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Resumen de El Arte de la

Guerra (por Capítulos)


Por
Alberto Rubín Martín

Hoy vengo con un resumen de El arte de la guerra, libro del estratega


militar chino Sun Tzu que puede llegar a tener una gran influencia en tu
vida por sus grandes enseñanzas. Si no te has informado antes de este
libro, puede que pienses que se centra solo en la vida militar, sin
embargo, en realidad se centra más en una filosofía que seguir para
solucionar problemas y evitar las confrontaciones.

A pesar de que ya han pasado 2500 años desde que se escribió, sus
principios pueden ser aplicados al ámbito militar, político (aunque en
este caso parece que lo aplican muy mal), empresarial e individual.

De hecho, a parte de por los altos mandos militares, suele ser leído por
directivos de empresa, ya que ayuda a entender los principios de
actuación del ser humano, a liderarlos mejor y a establecer estrategias y
tácticas empresariales.

En mi opinión, no todos los consejos pueden ser aplicados a cada ámbito


(excepto al militar) y también dependerás de la interpretación de la
enseñanza que tú decidas dar.

Es cierto que algunas expresiones son difíciles de entender e interpretar,


aunque muchas se pueden aplicar perfectamente.

¿Cómo aplicarlo a la actualidad?


Ahora, te estarás preguntando, ¿cómo puedo interpretar para mi vida o
empresa un libro militar? Para mi, simplemente habría que cambiar unos
términos por otros:

-General/líder: tú mismo o un jefe.

-Guerra: la vida o competencia empresarial.

-Estrategia militar: estrategia empresarial.

-Hombres/ejército/soldados: tus seguidores/colaboradores/empleados.

-Recursos del estado: recursos personales (económicos, sociales,


personales, recursos empresariales.

-Enemigo: otras personas que sigan tus mismos objetivos, empresa de


la competencia.

-Ciudades/Países: la empresa.

Y por favor, no te tomes en serio los consejos de matar al enemigo o


derrotar al ejército. Eso se puede traducir a nuestra época a «ganar,
llevarte tú el premio, adelantar a la competencia…»
Sin duda, es uno de los libros más leídos de toda la historia, desde
personas de a pie hasta los más poderosos e influyentes históricamente
como Napoleón, Churchill, Bill Gates o Maquiavelo.

En cuanto a los capítulos, son 13 y en cada versión les dan nombres


distintos a los títulos, aunque el contenido es el mismo. Por ejemplo, en
la versión que yo leí, son distintos a los que nombran en wikipedia.

Comienzo con el resumen, va a ser amplio, aunque mi intención es que


te puedas quedar con las ideas fundamentales que transmite el autor.

¿Y tú que opinas del libro? ¿Qué enseñanzas de ha dado a tí?

Resumen por capítulos

1. Planes de preparación

El arte de la guerra, entonces, es gobernado por cinco factores


inmutables…Estos son: Los principios morales; El cielo; La Tierra; El
comandante; El método y la disciplina. Estas cinco directrices deben
resultar familiares para todo general: El que las conozca saldrá
victorioso; el que no las conozca fracasará.

Mientras gestiona el beneficio de mi consejo, aprovéchese también de


cualquieras circunstancias útiles más allá de las reglas ordinarias.Según
cómo sean de favorables las circunstancias, uno debe modificar sus
planes. Todo el arte de la guerra está basado en el engaño.

Cuando se puede atacar, tenemos que parecer incapaces; cuando


usamos nuestras fuerzas, tenemos que parecer inactivos; cuando
estamos cerca, tenemos que hacer creer al enemigo que estamos en la
lejanía; cuando alejados, tenemos que hacerle creer que estamos al
lado.
El general que gana una batalla hace muchos cálculos en su templo
antes del fragor de la batalla. El general que pierde una batalla no hace
sino pocos cálculos de antemano.

2. Haciendo la guerra

No hay referencia de ningún país que se haya beneficiado de guerras


prolongadas. Solo alguien que llega a conocer a fondo los males de la
guerra puede entender en profundidad la forma provechosa de
continuarla.

Usar al adversario conquistado para aumentar la propia fuerza de


uno. En la guerra, entonces, deja que tu gran objetivo sea la victoria, no
campañas alargadas.

Por tanto el líder habilidoso subyuga las tropas enemigas sin ninguna
lucha; apresa sus ciudades sin sitiarlas; derroca su reino sin operaciones
alargadas en el campo.

Así que debe saberse que el líder de ejércitos es el árbitro del destino del
pueblo, el hombre del que depende que la nación esté en paz o en
peligro.

