El Peruano
42664 CASACIÓN
argumentos denunciados se encuentran orientados a variar la
cuestión fáctica establecida en autos, si se ha establecido en el
presente caso, conforme se ha señalado en el considerando
anterior que se ha ocasionado daño al demandante, al haberlo
cesado irregularmente el Poder Judicial mediante el Decreto Ley
número 25446. Décimo Primero.- Que, por las razones expuestas
no procede amparar los recursos de casación interpuestos; por lo
que es de aplicación el artículo 397 del Código Procesal Civil, por
lo que declararon: INFUNDADOS los recursos de casación
interpuestos por Emiliano Pérez Acuña y el Poder Judicial de fojas
quinientos dieciséis a quinientos veinte nueve y de fojas quinientos
treinta y tres a quinientos cuarenta, respectivamente; en
consecuencia, NO CASARON la sentencia de vista de fecha
veinte de octubre de dos mil once que obra de fojas cuatrocientos
ochenta y cuatro a cuatrocientos noventa expedida por la Quinta
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima; DISPUSIERON
la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El
Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por Emiliano
Pérez Acuña contra el Poder Judicial y otros, sobre Indemnización
por Daños y Perjuicios; y los devolvieron. Ponente Señor Miranda
Molina, Juez Supremo.- SS. RODRÍGUEZ MENDOZA,
VALCÁRCEL SALDAÑA, CABELLO MATAMALA, MIRANDA
MOLINA, CUNYA CELI C-974114-54
CAS. Nº 5852-2011 LIMA NORTE. Otorgamiento de escritura
pública. Lima, once de marzo de dos mil trece.- LA SALA CIVIL
TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPÚBLICA, vista la causa número cinco mil ochocientos
cincuenta y dos – dos mil once, en audiencia pública de la fecha y
producida la votación correspondiente, emite la presente sentencia:
MATERIA DEL RECURSO.- Se trata del recurso de casación
interpuesto a fojas trescientos setenta y uno, por Claudio Salvador
Villaorduña Gonzáles contra la sentencia de vista de fojas
trescientos cincuenta y tres, su fecha veintisiete de octubre de dos
mil once, expedida por la Sala Civil Transitoria de la Corte Superior
de Justicia de Lima Norte, que confirma la sentencia apelada de
fojas trescientos trece, su fecha veintisiete de julio de dos mil once,
que declara fundada la demanda; en los seguidos por Gerardo
Arturo García Córdoba contra Claudio Salvador Villaorduña
Gonzáles, sobre Otorgamiento de Escritura Pública.
FUNDAMENTOS DEL RECURSO. Esta Sala Suprema, mediante
resolución de fojas treinta del cuadernillo de casación, su fecha
once de mayo de dos mil doce, ha estimado procedente el recurso
de casación por las causales de infracción normativa de derecho
procesal e infracción normativa de derecho material. El recurrente
ha denunciado la infracción normativa de los artículos 1354, 1529
y 1549 del Código Civil, 162, 188 y 201 de la Nueva Ley General de
Minería, además del artículo 291 de la Ley General de Sociedades,
alegando lo siguiente: A) el contrato de transferencia de cincuenta
participaciones que es materia de la demanda está sujeto a
limitaciones, por tanto la Minuta no puede ser elevada a Escritura
Pública ya que no cumple las formalidades del caso. B) En el
contrato de transferencia de participaciones no se han respetado
las normas imperativas previstas en la nueva Ley General de
Minería, como lo es que la venta conste en el libro de actas, el libro
de acciones y otros. C) Se ha vulnerado el artículo 162 de la Ley de
Minería ya que se ha violentado el debido proceso al no haberse
obtenido una resolución fundada en derecho. D) Los artículos 1529
y 1549 del Código Civil se aplican a las compraventas comunes y
no al caso de las transferencias de participaciones de una concesión
minera en la que son aplicables las normas especiales como el
artículo 162 de la Ley General de Minería y el derecho de
adquisición preferente. CONSIDERANDO: Primero.- Previamente
a la absolución del recurso de casación sub examine, es necesario
hacer un breve recuento de lo acontecido en el proceso. En tal
sentido, se advierte que a fojas diez, Gerardo Arturo García
Córdoba interpone demanda contra Claudio Salvador Villaorduña
Gonzáles, solicitando que cumpla con otorgarle la Escritura Pública
de Transferencia de Participaciones de la Sociedad Minera de
Responsabilidad Limitada Bulldog. Expone que mediante minuta
de fecha veintisiete de julio de dos mil diez, con firma legalizada, el
demandado le transfirió cincuenta participaciones de dicha
empresa, por la suma de tres mil dólares americanos, que fue
pagada a la suscripción de la minuta, pero que no obstante los
requerimientos efectuados, el demandado se ha negado a otorgar
la correspondiente escritura pública, por lo que interpone la
demanda. Segundo.- Tramitada la demanda según su naturaleza,
el Juez de la causa, mediante sentencia de fojas trescientos trece,
su fecha veintisiete de julio de dos mil once declara fundada la
demanda y ordena que el demandado cumpla con otorgar la
escritura pública de Transferencia de Participaciones, de fecha
veintisiete de julio de dos mil diez a favor del actor. Como sustento
de su fallo expone que en la minuta que es materia de la demanda
se ha pactado, tanto en la parte introductoria como en la final, que
las partes deben elevar a escritura pública el contrato de
transferencia de participaciones y que no es materia del presente
proceso la eventual invalidez o ineficacia del acto jurídico, sino lo
único que se pretende es cumplir una formalidad respecto de un
acto celebrado anteriormente. Tercero.- Apelada la mencionada
sentencia, la Sala Revisora, mediante sentencia de fojas trescientos
cincuenta a y siete, su fecha veintisiete de octubre de dos mil once
la confirma. Como sustento de su decisión expone argumentos
similares a los del A quo, agregando que los fundamentos de la
Lunes 2 de setiembre de 2013
contestación deben discutirse en una vía procesal más lata.
Cuarto.- Conforme se ha anotado precedentemente, el recurso de
casación ha sido declarado procedente por las causales infracción
normativa de derecho procesal e infracción normativa de derecho
material, razón por la cual, en principio, debe absolverse la
denuncia de carácter procesal, de modo que si se declara fundado
el recurso por esta causal deberá verificarse el reenvío,
imposibilitando el pronunciamiento respecto a la causal sustantiva.
