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¿Quién fue el Buda?

Cuando nos despojamos de los mitos, como su


juventud principesca en un palacio, emerge una imagen sorprendente de
este enigmático sabio

Alexander Wynne

Revista Aeon

TRad. Pietro

En Wat Doi Kham, mi templo en Chiang Mai en Tailandia, los visitantes llegan
a miles cada semana. Llevando dinero y guirnaldas de jazmín, los devotos
se postran frente a una pequeña estatua de Buda, murmurando oraciones
solemnes y pidiendo que se realicen sus deseos. Se realizan rituales
similares en los templos budistas de Asia todos los días y, como en Wat Doi
Kham, su enfoque suele ser una representación mítica del Buda, sentado
serenamente en meditación, con una misteriosa media sonrisa, retraída y
distante. No son solo los templos budistas en los que el Buda se manifiesta
envuelto en un envoltorio totalmente mítico. Los eruditos budistas,
desconcertados por capas de leyendas tan espesas como nubes de
incienso, han dejado de tratar de entender a la persona histórica. Esto
puede parecer extraño, dada la relevancia que sin cesar han tenido las ideas
y prácticas del Buda, más recientemente con la creciente popularidad de la
meditación consciente. A medida que emergen las versiones occidentales
del budismo, ¿podrá hacerse sitio para el Buda real, un sabio perdido de la
antigua India? ¿Sería posible separar el mito de la realidad, y así traer al
Buda de vuelta en el debate contemporáneo? La versión legendaria de la
vida del Buda afirma que Siddhattha Gotama nació como un príncipe de la
tribu Sakya, y se crió en la ciudad de Kapilavatthu, varios siglos antes de la
era cristiana. Viviendo en una reclusión lujosa, Siddhattha no se dio cuenta
de las dificultades de la vida, hasta que una visita más allá de los muros del
palacio le proporcionó cuatro encuentros impactantes: un hombre enfermo,
un anciano, un muerto y un santo. La crisis existencial que esto provocó
llevó a Siddhattha a renunciar al mundo, a fin de buscar una solución
espiritual a la vida. Después de seis años de probar varias prácticas, incluido
el ascetismo extremo, a la edad de 35 años Siddhattha logró la realización
espiritual. De ahora en adelante conocido como el "Buda", que simplemente
significa "despertado", Siddhattha pasó el resto de su vida viajando por el
norte de la India y estableciendo un nuevo orden religioso. Murió a los 80
años.

