“Por racionalidad teleológica, a la que sería más apropiado calificar de
“mesológica”, se entiende aquel uso de la razón en el que ésta se aplica a la determinación de los medios más eficaces para la consecución de los fines perseguidos por un agente dado” p. 15
Huella del pensamiento positivista de Weber, se crítica en la Dialéctica
negativa
Adela Cortina
“La independencia con respecto a las fuerzas sociales y la ausencia de
compromiso político confirieron a los neomarxistas de Fráncfort un sello elitista y descomprometido que, andando el tiempo, ocasionó abiertas polémicas con algunos movimientos de izquierda” p. 30
“la prehistoria filosófica de la Escuela, que tiene sus hitos fundamentales en
Schopenhauer, Hegel, Marx, Freud, y hoy también Kant” p. 36
“[…] se presentan como sociólogos y abominan a los sociólogos
cuentanarices, reducidos a las ciencias empírico-analíticas, en sus trabajos – por otra parte – tiene cabida la economía, la teoría del arte y de la cultura…” p. 38
“Y en verdad, nunca negará la Escuela de Fráncfort que la historia deba
confiarse a la razón. heredera de la tradición griega y del ideal ilustrado, abogará por una sociedad fundad en la razón. Pero no en la razón hipostasiada en las ciencias naturales, sino en esa racionalidad difusa que late en las entrañas de la misma sociedad. Por eso es preciso repudiar esa razón identificadora, que confunde la verdad con la adecuación del concepto a la cosa, cuando el objeto es siempre más que su concepto” p. 41
Gran forma de decirlo “La teoría crítica se propone, pues, construir un
saber acerca de la sociedad que trate de sacar a la luz la racionalidad de los procesos sociales, desenmascarando a la par lo que de irracional hay en ellos” p. 41
“La escisión objeto-sujeto, su interpretación estática, ajena a cualquier
dominio histórico, es una de las mayores lacras de la gnoseología kantiana. El método trascendental debe, pues, quedar arrumbado en aras de un método filosófico que permita captar la historicidad, la dinamicidad de lo real. Esta parece ser precisamente la gran aportación de la dialéctica hegeliana, y de ahí que la Escuela de Fráncfort opte sin ambages por la dialéctica” p. 42
“[…]’ permanente acusación de la que la Escuela de Fráncfort hace objeto a
Hegel: aun antes de que la realidad sea racional, Hegel pretende ya que lo universal se ha desplegado adecuadamente y es idéntico a lo que se concreta; en la dialéctica hegeliana, en definitiva, se imponen la positividad de la razón y el progreso” p. 42 “La polémica entre el racionalismo crítico y la teoría crítica viene siendo famosa dese que abrieran el fuego en 1961 Popper – como representante de la razón analítica – y Adorno – como representante de la razón analítica – con ocasión de un congreso organizado en Tubinga por la Sociedad Alemana de Sociología. El tema del congreso era en aquella ocasión la lógica de las ciencias sociales, y los dos autores citados actuaban como ponente y co- ponente, respectivamente. Sus intervenciones se recogieron más tarde en ese colectivo titulado La disputa del positivismo en la sociología alemana, en el que también quedaron insertas réplicas y contraréplicas que se produjeron por ambos lados” p. 45
“Según los francfortianos, la disposición técnica no coincide con la
conducción racional del mundo, porque técnica y praxis – como ya sabía Aristóteles – no se identifican. Dirigir prácticamente la historia exige primero tratar de captar su sentido objetivo mediante una hermenéutica dialéctica. No son las ciencias objetivistas las capacitadas para percibir el sentido de los acontecimientos, sino los saberes hermenéuticos y dialécticos” p. 47
“En este orden de cosas, el punto de partida de la investigación social no
pueden ser los hechos objetivados, aun cuando estuvieran formalmente conectados en un sistema. El punto de partida es la experiencia, pero no la experiencia positivista, sino la experiencia de la sociedad como totalidad” p. 47 Siempre que Adorno se refiere a una especie de totalidad se refiere a una sociedad
“La totalidad social no se interpreta orgánicamente, no posee vida propia
aparte de sus miembros y, sin embargo, es imposible entender cada uno de los elementos si no es en su relación al todo. Sistema y particularidad sólo resultan cognoscibles en su reciprocidad” p. 48 “Desde un punto de vista histórico, la teoría dialéctica de la sociedad afirma que los fenómenos particulares dependen de la totalidad. Su análisis apunta a leyes objetivas del movimiento histórico, que no hacen abstracción de las situaciones concretas ni se imponen necesariamente, sino tendencialmente” p. 48
“[…] una de las constantes de la Escuela de Fráncfort, que permanece
incólume hasta sus últimos desarrollos: una ciencia que se proponga dar indicaciones para una praxis entendida como técnica no viene presidida por el interés propio de las ciencias sociales” p. 48
“Su misión no consiste, pues, en aumentar el poder de manipulación sobre