Quinto.- Del examen de las alegaciones del recurrente se aprecia
que el único extremo con contenido procesal se encuentra inmerso
en la denuncia que hace respecto de la infracción del artículo 162
del Texto Único Ordenado de La Ley General de Minería, Decreto
Supremo número 014-92-EM, glosado en el apartado c) del acápite
“Fundamentos del recurso” de la presente resolución. Al respecto,
se aprecia la incongruencia de tal denuncia, puesto que invoca una
norma que se contrae a regular el régimen normativo que regula
los contratos mineros, pero en su argumentación sostiene que se
ha violentado el debido proceso. En suma se aprecia la
inconsistencia lógica de la sustentación ofrecida por el recurrente,
razón por la cual el extremo procesal del recurso sub examine debe
desestimarse, al no cumplir, en rigor, con el requisito del artículo
388, inciso 2 del Código Procesal Civil. Sexto.- En cuanto a las
denuncias de carácter material, conviene comenzar absolviendo el
extremo en que el recurrente denuncia la infracción del artículo 201
del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, Decreto
Supremo número 014-92-EM, cuya norma dispone: “La
transferencia de participaciones sociales deberá efectuarse por
escritura pública. El socio que desee transferir su participación,
deberá dirigirse previamente por escrito al Gerente de la sociedad,
juntamente con el adquiriente, comunicando ambos su decisión de
realizar la compraventa. Dentro de los tres días siguientes a la
recepción de dicha comunicación, el Gerente deberá hacerla
conocer a los socios restantes al domicilio señalado por ellos ante
la Sociedad, y a falta del mismo, por aviso publicado una sola vez
en el Diario Oficial El Peruano y un periódico del domicilio de la
Sociedad. Los socios gozarán del derecho de adquirir tales
participaciones, a prorrata de las que les correspondan en la
Sociedad, dentro de los quince días siguientes de notificados o de
efectuada la publicación. En caso de que ninguno de los socios
ejercieran el derecho de preferencia, el interesado podrá enajenar
directamente su participación”. En tal sentido, se aprecia que la
norma precitada se orientaría a establecer, para el acto de
transferencia de participaciones de una sociedad minera, un
régimen propio con formalidades expresas de la forma ad
solemnitatem; ello en la medida que prescribe que tal acto no solo
debería constar en escritura pública, sino que estaría sujeto a un
conjunto de procedimientos que deberían cumplir de modo
ineludible. Sétimo.- Por otro lado, si bien de conformidad con lo
establecido por el artículo 1412 del Código Civil las partes que
celebran un contrato pueden compelerse a llenar la formalidad
requerida, la doctrina acepta pacíficamente que ello ocurre en los
casos en que la ley no exija para el acto en cuestión una formalidad
solemne o cuando las partes no han convenido llenar una
formalidad bajo sanción de nulidad; es decir, las partes no podrían
exigirse el cumplimiento de una formalidad a la cual la ley o ellas
mismas le han dotado de solemnidad. Octavo.- Por tanto, al no
haber estimado el Ad quem las consideraciones precedentemente
vertidas, la sentencia de vista ahora impugnada deviene en nula,
debiendo absolver la apelación postulada a fojas trescientos
veintiuno a la luz de tales consideraciones, emitiendo nuevo
pronunciamiento luego de valorar la prueba aportada, por lo que no
obstante que se trata de una denuncia de carácter material, es
necesario, de modo excepcional proceder al reenvío. Por las
consideraciones expuestas, declararon: FUNDADO el recurso de
casación de fojas trescientos setenta y uno interpuesto por
Claudio Salvador Villaorduña Gonzáles; CASARON la sentencia
de vista de fojas trescientos cincuenta y tres, su fecha veintisiete
de octubre de dos mil once, expedida por la Sala Civil Transitoria
de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte; ORDENARON
que la Sala Superior de su procedencia emita nueva sentencia,
de conformidad con la consideraciones vertidas en la presente
resolución; DISPUSIERON la publicación de la presente
resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad;
en los seguidos por Gerardo Arturo García Córdova contra Claudio
Salvador Villaorduña Gonzáles, sobre Otorgamiento de Escritura
Pública, y los devolvieron. Ponente Señora Cabello Matamala,
Jueza Suprema.- SS. RODRÍGUEZ MENDOZA, PONCE DE
MIER, VALCÁRCEL SALDAÑA, CABELLO MATAMALA,
MIRANDA MOLINA C-974114-53
CAS. Nº 5844-2011 ICA. Nulidad de Acto Jurídico. Lima, once de
marzo de dos mil trece.- LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, vista la causa número cinco mil
ochocientos cuarenta y cuatro – dos mil once, en audiencia pública
de la fecha y producida la votación correspondiente de acuerdo a
ley, emite la siguiente sentencia. MATERIA DEL RECURSO: Se
trata del recurso de casación interpuesto por María Estela Paredes
Izarra, a través de su apoderado Pablo Edilberto Bravo Paredes,
contra la sentencia de vista su fecha quince de agosto de dos mil
once, emitida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia de Ica, a fojas seiscientos veintiocho, que revoca la
sentencia apelada de fecha dieciocho de marzo de dos mil once,
que obra a fojas quinientos treinta y ocho, que declaró fundada la
El Peruano
Lunes 2 de setiembre de 2013 CASACIÓN
demanda de Nulidad de Acto Jurídico interpuesta por la recurrente
contra Wilson Eduardo Valle Dianderas y otros, y reformándola
declaró improcedente la demanda. FUNDAMENTOS POR LOS
CUALES SE HA DECLARADO PROCEDENTE EL RECURSO:
Esta Suprema Sala mediante resolución de fecha diez de mayo de
dos mil doce, ha declarado procedente el recurso de casación por
infracción normativa procesal del artículo 12 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial concordante con el artículo 122 incisos 3 y
4 del Código Procesal Civil y el artículo 139 inciso 5 de la
Constitución Política del Estado; alega que en la resolución de
vista no existe una debida fundamentación que oriente a establecer
la improcedencia de la litis, por cuanto no ha motivado en extenso
los parámetros que expresa el artículo 156 del Código Civil, que en
el caso de autos resulta ser específico para los actos de disposición,
no se ha fundamentado el extremo concerniente a la manifestación
de voluntad regulada en el artículo 141 del Código Civil; y finalmente
existe ausencia de motivación al fundamentar la teoría del caso en
el artículo 161 del Código Civil apartándose del precedente jurídico,
dando la apariencia no peticionada de la anulabilidad de acto
jurídico mas no el de nulidad de acto jurídico que es el que
corresponde; originándose un grave atentado contra las garantías
a un debido proceso. Asimismo se ha declarado procedente el
recurso de casación por infracción normativa material de los
artículos 219 y 156 del Código Civil, arguye que, el artículo 219
del Código Civil no ha sido considerado al fundamentar la resolución
de vista así como el artículo 156 del Código Civil, pues para que
Wilson Eduardo Valle Dianderas procediera a enajenar el bien de
su propiedad, dicho encargo ha debido constar por Escritura
Pública y de manera indubitable, y al no haberse efectuado esta
particularidad acorde a la norma preferente y específica que es el
artículo 156 del Código Civil, el acto jurídico sub materia resulta
nulo; señala que la Sala Superior yerra al precisar que la norma
aplicable es el artículo 161 del Código Civil y al considerar que la
pretensión debe de adecuarse a una de anulabilidad de acto
jurídico; por cuanto esta figura jurídica de aplicación general es de
menor jerarquía que la específica contenida en el artículo 156 del
Código Civil; advirtiéndose que lo que concurre es la nulidad de
acto jurídico por no existir manifestación de voluntad ni haberse
cumplido con la formalidad expresada en el artículo 156 del referido
Código Civil; y, CONSIDERANDO: Primero.- Que, el recurso de
casación tiene como fines esenciales la correcta aplicación e
interpretación del derecho objetivo y la unificación de la
jurisprudencia nacional de la Corte Suprema de Justicia de la
República, conforme se señala en el artículo 384 del Código
Procesal Civil. Segundo.- Que, respecto a la causal denunciada
por infracción normativa, según Monroy Cabra, “Se entiende por
causal (de casación) el motivo que establece la ley para la
procedencia del recurso...”1. A decir de De Pina.- “El recurso de
casación ha de fundarse en motivos previamente señalados en la
ley. Puede interponerse por infracción de ley o por quebrantamiento
de forma. Los motivos de casación por infracción de ley se refieren
a la violación en el fallo de leyes que debieran aplicarse al caso, a
la falta de congruencia de la resolución judicial con las pretensiones
deducidas por las partes, a la falta de competencia, etc.; los motivos
de la casación por quebrantamiento de forma afectan (….) a
infracciones en el procedimiento2. En ese sentido Escobar Forno
señala: “Es cierto que todas las causales suponen una violación de
ley, pero esta violación puede darse en la forma o en el fondo”3.
