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LA LEGISLATURA DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA, SANCIONA CON

FUERZA DE LEY:

“LEY DE EDUCACIÓN EMOCIONAL”

CAPÍTULO I
De la Educación Emocional - Aplicación- Interpretación - Fines.

ARTÍCULO 1°: Ámbito de aplicación. INSTITÚYASE en la Currícula


Educativa los contenidos referidos a la “Alfabetización o Educación
Emocional” como obligatorios, en los establecimientos educacionales de
todos los niveles y modalidades de la Provincia de Córdoba, en los
términos previstos por el art. 2 de la ley 9.870.

ARTÍCULO 2°: Concepto. La presente ley promueve el proceso de


“Alfabetización o Educación Emocional”, el que consiste en brindar
mejores habilidades sociales y emocionales a los niños y jóvenes, e
intenta recrear las escuelas como entornos más humanos. En tal sentido,
fija un enfoque de dinamización de recursos y habilidades emocionales,
sociales y actitudinales en el marco de una política de promoción de la
salud, persiguiendo el crecimiento saludable, el pensamiento crítico, el
pleno desarrollo personal del individuo y de su subjetividad; permite
potenciar su talento, colmar sus expectativas respecto del proyecto de
vida que elija y así acceder al mayor grado de bienestar personal.

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ARTÍCULO 3°: Interpretación. A los fines de esta ley, los términos
“alfabetización emocional”, “educación emocional” o “inteligencia
emocional” serán entendidos como sinónimos y con los alcances del
artículo precedente.

ARTÍCULO 4°: Objetivos. La presente ley tiene como objetivos los


siguientes:
a) Propender al desarrollo, mediante la enseñanza formal, de cada una de
las habilidades emocionales, las que sólo a título meramente
ejemplificativo, comprenden: el autodominio, la empatía, el celo, la
persistencia y la capacidad de motivarse a uno mismo.

b) Mejorar la capacidad para desenvolverse tanto en la vida social como


en la vida profesional y/o laboral.

c) Brindar herramientas para que el individuo pueda interpretar sus


propias emociones, forjando así su propia voluntad y su carácter;
desarrollar al máximo sus capacidades como así también desentrañar las
de los demás, relacionándose más adecuadamente con sus semejantes.

d) Fomentar la convivencia democrática y el respeto a las diferencias


individuales, promover la solidaridad y evitar la discriminación, con el
objetivo fundamental de lograr la necesaria cohesión social.

e) Favorecer a que el individuo comprenda la realidad, integrando la


dimensión cognoscitiva, afectiva y axiológica.

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f) Estimular al individuo a que pueda ejercer sus derechos en forma
responsable, crítica, libre y democrática, requisitos indispensables para
conformar una sociedad avanzada y justa.

g) Colaborar en crear climas positivos que reduzcan conflictos y ayuden


en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

h) Impulsar el desarrollo integral de su persona, especialmente su


creatividad y subjetividad.

CAPÍTULO II
De la Autoridad De Aplicación - Comisión Especializada – Funciones.

ARTÍCULO 5°: Autoridad de aplicación. El Ministerio de Educación de la


Provincia de Córdoba o quien en el futuro lo reemplace, será la Autoridad
de Aplicación de la presente ley y deberá coordinar su actuación con el
Consejo Provincial de Políticas Educativas, previsto en el art. 91 de la ley
9.870.

ARTÍCULO 6°: Comisión Técnica Multidisciplinaria de Educación


Emocional. Créase la Comisión Técnica Multidisciplinaria de Educación
Emocional, dentro del ámbito del Ministerio de Educación de la Provincia
de Córdoba, la que estará integrada por cinco (5) profesionales de
diferentes disciplinas que tengan conocimientos, experiencia y/o autoría

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de trabajos especializados sobre dicha temática: psiquiatras, psicólogos,
psicopedagogos, operadores en psicología social, educadores, entre otros,
que serán elegidos por el Ministro de Educación de la provincia. La
Comisión tiene carácter consultivo e intervendrá asesorando y
colaborando con el Ministerio de Educación.