Solo pocos elementos de este relato resisten el escrutinio histórico. Según la


opinión académica contemporánea, el Buda vivió en el siglo V a. C.
(c480-400 a. C.). Pero el hecho que no se llega a identificar Kapilavatthu
implica que no era un príncipe que vivía en un gran palacio. Los sitios más
probables son el sitio nepalés de Tilaurakot, una antigua ciudad comercial a
unos 10 km al norte de la frontera india, y el distrito indio de Piprahwa, al sur
de Tilaurakot y justo por encima de la frontera india. Pero los restos de
ladrillo en ambos lugares resalen a unos siglos más tarde que el Buda, y
esto al menos concuerda con las fuentes literarias más antiguas: según el
canon Pali, la única colección completa de literatura budista de la India
antigua, el mundo del Buda generalmente carecía de ladrillos, y el único
edificio notable de Kapilavatthu fue una 'sala de reunión' tribal (santhāgāra),
una choza de paja de techo abierto (sālā). Como Siddhattha vivía en una
casa de madera, no habría pasado su juventud secuestrado en un palacio,
incapaz de experimentar los hechos dolorosos de la vida. De hecho, en el
texto Pali Mahāpadāna Sutta, una de las fuentes más importantes para los
primeros mitos budistas, la historia de la juventud del Buda se atribuye a la
figura completamente mítica del antiguo Buda Vipassī, que se dice que vivió
hace 91 eones (un tiempo inconcebiblemente largo). ) Este texto no es una
fuente confiable para la vida de Siddhattha Gotama; Para construir una
imagen más confiable, debemos considerar partes más antiguas del canon
Pali. En ninguno de estos se llama el Buda Siddhattha. De hecho, dado que
esta palabra significa "alguien que ha cumplido [siddha] su propósito
[attha]", se parece mucho a un título mítico, y de hecho solo se usa en textos
míticos tardíos como el Pali Apadāna. En cambio, los primeros textos se
refieren al Buda como "el asceta Gotama". Mientras que el Mahāpadāna
Sutta afirma que "Gotama" era el nombre del linaje familiar del Buda, otra
evidencia cuenta una historia diferente. La mayoría de los textos dicen que
la familia del Buda pertenecía al linaje del "Sol" (ādicca), que concuerda con
el epíteto tan repetido del Buda "pariente del Sol" (ādicca-bandhu). Dado
que no hay evidencia confiable de que la familia del Buda perteneciera al
linaje Gotama, y una gran cantidad de evidencia textual en su contra, ¿cómo
vamos a explicar este nombre? Es probable que "Gotama" fuera el nombre
personal del Buda, así como el equivalente sánscrito (Gautama) es un
nombre personal común en la India moderna.Otros aspectos del mito deben
ser despojados. El padre de Buda, Suddhodana, probablemente no era un
rey. En una historia temprana, el Buda recuerda haber alcanzado un estado
meditativo cuando era niño, mientras estaba sentado bajo un árbol mientras
su padre trabajaba cerca. ¿Debemos imaginar que el Rey de los Sakyas tuvo
que trabajar sus propios campos? A lo sumo, Suddhodana se habría
contado entre los jefes sakya. La muerte de la madre del Buda, Māyā,
cuando le dio a luz no tiene ningún propósito como mito y, por lo tanto,
puede aceptarse como un hecho, pero ninguna evidencia preliminar indica
que, antes de su carrera religiosa, Gotama había estado casado con una
niña llamada Yasodharā . Cuando se menciona al hijo de Buda, Rāhula, su
madre simplemente se llama "la madre de Rāhula”. Al reunir los fragmentos
históricos confiables y descartar elaboraciones míticas, emerge una imagen
más humilde del Buda. Gotama nació en una pequeña tribu, en una ciudad
remota y sin importancia en la periferia de la India preimperial. Vivía en un
mundo en el cual habían ya centros urbanos , aunque todavía no se conocía
el dinero, la escritura y el comercio a larga distancia. Más importante aún,
podríamos preguntar qué pasó con Gotama después de haber sido
arrastrado en una contracultura de ascetas y filósofos, y especialmente
después de haber alcanzado su "despertar". Los textos dicen que el Buda
logró un éxito notable como maestro de inmediato, pero esto parece poco
probable. El relato de Pali del "Primer Sermón" del Buda afirma que sus
cinco destinatarios alcanzaron de inmediato la iluminación. Pero otros textos
dan razones para dudar de esto. De hecho, estos discípulos apenas se
mencionan nuevamente en el registro textual, y de hecho la aparición
ocasional de algunos de ellos no es del todo halagador. Un texto cuenta la
historia de un encuentro entre el Buda y Koṇḍañña, el más destacado de los
primeros discípulos. Después de una larga ausencia del Buda, Koṇḍañña
actúa como un devoto suplicante, no como un santo budista iluminado
(arahant): se dice que se postró en el suelo, acariciando y besando los pies
del Buda, todo el tiempo anunciando: 'Soy Koṇḍañña , ¡Soy Koṇḍañña! ».
Otro miembro destacado del grupo de cinco, llamado 'Assaji', se menciona
en algunos lugares más. Pero un texto registra la ocasión en que estuvo
enfermo y se molestó porque ya no podía lograr la absorción meditativa. Al
igual que el texto sobre la reunión emocional de Koṇḍañña con el Buda,
Assaji no se representa como un santo iluminado. Esto sugiere que, dentro
de la antigua literatura budista de la antigua India, las historias premíticas
sobre la vida del Buda han sobrevivido. Se pueden recuperar más
fragmentos históricos del mito, por ejemplo, el relato principal de Pali del
"despertar" del Buda, donde se nos dice que Gotama consideró no
molestarse en enseñar, ya que nadie lo entendería. Después de que Gotama
decidió enseñar, la primera persona que lo encontró, un asceta llamado
Upaka, no quedó impresionado. Upaka pregunta quién es el maestro de
Gotama. Cuando Gotama responde que está completamente despierto, y
que no tiene maestro, Upaka simplemente sacude la cabeza y se aleja,
diciendo "tal vez”.

Por lo tanto, un estudio crítico del registro textual sugiere una historia
sorprendente: Gotama dudaba de su propia capacidad de enseñanza, no fue
tomado en serio por la primera persona que lo encontró (como el Buda) y no
logró un éxito notable con su primera audiencia. ¿Cómo, entonces, tuvo
éxito? No se puede dudar de que el Buda tuvo una influencia importante en
la cultura y la sociedad indias; no se hizo ningún intento comparable para
preservar un registro de ninguna otra figura en la historia india antigua. Una
buena idea del impacto personal de Gotama se puede ver en el testimonio
de un viejo buscador espiritual llamado Piṅgiya:

Io le veo con mi mente, como con mis ojos,

diligentemente, día y noche,

paso la noche honrándolo, y pienso allí.

