder,
un preparatorio, primero y segundo grado, en donde aprendíamos a leer, a
sumar y a restar.
Todavía guardo fotos de los grandes actos que se realizaban el día de las
Madres y el del fin de año Escolar en el Ateneo de Valera, en donde brillaban
los bailes y las coreografías de la recordada profesora de baile mexicana
Adelina Santana, la cual homenajeo a Esther Rosario en los años 81 en el
Ateneo de Valera, antes de partir a su tierra natal, de la cual no volvimos a
saber de tan destaca persona.
Tuve como maestras, que recuerdo, a la Señora Adalivia Ávila de Cestari de
kinder, a la señoritas Gladys; mi maestra de Primer Grado, a Rosario Nardone
de Segundo Grado, quienes nos llenaban de amor en todo el año que
estuvimos con ellas.
Nosotros pasábamos todo el día en ese instituto de educación inicial y
merendábamos con un vaso de leche y unos paquetes de galletas de soda en la
tarde, ya que el horario era desde las 8:00 a.m a las 11.30 a.m y de 2:00 p.m a
5:00 p.m
En el grupo de padres y representantes que se destacaron en esa época
tenemos a los doctores Díaz Castañeda y Jacob Senior, quienes fueron grandes
colaboradores del Kinder.
El Gabriela Mistral se encontraba situado en la calle 9 en la antigua avenida 8,
si mal no recuerdo.

Cuatro años pase de mi infancia en esta casa educativa, de donde salí para
continuar mi estudio de primaria en el Colegio Salesiano.

ALUMNOS DE KINDER GABRIELA MISTRAL EN UN ACTO DE FIN


DE CURSO.

FOTO 1: MI MADRE DE CRIANZA ESTHER ROSARIO MAGI,


DIRECTORA DEL KINDER GABRIELA MISTRAL.

FOTO 2: CARNAVALES EN EL KINDER GABRIELA MISTRAL.






