Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
UltDiaPMad PDF
UltDiaPMad PDF
L os últimos días
del Presidente M adero
Presidente de la República
Enrique Peña Nieto
Presidente Madero
Secretaría de Educación Pública
1
Existe una buena biografía de Manuel Márquez Sterling escrita por su hijo,
el también político liberal Carlos Márquez Sterling (1898-1991), quien murió
exiliado en Miami: A la ingerencia extraña, la virtud doméstica, Miami, Edi-
ciones Universal, 1986, pp. 20-22.
asiduo colaborador de publicaciones como El Eco del Comercio, diéndose como “su afectísimo servidor”.2 A fines de 1904, el año
La Revista de Mérida y el periódico antiporfirista El Diario del de la penúltima reelección de Díaz, la conversación entre Már-
Hogar, dirigido por el incansable Filomeno Mata. quez Sterling y el presidente de México era leída en La Habana
En aquellos años de desplazamiento entre La Habana, Mérida como una muestra de la aceptación del cubano entre los círculos
y el Distrito Federal, Márquez Sterling conoció a dos cubanos porfiristas. Fue la impresión que llevó al presidente Tomás Estra-
que cambiaron su vida: el cónsul mexicano en Cuba, Andrés Cle- da Palma, interesado en ganar el respaldo de México a su propia
mente Vázquez, que aunque nacido en las afueras de La Habana, reelección, a pensar en ubicarlo en la Legación cubana.
se exilió en 1869 y entró en la carrera diplomática, llegando a ser Mientras comenzaba a moverse la candidatura de Márquez
representante ante la Capitanía General de ese país caribeño, y Sterling a la Secretaría de la Legación, el Ministro de Cuba en
José Martí, quien en 1894 viajó a México para coordinar el apo- México, Carlos García Vélez, y el de México en La Habana, Gil-
yo de la emigración cubana a la independencia de la isla. berto Crespo Martínez, le hicieron saber al escritor que su entre-
En el verano de 1894, cuando Martí visitó a Porfirio Díaz en vista a Díaz en El Mundo había sido reproducida por periódicos
el Castillo de Chapultepec y le pidió ayuda financiera y diplomá- antiporfiristas como El Tercer Imperio y El Paladín. Fue entonces
tica para la causa de Cuba, Márquez Sterling conoció al poeta y que el canciller de México, Ignacio Mariscal, trasmitió a las au-
político cubano. Desde entonces su compromiso con la indepen- toridades cubanas que el “estimado señor” Márquez Sterling “no
dencia de la isla fue constante y resuelto. Además de una causa era persona grata” al gobierno del presidente Díaz.3
política, el joven exiliado había descubierto una pasión lúdica, ¿Qué fue lo que disgustó a Díaz de la entrevista con Márquez
el ajedrez, gracias, en buena medida, a Andrés Clemente Váz- Sterling, más allá del uso de la misma que hiciera la prensa opo-
quez, otro aficionado al juego de las torres y los alfiles. Márquez sitora? El periodista y diplomático cubano lo llamaba “héroe”
Sterling fundó en México, en 1894, la revista El arte de Filidor, y “grande hombre”, la “figura más portentosa de la historia de
donde publicaron Vázquez y algunos de los mejores ajedrecistas México”, “patriota y pacificador”. Márquez Sterling transcribía
de entonces. la opinión de León Tolstoi, quien en una entrevista se había refe-
Con la caída de España en Cuba, luego de la intervención de rido a Díaz como un “moderno Cromwell”, “héroe de la paz” y
Estados Unidos en la última guerra de independencia, Márquez “prodigio de la naturaleza”:
Sterling regresó a la isla y se sumó al proyecto de construcción
republicana. Muy pronto el primer gobierno de la República, Ha dicho bien Tolstoi: la democracia es el ideal de Díaz, pero
encabezado por Tomás Estrada Palma, pensó en ubicarlo como su régimen político es autocrático. México, afirma el eminen-
Secretario de la Legación de México, pero sus opiniones sobre te escritor eslavo, no puede gozar de las mismas libertades que
Porfirio Díaz se lo impidieron. En septiembre de 1904 el escritor Estados Unidos y le ha sido menester, para su dicha, un carác-
cubano visitó a Díaz en Palacio Nacional y de la entrevista que ter de hierro que lo someta todo a su voluntad. Es el sueño do-
le hizo salió una semblanza, publicada primero en el periódico rado de los verdaderos liberales que llegue la hora oportuna en
el que el Imperio comience a cederle el puesto a la República,
habanero El Mundo y luego recogida en el libro Psicología profana
(1905). 2
Manuel Márquez Sterling, Psicología profana, La Habana, Imprenta del Avisa-
El autor envió una copia de la entrevista impresa en El Mundo dor Comercial, 1905, pp.
a Díaz y éste le respondió que “la leería detenidamente”, despi- 3
Manuel Márquez Sterling, Los últimos días del presidente Madero, México D.F.,
inehrm, 1985, p. 25.
