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| HISTORIA DE LA

| LENGUA ESPAÑOLA II
4 Morfología verbal (II)
5 4.1. El perfecto
6 4.1.2. El pretérito fuerte
4.1.1. El pretérito débil

7 4.1.2.1. Perfectos en –UI


4.1.2.2. Perfectos en –SI
P 4.2. El futuro de indicativo
4.1.2.3. Perfectos en –I

4.3. El futuro de subjuntivo


4.4. El condicional
4 Morfología verbal (II)
El perfecto latino

El perfecto latino funcionaba de 2 modos:


1) Como “presente perfecto”: indica acciones y hechos que tienen lugar
en un periodo de tiempo que llega hasta el momento presente
2) Como pretérito: señala acciones y hechos ocurridos en un lapso
temporal terminado antes del momento presente.

Las formas latinas fueron reemplazadas en la primera función por


expresiones analíticas: nuevo tiempo perfecto compuesto (HABEO
CANTATUM> he cantado). En cambio, en la 2ª función continuaron
usándose y dieron paso a las formas españolas del pretérito (canté).

Los perfectos latinos se distribuían en 2 tipos: débil y fuerte.


▪ En los perfectos débiles, el acento recae siempre sobre la desinencia
(CANTÁVI)
▪ En los perfectos fuertes, recae sobre la raíz en algunas formas del
paradigma (FÉCI, FÉCIMUS; HÁBUI, HÁBUIT…)
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4 Morfología verbal (II)
El perfecto latino

Los perfectos débiles, acentuados sobre la desinencia,


destacaban entre
▪ la 1ª conjugación (casi todos sus verbos tenían perfectos
débiles)
▪ la mayor parte de los verbos de la 4ª (-IRE: DORMIVI)
▪ y un reducido número de verbos de la 2ª (-ERE: DELEVI)

El latín hablado había abandonado la marca latina de


perfectividad en –V[I]-. Las terminaciones de la 3ª persona de
singular se redujeron de la siguiente manera en latín hablado de
Hispania:
- AVIT> -AUT
- IVIT> -IUT

Lo normal hubiera sido –A(I)T, -IT, así que la solución resultante


fue analógica.
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El pretérito débil

La evolución normal de los verbos en –ARE:

Evolución de los verbos en –IRE:

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El pretérito débil

• Mayoría de terminaciones medievales, creadas en etapa


preliteraria.
• Cantestes, cantemos… se deben a la extensión de la –é de
canté a otras personas (igual que la –í de dormí en la 3ª).
• La aparición de –s en la 2ª persona de singular se explica por
analogía.

→ Todas las formas medievales del pretérito de la 3ª conjugación


romance presentaban en la raíz variación libre entre /o/-/u/ y
entre /e/-/i/.
/o/ y /e/ eran más frecuentes cuando en la desinencia aparecía /-
í/ (dormí, dormimos, fezimos)
Si lo que figuraba era una yod, lo más común era /u/ e /i/
(durmieron, fizieron).

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El pretérito débil

Esta alternancia se resolvió en español moderno del mismo


modo que en tiempos de presente:

a) /u/ se prefería a /o/ en las formas de todos los verbos


(excepto dormir y morir, en los que la /o/ se mantiene
ante /í/; sí aparece /u/ cuando la terminación contiene [ j]:
durmió, murieron.

b) La /e/ terminó por imponerse en casi todos los verbos,


siempre que la desinencia contuviese /-í/ (sentí,
sentiste, sentimos, sentiste(i)s, pero se optaba por /i/
cuando esta incluía una yod (sintió, sintieron).

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El pretérito débil

Importante grupo de verbos de la 2ª y 3ª conjugaciones


latinas (-ERE), que en principio tenían perfectos fuertes,
imitaron el modelo en –IRE y se reconvirtieron en débiles:

CREDERE, PERDERE, REDDERE ‘devolver’, VENDERE tenían los


perfectos fuertes reduplicados CREDIDI, PERDIDI, REDDIDI,
VENDIDI, pero se sentían vinculados con DARE (perfecto DEDI)
y se adaptaron del siguiente modo →

*VENDE(D)I> vendéi> vendí


*VEN(DE)DISTI> vendiste> vendiste (metafonía)

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La alternancia /o/-/u/ solo se mantuvo en dos verbos: dormir y


morir (dormimos, dormisteis, durmieron), y se ha resuelto a
favor de /u/ en todo el paradigma de los restantes.

Vacilación entre diptongo /-ié/ y vocal /-i/ afectaba a la 2º


p.sg. Y la 1ª y 2ª de plural de los verbos en –er y en –ir se
resolvió a favor de la vocal, para no confundir la terminación –
iemos del perfecto con la del imperfecto de indicativo.