No hay separación de él.

Mi fe, alegría y atención plena

no se desvían de la enseñanza de Gotama.

Dondequiera que vaya el que abunda en sabiduría,

me inclino en esa dirección.

¿Qué inspiró tal compromiso? Aunque la declaración de Piṅgiya no nos dice


mucho, su posición en el Sutta-nipāta ("Una colección de discursos"), un
antiguo corpus de literatura de sabiduría, es más reveladora. Gotama aquí
emerge como una voz solitaria del desierto, inspirando a otros con un
llamado a unirse a un austero culto a la meditación. Un texto importante en
la colección es el Muni Sutta ('Discurso sobre el sabio silencioso'), casi
seguro conocido por el emperador indio Aśoka (quien reinó entre c268-232
aC) como el Muni-gāthā ('Versos sobre el sabio silencioso') , y así en su
forma existente que data del siglo IV a. C., no mucho después de la
campaña india de Alejandro Magno (c326 a. C.). el Buda describe al sabio
como un extraño radical: el peligro nace de la intimidad, el polvo surge del
hogar. Sin hogar, sin conocidos: solo esta es la visión de un sabio. Evitando
el "polvo" envolvente de la sociedad, el sabio permanece alejado de los
valores mundanos, "sin temblar por la crítica o el elogio, como un león que
no tiembla ante los gritos de caza ... como un loto no manchado por el
agua". En vez de centrar su atención en la búsqueda de estados profundos
de meditación en el bosque, el sabio se asemeja a un cisne que vuela
rápidamente, mientras que un padre de familia se imagina como un pavo
real de cresta azul, hermoso pero lento. Se encuentra una imagen
comparable en el Khagga-visāṇa Sutta ("El discurso del rinoceronte"), otro
texto antiguo del Sutta-nipāta, que señala que incluso dos pulseras de oro
chocarán cuando se usen en la misma muñeca. El mensaje es claro: es
mejor deambular solo, en el desierto, como el rinoceronte indio de cuernos
simples.

El otro mundo de Gotama también se puede ver en muchas historias sobre


su quietismo. En el relato de su visita a la mansión del Principe Kokanada se
dice que Gotamaque permanece en silencio e ignora la invitación para subir
a la terraza superior. Pero después de lanzar una mirada reveladora a su
asistente, Ānanda, dice al Príncipe que enrolle la tela que cubre las
escaleras: Gotama está tan alejado de las normas civilizadas que no
caminará sobre un terreno cubierto, y ni siquiera romperá su silencio para
explicar él mismo. En otro lugar, Gotama acepta invitaciones pero
permanece en silencio, y expresa su aprecio por estar solo en el bosque o
en el camino. También aconseja a sus seguidores que mantengan un "noble
silencio", de modo que cuando Ajātasattu, rey de Magadha, viene a visitarle,
la quietud intensa que encuentre es tan abrumadora que se preocupa
pensando de haber sido ser atraído a una trampa. El quietismo de Gotama
también encuentra una expresión enigmática en su enseñanza. Lo más
llamativo es lo que podría llamarse la 'dialéctica del silencio': cuando se
hacen preguntas abstractas metafísicas, como si el mundo es eterno, si el
alma es diferente del cuerpo o qué le sucede a una persona liberada
(tathāgata) después de la muerte y etc., Gotama permanece en silencio o
señala que ha dejado estos temas a un lado. La razón de esto fue en parte
pragmática: se dice que tales preguntas no tienen ningún propósito
espiritual. Pero también hay una razón más sutil. En los primeros textos de
Pali, la reticencia filosófica del Buda a veces se explica como una forma de
escepticismo: Gotama no acepta las presuposiciones de las preguntas. El
término Buda ("despertado") indica que la experiencia normal es un sueño
del que Gotama ha despertado. Un viejo estribillo nos dice que los Budas
quitan "el velo" de la realidad. Gotama ve las cosas como realmente son y,
desde esta perspectiva despierta, se da cuenta de que ideas como
"mundo", "sí mismo" o "alma" no son reales en última instancia. Y si estos
aspectos de la experiencia pertenecen a la perspectiva no despierta, las
preguntas no tienen respuesta. La verdad última a la que Gotama ha
despertado es que nuestro mundo de experiencia pertenece a la mente:

“Declaro que el mundo, su surgimiento, cese y la forma se producen en este


muy extenso 'cadáver' (kaḷevare), dotado de percepción y mente”.

