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Reseña. Joel Kotkin La ciudad. Una historia global. Parte 1, 2 y 3.

Madrid, Debate, 2006

Juan Sebastián Torres Martínez, Historia, Universidad Nacional de Colombia

Joel Kotkin es el miembro distinguido Roger Hobbs en Estudios Urbanos en la Universidad de


Chapman en Orange, California y Editor Ejecutivo de la página web www.newgeography.com . Él
escribe la columna semanal " New Geographer " para Forbes.com. Él es un Senior Visiting Fellow en
la Escuela Superior de Administración Pública en Singapur. Es miembro del consejo editorial de la
Orange County Register y escribe una columna semanal para ese periódico, y es un colaborador
habitual de la Daily Beast.

Kotkin también, ha publicado informes sobre temas que van desde el futuro de la clase en las
ciudades globales a la subida de los corredores de crecimiento de la economía estadounidense. Su
reciente informe, "Post-familismo: Futuro de la Humanidad", un examen de la demografía el futuro
del mundo, fue publicado por el Colegio de Administración Pública de Singapur y la Universidad de
Chapman, y ha sido ampliamente comentado, no sólo en los Estados Unidos, también en Israel,
Brasil , Canadá y otros países1.

La ciudad se erige como la mayor creación de la humanidad; ella condensa y desata los impulsos
creadores de esta y es uno de los pocos fenómenos que está presente en todo el globo terráqueo. De
esta manera comienza Kotkin su texto sobre la historia global de la ciudad. Siendo así, la ciudad
para kotkin se desarrolla bajo tres principales premisas: como lugar de convergencia religiosa,
provisoria de seguridad y de una economía activa. Puesto que en un primer lugar, las estructuras
religiosas han dominado durante gran lapso de la historia de la humanidad el paisaje y la imaginación
de la concepción de lo urbano, hasta el punto de verlas como lugares sagrados, directamente
asociados a las fuerzas divinas que controlaban el mundo. En segundo lugar, y por encima de todo, la
experiencia histórica de la ciudad solo es posible, cuando esta tiene la capacidad de brindar seguridad
para sus habitantes; cuando no estos emigran al campo o a otros lugares más seguros. Y por último,
para el desarrollo y el sostenimiento de una ciudad se necesita una manera de garantizar riquezas
para mantener grandes poblaciones durante un largo periodo de tiempo y consecuentemente,
promueva el desarrollo de la misma. A este punto se hace referencia entonces a una economía activa
e integrada por artesanos , comerciantes, obreros y en la mayor parte de los casos, esclavos.

Estos tres ejes temáticos se articulan a lo largo de la obra para explicar la experiencia histórica de la
ciudad en la humanidad, que kotkin la remonta a la antigua Mesopotamia, donde se encuentran los
vestigios de las primeras ciudades. En una primera instancia Kotkin identifica la religión o la
concepción de lo sagrado como una organización social y moral. Esta organización social para él era
necesaria para conjugar la intrincada regulación de la sociedad y una relación más dominante con la
naturaleza, al mismo tiempo que les permitía organizarse para el enorme esfuerzo que requería la
obtención de recursos básicos. No es coincidencia, que de acuerdo a esta última necesidad, las
primeras ciudades que se establecieron surgieron como puntos de mando para realizar tales
funciones.

1
Tomado de www.joelkotkin.com el 30 de agosto de 2014
Con ello la casa sacerdotal surge como la principal organizadora del nuevo orden urbano que
articulaba los principios divinos que sobrepasaban al hombre sobre la naturaleza. Así mismo
regulaba las actividades de un gran número de personas en torno a una serie de tareas complejas en
favor de la comunidad, personas que en su mayoría no tenían parentesco con el resto y el único
elemento cohesionador era la concepción de lo sagrado y no los lazos de parentesco. Sin embargo la
tarea delos sacerdotes se extendía mucho más; fundamentaban el sentido del orden y la continuidad,
pues, establecieron los calendarios que administraban y regulaban los tiempos de trabajo, cosecha y
fiestas. Su importancia era tal que en algunos casos la jerarquía misma de los dioses o de los rituales
de culto variaran con el tiempo, pero el carácter central que representaba la función religiosa en la
vida urbana de la antigua Mesopotamia perdurara durante varios milenios más.

Este punto que kotkin plasma como la concepción de lo sagrado que después se traduciría en
religiones, en varios lugares del mundo como Mesopotamia o China y sus respectivos equivalentes
en América tenían en común que situaban las estructuras religiosas en el corazón de sus centros
metropolitanos . Una noción del espacio desde lo sagrado, que fue fundamental para el desarrollo d e
ciudades en el mundo hasta siglos recientes. Kotkin lo plantea en términos de una unidad “psíquica”
entre los antiguos constructores de ciudades de todos los rincones del mundo.