ARTÍCULO 7°: Funciones. Son funciones de la Comisión Técnica


Multidisciplinaria de Educación Emocional: 1) Elaborar y proponer los
contenidos expresados en el artículo 1; 2) Realizar, en caso de ser
necesario, la capacitación y actualización especializada de los educadores,
trabajadores sociales, docentes, psicólogos, operadores en psicología
social y demás; 3) Desarrollar la investigación sobre la temática y la
evaluación y monitoreo de los resultados y progresos realizados a partir
de la aplicación de la presente ley; 4) Desarrollar planes piloto a los fines
de la experimentación de nuevas técnicas, con carácter previo a su
implementación en las instituciones educativas.

ARTÍCULO 8°: Capacitación. Se llevarán a cabo diferentes acciones a fin


de implementar programas de formación profesional continua en el
campo de esta especialización en Educación Emocional, tales como
talleres, seminarios, cursos u otras actividades, curriculares o
extracurriculares. Estarán a cargo de docentes, profesionales o técnicos
que acrediten poseer la formación específica o, en su caso, previa
capacitación docente, en función de los contenidos que se aprueben.

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ARTÍCULO 9°: Carácter complementario. Supletoriedad. La presente
ley es complementaria de la Ley Provincial N° 9.870, de allí que en todo lo
no previsto por la presente ley, se aplicará el mencionado plexo legal.

ARTÍCULO 10°: De forma. COMUNÍQUESE al Poder Ejecutivo.

Fdo.: Germán Néstor Pratto- Dr. Marcos César Farina- Graciela


Brarda.

FUNDAMENTOS

El derecho a la Educación se encuentra garantizado por el Estado


Provincial, en igualdad de oportunidades y sin discriminación alguna. Tal
es así, que la Constitución Provincial a partir del art. 60 y siguientes,
establece que la Educación es una función social que cimenta la
identidad y unidad nacional. Asimismo, dicha Carta Magna establece que
su finalidad “es la formación integral, armoniosa y permanente de la
persona, con la participación reflexiva y crítica del educando, que le
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permita elaborar su escala de valores, tendiente a cumplir con su
realización personal, su destino trascendente, su inserción en la vida socio-
cultural y en el mundo laboral, para la conformación de una sociedad
democrática, justa y solidaria”.1

En nuestro país como en muchos otros, tradicionalmente, las


emociones poco se han tenido en cuenta como procesos relevantes del
espacio educativo, donde los aspectos intelectuales y cognitivos han
absorbido, casi de manera exclusiva, toda la atención.

Sin embargo, en las últimas décadas, se comienza a detectar el


incipiente interés de quienes preocupados por brindar lo mejor de sí en el
ámbito educativo argentino, se animan a pensar en términos de
educación emocional y social. Prueba de ello es la Ley recientemente
sancionada en la Provincia de Corrientes.2

Inteligencia Emocional es el concepto que concita mayor


interés en el campo educativo, posiblemente porque presenta la
interrelación entre dos términos claves: inteligencia y emoción. Las
autoridades educativas y los docentes, verdaderos protagonistas de la
realidad educativa, se han encontrado con nuevos problemas y, ante
muchos de ellos, intentan aplicar viejas alternativas de solución que,
muchas veces, sólo consiguen empeorar la situación. Frente a esta
realidad, surge la necesidad de incorporar conceptos innovadores que

1 Art. 61, Constitución de la Provincia de Córdoba, 1987.


2 Ley Nro. 6398, de la Provincia de Corrientes, 2016. Recuperado de www.hcdcorrientes.gov.ar/Leyes-
texto/Ley6398.doc
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permitan el desarrollo de estrategias de trabajo desde el optimismo y la
esperanza.

En los noticieros de todos los días abundan informes sobre la


desintegración de la cortesía y de la seguridad, un ataque violento del
impulso ruin que todo lo destruye. Pareciera que existen cada vez más
emociones fuera de control en nuestra propia vida y en la de quienes
nos rodean. Nadie queda apartado de esta errática corriente de arrebato
y arrepentimiento; impregna la vida de todos, de una u otra manera.