Tercero.- Que, en principio corresponde efectuar previamente un
resumen de la controversia suscitada materia del presente recurso;
que en ese sentido, a través de la demanda de fojas treinta y cinco,
Pablo Edilberto Bravo Paredes en nombre y en representación de
su señora madre María Estela Paredes Izarra, interpone demanda
a fin que se declare la Nulidad del Acto Jurídico de Compraventa
del inmueble ubicado en la Calle Los Cipreses número ciento
setenta y uno, Residencial La Angostura, Manzana P, Lote
veintisiete – Sub Lote B, del Distrito y Provincia de Ica de un área
de quinientos veintiún metros cuadrados (521.00 m2), contenido en
la Escritura Pública de fecha veintiséis de setiembre de dos mil
tres; y que como consecuencia de ello se ordene la cancelación de
la inscripción registral del referido acto jurídico, más el pago de las
costas y costos del proceso; la misma que dirige contra Wilson
Leodán Bueno LLanos y Wilson Eduardo Valle Dianderas;
habiéndose luego declarado como litis consorte pasivo necesario a
Juan Carlos Salcedo Lagos y como litis consorte facultativo al
Procurador Público Ad Hoc de la Superintendencia Nacional de los
Registros Públicos4. En ese marco, la recurrente pretende la
nulidad del referido acto jurídico invocando el artículo 219 del
Código Civil sin precisar en qué causal enmarca su pretensión,
refiere que: a) Su señora madre y su esposo Hermy Wilfredo Valle
Dianderas otorgaron poder a favor del demandado Wilson Eduardo
Valle Dianderas en la Ciudad de Nueva York – EE.UU. ante el
Cónsul General adscrito del Perú mediante Escritura Pública de
fecha cuatro de diciembre de dos mil dos concediéndosele las
facultades generales y especiales de los artículos 74 y 75 del
Código Procesal Civil; b) Con fecha veintiséis de setiembre de dos
mil tres se celebró una compraventa de la propiedad de su madre,
María Estela Paredes Izarra inscribiéndose la misma el veintiuno
de enero de dos mil cuatro a favor del codemandado Wilson Leodán
Bueno Llanos en la Partida número 02010672; c) Que en el citado
poder su señora madre no confiere al demandado atribuciones
especiales específicas para la venta del inmueble de su propiedad
antes descrito, por lo tanto no ha existido la manifestación de
42665
voluntad del agente para disponer de su propiedad y por ende el
acto jurídico contenido en la Escritura Publica de Compraventa de
fecha veintiséis de setiembre de dos mil tres es nulo de pleno
derecho por las causales previstas en el artículo 219 del Código
Civil; y d) El codemandado Wilson Leodán Bueno Llanos es un
testaferro de los hermanos Henry Wilfredo y Wilson Eduardo Valle
Dianderas, adquiriendo la finca en la suma de quince mil dólares
americanos (US$15,000.00) y de las cláusulas solo se hace
referencia que la finca se encuentra inscrita en la Ficha Registral
número 008716-010101 del Registro de Propiedad Inmueble.
Cuarto.- Que, al contestar la demanda a fojas cincuenta y dos, el
codemandado Wilson Eduardo Valle Dianderas sostiene que ha
sido en su calidad de apoderado y por encargo de la madre del
demandante que celebró el acto jurídico de compraventa que se
pretende nulificar, siendo falsas las aseveraciones expuestas por la
parte actora. Por su parte el codemandado Wilson Leodán Bueno
Llanos mediante escrito de contestación de demanda de fojas
ciento treinta y cinco; alude que el poder otorgado a su codemandado
era suficiente para celebrar la compraventa del inmueble materia
de litis, toda vez que se aprecia del mismo que se le han otorgado
las facultades en forma expresa, literal y contundente, para comprar
y/o vender de cualquier modo a título oneroso toda clase de bienes
inmuebles, de allí que no se incurre en causal de nulidad. Por otro
lado el litis consorte pasivo necesario Juan Carlos Salcedo Lagos5
contesta la demanda a fojas trescientos uno, alegando que no ha
tenido conocimiento de la presente demanda ni que el bien sub
materia tenga algún impedimento para ser adquirido por su parte y
es por ello que con fecha veinticinco de mayo de dos mil siete
adquirió en compraventa la propiedad del inmueble materia del
proceso de su anterior propietario Wilson Leodán Bueno Llanos,
toda vez que registralmente era la persona que figuraba como
propietario del inmueble, por tanto tiene la condición de tercero
adquirente de buena fe; y finalmente el litis consorte facultativo
Procurador Público Ad Hoc de la Superintendencia Nacional de los
Registros Públicos6 contesta la demanda a fojas trescientos doce,
argumentando que desconoce los motivos de su emplazamiento,
pues su representada no ha tenido participación ni injerencia en la
constitución de los actos jurídicos que motivaron alguna inscripción,
habiendo procedido conforme a sus atribuciones respecto de la
inscripción registral del acto jurídico materia de autos, dando cabal
cumplimiento a todos los requisitos de ley, siendo en todo caso la
nulidad del asiento una consecuencia de la declaración de nulidad
del acto jurídico inscrito. Quinto.- Que, mediante sentencia de
primera instancia de fojas quinientos treinta y ocho, el Quinto
Juzgado Civil Transitorio de Ica, declaró (entre otros extremos
consentidos) fundada la demanda interpuesta por Pablo Edilberto
Bravo Paredes y María Estela Paredes Izarra, dirigida contra
Wilson Leodán Bueno Llanos y Wilson Eduardo Valle Dianderas,
en consecuencia; declara nulo el acto jurídico de compraventa
contenido en la Escritura Pública de compraventa de fecha
veintiséis de setiembre de dos mil tres y ordena la cancelación del
Asiento número C 00005 de la Partida número 02010672 del
Registro de Propiedad Inmueble de Ica, referido a la compraventa
en referencia; por considerar que: a) De los términos del Poder por
Escritura otorgado el cuatro de diciembre de dos mil dos ante el
Consulado General del Perú en la ciudad de Nueva York, EE.UU.
