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Masculinidad hegemónica
¿En qué momento comienza para un varón la construcción de la masculinidad? Esta construcción
inicia durante el embarazo, cuando se conoce el sexo biológico, o al momento del nacimiento
cuando biológicamente es visible a partir de los genitales; así se asigna una serie patrones de
comportamiento (estereotipos o roles de género) para hacer que esta persona se convierta en un
hombre. A partir de aquí, en los primeros años de vida, la sociedad y la familia van a trasferir una
serie de características, valores o roles a seguir, maneras de ser o formas de expresión emocional a
través de hábitos o de comandos explícitos en los que este sujeto debe aprender a pensar y actuar
“como un hombre verdadero”, legitimando un sistema de poder y desigualdad que afectará tanto
a las mujeres, así como a otros hombres y a sí mismos; a este sistema se le denomina patriarcal y
androcéntrico.
A lo anterior también se le conoce como masculinidad hegemónica (es decir, una posición social
dominante del varón), sin embargo, hoy se habla de masculinidades, puesto que no hay una sola
forma de ser hombre; la masculinidad no es un conjunto homogéneo, dada la interseccionalidad
de estructuras de poder que se generan y que reproducen desigualdades, es un conjunto de
prácticas, valores, atributos, funciones y conductas. Hablar de estas masculinidades (en plural)
“no es hacer referencia únicamente a varones y sus prácticas, sino que implica dimensionar y
reconocer un sistema estructural basado en relaciones de poder” (Katzkowicz, 2016, p. 28), esta
masculinidad hegemónica tiene su expresión estereotipada en el machismo.
La masculinidad comenzó a ser estudiada debido a que la lucha feminista viene a cuestionar el
patriarcado y el rol que las personas estaban desempeñando como mujeres u hombres, poniendo
en crisis dicha masculinidad, de tal modo que se "establecen las bases para los estudios de género,
la reivindicación de las mujeres y la búsqueda de la equidad de género” (Reinoso, 2016, p. 18).