Apreciamos en forma diaria una creciente rabia, desesperación e


intolerancia. Una extendida enfermedad emocional se expresa en la
cantidad de niños abandonados, descuidados o maltratados, el aumento
de los casos de depresión en el mundo entero como así también una
creciente agresividad: menores armados en los colegios, accidentes de
tránsito que acaban con disputas mortales, numerosos casos de violencia
de género, son sólo algunos ejemplos.

Entre los años 1.985-1.995 se avanzó respecto del estudio


científico de las emociones. Métodos tecnológicos innovadores
permitieron apreciar cómo opera el cerebro humano mientras pensamos
y sentimos, tornando visible lo que siempre ha sido fuente de absoluto
misterio.

Ahora podemos comprender más claramente cómo los centros de la


emoción del cerebro nos provocan ira o llanto y cómo partes más
primitivas del mismo, que nos mueven a hacer la guerra o el amor, están
canalizadas para el bien o el mal. Esta claridad respecto al funcionamiento

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de las emociones y sus fallos revela algunos nuevos remedios para
nuestras crisis emocionales colectivas.

Dentro de la inteligencia emocional podemos incluir el


autodominio, el celo, la persistencia y la capacidad de motivarse a
uno mismo. Estas habilidades pueden lograr en los niños mejores
posibilidades de explotar el potencial intelectual que la genética les haya
brindado.

Surge aquí un apremiante imperativo moral. Vivimos una época en


la que el tejido de la sociedad parece deshacerse a una velocidad cada vez
mayor, en la que el egoísmo, la violencia y la ruindad espiritual parecen
corromper la calidad de nuestra vida comunitaria. Aquí el argumento que
sustenta la importancia de la inteligencia emocional gira en torno a la
relación que existe entre sentimiento, carácter e instintos morales.
Existen cada vez más pruebas de que las posturas éticas fundamentales
en la vida surgen de capacidades emocionales subyacentes. En principio,
el impulso es el instrumento de la emoción, la semilla de todo impulso
es un sentimiento que estalla por expresarse en la acción. Quienes están
a merced del impulso –los que carecen de autodominio– padecen de una
deficiencia moral: la capacidad de controlar el impulso es la base de la
voluntad y el carácter. Por la misma razón, la raíz del altruismo se
encuentra en la empatía, la capacidad de interpretar las emociones de los
demás. Y nuestra época, reclama dominio de uno mismo y compasión.

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Goleman3, reconocido autor e impulsor del tema que nos ocupa,
utiliza el término “emoción” para referirse a un sentimiento y sus
pensamientos característicos, a estados psicológicos y biológicos y a una
variedad de tendencias a actuar. Nuestros sentimientos más profundos,
nuestras pasiones y anhelos, son guías esenciales en nuestra vida.

Los sociobiólogos señalan el predominio del corazón sobre la


cabeza en momentos cruciales. Nuestras emociones, dicen, nos guían
cuando se trata de enfrentar momentos difíciles y tareas demasiado
importantes para dejarlas sólo en manos del intelecto. Para bien o para
mal, la inteligencia puede no tener la menor importancia cuando
dominan las emociones.

Nos preguntamos, ¿Qué son las emociones? Son impulsos para


actuar y cada una juega un papel singular: ira (la sangre fluye a las
manos y así es más fácil golpear a otro), miedo (la sangre va hacia los
músculos esqueléticos grandes, como las piernas y así es más fácil huir),
felicidad (inhibe los sentimientos negativos y favorece el aumento de
energía disponible, predisponiendo el cuerpo para cualquier tarea), amor
(el organismo experimenta satisfacción, calma, relajación, ternura),
sorpresa (el levantar las cejas permite un mayor alcance visual, más luz
en la retina lo que ofrece más información sobre el acontecimiento
inesperado, para idear el plan de acción), tristeza (produce una caída de
energía y de entusiasmo y a medida que se acerca a la depresión, hace
más lento el metabolismo del organismo).

