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Sergio Fuster
Cerca del siglo I comienzan a aparecer en la India, más precisamente en las provincias
de Gandhara y Kapisa, una serie de representaciones físicas de un joven sentado con
una pequeña protuberancia en la frente( usnisha), orejas alargadas y tres pliegues en
el cuello. Con sus manos presentaba diversos motivos o acciones, enseñando,
durmiendo, resistiendo tentaciones, entrando en nirvana, etc. Sin duda corresponden
al arte greco-budista propuesto desde la conquista de Alejandro. Estas figuras de Buda
“greco-budista” son lineales y nos recuerda más un Apolo que a un nativo.
Este fenómeno se da en todas las religiones cuando llegan a una etapa madura y
empiezan a decaer, es lo que prepara el camino a la irrupción del místico, aquel que
dice tener una experiencia de la divinidad o como en el caso de Buda, haber
encontrado la salida al dolor y al sufrimiento. Este gran maestro rompió con los
cánones impuestos por la religión matriz. No recurrió a la lógica estricta ni a lo
dogmático, tampoco construyó un sistema filosófico imponente, sino más bien busco
que cada individuo tomara conciencia de un principio vital que existe en lo profundo de
todos los hombres. Buda dejó tras de sí lo que podríamos llamar una “religiosidad
esencial”. Donde importaba la salida o liberación de la cadena karmica y no el seguir
atado a ella por innumerables dogmas y preceptos.
LA VIDA DE BUDA
Primero veamos el relato de cómo la madre de Buda, la reina Maha Maya, llegó a
concebir a Gautama. Un día soñó:
Cuando la reina le conto el sueño a su esposo el rey Suddhodana (de la tribu Sakya),
él llamó a 64 eminentes sacerdotes y les pidió una interpretación. Esto fue lo que
respondieron:
“¡No se inquiete, gran rey!(…) usted tendrá un hijo. Y él, si sigue llevando la vida de la
realeza, llegará a ser un monarca universal; pero si deja la vida de la realeza y se aleja
del mundo, llegará a ser un Buda, y hará retroceder las nubes (…) de la insensatez de
este mundo”.
“De repente los diez mil mundos temblaron, se estremecieron y se sacudieron.(…) Los
fuegos de todos los infiernos se apagaron; (…) todos los instrumentos musicales
emitieron sus notas sin que nadie los estuviera tocando; (…) en el poderoso océano las
aguas se hicieron dulces;(…) los diez mil mundos llegaron a ser una masa de
guirnaldas de la mayor magnificencia posible”
“El salió del vientre de su madre como un predicador que desciende de su cátedra, o
un hombre que baja por una escalera, con ambas manos y pies extendidos, sin
mancha de impureza (…) Coloca firmemente los pies en el suelo, da siete grandes
pasos hacia el norte, (…) y examina las cuatro partes del mundo, mientras exclama
con sonido inigualable: Yo soy el primero del mundo”.
Poco sabemos del Buda histórico, a los indios no les interesaba conservar registros ni
los cambios en la sociedad, pero si se tomaron los recaudos para preservar y transmitir
sus pensamientos y enseñanzas religiosas. Las fuentes con relación al Buda histórico
son pocas, y nos resulta imposible reconstruir con reserva la vida y la personalidad de
un hombre que vivió hace casi 2500 años. Al ser un líder religioso, se comprende que
sus discípulos y seguidores hayan exaltado y endiosado su imagen, con el tiempo se
acumuló un gran caudal de material mítico y legendario a su entorno.
Históricamente Buda nace en 623 a. C. (otras fechas propuestas son 560, 563, 567)
en Kapilabastu, hoy Nepal. Su nombre fue Siddhartha Gautama. Su padre fue el rey
Suddhodana y su madre la reina Maha Maya. Ella murió pocos días después del
nacimiento de Buda y Maha Prajapati Gotami fue su madre adoptiva.
A los dieciséis años se casó con su prima la princesa Yosodhana. Sin embargo Buda
vivió un momento crucial cuando nació su hijo Rahula, en ese momento se dio cuenta
que toda persona tiene que nacer, enfermar y morir.
EL PROCESO DE ILUMINACIÓN
Cuando por primera vez en su vida vio a un hombre enfermo, a un hombre de edad
avanzada y a un muerto, ese que fue un quiebre en su proceso existencial. Esta
experiencia lo angustio profundamente y lo llevo a preguntarse acerca del significado
de la vida ¿Por qué nacían los hombres, simplemente para sufrir, envejecer y
finalmente morir? En otras palabras estar atado a la cadena karmica.
Pero el proceso siguió. Según otras versiones vio también a un santo, alguien que
había renunciado al mundo en busca de la verdad. Buda corta su cabello de un solo
movimiento con su espada, se viste con harapos, huyo de su palacio y se entrega a la
búsqueda de la respuesta a la cesación del dolor.