LA
PUERTA
DE
ANTAÑO

KUNG
FU EN

VALERA
Cada vez que escucho la canción de Carl Douglas; Kung Fu mi
mente viaja en retrospectiva a los años 74 al gimnasio del buen
amigo Domingo Angulo, en donde tuve el privilegio de ser
entrenado por su persona como un grupo numeroso de niños de esta
urbe valerana.
El gimnasio del Sifu Angulo quedaba en la Av. 11 con calles 13 y 12
en donde puedo recordar a Gustavo Márquez, Fredy Flores, entre
otros; que eran alumnos aventajados del maestro de Kung Fu, al
Chino Johnny; Chef del primer restaurant chino en la urbe de
Mercedes Díaz.
Estos jóvenes eran dedicados atletas de las artes marciales y evoco a
Fredy Flores como realizaba ejercicios pliométricos y lograba
saltar a alturas consideradas.
Recuerdo esa casa con un patio trasero grande en donde el sifu
Angulo nos daba las clases que empezaban a las 4 de la tarde y
terminaban dos horas después; horario infantil y a partir de las seis
para adultos.
Parece que fuese ayer cuando entrenábamos con la presencia férrea
de Angulo, en donde no me destacaba precisamente por ser uno de
sus más aventajados atletas. Pero no puedo negar como ese arte
marcial y las enseñanzas de Angulo serian importantes en mi
camino hacia la adolescencia.
En esos tiempos estaba muy de moda; había muerto hace poco; la
figura legendaria de Bruce Lee y sus famosos “chacos”; como los
llamábamos o nunchacos que hizo que los manejáramos tratando de
emular la destreza de esta gran figura de las artes marciales.
L a figura de Angulo paseaba por el patio central con un kimono
negro, vigilando que realizáramos con perfección los movimientos
de este arte de combate chino.
Domingo Angulo se inició en las artes de combate en Caracas, con
el judo, en el año 66. Llegando a la urbe valerana en los años 70 y
fundando una escuela de artes marciales; junto a Vladimir Terán; en
la Av. 10; enfrente de la vieja Casa del Luto; al lado de la Clínica
María Edelmira Araujo en donde se compartían tres especialidades
de combates, como lo eran el Karate, Judo y Kung-Fu, dirigido por
Terán.
De allí va creciendo la idea de la formación de la Asociación y
posteriormente empiezan a entrar otras especialidades de las artes
marciales como el Full Contact, el boxeo patada.
Para los años 80 se estructura la Asociación de Karate en la cual
participaron, Vladimir Terán, José Tahan, Ing. Davinsón Matos y su
persona.
En esos inicios de las artes marciales en Valera, la gente no los
aceptaba ya que en ese tiempo estaban la moda de las películas de
Kung-Fu y los padres decían que eso era mucha violencia para los
niños, desconociendo en su totalidad la disciplina y la doctrina de
las artes marciales y había que conversar mucho con los
representantes cuando iban a inscribir los niños hasta que de una vez
por todas fue aceptadas que era un sistema educacional que tenía sus
normas como disciplinas y servía para la defensa personal
De la misma forma puedo recordar al buen maestro de Judo y Jiu
Jitsu; compadre de Domingo Angulo; Wladimir Terán. Que primero
con su gimnasio el Puño Valiente que estaba situado en la Av. 6
entre calles 7 y 8 y después en la Gran Fraternidad Universal
situado a una cuadra más abajo de la Plaza Bolívar.
Recuerdo que los lunes, miércoles y viernes entrenábamos Judo y
los martes y jueves Jiu Jitsu. Prefería las clases que nos impartía
Terán los martes y jueves ya que para mí era imposible realizar
aquella caída que llamaban la “vuelta de carnero”.
De esa época no puedo dejar de mencionar al buena amigo Marrero,
Márquez, Humberto Zambrano, hermano de los pioneros del
levantamiento de pesas en la ciudad y destacado tenor
latinoamericano.
Sin lugar a dudas Angulo y Terán serían los pioneros en las artes
marciales en la ciudad, destacándose de la misma forma el
recordado Pedro Torres, Alfonso Laurenti, en Karate, Arnoldo
Bolívar en las décadas de los 70 y 80 en Judo.
Hablar de la historia de las artes marciales en la ciudad de Valera, es
necesario mencionar al igual que a Domingo Angulo a Vladimir
Terán, un hombre que se adelantó al tiempo y hoy cuando las Artes
Marciales Mixtas (MMA) llenan un espacio importante en el
mundo de los deportes de contacto, este maestro y estudioso de las
artes de la “mano desnuda” desde los año 70 con sus diferentes
gimnasio, hizo leyenda en los que nos apasiona este estilo de vida
de las artes de combate.
Comenzó en Cabimas con el boxeo, luego conocí a un italiano;
llamado Piero Pietri; que practicaba lucha y le habló de que este
arte de combate que era mejor que el boxeo, ya que se podía patear,
usar las manos y realizar llaves y proyecciones, luego en Punto
Fijo se inscribió en una escuela de Lucha con el Campeón Nacional;
Cenelón Díaz; compitió internamente entre clubes, nunca participo
en campeonatos nacionales ni internacionales.
En Caracas, empezó a investigar sobre un arte de combate y
defensa que fuese efectivo, visitando varias escuelas de Karate, Tae
Kwon Do y luego se presentó en la escuela del Maestro Jorge Lugo
en el año 63 y se inscribió, estaban practicando el Judo y el Jiu Jitsu,
compró el uniforme y empezó a entrenar por dos años y medio
donde obtuvo el cinturón negro y de allí se fue para la escuela de
Kung Fu del Maestro Shu Wen Tag, donde comencé con el
entrenamiento. Al tiempo cuando hacía combate aplicaba las
técnicas del Judo, con las proyecciones y llaves.
Empezó a preguntar que era ese arte de combate y les comentaba
que era Judo y Jiu Jitsu, que no era mejor que el Kung Fu pero si
uno lo combina siente que es más agresivo todavía.
Estuvo un tiempo practicando ese arte del Karate Chino y luego se
vino a Valera donde en el año de 1973 montó su primera escuela
de Artes Marciales de Judo, Jiu Jitsu y Kung Fu, con técnicas de
Boxeo e hice una mezcla de todo y tuve muchos alumnos que
pasaron de 400.
Desde ese tiempo se mantuvo entrenando y recuerda que una vez
organizó un campeonato en donde les llegó un muchacho
dominicano que se llamaba Casimiro; no recuerdo su apellido; que
era profesional en el Kick Boxing o Boxeo Patada, tuvimos un
seminario con él y después organizaron un campeonato que se hizo
en Escuque en el año 80 y en ese tiempo les colaboró el difunto
Sensei Pedro Torres en donde vinieron a competir de varios estados
como Lara, del Táchira y del Zulia.
Tuvo cuatro gimnasios aquí en la ciudad, cuando se mudaba de
casa; porque necesitaban el inmueble; organizaba uno en otra parte
de la ciudad. También estuvo en la Gran Fraternidad Universal,
donde tuvo como maestro al difunto Ramiro Tijerina que era un
Yoga y experto en Tai Chi Chuan; arte marcial milenario de
relajación que reduce el estrés y la ansiedad al tiempo que mejora la
flexibilidad del cuerpo y el equilibrio con la mente; e instructor de
Judo. Con él intercambie técnicas. Aprendió con el Maestro
Tijerina el arte de la Acupuntura y los Masajes con Presiones y
Deportivo que se aprende con el Judo que se llama Watsu.
Al pasar los años ese aprendizaje realizado con Angulo y Terán me
haría continuar entrenando por mi cuenta para salud las artes
marciales, que me apasionaron desde esa época y ahora en la eterna
búsqueda de la longevidad me hace día a día recorrer este camino
que mis grandes amigos y maestros me llevaron a recorrer.




FOTO 1: WLADIMIR TERÁN Y
DOMINGO ANGULO.
FOTO 2: CON SUS ALUMNOS.

