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Comprensión del vínculo terapéutico: el método
psicodramático en mujeres drogodependientes.
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AGRADECIMIENTOS
"El médico procede de la naturaleza, ella le hace; sólo aquel que obtiene su experiencia de la Naturaleza es un
médico, y no aquel que con la cabeza y con ideas elaboradas escribe, habla y obra en contra de la naturaleza y de
sus peculiaridades.
El médico no es más que el servidor de la Naturaleza, y no su dueño. Por eso corresponde a la medicina seguir la
voluntad de la Naturaleza.
Quién quiera ser un buen médico deberá anclar su fe en la “luz de la razón de la naturaleza”, sanar a partir de ella y
no empezar nada sin ella (...) Si quieres aplicar un “arte”, que sea sólo a la luz de la Naturaleza y no en un actuar
superficial. Dios ha dado a cada persona, según estaban destinadas a ella, luces suficientes para que no tenga que
extraviarse."
Paracelso.
Quisiera agradecer a quienes hicieron posible y fueron parte de este proceso de aprendizaje
tanto individual como grupal, es decir, a mis compañeras y compañeros del postítulo en
formación psicodramática, gracias por desnudarse y respetar el desnudo del alma de los otros
al poner un pedazo de su propia historia para que los demás aprendiésemos. Gracias también
a quienes fueron los principales tutores dentro de estos años, permitiéndome profundizar,
compartir, y tomar valor para adentrarme cada vez más en ese arduo e inacabable proceso del
conocerse a sí mismo. Agradezco a Gloria Reyes y Antonio Castrillón, por su sensibilidad,
carisma, seriedad, intimidad, fraternidad y profesionalismo, en mostrarnos como circular por
la profundidad del alma de uno mismo y de los otros. Por su capacidad lúdica y enseñarnos
que el proceso de cura o sanación también requiere de espontaneidad y creatividad de uno
mismo, gracias por ser profesor y a la vez amigo/a.
Agradezco a mi familia, por ser la piedra angular para que este proceso pudiera llevarse a cabo
y llegar a buen puerto, pues si hay algo que ayuda a posibilitar un buen tránsito, es una base
segura.
Agradezco también a mi compañera de tesis Camila Villalobos, por su amistad de estos años y
en última instancia acompañarnos en este proceso de tesis y posibilitar a pesar de las
dificultades y desafíos el surgimiento de la alteridad.
Diego Cifuentes R.
El Amor
Y él levantó la cabeza, miró a la gente y una quietud descendió sobre todos. Entonces, dijo
con gran voz:
Cuando el amor os llame, seguidlo.
Y cuando su camino sea duro y difícil.
Y cuando sus alas os envuelvan, entregaos. Aunque la espada entre ellas escondida os
hiriera.
Y cuando os hable, creed en él. Aunque su voz destroce nuestros sueños, tal como el viento
norte devasta los jardines.
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Así como os acrece, así os poda.
Así como asciende a lo más alto y acaricia vuestras más tiernas ramas, que se estremecen
bajo el sol, así descenderá hasta vuestras raíces y las sacudirá en un abrazo con la tierra.
Dedico este trabajo a mis pacientes, por darme la oportunidad de entrar en su mundo y
permitirme acompañarlas, a pesar de la comprensible resistencia que surge al tener que revivir
sus historias de dolor.
Dedico también este trabajo a mis hijos Lua, Pedro y José, quienes me han enseñado con su
existencia, la inmensa tarea de ser madre.
Finalmente agradezco a Ada, por habernos ayudado a sacar adelante este trabajo, por su
confianza, dedicación y sabiduría.
Camila Villalobos T.
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TABLA DE CONTENIDOS
I. INTRODUCCIÓN .................................................................................................. 6
II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA…………………………………………………………………….…..8
III. MARCO TEÓRICO – CONCEPTUAL ....................................................................... 11
3.1 Nacimiento del Psicodrama………………………………………………………………………..11
3.2 Fundamentos Religiosos del Psicodrama…………………………………………………….12
3.3 Fundamentos Epistemológico – Filosóficos del Psicodrama………………………..12
3.3.1 Filosofía del Momento............................................................... 12
3.3.2 Filosofía del Encuentro .............................................................. 14
3.4 Aspectos Transparadigmáticos del Psicodrama ............................................ 16
3.5 Aspectos Centrales de la teoría Psicodramática ........................................... 16
3.5.1 Vínculo…………… .......................................................................... 17
3.5.2 Desarrollo Evolutivo desde la Teoría de Roles de Moreno………..16
3.5.3 Concepto de Rol ......................................................................... 18
3.5.4 D. Evolutivo desde la Teoría de Clusters de Dalmiro Bustos……..18
3.5.5 Tipos de Vínculo ........................................................................ 19
3.5.6 Teoría de los Clusters ................................................................. 20
3.5.7 Triada Psicodramática……………………………………………………………..21
3.6 El Método Psicodramático............................................................................ 21
3.6.1 Fases del Psicodrama ................................................................. 22
3.6.2 Instrumentos del Psicodrama .................................................... 23
3.6.3 Técnicas del Psicodrama ............................................................ 24
3.6.3.1 Técnicas Verbales………………………………………………………. 24
3.6.3.2 Técnicas No Verbales .................................................... 25
3.6.3.3 Recursos Psicodramáticos ............................................ 25
3.6.3.4 Técnicas Diagnósticas…………………………………………………26
3.7 Psicodrama y Adicciones………………………………………………………………………… . 26
IV. MARCO METODOLÓGICO………………………………………………………………………………..29
4.1 Investigación Cualitativa ............................................................................. 29
4.2 Muestra....................................................................................................... 30
4.3 Registro y Análisis de la Información ........................................................... 31
4.4 Las Intervenciones ....................................................................................... 31
V. ANÁLISIS Y CONCLUSIONES……………………………………………………………………………..33
5.1 Dinámica Vincular Intragrupal…………………………………………………………………..34
5.1.1 De lo traumático a la asunción de un Rol y un Estilo Vincular….32
5.1.2 Configuración de los Clusters .................................................... 33
5.1.3 La Matriz y la Triada Mente/Cuerpo/Afectos ........................... 35
5.2 El vínculo Terapeuta – Paciente....................................................................36
5.2.1 Dinámicas Transferenciales ...................................................... 36
5.2.2 Aparición del Factor TELE……………………………………………………... . 39
5.3 Conclusiones ................................................................................................ 39
5.4 Consideraciones Finales ............................................................................... 41
VI. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS………………………………………………………………………..42
VII. ANEXOS .............................................................................................................. 44
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I. INTRODUCCIÓN
El presente estudio surge a partir del proceso de práctica psicodramática, para la formación
como psicoterapeutas especialistas en el área, específicamente en una comunidad terapéutica
femenina, perteneciente al COSAM de la Comuna de Puente Alto, para el tratamiento y
rehabilitación de personas con consumo problemático de alcohol y drogas.
El lector se podrá encontrar con material teórico – clínico que lo acercará a conocer de manera
resumida y sistemática los lineamientos y conceptualizaciones generales de la epistemología,
el método y la técnica psicodramática, a fin de que pueda familiarizarse con el lenguaje que le
permitirá comprender la metodología y conclusiones de esta investigación.
La metodología utilizada es de corte cualitativo, siendo éste método aquello que permite
considerar la influencia del observador en el fenómeno estudiado. La información utilizada
para el análisis fue recopilada sesión a sesión, a través de un sistema de toma de notas de
campo estructuradas como bitácora de registro. A partir de ésta, se creó una planilla de
elementos emergentes por unidades temáticas, que permitiese realizar un análisis exhaustivo
final desde los componentes fundamentales que se ponen en juego en la dinámica vincular,
como la Transferencia, el Factor TELE, los Clustes, entre otros conceptos que podrán ser
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comprendidos a partir de la lectura de este documento.
A partir de los datos recopilados, y del análisis de las mencionadas unidades temáticas, es que
se estructuran las conclusiones, que contienen una síntesis de lo anterior, presentando los
resultados relevantes que se instalan como las conclusiones generales de la presente
investigación.
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II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Según las estimaciones realizadas por SENDA (2013a) en los últimos años, 2006 - 2012 se percibe
un aumento significativo en la dependencia de drogas según los criterios establecidos en el
manual diagnóstico CIE-10.
En la evolución sobre la prevalencia del consumo en riesgo de alcohol desde el año 2010 al
2012, se observa que hay un aumento considerable en el consumo de esta droga lícita en
mujeres entre los 12 a los 64 años de edad, lo que sobrepasa al consumo referido por
hombres en las edades que van de 19 a 25 años, y de 45 a 64 años, con un nivel
socioeconómico medio a bajo.
Con respecto al consumo de drogas ilegales como la marihuana, cocaína y pasta base en
mujeres, para el año 2012 se puede observar un aumento considerable, teniendo en cuenta el
mismo rango etario que va desde los 12 hasta los 64 años, donde destaca un aumento
significativo en el consumo de marihuana; aumento que se da también en el consumo de
cocaína en un rango etario que va desde los 12 a los 35 años.
Estos niveles de consumo varían según la sustancia ingerida y el nivel socioeconómico. Así
encontramos que el consumo de marihuana es mayor en poblaciones con un nivel
socioeconómico medio a bajo, mientras que en la población con nivel socioeconómico alto, el
consumo de cocaína aumenta significativamente con respecto a los otros dos niveles.
Frente a estos indicadores, es relevante destacar que el consumo de drogas en mujeres, tanto
lícitas como ilícitas, indiferente del nivel socioeconómico al que pertenezcan, se ha visto
significativamente elevado en estos últimos 4 años.
Así, "Uno de los objetivos fundamentales de la Estrategia Nacional- sea- rehabilitar y reinsertar
socialmente a personas afectadas por el consumo de drogas, mediante oportunidades de
tratamiento y programas de reinserción” (CONACE, 2006, p. 56).
Son justamente estas estrategias las que se hace necesario revisar a fin de lograr una
contribución significativa desde diversas áreas que componen el enfoque biopsicosocial que
sostiene el sistema (médica, farmacológica, psiquiátrica, social y psicológica), en busca de una
mejor contribución al tratamiento de este tipo de problemáticas.
Jacob Levi Moreno, creador del psicodrama y precursor de las modernas psicoterapias
grupales, instala este modelo de intervención que posee su propio paradigma, teoría y
método. Reyes (2005) plantea que este tipo de proceso psicoterapéutico es un proceso
integral donde no solo se contempla el aspecto cognitivo, sino además información
proveniente de los afectos y del cuerpo, promoviendo una mayor profundización y emergencia
de contenidos inconscientes bloqueados, permitiendo una resignificación y ampliación al
momento de percibir la realidad y la experiencia.
En otras palabras, “En la actualización del "ser", está siempre presente el vínculo, un "otro" que
va permitiendo la estructuración y diferenciación de un yo adecuado a normas sociales (roles);
pero con características particulares que cada persona crea en cada momento.” (Reyes, 2004,
p. 2)
Bustos (1992) destaca, al referirse a Moreno, que éste concebía al hombre como una "unidad
indivisible de su entorno" (p. 59) indicando que Lo primero es el grupo. De esta forma para la
terapia psicodramática es de vital importancia la forma en que los individuos se relacionan
entre sí y la capacidad que poseen para relacionarse de manera sana con los demás individuos.
A este respecto, un estudio anterior realizado por Jarufe y Quintanilla (2012), relacionado con
la temática de mujeres drogodependientes, el cual se centra en la persona del terapeuta y en
sus procesos transferenciales a partir de una terapia psicodramática, se destaca que dentro de
las mayores dificultades en el trabajo terapéutico es:
"La profunda rigidización que se presenta en las matrices generadas en el cluster materno y
paterno de grupos con esta conflictiva." y que "Para el manejo de las transferencias, y para que
éstas sean un aporte y no un obstaculizador del proceso, se requiere conocimiento personal del
terapeuta así como manejo, experiencia, conocimiento de la temática de consumo
problemático, desarrollo y ejercicio del rol de terapeuta." (p. 48)
El estudio recién señalado, aporta ciertas nociones respecto de cómo abordar la temática de
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trabajo grupal con mujeres drogodependientes:
"Así, sugerimos para el trabajo con grupos de similares características, situarse como
terapeutas principalmente desde el ejercicio del cluster materno. Esto, permitirá la generación
del vínculo terapéutico en donde la intimidad y contención podrán sostener las situaciones de
vulnerabilidad del grupo, creando un ambiente cálido y de calma. Resulta funcional para el
objetivo propuesto posicionarse desde el cluster uno, en vez del cluster dos, pues este último
nos mantendrá como terapeutas en una lucha eterna por el dominio, poder, control y límites,
de lo cual es difícil “desentramparse”, alejándonos del objetivo de reparar y reconstruir la
madre interna de las participantes.” (p. 48)
Así este contexto y criterios de intervención semejantes, resultan ser un recurso para la
generación de una contribución que busca profundizar el ámbito de investigación mediante la
siguiente pregunta de investigación:
Objetivo general
Objetivos específicos
Describir la dinámica vincular intragrupal.
Explorar y comprender la dinámica télica y transferencial que se da entre terapeuta y
pacientes.
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III. MARCO TEÓRICO – CONCEPTUAL
El presente apartado tiene como objeto dar a conocer de manera resumida y sistemática los
lineamientos y conceptualizaciones generales de la epistemología, el método y la técnica
psicodramática, a fin de que el lector pueda familiarizarse con el lenguaje que le permitirá
comprender la metodología y conclusiones de esta investigación.
