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LIDERAZGO Y HABILIDADES GERENCIALES EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

Por: Ever Fredy Mamani Torres

De los textos leídos, se puede inferir que el liderazgo ha sido y es un tema muy
debatido, principalmente en el ámbito de los negocios y para el caso en particular en el
ámbito político. Sobre si el líder nace o se hace, D’Alessio señala que este es una
discusión de nunca acabar, al respecto, considero que éste -más allá de que nazca o
se haga- debe ser valorado en su organización o institución en la medida del rol
impulsor y/o generador de valor agregado que fomente o mantenga en la misma. En
este sentido, me parece sumamente importante la capacidad de hacer que los otros
actores se sientan identificados con los objetivos y metas propuestas, mas allá de un
premio o un castigo, a lo que el autor refiere como un aporte importante de Burns
denominado “liderazgo transformacional” que, a mi parecer, va estrechamente ligado a
lo que también se denomina “inteligencia emocional”. De manera que lo que se vaya a
analizar como liderazgo, no sea un hecho relacionado solamente a la cualidad
personal del líder sino como una función dentro de una institución, organización o
comunidad.
En relación a este concepto, líder o liderazgo, Zalles analiza el término desde
una concepción clásica, lo que denomina “paradigma tradicional”; hasta una
concepción más contemporánea, lo que denomina “nuevo paradigma”. Según el
análisis realizado por Zalles, el liderazgo desde un punto de vista tradicional está
enfocado en un grupo reducido de personas (elite) o personificada en los atributos de
una sola, siempre acompañado por un orden jerárquico; donde incluso se muestran
cuestiones psicológicas que conllevan a que la mayoría busca que unos pocos
solucionen sus problemas, en relación a los atributos de “superioridad” que éstos
poseen. Sin embargo, según el nuevo paradigma Heifetziano que plantea, el liderazgo
puede provenir de cualquier lado, en un determinado contexto de “desafíos
adaptativos”; los que a diferencia de los “problemas técnicos” que tienen una manera
mecánica y conocida de ser resueltos por los expertos, buscan más bien una solución
a través de un cambio de valores, creencias o conductas, al que se denomina “trabajo
adaptativo”. En esta segunda forma de entender el liderazgo, no se contempla una
relación jerárquica (autoridad - subordinado); sino que, como ya se mencionó, éste
puede provenir de cualquier lado.
Por su lado, Moscovici muestra un análisis desde la psicología social, en el que
la psicología de las masas asume un rol importante. Tras los trabajos de Le Bon,
Trade y Freud, Moscovici amplía el concepto de multitud, proponiendo que ésta es lo
contrario al individuo y según la situación pueden ser heroicas o violentas. En el texto
se pone énfasis en que para el autor, el líder debe ser confiable, prestigioso y
carismático; que debe seducir a la multitud según las necesidades que ésta tenga;
asimismo, debe mostrase de tal forma que la multitud se sienta identificada con él y
que tengan la ilusión de que ellas están decidiendo por sí misma y no por una
sugestión previa. Se hace una comparación de la conducta de la multitud con la
conducta femenina, haciendo hincapié en el actuar de ésta última, guiada por
cuestiones más de tipo sentimentales, que por una reflexión racional pura, se señala
que la multitud tiene una forma muy parecida de actuar. De modo que, el objetivo o la
finalidad de este liderazgo se centran en persuadir a la multitud de tal manera que
piensen como ellos, sea para obtener el poder o mantenerlo.
Finalmente, Lourdes Martin refiere la teoría de la persuasión y la retórica, así
como la credibilidad entendida como uno de los factores clave de la persuasión. En el
texto se puede observar que Martin centra su análisis en la experiencia
estadounidense, específicamente en la del general Eisenhower, considerado como el
principal creador y exportador de esta forma de comunicación, donde el marketing
político y la publicidad juegan un rol importante. Asimismo, también refiere otras
experiencias como la de Ronald Reagan y Bill Clinton, quienes sacaron provecho de la
televisión en particular, generando una expectativa especial por parte del electorado,
en ambos casos mediante una estrategia particular, llevándolos más adelante a
hacerse del poder. Martin señala, que el uso de esta forma de comunicación conlleva
a un proceso de personalización de la política; donde, hay una preeminencia de la
figura del candidato por sobre cualquier ideología u organización (partido) y donde el
liderazgo, más que el carisma, es un punto de singular importancia. Por otro lado,
Martin también refiere el estudio de “el mensaje” como un elemento de singular
importancia pues conlleva, en su simplificación, a la persuasión de los votantes a
través de mensajes lógicos.

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