Hasta el s. XVII, todos los verbos construían su 2ª p. plural


como –stes (cantastes, volvistes vosotros).
Posteriormente, modificación analógica en beneficio de
diptongo –ei (-steis): cantasteis, volvisteis.

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El pretérito fuerte

El perfecto fuerte se acentuaba en la raíz, pero la raíz de los


perfectos fuertes latinos no era tónica en todas las personas: las
formas de 2ª persona se acentuaban siempre en la desinencia:
FECÍSTI, FECÍSTIS.

En Hispania,
➢ solo las formas de 1ª y 3ª persona singular permanecieron
como fuertes: FÉCI, FÉCIT,
➢ mientras que la 1ª y 3ª plural se transformaron siempre en
débiles: FÉCIMUS> FECÍMUS, FÉCERUNT> FECÉRUNT.
Influencia de formas débiles sobre las fuertes se deja notar en la
/o/ de hizo (imitando cantó, vendió) para diferenciar 1ª de 3ª
persona.
Muchos verbos fuertes en latín tienen en español acentuación
débil: ÁRSI> ardí.
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El pretérito fuerte

Los perfectos fuertes latinos pueden agruparse en 4 tipos:

1) –UI (principalmente 2ª -HABUI-, se extendió a verbos


de la 3ª analógicamente.
2) – SI (verbos de la 3ª conjugación: SCRIPSI, DIXI)
3) –I (verbos de la 2ª y 3ª: FECI –FACERE-, VIDI –VIDERE-)
4) Reduplicados de la 3ª (consonante aparece 1 vez en
presente y dos en el perfecto: VENDIDI, DEDI, STETI)

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El pretérito fuerte
Los perfectos en –UI
1 Los perfectos en –UI que sobreviven en español medieval podían
2 contener en la raíz una vocal A, o una O breve.

3 a) En el primer caso, la –u- desinencial (semiconsonante en latín


hablado) se trasladó al final de la sílaba precedente por
4 metátesis combinándose con la –a-, para dar este resultado:
HABUI> HAUBI> ove ‘hube’. Por analogía, formas como
tove <TENUI, estove (STETI), andove < AMBITAVI, sove
(SEDI), crove (CREDIDI), atrove (ATRIBUI ‘me atreví’).

Una evolución diferente, con diferente consonante interna fue:


SAPUI> esp.medieval sope ‘supe’
IACUI> esp.medieval yogue ‘yací’
PLACUI> esp.medieval plogue ‘me complació’.
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4 Morfología verbal (II)
El pretérito fuerte
Los perfectos en –UI
1 Los perfectos en –UI que sobreviven en español medieval podían
2 contener en la raíz una vocal A, o una O breve.

3 b) Cuando en el radical del perfecto latino en –UI había una O,


el desarrollo vocálico resultaba más complejo. Lo más
4 probable es que inicialmente se produjera un triptongo
(resultado de metátesis de la semiconsonante y diptongación
de o breve tónica). Luego, la fase /uóu/ se redujo a /ú/:

Hay 2 perfectos que responden a este esquema:


POSUI> *PUÓUSI> puse
POTUI> *PUÓUTI> pude en español medieval.

POSUI marcó el patrón para el analógico respuse <RESPONSI


‘respondí’, y el 2º fue modelo de pretéritos medievales estude
‘estuve’ y andude ‘anduve’.
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El pretérito fuerte
Los perfectos en –UI
1 Así, perfecto medieval tenía 2 paradigmas: uno con raíz en /o/ y
2 otro con raíz en /u/ (ove/pude).

3 Final EM, raíz en /o/ empezó a alternar con formas con raíz en
/u/: ovieron, toviera, sopiesse, ploguiere /
4 uvieron, tuviera, supiesse, pluguiere.

Antes de este periodo, muchos verbos en –UI pasaron al


paradigma débil por desplazamiento acentual:
TÍMUI, MÓLUI, DÉBUI> temí, molí, debí

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El pretérito fuerte
Los perfectos en –SI (perfectos sigmáticos)
1 Algunos de este tipo se construyen con –XI (raíz con /k/ o /g/)
2 CONDUXI> conduxe, COXI> coxe, DESTRUXI> destruxe, RISI>
rise, REMANSI> remanse, MISI> mise, SPRISI>escrise,
3 TRAXI> traxe.
4 Otros verbos se vieron atraídos a este modelo:
(d)espise (DISPENDI), fuxe (FUGI), prise (PREHENDI), aprise
(APREHENDI), quise (QUAESIVI).

