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Universidad Externado de Colombia


Maestría en Gerencia para el Desarrollo
Asignatura: Teorías del Desarrollo
Docente: Oscar Rodríguez
Estudiante: Geisel Vera Díaz

Importancia del papel del Estado en la Escuela Neoclásica, Neoliberal y Cepalina

I. Introducción

Este ensayo se orienta en analizar las diferentes perspectivas de la escuela


Neoclásica, Neoliberal y Cepalina sobre el papel del Estado y su importancia en cada
una de las construcciones que dichas escuelas realizan sobre la economía y más a
fondo sobre la economía política. El análisis se aborda desde la teoría económica con
una definición del concepto de desarrollo y el efecto que ha tenido el Estado en este en
diferentes períodos de tiempo, de acuerdo al pensamiento económico que se encuentre
dominante en el momento. Por otro lado, también se expone el Estado como un
elemento que ha estado ligado a la economía desde los inicios de los estudios
económicos, y el cual ha sido considerado para los Neoinstitucionalistas como la
institución de instituciones (Rodríguez, 2001, p.61)1.

Siguiendo con el concepto de desarrollo, es importante destacar que su discurso


empezó a ser parte de la agenda, de una forma consolidada, en el período de la
segunda posguerra. El discurso no sólo estableció nuevos parámetros en los objetivos
de la economía en este período de tiempo, sino también reconfiguró las relaciones
entre los países del sistema internacional, clasificándolos en países ricos y pobres y
estableciendo la pobreza como un problema de magnitud mundial que debía ser
combatido para alcanzar el éxito.

1 La visión del Estado como la institución suprema explica la importancia que este ha tenido en la
economía y en ser el que establece las reglas de juego en una sociedad, siendo un factor importante en
el desempeño y el éxito de un país a partir de las instituciones que lo componen.
2

Escobar (2007) afirmó que la modernización se impuso como la única fuerza capaz de
destruir las relaciones arcaicas que dominaban a los países en desarrollo, sin importar
el costo social, cultural y político que esto implicaba. De la mano de la urbanización
surgió la creencia de que la industrialización y la urbanización eran las rutas hacia la
modernización que junto con la inversión de capital garantizarían el crecimiento
económico y, por ende, el desarrollo.

Atado a este discurso de desarrollo que empezó a manifestarse durante la segunda


posguerra, se encuentra el visión de subdesarrollo y centro-periferia propuesto por Raúl
Prebisch (1949) en su documento “El desarrollo económico de la América Latina y
algunos de sus principales problemas”, en el cual plasma ideas sobre lo que sería la
teoría de Centro- Periferia, argumentando que las economías subdesarrolladas no eran
simplemente economías “atrasadas”, el subdesarrollo es un modo de ser que merece
ser estudiado a fondo para entenderlo.

Por tal razón, la Teoría de la relación entre centro-periferia se define como “una
estructura de comercio mundial conformado por un centro, con países desarrollados
con avances tecnológicos y niveles de ingreso medio alto que exportan manufacturas y
países periféricos especializados en materias primas” (Rodríguez, 2006, p.53). Sin
embargo, el subdesarrollo no debe ser entendido únicamente desde el punto de vista
económico o comercial, este trasciende al área social y política, las cuales tienden
también a ser débiles y se encuentran compuestas de instituciones y estructuras
políticas flexibles que también interfieren en el desarrollo de los países2.

Desde el punto de vista económico, desde la etapa posterior a la segunda posguerra, el


desarrollo ha estado asociado al crecimiento de las economías, acompañado de un
incremento en la inversión y una mayor acumulación de capital. Esto ultimo ha sido el

2Aunque en los inicios del estudio del desarrollo, este era analizando fundamentalmente desde aspectos
económicos, es importante entender que cuando se habla de desarrollo, se involucran aspectos sociales,
políticos, culturales, ambientales. La idea del desarrollo como el efecto que produce el crecimiento
económico quedo atrás, cuando las políticas de libre mercado fracasaron al evidenciar que aunque los
países tuvieran crecimiento las brechas sociales y las desigualdades eran un obstáculo para alcanzar el
éxito y el desarrollo real.
3

eje para la diferenciación entre los países, siendo ricos si cuentan con mayor
acumulación de capital y con un alto componente de tecnologías e innovación que
permiten tener una industria fuerte, o pobres si son dependientes de la
comercialización de materias primas y tienen un bajo componente de tecnologías y
capital que se ve reflejado en su baja calidad de vida (Escobar, 2007)3. Sin embargo, el
desarrollo ya no es visto como crecimiento sino como un cambio en las condiciones de
vida de las personas, junto con los procesos necesarios para lograrlo. A esto se
asocian los conceptos de progreso, prosperidad y bienestar (Hernandez, 2015).