“El Psicodrama es un paradigma del cual se deriva una teoría, un método y una técnica”
(Reyes, G. 2005, pp. 1)
El psicodrama como tal, surge en 1924 en Viena, donde se realiza la primera sesión
psicodramática presidida por Jacov Levi Moreno, judío de origen Rumano, nacido en 1889 y
muerto en 1974 en los Estados Unidos. En aquella instancia, cuenta Moreno (1995) que se
encontraba frente a un público de más de mil personas en “Komoedien Haus”, un teatro
dramático de Viena, sin guión preparado, ni elenco que lo acompañase, sumidos todos en la
cruda atmósfera de la posguerra que había dejado a Viena sin gobernante estable.
“…y en verdad todo el mundo habitado, también Austria estaba en busca de una nueva alma.”
(Moreno, 1995, p.21)
Solitario tras el telón yacía un sillón rojo de felpa, simulando de alguna forma ser el trono de
un rey por su gran respaldo y marco dorado. La intención de Moreno en aquella instancia era
lograr que el público participase convirtiéndose en actores de su propio drama, el cual daría
cuenta de la atmósfera socio-cultural, imperante en aquel entonces. El público estaba
constituido por líderes religiosos, políticos, representantes culturales y gente común y
corriente; Moreno invita al iniciarse la sesión a que alguien voluntariamente se acerque a
simular que es el gobernante. Nadie se atrevió, como cuenta Moreno “…el mundo permaneció
sin líder” (Moreno, 1995, p.22)
En sus escritos, Moreno sitúa el nacimiento “no oficial” del Psicodrama en su niñez, a partir de
un juego que sostuvo junto a sus amigos donde parado en altura simulando estar en el cielo,
jugaba a ser Dios junto a sus ángeles, inesperadamente cae y se fractura un brazo, instancia
que años más tarde rememoraría como “El Psicodrama del Dios caído”.
Este simple juego de niños contiene el fundamento y gran parte de la filosofía que preside al
psicodrama. Para Moreno (1995), el mundo del niño es el mundo del juego, donde la
Espontaneidad y Creatividad de las personas se expresan con una potencia que de alguna
manera se pierde o adormece a lo largo de los años gracias a las Conservas Culturales propias
de la sociedad. Desde esta perspectiva, el camino del Psicodrama será ir en busca de los
recursos personales que permitan a los seres humanos recuperar aquellas características
relegadas en la profundidad temprana de su existencia, ya que la pérdida de estas dimensiones
fundamentales sería la causa de las crisis que amenazan la existencia en plenitud.
Otra de las instancias que Moreno, rememora como punto de origen de su método
psicodramático es el Teatro de la Espontaneidad, el cual termina por convertirse en un teatro
terapéutico. La primera experiencia que evidenció la acción terapéutica del Teatro Espontáneo
fue a partir de “Bárbara”, una de sus actrices principales en estas sesiones y a quien el público
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adoraba por la dulzura y femineidad de sus interpretaciones. Bárbara se emparejó con un
asiduo espectador del teatro, quien luego de un tiempo de haberse casado con Bárbara, se
acerca a Moreno para contarle el drama que experimenta junto a su mujer en casa,
describiendo que ella tiene ataques de furia e incluso lo golpea cuando se sumerge en la
irritabilidad. Moreno decide intervenir un día cualquiera en una sesión de Teatro como de
costumbre, esta vez le solicita a la protagonista que realice una escena donde aparezca un
personaje que manifieste una realidad más cruda y terrenal, que a pesar de sus buenas
actuaciones, el rol que siempre ejerce desde la dulce bondad se ha estereotipado, que el
público añora ver algo nuevo. Bárbara acepta y desarrolla una terrible escena donde termina
siendo asesinada por uno de los actores. Moreno le solicita que siga interpretando este tipo de
papeles a lo largo de las siguientes sesiones, hasta que un día el marido de la mujer se acerca a
Moreno y le comenta que algo extraordinario ha ocurrido desde que su esposa comenzó a
representar personajes de este tipo, ya no se enrabia como antes, si bien aparece la
irritabilidad, la consecuencia de ésta no alcanza a ser tan avasalladora como de costumbre e
incluso logra detenerse cuando se ve inmersa en ella y se ríe. Así Moreno se inspira en el uso
de técnicas dramáticas para la curación en psicoterapia grupal, de alguna manera la catarsis de
la actuación había producido cambios significativos en el comportamiento del plano personal
de su protagonista.
El Cristianismo se entrecruza con lo anterior siendo el libro del Génesis para Moreno relevante
en su pensamiento respecto de la vertiente infinitamente creadora del ser humano, además
de considerar que Dios en tanto Jesucristo, no es fuerte y omnipotente sino débil y humilde
como cualquier persona que habite en esta tierra.
El presente apartado busca dar a conocer aspectos centrales de las bases epistémico –
filosóficas que sustentan el paradigma psicodramático.
En primer lugar, es importante destacar que el Psicodrama comulga con una lógica Aristotélica
que sostiene una visión Teleológica de los acontecimientos, versus una lógica Cartesiana
estructurada sobre la base del “porqué” de las cosas. Traducido al ámbito psicoterapéutico, sin
duda encontrar la etiología de un síntoma puede aportar aspectos relevantes para el
tratamiento de una persona, pero lo principal será comprender para qué le ha sido útil aquel
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síntoma, que pudiendo ser el mismo en distintas personas, le ha sido adaptativo distintamente
a cada quien.
Pero qué se entiende por Espontaneidad, según Zerka Moreno en su libro “Introducción al
Psicodrama Moreniano” citado en Sánchez (2000):
Por su parte el concepto de Creatividad se entiende como la capacidad de todo ser humano de
generar conductas afectivas, cognitivas y corporales de manera única y con adecuación social.
(Reyes, G., 2005)
A partir de la filosofía del momento, Moreno introduce tres factores transversales a la hora de
comprender la epistemología y método psicodramático: Locus, Status Nascendi y Matriz.
(Sánchez, 2000)
Locus, corresponde al lugar donde algo emerge; desde un abordaje psicoterapéutico éste se
instala como el lugar o momento específico en que una situación traumática ocurre y marca al
sujeto de ahí en adelante: a una edad determinada, en un lugar determinado. (Reyes, 2005)
Status Nascendi, corresponde al contexto espacio temporal más amplio que rodea al Locus, es
un proceso dinámico que va sucediendo, por ejemplo la época de la infancia o durante la
adultez de una persona o el embarazo de una mujer. (Reyes, 2005)
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adaptativo que conlleva respuestas de diversa índole, ya sean emocionales, estilos vinculares,
mecanismos cognitivos etc. (Reyes, 2005)
Estos cuatro elementos serán de vital importancia a la hora de entender la dinámica vincular
de un grupo o sujeto cualquiera, y aportan sistematicidad a la comprensión del
comportamiento de la gente, lo que a su vez permite generar un trabajo que apunte a la
rematrización de conductas, que es uno de los objetivos transversales en toda psicoterapia
psicodramática. En términos generales, rematrizar una conducta es generar una nueva
respuesta, más creativa y espontánea que la de costumbre frente a situaciones determinadas.
Algo así como la flexibilización de un sujeto ante la respuesta que se da frente a un hecho
determinado. Por ejemplo, quien tienda a intelectualizar conversaciones que apuntan al plano
afectivo por temor inconsciente a posicionarse desde el afecto frente a otro debido a que se le
reprimió cada vez que lloraba cuando niño, podrá comprender que aquello no le ha permitido
mantener relaciones de pareja estables y logrará conectarse con el afecto quizás incorporando
el humor y aceptando su vulnerabilidad permitiéndose ser contenido por otro. Esta respuesta
por parte de un paciente que acude a psicoterapia sería considerada como una rematrización
de la matriz rigidizada, correspondiente a la conducta de intelectualización. Aunque es
importante aclarar que aquí no se apela al contenido de la respuesta, ya que una conducta de
intelectualización frente a una situación determinada, pudiese ser una respuesta flexible por
parte de un sujeto que experimenta como matriz la sobre emocionalidad, como modo de
encontrar la atención de otros, por ejemplo.
Por lo anterior es que se considera a la Matriz como el campo de operación terapéutica del
psicodrama, pues no será posible modificar ni el Locus, ni el Status Nascendi ni la Matriz de
Identidad, pero si será posible modificar la matriz a partir de un proceso de Rematrización.
Martin Buber, jasidista, aporta la base de la denominada filosofía del Encuentro. Él y Moreno
colaboran juntos en la publicación de artículos en la revista Daimon entre los años 1918 y
1920, por lo que se considera que ambos pudiesen haberse influido mutuamente en su
pensamiento, aunque la obra de Buber antecede a la sistematización psicodramática de
Moreno.
La filosofía del Encuentro de Buber acuña los términos de yo – ello y yo – tú (Buber, 2000). El
primero dice relación con la tradicional manera de concebir el encuentro de dos o más
personas donde cada quien se instala distante respecto de la realidad del otro; mientras que el
segundo término refiere a la posibilidad de un encuentro profundo y significativo entre las
personas, donde de alguna forma toda realidad converge y se entrecruza en la posibilidad de
que en la individualidad de cada quien existiese la posibilidad de “ver” a través de los ojos del
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otro, de experimentar incluso físicamente aquello que le sucede a un tercero que se
transforma en una parte de sí mismo.
A partir de la filosofía del Encuentro, deriva otro factor fundamental de la teoría Moreniana: el
factor TELE. TELE se entiende como empatía bidireccional que puede dar lugar a encuentros,
tanto positivos como negativos, es la más pequeña unidad de sentimiento transmitida de un
individuo a otro (Bustos, 1985). No es necesario hablar para dar cuenta de la existencia del
factor TELE pues se manifiesta concretamente cuando dos personas se acercan o distancian a
partir de una sensación mutua que se “intuye”, se siente en el cuerpo y se manifiesta en la
acción. Sería algo así como sentir cercano a otro, que sé me siente cercano a mí también o
todo lo contrario, cuando la distancia se experimenta mutuamente.
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3.4 Aspectos Transparadigmáticos del Psicodrama
Claramente el psicodrama no deriva de una única escuela sino que rescata elementos de cada
una, lo que no implica que Moreno haya hecho alusión directa a aquello, pero es en el ejercicio
de la técnica y en el desarrollo de autores posteriores que se deja ver la similitud.
Del psicoanálisis toma el enfoque biográfico que acentúa la relación entre conflicto intra -
psíquico e historia vital del sujeto, aunque incorporando una visión efectista de los síntomas
(lo teleológico versus lo etiológico comentado en uno de los apartados anteriores). Así, los
planteamientos de Moreno se acercan más a corrientes psicoanalíticas con énfasis en el
desarrollo humano desde la relevancia de la vinculación temprana como lo hace el Dr.
Winicott. (2006)
Se ha dicho que el psicodrama es en sus orígenes una psicoterapia grupal y de acción, ¿de
dónde surge esta idea?, se intentará dar respuesta a aquello a continuación:
3.5.1 Vínculo
Es aquello que implica la presencia de otro, esté este presente o en el espacio imaginario, para
Moreno lo primero es el vínculo (Bustos, 1985). Para dar cuenta de ello Moreno desarrolla la
Sociometría, que en términos generales se define como la ciencia de las relaciones
interpersonales, donde se considera que los vínculos son la base de la existencia del ser
humano y el lugar desde donde se opera en la sociedad. Así, la teoría psicodramática plantea
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la imposibilidad de la existencia de un ser sin la existencia de otro, es decir, no hay yo sin tu.
Esto último hace sentido en tanto múltiples vertientes de la psicología han desarrollado
inmensidad de conceptualizaciones respecto de la relevancia del vínculo primario para el
desarrollo ulterior del sujeto, comprendiendo que la estructura psíquica se forma desde las
relaciones tempranas. Ha sido tal la significancia que se le ha otorgado al vínculo primario, que
ciertos autores principalmente provenientes de corrientes psicoanalíticas como Melanie Klein,
Bion, Winicott, entre otros plantean que fallas en el cuidado que se le otorga al recién nacido
se relacionan estrechamente con la psicopatología en la adultez, concepciones que Moreno
comparte y releva en su teoría la preponderancia de lo vincular a lo largo de todo el desarrollo
evolutivo del sujeto.
Para Moreno (1995) la situación del nacimiento es crucial en el ser humano, y lo instaura como
el primer acto espontáneo del hombre. A diferencia de Freud, no lo considera traumático. Este
primer acto de la vida de una persona no sería posible sin la presencia de otro que lo apoye en
la realización de su deseo: la madre. Desde dicha noción surge el concepto de Yo Auxiliar,
como la madre que auxilia a través del trabajo de parto a su hijo que bulla por nacer. El rol
auxiliador de la madre o quien cumpla la función de cuidador continuará a lo largo de los
primeros años de vida.
El universo que rodea al recién nacido se instituye como la placenta social o matriz de
identidad que lo sostiene, le da seguridad y orientación (Moreno, J.L. 1995). Esta Matriz de
Identidad inicial instituye para Moreno el Primer Universo del niño, en el cual distingue la
primera etapa del desarrollo del sujeto como Matriz de Identidad Total Indiferenciada.
La Matriz de Identidad Total Indiferenciada, según Bello (2000) corresponde a una etapa en la
que el sujeto no distingue fantasía de realidad, ni yo de “no yo”, pues para el bebé toda cosa
es extensión de su propio cuerpo y todo tiempo es tiempo presente, aquello que lo moviliza a
la acción son iniciadores físicos como el hambre que lo insta a llorar para conseguir ser
alimentado. Los roles que se juegan en esta etapa únicamente son de carácter psicosomático,
y corresponden a roles que están ligados a funciones fisiológicas como comer, dormir, orinar,
etc.