Esta enseñanza peculiar sugiere que el mundo en el que vivimos es un


estado de experiencia, no una entidad objetivamente real. Esto explica el
enfoque de Gotama en la naturaleza dolorosa de la experiencia humana, y
especialmente los medios para deconstruirla. Sin embargo, este análisis no
está exento de problemas lógicos. Porque si la existencia individual en el
mundo es una construcción conceptual o cognitiva, ¿cuál es el sentido de la
vida espiritual? Sin un sujeto esencial o "alma" para darse cuenta de una
realidad esencial, ¿cómo puede ser valiosa y significativa la disciplina
espiritual?

Tenemos suerte de que los creadores de mitos no hayan alterado demasiado


las tradiciones recibidas. Esto permitió que las primeras historias sobre
Gotama sobrevivieran, e incluso si el registro textual es parcial y
fragmentado, su representación de Gotama como un sabio errante es
cuidadosamente dibujada y sorprendentemente fresca. Como dice el Muni
Sutta, el sabio permanece alejado de la sociedad, como "el viento no
atrapado en una red". Según el Sāriputta Sutta, otro texto antiguo del Sutta-
nipāta (y probablemente también mencionado por Aśoka), el desierto es el
escenario adecuado para la disciplina espiritual, a pesar de sus muchos
peligros. Es aquí donde un mendigo puede observar atentamente sus
deseos internos, y así cumplir con una "mente liberada". Durante milenios, el
movimiento budista fragmentado perdió de vista el estilo de vida y las ideas
de Gotama. Las instituciones monásticas conservaron versiones míticas de
su Dharma, y en la mayoría de los lugares proporcionaron apoyo esencial
para el estado. Cuando algunas de estas instituciones emigraron a
Occidente en el siglo XX, trajeron consigo tradiciones locales, en lugar de las
auténticas enseñanzas del fundador. El movimiento moderno de atención
plena es un buen ejemplo. Los estadounidenses que adaptaron la atención
plena a fines del siglo XX recurrieron a un renacimiento de la meditación del
siglo XIX en Birmania. Y así, en lugar de transmitir una práctica antigua,
promovieron una nueva disciplina espiritual, formulada cuando el Theravada
birmano sufría en las sombras del Imperio Británico. Una característica del
movimiento moderno de mindfulness, heredado de innovaciones birmanas
bastante recientes, es su atractivo para los laicos y, por lo tanto, su objetivo
esencialmente terapéutico, más que salvífico. Nada podría ser más alejado
del ideal radical de la sabiduría de Buda. Al insistir en la disciplina ascética y
en una vida de vagabundos sin hogar, Gotama presentó la atención plena
como un compromiso de vida total. Practicado de esta manera, atender a
los componentes de la experiencia puede ser transformador: Gotama afirmó
que es una forma de deshacer el mundo mentalmente construido, junto con
toda su insatisfacción y sufrimiento.

Merece la pena escuchar la enseñanza de Gotama sea o no verdadera. Su


análisis antirrealista, en el que el mundo depende de la actividad de nuestras
mentes y facultades sensoriales, podría ser una ayuda útil para la ciencia
cognitiva moderna y podría ampliar el enfoque del movimiento de atención
plena más allá de la terapia. En términos más generales, quizás, el enfoque
radical de la investigación de Gotama podría revivirse. Con su combinación
de meditación y análisis conceptual riguroso, podría abrir un nuevo dominio
de especulación, en el que la búsqueda de la sabiduría es una vocación
austera, un compromiso de estilo de vida, más que una cuestión de creencia
religiosa. Paseando por las ruinas de los antiguos reinos tailandeses, desde
Ayutthaya hasta Sukhothai, uno se encuentra con antiguos íconos del Buda.
Algunos todavía se mantienen altos y brillantes; otros se pueden encontrar
aquí y allá, debajo de los árboles y envueltos en enredaderas, sus colores se
desvanecen suavemente, su estética más antigua se desmorona en el
olvido. Un linaje completo de imágenes, que se remonta hasta el Buda, nos
llevaría más allá de los iconos exquisitos de la era moderna y más allá de los
grandes restos de la antigüedad. El sendero nos lleva a las profundidades
del bosque, y es aquí donde encontramos a Gotama, el Sakyamuni.
Durmiendo a la intemperie, comiendo una vez al día y con frecuencia en el
camino, Gotama aparece como una figura más austera de lo esperado. Su
sabiduría silenciosa proviene de otro lugar. Aprendemos sobre sus primeros
fracasos, y luego la extraña historia de su éxito: cómo creó un antiguo culto
a la meditación, a través de un silencio enigmático, ideas radicales y una
simple insistencia en estar consciente del momento. Pensadores y teorías

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