0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
183 vistas6 páginas
Este documento presenta una serie de extractos de discursos y enseñanzas sobre vivir el evangelio de forma sencilla y acercarse a Cristo. Habla sobre cómo a veces complicamos demasiado el discipulado y sobre confiar en que Dios nos acepta dondequiera que nos encontremos en nuestro viaje espiritual.
Este documento presenta una serie de extractos de discursos y enseñanzas sobre vivir el evangelio de forma sencilla y acercarse a Cristo. Habla sobre cómo a veces complicamos demasiado el discipulado y sobre confiar en que Dios nos acepta dondequiera que nos encontremos en nuestro viaje espiritual.
Este documento presenta una serie de extractos de discursos y enseñanzas sobre vivir el evangelio de forma sencilla y acercarse a Cristo. Habla sobre cómo a veces complicamos demasiado el discipulado y sobre confiar en que Dios nos acepta dondequiera que nos encontremos en nuestro viaje espiritual.
Marcos 4:26–29 26 Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un
hombre echa semilla en la tierra;
27 y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla
brota y crece sin que él sepa cómo.
28 Porque de sí fructifica la tierra: primero hierba, luego
espiga, después grano lleno en la espiga;
29 y cuando el fruto se produce, enseguida se mete la hoz,
porque la siega ha llegado.
Por Miguel A. Arizola
¿Funciona el Evangelio para ustedes? No hace mucho tiempo leí una cita que me hizo pensar. Decía: “Dígale a un hombre que hay tres trillones de estrellas en el universo y le creerá. Dígale que la pintura de la pared está fresca, y tocará la pared para estar seguro”. Cuando se trata de la verdad espiritual, ¿cómo podemos saber que estamos en el camino correcto? Una manera es haciéndonos las preguntas correctas; el tipo de preguntas que nos ayudan a meditar sobre nuestro progreso y evaluar cómo nos está yendo. Preguntas como: “¿Tiene significado mi vida?” “¿Creo en Dios?” “¿Creo que Dios me conoce y me ama?” “¿Creo que Dios escucha y responde mis oraciones?” “¿Soy feliz de verdad?” “¿Me están llevando mis esfuerzos a las metas espirituales y valores más elevados en la vida?” Preguntas profundas en cuanto al propósito de la vida han llevado a muchas personas y familias por todo el mundo en busca de la verdad. Con frecuencia, esa búsqueda los ha llevado a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y al Evangelio Dieter Friedrich Uchtdorf restaurado. (1940 – actualidad) Me pregunto si nosotros, como miembros, también nos beneficiaríamos al preguntarnos de vez en cuando: “¿Lo que experimento en la Iglesia funciona para mí? ¿Me está acercando a Cristo? ¿Nos bendice a mí y a mi familia con paz y gozo como se promete en el Evangelio?”.
“¡Funciona de maravilla!”, Liahona, noviembre de 2015
Por Miguel A. Arizola
¿estamos haciendo que nuestro discipulado sea demasiado complicado? Este hermoso Evangelio es tan sencillo que un niño lo puede comprender, y a la vez es tan profundo y complejo que tomará una vida —incluso una eternidad— de estudio y descubrimiento para comprenderlo cabalmente. En ocasiones, tomamos el hermoso lirio de la verdad de Dios y lo adornamos con capas de buenas ideas, programas y expectativas de los hombres. Cada una, en sí misma, puede ser de ayuda y apropiada para determinado tiempo y circunstancia, pero cuando se ponen una sobre la otra, pueden crear una montaña de sedimento que se vuelve tan gruesa y pesada que corremos el riesgo de perder de vista la hermosa flor que alguna vez amamos tanto… Y todos nosotros, como miembros de la Iglesia, necesitamos hacer un esfuerzo consciente para dedicar nuestra energía y tiempo a las cosas que de verdad importan, mientras elevamos a nuestros semejantes y edificamos el Reino de Dios. Hermanos y hermanas, vivir el Evangelio no tiene que ser complicado. En realidad es sencillo. Se podría describir así: • Escuchar la palabra de Dios con verdadera intención nos lleva a creer en Dios y a confiar en Sus promesas. • Cuanto más confiemos en Dios, más lleno estará nuestro corazón de amor por Él y por los demás. • Debido a nuestro amor por Dios, deseamos seguirlo a Él y actuar en armonía con Su palabra. • Porque amamos a Dios, queremos servirle; queremos bendecir la vida de los demás y ayudar a los pobres y los necesitados. • Cuanto más caminemos por el camino del discipulado, mayor deseo tendremos de aprender la palabra de Dios.
Por Miguel A. Arizola
En ocasiones nos sentimos desanimados porque no somos “más” de algo: más espirituales, respetados, inteligentes, sanos, ricos, amistosos o capaces. Naturalmente que no tiene nada de malo querer ser mejores; Dios nos creó para crecer y progresar, pero recuerden, nuestras debilidades pueden ayudarnos a ser humildes y volvernos a Cristo, quien hará que “las cosas débiles sean fuertes”. Por otro lado, Satanás usa nuestras debilidades hasta desanimarnos al punto de no querer ni intentarlo. Aprendí en mi vida que no necesitamos ser “más” de nada para llegar a ser la persona que Dios desea que seamos. Dios los aceptará como son en este preciso momento y empezará a ayudarlos. Todo lo que necesitan es tener un corazón dispuesto, un deseo de creer y confiar en el Señor.
Empiecen donde se encuentran
Por Miguel A. Arizola Mis queridos hermanos y hermanas, si nos vemos a nosotros mismos solo con los ojos mortales, tal vez no nos veamos lo suficientemente buenos. Pero nuestro Padre Celestial nos ve como en realidad somos y como quienes podemos llegar a ser. Nos ve como Sus hijos e hijas, como seres de luz eterna con potencial infinito y un destino divino. Dieter Friedrich Uchtdorf (1940 – actualidad)