Como se mencionó anteriormente, el enfoque del desarrollo ha evolucionado y se han


incorporado más variables a su análisis, como la intervención del Estado, la distribución
económica y la lucha contra la desigualdad, el sistema político, la diversificación y
fortalecimiento del mercado interno, la balanza comercial, la creación de los Estados de
bienestar, la institucionalidad, el papel de la moneda, la sostenibilidad ambiental entre
otros. Esto permite deducir que si bien el desarrollo sigue asociado principalmente a la
economía y al crecimiento, ha incorporado elementos sociales, culturales y políticos
que en la actualidad son indicadores de un desarrollo que va más allá de la
acumulación de capital4.

El Estado es el elemento de estudio en este ensayo, por tal razón, se realizará un


análisis del papel que este ha tenido en la economía a través de las diferentes teorías.
Para empezar, es importante establecer la relación fuerte que siempre ha guardado la
economía con el Estado, pues en muchos momentos, el Estado ha sido crucial en el
desempeño económico de un país. Aunque en muchos momentos el papel del Estado

3 Escobar expone en su libro “La invención del Tercer mundo”, a través del concepto de la Fábula de los
tres mundos, que luego pasaron a ser dos, como los países en desarrollo eran vistos como ignorantes y
pobres, con malas condiciones de vida, que requerían la “salvación” del primer mundo a través de
políticas de intervención.
4 El desarrollo en la actualidad se ve medido por otros elementos diferentes a lo económico, hoy en día
se ha interpuesto una visión de equidad e igualdad que define si un país realmente es desarrollado. Lo
mismo sucede con la sostenibilidad ambiental, pues no solo se considera desarrollado un país con altas
riquezas materiales sino con un ambiente sano, es decir, se mide sobre una perspectiva de calidad de
vida.
4

ha sido débil o casi inexistente, se ha resaltado la importancia de este en la regulación


de las políticas económicas y en el mercado.

El Estado es definido como “ un conjunto de instituciones y de relaciones sociales que


normalmente penetra y controla el territorio y los habitantes que se pretende delimitar
geográficamente” (O’Donnell, 2008), en cuanto a la relación que este guarda con la
economía, Block & Evans (2007) afirman que el Estado y la economía deberían verse
como esferas de actividad que se constituyen mutuamente, ninguna de las cuales
puede funcionar sin la otra, a pesar de que los teóricos del libre mercado consideran
que la economía funciona mejor sin una intervención del Estado5.

Teniendo en cuenta la importancia del Estado en la evolución de la economía, este


también tiene que ver con el desarrollo. Hernandez (2015) afirma que el Estado es una
construcción institucional y, por ende, una variable explicativa fundamental de por qué
unos países son más ricos que otros. Gran parte del reconocimiento del rol que tiene el
Estado en el proceso de desarrollo se debe al redescubrimiento del papel de las
instituciones en el desempeño económico de las naciones y a las fallas del mercado
que han provocado la crisis de la teoría liberal6.

De acuerdo al contexto expuesto anteriormente, cabe cuestionarse ¿cuál ha sido la


incidencia del Estado en el proceso de Desarrollo?, para dar respuesta a esta cuestión
se abordará el papel que ha tenido el Estado desde las escuelas Neoclásica, Cepalina
y Neoliberal, así el desarrollo del ensayo estará dividido en tres partes: la primera de
estas abordará el análisis del estado que realiza la escuela neoclásica, iniciando con el
estudio de los análisis realizados por David Ricardo y Adam Smith, sobre el imperio de
la libertad del mercado y la poca intervención que puede realizar el mercado, la
segunda parte abordará cómo el papel del Estado de transformó durante la teoría

5 A través de la historia económica se ha visto que en los periodos en los que el Estado ha estado
ausente de la economía, los países han entrado posteriormente en crisis. Un ejemplo es la crisis del
2008, cuando se dio mayor importancia al mercado financiero, sin ninguna regulación de tipo estatal.
6 El desarrollo del institucionalismo ha sido clave en el nuevo papel que ha desempeñado el Estado en la
actualidad, puesto que se requieren de instituciones que regulen el mercado y las actividades financieras
5

cepalina, siendo el precursor y dirigente de la sustitución de importaciones y la industria


y finalmente se pondrá en relieve la eliminación de su papel durante el neoliberalismo,
lo cual terminará provocando una fuerte crisis y una reflexión acerca de la necesidad de
un Estado que regule.