verdad a la Ley, a la Constitución verdad. El Imperio disfrazado sobre el libro El verdadero Juárez y la verdad sobre la intervención y
de República produjo lo que hacía imposible la anarquía disfra- el imperio de Francisco Bulnes, aparecido en 1904.
zada de libertad: el orden. Y sobre las bases de ese orden surgirá Márquez Sterling hacía hablar a Díaz de Juárez y del libro
la democracia concebida por el Constituyente de 1857.4 de Bulnes. El presidente agradecía a Bulnes el sentido favorable
a su persona de la invectiva contra Juárez y aseguraba que los
La visión de Tolstoi del Porfiriato —suscrita por Márquez Ster- documentos citados por el publicista científico “no eran falsos”.6
ling— no era más que un eco del propio discurso porfirista, que Las injusticias de Bulnes para con Juárez, según Díaz, eran más
presentaba la dictadura como un mal necesario, determinado por resultado de la exageración que de la distorsión. Pero la polémica
la inmadurez cívica de los mexicanos. Evolucionistas como Jus- sobre El verdadero Juárez le sirvió a Márquez Sterling para pro-
to Sierra, Francisco Bulnes o Emilio Rabasa habrían dado el visto poner unas vidas paralelas entre ambos héroes, en las que Juárez
bueno a aquellos pasajes de Márquez Sterling sin mayor reparo. quedaba mejor parado que Díaz. Juárez ya estaba instalado en la
La caracterización de la República Restaurada, el régimen de- gloria; el lugar de Díaz en la historia aún no estaba definido. Esta
rrocado por Díaz, como una “anarquía disfrazada de libertad” incógnita fue, probablemente, la que decidió el rechazo del presi-
no podía estar más a tono con la retórica oficial. Tal vez, lo que dente y su canciller a la misión diplomática de Márquez Sterling
molestaba a Díaz era que, por momentos, la argumentación del en 1904.
cubano adoptaba la forma de un rosario de preguntas sin res- Sin este antecedente es difícil entender el nombramiento de
puestas. Márquez Sterling como Ministro de Cuba ante el gobierno de
Francisco I. Madero en 1912 y el papel del intelectual y diplomá-
Interesante figura (Porfirio Díaz): ídolo unas veces, héroe como tico cubano en la Decena Trágica. En 1909 se había producido el
Aquiles otra: dictador y demócrata a un tiempo, salvador de tu fin de la segunda ocupación militar de la isla por Estados Unidos
raza, de tu pueblo, de tu patria, a no dudarlo ¿Cuál es tu signo
y un nuevo gobierno, encabezado por el general liberal de la úl-
en la Historia? ¿La paz a hierro y fuego ha llevado tu pueblo al
tima guerra de independencia, José Miguel Gómez, se instaló en
borde del abismo o a las puertas del Paraíso, en donde entrará sin
La Habana. El canciller de ese nuevo gabinete fue el destacado
pisar sobre los laureles de tu gloria de caudillo?5
intelectual separatista, cercano a las ideas de José Martí, Manuel
Sanguily. Para representar los intereses de esa nueva Cuba, ante
Los parlamentos del propio Díaz en la conversación con Már-
el también nuevo México de la Revolución, nadie mejor que Ma-
quez Sterling giraban en torno a los mismos tópicos: la necesi-
nuel Márquez Sterling.
dad del orden, el ideal de la democracia, la urgencia de un balance
Por diversas razones, el viaje del nuevo embajador y su acredi-
latinoamericano de la doctrina Monroe, el rechazo a la condición
tación en México se retrasaron varios meses y no fue hasta enero
semisoberana de Cuba… Díaz adelantaba al periodista cubano
de 1913 que Márquez Sterling llegó a Veracruz. A pesar de ello,
algunas de las ideas que cuatro años después trasmitirá a James
el desencuentro con Díaz y Mariscal le había ganado un prestigio
Creelman en la conocida entrevista publicada en Pearson’s Maga-
antiporfirista, dentro de la nueva clase política revolucionaria,
zine. Sólo un tema diferenciaba ambas conversaciones: el debate
que el cubano supo aprovechar para ganarse la confianza de Ma-
dero. El día que presentó su Carta Credencial al presidente en
4
Manuel Márquez Sterling, Psicología profana…, p. 143.
5
Ibid, p. 108. 6
Ibid, p. 97.
Palacio Nacional, Madero le dijo a Márquez Sterling: “ya sé que de su asesinato, pero sus gestiones para salvar la vida de Madero
es Ud. leal amigo de nuestra democracia”. El diplomático cuba- fueron inútiles. Su insistencia en que los embajadores demanda-
no recordó entonces, para sus adentros, “la vieja corneta de D. ran la integridad física de Madero puso en evidencia la conducta
Ignacio Mariscal y la rota corona de D. Porfirio”.7 de Wilson.