3 GOLEMAN, D. (1995). La Inteligencia Emocional. Buenos Aires, ed. Javier Vergara.

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El propósito, a través de la presente ley, es complementar
nuestro sistema educativo, proporcionándole una herramienta que
permita brindarle inteligencia a la emoción y cómo hacerlo.

En otros países, la Educación Emocional es una realidad ya


comprobada: El Proyecto de Desarrollo del Niño, en el Centro de Estudios
de Desarrollo (Oakland-California) y su experiencia en evaluaciones en
escuelas del norte de california y su respectiva clasificación por parte de
observadores independientes, en comparación con otras Escuelas que no
disponían de la materia “EDUCACION EMOCIONAL” en su currícula
educativa en forma obligatoria y en todos sus niveles:

Sus resultados

- Más responsables

- Más seguros de sí mismos

- Más sociales

- Más colaboradores

- Mejor comprensión de los demás

- Más considerados, más preocupados

- Más estrategas pro-sociales para la resolución interpersonal de


problemas

- Más armoniosos

- Más democráticos

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- Mejores habilidades para la resolución de conflictos

A su vez, el “Proyecto de Pista Rápida” Universidad de


Washington, evaluando escuelas de Seattle:

Sus Resultados:

- Mejora de las habilidades cognitivas sociales.

- Mejora de la emoción, el reconocimiento y la comprensión.

- Mejor dominio de sí mismo.

- Más reflexión antes de actuar

- Clima más positivo en el aula

Conducta mejorada en los grados:

- Tolerancia a la frustración.

- Habilidades sociales asertivas.

- Orientación en las tareas.

- Habilidades para relacionarse por las pares.

- Apego más positivo a la familia ya a la escuela.

- Varones menos agresivos, mujeres menos autodestructivas.

- Menos suspensiones y expulsiones.

- Menos iniciación a la droga.


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- Menos delincuencia.

- Mejores puntuaciones académicas en general.

- Disminución de los informes de tristeza y depresión

- Disminución de la ansiedad y el aislamiento

Creemos que la educación actual adolece de una formación de


estos aspectos, situación que vivimos a diario. La incorporación de
contenidos en Educación Emocional a la currícula educativa constituye
una estrategia seria de promoción de la salud, ya que propone un cambio
desde adentro de los niños mediante una dinamización de recursos y
habilidades. Con ello pretendemos asegurar su mantenimiento en el
tiempo mediante una transmisión sustentable de conocimientos.

Se trata de contenidos de fácil y rápida implementación y de un


costo de inversión casi inexistente, puesto que no hay modificación
alguna de lineamientos educativos, sino una inclusión de contenidos
nuevos acorde a la realidad social que vivimos.

Seguramente, se aliviará la demanda de centros de salud y


brindará un respaldo a los docentes de escuela que tanto lo necesitan,
quienes por su parte consideran necesaria su implementación.

Según investigaciones bibliográficas, en Argentina actualmente


las tasas de suicidio de adolescentes varones entre 10 a 14 años se han
duplicado. Existen además, casi Cuatrocientos Mil (400.000) chicos con
trastorno Negativista-Desafiante, y cerca de Seiscientos Mil con trastorno
disocial del Comportamiento.

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Asimismo, se ha registrado un aumento de la depresión
infantojuvenil, aparición de su sintomatología a edades cada vez más
tempranas, como también se observan niños con angustia crónica.

Por otro lado, puede mencionarse la incapacidad de algunos


padres para educar; el abuso, la fragmentación familiar, el agotamiento de
los progenitores, la falta de funcionamiento de redes de apoyo
comunitario en algunos sectores, la urbanización, los cambios
económicos, la inequidad, la marginación y discriminación social, la
sobreexposición a la violencia gráfica, etc. que a pesar de los grandes
avances en desarrollo económico a nivel nacional y provincial, se hacen
sentir en muchos individuos y familias.

Al mismo tiempo se observan cambios de valores culturales


que fomentan el consumismo, individualismo, materialismo, hedonismo,
relativismo, permisividad, masificación, frivolidad, búsqueda del placer
inmediato, que influyen adversamente, haciendo más difícil la adaptación
de los niños al mundo actual.