II. El papel del Estado desde diferentes perspectivas económicas

A. La visión del Estado desde la Teoría Neoclásica

Para entender el estudio de la teoría neoclásica es necesario remontarse a los estudios


de la Teoría Clásica y sus principales exponentes Adam Smith y David Ricardo. Para
los clásicos el desarrollo se desprendía a partir del crecimiento económico, el cual se
generaba a partir del incremento en la producción que contribuía a la acumulación de
capital y la inversión, demostrando que la base del crecimiento económico era la
acumulación de capital asociada con una fuerza de trabajo cada vez más
especializada. Para los clásicos la economía política impuso la producción y el trabajo
como códigos de significación de la vida social en su conjunto (Escobar, 2007)7. Lo
anterior, revela la importancia que tenía el libre cambio como institución reguladora.

A pesar de la importancia que tenía el libre cambio en la vida social de las naciones, no
significaba que el Estado no pudiera intervenir en la estructura económica, por el
contrario, algunas industrias eran protegidas por el Gobierno a través del arancel o
financiadas por subvenciones (Rodriguez, 2000). De acuerdo a Rodriguez (2000), en
su análisis a la teoría propuesta por Adam Smith, las actividades económicas que
podría desarrollar el Estado están condicionadas por el status que tiene el mercado en
la concepción del liberalismo económico; esta escuela considera que “el principio
regulador de la sociedad, es decir, el principio de cohesión social se desplaza del
concepto de contrato social al concepto del mercado concurrencial.

7 Para David Ricardo, los cambios en la producción y el trabajo eran importantes, las instituciones se
consideraban como algo constante, por tal razón, se creo la teoría del valor asociada al trabajo como
fuente valor en la economía.
6

El Estado también realizaba ciertos gastos públicos específicos, cómo la inversión en


infraestructura, vías y puertos, para garantizar el adecuado funcionamiento del
comercio y contribuir a la expansión del capital, garantizando la administración pública.
Lo anterior demuestra que a pesar del papel subordinado que tenía el Estado al
mercado, dentro de sus funciones se encaminaba a velar por el desarrollo de la nación
y la efectiva administración.

Relacionado con la teoría anterior, se encuentra David Ricardo quién “plantea que el
mecanismo idóneo para el logro de una óptima asignación de recursos productivos es
el mercado, y que para su funcionamiento debe contar con una total libertad de
circulación de las mercancías, incluida la fuerza de trabajo” (Rodriguez, 2000, p.91).
Este economista manifestaba no estar de acuerdo con que el Estado interviniera en el
tipo de interés, pues este debía ser definido por el libre juego de oferta y demanda, la
función que debía tener el Estado era la de inspirar seguridad en la moneda oficial con
lo que garantizaría atracción al extranjero y un buen entorno para que los negocios
pudieran prosperar. Los impuestos y la educación también eran controlados por el
Estado pues tenían cierta orientación política para contribuir a la nación.

Stuart Mill fue otro de los grandes exponentes de la Economía neoclásica, para este el
papel del Estado debía fundarse en la regulación del mercado laboral, permitiendo la
libre asociación de capitales y la libre asociación de obreros para garantizar el buen
funcionamiento de la producción. Sin embargo, el Estado no debía intervenir en la
forma de la distribución del trabajo social, el principio que debía regir al Estado era el
del Laissez- Faire.

Los pensamientos anteriormente expuestos permiten deducir que el papel realizado por
el estado durante la Teoría Clásica fue muy limitado a las consideraciones de la
estructura económica y la regulación de este era visto como un obstáculo al buen
funcionamiento de la economía. Incluso se puede evidenciar una acción casi invisible
del Estado en la economía, pues para los pensadores de este momento, el Estado
debía estar más enfocado en asuntos políticos y sociales. A pesar de que la teoría
7

clásica tuvo un gran cambio al fracasar la idea de la teoría del valor, y darse la
revolución marginalista, gran parte de este cambio en la esfera económica se debió a la
consideración clásica de la economía como un elemento desprovisto de política y de
cierta regulación.