por Hermy Wilfredo Valle Dianderas y María Estela Paredes Izarra
a favor del codemandado Wilson Eduardo Valle Dianderas, que el
citado Poder se disgregó en cinco rubros o puntos específicos,
pero en ninguno de ellos se otorgó facultades suficientes al
codemandado para que pueda disponer del inmueble materia de
litis; por cuanto bajo el principio de literalidad la propietaria del
inmueble en ningún momento otorga facultad expresa e indubitable
para que su apoderado pueda vender el inmueble de su propiedad
(sub litis), es decir no constan facultades de disposición del
inmueble de su propiedad, sino que solo se otorgan facultades de
administración de los bienes de la poderdante, para lo cual se
precisa que el apoderado podría ejercer actos y celebrar contratos
para tal fin, es decir para la administración de sus bienes; y si se
analiza e interpreta este extremo en su totalidad y en forma
conjunta, siempre bajo la norma sustantiva arriba invocada, vemos
que todas las facultades que ahí se detallan están siempre referidas
a las actividades que podría desarrollar la poderdante en materia
comercial, es decir a la posible participación de la misma en
actividades comerciales relacionadas a sociedades comerciales
(entiéndanse personas jurídicas); por lo que resulta evidente que el
citado apoderado se ha aprovechado del Poder otorgado con cierta
ambigüedad para acudir a un Notario del Callao y proceder a
vender el inmueble sub litis en un precio irrazonable, teniendo en
cuenta la Pericia Valorizadora obrante en autos, desconociéndose
si en realidad se pagó el precio del inmueble pues no existe fe
notarial de entrega del mismo, ni documentación bancaria que así
lo demuestre, como tampoco se conoce el destino final del dinero,
si es que se hubiese cancelado; b) El acto jurídico que se pretende
anular es por tanto un acto jurídico nulo y así se debe declarar en
esta sentencia, no solo por presentarse la causal de Falta de
Manifestación de Voluntad del Agente, tal como establece el
artículo 219 inciso 1 del Código Civil al no haber existido la voluntad
de la propietaria del inmueble de vender o transferir la propiedad
del mismo, sino también por cuanto ese acto jurídico no se ciñe a
lo que expresamente establece el artículo 156 del Código Civil, el
cual señala expresamente que para disponer de la propiedad del
representado o gravar sus bienes, se requiere que el encargo

42666 CASACIÓN
conste en forma indubitable y por escritura publica, bajo sanción de
nulidad; presentándose también las causales previstas en el
artículo 219 incisos 6 y 7 del mismo Código; por cuanto el acto no
reviste la forma prescrita bajo sanción de nulidad que es la señalada
en el artículo 156 del Código Civil; y es nulo por imperio de la ley,
tal como sucede con lo estipulado en referido artículo 156 ya
invocado; y finalmente también lo es por la causal descrita en el
inciso 8 del artículo 219 del Código Civil, ya que el comprador y el
vendedor han actuado en forma contraria a las disposiciones
legales, pues ambos han tenido conocimiento que la propietaria
había otorgado Poder únicamente con facultades de representación
para pleitos, de delegación y sustitución de Poder y de
administración para actividades comerciales mas no para disponer
de su único bien inmueble; y, c) Que, se debe agregar la actitud
asumida por el codemandado Wilson Eduardo Valle Dianderas, de
no querer indicar o precisar sobre otro de los hechos imputados por
la parte actora, esto es, sobre cuál ha sido el destino del dinero que
supuestamente habría recibido por la compraventa del inmueble
pues en la contestación de la demanda de fojas cincuenta y dos y
demás actuaciones procesales, que si bien reconoce que habría
recibido quince mil dólares americanos (US$15,000.00) por la
venta del inmueble (monto que difiere notablemente con la
valorización del mismo) no indica si esa suma fue entregada a su
poderdante, propietaria del inmueble, puesto que si en el peor de
los casos se asumiera hipotéticamente que sí se le otorgó Poder
suficiente para vender el inmueble de su poderdante, lo correcto
sería que le hubiese entregado la suma supuestamente recibida
por la venta; teniéndose que en la Escritura Pública no existe fe
notarial sobre el pago como tampoco constan documentos de
alguna entidad bancaria que acrediten el mismo; debiéndose tener
en cuenta además la conducta del codemandado Wilson Eduardo
Valle Dianderas de no asistir personalmente a la Audiencia de
Actuación de Pruebas, y si bien es cierto se hizo representar por su
apoderado éste al contestar el pliego interrogatorio asumió una
conducta de “desconocer a todo lo que se le preguntaba”
pretendiendo justificar esa actitud con hechos ajenos. Sexto.- Con
motivo de los recursos de apelación de los codemandados Wilson
Leodán Bueno Llanos a fojas quinientos cincuenta y tres, Juan
Carlos Salcedo Lagos a fojas quinientos setenta y Wilson Eduardo
Valle Dianderas a fojas quinientos ochenta y dos; la Primera Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Ica, mediante sentencia de
vista de fojas seiscientos veintiocho, materia del presente recurso
de casación, revocó la sentencia apelada en el extremo que declara
fundada la demanda y reformándola declaró improcedente la
misma, por considerar que no existe conexión lógica entre los
hechos expuestos en la demanda y el petitorio, (prevista como
causal de improcedencia de la demanda por el inciso 5 del artículo
427 del Código Procesal Civil), pues se cuestiona el acto jurídico
(compraventa) celebrado por el representante de María Estela
Paredes Izarra, el demandado Wilson Eduardo Valle Dianderas,
sustentados en el hecho que éste excediendo los límites de las
facultades que se le hubieren conferido ha procedido a enajenar el
bien inmueble de aquélla, pese a que en ningún momento ha
puesto de manifiesto su voluntad de disponer de su única propiedad,
por lo que lo revocó después; y por otro lado en el petitorio se está
pretendiendo la nulidad de ese acto jurídico de compraventa
sustentando la misma en lo que dispone el artículo 219 inciso 1 del
Código Civil; pese a que los hechos invocados se enmarcan en el
supuesto de “exceso de facultades” regulado en el artículo 161 del
Código Civil, que establece la ineficacia del mismo. Sétimo.- Se ha
declarado procedente el recurso de casación por las causales de
infracción de normas de derecho material y procesal. Teniendo en
cuenta ello, es de advertirse que conforme lo dispone el artículo
396 del Código Procesal Civil, cuando se declara fundado el
recurso de casación por vulneraciones a las normas que garantizan
el debido proceso o las infracciones de las formas esenciales para
la eficacia y validez de los actos procesales, en todos los supuestos
se debe devolver el proceso a la instancia inferior para que emita
una nuevo fallo, mientras que si se declara fundado el recurso por
las otras causales contempladas en el artículo 386 del Código
Procesal Civil, la Sala Suprema actuando en sede de instancia
deberá resolver el conflicto según su naturaleza. Es por ello, que la
revisión de las causales por las que ha sido declarado procedente
el recurso de casación debe comenzar por el análisis de la
alegación de vulneración a las normas que garantizan el derecho a
un debido proceso. Octavo.- En esa medida, respecto a los errores
in procedendo, la recurrente alega que la sentencia de vista no ha
realizado una debida motivación; al respecto corresponde precisar
previamente, que el principio denominado motivación de los fallos
judiciales constituye un valor jurídico que rebasa el interés de los
justiciables por cuanto se fundamenta en principios de orden
jurídico, pues la declaración del derecho en un caso concreto es
una facultad del Juzgador que por imperio del artículo 138 de la
Constitución Política del Estado, impone una exigencia social para
que la comunidad sienta como un valor jurídico, el denominado
fundamentación o motivación de la sentencia; el mismo que se
encuentra consagrado en el artículo 139 inciso 5 de la Constitución