3. Ataque por treta

Luchar y conquistar en todas tus batallas no es la excelencia suprema; la


excelencia suprema consiste en romper la resistencia del enemigo sin
luchar.

La norma es, no sitiar ciudades amuralladas si es posible evitarlo.

El general es el baluarte del estado; si el baluarte es completo en todos


sus puntos, el estado será fuerte; si el baluarte es defectuoso, el estado
será débil.
Hay cinco puntos esenciales para la victoria: Ganará el que sepa cuando
luchar y cuando no hacerlo. Ganará el que sepa como manejar tanto
fuerzas superiores como inferiores. Ganará el que cuyo ejército esté
animado por el mismo espíritu a lo largo de todos los rangos.

Ganará el que, habiéndose preparado, espere a tomar al enemigo


indispuesto. Ganará el que tenga capacidad militar y no sea interferida
por el soberano.

Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no tienes que temer el


resultado de cien batallas. Si te conoces a ti mismo pero no al enemigo,
por cada victoria lograda sufrirás también una derrota. Si no conoces ni
al enemigo ni a ti mismo, sucumbirás en cada batalla.

4. Preceptos tácticos

El asegurarnos contra la derrota está en nuestras manos, pero la


oportunidad de derrotar al enemigo la proporciona el propio enemigo.

Lo que los antiguos llamaban un luchador inteligente es el que no solo


gana, sino que destaca por ganar con facilidad.Gana sus batallas gracias
a no cometer errores. No cometer errores es lo que establece la certeza
de victoria, ya que significa conquistar a un enemigo que ya está
derrotado.

Así es que en la guerra el estratega victorioso solo persigue la batalla


después de alcanzar la victoria, mientras que el que está destinado a
perder primero lucha y luego busca la victoria.

5. Potencia

El control de una fuerza enorme tiene el mismo principio que el control


de unos pocos hombres: es meramente una cuestión de repartirlos en
grupos.
En toda lucha, el método directo puede usarse para tomar parte en la
batalla, pero los métodos indirectos serán necesarios para asegurar la
victoria.

El buen combatiente será temible en su puesta a punto, y presto en su


decisión.

El combatiente inteligente recurre al efecto de potencias combinadas, y


no requiere mucho de las individuales. De ahí su habilidad para escoger
a los hombres adecuados y utilizar potencias combinadas.

6. Puntos flacos y fuertes

El que llegue primero al campo de batalla y aguarde la llegada del


enemigo, estará fresco para la lucha; El que llegue segundo al campo de
batalla y tenga que apresurarse para batallar llegará exhausto.

El combatiente inteligente impone su voluntad al enemigo, pero no


permite que la voluntad del enemigo le sea impuesta.

Es habilidoso en el ataque el general cuyo oponente no sabe qué


defender; y es habilidoso en la defensa aquél cuyo oponente no sabe
qué atacar.

Puedes avanzar y ser absolutamente impenetrable, si te diriges hacia los


puntos flacos del enemigo; puedes retirarte y estar a salvo de la
persecución si tus movimientos son más veloces que los del enemigo.

Compara cuidadosamente al ejército contrario con el propio, de forma


que puedas saber dónde hay un excedente de fuerza y dónde es
carente.

Todo hombre puede ver las tácticas por las cuales conquisto, pero lo que
ninguno puede ver es la estrategia a partir de la cual se desarrolla la
victoria.
Al igual que el agua no tiene una forma definida, en la guerra no hay
circunstancias permanentes. Al que puede modificar sus tácticas en
relación a su oponente y de esta forma tener éxito en vencer, puede
llamársele capitán nacido del cielo.

7. Maniobrando

No estamos cualificados para liderar un ejército marchando a no ser que


estemos familiarizados con el relieve de la región, sus montañas y
bosques, sus escollos y precipicios, sus marismas y pantanos.

En guerra, practica el disimulo, y tendrás éxito.

La multitud forma de este modo un único cuerpo unido, es imposible


hasta para el valiente avanzar en solitario, o para el cobarde retirarse en
solitario. Este es el arte de manejar enormes masas de hombres.

No muerda el anzuelo ofrecido por el enemigo. No interfiera con un


ejército que vuelve a casa.

8. Variantes tácticas

Hay caminos que no deben seguirse, ejércitos que no deben atacarse,


ciudades que deben sitiarse, posiciones que no deben disputarse,
órdenes del soberano que no deben obedecerse.

Existen cinco faltas peligrosas que pueden afectar a un general:


Imprudencia temeraria, que conduce a la destrucción; cobardía, que
conduce a la captura; un temperamento precipitado, que puede ser
provocado con insultos; honor cuestionable que es sensible a la
vergüenza; ser demasiado solícito con sus hombres, que le expone a la
preocupación y el apuro.

