Está en la página 1de 2

Nuestra

pensamiento en la luz admirable


¿Qué harías tú si fueras perfecto? Sólo piensa en esto un momento. Seguramente saldrías a caminar con Dios así
como Enoc ¿Qué harías tú si fueras perfecto? ¿Tendrías problemas con tu autoestima?¿Te sentirías inferior,
rechazado o inseguro? ¿Te sentirías insatisfecho contigo mismo, o en la manera como te ves? ¿Sentirías que no
eres digno de ser amado? ¿Tendrías problemas económicos? ¿Tendrías problemas de depresión? La respuesta a
todas estas preguntas es un resonante ¡NO! de ninguna manera tendrías este tipo de problemas si fueras
perfecto.

Pero… espera un minuto, pensemos esto profundamente ¿Jesús obedeció toda la ley, todo el tiempo, toda su
vida? ¡Sí, si lo hizo! Él obedeció totalmente. ¿Acaso no dice la Biblia en Deuteronomio 6:26 que cuando
alguien ha logrado esta obediencia total, ahora esa persona es justa? ¡Sí, eso es correcto! Jesús obedeció
totalmente, entonces Él es justo totalmente. San Mateo 5:48 dice “Sed, pues, vosotros perfectos, como
vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. ¿Acaso no nos muestra, que obediencia total y justicia son
sinónimos de perfección? Así que… Jesús tiene obediencia total, justicia y perfección. Pregunta: ¿Jesús le dio
esta justicia y perfección al creyente? La respuesta es… ¡Sí, si lo hizo!

Recordemos otra vez el primer pensamiento de este tema, ¿Si fueras perfecto, tendrías ese tipo de problemas?
La respuesta es ¡No!, no tendrías ese tipo de problemas si fueras perfecto. Pero, ¿no te has arrepentido de tus
pecados y creído en el Señor Jesús? ¿No recuerdas Romanos 5:19 “Porque así como por la desobediencia de
un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos
serán constituidos justos”. ¿Qué significa esto? Que por el regalo de Dios a través de Jesucristo, Él nos ha
hecho justos y perfectos.

¿No dice la Biblia que somos herederos de Dios? La primera parte de nuestra herencia es este paquete de
obediencia total, el cual incluye justicia y perfección. Puesto que ya eres perfecto, ahora necesitas entender que
debes tener ninguno de estos problemas. Si un abogado llegara hoy y te dijera que un tío rico ha muerto y que te
dejó una gran herencia y serás multimillonario; quizás no te sientas como un millonario, ya que no estás
acostumbrado a la riqueza, pero la verdad legal es que, ¡tú eres un multimillonario! Tendrás que esforzarte un
poco para pensar, actuar y sentirte como tal. Antes no eras millonario, pero ahora, por causa de la herencia ya lo
eres, ni modo, tus sentimientos tendrán que ajustarse.

La verdad es yo fui rechazado, me sentía inferior, inseguro, insatisfecho, imperfecto, pobre, muy pobre, pero
algo pasó. Un abogado paracleto vino y me informó sobre algunas cosas que me fueron dadas como parte de
una gran herencia, un nuevo testamento. Él me dijo que a causa de que yo me había arrepentido y había creído
en la obra de Jesús, había sido adoptado en la familia de Dios, y la obediencia y perfección de Cristo me fueron
dadas, aún si tuvieras problemas al tratar con esto de que ahora soy perfecto.

Podría acostumbrarme a no sentir rechazo, inseguridad o inferioridad con todas sus implicaciones. Es muy
emocionante saber que todo tipo de problema que tuve en el pasado, se ha terminado. 2ª Corintios 5:17 dice:
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son
hechas nuevas”

LA HISTORIA DE JUANITO LINGO


Hace tiempo había un turista que navego en un yate por las islas Salomón, y llegó a la isla Keniwata. Había
decidido pasar unos días ahí; quería pescar, comprar artesanías y, quizás, unas perlas. Por lo tanto, decidió
buscar un guía de turistas y le recomendaron a Juanito Lingo; cuando preguntaba por Juanito Lingo todos los
hombres se reían y decían: "Sí, tú lo necesitas".

