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En otras palabras, la controversia a dilucidar radica en determinar si la demandante posee el inter

s que el art culo 1683 del C digo Civil exigeé í ó para impetrar la nulidad absoluta, en la
especie del contrato de compraventa celebrado por su madre, encontr ndose sta viva a la
fecha deá é la interposici n de la demanda.óQUINTO: Que, sobre la materia a resolver, conviene
recordar que la prerrogativa que estatuye la norma antes citada queda supeditada a la
existencia de un inter s en la correspondiente declaraci n de nulidad, el queé ó constituye un
requisito de procedencia de la acci n, en la medida que ata eó ñ precisamente a su titularidad. Al
respecto, esta Corte ha dicho (Rol 1083-2012) que para que un tercero ajeno al contrato tenga
el inter s a que se refiere el art culo 1683“ é ” í para alegar la nulidad, debe cumplir las siguientes
condiciones:a.- El inter s alegado por el tercero no puede ser meramente moral,é sino que debe
ser de car cter pecuniario o patrimonial.áb.- El inter s ha de residir, precisamente, en obtener
la nulidadé absoluta del acto o contrato, o sea, obtener que el negocio jur dico noí produzca
sus efectos.c.- Debe tratarse de un inter s real y no meramente hipot tico; unaé é mera
expectativa no constituye un inter s real.éd.- Ese inter s debe ser leg timo, esto es, que se funde en
un derechoé í actual, coet neo y no sobreviniente a la celebraci n del acto que se pretendeá ó
anular y mantener actualidad a la fecha en que se pide la declaraci n deó nulidad.e.- El inter s
debe nacer precisamente de la lesi n que sufre sué ó patrimonio al ejecutarse el acto o
celebrarse el contrato en contravenci n aó la ley y que es la causa de que su patrimonio se vea
perjudicado; en otras palabras, que dicho inter s tenga en esa contravenci n, determinante a
sué ó vez del perjuicio pecuniario, su causa jur dica y necesaria.íXSHELXMFRS

f.- Y que el inter s del tercero, a diferencia del de la parte, no s loé ó debe ser alegado sino
debe ser probado. Si ese inter s no se acreditaé debidamente, la acci n de nulidad debe ser
rechazada.óEn conclusi n, el "inter s" a que se refiere el art culo 1683 de c digoó é í ó sustantivo
para alegar la nulidad, adem s de ser de car cter patrimonial, deá á residir precisamente en la
obtenci n de la nulidad absoluta del acto oó contrato, de ser real y no meramente hipot
tico y tener su origen en laé lesi n patrimonial que sufre el interesado por la ejecuci n del acto
o laó ó celebraci n del contrato, debe ser leg timo , lo que supone fundarse en unó “ í ” derecho
actual, coet neo y no sobreviniente a la celebraci n del acto que seá ó pretende anular y
mantener actualidad a la fecha en que se pide la declaraci n de nulidad.ó

4. Los juzgadores desestimaron la pretensión porque, basados en el artículo


349 del Código de Comercio, concluyeron que el ordenamiento jurídico no
concibe la posibilidad que un incapaz celebre un contrato de sociedad,
manifestando sobre el particular que “La omisión … del legislador mercantil,
de formalidades habilitantes relativas al impúber, al disipador, al sordo
mudo … y al demente, no puede significar otra cosa que, una intención
manifiesta de excluir a estos incapaces de la posibilidad de pactar contrato
de sociedad”, pues ésta se encuentra “reservada a quienes tienen la plena
responsabilidad por sus actos…”, en quienes “las aventuras y especulaciones
del comercio no comprometen sino su propio patrimonio. Pero no aparece
conforme al espíritu con que la legislación ha considerado la situación de los
incapaces, el que éstos pudieran ser arrastrados a especulaciones riesgosas y
temerarias por la sola determinación de sus guardadores, entendiéndose que
su inspiración obedece al resguardo del patrimonio de aquéllos.” (fojas 56 y
57);
5. - El recurso representa, en el mismo orden, la infracción de los artículos 349
inciso primerodel Código de Comercio, en relación con el 1446 del Código
Civil, ambos asociados al 43 de este último estatuto; 19 de la compilación
civil; 459 “y siguientes” y “390 y siguientes”, siempre del Código Civil.

Comienza explicando la trilogía de los artículos 349 inciso


primero del Código de Comercio, 1446 y 43 del Civil, la que plantea en estos
términos: el 349 inciso primero dispone que el contrato de sociedad puede
ser celebrado por todo quien cuente con capacidad para obligarse, lo que
según el 1446 alcanza a toda persona, pues la incapacidad es excepcional en
la ley y, en el caso del que la padece, el artículo 43 contempla la institución
de la representación legal por parte, en la actual hipótesis, del curador del
incapaz declaradoen interdicción. Así, el demente declarado en
interdicción tiene capacidad para obligarse, siempre que actúe en la forma
que establece la ley, que no es otra que la de obrar representado por su
curador. A partir de esa premisa el recurrente es categórico en punto a que
los incapaces interdictos tienen capacidad para obligarse, por ser esa la regla
general que surge del artículo 1446, siempre y cuando se atengan a la
formalidad de la representaciónpor curaduría, lo que significa que están
habilitados para celebrar contratos de sociedad colectiva comercial. De ello
el objetante infiere que, en la medida que se dé cumplimiento a la modalidad
del antedicho artículo 43, no se requiere de autorización judicial para la
suscripción de un contrato asociativo como el que se trata, si ella es
ejecutada por un curador en ejercicio de la debida representación legal.
Advierte la impugnante que los incisos segundo y tercero del propio
artículo 349 constituyen una excepción, al exigir determinadas formalidades
con respecto al menor adulto y la mujer casada no totalmente separada de
bienes, sujetando a uno y otra a una autorización especial para celebrar un
contrato de sociedad colectiva, la que en el caso del menor queda entregada
a la justicia ordinaria y en el de la mujer casada, a su marido; empero, por
tratarse de un precepto de especialidad, es aplicable exclusivamente a las
dos situaciones que abraza: menor adulto y mujer casada no totalmente
separada de bienes.

De lo anterior, continúa, fluye que la sentencia motivo de reproche


contraviene el espectro normativo así sintetizado, porque confiere el
carácter de precepto general excluyente a uno de naturaleza especial, como
lo es el que regulan los incisos segundo y tercero en comento,
desatendiendo, de paso, el principio general del derecho conforme al que lo
especial prima sobre lo general;
6. - Se detiene la recurrente, enseguida, en la conculcación del artículo
19 del Código Civil.

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