A medida que transcurre su desarrollo, el bebé que se convierte en niño transita hacia el
segundo momento del Primer Universo denominado por Moreno como el tiempo de la Matriz
de Identidad Total Diferenciada (Bello, 2000)
Una vez en el Segundo Universo, el niño ya capaz de diferenciar fantasía de realidad logrará
ejercer roles sociales y psicodramáticos (Rojas – Bermúdez, 1987). Los primeros aluden al
ejercicio de roles extraídos del mundo en concreto, el ambiente real y se relacionan con roles
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que corresponden a funciones sociales determinadas como “el padre machista”, “la madre
contenedora”, “el adolescente rebelde”, etc; los segundos corresponden a aquello que el
sujeto imagina pudiese ser en el mundo exterior, y así como los anteriores aluden a la
dimensión social de la persona, estos aluden a la dimensión psíquica que expresa la dimensión
creadora de cada quien, como por ejemplo el ser madre o padre, pero con un sello personal
sin la tintura extrema de la sociedad.
El concepto de rol para Moreno corresponde a una unidad cultural de conducta y por ende
poseen las particularidades de la cultura en la que se han estructurado. (Rojas – Bermúdez
1987). Además son el polo de los vínculos.
Desde la concepción del desarrollo evolutivo del psicodrama, el proceso por el cual se aprende
un rol transita por las siguientes fases: rol playing (jugar el rol), lo que hace el niño en el juego;
rol taking (tomar el rol), lo que se hace cuando a medida que el sujeto se va insertando en la
sociedad y en las distintas etapas que van requiriendo el ejercicio de roles específicos; y rol
creating (crear el rol), que corresponde a la incorporación de la creatividad que aporta el sello
personal en el ejercicio de cada rol.
Según Bustos (1985), el cuerpo teórico básico del psicodrama es la sociometría, que como se
dijo en el apartado anterior, en términos generales es una teoría de las relaciones
interpersonales que se centra en la dinámica vincular de las personas la cual será explicada a
partir de la siguiente cita:
“Los seres humanos se vinculan a partir de tres signos básicos: el positivo, negativo y neutro. La
coincidencia en un vínculo de dos signos de la misma denominación se llama mutualidad, la
elección con dos signos diferentes, incongruencia.
Todo vínculo se realiza a través de un rol con su rol complementario… Los roles se agrupan en
conjuntos a través de similitud funcional que se denominan clusters”
(Bustos, 1985., p.17)
“El indeseable aspecto transferencial del factor TELE es, sin embargo, un importante indicador
que conduce la terapia hacia donde es necesario dirigirla. Denuncia las figuras internas a los
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que los roles han quedado fijados. Es así que el vínculo terapéutico se asienta en el aspecto
Télico de la comunicación.” (Bustos, 1985., pp.17)
Existen diversas dimensiones a partir de las cuales un vínculo se puede desarrollar. Desde el
psicodrama se conceptualizan dichas dimensiones como Suplementariedad y
Complementariedad.
Un vínculo asimétrico, según Reyes (2005) corresponde a un tipo de relación donde una de las
partes se sitúa frente al otro con un mayor grado de responsabilidad, como lo es en el caso de
una madre con su hijo, de un profesor con sus alumnos, de un doctor con su paciente. Una
manera concreta de entender cuáles podrían ser vínculos de este tipo es que cuando se
nombran siempre implican la existencia de una diada.
La sanidad o patología vincular tiene que ver con el grado de flexibilidad presente en las
relaciones y la existencia o no de dinámicas de abuso de poder en el caso de vínculos
asimétricos, o la configuración de vínculos asimétricos que en su origen debiesen ser
simétricos como lo es en el caso de una pareja. Todo esto se encontrará profundamente ligado
a la transición evolutiva de la persona a lo largo de su infancia.
Como se dijo anteriormente, los roles se agrupan en ramilletes o clusters, no se dan de forma
aislada. El primero de ellos se denomina Cluster Materno o Cluster 1. Este ramillete se
caracteriza por estar asociado a la función primaria de la madre, la cual tiene que ver con la
capacidad de contener y ser contenido, y se relaciona con la función incorporativa del bebé.
Alude a sentimientos como la ternura, y a la estrecha intimidad que se da entre madre e hijo.
De este espacio vincular se aprende a ser vulnerable, contenido y dependiente sin necesidad
de sentirse angustiado por ello, de alguna forma es el tránsito por uno de los miedos más
primarios que surgen de la indefensión (Bustos, 1992).
El segundo de los clusters o cluster paterno, tal como lo dice su nombre, se asocia a la función
del padre. Ésta se relaciona con la autonomía, el impulso al logro de metas personales como
primer acercamiento a la autonomía del adulto, al logro individual. Quien no transite
correctamente por esta fase tendrá problemas de autoestima y dificultades relacionadas con
el ejercicio de tareas que aludan a la realización personal del sujeto, pueden aparecer los celos
ante el triunfo de terceros y agresión desmedida. Se asocia a este ramillete con la capacidad de
diferenciar fantasía de realidad, lo que impulsa a la capacidad de concretar proyectos en el
plano concreto de la existencia, más allá de la mera ideación en la fantasía (Bustos, 1992). El
último y tercer ramillete se denomina cluster fraterno. Asociado a la función de pares como
hermanos y amigos, aparece por primera vez el vínculo simétrico, teniendo en cuenta que los
dos anteriores aluden a la relación asimétrica que al inicio se da entre padres e hijos. Aparece
la envidia y el sentido de competencia, más allá del logro que otorga la autonomía será
necesario sobrepasar el obstáculo social que impone la rivalidad entre pares, por ejemplo en la
lucha por conseguir un puesto de trabajo, ganar una competencia deportiva, etc. Quien no
logre transitar de manera efectiva por esta etapa del desarrollo tendrá problemas asociados a
la incapacidad de tolerar la frustración y compartir, mientras que un tránsito sano por esta
etapa permitirá al sujeto comprender que a veces se gana y a veces se pierde, lo que no
implica la pérdida de la autoestima.
20
3.5.7 Tríada Psicodramática
Esto no significa que no haya distinción alguna, respecto de las funciones que cumple cada
dimensión, y de cierta forma el camino evolutivo del sujeto ya descrito anteriormente, además
del logro de la autonomía, la adopción de roles sociales y la flexibilidad en los mismos, tendrá
que ver con la capacidad de sentirse integrado, tanto en lo que ocurre a nivel mental, corporal
y emocional.
Por último con respecto a la memoria corporal, Fonseca (1995) refiere que el psicodrama
genera la activación de ambos hemisferios cerebrales, reviviendo las huellas Mnémicas,
trayendo sus implicancias al presente, dando mayor movimiento al psiquismo y activando
procesos mentales a través de la música, las imágenes, la imaginación, el color, la creatividad,
21
el ritmo, entre otras actividades.
El Caldeamiento: desde el psicodrama se plantea que para que un organismo logre adoptar un
tono emocional óptimo que favorezca la acción dramática, este debe pasar por una primera
fase de preparación. Ello es lo que recibe el nombre de Caldeamiento, fase que se divide en
dos etapas que se describen a continuación:
Caldeamiento específico: su función es introducir a los integrantes del grupo dentro de sus
vivencias y/o conflictos internos a fin de preparase para la acción, o que se posibilite el
surgimiento de un emergente que será tanto individual como grupal. Es aquí donde surge el
protagonista de la escena ulterior preparándolo para la acción, tratando generar un ambiente
adecuado para ello. En este sentido, Rojas – Bermúdez (1987) destaca que es en este
momento que se escogen las escenas a dramatizar y se construye el contexto dramático.
Siguiendo esta línea, es de suma importancia que se genere un buen caldeamiento, para
garantizar una buena dramatización y a su vez facilitar y fomentar una acción terapéutica
efectiva.
Dentro de esta fase lo ideal es lograr generar una Catarsis que promueva la integración del
sujeto, en este caso del protagonista. La catarsis es una descarga emocional a partir de la
escenificación o dramatización de algún contenido relevante para el paciente, que le permite
experimentar una situación de conflicto generando una descarga de la tensión emocional que
esa vivencia contiene. Al respecto (Reyes, 2007) comenta que “Toda dramatización debe
contemplar la carga afectiva asociada, que es la que generalmente se desbloquea durante la
22
acción” (p. 114). Si lo anterior ocurre de manera adecuada, sucediendo que posterior a la
descarga afectiva el paciente logra integrar la experiencia de conflicto a partir de la Catarsis, es
que se dará lo que se denomina como Insight Dramático. Aquí el protagonista logra adquirir un
nuevo conocimiento acerca de sí mismo a través de un acto reflexivo; corresponde a un
proceso secundario y reflexivo refiere Gloria Reyes. Este conjunto de fases, generarían el
derrumbe de una matriz de comportamiento ya rigidizada y se produciría la Rematrización
donde el protagonista resignifica su vivencia tanto interna como externa logrando recrear su
rol desde la espontaneidad y creatividad, lo que le abre a nuevas posibilidades respecto de sus
relaciones interpersonales y experiencias vitales.
Sharing o comentarios finales: Como tercera etapa cumple la función de elaborar diversas
temáticas surgidas durante la dramatización, donde el protagonista es considerado como
emergente, donde la escena en la cual se intervino habla a su vez de lo que le sucede grupal.
En esta fase, la atención está puesta en el grupo, en las opiniones de sus miembros y los
comentarios referentes a las vivencias de cada integrante del grupo respecto de lo que sucedió
a lo largo de la sesión (Reyes, 2007). Se relaciona con la búsqueda de contenidos grupales y la
emergencia de vivencias personales en torno a la escena del protagonista, el hecho de que el
sharing no esté centrado en consejos e interpretaciones, genera un sentido de apoyo para el
mismo. En palabras de Rojas-Bermúdez (1987) “disminuye considerablemente la
persecutoriedad del grupo” (p. 29).
Director: Tanto Rojas-Bermúdez (1987) como Reyes (2007), refieren que el rol del director
cumple distintas funciones. Desde lo terapéutico es el encargado de dar cuenta del emergente
grupal, dirigir la escena y proponer yo-auxiliares. Así también genera diversas instancias de
intervención, algunas desde la contención, sostén, aceptación; y en otras desde la dirección,
confrontación, interpretación, estimulación, entre tantas otras. Desde su rol de productor
dramático, está encargado de realizar los caldeamientos y modificar o intervenir en las
escenas. Y como analista social, en la etapa de sharing o compartir, abre el diálogo y acoge las
distintas vivencias.
Escenario: Es el campo físico protegido donde ocurren las escenas. Está dotado de objetos,
personajes, el protagonista y su red de vínculos. Su forma varía dependiendo del espacio
destinado para las dramatizaciones. En este sentido, Rojas-Bermúdez (1987) enfatiza que este
espacio ofrece un lugar protegido al protagonista en tanto es un lugar donde se permite el
despliegue de las fantasías y facilita la vivencia del “como sí” donde “todo lo que se haga o
diga es una ficción y, por lo tanto, el compromiso que se adquiere es con el papel que se juega y
no con el individuo como tal” (p. 7).
23
Yo-Auxiliar: Es quién colabora con el director y apoya al protagonista en la expresión de
contenidos relacionales y psíquicos internos, favoreciendo la exploración y profundización,
sobre todo en momentos en que el protagonista vea dificultada su expresión, cumpliendo
ciertos roles en la escena. El yo-auxiliar, cuenta con cierta formación psicodramática y actúa en
ocasiones como co-terapeuta.
Audiencia: Se sitúa afuera del escenario y otorga contención al protagonista. Es por esto que
sus integrantes como observadores de la escena del protagonista, se ven influidos por los
contenidos emergentes de la escena.
Señalamiento: esta técnica consiste en tomar una pequeña distancia por parte del director
con el fin de mostrar o de llamar la atención del protagonista sobre un lapsus, conducta, una
actitud, o enfatizar interrogativamente una frase. Como lo dice su nombre, el director señala
para poner la atención sobre algo que le parece relevante observar con mayor atención (Reyes
2005).
Entrevista: en esta técnica, tal como su nombre lo dice, el director entrevista al protagonista
con el fin de recopilar información acerca de su vida, ya sea en una primera sesión o a lo largo
de la terapia. La entrevista es utilizada como una forma de acceder a la realidad de un
personaje que está siendo interpretado por el protagonista. Será diferente lo que éste cuente,
posicionado en el rol y siendo entrevistado en primera persona. Incluso es posible que surja
cierta información que el protagonista no recordaba o de la cual no tuvo noticia jamás (Reyes
2005).
24
3.6.3.2 Técnicas No Verbales
Maximización: consiste en ir en busca del punto por donde la verdad se filtra. Cada vez que la
dramatización se estanca debido a la presencia de situaciones estereotipadas o sumamente
racionalizadas, el director irá en busca de aquellos signos que la consciencia no logra bloquear
como un movimiento, una expresión o cualquier aspecto de la comunicación no verbal con el
fin de explorar los elementos expresivos de la comunicación y así desbloquear el proceso que
se está llevando a cabo. Se le pide al protagonista que maximice o agrande un movimiento por
ejemplo y a partir de ello vaya tomando consciencia de su significado (Reyes, 2005).
Cámara lenta: tal como su nombre lo dice, se pide al paciente que desarrolle una acción en
cámara lenta. Aminorando la velocidad del movimiento, éste podrá amplificar la intensidad de
la acción con el fin de concientizar los significados inconscientes (Reyes, 2005).
Realidad suplementaria: esta técnica busca padres y madres internos a partir de una
necesidad no resuelta del paciente. Así se explora hasta qué punto una madre puede entregar
contención a un hijo, permitiendo que el protagonista discrimine aspectos de la fantasía y de la
realidad, y una vez tomando consciencia de ello, mediante una realidad suplementaria el
paciente reciba aquello que requiere (Reyes, 2005).
Doble: consiste en que un yo auxiliar hable o emita sonidos, como si fuese una extensión del
protagonista. Es importante recalcar que al igual que las interpretaciones, el doble siempre se
ejecuta como una sugerencia a la realidad del paciente la cual puede ser acogida o no por éste
(Reyes, 2005).
