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El sacrificio en la Casa Fuerte de

Barcelona
Eumenes Fuguet Borregales (*)
La historia venezolana nos ha dejado plasmada con la tinta indeleble del sacrificio y del valor,
una de las páginas más infaustas, como fue la escrita el 7 de abril de 1817, en el antiguo
convento de San Francisco en Barcelona, convertida Casa Fuerte por el valeroso general
barcelonés Pedro María Freites, utilizado en última instancia como lugar de refugio a los
ancianos, mujeres, niños y enfermos de la ciudad, como también para parque (armas y
municiones), dejadas por Bolívar en calidad de depósito. El Libertador procedente de Haití
había llegado a Barcelona el 1ro de enero de 1817; al tener conocimiento de las operaciones
previstas por el general curazoleño Manuel Piar para liberar la importante región de Guayana,
designó comandante de la Provincia de Barcelona al general Freites (1790-1817), al frente de
cuatrocientos soldados, trasladándose al sur el 9 de febrero con la finalidad de aumentar la
capacidad operativa del ejército, para lograr el éxito que permitirá obtener alimentos, caballos y
ganado de las misiones del Caroní, control y libre navegación por el río Orinoco. El coronel
realista Juan de Aldama, designado por órdenes del general Pablo Morillo jefe del ejército
español en el oriente venezolano, aprovechó el alejamiento de Bolívar para aproximarse a
Barcelona con más de tres mil quinientos efectivos. El 5 de abril de 1817 inició el sitio a la
desguarnecida ciudad. Ante el inminente ataque de Aldama, Freites ordenó a la población
encerrarse con la urgencia del caso en el convento San Francisco, con poca agua y sin
provisiones de alimentos. Acción ofensiva iniciada a las siete de la mañana del fatídico 7
de abril; Debido a las discrepancias por liderazgo entre el Libertador y el general
Santiago Mariño, los refuerzos solicitados nunca llegaron; Mariño con mil setecientos
soldados se encontraba en Aragua de Barcelona, prefirió movilizarse hasta Cumaná para
sitiarla. Freites estaba acompañado de los miembros del Ayuntamiento y del Gobernador
Francisco Esteban Rivas. Aldama empleó la artillería para abrir brechas en los muros del
convento, una vez lograda esta fase, la infantería realista procedió a sangre y fuego al asalto
del sagrado lugar, cometiendo desafueros contra la población. Fallecieron sin contemplaciones
más de setecientos barceloneses. Durante seis horas Freites y sus soldados no pudieron
contener las feroces embestidas de los atacantes; los que pudieron escapar, al ser capturados
corrieron la misma suerte. La historia y tradición relata episodios de horror, sacrificio y
patriotismo por los abusos y asesinatos cometidos por la fuerza realista, verbigracia el de los
sacerdotes Juan Antonio Godoy y otro de apellido Serra, ajusticiados cuando asistían
religiosamente a los heridos y moribundos. El joven capitán William Chamberlain, estando
herido, prefirió inmolarse antes de caer en manos enemigas; su esposa la heroína Eulalia
Buroz (1796-1817), de veintiún años, digna representante de la mujer venezolana hecha patria,
en el fragor de la acción exclamaba “Viva la patria”; al caer prisionera y en momentos cuando la
tomó de la cintura un soldado, en forma rápida le sacó la pistola matándolo en el acto,
correspondiéndole recibir la atroz venganza. Freites herido, antes de caer prisionero insuflaba
ánimo a sus combatientes: “Soldados, es preferible caer combatiendo como bravos a morir
degollados”. Aldama envió a Freites y al gobernador Rivas a Caracas cual trofeo de guerra al
capitán general Salvador Moxó; en el trayecto no recibieron ni agua ni alimentos; el Gobernador
Rivas también herido y con las manos atadas, a pesar de conocer el fatal destino que los
esperaba, animaba con pasajes religiosos a Freites llevado en una parihuela (hamaca); ambos
fueron fusilados en la Plaza Mayor. El general Pedro María Freites, fue uno de los héroes de la
batalla de El Juncal realizada cerca de Barcelona el 26 de septiembre de 1816, acción que le
mereció el ascenso a general por parte de Manuel Piar; cayó en la defensa de la Casa Fuerte,
ilustrando su nombre en el martirio de los infaustos momentos de la Venezuela heroica. El
“siempre leal” general Rafael Urdaneta apurando la marcha, llegó a Barcelona dos días
después del martirio. El Libertador conoció la noticia de la pérdida de Barcelona el 15 de abril
en la población de El Pao. En 1819 el Gral. Morillo envió a España al oficial Aldama por
“incompetencia en el servicio y por innumerables actos de crueldad en perjuicio de los
habitantes de Cumaná”. En homenaje al sacrificio de la Casa Fuerte de Barcelona, el Ejecutivo
Nacional decretó en 1960, sea declarado “Monumento Histórico Nacional” las vetustas ruinas
del antiguo convento de San Francisco. Para eternizar la memoria del Gral. Freites y la heroína
Eulalia Ramos (Buroz) de Chamberlain, se colocaron en el augusto lugar dos monumentos;
igualmente se honró con el nombre de Freites el Municipio cuya capital es Cantaura en
Anzoátegui, y el municipio Buroz del estado Miranda capital Tacarigua de Mamporal. La
defensa y sacrificio por parte de los barceloneses en la Casa Fuerte es un permanente símbolo
de patriotismo y abnegación.
Gral. de Bgda. eumenes7@gmail.com
Historia y Tradición

