Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
inhibe los sentidos que nos ponen en contacto con el mundo exterior, y silencia su
mente para adentrarse en el reino interior, donde libre de toda atadura
material, une su “Yo-Ego” con el “Yo-Alma”.
Esto lleva tiempo y no es para todos, no porque sean menos uno de otros, sino
porque cada quien tiene su momento y su sendero, porque aún las personas que
habitan en la oscuridad profunda del amazonas, como aquellas mentes brillantes
de la ciencia, teología y mística, tienen su propio sendero… Pero ineludible e
irrevocable, todos sin excepción, estamos citados por la divinidad, para asistir a la
apertura de la tumba de Hiram Abif, de Christian Rosenkreuz o a la Bóveda
Secreta de Enoc… y a nadie le es posible faltar.
Para conocer la inmortalidad que es el alma, primero debe ser un triunfador y
dominador de tu propia naturaleza animal, sensual e intelectual, ellas no son tus
enemigas pero debes aprender a dominarlos para que te conduzcan sobre sus
hombros al siguiente reino superior y así algún día llegar al reino del alma y
desposarte con ella… Porque nosotros somos el “Yo-Ego” el príncipe azul de los
cuentos de niños, que ansía encontrar a la princesa, la bella durmiente el “Yo-
Alma”, y con un beso despertarla y unirse en matrimonio con ella.
El sacerdote cuando oficia el ceremonial de un matrimonio dice: “Lo que Dios a
unido, no lo separe el hombre”, no se refiere a la unión del hombre y mujer, sino a
la unión del hombre físico con el alma, que es lo que verdaderamente unió Dios,
este es el hombre completo, y el hombre perfecto o divino, es la unión de nuestra
alma individualizada con el alma cósmica, y la inmortalidad es conservar siempre
autoconsciencia nosotros mismos.
Hasta hoy, es cuanto mi opinión, pensar y sentir.
“El que tenga oídos, oiga: Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el
cual está en medio del paraíso de Dios” Ap.2:7. “El que venciere, no recibirá daño
de la segunda muerte” Ap. 2:11. “Al vencedor le daré del maná escondido y le
daré una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita un nombre nuevo, el cual
nadie conoce sino aquel que lo recibe” Ap.17.
“Spes Mea In Deo Est” (4).
Fraternalmente.
Lázaharo Hael. M,’, M,’,
Nota:
Palabras, símbolos y alegorías, no son verdades por sí mismas, solo señalan
hacia ellas.
El presente, son, reflexiones y meditaciones personales, no necesariamente
representan la opinión de la orden.
5