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Raices de Rechazo
Raices de Rechazo
Raíces de rechazo
Introducción:
El hombre fue creado a la imagen de Dios (Génesis 1:26).
Para que crezca con una personalidad sana, debe ajustarse a los
principios establecidos por Dios para su pleno desarrollo. La
principal necesidad que el hombre tiene es de amor, porque Dios
es amor (1ª Juan 4:8; Romanos 3:23), y estableció el amor
como la base de las relaciones entre el hombre y sus semejantes.
Dentro de las necesidades básicas para un desarrollo sano de la
personalidad del ser humano, se encuentran tres cosas: el
amor, la aceptación y la comprensión. Cuando el amor es
negado, genera profundas carencias, heridas y raíces de rechazo
que van a brotar. El amor produce seguridad, la aceptación
provoca la confianza y la comprensión despierta el bienestar.
Cuando aparece el rechazo, que es negar todo esto, el mundo
interior es derribado y surgen verdaderas deficiencias de
personalidad.
Definición:
Rechazo es una herida profunda, producida en alguien que
fue echado, abandonado, despreciado, desaprobado, negado,
apartado, cortado, no aceptado, generando un sentimiento que
puede destruir la vida de la persona.
Fuentes de rechazo
1. Familia.
En la familia tenemos la primer fuente de rechazos. Las
necesidades de amor, aceptación y comprensión deben ser,
primero, satisfechas en el seno del hogar. Si eso no sucede,
estamos delante de la formación de un problema. Veamos dónde
el rechazo se manifiesta dentro de la familia.
1.1. Antes del nacimiento: un embarazo no deseado.
Cualquiera sea el motivo, el hecho de que la madre no
deseara al niño, deja en él las marcas del rechazo
aunque él jamás tenga conocimiento de eso. El estado
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Raíces de rechazo
2. La escuela.
Después del hogar, la escuela es el lugar más importante en la
formación de la personalidad, pues allí el niño pasa gran parte
de su vida. Allí puede haber una fuente de rechazo, cuando los
maestros no son sensibles a las necesidades del niño.
2.1. Críticas: de maestros, que avergüenzan al niño en el
medio de la clase, pueden provocar el rechazo. El niño
que es víctima de castigos inmerecidos, y falta de
sensibilidad para con sus problemas, se siente
rechazado.
2.2. Fracasos en la escuela: un niño que no logra hacer
cosas como los demás, termina aislándose y sintiéndose
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3. La sociedad.
La sociedad también contribuye para generar raíces de rechazo.
3.1. La falla en aceptar valores sociales: cuando alguien
actúa de modo diferente a los demás, puede ser
rechazado. Por ejemplo en el modo de vestirse, en los
hábitos sociales o sus relacionamientos.
4. El pecado.
El hombre es susceptible al rechazo por causa del pecado. La
culpa de la transgresión trae auto rechazo y lleva al hombre a
huir de Dios, por sentirse rechazado y pensar que Dios no le
perdonará.
Síntomas de rechazo
1. Inmadurez emocional.
Así como el amor lleva a un crecimiento emocional saludable y
adecuado, el rechazo bloquea ese crecimiento, y la persona
rechazada permanece inmadura.
2. Amor posesivo.
Un amor que es posesivo es un grave síntoma. Nadie logra llenar
tal tipo de amor. Ni la familia, ni los amigos. La persona se
caracteriza por una excesiva dependencia emocional que lleva a
intentar absorber del otro toda la atención y amor, sin
satisfacerse jamás, porque es una actitud enfermiza.
3. Metas y cosas.
Detrás de una búsqueda exagerada de cosas, puede esconderse
una raíz de rechazo:
3.1. Las posesiones: esto podría darle un “status” y
entonces él sería aceptado.
3.2. Una carrera o trabajo bien pago: puede ser un
instrumento que inconscientemente él use para llenar el
vacío de amor y aceptación que le fue generado en la
niñez.
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Raíces de rechazo
4. Soledad y miedo.
Puede variar de una actitud interior a una exterior:
4.1. Interior: inseguridad, temores, autocompasión,
sentimiento de soledad.
