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ACTOS HUMANOS

Concepto del acto humano:


El ACTO HUMANO es aquel que procede de la voluntad libre y deliberada del
hombre, es decir, sabiendo y queriendo lo que hace.
Los actos humanos son propios del ser racional mientras permanece en este
mundo. Siempre son imputables y de ellos es responsable quien los ejecuta.
Los actos humanos son aquellos que proceden de la voluntad deliberada del
hombre; es decir, los que realiza con conocimiento y libre voluntad (cfr. S.Th., I-II,
q.1, a.1,c.). En ellos interviene primero el entendimiento, porque no se puede
querer o desear lo que no se conoce: con el entendimiento el hombre advierte el
objeto y delibera si puede y debe tender a él, o no. Una vez conocido el objeto, la
voluntad se inclina hacia él porque lo desea, o se aparta de él, rechazándolo.

Sólo en este caso cuando intervienen entendimiento y voluntad el hombre es


dueño de sus actos, y por tanto, plenamente responsable de ellos. Y sólo en los
actos humanos puede darse valoración moral.

No todos los actos que realiza el hombre son propiamente humanos, ya que como
hemos señalado antes, pueden ser también:

1) Meramente naturales: los que proceden de las potencias vegetativas y


sensitivas, sobre las que el hombre no tiene control voluntario alguno, y son
comunes con los animales: por ejemplo, la nutrición, circulación de la sangre,
respiración, la percepción visual o auditiva, el sentir dolor o placer, etc.

2) Actos del hombre: los que proceden del hombre, pero faltando ya la advertencia
(locos, niños pequeños, distracción total), ya la voluntariedad (por coacción física,
por ejemplo), ya ambas (por ejemplo, en el que duerme).
Elementos del Acto Humano

La definición anterior incluye los tres elementos esenciales del acto humano:
conocimiento, voluntariedad y libertad.
1) CONOCIMIENTO INTELECTUAL: A toda volición (=querer) precede siempre
la advertencia y deliberación: nada puede apetecerse si no se conoce
previamente. No es suficiente el conocimiento puramente sensitivo, común a
los seres irracionales: se requiere el conocimiento intelectual, propio del ser
racional.

2) VOLUNTARIEDAD: Llámese acto voluntario al que procede de la voluntad


con previo conocimiento del fin. (La voluntariedad incluye los tres elementos
del acto humano.)
Para que el acto sea realmente voluntario se requiere:
a) Que proceda de la voluntad como de su causa: lo querido no a siempre
voluntario, porque no siempre es efecto de la voluntad: Yo quiero que
llueva… no es acto voluntario.
b) Que preceda el conocimiento intelectual: lo espontáneo no es voluntario.
Falta la advertencia y deliberación.
c) Que se ejecute libremente: lo violento no es voluntario. Falta la libertad.
3) LIBERTAD: Es a la facultad de obrar o de elegir una cosa con preferencia a
otras. El hombre actúa con libertad solamente cuando puede ejecutar un acto
o abstenerse de él o cuando puede elegir entre dos cosas diversas, contrarias
o contradictorias, excluyendo toda necesidad (o coacción) interna y externa.

Elemento cognoscitivo
Es el primer elemento del acto, sin el cual los demás no tienen lugar. El principal
componente del elemento cognoscitivo es la advertencia. Se define la advertencia
como la percepción por el conocimiento del acto futuro o presente.
La atención puede ser plena si el conocimiento advierte completamente la acción,
o semiplena si lo hace sólo parcialmente (por ejemplo, por somnolencia o
distracción); puede ser perfecta si advierte todos los matices morales de un acto
(por ejemplo, si advierte que el robo de lo sagrado ofende a Dios y no sólo a la
parroquia propietaria) o imperfecta si únicamente advierte que algo es bueno o
malo; puede ser distinta si el conocimiento percibe con claridad la bondad o
maldad del acto, y confusa si no está seguro; y puede ser antecedente o
consecuente según la percepción se produzca antes o después del acto.
Las consideraciones fundamentales en torno a la advertencia son:
1) La advertencia es indispensable para el acto humano. Como ya vimos, si esta
no se poduce, el acto no es humano, sino no deliberado.
2) La advertencia debe relacionar el acto humano con el orden moral.
La ignorancia de la relación moral de un acto provoca su inimputabilidad. Por
ejemplo, si pagamos un impuesto sin saber que con ese dinero se financian actos
inmorales, estos no nos son imputables.
3) El grado de advertencia está directamente relacionado con la moralidad de un
acto. Una advertencia insuficiente o parcial puede modificar el grado de bondad o
maldad de un acto. Si acogemos en nuestra casa a una persona sin saber que
sufre persecución injusta, nuestro acto es menos meritorio.
4) La advertencia consecuente no afecta a la moralidad del acto; la advertencia
antecedente es la única que genera moralidad en el acto. Un ejemplo clásico es
aquel que mata a un hombre sin saber que era su padre hasta cometido el crimen.
Será culpable de homicidio pero no de parricido.
Otros componentes del elemento cognoscitivo- que pertenecen propiamente a la
advertencia- son: la mera aprehensión del acto (fase psicológica del
conocimiento), el juicio de posibilidad y de conveniencia (ya inmerso en el acto
moral), la deliberación o el consejo de los medios para ejecutar el acto y el juicio
práctico, que propone a la voluntad el medio más oportuno para la realización del
acto.
Por último, el imperio de la razón, que intima a la voluntad el acto, y el uso pasivo,
que simplemente ejecuta el acto cuando no es necesaria la voluntad, bien por el
mismo entendimiento (leer un cartel que tenemos frente a nosotros, por ejemplo),
o por las potencias ejecutivas (pasear, comer, etc).
Cualidades profesionales que un auditor debe poseer para ejercer
la profesión
ISO 27001 2013
Si en nuestra organización tenemos que realizar una auditoría interna sobre
nuestro Sistema de Gestión de Seguridad de la Información ISO 27001
2013 debemos saber que es una herramienta que se utiliza para mantener y
mejorar el sistema de gestión, por lo que debemos darle la importancia que
merece. No nos podemos olvidar de que una de las figuras que participan de
forma activa en la auditoría son los auditores.