A partir de la teoría clásica se crea una nueva corriente de análisis económico, la


economía Neoclásica. Esta teoría estaba basada en la idea de que la economía
alcanzaría un estado de equilibrio general, determinado por el libre juego de las fuerzas
de la oferta y la demanda, que permitían equilibrar los precios de los bienes. Esta visión
fue una forma muy optimista y racional de ver la economía, sin tener en cuenta el papel
que jugaba la política y otros aspectos en esta. A diferencia de la teoría clásica, los
teóricos neoclásicos desplazaron su interés hacía el ajuste del sistema y dejaron de
lado la preocupación que había caracterizado a los clásicos sobre el crecimiento
económico, su pilar era la competencia y la racionalidad perfecta. Su confianza en la
importancia del comercio y los negocios seguía vigente a pesar de algunas
complicaciones surgidas por la existencia de monopolios (Escobar,2007).

Tanto en la teoría clásica como neoclásica, el mercado es el que impera y regula todas
las relaciones de la nación, ambas visiones descuidaron por completo los temas
asociados a la distribución, estos fueron reducidos al equilibrio y asignación de precios
de los productos. Así mismo, durante este período el Estado pierde toda autoridad
económica y su función se ve adscrita a lo impuesto por la economía. La total confianza
a la “mano invisible” fue uno de los factores que provocó esta ausencia estatal.

En el caso de América Latina, el paradigma que estuvo vigente durante la visión clásica
y neoclásica fue la de el “desarrollo hacía afuera”, con el auge primario-exportador8,
que abarcó desde 1870 hasta 1929 y terminó en 1929 con la Gran Depresión
(Hernández, 2005). Durante esta etapa las economías latinoamericanas se empezaron
a integrar a la economía mundial a través de la exportación de materias primas. Sin

8Es evidente que la dependencia que ha tenido América Latina de los productos primarios se remonta
desde los inicios de su política comercial.
8

embargo, durante todos estos años la economía latinoamericana estuvo en constantes


fluctuaciones y así como tuvo periodos de auge, también se vio bastante afectada por
el contexto internacional. Por otro lado, fue imposible cerrar la brecha que siempre
caracterizó la relación de América Latina con los países desarrollados, a pesar del
auge exportador, este no significó un incremento mayor en el PIB latinoamericano9. En
el ámbito social, el progreso fue desigual, la brecha de desigualdad entre países ricos y
pobres fue cada vez más grande y el proceso de urbanización que se dio en la región
contribuyó al deterioro del mundo rural. Con la crisis del 29 se da fin al desarrollo hacía
afuera.

La crisis de la teoría neoclásica, que reino hasta los años 20, se da con la Gran
Depresión de los años 30, pues esta lleva a replantear si el capitalismo imperante es
realmente efectivo para logran un buen funcionamiento de la economía. Lo anterior,
cambió profundamente el discurso económico imperante y se planteó una nueva
necesidad de involucrar al Estado en la economía a través de sistemas institucionales
que permitieran una mayor regulación del mercado, y por ende, controlara sus fallas.

A. El nuevo papel del Estado en la Teoría Cepalina

La crisis de 1929 puso en la agenda económica y política la necesidad de replantear el


discurso, varios economistas latinoamericanos empezaron a buscar soluciones para
orientar la economía de tal forma que logrará corregir las fallas previas del mercado
que habían provocado la crisis. Por tal razón, la Cepal, plantearía un enfoque que
explicaría las condiciones que originaban las diferencias entre los países desarrollados
y subdesarrollados. El estructuralismo es uno de los enfoques económicos de la Cepal
que surge a partir de las ideas de Raúl Prebisch, quien realiza una crítica al comercio
internacional (Rodríguez, 2006).

9 El poco incremento que tuvieron las exportaciones en el PIB se debe a que las materias primas fueron
el principales producto de las exportaciones, y estas no estaban totalmente explotadas y que además
requerían de inversión en transporte e infraestructura para poder ser extraídas.
9

El modelo de desarrollo propuesto por la Cepal tiene su origen a finales de los años
cuarenta y principios de los cincuenta y su pretensión era demostrar el deterioro
histórico de los términos de intercambio que afectaban los bienes primarios de los
países subdesarrollados o de la periferia. Para los teóricos de la Cepal, este deterioro
era un reflejo de la concentración del adelanto y el progreso en el centro desarrollado
(Escobar, 2007, p.143). Para estos, el centro era cada vez más industrializado gracias
a la periferia, mientras esta última cada vez se encontraba en peores condiciones y con
una mayor desigualdad.