Entonces llegó a una tienda que pertenecían a un paisano suyo de Chicago, y le preguntó por un guía, y el
dueño de la tienda le dijo: ¡"Tú necesitas a Juanito Lingo"!. Y otro hombre que estaba en la tienda, al escuchar
esto, comenzó a reírse; en ese momento el turista no se aguantó la curiosidad y preguntó: "¿Por qué todos se
ríen al mencionar a Juanito Lingo? ¿Qué pasa con él? El dueño de la tienda le explicó: Mira, aquí en las islas
aún se acostumbra dar una dote cuando una pareja se va a casar. El asunto con Juanito Lingo es que, siendo el
mejor de los regateadores y compradores de perlas en toda la isla, pagó ocho vacas por Sarita, su esposa". El
turista pensó que eso era mucho dinero en cualquier cultura, y el dueño de la tienda continuo diciendo: "Aquí
nadie jamás había pagado tanto por una esposa, lo más que han pagado son ¡cinco vacas! El turista
respondió: Debe ser muy hermosa para que haya pagado tanto", a lo que el otro hombre que estaba en la
tienda contestó: "El asunto, en realidad, no es así; pues Sarita camina con la cabeza agachada y nunca sonríe,
y siempre que ve gente se esconde y casi no se deja ver. Yo conozco a su papá, Samuel Karoo, y con tal de que
su hija no se quedara solterona iba a pedir tres vacas y si aún eso era mucho, iba a pedir solamente una vaca".

Pensando en esto, el turista fue a la isla que le indicaron en la tienda y al llegar le pregunto a un niño dónde
vivía Juanito Lingo; éste lo llevó a la casa de Juanito, la cual era la más bonita de ese rumbo. Entraron a la
casa y Juanito lo saludó; el turista le explicó que quería contratarlo como guía, a lo que Juanito pregunto;
"escuchaste de mí en Keniwata" Y el turista le contesto: "Sí, escuche que pagaste ocho vacas por tu esposa".
Después de platicar un rato, Juanito le preguntó: ¿quieres conocer a mi esposa? Al turista le ganó la
curiosidad y dijo: "Si". En ese momento salió una señora de la cocina; era hermosísima, su cabello bien
arreglado, tenía una hermosa sonrisa, y un brillo en sus ojos; caminaba con mucha dignidad y confianza, ella y
Juanito intercambiaron miradas, entonces el turista preguntó: ¿qué pasó? ¡Esto no fue lo que me dijeron!
Juanito le explicó: aquí en la isla las señoras van al mercado y platican y nunca falta una que diga: ¡mi esposo
pago dos vacas por mí! ¿de verdad? ¡mi esposo cinco vacas! Tú podrías imaginar a mi esposa platicando con
ellas y ¿cómo se hubiera sentido si solo hubiera pagado una vaca por ella? Por eso decidí que iba a pagar más
de lo que jamás nadie había pagado, entonces, nos casamos y cuando mi esposa entendió que era la mujer más
hermosa entre todas las mujeres, que valía más entre todas ellas, algo cambio dentro de ella, hubo una
confianza que nació en su corazón, hubo un brillo en sus ojos, hubo un cambio de adentro hacia afuera.

CONCLUSIÓN: EL AMOR DE DIOS HACIA NOSOTROS


Es tiempo de que comencemos a darnos cuenta del pecio que Dios ha pagado para que podamos ser como Él.
Jesús es Dios en la carne, la misma vida de Dios está en Jesús y fue pagada por ti, por mí y por todo creyente
¡Qué precio tan tremendo! Sí, que tremendo valor Dios ve por ti. Obviamente, Él ha concluido que valemos el
alto precio que ha pagado. ¡Dios concluyó que tienes un gran valor! Tú valor es tan alto que Dios ha dado la
vida de Su Hijo para que puedas ser de Él. Dios establece el valor del ser humano por el precio extremadamente
caro que pagó por la humanidad perdida, el precio fue ¡la vida y sangre de Su Hijo!

Es tiempo de que tomes un profundo respiro y levantes tu cabeza ¡TÚ vales más que ocho vacas! Cuando Sara
entendió que el valía más que cualquier otra mujer, cambió la manera de verse a si misma y actuó diferente.
¡Debemos ver con los ojos del entendimiento, el precio y valor que tenemos para Dios al haber pagado tanto!
Dios pensó que si valía la pena el sacrificio de Cristo, y esto la Biblia lo dice abiertamente… “a pesar que
nosotros éramos pecadores, Cristo murió por nosotros”.

Ahora debemos actuar diferente, no necesitamos sentirnos condenados e inferiores, al contrario, debemos
entender y sentirnos bien por el gran valor que tenemos dentro de nosotros. Podemos sentir orgullo de quienes
somos, de quien es nuestro Padre, y de lo que Él ha hecho.

También podría gustarte