Inversión de roles: la más clásica de las técnicas, consiste en pedirle al protagonista que tome
el lugar de otro, es decir, que represente un rol de otra persona sobre la cual está refiriéndose.
El fin es que se sintonice con las percepciones, sensaciones y emociones de este otro,
25
pudiendo vivenciar el rol y así explorar aspectos de la relación que se da entre ambos, es decir,
la dinámica vincular (Reyes, 2005).
Átomo Social: comprende la red vincular del paciente. Como técnica diagnóstica consiste en la
puesta en escena de dichos vínculos para su exploración. Puede ser hecha dramáticamente o
con técnicas gráficas o plásticas dependiendo de la creatividad del director. Es interesante ya
que da cuenta de las configuraciones vinculares con personas, objetos, animales, situaciones,
etc. lo que amplía el espectro del terapeuta respecto de la matriz vincular de un sujeto.
Como se mencionó en la problematización del presente trabajo, los últimos estudios realizados
por el “Consejo Nacional para el Control de estupefacientes” (CONACE) en el año 2006
mostraba un incremento significativo en el consumo de drogas dentro de la población
femenina, acentuándose el consumo de sustancias mayormente adictivas, como lo son la
cocaína y pasta base en contextos socioeconómicos bajos, medios y altos. En la actualidad,
este panorama no ha mejorado lo suficiente. Ya en el “Décimo estudio nacional de drogas en
población general” realizado por el actual SENDA el año 2013, se manifiesta un aumento en los
diagnósticos por dependencia química según el manual diagnóstico CIE-10.
En el ámbito del consumo de drogas, muchas veces existe el prejuicio de que las personas a la
vez están íntimamente relacionadas con ámbitos como la prostitución, el abuso sexual,
26
violaciones y disfunciones en las relaciones sexuales (Rojas, 2002) sin embargo, el autor refiere
que “Dicha percepción social y personal afecta principalmente a la mujer, e interfiere
negativamente en la resolución de su situación de adicción desde muy diversos ámbitos”.
Además el autor agrega que “la mujer adicta a SPA (sustancias psicoactivas) presenta
características diferenciales respecto del varón adicto, que la hacen especialmente vulnerable y
dependiente a su pareja” (p.59).
Con respecto a este último punto mencionado por el autor, algo que llama la atención es la
forma vincular característica de mujeres que presentan drogodependencia, y es que
investigaciones psicológicas acerca de mujeres abusadoras y adictas principalmente a la
marihuana (Zapata en Rojas, 2002) presentaban mayor tendencia grupal a la homosexualidad
y la búsqueda de aceptación por el grupo de compañeras, algo que el autor destaca como
propio de la edad adolescente. Además en los casos estudiados, refiere el autor, lo que
primaba como motivación al consumo era la necesidad de verse diferentes al resto de los
integrantes del grupo, lo cual se debía principalmente a la propia inseguridad de las
consumidoras. Por ello que el principal factor carente dentro de la constitución de la identidad,
no era solamente la mera satisfacción sexual, dentro de sus relaciones interpersonales, sino
más bien, la búsqueda de seguridad y de autoafirmación. Frente a esto la necesidad de
mantener el consumo, estaba principalmente motivado por el intento de satisfacer esta
necesidad esencial.
Al respecto, la investigación realizada por Jarufe y Quintanilla (2012), a través del método
psicodramático y la exploración de la forma vincular de mujeres drogodependientes en un
centro de rehabilitación residencial, dan cuenta de que lo mayormente alterado dentro de la
dinámica vincular son las “dificultades en la necesidad de contención, acogida y confianza”, así
también se presentan dificultades “asociadas a la falta y necesidad de límites, a la demanda de
autoridad, aceptación y tolerancia” (p. 23).
Al respecto el autor afirma que “Las técnicas psicodramáticas, sobre todo las técnicas
corporales, pueden ser utilizadas para ayudar al toxicómano a darse cuenta de las verdaderas
motivaciones de esa “otredad” del rol compensatorio, de sus intentos de subir su status
sociométrico perceptual (deseo de recibir más elecciones en los grupos), ayudándole a manejar
mejor las frustraciones y a conseguir la creación psicodramática de ese otro que querría ser.”
(p. 5)
Tanto Jarufe y Quintanilla (2012), Rojas (2002) y Álvarez (2002) mencionan que las necesidades
que están por debajo de las motivaciones conscientes de los pacientes drogodependientes,
27
aluden a la necesidad intrínseca de buscar la experiencia afectiva de
dependencia/independencia de la cual se carece en “la vida real” por lo que el consumo surge
como una forma compensatoria de ambas realidades aparentemente separadas, pero que el
consumo posibilita su emerger.
28
VI. MARCO METODOLÓGICO
Ya que el objetivo principal de esta investigación busca comprender el fenómeno vincular que
se da entre terapeuta y pacientes, dentro de un grupo de tratamiento determinado, es que se
utiliza un enfoque cualitativo, de tipo descriptivo y exploratorio. Éste, según Rodríguez, et al.
(1996) se caracteriza por estudiar la realidad en su contexto, tal y como sucede, intentando
crear significados y sentido de los fenómenos a través de los mismos individuos involucrados.
En esta misma línea, Íñiguez (1999) plantea que la metodología cualitativa se abre a la
comprensión de los procesos, más que a la predicción de los mismos, esto último sería objeto
de la metodología de corte cuantitativo. Y, por su parte, Amezcua y Gálvez (2002) postulan que
una de las finalidades del análisis cualitativo, según diversos autores, sería poder ampliar la
comprensión de la realidad como una totalidad. Esto, es justamente lo que se buscó hacer
mediante este estudio, en el intento de ampliar el entendimiento del vínculo que se da entre
sujetos, con roles determinados, insertos en un contexto específico.
Según López (2010), múltiples son los autores de diversas áreas del conocimiento, tales como
Bateson, Maturana y Varela, Watzlawick, Schutz, Glasersfeld, entre otros; que definen al ser
humano como un ser activo en el proceso de aprendizaje, incluida la forma en que construye la
realidad. El ser humano es un agente activo y no pasivo, desde su percepción del mundo,
formando parte de la creación/construcción de aquello que conoce. Entonces el conocimiento
se considera como una forma particular de situarse frente a la experiencia. En palabras del
autor:
"El constructivismo reconoce toda forma de saber desde la consideración de un sujeto activo,
con historia, que interactúa con otros sujetos y con el mundo que lo rodea, y no como una
copia mecánica y replicable de algo preexistente.” (p. 28)
Desde un punto de vista psicodramático estas ideas son atingentes ya que se entiende al ser
humano desde un lugar donde lo vincular cobra especial relevancia: el sujeto se estructura y es
en tanto se relaciona con otro que le otorga la capacidad de construir una identidad particular.
Lo mismo sucede para un grupo de personas, donde aquello que le permite ser y diferenciarse
de otros grupos será el hecho de pertenecer a una sociedad determinada, en un momento
histórico determinado, conformado por personas provenientes de familias, que a su vez
poseen un entramado de significados particulares que inciden en la forma en que cada sujeto
interpretará la realidad de la que es parte (Reyes, 2005). El psicodrama ha sintetizado lo
anterior en el concepto descrito en el Marco Teórico como Matriz de Identidad.
4.2 Muestra
La muestra, a partir de la cual se realiza este estudio fue una muestra intencionada, la cual fue
analizada a través de la técnica de análisis de contenido, permitiéndose con ello abordar el
espacio subjetivo desde la interpretación de la experiencia humana en el lenguaje. Sin
embargo fueron incorporadas también, significaciones de tipo no verbal, lo cual complementa
dicha técnica y concuerda con la visión integrativa del método psicodramático.
30
El grupo de estudio escogido pertenece al Programa Residencial femenino para el tratamiento
de adicciones, RAYÚN, dependiente del COSAM de Puente Alto.
Este Programa recibe a población adulta femenina entre 20 y 60 años, las cuales pueden estar
embarazadas e internarse con hijos menores de un año de edad, y que presenten consumo
problemático de OH y/o drogas, con un compromiso biopsicosocial que va de moderado a
grave. Las pacientes ingresadas generalmente son derivadas de centros asistenciales
pertenecientes a comunas del sector poniente de Santiago.
La recolección de datos se genera a través del registro escrito tomado por el terapeuta a modo
de notas de campo en una bitácora de las sesiones, registrando semana a semana, durante e
inmediatamente, después de cada taller. Los datos sobre los cuales se realiza el análisis de
contenido pertenecen a la información recopilada durante las 6 primeras sesiones, con una
duración promedio de 2 horas cada una, y que son elegidas según la pertinencia de los
emergentes en base al objetivo general de la investigación, lo cual se realiza bajo el criterio de
los investigadores.
La estructura general de cada sesión cumple con las características del método
psicodramático, a decir; fase de caldeamiento inespecífico, fase de caldeamiento específico,
dramatización y sharing. Las intervenciones son realizadas los días martes desde las 15 hrs. a
las 17 hrs. aproximadamente, con un grupo que no siempre contempla a las mismas
participantes debido al constante ingreso, re ingreso y deserción de éstas. Así, la planificación
de cada sesión si bien busca generar un continuo, manteniendo un orden lógico de los
objetivos de tratamiento a largo plazo; también contemplo objetivos transversales como la
cohesión grupal, integración de la triada, y trabajo sobre emergentes particulares de cada
intervención.
Cabe destacar que a lo largo de todas estas intervenciones siempre se hace presente la
necesidad de trabajar ya sea a través de una conversación grupal, la relación con el terapeuta,
el "cómo vengo hoy" y cúales son "mis temores y mis prejuicios" tanto entre las participantes
como en relación con la terapeuta del taller de psicodrama o a terapeutas externas.
32
V. ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN Y CONCLUSIONES
Para dar inicio al análisis de la presente investigación se ha propuesto hacer un recorrido que
va desde la comprensión de la dinámica intragrupal del grupo de mujeres en tratamiento, para
luego acceder a las dinámicas de tele y transferencia que se dan entre la figura del terapeuta y
éstas mismas, a fin de encontrar respuestas que aporten de manera significativa a la
comprensión del vínculo terapeuta – paciente.
"Las mujeres de mi familia son todas alcohólicas… mi mamá me pegaba, siempre tuve celos de
mis hermanas, porque pasara lo que pasara me pegaban a mí por ser la mayor… las familias
nos hacen sentir como si fuéramos un gasto, y después nos dejan abandonadas."
La tendencia a no hacerse cargo de lo propio teñirá cualquier vínculo a fin de defender la débil
estructura yoica que da sustento al aparato psíquico de éstas pacientes. La asunción de un rol
vulnerable y de víctima se entrelaza con la hostilidad, transitando las mujeres por dos
emociones que pareciesen ser emociones básicas de la personalidad drogodependiente; a
decir, la rabia y la pena. Esto estimula la generación de vínculos asimétricos a partir de la
evocación de vínculos primarios a nivel mental, y el daño que muchas de ellas experimentan
en el ámbito de lo sexual. Así cada experiencia de contacto con un otro reeditará el conflicto y
propenderá a que la conducta sea motivada desde roles matrizados.
No es de extrañar que dentro del grupo aparezcan conductas homosexuales, situación que
efectivamente sucedió dentro del grupo estudiado. Situaciones triangulares, embrollos
amorosos, y no respeto de la norma, otorgan identidad, cohesionan y separan a estas mujeres,
quienes no alcanzan a comprender que su estadía en el Centro de Tratamiento no solo tiene
que ver con la cura de la adicción, sino con la cura de su modo de ser en el mundo.
La posibilidad de asumir nuevos roles que tengan que ver con la complacencia, la ternura, el
33
autocontrol, incorporación de límites y la posibilidad de compartir sin competir, es devastada
por la resistencia al cambio, pues la propia personalidad se valida en esto. El temor a la
pérdida es tal que ante la posibilidad de “perder” algo (en el plano de lo simbólico), la matriz
se antepone, y más que un mero mecanismo de defensa adaptativo, se torna estructurante
para la personalidad de las pacientes, quienes inconscientemente temen perder el control por
no perderse a sí mismas al momento de soltar la carga afectiva. La amenaza de la emoción
fluida es la psicosis, no hay límite, la pérdida de control es total e indiscriminada.
“Cuando tuve a mi primera hija no quise consumir hasta el penúltimo mes de embarazo…
fumaba con mis hermanas, producto del consumo me echaron de la casa y estuve dos meses
desaparecida…y ahora último me fui al chancho, consumí hasta los siete meses de embarazo
de mi hija, y la última vez recaí por culpa del padre de mi hija. “
Esta última cita hace alusión a la asunción de un rol materno ambivalente, confuso, y a la
escasa posibilidad de lograr habilidades parentales. La experiencia traumática del primer
cluster se reedita transgeneracionalmente, lo que junto a factores socio – culturales dificulta la
posibilidad de rematrizar la conducta drogodependiente. En alusión a la implicancia de lo
materno, la droga aparece como posibilidad de reencuentro con el nivel intrauterino en tanto
la experiencia del consumo de pasta base incrementa un estado psíquico de relajo e
indiferenciación, donde la mujer yace impertérrita y taciturna frente a la vida que “sucede allá
afuera”.
La experiencia del consumo de cocaína podría interpretarse como defensa desde lo paterno al
cluster inicial dañado por el abandono simbólico o explícito de la madre. La activación corporal
que produce la cocaína, la autonomía y grandeza que conlleva el estar drogada se instaura
como la falsa posibilidad del límite entre los otros y el yo. La autonomía se torna ambivalente
en tanto se activan los circuitos de recompensa en primera instancia pero luego se necesita de
más sustancia para acceder a la gratificación, perdiéndose con ello la autonomía en el trance
de recursos económicos con otro del cual se comienza a depender para obtener la droga.