EM: raíz con vocal –i- (no alternancia con –e-), y los que no la
tenían la adoptaron por analogía (quise).

Han sobrevivido pocos pretéritos medievales de este grupo


(quise, dije, traje, conduje), ya que la mayoría se
sustituyeron por formaciones débiles: ardí (ÁRSI), esparzí
(SPARSI)
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El pretérito fuerte
Los perfectos en –I
1 Sólo 4 perfectos fuertes de este tipo han pasado al español:
2 FECI, VENI, VIDI, FUI.
3 1ª persona de FECI da fizo por cierre metafónico de vocal E por la I final.
Finales XIII, fezo, veno > fizo, vino (influencia formas 1ª p.sg y
4 analogía perfectos sigmáticos).
▪ VIDI: dado que en su raíz había ya una vocal cerrada, el descendiente
medieval de este perfecto solo ofrece vocal radical /i/. La –d-
intervocálica provoca alternancia en EM:
VIDE> vide, vi
VIDISTI> vist(e)
VIDIT> vido, vio
VIDIMUS> vimos
VIDISTIS> vistes
VIDERUNT> vieron
Ocasionalmente, formas diptongadas viest(e), viemos, vidiest(e),
vidiemos, vidiestes, vidieron
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El pretérito fuerte
Los perfectos en –I
1 El caso de FACIO (FACERE) en el perfecto:
2
3
4

La conjugación fez- se reacuñó sobre fiz-, de donde resultó una


doble serie con e o con i, que perduró hasta el Siglo de Oro:

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El pretérito fuerte
Los perfectos en –I
1 Variantes alternativas vide/vi y vido/vio coexistieron en
2 castellano hasta el Siglo de Oro
3
Se abandonaron los desarrollos con /ié/ (vieste, viemos,
4 viestes en favor de sus equivalentes viste, vimos, vistes>
visteis.

FUI proporciona múltiples descendientes (FUIMUS> fomos,


fumus, fuimus, fuimos)

Perfectos latinos de este tipo que pasaron a ser débiles: CONCEPI


(concebí), LEGI (leí), MOVI (moví), VICI (vencí).

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El pretérito fuerte
Perfectos reduplicados
1 Sólo 2 perfectos reduplicados sobreviven en español medieval:
2 DEDI ‘dí’ y STETI ‘estuve’.
3 El primero se rehízo casi totalmente: di, dist(e)(s), dio,
dimos, distes, dieron.
4 STETI dio originariamente estide.

Perfectos latinos de este tipo que pasaron a ser débiles: CECIDI


(caí), CUCURRI (corrí), MOMORDI (mordí)

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El pretérito fuerte
Práctica: tipos de perfecto

cantestes < CANTAVISTI (débil)


feziste < FECISTI (fuerte)
fizieste < FECISTI (fuerte)
ove < HÁBUI (fuerte)
conduxe < CONDUXI (fuerte)
dormimos < DORMIVIMUS (débil)
durmieron < DORMIVERUNT(débil)
oyestes < AUDIVISTI (débil)

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5 4.1. El perfecto
6 4.1.2. El pretérito fuerte
4.1.1. El pretérito débil

7 4.1.2.1. Perfectos en –UI


4.1.2.2. Perfectos en –SI
P 4.2. El futuro de indicativo
4.1.2.3. Perfectos en –I

4.3. El futuro de subjuntivo


4.4. El condicional
4 Morfología verbal (II)
El futuro de indicativo

No han sobrevivido en español las formas del futuro latino (CANTABO,


TIMEBO, VENDAM, SENTIAM) pues presentaban varios problemas:
a) El morfema de futuro de los verbos en –ARE y –ERE era tónico y
presentaba la consonante /b/, mientras que la 3ª y 4ª conjugación
tenían morfema átono y carecían de consonante (falta de
homogeneidad)
b) La terminación de 1ª persona de singular de verbos de 3ª y 4ª
conjugación coincidía con la del presente de subjuntivo (VENDAM,
SENTIAM)
c) La confusión de –b- y –v- intervocálicas en latín hablado llevó a
indistinción total entre ciertas formas verbales (CANTABIT/CANTAVIT).
d) 2ª Y 3ª persona del singular del futuro de casi todos los verbos de la 3ª
conjugación coinciden con formas del presente (VENDES, VENDET).