Una o dos semanas le bastaron a Márquez Sterling para per- Luego del asesinato del presidente y el vicepresidente, Már-
catarse de que el gobierno de Madero estaba en una posición quez Sterling logró embarcar a la familia Madero en el crucero
frágil. Además de las rebeliones de Pascual Orozco en el Norte Cuba, rumbo a La Habana. El gobierno de José Miguel Gó-
y Emiliano Zapata en el Sur, de las sublevaciones de Félix Díaz mez, por recomendación suya y del canciller Manuel Sanguily,
y Bernardo Reyes y de la persistente oposición al mandatario en no reconoció al régimen de Victoriano Huerta y él mismo, luego
el Congreso, un sector notable de la opinión pública se había de renunciar a la embajada cubana en México, emprendió una
volcado al cuestionamiento de la autoridad presidencial. La agre- campaña de denuncia de la traición a la Revolución Mexicana
sividad de la prensa antimaderista era, según Márquez Sterling, en periódicos habaneros como el Heraldo de Cuba y La Nación.
una prueba de la democracia mexicana y, a la vez, uno de sus Márquez Sterling fue uno de los artífices de la política de asilo de
mayores peligros. revolucionarios mexicanos, en la isla, emprendida por los gobier-
El embajador captó inmediatamente la adversidad contra Ma- nos de Gómez y de su sucesor, Mario García Menocal.
dero en la esfera pública y, sobre todo, en el cuerpo diplomático. Los últimos días del presidente Madero (1917), el libro en el que
Para fines de enero de 1913, no le cabía duda de que en la sede Márquez Sterling narró los pormenores de su breve misión di-
diplomática de Estados Unidos se conspiraba contra el presiden- plomática en México, que felizmente reedita el Instituto de Estu-
te. Cuando estalla el levantamiento de La Ciudadela e inician las dios Históricos de la Revolución Mexicana, es el apasionado tes-
presiones del embajador norteamericano, Henry Lane Wilson, timonio de aquel cubano maderista. Pero es también la memoria
para que Madero renuncie, Márquez Sterling decide colocarse en de un diplomático defensor de la soberanía latinoamericana —los
las antípodas de esa postura, a la que ve plegarse al embajador de primeros capítulos son una remembranza de sus misiones diplo-
España, Bernardo Cólogan y Cólogan, al de Alemania, el Almi- máticas en Brasil y Lima— y un debate público con los embaja-
rante Von Mintz y al de Gran Bretaña, Francis Strong.8 dores de Estados Unidos y Europa, a quienes responsabilizó de
En sentido opuesto al de sus colegas del cuerpo diplomático, complicidad o negligencia ante el golpe militar de Victoriano
Márquez Sterling, junto con los embajadores de Japón Kumaichi Huerta.
Horigouchi y, sobre todo, de Chile, Anselmo Hevia Riquelme, Los capítulos dedicados específicamente a la Decena Trágica
se puso del lado de Madero y de su familia. El cubano trató de contienen glosas críticas de la declaración confidencial que re-
salvar la vida del presidente, poniendo el crucero Cuba a su dis- dactó el embajador español, Bernardo Cólogan, en el verano de
posición, para evitar que lo ejecutaran y que pudiera salir del país 1914, publicada en forma de folleto bajo el título Por la verdad.10
con sus seres queridos.9 Márquez Sterling logró entrevistarse con Márquez Sterling le reconoce a Cólogan un primer gesto de ga-
el presidente, en la Intendencia de Palacio Nacional, horas antes llardía, relacionado con el intento de mediación entre el presiden-
te y los golpistas, que habría salvado la vida de Madero. Pero al
7
Manuel Márquez Sterling, Los últimos días del presidente Madero…, p. 169. final, según el cubano, el ministro español cedió a las maniobras
8
Ibid, pp. 370-371.
9
Ibid, pp. 483-484. 10
Ibid, p. 371.
del embajador norteamericano: “la conducta del ministro Cólo-
gan fue, en un principio, diáfana; pero Mr. Wilson lo envolvió
en sus tinieblas”. Cólogan, concluye Márquez Sterling, no fue un
“cómplice disimulado y pérfido”, pero tampoco “supo evadir la
borrasca a donde Mr. Wilson lo había impulsado”.11
No es raro que un político republicano, como Manuel Már-
quez Sterling, comprometido con la lucha por la independencia
de Cuba contra España y con la resistencia a la hegemonía de
Estados Unidos sobre la isla, cifrada en la Enmienda Platt, in-
terpretara de esa manera la Decena Trágica. El golpe de Estado
contra Francisco I. Madero, que malogró la primera experien-
cia democrática del México moderno, fue, como hoy sabemos,
una trama mucho más compleja. Pero un nacionalista cubano,
como el autor de este libro, no podía dejar de ver las manos de
dos imperios, el decadente de España y el ascendente de Estados
Unidos, detrás de aquella tragedia.
11
Ibid, p. 423.
Indice