Muchas de estas mujeres se venden sexualmente para conseguir la droga sin discriminar el
riesgo que esto conlleva, en pos de una falsa gratificación.
34
proyectados en los pares, generando relaciones transferenciales que exigen la mantención del
complementario interno patológico.
Se dijo que ante la carga emocional puesta en movimiento la tendencia de las pacientes es a la
evasión, que además es la dinámica nuclear del consumo. Esto merece un análisis en
profundidad puesto que la evasión deviene de lugares profundos del ser de estas mujeres. La
evasión no es simple evasión consciente ante la aparición del afecto, sino emerge como
respuesta a la configuración de una triada cognitivo/corpóreo/afectiva sumamente disociada.
La cita del inicio de este apartado así lo demuestra; es la incapacidad de comprender que en el
cuerpo se aloja parte de la psique, que la experiencia corporal se vive también desde la mente,
y que la cognición del mundo interno como externo es subjetiva y corpórea, y que desde ese
lugar es que se aprehenden las emociones básicas. La emoción en ellas es una amenaza pues
no hay posibilidad de contener físicamente ni elaborar cognitivamente, lo que les sucede a
este nivel. La tendencia a la psicosomatosis es extrema, el dolor físico es una constante dentro
del grupo, y a conveniencia se acoplan para validar el dolor de la otra en pos de la validación
del propio dolor, ello en busca de evadir el proceso por la falsa justificación de la enfermedad.
35
Las matrices son múltiples, todas ellas guiadas por una conducta evasiva en todo nivel, la
victimización como validación del consumo, la exigencia, la asimetría vincular como única
posibilidad de contacto, la escisión de la mente el cuerpo y los afectos. No es de extrañar que
en la dinámica intragrupal el factor TELE sea escaso y la transferencia abunde en las relaciones.
La diversidad etaria de las pacientes fomenta la dinámica trasferencial en tanto mujeres de
mayor edad movilizan cargas afectivas relacionadas con la madre en usuarias más jóvenes, y
viceversa, siendo para mujeres de mayor edad, sus compañeras jóvenes, movilizadoras de la
carga afectiva que tiene que ver con los hijos.
A continuación se verá lo que sucede con estos aspectos a nivel de lo que ocurre entre las
usuarias y la figura de la terapeuta.
Si tomamos el tema del temor y la desconfianza, sucede en primer lugar, que la figura
femenina de la terapeuta en este caso moviliza cargas afectivas relacionadas con la madre, en
primera instancia. La asimetría en este caso es explícita, y quien ejerce el supuesto control
sobre el grupo es la terapeuta. Así desde el cluster materno la respuesta ante la movilización
de los afectos generalmente hace que las pacientes se retiren de afectarse por miedo a ser re
traumatizadas, reactivándose la matriz. Aparece el miedo a no ser contenida y abandonada,
siendo la terapeuta quien repite la imagen de figuras primarias en la psique de sus pacientes.
Lo percibido durante las sesiones psicodramáticas, deviene de frases que son enunciadas por las
mismas pacientes, las cuales posibilitan la comprensión de la vivencia interna que éstas
experimentan. Poniendo un ejemplo, la frase “Yo soy así”, da cuenta en constantes sesiones del
carácter defensivo de las pacientes en su actitud frente al cambio, lo que surge también a partir
del oposicionismo presente en sus vínculos. Sobre todo al comienzo de las sesiones, aparece la
negación ante la posibilidad de participar en el taller: “Voy a estar presente pero no voy a
participar.” Sin embargo, a medida que los talleres avanzan éstas logran integrarse o
definitivamente desertan del programa. Pareciese que tuvieran que probar primero si el vínculo
merece ser digno de confianza para luego mostrarse.
La respuesta de la terapeuta, ante esto último, es compleja y dependía del estado emocional
de la misma, y de la dinámica vincular que se daba a lo largo de las sesiones anteriores y la
sesión en curso. Dependía a su vez del tipo de paciente que la enfrentara y del tiempo
transcurrido desde el inicio del vínculo, pues no fue lo mismo responder a una paciente que
recién entraba al grupo que a otra que llevaba más tiempo. Generalmente se dio que la
necesidad de marcar límites desde la posición paterna no ocurría en la primera sesión de una
paciente, pues se benefició actuar desde el cluster materno a fin de lograr una entrada que
intentase aplacar la resistencia. Pero cabe preguntarse por qué es que se entiende que el
límite de lo paterno pudiese generar un eventual rechazo. Es aquí donde aparece el temor de
la terapeuta por la labilidad afectiva de las usuarias que se muestran listas para arremeter con
más fuerza ante la acción enérgica de quien intenta aplacarles el furor.
Se observa que el vínculo se genera desde conductas poco asertivas, más bien impulsivas y
violentas. Esto manifiesta que la capacidad de percibir al otro en tanto relaciones de
reciprocidad en el grupo, se ve significativamente distorsionada, aumentando los conflictos
relacionales dentro de este y con la terapeuta, acentuando dinámicas vinculares teñidas por la
transferencia, repitiendo conflictos que no han quedado resueltos.
Las escisiones internas en términos de roles son profundas, por lo que aparecen topes entre la
asunción un rol y otro, lo que surge como bloqueo interno ante la emergencia de personajes
divergentes dentro de la misma personalidad.
37
La siguiente cita explicita el tope de roles emergente en una de las pacientes a propósito de la
experimentación de emociones negativas, no acordes al rol de sostenedora que ha
experimentado a lo largo de su vida, en detrimento de la posibilidad de asumir un rol en que
se es vulnerable y se puede ser contenida por otro:
"Me escudo con una sonrisa frente a los demás, no sé llorar, cuando siento pena lo transformo
en alegría."
Sin duda el daño generalizado y temprano de las pacientes se estructura como un desafío para
quien busque generar un aporte en el tratamiento de mujeres vulnerables con
drogodependencia. Las sesiones analizadas conforman el primer grupo de sesiones desde que
se dio inicio a la psicoterapia grupal psicodramática, lo que significó mayor incertidumbre
respecto del trabajo, por parte de la terapeuta quien por primera vez se enfrentaba a un grupo
con estas características.
Se dijo que ante la emergencia de la matriz de una usuaria ocurrió que la reacción de la
terapeuta fue desde una carga emotiva transferencial bidireccional; es decir, ante la aparición
de matrices que tuviesen que ver con la posición de un rol de víctima donde la paciente
transferenciaba su necesidad de contención, la terapeuta reaccionaba justamente desde el
complementario vincular que acoge la necesidad. Esta reacción también estuvo motivada por
sentimientos de compasión propios de la terapeuta respecto de lo que le significa la
vulnerabilidad. Desde otro lugar, ante el surgimiento de la hostilidad por parte de las usuarias,
hacia la figura de la terapeuta, lo primero que surge en ésta es la necesidad de control, el
consciente temor al desborde emocional y al rechazo del tratamiento ofrecido, impulsan una
respuesta desde el cluster materno, con temor a poner límites desde lo paterno.
“Me siento estancada, debería estar trabajando y haciendo algo productivo por la vida.”,
“Me violaron ayer” (frase dirigida a la terapeuta al momento de conocerse, ad portas de entrar
al setting psicoterapéutico)
Sin embargo hubo instancias en las cuales la respuesta no fue puramente desde lo materno,
emergiendo la necesidad de limitar la conducta de las usuarias. Ante esto hubo quienes se
acoplaron a la terapeuta en pos de marcar el orden a las demás: “Por favor respeten”. Esto se
explica como la búsqueda de complicidad con la directora de grupo, aunque con tendencia a la
38
manipulación utilitarista encubierta, ya que la escasa continuidad del proceso de dicha
paciente y la aparición de peticiones materiales fuera del setting dan cuenta de ello: "Aunque
llegué tarde me gustó mucho la actividad."
El factor TELE es escaso en el grupo estudiado, el daño temprano y profundo de las pacientes
de cierta manera imposibilita la emergencia de vínculos de mutualidad entre las pacientes y
con la figura de la terapeuta, la transferencia suele ser masiva. Sin embargo hay atisbos de
TELE intragrupal principalmente en trabajos en dupla, y sí aparece el TELE en el trabajo de
escena, siempre precedido por la resistencia. Dentro del grupo de sesiones realizadas esto se
pudo observar a partir del trabajo de máscaras que se realizó en una de las sesiones, donde
luego de elaborar plásticamente la máscara personal, se intervino psicodramáticamente
llamando a los personajes a escena. Nadie se atrevió a aparecer por miedo al ridículo (cosa que
expresaron en el sharing), fue después de que la terapeuta ofreciese un ejemplo de actuación,
que de a poco casi todas accedieron a participar. La terapeuta dobló y realizó cambio de roles
con una de ellas luego de ver que nadie se quiso ofrecer como yo auxiliar… el resultado fue
magnífico, se llegó al locus del conflicto y hubo una potente descarga afectiva por parte de la
paciente. La emoción bullía en la terapeuta quien no temió en este caso perder los límites.
Pareciese que el miedo a la pérdida de control tiene que ver con el miedo que las propias
pacientes sienten al respecto, más que con aspectos personales de la directora. El factor TELE
aparece cuando hay entrega, cuando existe aunque sea una mínima posibilidad de confiar en
el trabajo de quien guía la sesión.
La oscilación que va desde la Transferencia al factor TELE a lo largo de las sesiones, arrojaron
atisbos de emergentes emocionales presentes en la profundidad de cada usuaria, lo que se
reeditaba en la configuración grupal, así el vínculo con la terapeuta, en ocasiones fue funcional
a la colaboración colectiva de la evitación del contacto afectivo; y otras veces posibilitó la
emergencia de tensiones y angustias necesitadas de ser liberadas. Así, el espacio terapéutico
pasa a ser parte de un espacio de ambivalencia como un lugar que permite el placer, pero que
a su vez resulta displacentero, en tanto obliga a tomar contacto con lo indeseado y el dolor.
5.3 Conclusiones
El presente apartado contiene una síntesis del análisis realizado, presentando los resultados
relevantes que se estructuran como conclusiones generales de la presente investigación.
Sin duda, la comprensión del vínculo que se da entre terapeuta y pacientes de un grupo de
mujeres drogodependientes y con vulnerabilidad social desde el método psicodramático, es
algo complejo de entender y estará teñido siempre por la particularidad de cada grupo y del
estilo terapéutico del o la psicóloga tratante. Respecto de lo que sucedió en este caso en
particular se pueden esbozar las siguientes conclusiones:
39
Se observa un daño generalizado en el primer cluster materno en todas las pacientes,
lo que dificulta la intervención psicoterapéutica por el daño profundo y primario que
aquello significa en la estructuración de la propia identidad.
Las pacientes muestran una actitud positiva ante la contención, ternura y amor que
puede ejercer la figura de la terapeuta que se posiciona desde el cluster 1, pero
apareciendo la ambivalencia de sentimientos amorosos versus odio cuando ésta marca
los límites desde el segundo cluster paterno.
La posición de la terapeuta al funcionar desde el cluster materno resulta ser un
inductor de sanación en tanto se aproxima con menor resistencia al locus del conflicto
en pos de la rematrización de la experiencia con la madre.
Ante la aparición de una matriz por parte de las pacientes, muchas veces ocurre que la
terapeuta actúa desde la transferencia por miedo ya sea consciente o inconsciente a la
pérdida de control.
El miedo a la pérdida de control es transferenciado a la figura de la terapeuta a partir
de la resistencia al trabajo, intentando generar un vuelco en la psicoterapia a fin de
que sólo se elabore desde aspectos gratificantes, situación que la terapeuta termina
asumiendo como parte de ciertas sesiones a fin de mantener el equilibrio de la
resistencia.
La escisión de la triada psicodramática es profunda y generalizada en las pacientes por
lo que la mente no logra filtrar la movilización afectivo/corporal, de manera que este
tipo de trabajos moviliza mayores conflictos. La carga afectiva no alcanza a ser
simbolizada a nivel mental y el cuerpo reacciona psicosomáticamente.
A pesar de la congraciatez que ciertas pacientes manifiestan hacia la figura de la
terapeuta, siempre hay un factor de agresión encubierta, o explícita en el caso de
pacientes que configuran sus vínculos desde la hostilidad.
La manipulación por parte de las pacientes hacia la figura de la terapeuta surge como
la posibilidad de manejar el vínculo en pos de la propia gratificación. En ello aparecen
componentes sádicos motivados por la herida primigenia.
La aparición del factor TELE es escaso.
La tendencia de la terapeuta es a dar respuestas sumamente reflexivas ante la
agresividad, con tendencia acoger antes que a limitar. En este tipo de respuestas la
espontaneidad de la terapeuta se ve afectada.
El método de acción psicodramático complejiza la relación vincular terapeuta paciente
en tanto la distancia entre la figura de la terapeuta y sus pacientes se hace menos
explícita por las condiciones del setting y su participación en las dinámicas de acción
corporal.
Las instancias lúdicas del trabajo psicodramático aportan a la generación de un vínculo
de confianza, aunque posibilitando la pérdida de límites en la relación asimétrica
natural de la terapeuta y sus pacientes, quienes confunden esto con la posibilidad de
establecer un vínculo simétrico.
La generalidad de los vínculos de las pacientes no son sanos, y su conducta intenta
repetitivamente activar la relación con su complementario interno patológico.
Muchas pacientes se vinculan superficialmente, no creen en la figura de la terapeuta
como potencial movilizador de procesos curativos, lo mismo respecto de las instancias
40
psicoterapéuticas en general. Así, hay quienes transitan por las Comunidades como
manera de auto expiar sus pecados para sostener el dolor generalizado de una vida
que no creen se pueda cambiar.
La dinámica de evasión presente en el consumo se reedita en los vínculos de las
pacientes y en el espacio psicoterapéutico.
