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¿CÓMO ARRANCAR LA
AMARGURA DEL CORAZÓN?
Todos los derechos reservados. Ninguna porción de éste libro podrá ser reproducida, almacenada o
transmitida sin autorización expresa del autor. Excepto para citas breves en revistas o libros con la
correspondiente mención. Las citas bíblicas han sido tomadas de la Biblia Versión Reina-Valera de 1960,
de las sociedades Bíblicas.
Contenido
¿Cómo arrancar la raíz de amargura del corazón?
Algunas evidencias de la raíz de amargura:
Consecuencias de la raíz de amargura:
Ante la amargura ¿Qué debemos hacer?
¿Cómo arrancar la raíz de amargura del corazón?
La palabra “amargura” aquí se traduce del término griego “pikria” que además
quiere decir: rencor, resentimiento amargo, envidia terrible; el diccionario
Strong (dicc. de palabras hebreas, griegas, y arameas) nos dice además que
“pikria” es “específicamente veneno”.
Como bien sabemos todo árbol necesita de una semilla, y lo primero que por
lo general vemos aparecer es la raíz. ¿Cuáles son entonces las semillas de la
raíz de amargura? Algunas son:
Noemí era una mujer israelita, casada y con dos hijos, vivían en Belén de
Judá, pero ante una gran sequía decidieron irse a vivir a los campos de Moab,
pero mientras vivieron allá su esposo y sus dos hijos murieron.
Al darse cuenta Noemí que Dios estaba bendiciendo la tierra de Israel volvió
a Belén, y cuando la vieron llegar decían: “¿No es esta Noemí?” Nombre que
significa: agradable, hermosa, amable. Pero ella les decía: “llamadme Mara,
porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso”.
Ella concluía que era Dios quien la había puesto en amargura, pero la verdad
es que ella en ningún momento consultó a Dios sí debía ir a Moab, es más, ella
estaba en la tierra prometida (en Belén de Judá) pero ante la crisis se fue a
tierra de los moabitas.
La persona llora a solas, se castiga a si misma pues se culpa por lo que está
pasando, su corazón está bajo un manto de luto, tristeza y frustración, pues
todo está saliendo mal.
Ante ese panorama el diablo envía dardos para hacerle creer a la persona que
ya no vale la pena la vida, y es cuando muchos llegan al suicidio. Vemos
entonces finalmente que aquel veneno (la amargura) cumple su objetivo: quitar
la vida.
Asaf era un hombre que dirigía la alabanza en tiempos del rey David, como
siervo de Dios fluía en profecía y visiones, se le reconocen por lo menos unos
doce salmos, sin embargo la amargura vino contra él.
“E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de
Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua. Y llegaron a Mara,
y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le
pusieron el nombre de Mara. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y
dijo: ¿Qué hemos de beber?”.
Estas aguas amargas son símbolo de las cosas que generan decepción, son
tristezas que nadie espera, adversidades que aparecen en el camino de la vida,
ante las cuales debemos buscar a Dios.
Y seguramente muchas otras preguntas más; pero lo cierto es que Dios está con
nosotros, y que de todo eso obtendremos poderosas experiencias. Sin duda
alguna, nuestro carácter será más fuerte en Dios, y como dice la Escritura
misma: “preparados para toda buena obra”.
Nos dice Éxodo 15 que después de caminar tres días llegan a las aguas
amargas de Mara. ¿Cuál es nuestra reacción cuando caminando en la voluntad
de Dios, los resultados son contrarios? Quizá culpamos a otros, incluso a Dios
mismo, nos enojamos, renunciamos, nos quejamos, entre otros.
Moisés hace lo correcto que es buscar a Dios: Éxodo 15:25 “Y Moisés clamó
a Jehová y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se
endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas y allí los probó”. Nos dice
este texto que el Señor le mostró a Moisés un árbol el cual lanzó a las aguas y
aquella amargura se hizo dulce.
Aquel árbol o “madero” nos recuerda que Jesús murió colgado en un madero,
y aquella obra es la que nos salva, nos libra, y transforma nuestra vida. La
obra de Jesucristo en la cruz tiene el poder de arrancar toda raíz de amargura y
transformar los sabores amargos de la vida en una gran victoria.
a) La Biblia nos permite ver la raíz de amargura como una planta parasita
que se alimenta de los nutrientes de la vida del corazón (amor, gozo, paz)
trayendo soledad, ruina, enfermedad, sequedad y muerte a la persona.
c) También la persona pierde la gracia del Señor: “Mirad bien, no sea que
alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de
amargura, os estorbe” Hebreos 12:15.