Lo peor de todo ello reside en que toma lugar un proceso de


naturalización o acostumbramiento, donde ya no se percibe el peligro de
la situación haciéndose cada vez más lejana la necesidad de cambiar.

En las escuelas en general se promulga una educación integral


del niño, pero se concentran en las habilidades académicas, dándose
menos importancia a la inteligencia Emocional y Social. En otras palabras:
siempre se enseñó el mundo en sus diferentes aspectos (geográfico,
histórico, simbólico, etc.) en tanto aquello que existe de la piel del
educando hacia afuera; pero nunca en la educación básica se instruyó al
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niño para conocerse y descubrir aquello que existe de su piel hacia
adentro: sus emociones, necesidades y pensamientos.

Dicha educación lo llevará a descubrir su vocación, sus gustos,


sus habilidades, sus intereses, la persona que es y quién quiere ser, en fin,
auto-descubrirse. Así, logrará cultivar la autoestima, base de la confianza
en sí mismo y escudo protector que lo ayudará a reaccionar ante los
desaciertos, las pérdidas, la vergüenza, inmunizándolo ante tentaciones
que le permitan desestimar invitaciones a consumir drogas, alcohol o
embarcarse en riñas o comportamientos riesgosos.

Según prescribe la Ley Nacional de Educación N° 26.206, en


diversos articulados fundamenta la propuesta aquí esgrimida, a saber: 1)
Artículo 20, establece como objetivo de la Educación Inicial el promover
el aprendizaje y desarrollo de un proceso de formación integral donde lo
EMOCIONAL también es parte de una familia y de una comunidad,
“Promover en los/as niños/as la solidaridad, confianza, cuidado, amistad y
respeto a sí mismo y a los/as otros/as". La enseñanza de dichos valores
tiene como condición necesaria el desarrollo emocional adecuado. 2)
Artículo 21, inciso B establece: "Promover y facilitar la participación de las
familias en el desarrollo de las acciones destinadas al cuidado y educación
de sus hijos/as". 3) Artículo 27, inciso B establece “un desarrollo integral
de la infancia en todas sus dimensiones”, sugiriendo que el EMOCIONAL
también forma parte; el inciso F, hace referencia a “la iniciativa
individual" (para el desarrollo de la iniciativa individual es condición
necesaria el autoconocimiento emocional para saber que desea la
persona) y en el inciso K promueve “el juego como medio para el

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desarrollo de la afectividad, entre otras dimensiones". En dicho artículo,
donde expresa los objetivos de la Educación Primaria, establece en el
artículo 27: "Promover el desarrollo de una actitud de esfuerzo, trabajo y
responsabilidad en el estudio y de curiosidad e interés por el aprendizaje,
fortaleciendo la confianza en las propias posibilidades de aprender", para
atender a este desarrollo es esencial la Educación Emocional.

Por último, citamos a la Fundación Botín (p. 32, 2013)


mencionando con datos precisos algunos casos que se han dado en el
país:

Caso 1. Programa de Educación Emocional en el Colegio


Washington School Esta escuela privada, bilingüe (español-inglés), laica y
mixta se encuentra ubicada en el barrio de Belgrano de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires y fue fundada en 1950. Se configuró como un
espacio participativo, abierto a la reflexión, la creatividad y la aceptación
de la diversidad para sus más de 600 alumnos entre los 2 y los 18 años. Es
un sistema educativo abierto, sensible a los cambios que provienen de la
pedagogía y la didáctica. Esta escuela ha desarrollado e implementado un
Programa de Educación Emocional (PEE) integrando pensamientos de
teóricos relevantes, resultados de programas educativos e investigaciones
en este campo de diferentes partes del mundo. El Programa añade desde
2011 a la jornada escolar normal un plan para gestionar la vida, mejorar la
autoconciencia, la confianza en uno mismo, dominar las emociones y los
impulsos perturbadores, aumentar la empatía y la colaboración. El objetivo
es el desarrollo de competencias emocionales y sociales a través de una

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metodología participativa, activa y suscita la reflexión, el diálogo y la
comunicación.