La tendencia de las pacientes es a “depositarse” en el proceso psicoterapéutico
considerando que la total responsabilidad de la cura está en la figura de la terapeuta,
sin hacerse partícipes activas de su proceso de sanación.
La condición femenina de la terapeuta moviliza ansiedades relacionadas con la madre,
y desde lo fraterno moviliza sentimientos de celos y envidia en las pacientes,
motivados por el aspecto físico y la condición psicosocial.
Para la terapeuta mujer se hace complejo el manejo de la instancia psicoterapéutica
en tanto la resistencia es el motor de la acción. Sentimientos de frustración aparecen
en su dinámica psíquica interna, junto con emociones potentes motivadas por la
agresión de sus pacientes y la situación constante de ponerla a prueba. La rabia
interna busca ser compensada por la compasión. Cuando el trabajo psicodramático da
resultados, la gratificación por parte de la misma se acentúa debido a la consciencia de
la dificultad del trabajo con este tipo de población.
Sería interesante poder generar más instancias de análisis que permitiesen contrastar la
información obtenida en esta investigación, a fin de proponer líneas de trabajo estructuradas
que beneficien el tratamiento de la drogodependencia en el país, situación que desde hace
décadas ha significado un enorme agujero social. Sin duda los factores que inciden en ello son
múltiples, remitiéndose a aspectos transgeneracionales y socio culturales potentes.
41
VI. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CONACE, (2006) Informe anual de la situación de las drogas en Chile. Cap. Tratamiento
y Rehabilitación. En: http://www.senda.gob.cl/observatorio/estudios/otros-estudios-
nacionales/attachment/2006_informe_observatorio_drogas/. Obtenido el 8 de
noviembre de 2013.
López, R. (2010) Para una Conceptualización del Constructivismo. Revista Mad. N° 23,
Septiembre de 2010. Departamento de Antropología. Universidad de Chile. En:
http://www.revistamad.uchile.cl/23/lopez_03.pdf. Obtenido el 17 de noviembre de
2013.
42
Matoso, E. (2008). El Cuerpo, Territorio Escénico. Buenos Aires: Editorial Letra Viva.
SENDA (2013b). The treatment Outcomes Profile (TOP). A guide for keyworkers.
Capacitación realizada por SENDA el 18 de Julio de 2013.
43
VII. ANEXOS
ANEXO 1
BITÁCORA
Registro de Atención de Psicoterapia Psicodramática
Nº PARTICIPANTES
1 Iris
2 Laura
3 Fran
4 Jennie
5 Fabiana
6 Pamela
7 Catalina
Para la realización de la presente sesión no se utilizó la técnica psicodramática, pues tal como
se describe más arriba, objetivo inicial fue tantear el terreno sobre el cual posteriormente se
iba a intervenir, conocer a las usuarias y las demandas propuesta por el grupo, además
presentar la modalidad de trabajo y el taller.
DESCRIPCIÓN DE LA SESIÓN
Pregunto: ¿alguna de ustedes conoce lo que o ha trabajado alguna vez con psicodrama?
Varias de ellas responden que no y otras titubean diciendo que es una terapia como
alternativa. Otras comentan que la “Carmencita” (psicodramatista del COSAM) ha hecho ese
tipo de trabajos con ellas.
44
Procedo a explicarles de qué se trata de la siguiente forma: Tal como les comenté, el
psicodrama es una técnica de trabajo grupal que utiliza recursos del teatro. La idea es poner en
escena los conflictos, no se trata de actuar, acá lo importante es que intentemos integrar lo
que pasa en la mente, el cuerpo y las emociones. Por eso muchas veces nos vamos a mover y
ejercitarnos desde ese lugar. También podremos usar materiales, trabajar con dibujos etc. Lo
fundamental es que logremos conectarnos con la creatividad y espontaneidad que hay en cada
una de nosotras.
Luego les pido que cada una de ellas se presente y me cuente más o menos cómo ha sido su
historia con el consumo. Les recalco que la que no quiere hacerlo no tiene porqué sentirse
obligada. Jennie manifiesta no querer hacerlo y acojo su petición.
Fabiana: a los 7 años comienza a consumir alcohol. Describe que las mujeres de su familia son
todas alcohólicas, con el tiempo comienza a tomar más y más, y ya a los 14 años prueba la
pasta base. Cuenta que estuvo un año consumiéndola y en ese tiempo probó de todo, pero
que su debilidad es el trago. Quien la inició en el consumo de pasta base fue el papá de su hijo.
Vive con su padrastro, su mamá y 2 hermanas. Lo primero que probó fue el pipeño con una tía
que ya falleció y lo hacía a escondidas.
Está hace tres semanas en el programa de tratamiento residencial y a veces piensa en irse.
Su madre le pegaba y asume que siempre tuvo celos de sus hermanas (menores) porque a
pesar de lo que pasara le pegaban a ella y a sus hermanas no, la responsabilizaban por ser la
mayor.
Iris: probó el alcohol a los 13 años y dice que se convirtió en hippie. Vivían como allegados
junto a su marido donde sus suegros. Tiene 6 hijos. Sus padres fallecieron, su padre de cirrosis.
Dice haber conseguido una vivienda y comienza a consumir alcohol, una amiga la invita a
fumar pasta base cuando ella tiene la edad de 40 años. Entonces se desaparece y comienza a
vivir como traficante durante tres semanas.
Fran: probó por primera vez la cocaína a los 12 años con su prima. Dice que hace tres años
perdió los límites, robó a sus padres, estuvo con un caballero porque le pasaba plata para
poder consumir. Luego le quitaron a sus 2 hijos que tuvo con una misma pareja y con el cual
está junta hoy en día.
Cuenta que desde pequeña estaba sola todo el día, ella es la menor de su familia y siempre
estaba sola en casa.
Jennie: consume desde septiembre de 2011. Cuenta que pertenecía a la iglesia evangélica y
que la engaño un loco que llegó a la iglesia. Hace 6 años se separó y aún le duele aquella
separación, él era alcohólico y drogadicto. Cuenta que sus padres eran católicos conservadores
45
y que con su marido se cambió de religión. Llegaron a ser pastores de la iglesia y recibían
adictos. Su marido la deja por otra de la misma iglesia. Ahí es cuando cae en depresión y sus
hijos se quedan al cuidado de su primo.
Luego pololió con otro hombre que le hacía a la coca y a la pasta. Describe que es de muy
pocos amigos.
Perdió un pulmón en el año 2012 estando 2 meses hospitalizada grave. Una vez que sale del
hospital recae en las drogas, y manifiesta que fue producto de haber sentido una pena
horrible.
Pamela: a la edad de 11 prueba el cigarrillo, sus padres son separados, situación que dice le
marcó mucho pues idealizaba mucho a su papá. Dice que junto a sus hermanos siempre
estaban solos y que tiene el síndrome de la hermana de al medio. Le pregunto cuál es ese
síndrome a lo que me responde que cómo no sé si soy psicóloga. Le pido que por favor me
explique y me responde de manera sumamente elaborada que es el hijo despreciado.
Comenta que no encajaba mucho con los demás, que era muy alta de porte.
Le pregunto a qué edad empieza a consumir y me confronta diciéndome que si tengo déficit
atencional, que cómo es posible que le vuelva a preguntar si ya lo dijo. Le respondo que por
podría ser y que si le molesta, a lo que me responde que no. Continúa contando su historia y
dice que comenzó a trabajar y consumía mucho alcohol mientras vendía zapatillas en el persa
bio bio. Dice que siempre tuvo un aire de grandeza, que pololió con uno de los nietos de cabro
Carrera. En el año 2000 describe que la pasta acabó con su vida. Pregunta si se ha extendido
mucho en la presentación. Termina contando que su primer proceso de rehabilitación duró 6
meses, que estuvo 10 años con su pareja del cual se enamoró en el año 2002 y se embarazó a
pesar de que no quería. Hoy en día su hijo tiene 5 años y vive con el padre, se lo quitaron.
Laura: a los 8 años prueba la marihuana. En su familia por línea paterna son todos
consumidores. A los 12 años comienza a tomar alcohol en modalidad de cortos de pisco
puritano. A la edad de 18 un amigo llega con coca a su casa, estaban los dos solos y pasaban
así todas las tardes, ahí fue cuando inició el consumo de cocaína y trabajaba para costearse su
vicios. Fumaba con sus hermanas que son 4.
46
Catalina: Está presente pero decide no participar.
Fabiana comenta que las familias las hacen sentir como si fueran un gasto y que después
quedan abandonadas. Todas asienten y comienzan a opinar diciendo que las hacen sentir
culpables, que si las quieren ayudar que lo hagan de buena forma, que las invalidan
constantemente.
Les pregunto qué les gustaría que pudiésemos trabajar en este taller. Jennie responde que le
gustaría que aprendieran a trabajar como grupo. Laura comenta que le interesa el tema de la
reinserción social. Jennie vuelve a comentar que le gustaría trabajar el tema de la pareja, que
por qué es que tienen mal ojo.
NOTAS TERAPÉUTICAS
47
SEGUNDA INTERVENCIÓN GRUPAL
Nº PARTICIPANTES
1 Iris
2 Laura
3 Fran
4 Jennie
5 Fabiana
DESCRIPCIÓN DE LA SESIÓN
Caldeamiento inespecífico
Calentamiento físico acompañado de música. Inicio de la dinámica grupal a partir de
reconocimiento del yo en el espacio físico aquí y ahora. Se pide a las mujeres que caminen por
las salas conscientes de su respiración abarcando la totalidad del espacio, en distintas
direcciones y velocidades.
Comenzar a establecer contacto con las compañeras, primero con la mirada (continúan
caminando), un guiño, juntar la punta del dedo índice, un pie, el codo, el hombro, etc.
Sociometría. Se pide a las participantes que se posicionen a partir de una línea imaginaria a un
lado al otro de ésta dependiendo de aquello que las represente a partir de la consigna. Estas
fueron las siguientes:
− Las que prefieren comida dulce se ubican al lado derecho de la línea, las que prefieren
comida salada se ubican al lado izquierdo.
− A las que les gusta más la mañana a un lado, las que prefieren la noche al otro.
− Las hermanas mayores a un lado, las menores al otro. Las hijas únicas pueden
colocarse al medio.
− Las que prefieren la música romántica a un lado, las que gustan más del rock al otro.
− Las calladas a un lado, las habladoras al otro.
− Las que prefieren cocinar y las que prefieren hacer el aseo.
− Las que llevan una mejor relación con su padre, las que llevan una mejor relación con
su madre.
Caldiamiento específico
Se pide a las participantes que tomen asiento en algún lugar cómodo de la sala manteniendo
una postura activa, es decir, no acostadas y con los pies firmes en el suelo con piernas
descruzadas y ojos cerrados.
48
respiración se les pide que comiencen hacer un recorrido físico a partir de los pies terminando
en la parte superior del cráneo (les voy describiendo cada una de estas partes: pies, tobillos,
pantorrillas, rodillas, muslos, órganos sexuales, nalgas, caderas, cintura, columna vertebral,
tórax, pecho, hombros, brazos, manos y cada uno de sus dedos, cuello, rostro, cuero
cabelludo, cabeza en general); les pido que identifiquen zonas de tensión y de placer a medida
que lo hacen y que a partir de ello vislumbren, formas, colores, sensaciones. Se quedan ahí por
unos minutos y en silencio mientras les dejo en frente un papel blanco con una silueta humana
dibujada. Dejo lápices de colores al centro.
Les pido que plasmen en esta silueta aquello que vieron y sintieron a partir del ejercicio
anterior; a un lado las zonas de placer y al revés de la hoja las zonas de tensión, luego a
contraluz podrán observar cómo se sobreponen estos aspectos. Luego le solicito compartan
entre todas la experiencia de su dibujo.
Dramatización
Realización de escultura grupal, una que represente el placer a partir de lo experimentaron
con el trabajo de la imaginería y la elaboración del mapa, y otra que represente el displacer, la
tensión.
Sharing
Compartimos lo vivido. Recalco que debemos hacerlo desde la emoción, desde lo personal y
sin juzgar al otro.
NOTAS TERAPÉUTICAS
Al dar la consigna para que inicien el contacto con las compañeras comienza una etapa de risa
más marcada. De a poco entran en la dinámica, les pido que intenten mantener silencio,
comienzan a contactarse con la seriedad del trabajo.
48
Comienza el caldeamiento inespecífico, todas se sientan y la mayoría cierra los ojos, Fabiana y
Fran no lo hacen pero se mantienen en el lugar y en silencio.
Finalizado el trabajo de imaginería se motivan al ver los materiales puestos sobre el suelo y
experimentan con distintos colores y tipos de lápices. Me preguntan de quién son estos
materiales y les digo que son míos, que pueden usarlos como quieran, que los traje para
compartir. Les cuesta tomar la decisión de abrir ciertas cajas de colores nuevas. Comienzan a
elaborar su mapa, no pueden evitar conversar en el intertanto. Laura está sumamente
concentrada, no habla con nadie, su hija pequeña de 10 meses está en el coche tranquila (la
bebé presenta hipertonía muscular producto del consumo de Laura durante el embarazo, no
se sabe si es por síndrome de abstinencia o si es que tiene daño neurológico). Cuando
terminan de colorear les pido que le pongan un título a su obra. Fran lo titula “Estoy feliz del
corazón” por un lado y “Me duele la cabeza, estoy feliz y me siento mal.” Luci lo titula por un
lado “Mis dolencias” y por otro como “Mi cuerpo lleno de felicidad y cosas buenas”. Jennie lo
titula “muerte y soledad” a un lado y por el otro lo titula “Redención.” Iris lo titula
“Esperanza”. Fabiana no lo titula pero explica que pinta de color rojo el estómago porque no le
gusta, que anda con dolores fuertes y que le dan ganas de sacárselos, pero que los niños la
conectan con lo lindo, a partir de eso vio una luz amarilla.
