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EL JUEGO DE TRAFICAR CON LA VIDA Y LA INTEGRIDAD

Con el pasar de los días y los largos viajes por toda Colombia han logrado que me encuentre con

diferentes personas, los cuales tienen relatos e historias impactantes que contar, pero no se han

atrevido a hacerlo con cualquier persona ya que la información que se proporcionara, en muchos

casos es vergonzosa o bastante peligrosa para la vida de quien cuenta y la persona que escucha y

trasmite esta información.

Así en una de estas travesías, fue como conocí a Laura y Andrea dos mujeres que vivían en el

barrio Mojica el cual está ubicado en la Comuna 15 del Distrito de Agua blanca al sur oriente de

la ciudad de Santiago de Cali, Laura la mayor de las 2 con 25 años de edad y Andrea con 21 años,

estas dos mujeres son primas por parte de padre lo cual hizo que toda la vida vivieran juntas en la

casa familiar de su Abuela Leonor, la cual años atrás había fallecido a causa de un cáncer

pulmonar y les dejo la casa a sus únicos 2 hijos Fabio Torres e Ismael Torres, padres de Laura y

Andrea.

Laura cansada de ver la situación económica de su familia, en la cual ni ella ni sus hermanos

pudieron acceder a la educación, les tocaba trabajar en las esquinas de los semáforos del centro

de la ciudad de Cali y el dinero que recogían no alcanzaba para comer ya que en total eran 3

mujeres y dos hombres, su padre de avanzada edad no podía trabajar para sustentar los gastos de

la casa ya que sufría de esclerosis lateral y su madre años atrás había fallecido, a causa de la

violencia que se veía reflejada en este barrio, donde constantemente las guerras entre pandillas

dejaban personas muertas por el número de balas perdidas. Su madre hizo parte de esta gran cifra

que día a día seguía llenándose.

Un 23 de octubre del año 2014, Laura salió como de costumbre a la esquina del semáforo del

estadio Pascual Guerrero a vender dulces que noche anterior había comprado, un hombre pasa
repartiendo unos volantes donde se informa que se solicitaban jóvenes para viajar a la ciudad de

Brasilia capital de (Brasil) desde la ciudad de Bogota (Colombia) para trabajar como niñeras los

cuales ofrecían un muy buen salario.

Laura esa noche se reunió con su prima Andrea y le hizo la propuesta, afirmándole que no

deberían dar ningún dinero que únicamente era aceptar y llegar a la ciudad de Bogota, que era de

este lugar donde salía el avión que las llevaría.

Después de una larga conversación, llamaron a el teléfono que estaba relacionado en el volante

informando que aceptarían la propuesta y en noviembre de ese año emprenderían el viaje.

Una vez llegaron a Bogota un hombre de test morena las aborda en el vuelo sin mostrarles sus

tiquetes afirma Andrea, cuando llegaron al destino que supuestamente era Brasilia se dieron

cuenta que estaban equivocadas y estaban en Rio de Janeiro una de las principales ciudades de

Brasil.

Acaso ustedes no sabían en que se estaban metiendo no lo estaban imaginando pregunte.

- ¡No nunca desconfiamos, hasta ese momento hablamos entre nosotras y pensamos que fue

despiste nuestro la ciudad de origen pero que las cosas aún estaban bien! Afirmo Andrea.

Un hombre las aborda y les informa que las llevaría a su nuevo lugar de trabajo y en este

momento sus vidas empezaron a tomar un giro inesperado.

Andrea y Laura fueron obligadas a prestar servicios sexuales en un establecimiento al sur de Rio

de Janeiro. No podían salir, y mucho menos llamar a sus familiares para alertarlos sobre su

situación.

Sus plegarias y suplicas a Santiago Apóstol tuvieron recompensa, un mes después de su llegada,

sus compañeras de cautiverio, aproximadamente quince mujeres colombianas que habían caído

en la misma trampa pero todas mayores de 30 años, les ayudaron a escapar, con la condición de

buscar auxilio también para ellas.


Lo primero que hicieron las dos mujeres fue llamar a sus familiares en Colombia para que las

ayudaran con dinero e informaran a las autoridades.

“La madre de Andrea les informo a las dos mujeres que esta lo comunico en el CAI más cercano,

pero los policías le informaron que ellos no sabían si esta información era verídica, que se

dirigieran a la estación de policía Meléndez, que por ser este un lugar más grande allí la podrían

ayudar”.

El caso fue dirigido a la Fiscalía de Cali donde esta mujer informo lo que estaba pasando en un

prostíbulo de Rio de Janeiro y la cantidad aproximada de mujeres que estaban sufriendo el mismo

calvario que paso su hija y su sobrina, pero este caso aún se encuentra en investigación, ya que no

se ha podido dar con el paradero de las personas que contactan a las mujeres.

“Al principio todo parece estar muy bien. Los tratantes pagan el pasaporte o la visa, si la persona

lo requiere, los tiquetes de avión, la ropa y comida que les den, pero en cuanto llegan a su destino

todo se los cobra, a estas mujeres no les cobran únicamente los gastos del viaje, cuando llegan al

país de destino deben pagar alojamiento, alimentación, ropa, medicinas si se enferman, y en ese

caso, les cobran multa por no trabajar”, informo Hoover Alfredo Penilla Romero el comandante

de la policía metropolitana de Santiago de Cali. “Si pagan su deuda pueden quedar libres, pero

bajo estas condiciones es muy difícil. Algunas víctimas mueren sin lograrlo. Quienes escapan o

saldan la deuda son muy afortunadas”.

Laura y Andrea con la colaboración de las autoridades del país, lograron devolverse nuevamente

a Colombia a comenzar su vida desde cero, ya que este episodio difícil y desgarrador hace parte

de muchas de las familias Colombianas, pero son ocultados o dejados a la intemperie por el

miedo de ser juzgadas por sus acciones.


Por este tipo de casos es que desde el 2001, la OIM en Colombia implementa el Programa

Integral de Lucha contra la Trata de Personas con el objetivo de luchar contra este delito, a través

de la implementación de estrategias de prevención, asistencia a las víctimas, el fortalecimiento

institucional y la descentralización de las políticas públicas contra la trata de personas que lidera

el Gobierno Nacional en coordinación con los gobiernos departamentales.

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