LAS FERIAS QUE


VIVÍ
Recuerdo las ferias en Valera en los
meses de julio en el Parque
Exposición “Pedro Alarza Jugo” en
donde compartíamos varios días de
diferentes actividades en donde
disfrutamos desde toros coleados,
exposiciones de caballos de paso, de
ganado vacuno y en la noche
bailábamos en los diferentes templetes
y en la Fuente de
Soda La Ganadera
con las diferentes
agrupaciones de
música llanera,
además en el
Parque Exposición
se daban diferentes
exhibiciones de la
industria y del
comercio valerano.
La primera
actividad que
participábamos era
el Gran Desfile de
los centros culturales que eran dirigidos por la mano sabia de nuestro amigo
Alfredo Matheus, que brillaba por lo hermoso del espectáculo, con diferentes
carrozas que competían por la dedicación de sus realizadores.
El desfile partía del Parque Los Ilustres hasta el Parque donde se realizaba la
feria.
Detras del desfile venia la gran cabalgata en donde participaban buenos
amigos como los hermanos Juan Carlos y Ricardo (+) Alarza, los Vetancourt,
los Palma que se destacaban como grandes coleadores en las tardes de toros
coleados que empezaban ese día desde la tarde hasta bastante entrada la noche.
Con el desfile, bajábamos a disfrutar del espectáculo y de la programación
que duraba cuatro días con mis compañeros de “parranda” que eran Miguel
Valero; mi compadre y Gerente de CORPOELEC; el Alguacil y hermano de
crianza; Wilmer Viloria; el Abg. David Cestari; el recordado Leandro Canelón,
el Lcdo. Rafael Baptista, el TSU. Felipe Di Toro y Luis Emilio Muñoz (a)
Lucho, entre otros.
Los días siguientes desde los toros coleados empezábamos a disfrutar de esas
festividades que por muchos años se realizaron en nuestra querida ciudad.
Muchos recuerdos llegan a mi mente de aquellos tiempos de los cuales cierro
los ojos y me transporto a esas festividades, cuando adolescentes acudíamos
con nuestras novias a los carruseles que eran otras de las diversiones que
ofrecían esas coloridas festividades.
Es pertinente recordar que estas celebraciones eran dirigidas por el Patronato
de Exposiciones Ferias y Fiestas de Valera, que había sido creado por el
Concejo Municipal de Valera, presidido por el Dr. Jacob Senior en el año de
1967.
Este Patronato está integrado por representantes de todos los sectores del
Estado y era regido por una ordenanza y era presidido por un Consejo
Directivo.
Lamentable que estas festividades fueron suspendidas y más nunca se
celebrarían.
Ya el Parque Exposición “Pedro Alarza Jugo” ya no es sino el recuerdo,
quedando de sus instalaciones el fantasma de lo que alguna vez fueron.
Lamentamos que aquella ciudad que conocimos se haya ido, debemos hacer
volver a la tierra de Mercedes a aquellos tiempos en donde las siete colinas
eran ejemplo de desarrollo y de futuro prometedor.

