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ANÁLISIS DE LA OBRA “EL OLVIDO DE TU NOMBRE”, DE ABRAHAM

PRUDENCIO

Abraham Prudencio es licenciado en literatura peruana y latinoamericana por


Universidad Nacional Mayor de San Marcos, magíster en Literatura comparada
por la Universidad Sorbona, candidato a Doctor en Literatura. Ha ejercido la
docencia universitaria tanto en el Perú como en Francia. Así mismo colabora en
diversos medios literarios. Fue finalista del premio internacional Juan Rulfo
(2008).

Autor de varias obras como La vida no vale nada (relatos, 2005), El día de mi
suerte (novela, 2006), Hojas de otoño (nouvelle, 2009), Atahualpa el inca que
nunca muere (ensayo, 2011), Ella soñaba con el mar (nouvelle, 2012), en este
caso veremos su libro El olvido de tu nombre (relatos 2017).

Generalidades:

La obra está conformada por siete relatos Cuentas pendientes, 1970, Más allá
de la esperanza, Esperando el amanecer, Como si fuera un sueño, Sangre de
torero y Ausente que en conjunto desarrollan la temática de “El olvido de tu
nombre”, que describe la experiencia vital de los personajes, su vida que pasa
de manera real y cotidiana como de cualquier mortal pero donde los personajes
diversos, complejos, con una tensión agónica se dirigen a un destino común uno
ineludible e inevitable, el fin de la existencia. En cada uno de los relatos se
desarrolla una lucha intensa, donde cada personaje se revela contra el destino
que le toca enfrentar, de este modo se revela el misterio de la vida donde lo más
importante y alentador es seguir batallando, resolviendo lo irónico que es la vida.

Modelo crítico de Georges Poulet

En el presente texto se aplicará el modelo crítico de Georges Poulet (1902-1991)


crítico que perteneció a la escuela de Ginebra. Él propone la Crítica de la
conciencia, es una tendencia analítica que procura estudiar la elaboración pre
reflexiva de determinadas imágenes, presentes de modo recurrente en
determinadas obras. El eje de su sistema se funda que toda creación literaria
instala al interior de la obra un universo determinado (escenario, personajes,
acciones, situaciones y dichos). La naturaleza de dicho universo es el resultado
de una decisión consciente y libre del autor y de ciertos mecanismos psicológicos
que enraizados en lo más profundo de la conciencia, operan como “fuerzas
genésicas” de la creación literaria. Sus principios teóricos son dos: a) la literatura
es “realidad de un pensamiento particular (…), a través de la totalidad de los
objetos, (…) revela la imposibilidad de tener una existencia objetiva”. Según este
principio todo se remite a una conciencia subjetiva, nada real. b) detrás de las
categorías de tiempo y espacio, y en la base de los temas, acciones y personajes
que discurren por la obra se esconde un espíritu puro creador, un pensamiento,
un orden mental, un “cogito”, que reordena el mundo de acuerdo a los
sentimientos, imaginación, deseos y quereres del autor. En esta perspectiva
escribir significa un acto fundador. Corresponde al crítico determinar la
naturaleza y alcance de dicho acto.

Para este universo interior que subyace en una mente creadora, debemos
aplicar el método o modelo, conformado por un paso analítico, que nos lleva a
determinar primero, el escenario de la acción (espacios naturales, culturales y
míticos; objetos naturales, culturales y míticos; elementos fundantes del mundo:
aire, agua, tierra y fuego; tiempos que se dan al interior de la obra: cosmológico,
cronológico, psicológico, mítico) y la caracterización de los personajes (o
actores) que circulan al interior del mencionado escenario. A continuación
analizaremos un extracto del relato denominado “Cuentas Pendientes”.