Éxodo 15:22 “E hizo Moisés que Israel partiese del Mar Rojo, y salieron al
desierto de Shur; y anduvieron tres Días por el desierto sin hallar agua”.
Al pasar el Mar Rojo, ellos deben seguir la dirección del Señor y avanzar por
el desierto, en este caso por el camino al desierto de Shur. Esto es interesante,
pues el nombre “Shur” significa “Pared o muralla”, y por eso, es figura de
dificultad y obstáculo.
Esto nos recuerda, que aunque estemos siguiendo el camino del Señor
debemos superar ciertas dificultades y obstáculos. Es necesario perseverar,
pues la meta es la tierra que fluye leche y miel. Dios nos ha preparado
escenarios de bendición más adelante.
b) Dios nos ayuda en aquellos momentos cuando se agotan las fuerzas, y surge
la decepción y la adversidad.
Ellos llegaron a Mara, y esto no era una casualidad, pues Dios estaba guiando
a su pueblo por el desierto. A Mara, se le identifica con Ain Hawarah, que es
una pequeña fuente que todavía existe, de aguas desagradables y saladas, es
decir, amargas.
Cuando estas cosas ocurren, el ánimo y las fuerzas del hijo de Dios pueden
desfallecer y agotarse, deseando incluso no continuar. Pero, debemos
agradecer a Dios, pues él siempre está allí para darnos su fuerza y sabiduría
para actuar de manera correcta.
Cómo podemos observar, el pueblo de Israel murmuró, pero Moisés oró. Cada
uno de nosotros decide cómo enfrentar las pruebas o adversidades de la vida.
Moisés decidió buscar a Dios, y como resultado de eso, el Señor le dice a
Moisés lo que debe hacer; porque en la presencia de Dios es donde
conocemos Su voluntad y hallaremos la respuesta a nuestras preguntas y
dificultades.
Nos dice la Biblia en Éxodo 15:25 “Dios le mostró un árbol; y lo echó en las
aguas y estas se endulzaron”. Podemos, en sentido figurado o simbólico, ver
en éste árbol, una alusión a la cruz, que nos salva de la amargura eterna, y que
por la obra de nuestro Señor Jesucristo sacia la sed de nuestro espíritu.
Ante la amargura ¿Qué debemos hacer?
4) Permitir que el amor de Dios fluya en nuestra vida, por la obra del Espíritu
Santo.
5) Rendir nuestro carácter a Cristo cada día para que sea el suyo el que viva
en nosotros.
Dios tiene el poder para sanar, tú debes perdonar, y por la autoridad que en
Cristo tenemos podemos arrancar y expulsar cualquier raíz de amargura. No
debemos permitir que la amargura se lleve lo que Cristo ha dispuesto para
nosotros, por eso dice la Biblia:
Hebreos 12:15 “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de
Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos
sean contaminados”. La gracia de Dios contiene o encierra todas las
bendiciones que en Cristo el Padre celestial ha dispuesto para sus hijos.
Dios desea que sus hijos estén bien, que caminen en bendición, en paz y
armonía. Dispongamos nuestro corazón para el poder sanador de Dios,
desechemos cualquier raíz de amargura en nuestro corazón, pues dice la
Biblia: “Sobre todo cosa guardada, guarda tu corazón porque de él mana la
vida”.
El que Dios utilice una raíz en relación con la amargura, nos permite
considerar que así como una raíz por lo general está bajo tierra, la amargura
es un sentimiento mal sano que se esconde, y su poder subyacente y destructivo
no se deja ver con facilidad, y es Dios quien nos ayuda a lidiar con esto.
Cómo podemos leer en Hebreos 12:15 “por la amargura muchos pueden ser
contaminados”, pues ésta genera palabras y acciones que hieren y lastiman a
las demás personas, incluso las personas que amamos.
Como nos muestra la Biblia, el pueblo de Israel pudo beber las aguas que eran
amargas y sació su sed. Esto nos recuerda que no hay nada imposible para
Dios, él no sólo saca agua de la roca, también puede transformar el tiempo
más amargo en una gran momento de victoria y bendición.
De Dios vienen aquellas pruebas que nos ayudan a crecer, pues el texto
precisamente nos dice que “allí los probó”, también les dio leyes. Esto nos
habla de revelación, instrucciones, mandamientos de vida, necesario todo esto
no solo para el desierto sino para la tierra que conquistarían más adelante.