Kotkin continúa posteriormente con un tipo de ciudad de tipo imperial, es decir que ejercían control
sobre grandes áreas permitiendo el rápido incremento del comercio en todas las zonas de expansión
urbana. Sin embargo, aun cuando los mercaderes y los artesanos crecían económicamente, el poder
lo seguirían ejerciendo los sacerdotes, soldados y la naciente burocracia. De todas maneras estos
aspectos no impidieron que ciudades como las de los fenicios se rigieran en principio por intereses
económicos derivados del mercado, cuyo principal objetivo era la expansión comercial.

Durante este periodo antiguo de la historia urbana, Kotkin describe a Europa como un lugar atrasado
en comparación con Mesopotamia. La primera ciudad que se constituiría seria creta como ciudad
comercial, fundada en parte también con ideas egipcias y mesopotámicas. En general, para este tipo
de ciudades del territorio griego, el mar constituía la única vía de expansión adecuada. Esto hizo que
se fundaran las ciudades griegas con cierto desarraigo y fragmentación las unas de las otras, a su vez
que se desarrollaban con un espíritu competitivo que permitiría una cultura intelectual
extremadamente individualista. Aspecto que todavía detiene una gran parte del ideal urbano
occidental, al menos para Kotkin. Estas primeras ciudades griegas como Atenas y Creta se mostraban
en un principio como miserables, sucias e incomodas, poco respeto mostraron en un comienzo por el
comercio, cosa que con el trascurrir del tiempo cambiaria en un giro radical con la llegada del
Imperio de Alejandro Magno.

Bajo este imperio se construyeron ciudades verdaderamente planificadas y a gran escala desde el
comienzo, construidas en su mayoría en piedra para evitar posibles incendios. Alejandría seria el
máximo exponente de esta fórmula, que retomaba el legado de los griegos pero sin cometer sus
errores; sería entonces la primera ciudad cosmopolita, pues allí convivieron tanto egipcios, judíos y
griegos.

Pero en el mundo antiguo europeo faltaría aun que se levantara el coloso urbano más importante:
Roma. Nació como un Ciudad-Estado y bajo el mito de Rómulo y Remo, es decir, de su antigüedad
su trascendencia e historia, Roma se construía como la mayor de las creaciones del mundo antiguo
europeo. Articuló en su organización dos elementos que la definirían como imperio posteriormente:
organización de una convicción religiosa y el poder militar organizado. Siendo así, que llego en su
apogeo, a superar el millón de habitantes, poseía también alcantarillados y acueductos.

Para Kotkin de todas maneras, esta historia urbana no se detiene allí y trata de ir mas allá de los
tradicionales relatos históricos que solo hacen referencia a occidente y sus precursores, también
retoma la experiencia urbana del oriente que por varios siglos fue superior a la de Occidente,
precisamente por el debilitamiento del urbanismo europeo con la caía de Roma y donde los
Musulmanes se hacen con el control de las rutas comerciales del Mediterráneo.

Para los musulmanes la experiencia urbana fue también una experiencia de fe en la misma, la
necesidad de unir a la comunidad de creyentes del Islam constituía un aspecto fundamental de esta
religión. Las ciudades para ellos entonces, son lugares donde los hombres rezan juntos, apartándose
del viejo sistema de clanes que los mantenía separados y confinados en el desierto. Es así que el
Islam fomentaba una sofisticada cultura urbana, pero no rendía culto a la ciudad por si misma; las
preocupaciones religiosas (la relación del hombre con Dios) vendrían a eclipsar los problemas de los
asuntos municipales. En este sentido, las mezquitas configuraban el centro de la vida urbana como lo
es una ciudad como la Meca, aun en nuestros días.

En contraste con este tipo de ciudad, Kotkin, describe también las ciudades chinas que surgieron en
el marco de una civilización de base predominantemente agraria. Estas ciudades chinas pese a su
gran tamaño, constituían meramente una versión, según Kotkin, “ de más densa calidad de la gran
realidad agraria”. Puesto que su economía se basaba casi que exclusivamente a la producción de
bienes para el consumo local y no funcionaban en lógicas del comercio. Estas ciudades funcionaban
como centros administrativos del Imperio, era la política entonces y no el comercio, la que decidía el
porvenir de las ciudades Chinas. Un poder político que se desplazaba a la par con la divinidad; el
lugar donde residía el emperador era lugar sagrado.

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