En momentos de debilidad se arrepentía de no haber obedecido las órdenes de su


abuelo, debió incinerar los archivos e intentar ser feliz. Pero ahora las cosas estaban
demasiado complicadas para anular lo vivido, el abuelo lo quiso siempre triunfador y
no un vulgar asesino. El tiempo y las acciones debilitaban su espíritu (…)
Mientras se confundía entre la multitud, desplazándose con sigilo, comprobó una
gran verdad: cada quien tenía al menos alguien con quien conversar, él en cambio,
siempre había estado solo, no compartía con nadie ni sus alegrías ni sus
decepciones. Tantos secretos en el corazón iban a terminar matándolo, esa ciudad
lo hizo sentir miserable, detestó ese momento, detestó ese lugar, se detestó a
sí mismo. Cruzando Le Pont Sully, la serenidad e inmensidad del Sena lo llevaron a
reflexionar. Su vida no tenía por qué acabar así, regresaría a casa, echaría todo por
la borda, se enamoraría de la primera mujer que lo embrujara, lucharía con todas
sus fuerzas de su corazón para conquistar el amor. Pensar en el acto de enamorarse
y ser correspondido lo llenó de esperanza, de motivación, ¿para qué seguir matando?
¿Por qué hacerlo? ¿Quién movía los hilos de su destino? (...)
Había llegado el momento de darse una oportunidad, estando lejos recién descubrió
el poder curativo del amor, los sentimientos abrían oportunidades, bastaba con los
barcos del Sena que iban y venían sin razón. Él se establecería en el lugar añorado
para ser feliz, esas aguas tranquilas lo llenaron de serenidad. Bajó la guardia, con
ella el olvido, sintió algo parecido a la felicidad que le subía desde el corazón (…) y
mientras caminaba pensando en que por fin había llegado la hora de vivir, vio a
mucha gente al borde de ese pacifico río, motivado por ese instante que le habría
gustado vivir en su infancia, bajó por las angostas gradas como obedeciendo una
ley divina; alrededor había gente que disfrutaba placenteramente el momento. La
algarabía lo llevó a sacarse los zapatos e intento meter los pies en las aguas frías,
se sintió contento, ya era hora de hacer algo distinto, aunque eran más de seis de la
tarde, el día aún estaba claro, a lo lejos con un poco de esfuerzo, se podía distinguir
la punta de la imponente Torre Eiffel.
Se sintió conmovido por el lugar, por las cosas que haría cuando llegase a casa.
Deseaba que ese momento durara una eternidad, de repente un sonido certero y
conocido nubló por completo el ambiente, las cosas perdieron su color, su esencia.
Tardo mucho tiempo en comprender que lejos de allí la vida continuaba igual, la gente
seguía pasando sin pasar, los relojes indicaban un tiempo desbordante pero ahora
esas cosas extrañas ya no transcurrían para él, luego… quiso volverse para ver que
manos le habían dado muerte pero tampoco pudo, cuando continuó con la sensación
de que todo seguía cambiando a gran velocidad pero menos para él, recién en ese
momento se percató que esa vida con sus triunfos y fracasos ya no le pertenecía,
encorvado y sin fuerzas vio como el líquido de su existencia se iba lentamente con el
Sena.(pag.38)

Desarrollemos el modelo crítico de Georges Poulet, análisis realizando el


paso analítico:

1. Escenario: el escenario está conformado por a) vista y orillas del rio Sena
b) un atardecer d) la multitud e) el agua que fluye. A este lugar específico
y circunscrito – universo del escritor- , simultáneamente convergen el
Espacio: humano ( la ciudad de Paris) y natural (la ribera del Río Sena);
objetos que integra dicho espacio ( los árboles, las calles, el puente,
barcos, los pies, zapatos, la Torre Eiffel); elementos fundantes del mundo:
aire (sonido conocido), agua (rio, liquido, sangre), tierra (ribera, casa, la
mujer añorada) y fuego (sol, luz, claridad, color); tiempos que se dan al
interior de la obra: cosmológico (atardecer), psicológico (madurez, nuevo
inicio, fin de la vida, el devenir), mítico (destino, muerte, lugar añorado,
eternidad)
2. Personaje: es la constante del ser humano que intenta ser feliz, pero se
encuentra con que “las cosas están demasiado complicadas para anular
lo vivido”, comprueba una gran verdad y realidad propia: la soledad,
aquella de no tener alguien con quien conversar, y saberse alguien que
está solo y sentirse miserable, y “detestar ese momento, detestar ese
lugar, detestarse uno mismo” todo lo que nos lleva a caer en cuenta de
ello. En medio de esa tiniebla, surge algo esperanzador, un algo que,
inspire resistencia, aferrarse a la vida, pues la “vida no tiene por qué
acabar así, soñar que se puede regresar a casa, echar todo por la borda,
enamorarse de la primera mujer que pudiera llegar a embrujar el alma,
luchar con todas las fuerzas de su corazón para conquistar el amor.”
Pensar en el acto de enamorarse y ser correspondido llena de esperanza,
y de motivación. Es el conflicto entre ese momento de darse una
oportunidad nueva y el destino, lo rutinario, la tragedia existencial. El
hombre se atreve a soñar, a recrear una ilusión, a sentirse con el lugar
añorado para ser feliz, a sentir algo parecido a la felicidad. Mientras se
desea que ese momento dure una eternidad, de repente un sonido certero
y conocido, el destino, como obedeciendo una ley divina, da el golpe, y la
sensación de que todo seguía cambiando a gran velocidad pero menos
para el personaje mismo, ver cómo el líquido de su existencia se va
lentamente. Y solo queda la nada. De igual modo en el último relato
Ausente, “Orejas” un perro, es signo de esa presencia amiga y genuina
que acompaña y alivia el alma.
3. Existe un tema recurrente en los personajes y figuras de los relatos, la
esperanza o el pretexto por una nueva vida, la posibilidad de un nuevo
inicio, cambiar el propio destino y la historia “morir con los ojos fijos en el
sol”; ya que muchos mueren imaginándose, soñando o recreando una
nueva vida que pudieron haber hecho en el futuro para mejorar el pasado.
Como en el relato “como si fuera un sueño” donde el personaje recrea una
vida feliz al agonizar (…) apenas entró a casa tanto sus hijos quedaron
sorprendidos por su inesperada aparición. Era la primera vez que veía a
sus hijos uniformados, -pues él siempre andaba ocupado en el trabajo y
las deudas- prestos a partir el colegio… quizá estaba pecando de crédulo,
pero fuera lo que fuera, un aviso, una pesadilla o una predicción, le hizo
darse cuenta que debía aprovechar su breve estancia en este mundo esa
era la única verdad… el frenético paso de lo imperecedero no le dio tiempo
para cumplir con lo que desde hace tiempo tenía planeado hacer.
Cuando los bomberos llegaron el yacía muerto con los ojos fijos mirando
al sol.
4. Para un nuevo inicio de una nueva vida hay que cambiar la propia
persona, incluso identidad y costumbres; como es el caso de del
personaje de “Ausente” que toma el nombre, la personalidad, la historia
de otro… por temor a cualquier represalia cambia su nombre, ya no se
llamaría Hikari sino Kaito, la persona anterior a él había muerto hace un
buen tiempo en el paredón y él así no quisiera tenía que comprenderlo.
(pg.101) Desean fervientemente cambiar destino pero ya es tarde porque
el cuento ya se acabó.