Política del Estado concordante con el artículo 12 del Texto Único
Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial e incisos 3 y 4 del
artículo 122 y 50 inciso 6 del Código Procesal Civil. Noveno.- Que,
se debe precisar que, “la motivación de una decisión no solo
consiste en expresar la norma legal en la que se ampara, sino
fundamentalmente en exponer suficientemente las razones de
El Peruano
Lunes 2 de setiembre de 2013
hecho y el sustento jurídico que justifican la decisión tomada”7. En
esa medida, la debida motivación debe estar presente en toda
resolución que se emita en un proceso, lo que implica que cualquier
decisión cuente con un razonamiento que no sea aparente o
defectuoso, sino que exponga de manera clara, lógica y jurídica los
fundamentos de hecho y de derecho que la justifican, de manera tal
que los destinatarios, a partir de conocer las razones por las cuales
se decidió en un sentido o en otro, estén en la aptitud de realizar los
actos necesarios para la defensa de su derecho. Décimo.- Que, la
decisión adoptada por el Colegiado Superior se encuentra
adecuadamente fundamentada, pues establece la relación de
hecho en base a su apreciación probatoria, interpreta y aplica las
normas que considera pertinentes, por lo que no se advierte
transgresión alguna al principio de debida motivación de las
sentencias, no se afecta la logicidad, ni se vulnera el derecho a
probar en cualquiera de su vertientes. Décimo Primero.- La
decisión adoptada por la Sala Superior se ha ceñido estrictamente
a lo aportado en el proceso, por lo que dicho fallo no puede ser
cuestionado por ausencia o defecto en la motivación, pues se ha
cumplido con precisar el por qué y debido a qué se ha llegado a la
conclusión final, en consecuencia, un parecer o criterio distinto al
que ha arribado no puede ser causal para cuestionar la motivación;
lo que no significa que no pueda existir un criterio distinto para
arribar a una conclusión diferente a la que ha planteado la Sala
Superior, sin que ello implique ausencia o defecto en la motivación
de la sentencia de vista. En consecuencia, la infracción normativa
procesal debe ser desestimada en todos sus extremos. Décimo
Segundo.- Que, en consonancia con lo precisado en el
considerando sétimo corresponde emitir pronunciamiento respecto
a la infracción normativa material. Así tenemos que la recurrente
denuncia la infracción de los artículo 219 y 156 del Código Civil, por
cuanto considera debieron ser aplicados, en lugar del artículo 161
del mismo Código, pues ha acreditado que el acto jurídico en
cuestión adolece de falta de manifestación de voluntad y forma
prescrita bajo sanción de nulidad. Décimo Tercero.- Que, de la
revisión de los autos se advierte que, tal como se desprende de la
Copia Literal de la Partida número 11503280, la demandante María
Estela Paredes Izarra otorgó poder al demandado Wilson Eduardo
Valle Dianderas; y, por otro lado el referido demandado mediante
Contrato de Compraventa de fecha veintiséis de setiembre de dos
mil tres (cuyo testimonio de Escritura Pública obra a fojas cinco
transfirió el inmueble de propiedad de la demandante, ubicado en
la Manzana P Sub Lote B del Lote veintisiete de la Urbanización La
Angostura II Etapa – Ciudad de Ica, a su codemandado Wilson
Leodán Bueno Llanos por el precio de quince mil dólares
americanos (US$15,000.00). Décimo Cuarto.- El artículo 140 del
Código Civil establece que el Acto Jurídico es una manifestación de
voluntad “destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones
jurídicas”. Por tanto, aparece como consecuencia que el examen
jurídico debe referirse siempre a la manifestación de voluntad, a
efectos de identificar en la misma la presencia de una voluntad de
incidir en las relaciones jurídicas en los términos que el artículo 140
del Código Civil señala. La doctrina ha destacado que mientras que
la declaración es aquélla con la que se celebra el acto, la
manifestación incluye tanto a la declaración como todo
comportamiento de las partes, anterior, simultáneo y posterior a la
celebración del acto. Aníbal Torres Vásquez expresa que “la
voluntad de las partes se exterioriza no solamente con la
declaración, sino con la manifestación”8. La voluntad se constituye
en la esencia del acto porque precisamente lo que se intenta
preservar es la autonomía de la voluntad como fuente normativa.
Asimismo, el artículo 219 inciso 1 del Código Civil establece que el
acto es nulo cuando falta la manifestación de voluntad. Al respecto
Freddy Escobar Rozas señala que la nulidad del negocio jurídico
implica, entre otras, las siguientes consecuencias9: a) La ineficacia
total y original del negocio. b) La imposibilidad de que el negocio
sea “saneado”. c) La naturaleza declarativa de la sentencia (o
laudo) que comprueba su existencia. Como vemos, el Código Civil
peruano no ha establecido como eje dirimente el predominio de la
declaración sobre la voluntad real, sino que exige la correspondencia
entre aquello que es declarado con la voluntad real del declarante.
Respecto a la ausencia de manifestación de voluntad la doctrina
señala: “En general y desde una perspectiva exclusivamente
teórica, la ausencia de manifestación de voluntad supone la
imposibilidad de referir o imputar eficazmente (y para fines
negociales) dicha manifestación de voluntad a su pretendido
autor”10. Lizardo Taboada Córdova señala respecto a la ausencia
de manifestación de voluntad lo siguiente: “…esta primera causal
de nulidad está referida a la circunstancia de que en un determinado
supuesto no exista realmente manifestación de voluntad del
declarante. En otras palabras, se trata de un verdadero supuesto
de nulidad del acto jurídico por ausencia de uno de sus elementos,
en este caso, la declaración de voluntad”.11 De acuerdo con ello
puede sostenerse que es la concurrencia de sus elementos lo que
hace que un acto de voluntad sea reconocido como un Acto Jurídico
y por tanto, con capacidad de generar los efectos correspondientes
y que la ausencia de uno de sus elementos como es la manifestación
de voluntad no puede conducir sino a una sanción de nulidad,
impidiendo así que se genere efecto jurídico alguno. En el caso
examinado en el presente proceso, encontramos que no puede
existir un contrato de compraventa donde no existe la voluntad de
enajenación en la supuesta parte vendedora, en la medida en que
para el perfeccionamiento del Contrato de Compraventa se requiere
El Peruano
Lunes 2 de setiembre de 2013 CASACIÓN
de la manifestación de voluntad de ambas partes. Asimismo, para
que la actuación del comprador reciba la tutela jurídica la misma
debía atenerse a los términos de lo que exige la buena fe, esto es,
debía comprobar la correlación entre la manifestación de voluntad
expresada por el representante y la voluntad interna de la
poderdante. La única forma de comprobar dicha correspondencia
era mediante la constatación del cumplimiento de la autorización
especial, expresa e indubitable para el acto enajenante, tal cual lo
exige la ley. Por tanto, en la medida en que no se acreditó por parte
del representante ni se exigió por parte del comprador, la prueba de
la existencia de la voluntad de transferencia del inmueble por parte
de María Estela Paredes Izarra, ello determina que la actuación del
comprador y del vendedor no deben gozar de tutela ni ser protegida
jurídicamente. En la medida en que el Código Civil reconoce a la
manifestación de voluntad como la fuente normativa, dicha
manifestación posee alcances más amplios que la simple
declaración. La manifestación de voluntad de María Estela Paredes
Izarra no refleja intención alguna de efectuar un acto de enajenación
del bien inmueble. Por tanto, la declaración del representante
Wilson Eduardo Valle Vianderas ha aludido a una inexistente
voluntad de enajenación por parte de la recurrente. Ello sin duda
alguna determina la nulidad del acto de compraventa, por la
inexistencia de la voluntad de transferencia del bien inmueble.
