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Trastornos de la personalidad

Aunque no lo parezca, es realmente difícil describir exactamente la personalidad de una


persona. Esto se debe, a que muchas de las palabras que usamos para describirlas, tienen
un amplio significado. La personalidad es un conjunto de rasgos y cualidades que
configuran la manera de ser de una persona y lo que la diferencia de las demás.

En otras palabras la personalidad es como somos, define nuestro comportamiento en el


aspecto individual y de grupo, moldea nuestras actitudes y conductas. La personalidad es
como un tipo de masa moldeable que intenta equilibrarse con las distintas situaciones de
la vida para llegar a una adaptación del sujeto con el entorno. No obstante, debemos
evolucionar frente a las situaciones que vivimos y saber adaptarnos para conseguir una
armonía cuerpo-mente.

Todos los seres humanos tenemos una personalidad. Pero, ¿la personalidad es algo que
aprendemos en el proceso de crecimiento de la vida o es algo con lo que ya nacemos?
Todas las personas tienen una personalidad propia y por ello somos únicos. No somos
iguales a otros, por eso es que el proceso de desarrollo de la personalidad de cada quien
tiene diferentes formas de ser interpretado.

Algunas veces, aspectos de nuestra personalidad se desarrollan de una manera que nos
dificulta hasta vivir con nosotros mismos y con los demás. Puede ser difícil aprender de las
experiencias vividas y cambiar los patrones, pensamientos, sentimientos o
comportamientos negativos que causan problemas como trastornos de la personalidad,
que son un grupo de afecciones mentales en las cuales una persona tiene un patrón
prolongado de percepciones, conductas, emociones y pensamientos que son muy
diferentes a las expectativas de su cultura, lo que la sociedad no considera normal.

Los Síntomas dependen de la cultura, la edad y el sexo. La apreciación de la personalidad


debe tener en cuenta los antecedentes étnicos, culturales y sociales del individuo. Los
trastornos de la personalidad no se pueden confundir con problemas relacionados a la
adaptación a una cultura diferente que se da tras costumbres, valores religiosos o políticos
propios de la cultura de origen del sujeto.

Esto se convierte en su mecanismo de defensa, todo aquello con lo que se sientan


amenazados y alteren su tiempo, espacio y rutina se convierte en un enemigo .
Recordando que la personalidad es una forma de interpretar la realidad social si para el
sujeto su realidad social se altera debe entonces buscar un estado de re confortación y
protección. Por ejemplo, un niño cuya personalidad sea agresiva y hostil en la sala de
clases, va a mantener esta actitud con sus compañeros en especial con aquellos que ve
diferentes a él.

El sufrir o no un trastorno de la personalidad no tiene una causa única, sino que influyen
en su desarrollo muchas variables, tanto de orden genético como ambiental. Tener
antecedentes de trastorno de la personalidad en la familia o haber vivido situaciones
adversas tales como ansiedad, estrés o miedo durante la infancia, malos tratos, abusos o
negligencia emocional, hace que el riesgo aumente. Aun así el desarrollo patológico de
una personalidad parece tener un origen multicausal.

Es importante resaltar que estos comportamientos o rasgos no están condicionados a un


episodio de enfermedad, sino que representan un funcionamiento a largo plazo. Esto
muestra que estos trastornos no son simples episodios, sino que se convierten en un
patrón de vida continuo. Cuando esto sucede la vida de este individuo necesita algún
medio de solución próximo para lograr un refuerzo a corto plazo que le permita resolver o
modificar sus problemas de personalidad.

Los trastornos de la personalidad están reunidos en tres grupos o clusters. El grupo A


incluye los trastornos paranoide, esquizoide y esquizotípico de la personalidad; las
personas con estos trastornos suelen parecer raros o excéntricos. El grupo B incluye los
trastornos antisocial, límite, histriónico y narcisista de la personalidad; los sujetos con
estos trastornos suelen parecer dramáticos, emotivos o inestables. El grupo C incluye los
trastornos por evitación, por dependencia y obsesivo-compulsivo de la personalidad; los
individuos con estos trastornos suelen parecer ansiosos o temerosos.

Las características de estos pacientes los llevan a tener dificultades en relaciones con otras
personas, como también falencias en otros aspectos de la vida. La mayoría de ellos no
quieren estar en esta condición, otros se adaptan vivir con ellas y siguen sus vidas
pensando que estas acciones y actitudes son normales, características en ellos por lo que
no lo ven como algo malo, sino como algo común que forma parte de sus vidas.

Según estudios realizados por Royal College of Psychiatrists (febrero del 2011);
¨Alrededor de un 40-70% de pacientes ingresados en una sala psiquiátrica tiene un
trastorno de la personalidad. Un 30-40% de pacientes psiquiátricos tratados en la
comunidad por un servicio de salud mental tienen un trastorno de la personalidad. Y
alrededor de un 10-30% de los pacientes que visitan al médico de cabecera tiene un
trastorno de personalidad¨.

Existen tratamientos para los que sufren de un trastorno de la personalidad, puede ser
psicológico con terapias, hablar y escuchar; se basa en una relación de confianza entre el
terapeuta y la persona en tratamiento, y físico con medicación. Pueden ayudar con las
dificultades emocionales, ansiedad y el estado de ánimo de la persona.
El trastorno de la personalidad es un problema real que requiere ayuda profesional. Todos
podemos ayudar al ofrecer nuestra amistad, apoyo y comprensión, en vez de juzgar y
discriminar a las personas con trastornos de la personalidad.

El estudio de la personalidad es muy complejo puesto que tiene muchas implicaciones y


depende de muchos factores. Cada factor influye y de no ser correctamente tratados
podría conducir a un trastorno.

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