Raúl Prebisch, es el principal exponente de la teoría centro-periferia (1949) que


fundamentó el paradigma cepalino de industrialización dirigida por el Estado. En su
teoría, él autor hace alusión a una serie de características que explican las causas del
subdesarrollo en los países latinoamericanos, lo que denominó como el sistema de
centro-periferia y que, posteriormente, se convirtieron en los fundamentos del enfoque
estructural. Estas características se explican a partir de la especialización de la
economía, primario exportador y siguen el curso de mostrar las divergencias en el
“desarrollo desigual”, en donde se establece que las diferencias entre las economías
parten de su sistema productivo (Rodríguez, 2006, p. 57).

Para dar respuesta al planteamiento de la Cepal, se necesitaba una política industrial


fuerte que contribuyera el desarrollo de los países a partir del fortalecimiento de las
industrias domésticas para mejorar las exportaciones y producir “en casa” lo que antes
se importaba. Es allí donde el Estado entra a tener un papel relevante en la economía,
pues este será el encargado de guiar la Política de Industrialización por Sustitución de
Importaciones e intervenir en los sectores claves para el desarrollo de la industria.

En cuanto al análisis estructural interno y de la acción estatal, Prebisch argumentaba


que el desarrollo implicaba adoptar una postura promovida por un Estado activo, en
donde la industrialización de la periferia era vista como un medio por el que los países
en desarrollo podían acceder a los beneficios del progreso técnico y mejorar su calidad
10

de vida (Hernandez, 2005). Su enfoque no fue únicamente a una estrategia económica


sino también política, el Estado entonces era visto como esa gran institución que
regularía la política industrial e intervendría en los asuntos económicos para evitar que
América Latina se viera nuevamente afectada por los procesos del entorno
internacional10.El estatismo es una de las características de la propuesta de la Cepal,
pues no sólo es un ente regulador sino que tiene una profunda intervención en todos
los asuntos (O, Rodriguez, 1980).

De acuerdo a Cárdenas, Ocampo y Thorp (cómo se citó en Hernandez, 2005) la


sustitución de importaciones no fue ni el elemento más destacado del modelo a lo largo
del tiempo, ni una característica compartida por todos los países desde fines de la
Segunda Guerra Mundial hasta la década de 1970, período durante el que se aplicó
ese modelo de desarrollo. En la práctica, el proceso constó de distintas etapas,
diversidad en la aplicación de instrumentos y énfasis bastante diferenciados. En
algunas economías pequeñas de la región, la industrialización no sustituyó por
completo el modelo de exportaciones de productos primarios y dio lugar a esquemas
mixtos que combinaban la sustitución con la promoción de exportaciones (Rosenthal,
1998, 2004)

10 Una de las principales características del estructuralismo latinoamericano es ese fortalecimiento al


componente interno para evitar ser afectados por las crisis externas. Es relevante destacar que durante
el período de “desarrollo hacía adentro” el impacto de las crisis o inestabilidades externas no afecto a
América Latina en la misma proporción que a los países industrializados.
11

Es importante destacar que el pensamiento de la Cepal se caracterizó por aplicar un


método histórico-estructural, a través del cual desarrollo tres ejes analíticos: el análisis
de la inserción internacional; el análisis de las condicionantes estructurales internas del
crecimiento y del progreso técnico y el empleo y el análisis de las posibilidades de
acción estatal (Hernandez, 2005).

Referencias
Rodriguez, Ó. (2001). Economía institucional, corriente principal y heterodoxia. Revista
de Economía Institucional, 3(4), 52-77.
12

Escobar, A., & Escobar, A. (2007). La invención del Tercer Mundo: construcción y
deconstrucción del desarrollo. Editorial Norma.

Hernández, R. (2015). Transformación del Estado y paradigmas de desarrollo en


América Latina. Neoestructuralismo y corrientes heterodoxas en América Latina y el
Caribe a inicios del siglo XXI. Santiago: CEPAL, 2015. LC/G. 2633-P/Rev. 1. p. 325-
365.

O’Donnell, Guillermo (2008a), “Hacia un Estado de y para la democracia”, Democracia,


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Nueva York, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
Rodriguez, Oscar (2000), "Pre-Textos 13: Estado Y Mercado En La Economía Clásica". ed:UNIVERSIDAD EXTERNADO
DE COLOMBIA ISBN: 958-616-440-3 v. 1 pags. 21

MORA TOSCANO, ÓLIVER (2006). Las Teorías del Desarrollo Económico: algunos
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Cenes, 26</i>(42), undefined-undefined. [fecha de Consulta 15 de Octubre de 2019].
ISSN: 0120-3053. Disponible en: <a xmlns="http://www.w3.org/1999/xhtml"
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