FOTO. RESTAURANT CASA VIEJA EN LOS AÑOS 80



AQUELLA VALERA
DE LOS AÑOS 70

TRANSITANDO POR “EL RAFAEL


RANGEL”
Todos los recuerdos de mi vida se juntan, cuando evocó los mejores tiempos
de mi existir, que fueron los días en que transite por el Liceo Rafael Rangel,
aquel liceo en donde conocí muchas de las mejores personas que han
compartido mi vida.
Llegue a esa institución cuando decidí estudiar humanidades; estudios
necesarios para los que nos dedicaríamos a estudiar carreras humanísticas y yo
para ese tiempo pensaba estudiar Derecho, carrera que no concluí, pero que
agradezco a la vida, ya que me dedique a una profesión que me apasiona como
lo es el periodismo y la escritura y que puedo decir que me ha dado grandes
satisfacciones.
Como iba narrando llegue a ese liceo en el mes de octubre del año 80, para
cursar el 4° año de humanidades. Entre a esa institución, acompañado por un
amigo de mi niñez llamado David Cestari; ahora un destacado abogado que
vivió muchos años en Mérida, ejerciendo esta noble profesión, el cual llevo
tiempo que no veo, pero del cual guardo unos recuerdos muy bonitos de su
amistad.
David y yo veníamos de una educación muy rígida en el Colegio Salesianos y
al llegar al Liceo “Rafael Rangel” el primer día, fuimos a buscar la
formación, igual que hacíamos en el plantel del cual veníamos, en donde
hacíamos fila y los curas con nuestros profesores, nos hacían cantar el himno y
hasta rezábamos.
Pero Cestari y yo; como dice el dicho; cuando vayas a Roma has lo que
vieres, entramos al aula en donde recibiríamos nuestro primer día de clase.
Cual sería nuestra sorpresa al pasar por la puerta y que ya todos estaban
sentados en sus pupitres y la gran mayoría eran muchachas.
Si amigos y amigas así como lo leen, puras mujeres y tres varones, que si mal
no recuerdo se llamaban Omar Briceño, Juan Manuel y Nafis Naun Pacheco.
Para nosotros fue un gran choque ya que nunca en nuestra vida habíamos
estudiado con hembras.
Así como se oye, nunca habíamos estudiado con muchachas y eramos;
aunque no lo quisiéramos reconocer; algo tímidos.
Para completar la profesora nos hizo decir nuestros nombres por orden de
llegada y de puesto. David y yo, nos había sentados de últimos y causo risa y
sorpresa en las muchachas cuando nos presentábamos tocándome a mí y al
decir mi apellido que era de la misma forma un nombre de mujer.
Pero eso no fue motivo para que desde ese momento hiciésemos amistad con
las compañeras. Recuerdo que las primeras que trate fue a Xiomara Ocanto,
Gladys Stela Duarte y Patricia Contreras, excelentes personas con las cuales
todavía al pasar los años me une una gran amistad.
Ya para esa época por intermedio de una vecina ya amiga de la calle 15, entre
avenidas 5 y 6, Yakinaira Castro Lucena y de terrible y recordado
“Pinguiñoño” Ernesto Vergara, había conocido a mi hermano Wilmer Viloria y
a mi compadre Miguel Valero y ya no nos sentíamos fuera del ambiente del
liceo en donde recién comenzábamos nuestros estudios.
A ese grupo de estudiantes de humanidades; Miguel y Wilmer, estaban en 5°
año de ciencias; se nos unió Ricardo González alias El Corroncho, que
siempre nos amenizaba el día con un cuatro, cantando canciones venezolanas
como Soberbiamente, un gran repertorio de Los Panchos y las rancheras de
Javier Solís.
Ayudando Ricardo, a que desde esa época nos hiciéramos fanáticos de las
rancheras que interpretábamos acompañados por el cuatro de nuestro amigo.
También éramos visitados por mi fallecido compadre y hermano Leandro
Canelón, que ya para ese tiempo estaba comenzando la carrera de Ingeniería
Mecánica en el NURR en la ciudad de Trujillo. Y por Rafael Añez, vecino del
Edif. Los Pinos en donde nos reuniríamos con el grupo “Los Empinacodos”.
Junto a nuestras amigas y amigos nos sentábamos en una especie de tanque, en
las horas que teníamos libres, uniéndose a nosotros el buen amigo y profesor
Ramón Castillo, a quién le debo la pasión por la historia que este excelente
docente sembró en mí.
También recuerdo, otra de las personas que me hizo crear otra de mis grandes
pasiones, a Susana Quintini; docente de Castellano y Literatura; integrante en
estos tiempos de Voces de la Ciudad y docente de la Universidad Valle del
Momboy, de quien guardo recuerdos de sus enseñanzas y esa pasión por la
literatura que ella que traspaso. Ramón Castillo y Susana Quintini fueron los
primeros docentes que conocimos en esa prestigiosa casa de estudios.
Un buen día se me acerco a mí una profesora que era la encargada de los
asuntos especiales y culturales del liceo que no era otra que ese gran ser
humano que fue Zoraida Herrera de Hernandez. A ese excelente persona le
debo el nacimiento de mi hijo Luis Eduardo, ya que en su gestación presento
posibilidades de una aborto y Zoraida con sus oraciones y vibra positiva hizo
que la madre del niño dejara el sangramiento que la estaba aquejando. Ella era
Mahikari, practicante de una filosofía oriental bastante completa y positiva.
Al mismo tiempo contábamos con profesores de gran calidad como lo eran la
Profesora Mireya Urbina, de Historia del Arte, el Padre Ricardo; párroco de
la Iglesia San José; docente de Latín, nuestra profesora de inglés; del cual
ahora se me escapa el nombre, el Presbítero Heberto Godoy, amigo de mi
familia y que producía hilaridad en mis compañeros cuando me llamaba:
Rosario, vaya pa allá, Rosario hable francés, Rosario haga esto, haga aquello.
El Padre Godoy duro solamente pocos meses dándonos Fránces, siendo
sustituido por un joven barbudo, con unos lentes tipo John Lennon llamado
Roberto Minardi; profesor que junto a Susana, a Zoraida y a Ramón Castillo
se convertiría en un amigo más de ese grupo de jóvenes que poblamos esos
pasillos del “Rafael Rangel”.
Cuando iba a las clases de Educación Física dirigidas por la Prof. Ángela
Delgado a mí me daba pena andar en short y eso hizo que no acudiera más,
también debido a lo sencillo de los ejercicios ya que llevaba varios años
haciendo ejercicios con pesas y calistenia.
Existía otro profesor de Educación Física al que apodábamos “Rocky” por la
primera película del actor norteamericano, ya que el docente hacia a sus
alumnos trotar en todas las clases.
Al llegar el mes de diciembre los tremendos muchachos soltaban
tumbarranchos en los baños y atronaban los pasillos del “Rafael Rangel”.
En nuestras horas de recreo era de obligación visitar la cantina del liceo de
Erlinda, aquella amiga que muchas veces nos fiaba, con ese cariño y aprecio
con que nos llenó esta gran mujer valerana, que con todo y los años que han
pasado, no dudo que ninguno de los rangelianos la dejemos de recordar.
Al pasar los meses conocería grandes amigas de las cuales puedo mencionar a