Caso 2. Sin Afecto no se Aprende ni se Crece. Un programa para


fortalecer los recursos afectivos, cognitivos y lingüísticos Este Programa
comienza a partir del año 2004 en la Provincia de Entre Ríos, bajo la
supervisión de investigadores del Centro Interdisciplinario de
Investigaciones en Psicología Matemática y Experimental (CIPPME)
dirigido por la Dra. Richaud de Minzi. Es un programa diseñado para
atender las necesidades educacionales de niños en situación de riesgo
psicosocial debido a factores contextuales. Se basa en tres pilares
fundamentales: los niños, los padres y los docentes. Los niños de las dos
escuelas públicas ubicadas en zonas de alta vulnerabilidad psicosocial,
participan de este programa desde los cuatro años y reciben una evaluación
cognitiva, social y emocional. Estos niños demuestran altos niveles de
repetición, desnutrición, padres desempleados, pobreza y serios problemas
socioafectivos tales como violencia familiar y abusos infantiles. El programa
ha sido incorporado en la currícula de la escuela e integra el trabajo
conjunto del equipo de investigadores y de los maestros tanto dentro como
fuera del aula, a través de encuentros extracurriculares que mejoran los
recursos de los docentes a la hora de planificar las actividades dentro del
aula durante el tiempo que el niño se encuentra en la escuela.

Caso 3. Programa Clima Emocional Positivo en el Aula (CEPA)


Este Programa ha sido desarrollado por la Lic. María Cecilia Marino quien
ofrece formación en educación emocional y social a maestras y otros
profesionales de la educación; y edita libros que tratan estos temas. Marino

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ha diseñado un conjunto de herramientas para las maestras que pueden
contar así con recursos que promueven un clima emocional positivo en las
clases y responden a las necesidades específicas de niños comprendidos
entre las edades de 5 y 9 años. Estos materiales se dividen en dos grupos a)
los que se utilizan con toda la clase, Informe de país #1 | Argentina 33 y b)
los que se utilizan individualmente. El objetivo es lograr que las maestras
desarrollen sus propios recursos potenciales especialmente en lo referido a
sus habilidades personales, emocionales y comunicacionales. Tiene
diferentes objetivos: a) Promover habilidades metacognitivas para mejorar
los procesos de enseñanza aprendizaje. b) Colaborar en crear climas
positivos que reduce conflictos y ayuda en el proceso de enseñanza-
aprendizaje. c) Dar a las maestras la oportunidad de reformular sus
prácticas, reflexionar sobre sus prácticas y capacitarse profesionalmente. d)
Desarrollar la autoestima, la autonomía y el autoconocimiento de los niños
para que puedan regular sus comportamientos. En su conjunto los casos
expuestos en el presente artículo aunque reflejan avances y horizontes
promisorios aun dan cuenta de injustas desigualdades sociales ya que muy
pocos son los beneficiados de la inclusión de algún programa de Educación
Emocional y Social en Argentina. Es que dar respuesta a los retos de
innovación y desarrollo de nuevas estrategias pedagógicas supone
reconocer la necesidad de una nueva vinculación con el conocimiento, que
replantee los estilos de enseñanza y los marcos en que los aprendizajes son
posibles. Tenemos la certeza que Argentina como país se merece este debate
tan necesario como significativo y no perdemos la esperanza de que la
deuda emocional y social con la educación pronto será saldada.4
4 FUNDACIÓN BOTÍN (2013). Educación Emocional y Social. Análisis Internacional. Recuperado de:
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Finalmente, por todos los fundamentos expuestos, es que
sostenemos humildemente pero con total convicción, que la Educación
Emocional es una herramienta fundamental en la educación de los niños,
que acompañará a su desarrollo en la realidad socio-cultural en la que
vivimos. Por ello, creemos conveniente y solicitamos a nuestros pares la
aprobación del presente proyecto de ley.

Fdo.: Germán Néstor Pratto- Dr. Marcos César Farina- Graciela


Brarda.

http://www.fundacionbotin.org/paginas-interiores-de-una-publicacion-de-la-fundacion-botin/educacion-
emocional-y-social-analisis-internacional-2013.html

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