Décimo Quinto.- El artículo 75 del Código Procesal Civil establece
lo siguiente: “Se requiere el otorgamiento de facultades especiales
para realizar todos los actos de disposición de derechos sustantivos
y para demandar, reconvenir, contestar demandas y reconvenciones,
desistirse del proceso y de la pretensión, allanarse a la pretensión,
conciliar, transigir, someter a arbitraje las pretensiones
controvertidas en el proceso, sustituir o delegar la representación
procesal y para los demás actos que exprese la ley. El otorgamiento
de facultades especiales se rige por el principio de literalidad. No
se presume la existencia de facultades especiales no conferidas
explícitamente”. De acuerdo a lo establecido en el artículo 75 del
Código Procesal Civil, los actos de disposición de derechos
sustantivos (entre los cuales se encuentra el derecho de propiedad),
deben serlo mediante el otorgamiento de facultades especiales,
rigiendo en tal caso el Principio de Literalidad. Especialmente,
señala que no se presume la existencia de facultades especiales
que no han sido otorgadas explícitamente. Por tanto, para poder
actuar según lo establecido en el artículo 75 del Código Procesal
Civil, el apoderado requiere que en el Poder que se le ha otorgado
se señalen las facultades especiales, y más aun, cuando se
comprueba que lo que prima en materia de las facultades especiales
es el Principio de Literalidad: La facultad especial debe ser otorgada
explícitamente y no puede ser presumida. Ello es confirmado en la
siguiente jurisprudencia: “De acuerdo a la literalidad de las
facultades especiales no es posible suponer una determinada
facultad, mas aun si se trata del emplazamiento de un acto que
debe ser notificado de forma personalísima” (Casación número
2678-99-Lima. El Peruano 20/06/2000)12. En el presente caso en
aplicación del Principio de Literalidad no es posible sostener la
existencia de una facultad especial referida a la disposición del
bien inmueble de la poderdante, toda vez que no aparece ni el
encargo de enajenación ni la identificación del bien inmueble que
supuestamente debía ser enajenado. Décimo Sexto.- El artículo
156 del Código Civil establece: “Para disponer de la propiedad del
representado o gravar sus bienes, se requiere que el encargo
conste en forma indubitable y por escritura pública, bajo sanción de
nulidad”. Giovanni Priori Posada señala respecto a dicha norma lo
siguiente: “Al hacer referencia al hecho que el Poder debe constar
en forma indubitable se está exigiendo que el poder se haya
otorgado de forma expresa y que además, la facultad de disposición
o gravamen consten expresamente conferidas (sic)”13 De acuerdo
con ello, además de haber manifestado expresamente la voluntad
de querer otorgar un poder la ley exige que la facultad de disposición
o gravamen se establezca también expresamente, con lo cual en el
documento en el que consta el poder se hace imprescindible que
se precise y establezca la facultad de disponer o gravar el bien. La
finalidad de la norma es clara: Impedir que el ejercicio del poder
encomendado se convierta en una herramienta que lejos de servir
a la voluntad del representado, sirva para legitimar actos de
apropiación indebida de un patrimonio y en orden a dicha finalidad
es que el acto de disposición para ser indubitable debe identificar
expresamente el bien que será objeto del acto de disposición o
gravamen. Asimismo, la jurisprudencia expresa: “El artículo 156 del
Código Civil señala que para disponer de la propiedad del
representado o gravar sus bienes, se requiere que el encargo
conste en forma indubitable y por escritura pública, bajo sanción de
nulidad, norma que debe ser concordada con el artículo 167 del
mismo Código que señala que el representante legal requiere
autorización expresa para disponer o gravar los bienes del
representado” (Casación número 2021-97 - Lima. Sala Civil de la
Corte Suprema. El Peruano 5/12/98. Pág. 2148) Como puede
comprobarse, tanto la doctrina como la jurisprudencia respectiva
reconocen que cualquier acto de disposición o gravamen sobre los
bienes, debe constar explícita e indubitablemente en la escritura
pública y de no ser así, la sanción es la nulidad. Al respecto, la
norma contenida en el artículo 219 inciso 6 del Código Civil
establece que el acto jurídico es nulo cuando se da el incumplimiento
de la formalidad prescrita por la ley bajo sanción de nulidad, lo cual
nos remite al artículo 156 del Código Civil: El acto de disposición o
gravamen debe ser expreso y constar en escritura pública, bajo
42667
sanción de nulidad. Por tanto, en la medida en que no se ha
cumplido con la formalidad prescrita por el citado artículo 156, en
aplicación del artículo 219 inciso 6 del Código Civil, el acto de
disposición sobre el bien inmueble es nulo. Décimo Sétimo.- El
supuesto consistente en el denominado “Exceso en los límites de
las facultades” y que se encuentra regulado en el artículo 161 del
Código Civil, hace referencia a una actuación que no respeta la
vigencia temporal de las facultades otorgadas para el ejercicio de
la representación, de modo tal que el representante actúa más
excediendo el plazo temporal señalado. Fernando Vidal Ramírez
señala: “El exceso se produce cuando el representante no se
atiene a la vigencia temporal de las facultades con las que ha sido
investido para el ejercicio de la representación y extiende su
actuación más allá de su vigencia, excediéndolas”14 Por tanto,
consiste esencialmente en la violación de un límite temporal, esto
es, se trata de una cuestión cuantitativa, situación que no se da en
el presente caso. No se comprueba que el representante haya
violado el límite temporal en ejercicio de la representación, ni
tampoco ello ha sido cuestionado en la demanda. Décimo Octavo.-
Cuando nos estamos refiriendo a la violación de las facultades de
representación, ello consiste en una actuación en disconformidad
con los poderes en un sentido cualitativo, es decir, referidos al
contenido del poder. Para delimitar ello, veamos los ejemplos que
la doctrina especializada formula buscando aclarar este supuesto:
Juan Espinoza Espinoza señala respecto a la violación de
facultades: “Otro sector, siguiendo los modelos dogmáticos italianos
entiende que se trata de las siguientes hipótesis: a) Cuando el
representante actúa en conflicto de intereses con el representado.
b) Cuando el representante lesiona el interés del representado. c)
Cuando se aleja de las instrucciones (que no es lo mismo que
facultades) impartidas por el representado. Se sostiene que
mientras la facultad consiste en que es aquello que el representante
puede hacer, las instrucciones indican cómo es que el representante
debe actuar.”15; Fernando Vidal Ramírez expresa: “La violación de
facultades a que se refiere el artículo 161 del Código Civil, como ya
se ha advertido, está referida a la facultad en sí, al contenido del
poder, como si en el ejemplo anteriormente propuesto, el
representante entregara la posesión no en arrendamiento sino en
comodato o, si estando facultado a vender, realiza la venta por un
precio menor al de los márgenes indicados por el representado”16.
Por su parte Aníbal Torres Vásquez señala al respecto: “Por
ejemplo, el representante tiene poder para vender, pero dona el
bien; o tiene poder para arrendar por una renta no menor de mil,
pero arrienda por cien. En estos casos, es representante por tener
poder para vender o para arrendar por no menos de mil, pero no es
representante para donar o para arrendar por cien, por no tener
poder para ello”17 Por tanto, en el supuesto de violación de las
facultades, la misma se da en relación a una órbita de actuación
previamente delimitada o circunscrita por el poder. Lo que hace el
representante es concretar la facultad o actuación previamente
encomendada, pero la implementa con una actuación claramente
contraria al mandato encomendado. Queda claro entonces que
para alegar la violación de una facultad, debe demostrarse
previamente que la misma existe. En el poder otorgado por la
demandante no hay elemento alguno que autorice explícitamente
al representante a un acto de disposición sobre el bien inmueble.