Lisbeth Africano, Lorna Guerrero, Trina Salas, Glenda Madonado, Beksy
“La Maracucha” y Gaby, las inseparables amigas, Isbelia Useche, Yoli Torres,
Zuly Contreras y la famosa Norma Matheus, aguerrida abogado radicada en el
Zulia, Moraima Simancas, Thais Valero, Norma Colmenter, Ledys
Hernandez, Irene Rojas, Nancy Petit y de igual forma a Gabriel Avendaño y
Rafael Baptista y Vidal Hernandez.
En las secciones B y C recuerdo a Nilse Betancourt, que nos unió una gran
amistad también con su hermano Alcides y Alirio Cabrera.
Las primeras semanas de clase; David y yo; nos unimos a Xiomara, Gladys y
Patricia para hacer un trabajo y fuimos a la casa de nuestra primera amiga
conociendo a sus padres Nieto y Carmen de los cuales desde hace 37 años;
¿Tantos?; nos une una bonita amistad.
Mi amiga Xiomara fue blanco de mis bromas, cuando ella le aterraban las
conchas de las chicharras y yo le llenaba la camisa y ella gritaba sin parar
haciéndome blanco de sus afiladas y ponzoñosas unas.
Ese día en que llegamos a la Plata II, que era donde vivía Xiomara, Gladys y
Patricia, conoceríamos a los recordados “Tigres de Guaito”, como lo eran mi
amigo y destacado Juez Tulio Villegas, Exio y Alvaro González; reconocidos
abogados trujillanos, su hermano Edecio González; Contralor en el estado
Merida, Pijama Romer Valecillos, el Gato Orlando Juares, el Abog. Guiti, los
hermanos Wilmer y “Chiva Loca” Parra, “Rabito” Rafael Valero; docente de
Letras y el popular “Jeñito” artesano de anillos, este grupo era dirigidos por el
Prof. Vidal Hernández, esposo de la Profesora Zoraida Hernández.
Debo recordar que los amigos “Tigres de Guaito”, usaban el pelo y la barba
larguísimo parodiando a ese guerrillero trujillano de la resistencia contra Juan
Vicente Gómez, Gral. Rafael Montilla.
Esos recordados amigos al pasar de los años se han convertido en personas
pilares fundamentales de la sociedad valerana y trujillana, todos excelentes
hombres de las cuales pueblan mis gratos recuerdos de esos tiempos
rangelianos.
Paso ese año 80 y transitamos por esas aulas rangelianas en donde no me
destaque como alumno sino de materias como Castellano y Literatura y la
famosa Historia de Venezuela, en donde discutía sabrosamente con mi buen
profesor Castillo, él cual tuve el honor de compartir en el aniversario del liceo
en octubre del 2016.
De los amigos de esa época y de las siguientes, recuerdo a Manuel Goncalvez
y Javier Jaramillo, que junto a ellos concluimos nuestros estudios en el Liceo
Fermín Toro, pero esa es otra historia.
En el año siguiente llegue a 5° año, pero arrastrando matemática que era una
materia que en todo bachillerato me dio problemas, entendiendo a los años que
esa aversión hacia ella, era producto de mi falla de visión, cosa que supere al
estudiar la carrera de los Seguros en los años 89 al 94, descubriendo que esa
materia no tiene nada de difícil cuando uno descubre las técnicas.
En 5° año conocí a Briseida Zarate, Osmali Briceño, Astrid Mejia, Luigi el
hermano de la Profesora Susana Quintini y Norma Cuadros.
Los jueves en la tarde nuestra docente de Castellano y Literatura; Susana; nos
deleitaba con obras de teatro realizado por un grupo bastante destacado de
alumnos, entre ellos Luigui; que una vez realizo una obra haciendo un papel
de un muerto dentro de una urna.
En ese años junto al amigo Rafael Baptista, Alirio Cabrera, Nilse y Alcides
Betancourt, Wilmer Viloria y David Cestari sacaríamos un grupo para las
elecciones del Centro de Estudiantes del Liceo Rafael Rangel, nos
proclamaríamos de la unidad de la izquierda, entre ellos del MAS, la Nueva
Alternativa, MEP y del PRV.
Arrasaríamos en las elecciones, sacando 1300 votos contra 186 de los
contrarios. Llegaríamos al C.E con una mayoría abrumadora y eso nos haría
realizar nutridos actos culturales con cantante de la talla de Ramón Castillo,
nuestro docente y amigo, Tico Altuve, Pastor entre otros.
Ya en ese transitar por la política tuvimos el privilegio de conocer a grandes
amigos como los extraordinarios docentes Nestor Delgado; el popular
“Churupo”; Juan José Juancho Barreto, Pedro Torres, “Tiburón” Roberto
Cornieles, José Feliz Ribas, la actual magistrada Mayli Gallardo, las hermanas
Iris y Sandra Andara.
No puedo dejar de mencionar los recuerdos que me traen mis amigas Iris y
Sandra Andara, que habitaban una casa grandísima en la calle 9 entre
Avenidas 11 y 12 con su señora madre y sus hermanos. Éramos asiduos
visitantes de ese hogar y que tanto mis tías-madres y mi papá gozaban de la
amistad de la mamá de mis amigas.
Recuerdo que su hermano Orestedes siempre nos recordaban a Wilmer Viloria
y a mí, con el tintinear de las llaves, que eran las 10:00 de la noche y nos
debíamos retirar. A estas amigas más nunca volví a ver desde las décadas de
los 90, pero guardando un bonito recuerdo de las amistad que nos unió.
En la casa de mis amigas; en junio del año 82; llegamos a conocer al
cantautor Alí Primera, a su esposa Sol Musset y sus pequeños hijos.
Ya para ese tiempo me unía una amistad con Felipe Di Toro y este
extraordinario camarada me había hecho conocer otras de las excelentes
personas que transitaron por mí vida, como lo era mi amiga Leyla González,
sus hermanos Giovanna y Chucho y su mamá Maritza Anaya, mujer aguerrida
que saco a su familia adelante convirtiéndolas en los grandes seres humanos
que hoy son.
Yo llevaba un año visitando esa casa, desde que Felipe me invito a una fiesta,
que fue donde conocí a Leyla y ella jocosamente; bromeaba conmigo diciendo
que yo me había coleado a esa fiesta que era de graduación.
El apartamento de esa familia amiga quedaba situado en la Av. 9 al lado del
Centro Clínico María Edelmira Araujo y fui asiduo visitante de esa familia por
más de 12 años, hasta que me fui de la ciudad definitivamente por 15 años.
Mi reconocimiento y aprecio a ellos, que no he podido volver a verlos
personalmente, pero siempre ocuparan un lugar bastante importante en mis
recuerdos.
Así fue mí transitar por el Liceo “Rafael Rangel”, una vida que me lleno de
muchas satisfacciones y que hoy me llenan de nostalgia por aquellos tiempos
que ya se fueron.
Así fue la Valera que conocí y en donde viví. Que lastima que esa ciudad se
nos fue y cambió tanto.
Hace poco; unos meses apenas; entre al Liceo “Rafael Rangel” en sus pasillos
vi las evocaciones que hoy llenan mi mente.
Pasaban por mí muchos; de la misma forma; amigos que ya partieron. Pero
sentí en mis recuerdos que están más vivos que nunca.
De algo si tengo la certeza más rígida, la vida la vivimos bien vividas.
Transitamos por aquella antigua Hacienda Santa Rita, por el Liceo “Rafael
Rangel” con todo la fuerza de la juventud y del amor por nuestra tierra y liceo
y estoy seguro que para muchos hoy en día:
¡Es un orgullo ser Rangelianos!