No se sabe la edad que tenía Buda cuando decidió dar este paso. Luego de marcharse
se entregó al estudio bajo la guía de dos sabios brahmanes. Probó la religiosidad de las
formas. Pero insatisfecho con sus enseñanzas, los abandonó y siguió su camino
dispuesto a la búsqueda de la verdad por sí solo. Fue un asceta que se autonegó.
Siguió un derrotero de meditación, ayuno, y renunciamiento extremo. Pero esto no le
reveló ninguna verdad profunda. Por tanto adopto lo que llamamos “Vía intermedia”,
una línea de conducta que evitaba los extremos. Tras decidir que iba a encontrar la
respuesta a su propia condición de entidad consciente, se sentó a meditar bajo el pipal
(higuera). Allí se ilumino y aprendió la causa del sufrimiento alcanzando el nirvana.
Para entonces tenía entre treinta y treinta y cinco años.
Aquí Gautama llego a ser el Buda (iluminado). También se lo llego a conocer como
Sakyamuni (sabio Sakya) o Tathagata (uno que así vino a enseñar). ¿Cuál fue la
verdad última de este proceso de iluminación? Lo dividiremos en dos etapas: 1) la ley
causal y 2) Las cuatro nobles verdades.
LA LEY CAUSAL
También se despertó a la causa del sufrimiento al entender las cuatro nobles verdades.
Aquí las presentamos del Dhammacakkappavattana Suta (El fundamento del reino de
la justicia):
Sin embargo, lo que Buda comprendió bajo el árbol bobhi de manera intuitiva y total,
fue la esencia de la vida. De esta manera advirtió la necesidad de transmitir de manera
entendible a todos los hombres.
Después de lograr la iluminación, Buda dedicó los años restantes de su vida a predicar
el Dharma o Ley, para difundir su nueva filosofía religiosa. La disyuntiva que se le
presentó era una vez alcanzada la religiosidad esencial, si debía vivir en el aislamiento
y el ascetismo o debía predicarla a los hombres.
Según los Sutras Agama cuentan que es ese momento aparecieron ante el Mara y
Brahma y lo hizo decidirse. Brotó en su propio interior la determinación de compartir
con otras personas ese estado iluminado.
CONCLUSIONES
Shudana: ¿Se llega a la comprensión de sí escuchando las charlas y los discursos sobre
el Prajñápáramitá?
Sucanda: Eso no es así. La comprensión de sí nunca llega del mero escuchar y pensar.
(…) Te ilustraré (…) En un gran desierto no hay fuentes ni pozos de agua; durante la
primavera o el verano, cuando hace calor, un viajero llega del Oeste rumbo hacia el
Este; encuentra a un hombre que viene del Este y le dice: Tengo una sed terrible, te
ruego me digas dónde puedo hallar una fuente o una sombra refrescante donde pueda
beber, bañarme, descansar y revivir íntegramente.
El hombre que venía del Este satisface los deseos del viajero, dándole toda la
información detallada, diciendo: Cuando avances hacia el Este el camino se divide en
dos, a la derecha y a la izquierda. Toma el de la derecha, y siguiendo bien
directamente, con seguridad llegarás a una bella fuente y una sombra refrescante.
Ahora bien, hijo de buena familia: ¿Piensas que el viajero sediento que venía del
Oeste, al escuchar la charla sobre la fuente y los árboles umbríos, y al pensar en ir a
ese sitio tan pronto como fuese posible, podría aliviarse la sed y el calor, y refrescarse?
Sudhana: No, no podría. Porque alivia su sed, y su calor, y se refresca sólo cuando,
según el otro, llega realmente a la fuente, bebe de ella y se baña en ella.
Sucanda: Hijo de buena familia: lo mismo ocurre con el Bodhisattva. Por el mero
escuchar, pensar y entender eso, jamás llegarás a la comprensión de verdad alguna.”
El desierto significa el nacimiento y la muerte; el hombre que viene del Oeste significa
todos los seres sensibles; el calor significa todas las formas de confusión; la sed es la
codicia y el deseo; el hombre que viene del Este, que conoce el camino, es el Buda o el
Bodhisattva quien, al morar en el omniconocimiento, penetró en la naturaleza
verdadera de todas las cosas; y aliviarse del calor bebiendo de la fuente refrescante
significa la comprensión de la verdad por un mismo.
Como lo explico D.T. Suzuki, esto ( la budeidad), es algo que debe ser experimentado
personalmente por nosotros, y que el mero oír acerca de ello no nos ayuda a penetrar
en la naturaleza verdadera de la realidad misma. Nadie puede hacer el camino por
nosotros, eso es una responsabilidad personal intransferible e indeclinable.
Campbell, J.: “El héroe de las mil caras, psicoanálisis del mito” México, 2003.
Suzuki; D.T.: Ensayos sobre budismo Zen” 3 Vol. Bs. As. 1973.