4.2. Exterior: se aísla de los demás, o se vuelve competidor.
5. Auto-rechazo.
Provoca la pérdida del valor propio, siendo esto tan dañino al
equilibrio emocional como espiritual. Tener conciencia de que
hemos sido rechazados por otros, es desagradable; rechazarnos
a nosotros mismos, es una tragedia.
5.1. Auto-imagen negativa: la persona tiene inclinación a
compararse con otras, lo cual es un terrible engaño. Esto
provoca complejos de inferioridad que le dejan aún más
infeliz.
5.2. Ser muy crítico: en la mayoría de los casos, puede tener
dos manifestaciones: la auto-crítica enfermiza -en la que
la acusación dura contra sí mismo está presente- y la
crítica a los otros -en forma de juicio y condenación-.
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Raíces de rechazo
Conclusión:
A esta altura, ya debes estar diciendo: “¿Será que alguien pudo
escapar de esas raíces?” Es probable que no.
Lo que hicimos hasta aquí fue tomar conciencia del origen del
rechazo y explicar muchos de nuestros defectos de personalidad.
Hecho el diagnóstico, ¡vamos a la cura!
Decimos que en Cristo, todas las raíces de rechazo podrán ser
arrancadas, pues no hay mayor demostración de amor por
nosotros, que el hijo de Dios renunciara a la gloria en el cielo, y
se volviese hombre, y pagase así el precio de nuestra eterna
redención. La cruz podría haber sido la mayor tragedia, porque
ella es el cuadro del más cruel rechazo; pero ella se volvió en la
base de nuestra propia aceptación, redención, restauración y
sanidad. El gran rechazo de Jesús se transformó en el camino de
nuestra aceptación y salvación.
Dice la Palabra que somos aceptos en el Amado. Así también los
rechazos que sufrimos a lo largo de la vida, podrán ser
transformados hoy en instrumentos para que nuestro carácter
sea refinado, y refleje la belleza de Cristo.
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Raíces de rechazo
1. Pasos a seguir:
1.1. Perdona a los que te rechazaron: cualquier liberación
pasa, necesariamente, por el perdón. Hay un poder
espiritual en el perdón, que abre las ventanas del cielo a
nuestro favor y detienen los poderes del infierno.
Perdonamos por un acto de voluntad en obediencia a
Cristo. Cuando decimos “quiero perdonar” y “voy a
perdonar”, el Espíritu Santo con todo su poder ya está
allí para apoyarnos (Filipenses 4:13). Y ahora, con el
amor del Padre, libera el perdón a aquellos que lo
hirieron. Es importante que cites cada nombre que el
Espíritu Santo trae a tu memoria, delante de Dios. Ora
en este momento.
1.2. Entrega todo rechazo a Cristo: en Isaías 53:3, Jesús
es presentado como el más rechazado entre los hombres.
En resumen, Jesús sufrió nuestro rechazo. No olvides: él
estaba en la cruz tomando tu lugar, por tu causa,
pagando la pena de tu culpa, sufriendo todo tipo de
herida que el diablo proyectó sobre ti, con el propósito de
traerte salvación, victoria, sanidad, restauración y todas
las bendiciones.
Si tú encuentras que has sido rechazado, Jesús
experimentó ese dolor en un grado indescriptible (Mateo
27:28). Tú y yo éramos el motivo de tal sufrimiento;
aquél era el precio de nuestra sanidad. Pero mayor
agonía vino sobre Jesús cuando se sintió abandonado
por el Padre (Salmo 22:1-3, 7, 8).
1.3. Acepta el hecho de que tú eres amado (1a Juan 4:8):
amar es la esencia de Su ser y Su amor no depende de si
lo hemos amado; viene de sí mismo, que es la fuente y la
esencia del verdadero amor. Él nos amó primero.
Deja en este momento que el Espíritu Santo, canal de las
bendiciones de Dios, traiga un verdadero bautismo de
ese amor en tu corazón.
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