FOTO 1:
MANUEL
PEÑA,
DUEÑO DEL

RESTAURANT TEQUENDAMA Y
DE AJI EL BETIJOQUEÑO, RESTAURANT EMBLEMATICO DE LA
CIUDAD.
EL TEQUENDAMA QUEDABA EN LA CALLE 12, EN EL MERCADO
VIEJO.
FOTO 2: TOÑO LOBO. CONOCIDO BODEGUERO VALERANO. AL
FINAL DE LA AV.11 CON CALLE 14. MUY NIÑO FUI A ESE NEGOCIO
ACOMPAÑADO POR MI PADRE DR. JESÚS ROSARIO MAGI.

FOTO: AMERICO BRICEÑO VALERA, BENEFACTOR DE LA


CIUDAD.

FOTO: DIEGO HIDALGO, DUEÑO DEL PRIMER AUTOMERCADO


VALERANO LLAMADO “LA DEMOCRACIA” SITUADO EN LA CALLE
13 ENTRE AV. 8 Y 9. PADRINO DE MI HIJO LUIS EDUARDO. UN
GRAN HIJO ADOPTIVO DE VALERA, CON UN GRAN DON DE
GENTE Y SIMPATÍA.


Por las calles de Valera

RECORRIENDO LOS AÑOS 80 Y 90


Los recuerdos más bonitos de mi vida, transitan por los años 80 y 90 por esa
Valera que conocí. No podemos dejar de comentar que la ciudad era un sitio
mejor para vivir, que ahora ha cambiado tanto.
La vida era mucho más barata y si se podía salir a disfrutar la noche valerana.
No se necesitaba mucho dinero para salir a compartir una cerveza con los
amigos y amigas, hasta salir con una dama y poder disfrutar con la fémina de
una manera mucho mejor que ahora en esta crisis que tanto nos afecta los
bolsillo.
Además no había tanta inseguridad como ahora pero a pesar de que Valera no
fue una ciudad muy pacifica que digamos.
Recuerdo con nostalgia los diferentes sitios en donde uno iba de visitas y hasta
lugares en donde uno llegaba y podía compartir con los amigos. Uno de los
sitios; en donde evoco de aquello tiempos pasados; es el Edif. Carrizo, situado
en la Av. 6 entre calles 14 y 15.
En ese lugar en donde vivían los amigos; Luis Emilio Muñoz; alias Lucho;
Alejandro Barrios, Daniel Abreu.
En la terraza del ese edificio, Daniel Abreu tenía una carpa con un nutrido
equipo de pesas en donde varios jóvenes hacíamos ejercicios varios días a la
semana. Entre ellos recuerdo a Manuel Goncalves, Juancho Abreu, Alejandro
Barrios y mi persona.
Casi todas las noches nos reuníamos un grupo de jóvenes, entre ellos Wilmer
Viloria, Miguel y Francisco Valero, Luis Emilio Muñoz, Alejandro Barrios,
Daniel Abreu, Manuel Goncalves, Beto Rubio y Javier Jaramillo del grupo de
nosotros.
Pero de la misma forma tenían de sitio de reunión al Edif. Carrizo, otro grupo
de muchachos, mas menores que nosotros como el ahora profesional del
Derecho Regulo valecillos; al que le decían un apodo porque era muy bajo de
estatura y delgadito; Javier Pirela, su hermano “Chinono” y otro grupo de
chamos que no recuerdo sus nombres.
Esas reuniones se realizaban todas las noches de lunes a sábado. Pero ese no
era el único sitio en que nosotros nos reuníamos. También teníamos como
cuartel general el Edif. Los Pinos que estaba situado en la calle 16 con Av.
Bolívar. Ese era el sitio de reunión de Los Empinacodos.
Como lo dije en otro artículo de allí salíamos a dar las serenatas que siempre
nos caracterizó como grupo de amigos. Esas serenatas era para las amigas,
novias y a las madres y suegras el Día de las Madres.
Los que dirigían las serenatas eran mi fallecido compadre Leandro Canelón,
David Cestari y Rafael Baptista. En ellas participábamos todos; Wilmer
Viloria, Luis Emilio Muñoz, Miguel Valero, Rafael Añez, Gabriel Avendaño,
Javier Viloria, Enrique “Quique Viloria y Ernesto Vergara con nuestras voces
no muy “melodieras” que digamos, pero lo hacíamos.
Debo acotar que en plena serenata el travieso Vergara se reía de pronto como
una guacharaca produciendo risa en las que nos escuchaba.
Ese grupo “melodiero” de cantantes hasta nos dieron un espacio en Radio
Turismo, pero no como cantantes sino denunciándonos por no dejar dormir a
la cuadra del Edif. Los Pinos. Algo exagerada la denuncia.
Evoco una gran cantidad de serenatas que realizamos en una residencia de
señoritas que existían como media cuadra de la entrada del Edif. Los Pinos.
Hicimos blanco a las muchachas de ese sitio, teniendo ellas que ser las
escuchas de estos “galanes” cantantes.
Para esa época Valera contaba con una gran cantidad de tiendas y en las que
puedo recordar; a parte de las nombradas en el anterior artículo; teníamos a
Casa Alfonso; del buen amigo, fallecido ya, Alfonso Salcedo; que se
destacaba por la atención personalizada y el trato afable de su dueño con sus
clientes.
Recuerdo; yo fanático de la lectura; la Librería Occidental del gran caballero
el señor Sánchez; padre de mi amigo Pablo Sánchez; primeramente situada en
la calle 9 con calles 19 y 11 y luego se mudaron a la Av. 11 entre calles 7 y 8.
Fui cliente de ese negocio ya que allí funcionó el Círculo de Lectores y estuve
en ese club de lectores desde mis 12 años hasta bien entrada la juventud.