determinados acontecimientos, sino la comprensión del sentido de la historia, de la que surge una praxis política comprometida” p. 49
“Como es bien sabido, los presuntos analíticos han respondido a lso
francfortianos en reiteradas ocasiones. Las obras de Popper La sociedad abierta y sus enemigos y La miseria del historicismo no son sino un ataque a cuantas propuestas, tocadas de marxismo, abogadas por un sentido objetivo de la historia, cuya comprensión permite acceder a la totalidad, e ilumina la praxis de una revolución total” p. 50
“A lo largo de estos trabajos, como también en los fragmentos adornianos
de Minima moralia, empieza a dibujarse un nuevo motor de la historia: no es ya la lucha de clases, sino el conflicto entre el hombre y la naturaleza, tanto interna como externa, que se enfrentan como sujeto y objeto. El hombre ilustrado pretende dominar la naturaleza, no liberarla o redimirla, como en algún momento pensaran Marx o Bloch, al hablar de una resurrección de la naturaleza, y este pertinaz empeño en dominarla ha degenerado en reificación total” pp. 59 – 60 La Dialéctica de la Ilustración critica el mito de la razón, de la razón instrumental
“A juicio de Weber, la evolución de Occidente consiste en un proceso de
racionalización, que no refleja sino el progreso en la vigencia de la racionalidad medios-fines, que se va extendiendo a todos los sectores del sistema socio-cultural” p. 76
“La razón subjetiva [Adorno habla de razón identificadora] tienda a la
autoconservación del individuo o de la sociedad y, fiel a su tarea, contempla cuanto le rodea como un medio al servicio de su meta. Lo que no reporte un beneficio al sujeto individual o social carece de interés para la razón subjetiva. La razón objetiva, por su parte, sobrepasa este subjetivismo del interés egoísta, y se esfuerza por configurar una jerarquía de todo lo que es, incluyendo los fines últimos; es decir, intentando hacerse cargo del bien supremo y del destino humano” p. 78 Al parecer la razón que triunfó fue la subjetiva
Reificación: “La cosificación es una variante de la alienación, su forma más
radical y extendida, característica de la moderna sociedad capitalista. Consiste en la transformación de las propiedades, relaciones y acciones humanas en propiedades, relaciones y acciones de cosas, que se independizan del hombre y gobiernan su vida. También, en este contexto, los seres humanos se convierten en cosas” p. 81
Evidentemente el arte también cae en las garras de la razón
instrumental, y se vuelve mercancía que satisface y nada más.
“Siguiendo su modo habitual de proceder, la razón subjetiva degrada la
naturaleza al estatus de material sin más derecho que el de ser dominados. La relación hombre-naturaleza es la relación sujeto-objeto, dominador-cosa dominada, que debe ser infinitamente dominada. Se produce entonces esa mala infinitud hegeliana, que consiste en un proceso de dominio al infinito, la naturaleza externa sufre la opresión y se rebela contra ella, pero también la naturaleza interna se resiste y se rebela. Este resentimiento, paradójicamente, es aprovechado por la sociedad industrial para sus fines; y con ello entramos en una de las teorías máscaras a Adorno y Horkheimer: la teoría de la mimesis. Según nuestros autores, para comprender algunos fenómenos de la psicología de masas es preciso recurrir a un mecanismo psicológico específico: el impulso mimético del niño, que le permite aprender. La civilización empieza con los impulsos miméticos innatos en el hombre que, sin embargo, éste debe trascender y sublimar. El progreso cultural y la educación consisten en transformar comportamientos miméticos en comportamientos racionales. Adaptarse significa llegar a ser como el ambiente, en aras de la autoconservación, y ello supone, sin lugar a dudas, una represión del impulso mimético, una represión de la naturaleza interna. ¿Es la solución eliminar la civilización opresora y volver a etapas pasadas? Porque la naturaleza humana se rebela contra este dominio de la civilización a la que llega a odiar” p. 85
“La razón subjetiva, a fuerza de querer asegurar la autoconservación del
sujeto, ha logrado su anulación” p. 87
“Por desgracia, la teoría crítica es incapaz de mostrar tendencias liberadoras
dentro de la sociedad establecida. El pueblo¸ que era fermento del cambio social, se ha convertido en fermento de cohesión social” p. 96
“El cientificismo al que la Escuela de Fráncfort se enfrenta consiste en la
actitud epistemológica de creer que la ciencia no es sólo una forma de conocimiento posible, sino que el conocimiento se identifica con la ciencia” p. 98 “Esta actitud hunde sus raíces remotas en la distinción kantiana entre conocer y pensar y en la asimilación, también kantiana, del conocimiento con el conocimiento científico. Para Kant el pensamiento es sin duda superior al conocimiento, porque dirige la vida moral que es lo más valioso del hombre, pero no es conocimiento porque no encuentra su refrendo y su límite en la experiencia” p. 98