Casa Fuerte de Barcelona


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Ruinas de las Casa Fuerte de Barcelona, Venezuela.

La Casa Fuerte es desde 1960 un monumento Histórico Nacional de Venezuela. Está


ubicado en la ciudad de Barcelona, capital del estado Estado Anzoátegui. Originalmente
establecida como el Convento de San Francisco, fue el centro de las Misiones
de Hermanos menores recoletos, desde donde los frailes salían difundir el evangelio hasta
los llanos al sur de Venezuela. En 1811 fue tomada por los fundadores de la república de
Venezuela y en 1817 fue convertido en fuerte por Simón Bolívar para la defensa de la
ciudad de los ataques realistas.
El 25 de marzo de 1817 decidió Bolívar abandonar Barcelona y dejar encargado de la
defensa de aquella ciudad al irlandés Charles Chamberlain y al barcelonés Pedro María
Freites. Les pidió a los generales Mariño y Bermúdez estar pendientes de Barcelona y
prestarles ayuda en caso de necesitarla. Bolívar se lleva de Barcelona la mayor parte de
las armas y la escasa artillería con la que se podía contar. Aun así, cuando pasa por
Quiamare casi es asesinado. Al abandonarla Simón Bolívar la ciudad quedó
desguarnecida y se mostraba como una presa fácil, su reconquista significaba un gran
valor político y militar.
Doce días después de Bolívar abandonar a su suerte a Barcelona las tropas realistas al
mando de Aldama y Morales entraron a saco a la ciudad cuyos habitantes se refugiaron
tras los muros y parapetos del convento. Chamberlain se suicidó, Freites fue herido
gravemente y hecho prisionero. Nadie vino en auxilio de la población que inerme y
aterrorizada vio como la muerte se cebaba una vez más en un pueblo signado por la
tragedia. El 7 de abril de 1817 ocurrió uno de los episodios más dolorosos y sangrientos de
nuestra epopeya libertaria: la caída de la Casa Fuerte en manos realistas que pasaron a
cuchillo a más de 700 personas.
Freites herido en unión del doctor Francisco Esteban Rivas fueron trasladados a Caracas
donde fueron fusilados en la Plaza Mayor por órdenes del Capitán General Salvador de
Moxó;
Las ruinas de la Casa Fuerte fueron consideradas un monumento recordatorio del desastre
que nunca fueron despejadas ni reconstruidas. En la actualidad, las estatuas del general
Pedro María Freites y de Eulalia Buroz de Chamberlain, quien falleció en esta última
defensa, vigilan desde las esquinas del parque, frente a la Plaza Bolívar de Barcelona.

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