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4 Morfología verbal (II)
El futuro de indicativo

El futuro de indicativo es un tiempo nuevo en español, creado a partir


de estructuras que ya existían y cuyo significado se relacionaba de
algún modo con la idea de futuro (voluntad, obligación, intención) y
que incluían perífrasis como VOLO + infinitivo, DEBEO + infinitivo y
HABEO + infinitivo.
Esta última fue la que terminó por usarse como expresión normal de
futuro en gran parte de la Romania (incluida Hispania). HABEO significa
‘tener’ o ‘poseer’, pero en combinación con un infinitivo parece haber
tenido al principio el sentido de intención, más tarde de obligación y
finalmente de futuro.

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El futuro de indicativo
La casuística del futuro romance

▪ Hasta el s. XVI era posible intercalar un pronombre átono entre los 2


elementos que dieron lugar al futuro:
- Portugués actual
- Glosas Emilianenses
- Cid: fer lo he, empeñar ge lo he
▪ En EM, de no estar separados por pronombre, estos 2 componentes
ya formaban una única palabra, con un solo acento sobre el auxiliar.
Así, AUDIRE HABEO dio oyré (pérdida acento infinitivo).
▪ Como consecuencia de la pérdida del acento de infinitivo, las tónicas
/a/, /e/, /i/ pasan a ocupar posición pretónica. ¿Qué pasa con
algunas vocales pretónicas en español?

Todas, excepto la /a/, solían perderse en periodo preliterario español, lo


cual trajo en este caso la contracción de la raíz verbal.
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El futuro de indicativo
La casuística del futuro romance

3 soluciones en español moderno:

a) Conservación de la intertónica: moriré, deberé

b) Pérdida: querré, cabré

c) Pérdida con consonante anáptica: pondré, saldré

DEBERE HABEO> *devér hé> deveré> devré> deberé (restitución


analógica)

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El futuro de indicativo
La casuística del futuro romance

Algunas consonantes quedan en contacto a consecuencia de pérdida


de intertónica, formando grupos consonánticos ya existentes en
español:

/r/…/r/ querrá, morrá, ferrá, parrá (morirá, herirá, parirá)


/b/…/r/ concibrá, recibrá, avrá
/v/…/r/ avrá, bevrá, bivrá, subrá
/d/…/r/ podrá, podrá, perdrá
/g/…/r/ consigrá
/t/…/r/ partrá, consintrá, repintrá, vistrá
/ts/…/r/ creçrá (crecerá), pareçrá
/dj/…/r/ yazrá

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El futuro de indicativo
La casuística del futuro romance

→ Verbos cuyo étimo presentaba –D- formaron su futuro sin la


consonante: creerá, será, verá (CREDERE, SEDERE, VIDERE)

→ Descendientes de FACERE HABET planten problemas especiales: en


EM, coexisten 3 resultados del infinitivo de FACERE: fer, far, fazer,
cada uno de ellos generó un futuro: fazerá, ferá, fará (última fue la
forma que sobrevivió en español).

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El futuro de indicativo
La casuística del futuro romance

Sin embargo, desaparición vocálica originó en ocasiones combinaciones


consonánticas fonotácticamente inaceptables en español medieval
reestructuración de sonidos por epéntesis, metátesis o asimilación.
Epéntesis:
/m/…/r/ combrá (comerá)
/n/…/r/ pondrá, vendrá
/l/…/r/ moldrá, doldrá, saldrá
/ts/…/r/ falleztrá

Metátesis:
/n/…/r/ porná, verná (finalmente reemplazados por casos de
epéntesis).

Asimilación:
/n/…/r/ porrá (pondrá), verrá (vendrá)
/dj/…/r/ dirá, adurá (aducirá) HISTORIA DE LA
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4 Morfología verbal (II)
El futuro de subjuntivo

Es un tiempo nuevo, que tiene un doble origen en español: procede de las formas del
futuro perfecto de indicativo (CANTAVERO) y el pretérito perfecto de subjuntivo
(CANTAREM)

La marca de perfectividad –VE- se perdió en latín hablado:


CANTAVERO> CANTARO> cantaro, -re> cantare
CANTAVERIS> CANTARIS> cantares> cantares

Este tiempo no lo encontramos en español actual. Hasta su desaparición, relativamente


reciente, se encontraba bien integrado en sistema verbal. Durante el Siglo de Oro, su
empleo fue disminuyendo, y a partir del S. XVIII quedó restringido al uso literario.
Lo mismo ocurrió con el perfecto de subjuntivo (oviere cantado/ hubiere
cantado) que se reemplazó por el perfecto de indicativo o subjuntivo.
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4 Morfología verbal (II)
El condicional

El condicional no existía en latín literario. El nuevo


paradigma surge de la combinación del infinitivo del verbo
que se conjuga y el imperfecto de indicativo de HABERE. Su
evolución fue:

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