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El presente informe tiene como premisa hacer una reflexión tomando en cuenta la
dinámica informativa, la cual contempla temas como la lógica de lo/as periodistas, la
política de los dueños de los medios, el público al que están dirigidos los medios, así
como los argumentos y actores presentes en los medios sobre el tema del aborto.
Breve Diagnóstico
Actualmente en el país vivimos una gran fragilidad democrática, una crisis económica,
la sensación de ingobernabilidad (por los desaciertos y contradicciones del presidente y
su grupo político) y el fortalecimiento de posiciones conservadoras.
En Perú el único aborto que no está penado es el que se practica cuando el embarazo
conlleva graves daños a la salud de la mujer. Causales como malformaciones o
violación tienen penas menores.
Como contexto social se puede afirmar que en el país la Iglesia Católica y, en menor
medida, la Iglesia Evangélica tienen aún un poder simbólico y real (culpa, negación,
silencio, prohibición, oposición) sobre asuntos relacionados con la sexualidad, siendo
su postura oficial bastante conservadora y fundamentalista.
A pesar que la Constitución Peruana declara que somos un país laico, no hay una clara
división entre Estado e Iglesia al reconocer/otorgar a la Iglesia Católica un status
especial dentro de la Carta Magna. Esta es una de las condiciones favorables para que
la Iglesia pueda tener fuerza en su lucha anti-aborto. A esto se suma que ella cuenta
con partidario/as dogmático/as en instancias y sectores claves del Estado, como en
educación y salud. Incluso los partidos y/o políticos más progresistas no han
incorporado en su agenda el tema del aborto pues es un tema controvertido que se
prefiere evadir y prefieren no enfrentarse a la Iglesia.
También nos enfrentamos en el contexto nacional con el tema del feto como sujeto y
actor político (“concebido”), con el mismo peso que la mujer como persona humana. El
día del “no-nacido” es una prueba de ello.
En los últimos tiempos las organizaciones de mujeres optaron por centrar los esfuerzos
en los ámbitos en los que había condiciones para insertar sus propuestas y temas, pero
se dejó de lado los “temas difíciles”, es decir, los temas más polémicos y que van en
contra del status quo político, económico, social, moral. El cuestionamiento al sistema
no fue muy visible desde la óptica contracultural y simbólica.
En primer lugar hay que aclarar que se plantean dos enfoques, cada uno con sus pros
y contras: el primero es más conservador y opta por adecuarse a determinadas
situaciones y oportunidades, el segundo en cambio es subversivo y contracultural,
enmarcado en el cariz del Área de Comunicación y Ciudadanía de DEMUS. El optar
por uno u otro enfoque (o la combinación de ambos) es una decisión política.
En la medida que no hay objetivos ni metas puntuales por parte del movimiento de
mujeres con relación a lo que se quiere en el país sobre el aborto, excepto debatir
sobre él, más que proponer un plan de medios se presentan ideas y planteamientos
que pueden funcionar en nuestro contexto.
Dentro del enfoque más conservador, una postura importante a la que habría que sacar
provecho es la que pone el énfasis en la “salud pública” y no en el “derecho a decidir”.
Esta estrategia argumenta su posición con datos concretos de la realidad social e
intenta poner el debate fuera de los asuntos morales. En nuestro contexto cultural
frecuentemente es difícil hacer el abordaje del aborto posicionando la idea del “derecho
a decidir” pues aún está asociado a la idea de crimen, capricho, frivolidad,
irresponsabilidad, a la idea que se vulnera la “naturaleza” de la mujer (ser madre).
Sin embargo, en un país como el nuestro siempre habrá quienes no entiendan o no
quieran entender que de lo que se habla no es un asunto moral y recurrirán siempre a
argumentos religiosos.
Son muy importantes las alianzas con los medios de comunicación, particularmente
con lo/as periodistas más dispuestos y previamente identificado/as, así como con lo/as
editore/as y jefe/as de información. Sobre todo en radios de provincia y en medios
alternativos en Lima, los medios no tienen una política respecto al tema del aborto y es
pertinente entonces trabajar directamente con lo/as periodistas para sensibilizarlo/as y
capacitarlo/as. Con ello/as hay que propiciar relaciones de confianza y amistad que
sean fluidas.
Otro aspecto que puede funcionar muy bien y que traduce y baja al llano el tema del
aborto es presentar casos testimoniales, casos punta. Hay que apelar al
reconocimiento del/la otro/a. El tema del derecho al aborto es mejor asimilado cuando
se habla sobre la difícil situación de las mujeres y el plano emotivo tiene un fuerte
impacto (recordemos el poder de la culpa por parte de la Iglesia).
El informe base a partir del cual se redacta este texto identificó que las noticias
referidas a aborto tenían principalmente un matiz informativo, es decir, no hay opinión o
interpretación del periodista. La función del periodismo es, originalmente, informar y ser
objetivo (mostrar las varias aristas o posiciones de un problema o situación). El
periodismo principalmente transmite (en teoría) la opinión y valoración de otro/as. En el
caso del aborto, están las posiciones morales y éticas por un lado y por el otro las
técnicas y científicas. Una mayor argumentación al respecto correspondería a un
especialista en semiótica, en donde además puedan analizarse variables como el
contexto en el que se coloca la información (diagramación, diseño, sección, qué
noticias hay junto a la información de aborto) y el tratamiento de la imagen, además del
análisis del texto propiamente dicho.
Con este texto se espera dar pautas y elementos de juicio para futuras campañas y
acciones sobre el tema del aborto en el país.