El Sr Sánchez un gran caballero, del cual pude gozar de su amistad, habiendo
pasados los años hasta bien entrados los 2006 cuando fue editor del Periódico
Gente y después cuando comencé en el Concejo Municipal de Valera, con
quien siempre converse y siempre mi amigo se destacó por su gran
caballerosidad y don de gente, además de su simpatía y gran conversación.
Mi amigo Sánchez tenía una gran cultura, lector ávido, con muchos temas de
conversación y un gran conocimiento de literatura.
Otro sitio emblemático de aquellos tiempos fue Estudio 57 del conocido y ya
desaparecido “Gordo” Rojo, tremenda disquera en donde podías conseguir lo
último en música, atendido también por los hermanos Giralte.
Ya para esos años funcionaba el Cine Avenida al lado del Colegio Salesianos
en la Av. 6 atendida por la familia Romero. Ese llego a ser el cine más
importante de Valera, en donde pasaban las películas más taquilleras.
Recuerdo a mi buen amigo Antonio Romero hijo, a su hermano José Luis.
En el centro de la ciudad se encontraba el Cine Libertad, el segundo cine de
importancia de la ciudad, que duro hasta bien entrados los años 90. Ese cine
era muestra emblemática del progreso de Valera, aquí su propietario Valeriano
Diez y Riega, trajo a la artista Libertad Lamarque.
Nosotros en esos años 80 y 90 visitábamos la casa de nuestra amiga Leila
González, situada en la Av. 10, al lado del Centro Clínico “María Edelmira
Araujo”.
Recuerdo las sabrosas tertulias que realizábamos en ese hogar tan recordado,
permitido por la “patrona” de la familia Maritza Anaya. Fuimos asiduos
visitantes de esa casa Felipe Di Toro, Wilmer Viloria, Gabriel Avendaño,
Carolina Milano, Wilman Avendaño entre otros.
Muchos bonitos recuerdos de esa casa tengo y un gran cariño por esa familia
que tengo entendido que se encuentran en Mérida.
En la Valera de los 80 y los 90, uno se visitaba en los hogares. Otro de los
sitios que no puedo dejar de mencionar fue el hogar de la familia Lucena en
donde fuimos muy bien recibidos por la dueña de la casa; Doña Catalina
Fiorito de Lucena; madre de nuestros buenos amigos Carlos y Milo Lucena;
abuela de Yakinaira y Bialina. Hogar que fuimos muy asiduos visitantes
Miguel Valero, Wilmer Viloria, Manuel Goncalves, Javier Jaramillo y mi
persona.
Wilmer Viloria y yo acudíamos a la casa de la familia Maldonado, la casa de la
buena amiga Glenda Maldonado, compañera del Liceo Rafael Rangel. Nos
recibía sus padres y hermanas Helen y Moraima.
La casa de Don Rubén Valero y su esposa Hilda, fue otro de los sitios que
visitábamos con frecuencia. Vivian con sus padres Jorge, José Luis “Cheli”,
Rosario y Gisela.
Ese hogar valerano fue blanco de nuestras serenatas, ya que mi recordado
compadre Leandro Canelón era novio de Rosario y se casó con ella. Una gran
amistad me unió con ellos y mi mente se llena de múltiples evocaciones de
tantas cosas y momentos vividos.
Fui el padrino de su hija mayor Andrea Canelón.
El día de las Madre, el “tenor” del grupo no dejaba de llevarle la respectiva
serenata a Doña Hilda, su futura suegra y recuerdo como Don Rubén nos
obsequiaba con un fino Ron Añejado llamado Selecto, que se me hace la boca
agua cuando recuerdo el sabor de ese exquisito licor.
También compartíamos en el Edif. Garcés, en donde vivían unas amigas de
apellido Aguilar; Ruth, Sofía y Doris; que se fueron de la ciudad en el año de
1983 y que recientemente las volví a contactar; desde esa fecha; no sabía
nada de ellas. Ellas son parte de las amistades de Conociendo Valera.
En esa esquina nos reuníamos Felipe e Iván Di Toro, José Emilio Tosco, Nersi
Viloria, Quique Viloria, Leandro, rosario, Gisela, Jorge y José Luis. Otro de
los visitantes era Wilmer Viloria, un español llamado José Antonio, Miguel
Valero.
En esos tiempos todos éramos asiduos compradores de discos que no costaban
sino 20 Bs. Esos Long Play como los llamábamos los comprábamos en la
tienda del caballero italiano Romano Fontana “Fontana” y recuerdo que
Wilmer, Miguel y yo, éramos clientes de los sabrosos cigarros More y Miguel
asiduo fumador de pipa con la excelente picadura de diferentes sabores, que
vendía el amigo Fontana.
A finales de los años 80 pude disfrutar de excelentes tertulias en la casa de la
familia Duran en donde compartí con el Sr. Andrés, la Sra. Nina, Andrés,
Nina, Raíza y Zarina. Mi visita se alargaba hasta altas horas de la madrugada,
en ese tiempo no teníamos problemas de inseguridad.
Esta fue parte de la Valera que conocí. Esa fue retazos de mi historia.
¿Cuál es la tuya, amigo, amiga valerano?
Tenemos el deber de contarla. Ya que con tu historia y con la mía construimos
la historia de la ciudad de las siete colinas.