9. El ejército en marcha
Palabras humildes y mayores preparativos son señales de que el
enemigo está a punto de avanzar. Lenguaje violento y toma de impulso
como si fuera a atacar son señales de que se retirará.

Por tanto los soldados tienen que ser tratados en primera instancia con
humanidad, pero mantenidos bajo control por medio de una disciplina de
hierro. Este es un camino certero hacia la victoria.

10. Terreno

Un ejército está expuesto a seis diversas calamidades, que no surgen de


causas naturales, sino de faltas de las que el general es responsable.
Estas son: fuga; insubordinación; colapso; ruina; desorganización;
aniquilación.

Cuando los soldados rasos son demasiado fuertes y sus oficiales


demasiado débiles, el resultado es insubordinación. Cuando los oficiales
son demasiado fuertes y los soldados rasos demasiado débiles, el
resultado es colapso.

La capacidad para evaluar al adversario, controlar las fuerzas de victoria,


y calcular sagazmente las dificultades, los peligros y las distancias,
constituye la prueba de un gran general.

Considera a tus soldados como a tus hijos, y te seguirán por los valles
más profundos; cuídalos como a tus propios amados hijos, e irán contigo
incluso hasta la muerte.

Sin embargo, si eres indulgente, pero incapaz de hacer sentir tu


autoridad; de buen corazón, pero incapaz de imponer tus mandatos; e
incapaz, además, de sofocar el desorden: entonces tus soldados son
comparables a niños desahuciados; son inútiles para cualquier propósito
práctico.
Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, tu victoria no será
puesta en duda; si conoces el cielo y la Tierra, puedes hacer tu victoria
definitiva.

11. Las nueve situaciones

Si se me pregunta cómo hacer frente a una gran multitud de enemigos


en formación ordenada y a punto de atacar, debo decir: Empiece por
aprovechar algo a lo que su oponente dé mucha importancia; entonces
él será susceptible a tu voluntad.

La rapidez es la esencia de la guerra: aprovéchese de la indisposición del


enemigo, ábrase paso por rutas inesperadas y ataque sitios
desprotegidos.

Cuando los soldados están en grandes apuros pierden la sensación de


temor. Si no hay lugar para el refugio, se mantendrán firmes. Si están
en un país hostil, presentarán un frente resuelto. Si no hay ayuda para
él, lucharán duro.

El principio con el que se maneja un ejército es disponer un estándar de


valor que todos tienen que alcanzar.

No podemos establecer alianzas con príncipes vecinos hasta que no


estemos al tanto de sus designios. No somos adecuados para liderar un
ejército en marcha a no ser que estemos familiarizados con el relieve de
la región: sus montañas y bosques, sus escollos y precipicios, sus
marismas y pantanos.

Pues es precisamente cuando una fuerza ha caído en la vía del dolor que
es capaz de dar un golpe por la victoria.

Exhibe la timidez de una doncella, hasta que el enemigo te dé una


oportunidad; después emula la rapidez de una liebre corriendo, y será
demasiado tarde para el enemigo oponérsete.
12. El ataque por fuego

Triste es el porvenir de uno que intenta ganar sus batallas y prosperar


en sus ataques, sin cultivar el espíritu de campaña; pues el resultado es
pérdida de tiempo y estancamiento general.

El dirigente iluminado hace sus planes pensando en el futuro; el buen


general cultiva sus recursos.

No te muevas a no ser que veas una ventaja; no uses tus tropas a no


ser que haya algo que ganar; no luches a no ser que la posición sea
crítica.

Ningún dirigente debe poner tropas en el campo simplemente para


desatar su propia ira; ningún general debe luchar una batalla por mera
revancha.

Si es para aventajar, haz un movimiento adelante; si no, permanece


donde estás.

13. El uso de espías

Lo que incapacita la sabiduría del soberano y al buen general para


golpear y conquistar, y conseguir cosas más allá del alcance de los
hombres vulgares, es la predicción.

El conocimiento de las disposiciones del enemigo solo puede obtenerse


de otros hombres.

No hay nadie en todo el ejército con quien se deba mantener relaciones


más íntimas que con los espías. Ninguno debe ser recompensado más
libremente. En ningún otro asunto debe preservarse mayor secretismo.

Los espías del enemigo que han venido a espiarnos a nosotros tienen
que ser buscados, tentados con sobornos, llevados aparte y alojados
cómodamente. Así se volverán espías conversos y disponibles para
nuestro servicio.

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