Siendo así, únicamente puede hablarse de un supuesto de violación
de facultades respecto al bien inmueble que ha sido objeto del
contrato de compraventa, en la medida en que hubiese existido un
previo mandato que autorizara específicamente a Wilson Eduardo
Valle Dianderas a un acto de disposición en relación al bien
inmueble. Sin embargo, no existe en el poder referencia alguna a
una supuesta voluntad de disposición de dicho bien inmueble
antes, durante ni después del acto de otorgamiento del poder. En
ninguno de los cinco rubros en que se ha disgregado el poder se ha
consignado una facultad especial para que el representante pueda
disponer del bien inmueble. En cambio, la lectura del poder pone
de manifiesto la intención de la poderdante de participar en las
actividades comerciales y mercantiles, y con dicha finalidad es que
otorga un poder amplio al representante. En caso de ser cierto el
aserto de existencia de una facultad especial que hubiera sido
violada con el acto de enajenación del inmueble, dicha facultad
debería haber sido formulada y el bien identificado, tal cual lo exige
la ley en el artículo 156 del Código Civil. Sin embargo, en ninguno
de los cinco rubros del poder existe la menor referencia al bien
inmueble y lo que se comprueba es que el conjunto de facultades
están referidas a las actividades en materia comercial, esto es, la
posible participación en actividades comerciales relacionadas a
sociedades comerciales. En conclusión, no es posible hablar de
una violación de facultades, pues las mismas jamás existieron en
relación a un supuesto ejercicio de la representación que incidiera
sobre el bien inmueble que fue objeto del contrato de compraventa.
Décimo Noveno.- En consecuencia al haberse determinado que,
por un lado las facultades del referido poder están referidas a un
desempeño en el ámbito comercial; y por otro en ninguna de las
cláusulas del poder se expresa de forma específica e indubitable la
voluntad de enajenar el bien inmueble; no se prueba la existencia
del poder especial exigido por ley para el acto de disposición
materia de nulidad, por tanto estando a lo sustentado en los
considerandos precedentes, se advierte que la Sala Superior ha
inaplicado los artículos 219 y 156 del Código Civil, al declarar
improcedente la demanda por lo que corresponde declarar fundado
el recurso de casación y en sede de instancia confirmar la sentencia

42668 CASACIÓN
apelada. Por tales consideraciones expuestas y estando a la
facultad conferida por artículo 397 del Código Procesal Civil;
declararon: FUNDADO el recurso de casación interpuesto por
María Estela Paredes Izarra mediante escrito de fojas seiscientos
ochenta y dos; en consecuencia, CASARON la sentencia recurrida
de fojas seiscientos veintiocho, su fecha quince de agosto del año
dos mil once, que revocando la sentencia apelada y reformándola
declara improcedente la demanda; y actuando en sede de
instancia: CONFIRMARON la sentencia apelada en el extremo
que declara FUNDADA la demanda, y en consecuencia declara
nulo el acto Jurídico de Compraventa contenido en la Escritura
Pública de Compraventa de fecha veintiséis de setiembre de dos
mil tres y ordena la cancelación del Asiento número C-00005 de la
Partida número 02010672 del Registro de Propiedad Inmueble de
Ica referido a la Compraventa en referencia; DISPUSIERON la
publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano,
bajo responsabilidad; en los seguidos por María Estela Paredes
Izarra y otro contra Wilson Eduardo Valle Dianderas y otros, sobre
Nulidad de Acto Jurídico y otro; y los devolvieron. Ponente, Señor
Ponce de Mier, Juez Supremo.- SS. RODRÍGUEZ MENDOZA,
PONCE DE MIER, VALCÁRCEL SALDAÑA, CABELLO MATAMALA,
MIRANDA MOLINA
1
Monroy Cabra, Marco Gerardo, Principios de Derecho Procesal Civil, Segunda
Edición, Editorial Temis Librería, Bogotá Colombia, 1979, p. 359
2
De Pina Rafael, Principios de Derecho Procesal Civil, Ediciones Jurídicas Hispano
Americanas, México D.F., 1940, p. 222
3
Escobar Fornos Iván, Introducción al Proceso, Editorial Temis, Bogota, Colombia,
1990, p. 241
4
Según auto número 27 de fecha 05-09-2008 obrante a fojas 248
5
Según auto número 27 de fecha 05-09-2008 obrante a fojas 248
6
Según Auto número 27 de fecha 05-09-2008 obrante a fojas 248
7
STC. Exp. N.º 03283-2007-PA/TC, FJ.3.
8
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. Acto Jurídico. Lima: Idemsa, 2007. 3ª Ed. p. 133.
9
ESCOBAR ROZAS, Freddy. Nulidad del Acto Jurídico. En: Código Civil Comentado.
Lima: Gaceta Jurídica, 2010. 3ª Ed. Tomo I. p. 676.
10
ESCOBAR ROZAS, Freddy. Ob. Cit. p. 678.
11
TABOADA CÓRDOVA, Lizardo. Nulidad del Acto Jurídico. Lima: Editora Jurídica
Grijley, 2002. p. 106.
12
SAGÁSTEGUI URTEAGA, Pedro. Exégesis y Sistemática del Código Procesal
Civil. Lima: Editora Jurídica Grijley, 2003. Vol. I. p. 192.
13
PRIORI POSADA, Giovanni. Poder para Actos de Disposición. En: Código Civil
Comentado. Lima: Gaceta Jurídica, 2010. 3ª Ed. Tomo I. p. 512.
14
VIDAL RAMÍREZ, Fernando. El Acto Jurídico. Lima: Gaceta Jurídica, 2005. 6ª Ed.
p. 308.
15
ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Acto Jurídico Negocial. Lima: Gaceta Jurídica, 2008.
p. 144.
16
VIDAL RAMÍREZ, Fernando. Ob. Cit. p. 308.
17
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. Acto Jurídico. Lima: Idemsa, 2007. 3ª Ed. p. 421.
C-974114-52
CAS. Nº 5344-2011 LIMA. Pago de honorarios. Lima, doce de
abril de dos mil trece.- LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la
causa número cinco mil trescientos cuarenta y cuatro – dos mil
once, en audiencia pública de la fecha y producida la votación de
acuerdo a ley, emite la siguiente sentencia. MATERIA DEL
RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto por la
Universidad Ricardo Palma mediante escrito de fojas veintiocho del
cuadernillo de casación contra el auto de vista obrante a fojas mil
ciento cincuenta y cinco, de fecha once de octubre de dos mil once,
emitido por la Quinta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Lima que, confirma la resolución de fecha tres de junio de dos mil
once, de folios mil sesenta y seis, que declara la conclusión del
proceso sin pronunciamiento sobre el fondo del asunto controvertido
por haberse producido la sustracción de la materia, en los seguidos
por Javier Jesús Ríos Castillo contra la Universidad Ricardo Palma,
sobre Pago de Honorarios. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES
SE HA DECLARADO PROCEDENTE EL RECURSO: Esta Sala
Suprema mediante resolución de fecha once de octubre de dos mil
doce, ha estimado declarar procedente el recurso de casación por
la causal de infracción normativa procesal, respecto de la cual la
entidad educativa recurrente sostiene que ninguna de las instancias
se ha percatado que el artículo 321 del Código Procesal Civil
establece taxativamente cuáles son los casos en los que procede
se declare la conclusión del proceso sin declaración sobre el fondo
y en ninguno se encuentra comprendido el caso sub materia;
agrega que el caso sub judice no se encuentra comprendido en la
causal prevista en la norma acotada y podía estarlo en razón que
se encontraba pendiente la segunda sentencia que el A quo debía
expedir en acatamiento a lo dispuesto por la Sala Superior que
había declarado nula la sentencia de primera instancia y ordenado
que el inferior expidiera nueva sentencia. CONSIDERANDO:
Primero.- Que, corresponde precisar que la entidad recurrente
alega que la sentencia de vista ha incurrido en la infracción
normativa del artículo 321 del Código Procesal Civil, detallando
hechos que además resultarían ser atentatorios al debido proceso.