Finalizan la elaboración del mapa y compartimos en círculo cada uno de ellos. Al finalizar les
solicito que realicen una escultura grupal que represente las tensiones a partir de sus dibujos y
luego una que represente el placer. Inmediatamente se paran y elaboran una escultura en
base al placer previo al sufrimiento (a pesar de que la consigna fue al revés). Luci está en una
posición que me parece incómoda, de pie con el tronco hacia abajo, me parece que no la
podrá sostener por mucho tiempo. Le pregunto si se siente cómoda, me responde que sí,
insisto y le pregunto si es que está segura, y con dificultad de hablar me dice que está bien, no
la presiono. Pido Soliloquios a cada una. Surgen palabras como “alegría”, “relajo”, “placer”.
Jennie, Iris y Fran en sus diferentes posiciones miran hacia el cielo y extienden los brazos hacia
arriba. Fabiana se toma la cabeza con ambas manos.
Luego les pido que representen mediante una escultura grupal el otro extremo del dibujo, el
displacer, aquello que les causa dolor, lo que las tensiona, el lugar donde surge la angustia.
Fabiana se retira, Fran e Iris se toman de la cabeza, Luiza ejerce presión con ambas manos
sobre sus hombros y Jennie se sienta en una posición de cierre como enroscándose. Les pido
soliloquio, surgen palabras como “me duele la cabeza”, cansancio, “no puedo”. Se da un
minuto de silencio
Vamos al Sharing, les solicito que compartan desde la emoción qué es lo que les sucedió con el
trabajo a cada una en particular. Todas excepto dicen haber disfrutado con la dinámica,
comienzan espontáneamente a mostrarse de nuevo el dibujo del mapa. Finaliza Jennie
diciendo “Me gustó el taller, necesitábamos estas dinámicas, las necesitábamos como
compañeras.”
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Técnicas psicodramáticas utilizadas
Tal como se describió más arriba la técnica diagnóstica inicial fue el mapa fantasmático, la cual
me pareció pertinente ya que los trabajos con materiales aminoran la tensión y la resistencia.
Para la dramatización se hizo escultura con el fin de concretizar el trabajo realizado a fin de
elaborar con mayor profundidad aquello que éste movilizo, además de encontrar factores
comunes a partir de la escultura grupal. El recurso del soliloquio se utilizó para profundizar los
contenidos corporales emergentes en la escultura y propiciar un nivel más complejo de
elaboración, además de observar la resonancia grupal.
Procesamiento
La atención sobre ciertas partes del cuerpo en las distintas mujeres siguió una línea común,
centrándose principalmente en la cabeza y el estómago. La esperanza, la fuerza y las ganas de
continuar viviendo de mejor forma está en todas; aún me cuestiono la veracidad de estas
manifestaciones, sigo pensando que gran parte de ello responde al sistema defensivo que se
activa para no permitir la emergencia de contenidos dolorosos y desestructurantes. La
dinámica de la adicción tiene que ver justamente con esto, desconectarse del mundo a fin de
no sentir dolor, anestesiarse, evadirse.
Momento crítico
Éste momento tuvo que ver con el comentario de Fabiana durante el caldeamiento
inespecífico respecto de que no tiene padre y que no tiene relación con el padrastro. Pareció
molestarse a partir de la consigna, y personalmente me permitió reflexionar acerca del
cuidado en la creación de este tipo de preguntas, tome consciencia de algo que ni siquiera
imaginé que podía suceder. Sin embargo independiente de la tensión el grupo logro
sobreponerse y continuar el trabajo.
Nº PARTICIPANTES
1 Iris
2 Laura
3 Fran
4 Pamela
5 Clara
DESCRIPCIÓN DE LA SESIÓN
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Caldeamiento inespecífico
Comienzo con calentamiento corporal. Caminamos por la sala al ritmo de la música (melodías
tranquilas) y en distintas direcciones, vamos moviendo la extremidades, luego el cuello
inhalando y exhalando estáticas en un lugar y de pie. Después de unos minutos de trabajo físico
les pido que cierren los ojos y que por favor no los abran. Las junto en una pareja y un trío, les
pido que se toquen las manos manteniendo los ojos cerrados y se conozcan a través de ellas
tratando de adivinar cuál es la compañera que tienen en frente. Luego todo el grupo se une
tocándose las manos.
Caldeamiento específico
De pie les pido que cierren los ojos den un paso adelante y se vean frente a un gran escenario,
de pronto se abre el telón y comienzan aparecer las personas, situaciones, lugares que
representan vínculos importantes en sus vidas. Incluso puede ser un animal, una mascota
significativa, la comunidad terapéutica etc. Una vez que tienen claras las situaciones de su vida
y los personajes vuelven abrir los ojos. He dejado frente a ellas un papel en blanco y lápices de
colores en medio. Les pido que dibujen en el espacio del papel a los personajes que
identificaron en el trabajo de imaginería y que también encuentre un espacio dónde colocarse
a sí mimas. Las mujeres serán representadas con un círculo y los hombres con un cuadrado.
Deberán unirse a través de una línea entrecortada con aquellos personajes o situaciones con
las que consideran que mantienen un vínculo conflictivo o negativo; con una línea ondulada
aquellas con las que consideren tienen un vínculo ambiguo; y con una línea recta con aquellas
que consideren mantienen un vínculo positivo.
Al terminar el trabajo anterior les pido que se junten en subgrupos y comenten la experiencia.
A partir de esto deberán crear una escena que conjugue elementos de cada una de las
integrantes. Elegiremos una para representar.
Dramatización
Se construye la escena solicitada en la consigna anterior (será descrita en el siguiente
apartado)
Sharing
Compartimos la experiencia desde la emoción y sin juicio.
NOTAS TERAPÉUTICAS
Iris y Clara se muestran comprometidas y trabajan activamente. Laura llega con retraso
integrándose en la fase de caldeamiento específico, posterior a la imaginería de modo que
51
comienza a dibujar en base a una breve inducción que le doy. Ella se muestra dispuesta y
motivada por trabajar. Les pido que titulen su obra.
Pamela no quiere dibujar lo solicitado, me corrige diciendo que las mujeres debiesen ser
representadas por un triángulo y no por un círculo. Le respondo que es irrelevante, que lo
importante es poder hacer la distinción de género como sea. Aún así no desea dibujar su
átomo. Le propongo que dibuje cualquier cosa que la inspire y acepta la proposición. Dibuja a
una mujer en llamas tras unas rejas, titula su dibujo “atrapada”.
Durante la fase de compartir la experiencia del dibujo lidera la situación, se muestra activa en
la creación de la historia y luego su grupo se ofrece para escenificar.
La escena que contruyen trata de una mujer que se encuentra en la calle agachada fumando
(Fran) pasta base, de pronto Pamela e Iris aparecen para saClara de ese lugar, buscan ayudarla
para que se aleje de la droga. Se da un tironeo entre Fran y las otras dos que la vienen a
“salvar”, una representa a la hermana y otra a la madre, Fran no quiere levantarse y desea
seguir fumando pero ante la insistencia cede y logra salir para abrazar a sus compañeras.
Clara comienza a llorar. Al finalizar la escena le pregunto qué le sucedió, se da inicio al sharing.
Clara comenta que se sintió identificada con la situación que actuaron sus compañeras, se vio
a ella tomado y a su madre tratando de rescatarla, se conectó con el dolor que por su culpa
tuvieron que vivir sus familiares. Se siente estancada, dice que ya no es joven y que no quiere
estar viviendo este proceso de rehabilitación, que debería estar trabajando y haciendo algo
productivo por la vida.
Iris dice sentirse bien después de la sesión, en particular le gustó la confección del átomo
(dibuja a su marido muy grande y a ella sobre él), le señalo qué le parece esto de verse pegada
a su marido; me contesta que le agrada, que se siente segura.
Pamela comenta que dejó a su hijo viviendo con los abuelos, que es lo mejor que pudo haber
hecho, ella no está dispuesta a estar jugando con los sentimientos de los demás, anuncia que si
recae de nuevo no quiere lastimar a su hijo como ya ha ocurrido en ocasiones anteriores, por
eso prefiere que la tuición la tengan lo abuelos (paternos) y ella verlo de vez en cuando y
entregarle lo que pueda pero estando sobria, en buen estado. Ante esto le pregunto por qué
piensa que va a recaer. Me contesta con sinceridad que este es uno más de los tantos procesos
de rehabilitación a los que se ha sometido y que no puede poner las manos al fuego por nada.
Lo único que tiene claro es que no quiere dañar a los demás.
Laura dice estar contenta de la actividad, a pesar de que llegó tarde le gustó confeccionar el
dibujo y poderse ver junto a su familia.
Fran comenta que le agrada verse en un lugar dentro de su sistema familiar, principalmente
respecto de la relación con su padre, puede reconocer que las cosas han mejorado pues
52
cuando ella consume el padre la rechaza pero al verla en rehabilitación la apoya activamente,
eso es lo que más la gratifica, verse cerca de su padre sin peleas familiares que los desunan.
Ya que en esta sesión se constituye por primera vez una escena y veo que el nivel de
resistencia es potente, me limito a utilizar la técnica de la entrevista. De todos modos no me
dejan indagar más allá pues el llanto de Clara se hace perturbador para el grupo y se salen de
escena para consolarla. Les pido que vuelvan y no lo quieren hacer. No las obligo.
Procesamiento
La resistencia al trabajo se manifiesta desde un inicio. Creo que tiene que ver con el perfil de
las usuarios, asumo que siempre estará presente en mayor o menor grado. Sin embargo
identifico recursos que tienen que ver con la motivación por el trabajo creativo, si bien el
grupo es heterogéneo en cuanto al daño psicológico que presentan se auxilian entre sí al
momento de interpretar lo que les sucede.
La familia en esta sesión se ha tornado un tema relevante y se conversa que sin el apoyo de
una red familiar es muy difícil salir de la droga. Les comento que el núcleo de la familia siempre
es importante sea frente a la situación que sea y que es importante que puedan salir adelante
para echar andar su propio núcleo familiar y ser capaces de sostenerlo, sabiendo que para ellas
esto traerá el beneficio de la autonomía.
Momento crítico
Es posible describir dos momentos críticos a lo largo de la sesión el primero surge con el llanto
de Clara que abruma a todas las participantes tomando la atención del grupo que se resiste a
profundizar el trabajo de escenificación. Ante esto Pamela retoma su rol de liderazgo y durante
el sharing se para constantemente, va a buscar agua con azúcar para Clara y hace mucho ruido.
Esto coincide con el momento en que Laura expone lo que le ha sucedido durante la sesión, se
perturba por el ruido y le manifiesta a Pamela su molestia por la constante interrupción. Le
dice que si bien a ella puede no interesarle, las demás están trabajando y necesitan respeto.
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CUARTA INTERVENCIÓN GRUPAL
Nº PARTICIPANTES
1 Iris
2 Gabriela
3 Clara
4 Jennie
5 Mariana
7 Cristel
8 Pamela
DESCRIPCIÓN DE LA SESIÓN
Caldeamiento inespecífico
Comenzamos a movernos por el espacio, hacemos trabajo de elongación y movimiento de las
distintas articulaciones del cuerpo. Luego indico a las participantes que se unan en duplas para
masajearse suavemente la espalda, tratando de entregar intuitivamente lo que la compañera
necesita. Gabriela queda sin pareja de modo que me uno a ella y la comienzo a masajear
suavemente en los hombros. Alrededor de dos minutos después Gabriela se desploma en mis
brazos y cae desmayada. Todas se impactan con lo sucedido y se detiene el trabajao, tratamos
de reanimar a Gabriela, pero no responde. Llega la Técnico en rehabilitación y decidimos
llevarla al dormitorio, Cristel rápidamente la toma y se la pone al hombro, con una fuerza
increíble la traslada. Me quedo junto a la Técnico tratando de despertar a Gabriela que está
con los ojos cerrados y se muerde la lengua, comienza a ponerse dura. Después de varios
minutos la logramos despertar y se pone a llorar, dice “no quiero que me lleve.” La
contenemos.
Caldeamiento específico
Vuelvo al salón principal para retomar el trabajo con las demás mujeres. Todas se encuentran
en shock. Decido que conversemos qué movilizó en ellas lo sucedido. Luego hago un trabajo de
imaginería para alivianar la tensión, le induzco a que se imaginen que son una flor y vean cómo
es su propia flor, de qué color es, si es que se mueve, dónde está.
Dramatización
No dramatizamos en esta sesión.
Sharing
Volvemos a compartir lo que les ha sucedido luego del episodio de Gabriela, esta vez después
del trabajo de psicodrama interno (imaginería)
54
NOTAS TERAPÉUTICAS
Al retomar al grupo luego de haber acompañado a Gabriela, le comunico a las demás que ha
despertado y que se encuentra bien. Les propongo que hablemos de lo sucedido.
Clara está muy shockeada, dice no haber visto nunca algo así, se pone mal, dice estar mal y
mira el suelo.
Cristel comenta que recordó situaciones con su madre que habiendo consumido pasó por
episodios similares y fue ella quien tuvo que hacerse cargo de cuidarla. Le pregunto por qué
decidió llevarse todo el peso cargando sola a Gabriela siendo que había indicado que entre
todas la lleváramos. Me contesta que es lo que acostumbra hacer.
Iris dice estar impactada, nunca había visto nada igual en una compañera de la comunidad.