5. De igual modo en el último relato Ausente, Orejas un perro, es figura de


esa presencia que pasa desapercibida, que en el momento más crítico es
la único que presencia que reconoce, aprecia realmente y alivia el alma ..

(…) Fue como un golpe de alegría. Nadie como orejas para recibirlo entre
saltos y ladridos… pocos abrazaban a sus familiares y él abrazaba con el
mismo amor a su perro y aferrado a éste lloró desconsoladamente. Lloraba
por verlo vivo y porque al menos alguien lo reconocía. ¿Cómo hacerle hablar
a Orejas y convencer al mundo que él era Hikari? El can conocía su corazón
por eso ladraba de alegría…

6. En el relato “Esperando el amanecer” la madre enferma es la excusa para


seguir aferrado a la vida y cuando esa excusa desaparece, su vida y el
mundo pierde importancia. El encanto de la vida desaparece.
Cegado por la pérdida se encaminó a la parte más alta del arenal, desde ahí
pudo ver la inmensa noche limeña, la sintió una ciudad ajena y devastada…

Pareció estar parado en medio de la nada, más solo que nunca y con la
muerte a cuestas…

7. El aferrarse a la vida es un instinto en todo hombre, incluso en la misma


muerte, el muerto se rehúsa a aceptarlo. En el relato 1970 se describe
ese drama existencial.

(…) No agradezcas mucho, ya era hora de conocer gente nueva, van más de
ocho años y tres meses metido en este nicho, pero acuéstate, mañana me
contarás como has muerto.

__ ¿Muerto yo?, ¿Cómo? Todavía no he muerto…

__ Es difícil de aceptarlo pero ya habrá tiempo para hablar de eso, por ahora
descansa, se te ve fatigado y sangras por todas partes. Desde la sombra
quiso decir que no estaba muerto pero el cansancio le ganaba… (pg.46)

Conclusión

Finalmente, podemos observar que según la Crítica de la conciencia, la


creación literaria es la proyección de un universo, de la conciencia, de lo
psicológico. Es decir, en última instancia, la obra literaria no remite a un
referente objetivo, sino a una conciencia subjetiva, de la que es reflejo. de
este modo la literatura expresa lo más interno del ser, su conciencia
existencial, sus conflictos más profundos, proyectando toda esa propia
psicología en un personaje, detallando las sensaciones y estados que se
experimentan mediante espacios, tiempos, elementos, objetos que pueden
ser humanos, culturales, naturales y míticos que se emplean en la redacción
de determinadas obras. De ahí, la importancia de la obra, y texto analizado,
pues mediante la sensibilidad del autor, la precisión para encontrar las
figuras, los lugares, las circunstancias, el personaje y su destino, poder
insertar al lector en aquellos problemas y conflictos que el hombre se enfrenta
desde su existencia en la faz de la tierra, como aquello cotidiano y único que
nos toca vivir, y ante la experiencia de la muerte, lo mítico de su narración
hace de él como si fuera algo ya conocido y superable. De este modo, cumple
el fin de todo escritor, ayudar a hacer de esta penosa existencia algo
llevadero, con la seguridad que ofrece lo conocido, lo superado por otro,
aunque sea en lo ficticio de un cuento literario. La Crítica de la conciencia
detecta, el interior del lenguaje literario, las formas de la conciencia individual.
Esta conciencia, enraizada en un sustrato pre reflexivo y configuradora de un
orden mental, busca conciliar, a través de las categorías de tiempo y espacio,
las estructuras internas del psiquismo del autor con la experiencia
fenomenológica de lo cotidiano.

Villachica Villanueva Norehelia Nelly

VII ciclo
Referencias bibliográficas:

PRUDENCIO, A. (2017).El olvido de tu nombre. Ediciones blanco &


negro. Lima, Perú.

BLUME,J. & FRANKEN,C. (2006). La crítica literaria del siglo XX.50


modelos y su alpicación, Santiago: Editores Universidad
Católica de Chile.

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