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La catástrofe

ambiental de
Minamata
La enfermedad de Minamata

William Gamero Pérez


29-2-2020
Introducción.
La contaminación de nuestro medio ambiente es uno de los hechos más
preocupantes de la actualidad y la vez uno de los más polémicos. A pesar de los
hechos y evidencias innegables de las consecuencias de los comportamientos del
hombre en el medio ambiente. El hombre atreves de la historia ha provocado
muchas catástrofes ambientales en este caso hablaremos de La Enfermedad de
minamata, cuya existencia fue oficialmente reconocida en 1956, es la
consecuencia directa de la contaminación de efluentes con compuestos de metil
mercurio provenientes de plantas químicas, Este mercurio había entrado en la
cadena alimentaria, contaminando a los peces y otros animales que formaban
parte de la alimentación de los habitantes de minamata. La extensión y severidad
de los daños tanto a la salud humana como al medio ambiente causados por este
tipo de contaminación no tiene precedentes en la historia humana y ha dejado
unos problemas serios a la sociedad local a largo plazo. Este evento marca un giro
en el reconocimiento, por parte de Japón, de la importancia de las medidas contra
la contaminación, e impulsa el desarrollo de nuevas políticas y tecnologías para la
protección medioambiental
De la contaminación a la enfermedad
La Enfermedad de Minamata, Entre 1932 y 1968 la empresa química Chisso
producía acetaldehído y cloruro de vinilo, usando como catalizadores sulfato y
cloruro de mercurio. Las aguas residuales que contenían mercurio inorgánico y
metil mercurio eran descargadas a la Bahía de Minamata en Japón. Los
pobladores de la zona se alimentaban de pescados y mariscos contaminados.
Los habitantes de minamata empezaron a padecer síntomas de ataxia, alteración
sensorial en manos y pies, deterioro de los sentidos de la vista y el oído, debilidad
y, en casos extremos, parálisis y muerte. Las autoridades ignoraron o
minusvaloraron los primeros casos. Dado que la enfermedad estaba localizada en
una zona pequeña, se consideró que podría ser contagiosa lo que llevo al
aislamiento y ostracismo de sus habitantes. Fue necesario una revuelta por parte
de la ciudad de minamata para que comenzase un estudio oficial del problema.
Una vez empezada la investigación se dieron cuenta que en los últimos años se
había registrado una elevada cantidad de algas muertas, almejas y ostras vacías,
peces muertos flotando, aves que se desplomaban, pulpos paralizados y perros,
cerdos y gatos que temblaban y morían. La liberación sin tratar de grandes
cantidades de desechos industriales con altas dosis tóxicas de metil mercurio en el
agua, produjo una bioacumulación en la cadena alimenticia, yendo desde la vida
marina local hasta la población.
La hipótesis de que el metil mercurio que vertía la empresa Chisso podía ser la
causa de la enfermedad, convirtió el problema médico y ambiental en un problema
social. Los pescadores exigían a Chisso una compensación por el daño causado,
que cesaran los vertidos y que se depurara todo lo que salía de la fábrica hacia el
mar. Hay manifestaciones, invasión de la fábrica, mandato del gobierno para que
Chisso tratara sus vertidos y, también, comisiones de investigación en el
Parlamento. En diciembre de 1959, Chisso firmó un acuerdo con los pescadores y
puso en marcha una depuradora que, aunque el presidente de la compañía bebió
un vaso del agua depurada delante de pescadores y administración, no servía de
mucho para retirar el mercurio. Separaba del vertido las sustancias que lo
enturbiaban, con lo que el agua era transparente y parecía limpia, pero no actuaba
sobre las sustancias disueltas y, entre ellas, estaba el mercurio.
Entonces estalló la segunda fase de la enfermedad de Minamata. Desde
mediados de los 50, en la ciudad habían aumentado los casos de parálisis
cerebral, los abortos, los nacimientos prematuros y había cambiado el índice de
sexos pues los afectados eran, sobre todo, los niños frente a las niñas. En 1961 y
1962, murieron dos mujeres jóvenes y, en la autopsia, ambas llevaban fetos
muertos con la enfermedad de Minamata. Además, en 1962 se declararon 15
nuevos casos de parálisis cerebral. Luego de eso los trabajadores de la chisso
hicieron una investigación inconclusa donde descubrieron que el agua después de
haber sido procesada por la purificadora seguía teniendo altos niveles de metil
mercurio.
Pero no fue hasta el año 1971 que las autoridades determinaran que la chisso
era responsable de lo ocurrido. Y de esta manera después de una exhaustiva
investigación se comprueba Chisso vertió a la bahía de 70 a 150 toneladas de
mercurio, incluyendo de 0.6 a 6 toneladas de metil mercurio. Y afectando a una
cantidad de 29000 habitantes.
Conclusión
Ya conocemos lo que ocurrió en Minamata, Japón, y la tragedia que provocó la
contaminación con mercurio, su acumulación en el pescado que consumía la
población y las decenas, quizá miles, de enfermos que sufrieron, y sufren, el
llamado síndrome de Minamata, ahora hay que tener en cuenta la presencia de
mercurio en el pescado del que nos alimentamos y de las precauciones que
debemos tomar para evitar riesgos para la salud. Y tampoco debemos olvidar que
estos depredadores del mar, situados en lo más alto de la cadena trófica,
acumulan los contaminantes presentes en sus presas. Además, hay que investigar
los efectos a largo plazo y con dosis bajas y durante mucho tiempo. El control de
vertidos, como vimos en Minamata, es esencial para evitar los daños en la salud y
en el ambiente. Este suceso puede servir de ejemplo y de advertencia sobre la
mezcla de intereses políticos y económicos que puede ocultar durante años un
problema medioambiental.

Bibliografía
 https://www.iagua.es/blogs/laura-f-zarza/historias-agua-3-desastre-
minamata
 https://ipen.org/sites/default/files/documents/Numero%20Once%20Enferme
dad%20de%20Minamata.pdf
 https://www.ecologistasenaccion.org/885/el-gobierno-japones-parte-
responsable-de-la-enfermedad-de-minamata/
 https://www.orpha.net/consor/cgi-bin/

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