Segundo.- Que, el debido proceso es un derecho complejo, pues,
está conformado por un conjunto de derechos esenciales que
impiden que la libertad y los derechos de los individuos sucumban
ante la ausencia o insuficiencia de un proceso o procedimiento, o
se vean afectados por cualquier sujeto de derecho –incluyendo el
Estado– que pretenda hacer uso abusivo de éstos. Como señala la
El Peruano
Lunes 2 de setiembre de 2013
doctrina procesal y constitucional, “por su naturaleza misma, se
trata de un derecho muy complejamente estructurado, que a la vez
está conformado por un numeroso grupo de pequeños derechos
que constituyen sus componentes o elementos integradores, y que
se refieren a las estructuras, características del Tribunal o instancias
de decisión, al procedimiento que debe seguirse y a sus principios
orientadores, y a las garantías con que debe contar la defensa”
(Faúndez Ledesma, Héctor. “El Derecho a un Juicio Justo”. En: Las
Garantías del Debido Proceso (Materiales de Enseñanza). Lima:
Instituto de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad
Católica del Perú y Embajada Real de los Países Bajos, p, 17). En
ese sentido, el derecho al debido proceso constituye un conjunto
de garantías de las cuales goza el justiciable, que incluyen, la tutela
procesal efectiva, la observancia de los principios o reglas básicas
y de la competencia predeterminada por Ley, así como la pluralidad
de instancias, la motivación y la logicidad y razonabilidad de las
resoluciones, el respeto a los derechos procesales de las partes
(derecho de acción, y de contradicción) entre otros. Tercero.- Que,
bajo ese contexto dogmático, la causal de infracción normativa
procesal denunciada se configura entre otros supuestos en los
casos en los que en el desarrollo del proceso, no se han respetado
los derechos procesales de las partes, se han obviado o alterado
actos de procedimiento o si la tutela jurisdiccional no ha sido
efectiva y/o el órgano jurisdiccional deja de motivar sus decisiones
o lo hace en forma incoherente, en clara transgresión de la
normatividad vigente y de los estadíos superlativos del
procedimiento. Cuarto.- Que, sobre el caso que nos atañe
corresponde efectuar previamente un resumen de la controversia
de su propósito. El actor interpone demanda de pago de honorarios,
con la finalidad de que la Universidad Ricardo Palma cumpla con
pagarle la suma de seis mil dólares americanos, mensuales
impagos desde el mes de noviembre de dos mil cinco, hasta el mes
de mayo de dos mil siete, que asciende a un total de ciento catorce
mil dólares americanos (US$114,000.00), o su equivalente en
nuevos soles (dieciséis meses), asimismo se le abone el monto
que se vaya ampliando del mes de junio de dos mil siete en
adelante a razón de seis mil dólares americanos (US$6,000.00) en
caso la entidad educativa demandada continúe incumpliendo su
obligación de abonarle sus honorarios profesionales. Alega que: a)
Con fecha veinticuatro de agosto de mil novecientos noventa y uno
suscribió contrato con la empresa demandada, modificándose el
monto de los honorarios por Resolución Rectoral número 920105
de fecha siete de febrero de mil novecientos noventa y dos, precisa
que el contrato y la resolución fueron expedidas conforme a ley y
éste ha sido declarado válido, vigente y eficaz mediante sentencia
casatoria expedida en el Proceso Civil número 16532-2001, que
adjunta en copia; b) A partir del contrato quedó obligado a
disposición de absolver consultas de la entidad demandada y/o
patrocinar procesos que el Rector de la Universidad le asignara; c)
El contrato no está sujeto a volúmenes de trabajo o resultados; d)
Durante la ejecución del contrato la Universidad recurrente ha
manifestado su aprobación y satisfacción por la labor que ha
cumplido, sin embargo la cancelación de honorarios ha sido
suspendida desde el mes de julio de mil novecientos noventa y
seis, sin mediar comunicación legal de forma resolutoria o de
rescisión alguna; e) Conforme a lo precisado demandó y logró que
el Poder Judicial mediante sentencia ejecutoriada ordenara a la
entidad demandada le abone los honorarios que le dejó de pagar,
desde el mes de julio de mil novecientos noventa y seis hasta el
mes de octubre de dos mil cinco, mandato judicial con status de
cosa juzgada, que se encuentra en estado de ejecución de
sentencia; sin embargo queda pendiente que la Universidad
Ricardo Palma le cancele los honorarios que corresponden del
mes de noviembre de dos mil cinco en adelante, en la medida que
dicho contrato continua plenamente vigente y es eficaz en todos
sus extremos, al no haber sido resuelto por las partes y al haberlo
declarado así la sentencia casatoria antes referida; f) Desde el mes
de julio de mil novecientos noventa y seis, tal como lo ha previsto el
contrato, el representante legal de la Universidad, no ha asignado
al demandante litigios para ser patrocinado, ni ha solicitado
consultas legales, lo que no es óbice para que la entidad demandada
cumpla con su obligación retributiva de periodicidad mensual, al
amparo de lo señalado por el artículo mil trescientos sesenta y uno
del Código Civil; y g) Estando vigente dicho contrato debe ser
ejecutado legalmente, debiéndose abonar los honorarios
establecidos, los que liquidados desde el mes de noviembre de dos
mil cinco hasta mayo de dos mil siete hacen una suma total de
ciento catorce mil dólares (US$114,000.00), correspondiendo
asimismo el pago de intereses legales que se generen hasta el
momento de pago. Quinto.- Que, el Juez de Primera Instancia
expide sentencia obrante a folios cuatrocientos sesenta y seis, su
fecha diecisiete de noviembre de dos mil ocho, declarando fundada
en parte la demanda de pago de honorarios y en consecuencia
ordena que se pague al actor la suma de ciento catorce mil dólares
americanos (US$114,000.00), correspondientes a los honorarios
profesionales desde el mes de noviembre de dos mil cinco hasta el
mes de mayo de dos mil siete, e infundada la ampliación solicitada
por el pago de honorarios desde el mes de junio en adelante. Luego
que la entidad demandada impugnara la sentencia de primera
instancia, la Sala de Mérito emitió el auto de vista de folios
novecientos cuarenta, su fecha uno de octubre del dos mil diez, por
considerar que se debe analizar: a) La sentencia recaída en el
Expediente número 4197-2008-PA/TC de fecha ocho de junio de