FOTO. MI BUEN AMIGO VENANCIO GONZALEZ EN LOS AÑOS 80.
EN SU KIOKO DE REVISTAS EN LA AV. 9 CON CALLE 8.

FOTO 1: HUGO DUBUC, CRONISTA SENTIMENTAL DE VALERA,


AMIGO RECORDADO.
FOTO 2: REINALDO CHACIN, EXCELENTE LOCUTOR DE RADIO DE
LA CIUDAD DE VALERA.


FOTO 1: PADRE JAVIER SARRASQUETA, SACERDOTE DE LA


IGLESIA EL CARMEN.
FOTO 2: DR. REMIGIO ROMERO, GALENO ZULIANO QUE HIZO SU
VIDA EN LA CIUDAD DE VALERA, DEL CUAL GUARDO GRATOS
RECUERDOS.




Colmillo e¨ Tigre. Personaje típico de la Valera de los años 60.
Personajes de aquella Valera de los años 50

FOTO 1.
PARADA SIETE
COLINAS EN
LA AV. 11 EN
LOS AÑOS 80.
FOTO 2:
TRUJILLO MOTORS NEGOCIO EMBLEMATICO DE LA EPOCA.CALLE
10 CON AV 11


FOTO 1: DR. Y GRAL. LEOPOLDO BAPTISTA, VIVIO EN VALERA Y
FUE MINISTRO CUANDO GOMÉZ.. SE DICE QUE FUE EL LIDER
INTELECTUAL DEL GOLPE CONTRA CIPRIANO CASTRO.

FOTO 2: MONSEÑOR MEJIA, ILUSTRE VALERANO, ORGULLO DE LA


CIUDAD




FOTO 1, CRONISTA DE VALERA. ALBERTO LA RIVA VALE.
FOTO 2ASPECTO PARCIAL DE LA URBANIZACIÓN “JARUMA” PLATA
II. EXTRAIDA DE LA REVISTA CARMANIA.

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