No saben qué decir. Les propongo que hagamos un pequeño trabajo de imaginería
(psicodrama interno). Las induzco a que se relajen de pies a cabeza vean una luz del color que
se les aparezca que las inunda y las relaja. Luego, que se imaginen una semilla en alguna parte
de la tierra, que de a poco empieza crecer y a transformarse en una flor, pasa el tiempo, los
pétalos caen y la flor muere, pero al poco tiempo después crece una nueva y vital flor a partir
de las semillas que dejó la anterior. Les pido que imaginen el viento meciéndolas y se vean
fluyendo en este vaivén de la vida donde los ciclos se abren y se cierran constantemente,
donde hay momentos de dolor y de felicidad, de paz y de movimiento.
Entramos al momento del sharing y Clara comenta la dificultad para conectarse con lo
bondadoso de la vida, dice no poder olvidar lo sucedido con Gabriela, se siente mal y se cierra,
no me permite explorar haciéndole preguntas que abran la reflexión. Por su parte Jennie
comenta que se imaginó una rosa roja con espinas, pero hermosa. Iris también ha imaginado
una rosa con espinas, pero de color amarillo. Cristel no ha participado de este último trabajo,
lo mismo con Pamela y Mariana que se retiran luego del desmayo de Gabriela.
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Técnicas psicodramáticas utilizadas
Técnicas psicodramáticas propiamente tales no fueron utilizadas a lo largo de esta sesión,
principalmente por lo sucedido con Gabriela, lo cual interrumpió abruptamente el trabajo. Si
se utilizó como recurso el trabajo de psicodrama interno en el fin de aminorar la tensión
emergente y elaborar lo sucedido. La elección de imaginar una flor tuvo que ver con el hecho
de conectarse con recursos e identificar defensas, las cuales se activaron fuertemente a lo
largo de todo el trabajo.
Procesamiento
Luego de analizar lo sucedido, los síntomas que presentó Gabriela podrían ser calificados con
una conversión histérica.
Momento crítico
El desmayo de Gabriela, sin duda configura el momento crítico de esta sesión, a tal punto que
se debió detener la actividad y al retomar se hizo conforme a la reflexión de este hecho
sucedido.
Nº PARTICIPANTES
1 Karen
2 Clara
3 Catalina
DESCRIPCIÓN DE LA SESIÓN
Caldeamiento inespecífico
Comenzamos conversando para procesar lo que sucedió la sesión pasada a propósito del
Desmayo de Gabriela. Luego de los comentarios nos aprontamos para trabajar los contenidos
que propondré para la presente sesión, noto que hay un tono de introspección en el ambiente
y no fuerzo a las pacientes a que se movilicen mucho corporalmente, es un día nublado y está
todo muy obscuro, sin embargo cierta atmósfera acogedora nos acompaña.
Caldeamiento específico
Coloco sobre el suelo una serie de papeles que contienen los escritos del libro “El Profeta” de
Khalil Gibran, cada uno de los papeles contiene un capítulo del libro, los título son los
siguientes: El Amor, El Matrimonio, Los Niños, El Dar, El Comer y El Beber, El Trabajo, La Alegría
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y El Dolor, Las Casas, El Vestir, El Comprar y El Vender, El Crimen y el Castigo, Las Leyes, La
Libertad, La Razón y La Pasión, El Dolor, El Conocimiento, El Enseñar, La Amistad, El Tiempo, Lo
Bueno y Lo Malo, La Oración, El Placer, La Belleza, La Religión, La Muerte, La Partida.
Las invito a escoger uno de ellos según el título que más les llame la atención. Y lo lean en
silencio, luego que exploren a través del movimiento un personaje que represente el título de
sus elecciones.
Dramatización
Cada una comparte en voz alta el escrito que eligió y luego representa en el escenario un
personaje que sin palabras exprese y represente algo propio que se movilice a partir de la
lectura en a través de una Escultura en movimiento.
Sharing
Compartimos y procesamos que fue lo que se movilizó a partir del escrito elegido y el de las
demás compañeras. Establecemos nexos con la vida real y cómo es que a cada una le
remueven las reflexiones compartidas.
NOTAS TERAPÉUTICAS
Una vez cerrado el tema de la sesión pasada suelo comenzar los caldiamientos con
conversaciones espontáneas donde cada una pueda expresar cómo está y que temáticas y
circunstancias son las que las rondan a lo largo de la semana y el fin de semana en que no las
vi. Todas manifiestan haber tenido un buen fin de semana junto a la familia.
Dejo los escritos sobre el suelo para que los hojeen libremente y escojan alguno, no se tardan
demasiado en hacerlo. Catalina elige primero “La Libertad”, pero rápidamente decide
cambiarlo por “El Placer”. Kathy escoge “El Amor” y Clara “La Alegría y El Dolor”. Luego nos
quedamos un momento en silencio, dando espacio para que cada una lea su texto. Al pasar
uno minutos las invito a compartir grupalmente la lectura. Kathy y Clara leen sin problemas,
sin embargo Catalina necesita que la ayude hacerlo y lo hago por ella. Les pido que a partir de
esto formen un personaje, se muevan por el espacio libremente y vean cómo es que se mueve
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“El Amor”, cómo se mueve “El Placer” (Catalina no participa), y cómo se mueve “La Alegría y El
Dolor”.
Noto que al finalizar la atmósfera introspectiva del inicio se ha transformado y las usuarias se
encuentran más activas y enérgicas.
Procesamiento
Me sorprende la capacidad reflexiva de las pacientes, pero la resistencia siempre surge y me
pregunto qué tan sinceras son cuando exponen lo que les pasa con el trabajo. A ratos me da la
sensación de que me intentan complacer como terapeuta, intuyo ciertas respuestas
aprendidas, reflexiones que se han vuelto conservas culturales de las mujeres que pasan por
muchas instancias de trabajo grupal a lo largo de su estadía en el centro y que a partir del
conocimiento que adquieren de otros guías (terapeutas, psicólogos, técnicos, etc.) estructuran
respuestas tipo que replican en los talleres. Aunque este movimiento me parece más
inconsciente, principalmente porque noto en ellas un cambio en su estado de ánimo que es
verdadero, pasan del desánimo a la actividad y alegría, pero de un modo “superficial”. Sin
embargo este trabajo, y cualquier otro siempre se establece como un espacio de desahogo y
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contención, objetivo que siento lograr gracias al agradecimiento que manifiestan terminada la
actividad. Los temas de hoy fueron profundos y universales.
Momento crítico
Surge con la resistencia de Catalina que se abstiene a la dramatización. Pero es común en ella y
en otras participantes lo cual comprendo y acojo sin presionar a las usuarias por el nivel de
daño que presentan. Pienso que necesitan aprender a confiar en el grupo, en ellas mismas y en
mí como terapeuta para luego poder manifestar una conducta de apertura de modo que
debemos trabajar en ello lenta y sutilmente.
Nº PARTICIPANTES
1 Karen
2 Karina
3 Renata
4 Clara
5 Catalina
DESCRIPCIÓN DE LA SESIÓN
Caldeamiento inespecífico
Comenzamos la sesión haciendo el círculo cotidiano de inicio de toda sesión grupal, para
explorar eventuales movimientos internos a propósito de su proceso de estadía en la
Comunidad con foco en intervenciones realizadas en la sesión anterior, buscando establecer
una continuidad en el proceso terapéutico a pesar del típico movimiento institucional de
entrada, salida y reinserción de pacientes. Cada vez que se incorpora una usuario se realiza la
misma dinámica: la invito a presentarse, le pregunto su nombre, de donde viene, con quién
vive, si es que tiene hijos, pareja que cómo llegó a “Rayún” (la Comunidad), si acaso fue por
voluntad propia o la instaron hacerlo. En general, es posible que en este momento salga la
temática del consumo, sobre ésta intento no preguntar directamente y me aventuro
dependiendo del primer vínculo que se genera con la usuaria y la capacidad que considero
tiene ésta de sostenerlo. Luego me presento yo brevemente.
Para continuar la presente fase, invito a las participantes a que se paren y comiencen a
caminar por la sala en diferentes direcciones bajando y subiendo el ritmo. Empiezan
corporalmente a medida que caminan un primer contacto con sus compañeras, se guiñan el
ojo, se saludan con la punta de los dedos, con cadera, mejilla, etc. Y eligen un lugar de la sala
en el cual quedarse de pie. Comienza el segundo Caldeamiento.
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Caldeamiento específico
Les pido que cierren los ojos y se balanceen suavemente para ambos lados y se sientan
sostenidas sobre su cuerpo y el suelo, hacemos un repaso de cada una de las partes del cuerdo
desde abajo hacia arriba y al llegar a la cara les pido que gesticulen: muevan la mandíbula, los
ojos, las mejillas, etc. y que se toquen la cara con las manos y piensen en una máscara que
aparece en sus rostros y la miren, que piensen cómo es, que la miren y se imaginen que
aparecen colores, formas, texturas, etc. Le pregunto ¿cuándo te la pones?, ¿para qué la usas?,
¿para qué la necesitas?, y una serie de preguntas que abran a partir de mi relato, el imaginario
inconsciente de las pacientes, y las invito a quedarse ahí en silencio por unos segundos a ver si
algo más aparece. Aprovecho ese momento para dejar materiales plásticos en el centro para
que cuando abran los ojos confeccionen una máscara con la base de una especie de antifaz
que tapa la cara completa y solo abre el espacio de los ojos que confeccioné previamente.
Dramatización
Después de largo rato de confección las invito a que nos sentemos en círculo y que pase al
medio, lugar que utilizamos como espacio escénico, quien se ofrezca a actuar como el
personaje de su máscara. Comienza aparecer la historia todas las pacientes que a pesar de la
resistencia inicial logran actuar aunque sea por breves momentos el personaje de su máscara.
En algunos momentos detengo la escena e intervengo con técnicas psicodramáticas para
profundizar en los contenidos.
Sharing
Se abre el espacio para compartir, donde reitero casi todas las sesiones que es un momento
para compartir desde la experiencia personal y sin enjuiciar a nadie, lo vivido a lo largo de la
sesión.
NOTAS TERAPÉUTICAS
Es la primera sesión de Renata, me cuenta que tiene 45 años, que actualmente está soltera,
tiene, Odín de 26 y Paula de 12, que es tercer proceso residencial, que tiene problemas de con
sumo únicamente de alcohol, y que lo hace desde pequeña (antes de los 12 años), porque en
su casa fabricaban chicha (es del sur, se Lago Ranco), y que sus padres son separados. Y
comienza hablar compulsivamente tomándose el espacio grupal, me cuesta trabajo detenerla
pero intento darle tiempo porque sé que se está recién adaptando y que debo acogerla. Sin
embargo después de un rato debo detenerla sutilmente para dar espacio a que Karina se
presente.
Karina se ve que tiene un nivel intelectual superior al de sus compañeras, me cuenta que
estudió paramédico, profesión que ejercía hasta hace poco, tiene 33 años, es soltera, no tiene
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hijos, que llegó derivada por el Cosam debido a su ideación suicida, dice que hace seis meses
atrás presentó problemas del sueño y que tuvo un episodio de brote esquizofrénico a fines del
año 99’. Dice tener miedo de enfrentarse al hecho de ser madre, asume que es un tema sin
resolver, no quiere traer alguien a sufrir a este mundo y a ser víctima del sistema.
Renata se ofrece, su máscara es un payaso que dice escudarse en la sonrisa frente a los demás,
no sabe llorar, cuando siente pena lo transforma en alegría. Detengo la escena y exploro su
situación entrevistándola y aplicando diversas técnicas psicodramáticas. Le pregunto si es que
su pena se aloja en alguna parte del cuerpo, me dice que en el corazón, focalizamos ahí, la
entrevisto preguntándole cómo está, dice que está apretado, le pido que elija a alguien para
que venga a representar su corazón en frente de ella, nuevamente nadie se presta hacerlo
como si intuyesen la inminencia de la catarsis y quisieran evitarlo. Entonces le digo a Renata
que se pare en frente de donde se encuentra posicionada en ese momento y que haga un
gesto corporal que represente la imagen de este corazón oprimido, se agacha y se cierra como
un chanchito de tierra en sí mismo,. Le pido que emita un sonido y se mueva como el corazón
lo hace, le cuesta. Para que pueda verlo desde su rol anterior, soy yo quien se presta para
hacer de corazón y debo asumir que el personaje me emocionó profundamente y mi corazón
latió muy rápido. Pero télicamente sentí que era posible y en una actuación potente gemí y
palpité in crescendo hasta explotar pidiendo ayuda y contención. En ese momento Renata llora
como una niña, me abraza sacándose la máscara.
La contengo abrazándola y acariciándola sutilmente.
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oposicionista de su personaje no lo hace conmigo, más bien se adhiere a la norma e intenta
destacar en ello.
Karen no lo quiere hacer a pesar de mis intentos por impulsarla hacerlo. Finalmente accede
pero sin involucrarse, otorgando respuestas monótonas ante mi entrevista.
Clara también se resiste pero muestra mayor índice a de apertura a pesar de su resistencia. Me
llama la atención la claridad en el lenguaje de esta paciente, denota un nivel cognitivo en la
lingüística bastante alto.
Comienza el momento de cierre a partir del inicio del sharing. El emergente es satisfacción por
el trabajo realizado, pero sensación de dificultad de manifestar lo que está tras la máscara
además de asumirlo.
Momento crítico
Catalina y Renata son protagonistas de momentos críticos de esta sesión. Renata es sin duda la
principal, pero es Catalina la que da el punta pie inicial para que sus compañeras salgan a
escena, además de ser la “expresión pura” de la resistencia. Sin embargo es Renata la
protagonista y quien moviliza todo el contenido latente del grupo en cuanto a lo materno, la
desconfianza y el conflicto social producto de ello.
Procesamiento
Por una parte, se pone de manifiesto en esta sesión el inmenso daño psicológico de las
pacientes, y en su contraparte pareciera que aquella debilidad, si es bien conducida, moviliza
ciertos recursos internos de éstas, relacionados con movimientos creativos y espontáneos de
las mujeres.
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