Por este motivo, para que la auditoría cumpla con los objetivos por lo que se lleva
a cabo, la persona encargada debe disponer de todos los conocimientos
necesarios, debe contar con la experiencia necesaria y disponer de unas
cualidades personales específicas.

Aunque se suele hacer hincapié en la formación y la experiencia del auditor,


durante este post vamos a resaltar las cualidades personales que debe tener y
cultivar para conseguir estar de acuerdo y promover los principios de la auditoría.

El perfil del auditor

La norma ISO 19011 “Directrices para la auditoría de los sistemas de gestión”, nos


dice todos los aspectos, las competencias y los criterios que debe tener el auditor
interno, marcando la relevancia que ocupa la correcta ejecución de una auditoría.

La auditoría interna en ISO 27001 2013 es una herramienta de mejora y


análisis del estado del Sistema de Gestión de Seguridad de la Información que
nos permite comprobar el seguimiento y la verificación de la implantación eficiente
y señala todas las pautas que se deben seguir para conseguir los objetivos en el
caso de que se evidencien las desviaciones del camino marcado de forma inicial,
el papel del auditor, como ya hemos visto en otras ocasiones, se nos muestra con
cierta relevancia.

Por este motivo, el auditor debe disponer de una competencia que se demuestre
con su aptitud a la hora de aplicar los conocimientos y las habilidades
adquiridas mediante la formación, conseguir un nivel óptimo de experiencia en
auditorías, además de una serie de cualidades que debe promover y potenciar.
Cualidades del auditor

Las cualidades que definen a un auditor son:

 Ser imparcial, sincero y honesto.


 Ser discreto y comprender el concepto de confidencialidad.
 Mantener la mente abierta para considerar ideas y puntos de vista
alternativos.
 Ser diplomático y tener tacto en el trato con las diferentes personas.
 Ser firme. Este es un punto a destacar importante, ya que durante la
auditoría no debe negociar con el auditado sobre la inclusión o eliminación de una
determinada no conformidad en el informe final ya que, de esta manera, se
desvirtúa la eficacia que puede tener la auditoría. Es decir, aunque se actúe de
forma responsable y ética, algunas decisiones tomadas por el auditor pueden no
ser populares, pudiendo llegar a generar desacuerdos y confrontaciones que no
deben llevar a la negociación para la aceptación del informe.
 Tener una alta capacidad de observación.
 Tener el instinto de ser consciente y comprender todas las situaciones.
 Adaptarse de forma fácil a los diferentes contextos, en otras palabras, ser
versátil.
 Estar perfectamente orientado a conseguir el objetivo de la organización.
 Obtener conclusiones basadas en razonamientos lógicos y analizar las
diferentes evidencias.
 Estar seguro de sí mismo.
 No tener prejuicios que limiten o eliminen su objetividad.
El auditor debe estar en constante actualización en los aspectos que se relacionan
con el Sistema de Gestión de Seguridad de la Información ISO 27001 2013,
siendo necesario en el campo del auditor.

Se dispone de diferentes medios que permitirán, entre diferentes conceptos, estar


al día de las distintas revisiones del Sistema de Gestión de Seguridad de la
Información, potenciar su desarrollo personal que permita que las cualidades
adquiridas se remarquen y se conviertan en un buen hábito, como puede ser:

 Formación especializada
 Asistencia a seminarios, reuniones y conferencias del sector
 Experiencia en auditorías de forma periódica
Para terminar y en relación con todo lo que hemos comentado, no nos podemos
olvidar de que la auditoría es una herramienta eficiente, depende de la ejecución
que se realiza por todas las personas que participan en ella, es decir, el auditor, la
organización auditada y todas las personas que forman parte de la auditoria y
tienen relación con el Sistema de Gestión de Seguridad de la Información basado
en la norma ISO 27001 2013.

De esta manera, si el auditor no dispone de los conocimientos, competencias y


cualidades adecuadas disminuye la eficiencia de la auditoría, por lo que se
obtienen las conclusiones. De igual forma, si la organización auditada no
comprende la importancia de la auditoría no se obtendrán conclusiones, por lo que
se convertirá en una actividad muy improductiva.

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